miércoles, 30 de mayo de 2018

El tiempo mata despacio

Cierto.
Hay muertes mucho más rápidas y menos dolorosas, pero tampoco las quiero. Que me mate el tiempo aunque sea lentamente, que la arena de mi clepsidra se consuma por completo y que pueda emplear unos cuantos granos en triunfar como me gustaría.
Yo también he pensado en dejarlo. También he pensado en buscar un trabajo normal que me haga normal, pero es que no soy normal y por mucho que me disfrace jamás podré mimetizarme con un entorno que me resulta demasiado diferente al que ha diseñado mi cabeza.
Mi cabeza. Sigue creando paraísos, felices y sinceras historias de amor, besos en las comisuras de los labios, guerras que se pueden ganar, emociones controladas y monstruos, muchos monstruos a los que llego a temer cuando descubro que se han personificado y me acechan por las calles. Pero no puedo dejar de crear, de escribir esperanzas. Escribo para convertir los sueños que no logro alcanzar en textos que nacen del interior de  mi cerebro. 
Una vez más, mi puta cabeza.
Yo no lo pedí, no hice ningún pacto con dioses ni diablos. Yo quería ser un tipo normal, pero se me concedió este don que a veces es más dañino que la picadura de una viuda negra y siento el veneno que irradia mi mente extendiéndose por las venas, para llegar a todos los rincones de mi cuerpo.
No sé porqué me empeño en encajar, si yo nací para destacar. Y no quiero que suene como algo prepotente,también se puede destacar por no llegar a alcanzar lo que se anhela y tropiezas una y otra vez al tratar de obtener ese premio al que todos aspiramos y que llamamos felicidad.
Pero no voy a dejarlo. Solo sé escribir, solo quiero escribir, solo trato de ser bueno en algo y me esfuerzo cada día en ello. Me desvivo por mejorar y por conseguir un estilo propio.Me dejo la piel en cada metáfora que brota agreste entre mis redes neuronales y va tomando sentido según cae por mis lacrimales. Me dejo la piel en pulir cada argumento para hacer de ellos historias que se conserven en la memoria de quienes las lean y que un día al recordarlas, evoquen el nombre de aquel que quiso compartir con ellos una porción de su locura, de su terror a ser olvidado.
No comparto la mayoría de las aspiraciones de mis semejantes. Solo las más comunes: quiero ver felices a los mios, quiero que me ame la mujer a la que amo y quiero ganarme el pan con el sudor de mi frente. Y todo lo demás, lo bueno y lo malo, ya llegará porque todo termina llegando, incluso lo bueno.
Me gustaría arrancarme la piel del pecho y las costillas, para ver que es lo que escondo junto al corazón porque no termino de creer que no haya otra cosa que músculos, venas, órganos y sangre.
Me gustaría comprar un billete de ida y vuelta al interior de mi psique, para darme una vuelta por todos esos traumas recurrentes y todos esos recuerdos agradables que se niegan a volver.
Me gustaría tumbarme a llorar en la arena junto a un mar limpio y libre de naufragios, tesoros ocultos y submarinos nucleares.
Quiero construirme mi propio planeta y que tu estés en él, que ellos, todos los que quiero, sean los únicos habitantes. Y los que no merecen la pena,los inmisericordes y los ingratos, que no puedan respirar nuestro oxígeno. Y mueran, o simplemente pillen un vuelo charter al mundo donde no quisiera tener que regresar Se lo cedo a ellos. Se lo regalo. 
Pero creo que el tiempo me matará despacio antes de haberlo conseguido.
Si es así, te aseguro que ha sido un verdadero placer el poder llamarte amigo. Conocerte a ti y conocerlas a ellas, ha compesando todo el dolor.

martes, 22 de mayo de 2018

Nunca se fue del todo

Hubo un tiempo en el que se atrevía a coger la guitarra y cantar en las fiestas en playas, parques y allí donde se juntaran  amigos y novias para acompañar las sonrisas y los besos con un whisky y un cigarrillo aliñado.
Hubo un tiempo en el que llevó el pelo tan largo como sus ganas de vivir y en el que decoró su cuerpo con metáforas tatuadas en la piel; adornos estos con los que expresaba su libertad y su felicidad ante una vida que se le presentaba cómoda, interesante y llena de momentos increíbles.
Hubo un tiempo en el que amó y creyó ser amado, pero la vida es un proceso de aprendizaje continuo y las lecciones que impartió el destino con cada adiós, con cada traición y con cada herida en el alma, fueron las más duras de aprender.
Hoy todo aquello pasó. Dos pendientes y media docena de tatuajes le recuerdan un pasado que no ha de volver y le vaticinan un futuro incierto y dificil, pero al menos un futuro por descubrir.
Ya no toca la guitarra. Ya no aliña cigarrillos y ahora acostumbra a cortarse el pelo al estilo recluta. Aunque ya tiene demasiada mili. Es veterano de mil guerras en las que su corazón imploró clemencia a un  enemigo inmisericorde.
Unos lo llamaron madurez, otros responsabilidad y él lo llamó combate.
Sus dedos no pisan fuerte los trastes ni rasguean unas cuerdas que no suenan y parecen atar sus sueños, impidiéndolos volar. Tan solo aclarara la voz para pedir ayuda y para declamar su miedo y su angustia.
Aunque hoy, ha decidido volver a subir al escenario, a coger el micro sonriendo al público y a llevar el ritmo con el pie derecho. 
No hace mucho, descubrió que las mejores canciones que podría componer, no necesitaban de linea melódica ni de acompañamiento musical.Que podría escribirle a sus ángeles canciones directas al pecho y que ellos mismos las pusieran música.
No hace mucho descubrió que aún podría llenar estadios de esperanza y de proyectos y que volvería a subir puestos en las listas.
No hace mucho, descubrió que hay tanta vida en su sonrisa, como la que siempre buscó en la de una mujer. Y decidió volver a sonreír, pasara lo que pasara y le pesara a quien le pesara.
Se hizo acompañar por los mejores y las sonrisas de sus amigas (las únicas verdaderamente sinceras) le sirvieron para coger el tono y afinar.
No hace mucho decidió volver a vivir, volver a ser el que fue, pero aplicando lo aprendido, volver a creer en el amor y abandonar de una vez el modo menor de la sinfonía de lamentos.
Aquel que recordaba con nostalgia, seguía dentro de él. Nunca se fue del todo.

sábado, 19 de mayo de 2018

Un paso adelante

Relato ganador del segundo premio del certamen Literatura Exprés 2018 de la Fundación municipal de cultura de Valladolid.
Motor de creatividad extraído al azar por una mano inocente la noche del certamen ante los participantes: El anti Cid.


¿Polvo, sudor y hierro?

Eylo, por fin, lo ha comprendido  y se ha puesto de mi parte. Sé que su padre, mi señor suegro, le ha metido en la cabeza muchos pájaros sobre el valor y la nobleza de los caballeros castellanos. Pero morir por Dios o por mi rey no entra en mis planes, ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo.
El tiempo y la experiencia me han enseñado que no todo se arregla repartiendo mandobles. Sé que son muchos los que me envidian y critican. Son demasiados los que no desperdician la oportunidad de manchar mi nombre con cualquier excusa. pero gracias al cielo, tenemos un rey que no  presta oídos a las palabras necias, sino a los hechos probados.
Hay en Castilla muchos y muy buenos caballeros dispuestos a derramar su sangre en el nombre de la verdadera fe o en el del monarca. 
Pero no yo.
Se me ha encomendado la misión de repoblar esta villa y hacer de ella el orgullo del reino. Y voto a Dios que voy a hacerlo. Eylo ha entendido que la unión hace la fuerza y que cuatro ojos ven más que dos. mi esposa me ha sorprendido con sus acertadas ideas para la mejora  y el correcto gobierno de Valladolid.
Lejos de suspirar de placer al verme vestir armadura y yelmo, se muestra complaciente con cuanta empresa civil acometo y aunque el hambre y la peste no son enemigos que pueda desmontar con mi lanza en el campo de batalla, las escarapelas de los besos ardientes de  Eylo adornan mi escudo y mi cota de malla. Cada hospital, cada iglesia y cada puente construidos son victorias a los ojos de mi dama.
Juro ante Dios que no soy un cobarde.Nunca he consentido una afrenta y la hoja de mi espada se ha bañado con la sangre de más de un enemigo. pero guerreros hay muchos y los estadistas denostados por el vulgo necesitado de héroe sabemos que nuestro combate es tan duro y fiero como el que se libra en la dura estepa castellana contra los que mueren en el nombre de Alá.
Llagará el día en el que Castilla esté libre de enemigos y , entonces, solo entonces, el pueblo agradecerá mi esfuerzo, mis noches en vela y mis desmayos al intentar hacer de esta villa el mejor de los lugares donde establecerse y medrar.
No me importa que en las calles los hombres se mofen de mi. No me preocupa que me señalen con el dedo en la sala del trono. No me asusta que conspiren y se rifen mis despojos, La historia lo pondrá todo en su sitio. los juglares contarán el acierto con el que Pedro Ansúrez y doña Eylo dieron brillo y esplendor a Valladolid, la perla de Castilla.
Mi viaje llega a su fin, a lo lejos veo mi estandarte en la torre del castillo donde mi Eylo me aguarda.
Ha caído el sol y el frío de la noche vallisoletana se adentra poco a poco por los coseletes y los pliegues de mi capa. Pero aunque llegue aterido y cansado, Eylo me confortará en el lecho. Ardo en deseos de contarle cómo he conseguido al mejor de los maestros artesanos para engalanar la iglesia con la que soñamos desde que nos instalamos aquí y cuya inauguración está ya próxima. Esta iglesia que nació de la necesidad de ofrecerle al Señor la más hermosa morada,será el ejemplo de que la piedra castellana también sirve para dar asilo al perseguido, aliento al cansado y esperanza al que lo ha perdido todo.
Las manos de este artesano judío que hoy dormirá en mi hogar, se esforzarán en realizar el más bello de los trabajos para mayor gloria de Dios.

jueves, 17 de mayo de 2018

El aguacero

La arqueóloga, antropóloga y gran pedagoga,Maraka Olmiturriarte echó un vistazo por la ventana antes de salir de casa y, aunque vio que el cielo de Valladolid estaba algo nublado, no le dio excesiva importancia pues ella se había criado en el país vasco y allí la lluvia era el pan nuestro de cada día. Lo de la dura estepa castellana era el frío y la niebla. Y el polvo, sudor y hierro con los que cabalgaron los más grandes guerreros del pasado. La lluvia en esa tierra no era tan habitual como en la suya y seguramente se abrieran claros en cuestión de minutos.
Tras asegurarse de que su podenca portuguesa tuviese llenos el comedero y el recipiente para el agua, estrechó al animalito entre sus brazos y se despidió con ternura, pues aunque volvería a casa antes de anochecer, estaba acostumbrada a llevarla con ella a todas partes y le sabía muy mal dejarla solita.
Con sumo cuidado y extrema delicadeza, se fue colocando el vestido diseñado por ella misma y confeccionado con bolsas de plástico recicladas. Reciclar y reutilizar es algo absolutamente necesario en el siglo XXI si pretendemos conservar el planeta.
Tras haber aprobado la oposición pertinente, Maraka trabajaba como profesora de historia del arte en un instituto vallisoletano y a lo largo del último mes había centrado sus clases en el arte contemporáneo y el arte efímero y hoy, iba a sorprender a sus alumnos con la demostración práctica de que con ingenio y trabajo el reciclaje puede ir mucho más allá de utilizar las latas de Coca cola como ceniceros o los tambores de jabón  para la lavadora como instrumentos de percusión.
Llevaba semanas haciendo acopio de las bolsas de la compra almacenadas por sus amigos y familiares al volver del supermercado. Siguiendo tutoriales de Internet, diseñó el patrón de su espectacular modelito y con la ayuda de una grapadora escolar, unas tijeras y un rollo de alambre, consiguió darle al vestido la forma deseada.
Para completar su particular indumentaria, confeccionó unos sencillos cubre calcetines a juego con los que poder andar por la calle sin miedo a resbalar ni a pasar frío.
Al haber introducido una faltriquera en el diseño, guardó en ella el teléfono móvil, las llaves, el encendedor y el tabaco y salió  a la calle con dirección al instituto del cercano barrio donde le aguardaban sus alumnos.
Pero los astros no se alinearon a su favor hoy. Y las cosas se torcieron de repente cuando menos lo esperaba. 
Al comenzar a recorrer la Calle de la estación, quiso el destino que empezasen a caer unos goterones enormes y el sonido de un trueno le puso sobre aviso de lo que se avecinaba. La fatalidad hizo que en el mismo instante en el que comenzó a llover con fuerza, se cruzase con los cientos de integrantes de una excursión del Imserso que tenía programada la visita a los principales monumentos y los más reconocidos establecimientos hosteleros de la capital castellana.
Antes de poder siquiera ponerse a salvo en el interior de un bar o de cualquiera de los comercios de la Calle de la estación, docenas de octogenarias asustadas por lo que el aguacero hiciese de sus peinados se arrojaron sobre Maraka y, le fueron despojando de las bolsas para cubrirse con ellas las cabezas y poder salvar sus permanentes, estilismos y tintes.
Maraka consiguió que al menos no le arrancasen las pocas bolsas que cubrían sus pechos y sus partes pudendas.y cual zorro de la campiña inglesa, esquivó a la feroz jauría consiguiendo zafarse de la brutal y salvaje rapiña.
Enjugándose las lágrimas, pensó en tratar de llegar a casa y ponerse unos vaqueros y una sudadera, pero Maraka siempre fue una mujer valiente, luchadora y creativa y, lejos de rendirse y tirar la toalla, apretó el paso y llegó hasta el instituto donde ante los asombrados y sonrientes alumnos, desfiló como una modelo de la pasarela Cibeles mostrando el traje de baño que sería la sensación de la costa azul el próximo verano.
La profesora Olmiturriarte, tiene claro que rendirse no es una opción y que a grandes males, grandes remedios. 
Satisfecha con el resultado de lo que podía haber sido una catástrofe, volvió a casa junto a su perrita y se abrió una cerveza para celebrar su victoria y la oportuna lección que les había conseguido dar a sus alumnos a pesar de aquel terrible incidente con las escursionistas. Una cervecita a tiempo siempre le supo a gloria y le hizo mucho bien.

lunes, 14 de mayo de 2018

Mientras guiña un ojo

Nunca fue un tipo duro, ni siquiera intentó serlo.
 Era feliz con su personalidad afable. Pero hubo quienes confundieron cordialidad y amabilidad con debilidad y tantos fueron los confusos que, a fuerza de tratar de aprovecharse de él, de hacerlo tropezar y cebarse en su desgracia, consiguieron crear un monstruo. Eso si, un monstruo de aspecto encantador, inocente mirada y exquisita corrección en las formas. Excepto cuando tomaba la decisión de solucionar las confusiones y explicar algunas cosas.
Su modus operandi dejaba clara su postura ante cada crimen. Antes de ajusticiar a sus víctimas, las sometía a un completo proceso judicial en el que él era juez, jurado y verdugo. Pero siempre les daba la oportunidad de acceder al indulto si admitían la falta, confesaban y mostraban arrepentimiento,
Una vez dictaba sentencia, ya no había nada que hacer.
Era eso si, un tipo tremendamente paritario y jamás hizo distinción entre hombres y mujeres a la hora de aplicar la ley.
Su estricto código moral y existencial, perseguía una serie de delitos que consideraba de extrema gravedad y él mismo trataba de conducirse por una máxima universal que debería ser la norma básica de conducta en esta sociedad podrida: vive y deja vivir. Pero por desgracia se vio obligado a hacer una interpretación de la norma y comenzó a aplicar la muerte selectiva.
Incansable lector de todo tipo de géneros y autores, con cada libro que añadía a su extensa biblioteca ratificaba la necesidad de erradicar a ciertos tipos de individuos, por el bien de la humanidad. Vive y deja morir, se convirtió en su adaptación de la norma y consiguió convertirla en consuetudinaria, ya que hizo de ella una necesaria costumbre.
Sentía gran simpatía y admiración por el antiguo Código de Amurabi y en muchas ocasiones se conducía por aquella arcaica normativa.
La sociedad había avanzado, el progreso se había instalado en  los hogares y el desarrollo lo había cambiado todo, menos la mezquindad y la infamia y, el ser humano seguía cometiendo los mismos atropeyos. 
Muchas eran las religiones que habían tipificado estos excesos convirtiéndolos en pecados veniales y mortales a ojos de dioses y hombres. Pero en este momento de la historia, matar, violar, mancillar o destrozar una vida salia excesivamente barato. Y tenía muy claro que era hora de empezar a pagar. Con sangre.
Él mismo había sufrido en sus propias carnes y en su maltrecho y dolorido corazón una gran cantidad de afrentas que le habían llevado a maldecir el momento en el que llegó a convencerse de que aún estábamos a tiempo de cambiar. El cambio, la transformación definitiva, solo se logra a través de la muerte. Y transformaría definitivamente a cuantos malvados (y malvadas, por supuesto) trataran de arrebatarle lo único que aún no habían podido llevarse: su dignidad.
Preparaba con esmero el lugar y el momento del ajusticiamiento para aquellos que en su soberbia habían renunciado a cualquier tipo de defensa. En muchas ocasiones retrasó las vistas para asegurarse de que los procesados tan solo habían cometido errores puntuales bajo eximentes como el alcohol, la juventud, la ignorancia o el arrebato, pero la gran mayoría reincidían y ya no valía eso de que in dubio pro reo, porque dando una oportunidad tras otra,despejaba cuanta duda se le presentase.
Una vez que el reo ( o la rea) era conducida al patíbulo, trataba de que sufriese lo menos posible, de que no sintiese miedo o angustia y de que fuese el final menos cruel posible. Mientras les explicaba lo que iba a suceder con un discurso amable, facilmente comprensible  y casi jocoso, extraía su afilado cuchillo del interior de la bota izquierda y antes de atravesarles el corazón de una certera y eficaz puñalada, les guiñaba un ojo sonriendo.
Trató de que la mayoría no sufriese, pero así entre nosotros, se deleitó ensañándose con más de uno y con mas de una (como manda la paridad).
Desde que se convirtió en el ejecutor que la sociedad pedía a gritos, nunca dejó de dormir del tirón y con la conciencia tranquila. Era una desagradable labor la suya, pero alguien tenía que desempeñar esta función y aunque hubiera preferido no verse obligado a ello, al final le termino cogiendo gusto.
Tratad de comportaros correctamente con vuestros prójimos. Nunca le hagáis a nadie lo que no quisierais que os hicieran a vosotros. Y sino...ateneos a las consecuencias.

jueves, 10 de mayo de 2018

Licencia para ladrar V¿ES?

El agente de la brigada Zaguate de la inteligencia costarricense Zeus Moreno, más conocido como Clifford, ha decidido entregar su placa y su arma y renunciar a la vida de agente secreto que le ha mantenido ocupado al servicio de su país desde que vino al mundo en un centro de rescate para animales. Su madre  fue una labradora a la que su pareja abandonó poco antes de dar a luz y tuvo que ser acogida pro los voluntarios del Centro Asís. Uno de estos voluntarios, en realidad era un agente doble de la inteligencia nacional que detectó en aquel cachorro mezcla de labrador y Chow Chow una cualidad innata para el espionaje. Además de ladrar varios idiomas, Cliffrod desarrolló una inteligencia muy superior a la media y a ello se le sumó su peluda indumentaria natural, de un color oscuro de lo más discreto para el oficio. 
Desde que fue reclutado hace ahora cuatro años, el agente Clifford ha desempeñado con éxito las más arriesgadas misiones jugándose la vida por Costa Rica. En una de esas misiones consiguió desactivar en el último segundo un potente artefacto explosivo oculto entre las antenas parabólicas del tejado del ministerio de justicia y, aquello le supuso desarrollar un pánico feroz a las alturas y a las explosiones que poco a poco han ido minando su seguridad a la hora de afrontar el trabajo diario. Ya no puede volar y siempre dispara con silenciador al no soportar el estruendo de las detonaciones.
Lo que lo ayudó a tomar la definitiva decisión del abandono de la brigada Zaguate, fue conocer a una atractiva inmigrante española que seducida por las excelencias de su tierra y la oportunidad de un trabajo mejor, llegó hasta Heredia y se instaló en una vivienda cercana a la suya.
El condecorado agente secreto confundió el sentimiento que aquella española le despertó al cruzar sus miradas, con otra de las secuelas psicológicas producidas por el dichoso extrés post traumático resultante de la operación  "Antena de la muerte" y, aunque pasó unos días evitando verla para no sufrir uno de esos intensos mareos como el que sintió al clavar sus pupilas en las de Eva, la española; terminó fingiendo un encontronazo para volver a olerla y a sentir sus caricias. 
La española también debió sentir lo mismo que él, porque a la semana del primer encuentro lo invito a cenar y claro,  una cosa llevó a la otra y mientras se acariciaban y se besaban, decidieron  pasar del comedor al dormitorio y desde entonces Clifford supo que no se separaría de ella.
Costa rica ha perdido al que sin duda fue su mejor agente secreto, pero Clifford ha ganado algo que jamás pensó que encontraría, una humana con la que compartir su futuro y de la que sentirse eternamente enamorado.
Tras entregar sus credenciales y su arma, viajar con ella hasta la playa más cercana y ladrar a las olas, Zeus Moreno, supo lo que era la felicidad.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Divinas de vinos V¿ES?

Como cada domingo, Kiara se atusó un poco el pelo, se lamió las patas hasta dejarlas bien limpitas y fue a despertar a Raquel, que remoloneaba en la cama junto a Oscar, el humano con el que convivian ambas. Raquel es profesora y aunque Kiara es una perra muy bien educada, no puede llevarla con ella al colegio donde imparte clases de literatura, así que como Oscar también trabaja, Kiara aprovecha los ratos a solas para curiosear los libros de su humana y poner algún disco de su humano en el toca discos vintage donde los vinilos suenan tan bien.
No hace mucho descubrió un libro de García Marquez y se sorprendió al reconocer la historia que contaba. Entonces ató cabos y respiró tranquila, conocía perfectamente a ese autor, pero en el mundo animal, todos lo conocen como Gabo. A su humana también le gusta el autor de Cien años de soledad y le hace gracia que denominen la verdad de los textos de Gabo como realismo mágico.
Lame con delicadeza el dorso de la mano de Raquel y cuando consigue que por fin se levante, Kiara salta juguetona sobre las piernas de Oscar, despertándolo también y consiguiendo su objetivo: pronto los sacará de vermut. Lo cierto es que le apetece un buen Ribera de Duero en alguno de esos establecimientos con la denominación de Dog friendly.
Sus humanos se toman un café al ritmo del último trabajo de los Vetusta Morla. Oscar hace tostadas y en lo que Raquel se pega una ducha rápida, aprovecha para consentirla dándole trocitos de pan con mermelada. Kiara comienza con la fase dos de su plan y se sienta junto a la correa gimiendo lastimosamente. Raquel se calza las zapatillas de deporte y se pone una camiseta que resalta sus bellos ojos azules, Oscar toma el relevo en la ducha y en menos de quince minutos, los humanos de su manada están listos para bajar a la calle.
Hoy el día no es del todo desagradable y antes de ir a por el primer vino, pasean un rato por  la plaza de la circular, en cuyos jardines, Kiara relaja los esfínteres y saluda a algunos conocidos que también necesitaban usar el excusado.
A lo lejos se acerca un Carlino con el que coincide de vez en cuando y que le cae fatal. No le apetece lo más mínimo saludarlo y permitir que la olisqué sus partes, por lo que ladra airadamente enseñando los colmillos, señal que Raquel comprende de forma inmediata y después de apagar el cigarrillo en el suelo pisándolo bien, convence a Oscar para acercarse al Colmao de San Andrés  a por un vino y una tapita.  Oscar es muy fácil de convencer tratándose de estos menesteres y en menos de diez minutos, ya están saboreando caldos de una buena añada.
En algunos sitios donde admiten perros, los camareros suelen poner un recipiente con agua para los animales, pero Juan, el dueño del Colmao, conoce sus gustos y le pone un cuenco con tinto de la ribera y unas patatas fritas para empaparlo y que no le siente mal.
El tiempo pasa muy rápido cuando todo es tan agradable y recuerda algo que leyó en un libro de Raquel, sobre la teoría de la relatividad o algo así. El tal Einstein no era muy buen escritor , pero un rato listo si que era. Dio en el clavo con esa teoría, aunque el libro era una turra espantosa. De hecho lo dejó a la mitad y se pasó a un ejemplar de Historias para según qué días, que había en el salón. Mucho mejor...donde va a parar. Aquel humano que lo escribió debía ser un tipo majo, a tenor de lo que cuenta en sus relatos. Muy sensiblote eso si. pero de todo tiene que haber.
Se acerca la hora de comer y Oscar las sorprende anunciando su intención de invitarlas a un cocido vegano en el Circular, un local cercano donde sus  propietarios también reciben con cariño a los animales y de hecho, Miguel, el miembro masculino del tándem que lo regenta, acaba de publicar un libro en el que habla de animales y del respeto que merecen. Le cae bien aquel tipo. Si es que los humanos no son tan asquerosos como parecen. Se lo tienen muy creído con lo de que son la especie superior, pero al margen de ese ego tan enorme, hay de todo, como en botica.
Kiara es una hembra de Border Collie de cinco años de edad y, confirma con creces, la creencia popular  de que su raza, es la más inteligente de las caninas.
Un domingo más de vermut, cariño y literatura. Otro maravilloso día de vino y rosas en compañía de sus humanos. Ella lo tiene muy claro, jamás comprará un humano, siempre adoptará.

domingo, 29 de abril de 2018

Despertares

Cena solo una  ligera ensalada y un yogurt desnatado. Poco a poco logrará recuperar su forma física. Ese es uno de su objetivos a corto/medio plazo. Y lo está consiguiendo, aún a costa de renunciar a algunos pequeños placeres. Enciende un pitillo en el jardín del chalé y disfruta de cada calada y del suave clima casi veraniego que le permite seguir en manga corta, pese a ser más de las diez de la noche de un sospechósamente cálido mes de abril en la estepa castellana.
Está cansado. ha sido un día muy completo y duro.
No quiere defraudar al amigo que recientemente le ha dado un puesto en su empresa, por lo que se esfuerza en que el trabajo diario, sea eficaz, preciso y lo más profesional posible. 
No quiere defraudar tampoco a la mujer que le ha abierto su corazón, pese a saber que él está pasando por un momento harto duro y  complicado y, trata de optimizar recursos y aprovechar cada minuto con ella.
Y por último y en su lista de personas a no defraudar, su familia y sus amigos de verdad, aquellos que hacen que quiera ser un hombre mejor, ocupan un lugar muy especial , por lo que siempre hace lo posible para que estén orgullosos de él y sacrifica cuanto es necesario para aportar lo esperado por todos. 
Dicen que hay que ganarse las segundas oportunidades y no va a escatimar esfuerzos en hacerlo.
La vida no es fácil, tiene claro que la suya no es especial y sabe que ha vivido siempre entre algodones y ahora el destino le ha reclamado el importe de la renta de  esos años de bonanza. Es justo. Y va a pagar. Siempre intenta pagar sus deudas y cumplir sus promesas, por difícil que ambas cosas puedan resultarle.
Sonríe mientras piensa en lo agradable que adorna su existencia. Medita un poco los próximos giros de guión en su nueva novela. Quiere conseguir un texto diferente, innovador, sorprendente. Algo que le ratifique que esa inquietud literaria tiene un sentido y un fin acorde a sus expectativas y su ilusión. Necesita poner por escrito cada sueño, cada esperanza, cada dolor y cada angustia y transformarlo todo en horas de placer para los posibles lectores.Sabe que todavía tiene muchísimo que aprender y que los premios y publicaciones no son más que pasos adelante en un aprendizaje arduo y satisfactorio, que completa con cuantos cursos de escritura puede permitirse, para depurar el estilo, corregir los muchos fallos y encauzar correctamente esa pasión vital que lo desborda.
Enciende otro pitillo con el mechero de gasolina que siempre le acompaña. El tabaco terminará matándolo, pero de algo hay que morir y para un vicio que le queda, no piensa renunciar a él. Aunque dejar de fumar será el reto que siga a recuperar la figura y que precederá a aprender a decir que no, a seguir la luz de su faro y a elegir con criterio.
Ha convertido la vida en una serie de objetivos a conseguir y orgulloso, observa que empieza a ser un tipo disciplinado y que se aleja poco a poco de aquel vividor caprichoso, irresponsable e inconsciente, que fue hasta no hace demasiado.
Antes tenía la costumbre de desviar la mirada cuando se acercaba un problema o cuando se le exigía un esfuerzo. Y se dejaba querer, ayudar y mimar hasta la saciedad, consiguiendo con su encantadora sonrisa, su mirada de pillo bonachón y sus acertadas palabras, que  se lo solucionasen todo. Pero al fin ha comenzado a entender lo que significa madurar. Y ya no permite que otros libren sus batallas, ni aparta la vista cuando lo que se aproxima asusta.
Antes de acostarse se lava los dientes y realiza el curioso ritual de oraciones y recuerdos a los ausentes, que le ayuda a sentirse en paz consigo mismo y con quien quiera que sea el que maneja el cotarro. Echa mucho de menos a algunas personas que se adelantaron a explorar el terreno que le aguarda. Siente hasta lo indecible su ausencia y en ocasiones, la nostalgia lo anula y lo desespera. Pero también ha aprendido a vivir con ello. Y sabe que los que se fueron, firmarían por saberlo feliz.
Abre el libro que le espera junto a la almohada y, se dispone a conciliar el sueño a través de lo legado por un afamado escritor. Nota como el gato con el que comparte vida y aventuras sube a la cama de un salto y se acurruca a junto a él para acunarlo con su ronroneo continuo. Cierra las ojos y duerme.
-Parece que se ha movido- se escucha en la habitación.
-En efecto, enfermera. Hay una oscilación en la lectura de las constantes. Creo que puede despertar de un momento a otro. Vaya a avisar a sus familiares-
El Doctor Sorolla lamenta haber pedido a la madre del paciente que abandonase la habitación apenas diez minutos antes, para realizar las comprobaciones de rutina. Pero con los comatosos nunca se sabe. 
La enfermera hace pasar a los padres y a una hermana del paciente que angustiados, esperaban novedades como cada día, en la sala contigua.
-Parece que puede despertar en cualquier momento-anuncia esperanzador el Galeno-Ha habido cambios en los registros y he observado movimientos en sus párpados.
-Dios le escuche- dice la madre del accidentado con esperanza y prudente alegría  en la voz. Lleva casi una semana intentando acostumbrarse al dolor de la incertidumbre y a los informes médicos, que siempre se curan en salud poniéndose en lo peor y vaticinando la más que probable muerte de su hijo.
Entonces él paciente abre los ojos desorientado y confuso. El electro refleja con estridentes pitidos la aceleración de las pulsaciones y la felicidad entra por la ventana y se acomoda entre los presentes.
-Mamá, papá. he tenido un sueño muy raro. Soñaba que había aprendido a vivir. Y que ya no era fácil.-


jueves, 26 de abril de 2018

Retorno

Berenice entregó la entrada comprada con más de un mes de antelación y accedió especialmente contenta al interior del recinto.
Mientras caminaba por los jardines de la ciudadela palatina andalusí, comenzó a experimentar una sensación extraña y familiar de reconocimiento y vuelta al hogar.
Aquella mezcla de fortaleza y palacio, la recibió con un sol esplendido y una luz que al filtrarse a través del artesonado de madera labrada y las columnas de mármol, le acarició las mejillas con su calor.
Berenice se fue distanciando poco a poco del grupo de la visita guiada que escuchaba atentamente las explicaciones del experto en arte, contratado para informar a los turistas de las particularidades de las construcciones de la época Nazarí. Ella no era una turista. Berenice pertenecía a la Alhambra.
Supo en el acto que muchos años atrás, había disfrutado de las vistas de Granada desde lo alto de sus torres y había refrescado su cuerpo en las fuentes de los jardines decorados con leones.
Todo en aquel lugar le era terriblemente familiar. Cada azulejo, cada yesería, cada vidriera, cada celosía, le devolvían un recuerdo de tiempos de música y felicidad.
Al acceder al harén, o zona privada del sultán, sintió que se le abrían unas puertas de acceso al pasado  que habían estado cerradas durante demasiado tiempo en el interior de su alma. Y entonces comprendió. Ella había habitado aquel lugar. Ella había sido él y después ella. Y luego él de nuevo y, durante muchas, muchas vidas, el canto del almuecín recitando los versos del Corán y alabando al profeta, habían resonado en su corazón.No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta. La vida es una baraca, una bendición y volver a casa es un regalo con el que Dios compensa las desdichas y las miserias a las que se ha visto obligada a enfrentarse en esta reencarnación.
Su cabello rizado y su piel morena, sus caderas que parecen querer moverse solas al son de la darbuka y sus ojos oscuros que han visto la gloria de la la media luna levantarse sobre los vencidos ejércitos cristianos, son el más claro ejemplo de que ella pertenece a aquella colina donde se levantó la más hermosa de las moradas. Su hogar.
Y en aquellos años, él que ahora dibuja su sonrisa cuando tiene ocasión, también le sirvió fielmente en otros cuerpos, con otros fines.
La vida es una eterna espiral donde todo se encuentra y a la que todos retornan.

domingo, 22 de abril de 2018

Costuras

Desde luego mi creador será un científico extraordinario, pero con la aguja y el hilo, es una auténtica vergüenza. Si no me hubiese cosido los miembros de forma tan bochornosa, no habría llamado la atención de todos los vecinos en cuanto puse un pie en la calle del pueblo. Y luego la estupidez esa de colocarme tornillos en las sienes para acoplar las dos mitades del cráneo donde introdujo el cerebro que robó del cementerio municipal. 
Soy un esperpento e incluso en los tiempos que corren, con tanto hípster y tanto gótico, punki y demás, no paso desapercibido en ninguna parte.
Cometió el terrible error de ponerme el corazón de aquel suicida egocéntrico y vanidoso que se ahorcó por no haber sido seleccionado para entrar en Operación triunfo y claro, en cuanto me miré en un espejo, me vinieron unas espantosas ganas de machacarle la cabeza y arrancarle la espina dorsal.
Como soy un monstruo bueno, procuré que no sufriera y traté de anestesiarlo con un disco de Raphael. Casi lo conseguí, pero el muy imbécil se puso a tararear uno de los temas y a llevar el ritmo con los pies. También se los arranqué. 
Asco de aprendices.