viernes, 5 de abril de 2024

Aún no está todo perdido


 Ni para mi, ni para el planeta.

Supongo que todos habréis escuchado esa frase que dice que, hace siglos, una ardilla podía recorrer de lado a lado la península ibérica saltando de rama en rama. Imagino que debía de tratarse de una ardilla en buena forma y con espíritu aventurero, pero como metáfora era bastante bonita.

No hace mucho pudimos ratificar que el auténtico virus que está asolando el planeta es el ser humano, ya que durante el confinamiento al que se nos sometió durante los peores momentos de la pandemia del Covid 19, volvimos a ver corzos por las calles de las ciudades, cientos de jabalíes circulando por las carreteras, millones de pájaros en el cielo, lobos bajando a las playas y osos visitando municipios de las  sierras españolas. Durante esos duros meses en los que se detuvo la actividad humana, la atmósfera se limpió, se cerró un poco el agujero de la capa de ozono y hasta que llenamos los océanos de mascarillas, los mares, infestados de increíbles criaturas de todo tipo, eran un hervidero de vida. Pero no tardamos en volver a tomar las calles y se restauró esa esperada "nueva normalidad", a la que yo llamo "vieja barbaridad", y no aprendimos nada. Nada.

Hoy no he podido evitar sonreír y que un escalofrió de placer recorriera mi espalda hasta la nuca cuando casualmente me he topado en el Facebook con esta foto de Inés Vaquero.

De inmediato me han venido a la cabeza ideas  a cual más bonitas. Primero he recordado a mi querida Cristina Calleja, una mágica artista de la gravedad, que junto a la música y el talento de su chico, David, nos ayudan a flotar cuando disfrutamos de la altura de sus espectáculos. 

Acto seguido ha sido esa famosa ardilla la que me ha venido a la mente (mi dañado y maltrecho, pero resistente cerebro, ahora funciona llevando al extremo la asociación de ideas) y una hermosa ardilla circense y juguetona ha sustituido en mi imaginación la silueta de esta hermosa y circense artista que es Inés Vaquero, quien posa para la cámara demostrando que como escribió Antoine de Saint Exhupery en ese libro imprescindible que es El principito , "lo esencial es invisible a los ojos".

Gracias a Dios también he pensado que puedo aportar mi grano de arena para que la sociedad comprenda que el planeta Tierra nos necesita y que no podemos seguir haciendo como si no pasase nada, pues ahora nuestras ardillas apenas podrían llegar a coger unas nueces en el pueblo de al lado.

Por favor...hagamos un esfuerzo. Seamos responsables. Que esta preciosa fotografía  sacuda nuestras conciencias y nos ayude a salvar el planeta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué preciosa reflexión y qué belleza la de Inés Vaquero

lacantudo dijo...

Gracias, desconocida.
Por desgracia aunque intento aportar mi grano de arena reciclando residuos en casa y tratando de no contribuir en exceso a la destrucción del planeta, soy un hombre de mi tiempo y conduzco un coche, utilizo envases de plástico y me aprovecho de la tala de los árboles para escribir textos y versos. Me cuesta llevar más allá mi buena voluntad, aunque trate de respetar en la medida de mis posibilidades el medio ambiente. Quizás mi pluma rinda mejor servicio que mi espada.
La belleza de la silueta de Inés caminando por la rama del árbol y de la imagen que nos ha regalado es realmente conmovedora.