jueves, 26 de abril de 2018

Retorno

Berenice entregó la entrada comprada con más de un mes de antelación y accedió especialmente contenta al interior del recinto.
Mientras caminaba por los jardines de la ciudadela palatina andalusí, comenzó a experimentar una sensación extraña y familiar de reconocimiento y vuelta al hogar.
Aquella mezcla de fortaleza y palacio, la recibió con un sol esplendido y una luz que al filtrarse a través del artesonado de madera labrada y las columnas de mármol, le acarició las mejillas con su calor.
Berenice se fue distanciando poco a poco del grupo de la visita guiada que escuchaba atentamente las explicaciones del experto en arte, contratado para informar a los turistas de las particularidades de las construcciones de la época Nazarí. Ella no era una turista. Berenice pertenecía a la Alhambra.
Supo en el acto que muchos años atrás, había disfrutado de las vistas de Granada desde lo alto de sus torres y había refrescado su cuerpo en las fuentes de los jardines decorados con leones.
Todo en aquel lugar le era terriblemente familiar. Cada azulejo, cada yesería, cada vidriera, cada celosía, le devolvían un recuerdo de tiempos de música y felicidad.
Al acceder al harén, o zona privada del sultán, sintió que se le abrían unas puertas de acceso al pasado  que habían estado cerradas durante demasiado tiempo en el interior de su alma. Y entonces comprendió. Ella había habitado aquel lugar. Ella había sido él y después ella. Y luego él de nuevo y, durante muchas, muchas vidas, el canto del almuecín recitando los versos del Corán y alabando al profeta, habían resonado en su corazón.No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta. La vida es una baraca, una bendición y volver a casa es un regalo con el que Dios compensa las desdichas y las miserias a las que se ha visto obligada a enfrentarse en esta reencarnación.
Su cabello rizado y su piel morena, sus caderas que parecen querer moverse solas al son de la darbuka y sus ojos oscuros que han visto la gloria de la la media luna levantarse sobre los vencidos ejércitos cristianos, son el más claro ejemplo de que ella pertenece a aquella colina donde se levantó la más hermosa de las moradas. Su hogar.
Y en aquellos años, él que ahora dibuja su sonrisa cuando tiene ocasión, también le sirvió fielmente en otros cuerpos, con otros fines.
La vida es una eterna espiral donde todo se encuentra y a la que todos retornan.

domingo, 22 de abril de 2018

Costuras

Desde luego mi creador será un científico extraordinario, pero con la aguja y el hilo, es una auténtica vergüenza. Si no me hubiese cosido los miembros de forma tan bochornosa, no habría llamado la atención de todos los vecinos en cuanto puse un pie en la calle del pueblo. Y luego la estupidez esa de colocarme tornillos en las sienes para acoplar las dos mitades del cráneo donde introdujo el cerebro que robó del cementerio municipal. 
Soy un esperpento e incluso en los tiempos que corren, con tanto hípster y tanto gótico, punki y demás, no paso desapercibido en ninguna parte.
Cometió el terrible error de ponerme el corazón de aquel suicida egocéntrico y vanidoso que se ahorcó por no haber sido seleccionado para entrar en Operación triunfo y claro, en cuanto me miré en un espejo, me vinieron unas espantosas ganas de machacarle la cabeza y arrancarle la espina dorsal.
Como soy un monstruo bueno, procuré que no sufriera y traté de anestesiarlo con un disco de Raphael. Casi lo conseguí, pero el muy imbécil se puso a tararear uno de los temas y a llevar el ritmo con los pies. También se los arranqué. 
Asco de aprendices.

martes, 17 de abril de 2018

Pecado original

Un día más, se puso su disfraz de dios todopoderoso y confiado al creer que ya sabría utilizar con acierto sus recién adquiridos conocimientos que  deberían perfeccionar las innatas habilidades, se  dispuso a crear nuevos mundos donde todo discurriese de la mejor de las maneras, aunque los escribiese con renglones torcidos.
Como cada mañana, hizo un esfuerzo por despojarse de sus miedos y de sus frustraciones y anhelos y quiso diseñar un hombre a su imagen y semejanza. Un hombre que al fin cumpliera los sueños que él no había podido cumplir y aspirase a sentarse a su derecha en un mundo futuro.Pero como cada mañana, fracasó al dar vida a la que escribió para entregarle como compañera, nacida de una de sus metáforas y, a la que convirtió en ella, en la esperada, en la anhelada. En la que siempre lo querría y jamás le rompería el corazón. Pero de nuevo se obcecó en dotar de la capacidad de amar a quien no la merece y terminó por destruir su creación.
Los personajes creados aquel día para ser juzgados y condenados al caer el sol, nacieron con el estigma de un pecado original imperdonable y tampoco se ganaron su perdón. Al fin y al cabo no podía evitar crearlos a su imagen y semejanza.
Trató de escribirlos en un mundo de belleza y acierto, con las mejores circunstancias. Un mundo donde poder concederles ese oscuro objeto del deseo que llamamos felicidad, pero una vez más el planeta de relatos no pudo soportar las atmósferas de presión a las que le sometió la trama argumental que cual ser vivo, evolucionó para convertirse en un ser independiente y devoró las posibilidades de  un  final feliz.
Horrorizado vio como su idea volvió a desvirtuarse y se convirtió en algo informe y terrorífico que cayó como una plaga bíblica sobre los seres a quienes había llamado hijos y los destruyó. El diluvio de desgracias no cesó hasta que inundó el texto e hizo naufragar el arca donde trató de salvar al menos a una pareja de cada recurso literario, con la absurda creencia de que podrían reproducirse y llenar de belleza este nuevo mundo prometido.
Como cada noche, se acostó sabedor de que no tenía sentido conservar la esperanza en un mundo futuro al que llamar paraíso. Como cada noche se prometió dejar de escribir y de jugar a ser dios. Pero los personajes que habrían de venir y nacían una y otra vez en el interior de su cerebro y de su alma, no dejaron de rezarle y de suplicar vida y, desde la infinita angustia que le atormentaba constante e implacablemente, se prometió concederles la oportunidad de redimirse de un pecado del que solamente él era culpable.
Antes de apagar la luz, se aseguró de haber limpiado la sangre de la hoja del cuchillo con el que documentaba los textos y que hoy había bebido de otra mujer a la que reconoció como el eterno diablo que tentaría a sus hijos.
Suspiró y antes de dormir, repitió su letanía diaria: podéis ir en paz.

 

viernes, 13 de abril de 2018

El primer día

Se levantó nervioso y un poco asustado. Y ¿por qué no? emocionado también.
Su madre le dejó la ropa nueva preparada sobre la silla junto a la cama. Cuando consigue pasar de la cama a la silla, agarrándose a los asideros haciendo un considerable esfuerzo que le lleva a derramar las primeras gotas de sudor del día, decide dejar la ropa sobre el lecho y pasar al cuarto de baño. Lo han adaptado para que pueda asearse sin necesidad de ayuda. Se ducha, se afeita con cuidado y se rinde a la evidencia de que su pelo ya no cede ante ningún peine y es mejor dejarlo a su libre albedrío.
Vuelve a la habitación y se viste con esmero, procurando no caerse al ponerse los pantalones. Es un esclavo de las modas y aunque ya no los lucirá como antes, le siguen gustando mucho los pantalones pitillo. Pitillo. Sabe que fumar en ayunas no es precisamente bueno para la salud pero aprovecha la intimidad de su dormitorio y se enciende el primero del día con su mechero de gasolina.
Oye ruidos en la cocina y deduce que su padre le está preparando el desayuno. Apaga el cigarrillo y se acerca a darle los buenos días y a por el primer café de la mañana.
Hoy es un día especial. Hoy celebra el que aquella viga que le cayó encima hace ya cuatro años no terminase de cumplir el cometido que le encargó el destino y no lo matase. Hoy además, comienza una nueva etapa. 
Una amigo de la infancia, le ha dado la oportunidad de trabajar para su empresa multinacional y no piensa defraudarlo. Debe estar en las oficinas en menos de una hora y aunque tiene el vehículo adaptado en la puerta de casa, no quiere renunciar al desayuno y la conversación con el hombre que le regaló la vida, las vidas. Sin la ayuda de su padre no habría superado el accidente y aún se emociona al recordar cómo se cayeron juntos un día que intentó mantener la verticalidad por si mismo y que al fallarle las piernas, se fue al suelo y, su padre en el intento de frenar la caída, cayó con él.
Quiere a ese hombre, al que ve como un verdadero Dios, de infinita bondad e infinita sabiduría  Mientras comparten desayuno y charla, se arma de valor y superando la vergüenza, lo mira directamente a los ojos y le dice que le quiere. Es absurdo que la sociedad se haya empeñado en intentar convencer a toda una generación de que los chicos no lloran y no demuestran sus sentimientos. El ha llorado. Y mucho. Él sabe que no quiere volver a dejarse nada en el tintero y que es de bien nacido ser agradecido, por lo que a costa de quedar como un ñoño, le dice: "te quiero mucho, papá. Gracias por todo y perdona por todo".
Su padre lo abraza en un gesto de infinita ternura y dándole un cariñoso pescozón en la coronilla, le avisa de que se le está echando el tiempo encima y llegará tarde. Y de paso le dice que el también le quiere mucho y no tiene nada que perdonarle. La vida a veces viene de una forma y a veces de otra, pero juntos y en familia, podrán con todo. Aprovecha el íntimo momento con su hijo para volver a citar los atemporales y acertados consejos de Polonio  a Laertes, que escribió Shackesperare y al terminar, comienza a exprimir zumos para su mujer y su hija pequeña, que a tenor del ruido en el cuarto de baño, también se han levantado para despedir al chico y desearle suerte en el primer día de trabajo.
Piensa que por muchas hostias que le de la vida, mientras empuja las ruedas de la silla, el renovado muchacho, sabe la suerte que tiene por contar con una familia maravillosa y unos amigos estupendos.
Y lo demás, no importa.

sábado, 7 de abril de 2018

Mil palabras

Esta imagen captada por el objetivo de la vallisoletana Elena Parrilla, puede que valga más que mil palabras. Pero lo que no refleja son las cerca de mil palabras, reproches y lamentos que cruzó con su madre el niño que abandona el grupo, antes de enjugarse las lágrimas y decir adiós.
Khaled no quiere ir a Europa. Khaled no quiere abandonar la tierra donde está enterrado su padre y convertirse en otro refugiado del que se apiaden esos rubios y poco hospitalarios europeos del norte, que en el pasado llenaron la arena del Sahara de tanques y cañones, en un brutal intento de hacerse con el dominio del planeta.
Este orgulloso y decidido niño, sabe que son muchos los que mueren en el mar al intentar alcanzar las costas de una tierra que nunca fue la prometida por nadie y donde nunca se les consideró bienvenidos.
Su madre ha invertido todo lo que pudo rescatar de su tienda carbonizada por las bombas, en asegurar un hueco en la lancha para ella y sus dos hijos supervivientes, Khaled y Fátima. Pero Khaled no abandonará el sueño de su padre. No olvidará que hubo un tiempo en el que cada mañana imaginaba un futuro feliz sobre el tazón de leche que bebía antes de coger su cuaderno y caminar hasta la escuela, donde aprendió que la tierra que lo vio nacer se había convertido en parte de ese mal llamado tercer mundo. No hay mundos de tercera solo personas de tercera.
Los mismos europeos que les niegan la entrada y los llaman ilegales esquilmaron sus recursos naturales, amparados por unas cuantas naciones unidas y por la fuerza de las armas y de ese poderoso demonio llamado dolar.
Si tiene que morir, prefiere hacerlo bajo las estrellas que le arropaban cada noche  y escuchando a los camellos que criaba en su tierra y no en medio de una tormenta en alta mar, o en las frías calles de una ciudad lejana, donde los transeúntes no se detendrán siquiera a mirarlo.
Algo tiene que cambiar. Nunca se solucionarán las cosas convirtiendo un pueblo en tristes estadísticas y en lamentables  reportajes, que emitirán los canales internacionales en los informativos del mediodía, para tratar de despertar las entumecidas conciencias de los telespectadores que correrán a cambiar de canal para que la visión de la desgracia ajena no arruine su comida.
Pero no todos los europeos los han abandonado a su suerte. Aún hay esperanza. Khaled ha sabido de muchas personas del primer mundo que tampoco están de acuerdo con el absurdo reparto de la suerte a lo largo del planeta y que bajo las siglas de valientes organizaciones no gubernamentales, se esfuerzan por realizar los necesarios cambios, aún a costa de sus propias vidas en muchas ocasiones.
Él ayudará en los cambios, pondrá su vida a disposición de la esperanza y no del abandono de la huida y la tristeza del corazón de los apátridas.
No quiere peces, quiere que le enseñen a pescar. Será un gran pescador, sera un hombre libre que construirá una familia que llegará a estar tan orgulloso de él, como él lo estuvo de su padre.
Tiempo al tiempo.

miércoles, 4 de abril de 2018

Grítame en los labios, bésame al oido

Poco antes de alcanzar la cima de la colina,levantó la vista del suelo y  se giró para ver si ella aún le seguia. Asustado al no verla, comenzó a gritar su nombre. Entonces escuchó una risotada a su espalda y una voz que dijo cariñosa y molesta al tiempo: "hace más de media hora que te adelanté, pero ni me viste hacerlo".
¿Cómo no haberlo supuesto? Se culpó por su despiste.
 Ella es montañesa, es una criatura de la naturaleza acostumbrada a coronar las cumbres más duras, las más escarpadas, las más peligrosas. Su día a día es un rocódromo. Su vida es una continua ascensión sin arnés y sin casco, sin pies de gato y sin piolet. Avanza con su coraje, sus uñas de lince y su cuerpo menudo y ligero, que se amolda a las oquedades y a las fisuras.
A él le faltan aún unos cuantos metros para llegar junto a la bandera de su sonrisa, plantada en otra de las metas necesarias y cuando logra alcanzarla y estrecharla entre los brazos, siente su felicidad a través de la piel. 
Las vistas son estupendas, el clima agradable, la luz perfecta, sus labios deliciosos. 
Mientras la besa, intuye que quiere decir algo e interrumpe aquel sabroso manjar para permitirla hablar. Entonces ella se yergue desafiante sobre el vació y grita. Su grito le brota del interior del pecho, de lo más hondo de su alma, de lo más profundo del corazón. Es un grito de victoria sobre una existencia feroz, sobre unas circunstancias implacables, sobre unas cadenas que al fin ha conseguido romper.
Con cariño y con infinito respeto, la coge fuerte de la mano y deja salir su propio grito para que en un acto de amor, se una al de ella en una estridente y catártica polifonía. 
Las aves posadas en las rocas, asustadas levantan el vuelo, los ratoncillos corren despavoridos y ni el eco es capaz de devolver todo lo que aquellos gritos simbolizan. Son gritos de victoria sí, pero también de hartazgo, de enojo infinito. De venganza y desafío. Y  de perdón. Con sus gritos, están perdonando al destino por todas las emboscadas y por todos los intentos de terminar con sus sueños.
Durante más de un minuto, solo se escucha ese grito constante y fuerte, hasta que se apaga al unísono. Agarrados de la mano, se tumban sobre el manto de lirios que crecen hasta adornar lo más alto de aquella colina y solo tienen que mirarse un segundo a los ojos, para saber que el futuro es suyo, que la vida es suya y que nadie podrá nunca arrebatarles sus sueños, porque él sueña con ella y ella con él.

lunes, 2 de abril de 2018

El baile

Había esperado a que el grupo que amenizaba el baile en aquella boda tocase los primeros acordes de la canción adecuada para pedirle que saliera a bailar con él.
Llevaba toda la noche observándola. Sara parecía estar allí por compromiso y al igual que él, evidenciaba su hastío y sus ganas de despertar en cualquier lugar del mundo lejos de allí.
Ella trabajaba en la sección de atención al cliente de la empresa; Iván era uno de los ejecutivos contratados meses atrás para tratar de cambiar la dirección de la flecha en los gráficos de beneficios. Ambos habían recibido la invitación del jefe de personal,con una nota adjunta que cual amenaza velada, decía: "No puedes faltar", por lo que armados de valor y ataviados para la ocasión, acudieron al juzgado donde se celebró el enlace. Una vez en los salones del hotel donde se desarrollaría la parte gastronómica y lúdica del evento, descubrieron que los habían sentado juntos en una de las mesas reservadas para el personal sin apellido compuesto. Y sin pareja.
Junto a ellos cenaron otros cuatro compañeros de trabajo con los que no tenían más trato que ese que por educación, te lleva a dar los buenos días al coger el ascensor cada mañana y las buenas tardes, al abandonar el céntrico edificio donde se encontraba la sede provincial de la multinacional que pagaba sus nóminas puntualmente el día 28 de cada mes. 
Parece que tanto Iván como Sara habían coincidido también, en la esperanza de que su presencia aquella noche se camuflase entre los vapores del vino y, bebieron tantas copas como se pudieron servir sin llamar exclusivamente la atención.
La escasa conversación entre los forzados comensales de su mesa giró únicamente al rededor del trabajo, de los rumores sobre recortes y despidos y sobre el éxito de la competencia.
Aquello se convirtió en la peor de las pesadillas cuando tras haber degustado la tarta nupcial, los recién casados inauguraron el baile con uno de esos valses que salen en todas las películas.
Al menos había barra libre y con una absurda excusa, Iván se levantó de la mesa y se refugió bajo la sombrilla de un daikiri, al que rápidamente siguieron otros dos,  antes de pasar al whisky con hielo.
La oberserbaba con disimulo desde su alcohólico escondite y cada vez que apuraba una copa, trataba de acercarse al rincón donde ella fingía hablar por teléfono para sacarla a bailar. El miedo a que una mujer tan hermosa, tan inteligente, educada y  discreta lo rechazase, le hacia abortar misión una vez tras otra y pedir nuevos lingotazos, lamentando su cobardía. 
Entonces, la banda comenzó a tocar aquel tema clásico que habían versionado en un ya lejano pasado sus idolatrados Guns and roses y, haciendo acopio de valor, puso un pie delante del otro y se encaminó hacía Sara. Cuando iba llegar a su lado, sucedió algo que sumado a su exceso de alcohol, hizo que estuviese a punto de perder el equilibrio y cayese de bruces contra la pareja de bailarines más cercana. Aquella tímida compañera de la empresa que había pasado la velada callada y con cara de circunstancias, se interpuso entre la feliz pareja y apartando al joven esposo de un empujón, agarró a la novia  por la cintura, la atrajo hacia si y la besó con tal pasión que la sensual pelirroja recién desposada, la abrazó y la acarició ardientemente mientras decía entre lágrimas: "lo siento, mi amor. Ha sido un error. Nunca debí haberme rendido a las dudas."
Al pedir la última copa en la barra, Iván no pudo evitar pensar lo buena pareja que hacían aquellas preciosidades. Y lo feliz que podría haber sido él con cualquiera de ellas dos. Las dos eran su tipo,aunque no se pareciesen en nada.

sábado, 24 de marzo de 2018

Cometas y besos

Me armé de valor y conseguí tomar una buena decisión. Ignoré el frio y la lluvia,los temores infundados y a los buitres que se posan sobre todas las miradas.Y me encaminé al concierto que nos propuso ese ángel de eterna sonrisa que desde hace poco se ha instalado en nuestras vidas,enriqueciéndolas.
La sala se fue llenando poco a poco de público entusiasta y mis nervios desquiciados se hicieron un hueco en la barra. Entonces él artista comenzó a cantar.
Que despliegue de metáforas,que acertadas estrofas,cuanta belleza planeando sobre nosotros.
Traté de concentrarme en su voz y en el muestrario de perfectas sentencias músicadas. Pero me pudo el miedo.
Y te diste cuenta de que había comenzado a temblar. Y te acercaste a mi y me sostuviste con las alas del cariño que batiste al ritmo de los acordes de una guitarra bien afinada.
Agarraste fuerte mi mano y me diste un beso en la sien,insuflando  la necesaria ternura que alimentó mi fámelico valor. Yo te besé en la mejilla,sabedor de que nuestros besos volaban como las cometas sin hilos de la canción de Marazú y se encontraron en el cielo. Tanto cariño,tanto amor verdadero; ese que nació de una mirada cómplice y creció con cada demostración de amistad. Y te quise mi amiga,te quiero mi amiga y te querré mi amiga el resto de mis vidas. Eres la canción más bonita que he escuchado. Eres la suma de unos arpegios ideales. Eres la melodía en modo mayor,que alegra cada compás en este pentagrama vital que compartimos.
Permiteme que a mi manera,desafinando y perdiendo el ritmo,siga haciéndote los coros.

jueves, 22 de marzo de 2018

Impermeable

Este relato lo escribí ayer tarde durante el evento organizado en la Casa de Zorrilla de Valladolid para conmemorar el día de la creativad. Después de recibir y saludar al público, pedí a algunos de los asistentes que me dijesen lo siguiente:
Nombre femenino: Olga
Nombre masculino: Luis
Verbo: Amar
Condiciones climatológicas: Lluvia
Franja horaria del día: Ocaso
Con estos datos, entre presentación y presentación de las lecturas y las intervenciones musicales, escribí un reato en un folio en blanco, sellado por la institución que organizó el evento. A los 50 minutos y al terminar el acto, se leyó acompañado por la guitarra de la canta autora y poeta Sandra García, que puso la nota dulce y musical al acto.
Esto es el resultado, espero que os guste.

Impermeable

Llueve, pero Luis se resiste a  abandonar la plaza donde espera a Olga. Le da igual empaparse mientras aguarda su llegada. La ama y con cada enorme gota que cae sobre su empapado cabello, ratifica ese sentimiento.
Se enamoró de ella al escucharla cantar en una oscura taberna de la ciudad, que Olga iluminó con su inmensa sonrisa y Luis no pudo evitar convertirse en su fan más entusiasta.
Con el ocaso cesó la lluvia. 
Mientras trataba de colocarse el pelo revuelto para evitar presentar tan espantosa imagen ante su amada, Olga se acercó hasta él y lo besó apasionadamente.
Ese beso secó sus ropas, su pelo y, el enorme charco que había empezado a formarse en el interior de su pecho, al creer que ella no llegaría nunca.
Luis supo que esos labios habían vuelto impermeable su corazón y tomando a Olga de la mano, se encaminó hasta la cercana playa. Hicieron el amor en el mar durante toda la noche.

martes, 13 de marzo de 2018

Madres V¿ES?

Han pasado más de cinco años desde que se llevaron a los pequeños de aquella camada. De un tiempo a esta parte ha creído reconocer su olor, rondando por las inmediaciones de su casa. Puede que no fuese más que el producto de su imaginación, de su nostalgía y de una mente torturada por la separación. No lo tenía demasiado claro pero hace un par de días vio a uno de aquellos cachorros, ya crecidito, desde la ventana. Era su pequeño, estaba claro. Ese porte chulesco y ese donaire de gato de la realeza, lo había heredado de aquel canalla que la sedujo con falsas promesas de amor eterno y maullidos en tercetos de rima asonante. Aunque el pelazo blanco y negro de su hijo nada tenía que ver con el de su madre, la espesura y la abundancia del mismo no dejaba lugar a dudas. Aquel gato que había venido a vivir con su humano de compañía a la calle contigua a la suya, era su hijo. Y quería volver a besarlo a sentir su hocico junto al suyo y a disfrutar de sus olvidados ronroneos.
Aprovechó un descuido de Javier y Natalia, los humanos con los que había decidido compartir su casa e hizo algo que no había hecho en los casi nueve años que llevaba con ellos, se escapó.
La lluvia y la oscuridad de la noche le hicieron perder el rastro y empapada y aterida de frío, además de triste por no haber conseguido su objetivo y por no saber regresar a su casa, buscó refugio debajo de un coche.
Después de varias horas de gélido arrepentimiento por la audacia de la fuga, una humana la rescató de aquel infierno y pensando que podía haberse perdido y, preocupada por ella, llamó al timbre de la puerta principal de un chalé de la calle donde estaba aparcado aquel vehículo refugio.
El humano que salió a atender la llamada le dijo que aquel gato no era suyo, pero que él también tenía gato y que haría lo posible por ayudarla a encontrar a sus propietarios. Parecía un buen tipo, aunque se lo veía indeciso pues en su casa había ya un gato y un perro y no sabía si era muy buena idea introducir otro animal que despertase los celos y el instinto territorial de los animales que vivían allí.
La madre del humano se apiado de ella y le secó el cuerpo con una toalla, luego la envolvió en una mantita y la tumbó en su regazo. Las madres son así, sean de la especie que sean.
De repente el perro de la casa entró olfateando el rastro y se acercó a ver que era aquello que tiritaba bajo la manta en el regazo de su humana. Enseguida comprendió que esa gatita estaba asustada y extenuada y no quiso interrumpir su descanso.
Cuando todo parecía haberse calmado, el gato del hogar, un felino arrogante que se sabía un galán, se acercó al oler a una hembra. El abundante pelaje blanco y negro, el olor del pasado y la mirada idéntica a la de aquel amor de verano, reafirmaron lo que había sospechado: aquel felino lustroso y de paso firme, era su hijo. Solo hizo falta que cruzaran sus ojos unos segundos. Mara sintió en el interior de su pecho que aquella escapada había tenido un final feliz. Su pequeño, al que los humanos llamaban Gatete, se tumbó a los pies de la silla donde la humana la tenía recostada sobre ella y le daba calor. No necesitaba más calor. Su corazón y su alma se habían calentado con la mirada de su hijo.
Los humanos que vivían con Gatete se movilizaron entre el vecindario, consiguieron averiguar que ella vivía con Natalia y Javier y los llamaron para avisarles de que la gata estaba a salvo. Poco después fueron a recogerla, agradecidos y emocionados por haberla recuperado. Mientras Natalia la cogía en brazos para llevarla a casa, Mara se giró un momento y le dedicó a su hijo la más tierna y amorosa de las miradas. El frío, el miedo, la lluvia...todo había merecido la pena.

domingo, 11 de marzo de 2018

Naufragio

Al llegar a casa, Mateo y Diana comenzaron a deshacer las maletas sin dirigirse la palabra.Mientras colocaba la ropa limpia en el armario, Mateo reparó en que Diana arrojaba toda la suya en el cesto de la ropa sucia, haciendo de ello una forma de protesta más.
Él había disfrutado con aquel crucero, ella no dejó de sacarle fallos desde que zarparon y cada milla que avanzó el trasatlántico le supuso una nueva queja.
A Mateo le encantó la puesta de sol desde la cubierta, a Diana se le presentó como una acertada metáfora del ocaso de su relación.
Mateo consideró aquel viaje como una oportunidad para solucionar sus problemas de pareja. Diana se lo planteó como la perfecta ocasión para explicar a Mateo que había dejado de quererlo. No había lancha ni chaleco que pudiese salvarlo de este naufragio.
Al subir las maletas vacías sobre el armario del dormitorio, Mateo sintió que se le había roto el corazón y una incontenible lágrima le resbaló por la mejilla. Al percatarse de ello, Diana supo que al fin había comprendido. Y sonrió.


Este relato lo escribí ayer como ejercicio durante el taller de escritura creativa que estoy realizando con Índigo Crea y donde noto que poco a poco, comienzo a depurar mi estilo y a corregir muchos fallos. Es curioso que de los seis compañeros del grupo de alumnos, dos hayamos sido primer y segundo premio en el último certamen de relatos de la Fundación Municipal de Cultura de Valladolid y hayamos sido seleccionados para publicar relatos en el mismo libro. El talento se nos presupone, como el valor al soldado, pero la guia y el consejo de nuestra profesora también tiene mucho que ver en ello. Yo me considero el eterno aprendiz de escritor, por muchos premios que gane y muchos libros que publique.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Historia de una mujer pluriempleada.

Esta es la historia de una mujer que lleva toda una vida predicando con el ejemplo y de la que todos los que formamos parte de su entorno, seguimos aprendiendo a diario.
Siendo muy joven, la terrible enfermedad que le arrebató a su hermana mayor hizo que se esforzase en conseguir las herramientas que le permitiesen optar a un trabajo digno, con cuyo salario ayudar a unos padres que habían esquilmado los recursos familiares entre médicos y tratamientos por desgracia al final ineficaces. A sus diecisiete primaveras y después de haberse sacado el título de secretariado, entró a formar parte de la plantilla de una empresa internacional que acababa de asentarse en Valladolid. Allí, conoció a un estudiante de Derecho que compaginaba la carrera con su trabajo en el departamento de Recursos humanos. Se enamoraron y comenzaron una relación que mantendrían durante los cincuenta años posteriores, al saberse el uno para el otro.
Él terminó su carrera y comenzó a ejercer la abogacía y, ella lo acompañó en su andadura, ejerciendo como amantísima esposa, madre de sus hijos y secretaria en su despacho profesional.
En unos tiempos donde la conciliación de la vida laboral y familiar no estaba sujeta a ayudas, licencias, ni subvenciones de ningún tipo, ella consiguió formar junto a él una familia numerosa que juntos llevaron con el mayor de los cariños, un poco reconocido pero admirable esfuerzo y un tesón sin igual. Nunca se la escuchó quejarse y si un día dejó su trabajo de secretaria junto a él, fue porque sus hijos se lo imploraron y porque la excelente labor de su marido como letrado, le permitió prescindir de ella para ese puesto y contratar a una persona externa.
Pero eso no quiere decir que ella dejase de trabajar. Simplemente abandonó ese pluriempleo y se centró en el de madre a jornada completa, cosa que además de la educación y el cuidado de los hijos mientras él estaba trabajando fuera de casa, le hizo convertirse en una esforzada empleada doméstica, excelente cocinera, decoradora de interiores, enfermera, animadora sociocultural y organizadora de eventos. 
Por si no fuera bastante, además de las responsabilidades de su hogar, se hizo cargo con abnegado cariño del cuidado de sus padres, a quienes atendió hasta el último momento.
La vida siguió y aunque gracias al esfuerzo del matrimonio, consiguieron alcanzar una desahogada posición económica, el destino hizo que nunca pudiesen bajar la guardia y relajarse, pues enfermedades, accidentes y sustos de todo tipo los obligó a seguir en la lucha cada día de sus vidas. Hasta que él, afectado por una enfermedad que cual espada de Damocles pendía sobre sus arterias, terminó falleciendo. Pero incluso el morir quiso hacerlo en sus brazos y eso si que se lo concedieron los hados. Sus últimas palabras y su último aliento fueron para ella.
Si a mi, que soy un tipo terriblemente enamoradizo, me ha dolido horrores perder a parejas de meses o de pocos años de relación, a ella esta dolorosa pérdida, le ha arrebatado la ilusión y el sentido de su existir. Al menos puede agarrarse al legado humano del amor de su vida, que se refleja en sus cinco hijos y en los tres nietos que hasta el momento has pasado a engrosar las filas de este ejercito.
Hoy en día, con sus años repletos de vivencias y experiencias de todo tipo, me sorprende que cuando sale el tema del feminismo no se declaré una ferviente partidaria de esta corriente. Ella, que ha sido el más claro ejemplo de mujer trabajadora que he conocido. Aunque las mujeres de mi familia podrían ser verdaderos adalides de la causa, pues todas ellas han trabajado, conciliando con esfuerzo, amor y poco más, la vida laboral y la profesional y consiguiendo victorias tan importantes como la obtenida por una prima  a la que adoro, que madre soltera se ha dejado la piel para conseguir que su hija supere sus problemas médicos y acceda a unos estudios universitarios en los que ya está demostrando que lleva los genes de las mujeres que la han precedido en el árbol genealógico.
Particularmente encuentro ejemplos de lucha y de valor en todas mis amigas, que también se han formado en esta sociedad machista y han conseguido acceder a sus puestos de trabajo por méritos propios y no por sus caras bonitas. Y, cada vez que alguna me cuenta comentarios de sus jefes o de sus compañeros de trabajo, siento como si esos idiotas me estuviesen escupiendo en la cara y me entran ganas de ir a buscarlos para enseñarles respeto y educación, pero eso no me corresponde a mi, ellas saben valerse solas y no necesitan de un machito que las defienda.
Celebramos mañana el día de la mujer trabajadora, y aunque esto que voy a escribir me pueda generar algún disgusto, creo que es un error. La mujer de por si, es una abnegada trabajadora desde el principio de los tiempos. Por mí, celebraría y con verdadero orgullo y agradecimiento, el  que sean tan formidable ejemplo de mi especie animal. Yo celebraría el día de la mujer, a secas.
Me harto de decir que la paridad está mucho más allá de escribir lectores y lectoras, amigos y amigas o compañeros y compañeras. la paridad, está en el increíble ejemplo que me han dado mi madre,mis tías, mis hermanas,  mis primas y mis amigas. Ahora solo queda que los imbéciles de turno que manejan según que hilos, accedan a reconocer que somos iguales y esa igualdad debe reflejarse en los salarios y en las condiciones laborales. Es de lógica y de sentido común.
Mamá, este texto va por ti...y por todas.

domingo, 4 de marzo de 2018

Con vosotras

Y no os preocupéis, esto no es un texto ñoño en el que voy a hablar de lo maravillosas que son las mujeres y lo hijo de puta que hay que ser para maltratarlas, física o psicológicamente ( y sí, hay que ser muy hijo de puta).
Dentro del género femenino hay personas increíbles y estupendas (la mayoría) pero también crueles y dañinas (una selecta y muy peligrosa minoría ) y como dicen los abuelos (y las abuelas, claro, ustedes perdonen) "de todo hay como en botica".
No obstante creo que como hombre, estoy en mi legítimo derecho a levantar la voz y a sumar mi grito al de todas aquellas que elevan el suyo reivindicando sus derechos. Faltaría más. En mi vida, la mujer ha sido siempre la palanca que encontró el necesario punto de apoyo para mover mi mundo. Mi madre, mis hermanas, mis amigas, mis parejas...Todas supieron aplicar la fuerza necesaria para que mi vida echase a andar y para que me levantase después de cada caída. Si bien es cierto que también encontré auténticos demonios de increíbles curvas y deliciosas noches que me hundieron en el fango tras arrancarme el alma a jirones y aprovechar cuanto pudieron de mi, esquilmando mis recursos emocionales y materiales. Pero no por ello culpo a un género entero. Generalizar es de mediocres. Culpo a las personas a las que no debí haberme acercado jamás, pero en mi estupidez no supe poner distancia y entre otras cosas y como siempre, me pudo la lujuria.
Me duele mucho, muchísimo, ver a tantos hombres (demasiados aún) que minusvaloran a la mujer por el solo hecho de serlo. Que consideran que su misión en el mundo es la de completar al hombre, cuidar de los hijos que este engendre y servir de reposo del guerrero. 
¿Estamos gilipollas o qué?
La mayoría de las mujeres que conozco son mucho más validas para desempeñar puestos de responsabilidad y más sacrificadas y trabajadoras que muchos de los hombres que conozco. Y sin embargo tienen que luchar con el handicap de pertenecer al mal denominado "sexo débil". Una cosa es que físicamente seamos diferentes en cuanto a constitución y masa muscular (benditas y adorables diferencias) y otra muy distinta es que esas diferencias las hagan inferiores a nosotros.
No sé porqué coño no se equiparan los salarios y las condiciones laborales, no se otorgan los mismos derechos y no se reconoce el increíble trabajo de una mujer que además de currar como una bestia en su puesto laboral, atiende luego la casa y la familia porque sí, porque es lo socialmente establecido y su maridito el pobre, es que llega agotado del curro.
A mi me educaron para respetar a la mujer. Vi como mi padre siempre trató con absoluto respeto y con el mayor de los cariños a mi madre y como se empeñó en inculcarnos unos valores morales y sociales en los que no había ni que explicar que solo eran válidos si se aplicaban a ambos géneros por igual. Pero aún habrá quien piense que en ocasiones peco de machista por abrir la puerta  a una mujer y cederle el paso o por ofrecerme a cargar con su maleta. ESO SE LLAMA EDUCACION. Sé de sobra que no necesitan que les abran las puertas ni cargue con sus pesos. Las mujeres que conozco y con las que convivo, cargan con unos pesos con los que yo no podría ni de lejos y no me refiero a maletas precisamente. Y las puertas se las han abierto ellas. No las de entrada al edificio sino las de acceso a un mundo laboral digno y a  títulos universitarios con unas calificaciones que ya quisiera yo.
Señores (y digo señores porque esto solo se lo quiero decir a los lectores masculinos, me jode tener que explicarlo todo): El trabajo es nuestro, nosotros somos los que tenemos que arrimar el hombro ahora y de verdad, para que se respete de una puta vez la valía de la mujer. A ver si no llevan ellas toda la vida apoyando y arrimando el hombro con nosotros.
Lo que también me jode mucho es que en pleno siglo XXI donde la sociedad se supone que avanza al ritmo del progreso, estamos viviendo una autentica involución en este aspecto y cada día hay más víctimas de violencia de género y más injusticias laborales contra la mujer. 
Eduquemos a nuestros jóvenes para que no repitan esquemas absurdos. A nuestros mayores ya es demasiado tarde. En la educación y en el acceso a la cultura hay muchas soluciones.
Hagamos el favor de educarnos y culturizarnos.

viernes, 2 de marzo de 2018

Absuelto de asesinato

No voy a mentir. Durante mucho tiempo creí ser un aseino y haber matado a la persona más maravillosa que he conocido nunca. A quien le debo tanto, tantísimo que el agente existencial que lleva el caso podría haberlo considerado como un lógico móvil para justificar el crimen.
Sé que muchos asesinos dicen lo mismo, que ellos no querían, que fue un accidente, que lo sienten ,que están muy arrepentidos...Pero esta vez era verdad, lo juro.
Mi supuesta víctima tenía un corazón tan grande que las arterias, agotadas de bombear tanta sangre se debilitaron y un exceso de presión provocado por  disgustos, sustos o emociones fuertes, podían acabar destrozándolas. Y precisamente creí que esa fue el arma del crimen. Pensé  que lo había matado de un disgusto y que murió de amor por mí y de emoción al creer perderme.
Él fue un incombustible y perfecto luchador al que no pudo derrotar nunca nadie en buena lid. Ni tan siquiera el exceso de trabajo, de cargas y de responsabilidades que siempre se echó a la espalda. Murió de forma tan discreta, tan correcta y tan comedida como vivió. Simplemente llegó su hora cuando una artería estalló al no ser capaz de contener el enorme caudal de emoción que le manaba constantemente del pecho.
Sin querer, aunque sin haber puesto los medios necesarios para evitarlo, pasé por un momento en el que clínicamente mi corazón y mi cerebro se apagaron y al hacerlo, él sufrió lo que yo tuve la suerte de no sufrir al estar dormido durante días. Cuando desperté, él estaba a mi lado y me recibió con una mirada tan profunda y tan llena de cariño que al verme reflejado en sus ojos, entendí que estaba herido de muerte y crei ser el culpable de la herida.
Durante las semanas que siguieron a mi terrible error, se esforzó en ayudarme a vencer las consecuencias de mis actos y a recuperar mi vida. Y perdió la suya.
No pude evitar culparme y cuando vi su cuerpo inerte, le dije a mi madre que porqué él y no yo y que quería cambiar su lugar. Mi madre, enfadada ante mi conducta, me dijo que mi padre había ofrecido cambiarse por mi durante aquellos días oscuros de los que nada recuerdo.
Hasta hace muy poco no he podido sacarme la terrible espina clavada en la conciencia y en el alma, pero alguien me dijo que dejase de culparme. Que su enfermedad llevaba años creciendo a costa de todos los sinsabores del día a día de un padre de familia numerosa y que para él, la mayor alegría fue volver a verme caminar, sonreír y darle un beso. Que yo nada tenía que ver con su muerte, que como padre, estaba más que acostumbrado a bregar con los miedos que produce el amor por cinco hijos y que simplemente la ingeniería de su cuerpo tenía una fecha de caducidad por desgaste de material. El uso, el increíblemente buen uso que hizo de su corazón y de su cerebro, le concedió unos años de carencia cuando recibió el primer aviso de fallo en el sistema.
Tengo la suerte de haberlo disfrutado durante casi cuarenta años de mi vida. Y de seguir disfrutando de su recuerdo, de su ejemplo y de su legado genético  en mis hermanos. Y  de mi madre,  la mujer a la que amó por encima de todo y en cuyos brazos murió, cosa que sé fue un regalo de Dios que mi padre agradecerá eternamente.
Hoy necesitaba contarte esto, papá, porque siempre me leías y sé que seguirás haciéndolo desde allí donde estés.
Y ahora que venga el imbécil de turno a decir que soy un ñoño porque escriba que te quise, te quiero y te querré el resto de mis vidas.
Fuerza y honor.

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lunes, 26 de febrero de 2018

Relatista

Este es mi último relato escrito para el encuentro de relatistas "Los jueves de ceniza" que se celebra en la Casa-Museo de José Zorrilla el tercer jueves de cada mes.
Sobre el motor de creatividad que nos da la organización, hay que escribir un relato siguiendo unas sencillas directrices.
Animo a todos los que gustéis de escribir relatos a participar. En cada sesión seleccionan tres de los recibidos y se corrigen públicamente por Índigo crea,los creadores de esta iniciativa. Podéis encontrar la información al respecto en su página web.

Una furtiva lágrima
 
Dejó el corazón en el coche aparcado en batería frente al hotel donde había concertado el encuentro que llevaba semanas diseñando.
Antes de bajar del vehículo, el agente Luis González, Lu para los amigos, amartilló el arma y le quitó el seguro. Aquellos dos tipos sospechosos que simulaban jugar una partida de ajedrez en la mesa de la terraza de la cafetería no habían conseguido engañarlo. La disposición de las fichas en el tablero, evidenciaba a simple vista que al menos uno de ellos no tenía la más mínima idea de cómo librar una de esas batallas de ingenio y paciencia infinita.
González espero a que se alejase de la trayectoria de las balas la joven, madrugadora e inoportuna mujer que se acercaba empujando una silla de bebé y una vez dedujo que estaría a salvo, descendió de su viejo Citroen.
Como había previsto, los dos pésimos actores que habían enviado para eliminarle trataron de sacar sus armas, pero el eficaz agente del CESID no les dio opción a ello. Mientras avanzaba hacia la terraza, disparó dos certeros proyectiles que se alojaron en las frentes de ambos sicarios, acabando con sus vidas en el acto. El silenciador que le había colocado al cañón de la automática se ocupó de amortiguar el ruido de las detonaciones y, la calma que se disfrutaba en ese pueblo de la serranía segoviana no se vio en absoluto alterada por el rápido tiroteo. Iba a regresar al coche para pedir por radio que desde la central se ocupasen de tranquilizar a los agentes del cercano puesto de la Guardia civil, cuando encontrasen los cadáveres y diesen la voz de alarma, pero algo estuvo a punto de echar definitivamente al traste sus planes de aquella mañana. Y del resto de mañanas de su vida. La camarera del establecimiento, una rubia y menuda mujer de agraciado rostro, extrajo una escopeta de cañones recortados de debajo del
mandil dirigiéndola hacia él con muy aviesas intenciones. González apuntó con esmero y consiguió desarmarla de un único disparo que le atravesó la mano derecha. Entre sus principios no estaba matar mujeres hermosas, por muy peligrosas que estas fueran.
Comprobó que no hubiese más personas en las inmediaciones del tranquilo y apartado hotel rural donde se había organizado la reunión y tras asegurarse de que ese round había concluido, sacó su teléfono móvil de prepago e hizo una llamada a la persona que lo esperaba en la habitación doscientos once de “La sierra encantada”. Al segundo tono, una voz de hombre con marcado acento ruso contestó impaciente.
—Empiezas a retrasarte, Gonzalez.— El veterano agente secreto español disimuló la risa irónica que le provocó la respuesta a la llamada y dijo— Al menos voy a llegar. Seguro que no tienes ni idea de lo que ha pasado aquí abajo con el comité de bienvenida que me habíais preparado. Ella es francamente guapa. Con lo jodido que está el trabajo en este país, no os habrá resultado sencillo hacer que la contratasen en la cafetería de un pueblo de cuatrocientos treinta habitantes. Seguro que se le da mejor atender mesas que eliminar objetivos. Lo mismo que a los dos payasos que hacían como si jugasen al ajedrez. La KGB nunca se caracterizó por las puestas en escena de sus operativos.
—La KGB hace años que dejó de existir, González. Estás tan obsoleto como tus conocimientos.
—No creas, Yuri. Aún sigo en forma. Subiré a tu habitación en tres minutos. Te agradecería que, si piensas acabar conmigo, no me hagas perder el tiempo. Tengo muchas cosas que hacer hoy. En dos horas debo estar en los juzgados de Plaza de Castila firmando el divorcio y te aseguro que le tengo mucho más miedo a mi futura ex, que a todos los sicarios soviéticos, maten bajo las siglas que maten.
—Los españoles no dejaréis nunca de sorprenderme, González. Sube ya. Te pasaré el usb con los archivos sobre nuestra participación en “el proces” y trataré de explicarte el porqué de nuestra injerencia en la soberanía del territorio español.
—Perfecto entonces. Voy para allá.
El agente González cambió el cargador de su Pietro Beretta de nueve milímetros y accedió sonriente al hall del hotel donde se encontraba la recepción. Preguntó al amable recepcionista por la ubicación de la habitación doscientos once y subió a cumplir con su cometido, asegurándose primero de que no le hubiese seguido nadie.
Mientras subía las escaleras hasta la segunda planta, no pudo evitar pensar en el numerito que lo esperaba en la sala tercera de los juzgados de lo civil. Se había prometido que dejaría en el coche todo lo personal y que acudiría limpio de distracciones a su cita, pero, aunque dejó el corazón y los recuerdos de su matrimonio sobre el asiento trasero del automóvil, no había podido librarse por completo de la rabia y la angustia que le producía saber que había vuelto a equivocare al elegir y, que Carolina tampoco era el verdadero amor de su vida. Bueno…ella se lo perdía. En breve dispararía dos balas sobre el bueno de Yuri, una en el corazón y otra entre las cejas. Al hacerlo, le dedicaría con cariño la primera de ellas a Carolina. La que debía haber premiado su infidelidad y que se abstuvo de haberle regalado al encontrarla en la cama junto al enlace del CESID con la embajada francesa. De pequeño lo enseñaron a respetar a las mujeres y prefirió acabar con aquel gabacho de ojos turbios un par de semanas después, arrojándolo a las vías del metro al paso del convoy de la línea seis, la circular, de forma que pareció un fatídico accidente. Un buen amigo que dirigía la empresa que se ocupa de la seguridad en el metro de Madrid, avisado con antelación del futuro desgraciado suceso, se aseguró de que la cámara que vigilaba el anden en sentido Méndez Álvaro, estuviese desconectada. Favor con favor se paga.
Una vez hubo recogido el dispositivo USB, escuchado las explicaciones sobre la organización de aquel fallido proceso de independencia de Cataluña y eliminado al responsable de la trama de desinformación universal sobre la supuesta opresión del estado español sobre la nación catalana, el mortífero e impecable Teniente coronel de inteligencia militar Luis González, encendió un cigarrillo con su mechero de gasolina, abandonó el hotel, se sentó al volante y condujo raudo y melancólico hacia su nuevo estado civil. Una lágrima le resbalo por la mejilla durante el trayecto. Hay que ver, cuan irónica es la condición humana.

martes, 20 de febrero de 2018

La belleza

Es una condición inherente a las personas de alma limpia y clara. Y no tiene nada que ver con el aspecto físico, simplemente las buenas personas son hermosas a ojos del resto de los mortales, o al menos de los que tenemos ojos para ver, oídos para oír y corazón para sentir. Por que hay muchas personas que ni ven, ni oyen, ni sienten ni padecen.
Me duele sobremanera ver que la sociedad actual está sufriendo una peligrosa involución y abundan aquellos (y aquellas, por supuesto) que no solo no son capaces de reconocer esa belleza de la que hablo, sino que además, al intuirla, prefieren hacer lo posible para que no florezca ni luzca llegando incluso a destruirla. Y esto va mucho más allá de la denominada "violencia de género". Esto viene de la terrible y acelerada pérdida de los valores fundamentales que se están sustituyendo por otros valores más actuales, surgidos de la ausencia de virtud que nace del consumo sin límite y la necesidad de adorar los becerros de oro de la fama, las efímeras modas y los absurdos bienes materiales.
Me aterra ver como algo tan necesario como el respeto, la sinceridad y la generosidad, se sustituyen por cosas como la competitividad, el egoísmo o la avaricia. Lo que prima hoy en día es triunfar a toda costa, tener más cosas y mejores que los demás y ser admirado.  Y por desgracia, cada vez más gente confunde el ser admirable con ser admirado.
Pero para fortuna de todos, aún hay personas que comparten con los demás su bondad, su nobleza de espíritu y su belleza. Aún hay personas dispuestas a sacrificarse por las demás, anteponiendo a su placer y a su felicidad, la de los seres queridos y a veces ni tan siquiera queridos, simplemente la de los seres cercanos. Y eso hace que recupere la fe en el ser humano. Yo, que había decidido acudir a la ciencia para que me transformase en un gato o en cualquiera de esos seres sin malicia a los que llamamos animales. Algunos matan, sí. pero matan para alimentarse o para defenderse, no para arrebatar a su víctima sus posesiones ni su dignidad. Eso solo lo hacemos nosotros.
Y que no se confunda nadie. El golpe en la cabeza fue fuerte, si, pero no me ha vuelto loco y no me siento ni mejor que nadie ni el conocedor de los secretos del universo. No pretendo darle a nadie lecciones de moral porque soy tan humano como el que más y cometo los mismos errores que todos. Tan solo digamos que ahora soy más consciente de la cantidad de belleza que hay a mi alrededor y de como algunos pretenden acabar con ella. Y eso me lleva a desear cosas que no debería ni pensar, pues no me corresponde a mi juzgar ni impartir justicia.
Hoy me ha dado por aprovechar este púlpito en la red, para invitar a todos aquellos (que si...y aquellas) que me leen, a que traten de conducirse por una máxima tan antigua como el tiempo y que dice : no hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti. Yo trataré de aplicarlo a cada momento y estoy convencido de que si lo hiciésemos todos, al poner el telediario no me llevaría los berrinches que me llevo; al igual que al hablar con algunas personas a las que adoro y con las que me siento muy impotente ( se ruega evitar chistes fáciles) al no poder ayudarlas a mejorar sus vidas, porque están pagando las frustraciones de personas sin un alma a la altura de lo que ellas merecen.
Y si...os garantizo que seguiré metiendo la pata, equivocándome casi a diario y cagándola de la forma más estúpida pero os garantizo también que aunque eso no sirva de excusa, nunca lo haré movido por el deseo de causarle mal a nadie.
A veces sentarme en silencio con un pitillo en la boca y escuchar esta canción, me reconforta y me ayuda a recuperar la esperanza.

viernes, 16 de febrero de 2018

Con la luz de frente.

Subió el volumen del reproductor de música portátil y a través de los auriculares, la versión del Somewhere over the rainbow que hizo el tristemente desaparecido IZ le acompañó durante el tramo más duro de su ruta por  la montaña.
Sí, en algún lugar bajo el arcoiris, el mundo es realmente maravilloso, aunque a veces se presente como el peor de los infiernos y estar vivo duela. A esta conclusión  llegó tras haber sopesado todos los acontecimientos de su vida y haberle concedido a cada uno de ellos, la importancia que realmente tienen. 
Ahogarse en un baso de agua se convirtió en una costumbre demasiado peligrosa y arrastrase entre tinieblas sin decidirse a encaminar sus pasos hacía la luz que lo esperaba en el horizonte, fue la rutina en los días en los que todo se le hacía difícil e insoportable. Pero un día esa luz brilló con más fuerza que nunca y lo atrajo hacia ella. Y según se fue acercando a la luz que lo abrazó con su haz en la distancia, volvió a identificar las formas de lo que le rodeaba, los colores antes imperceptibles y los rostros ocultos en la sombra. La luz del faro que consiguió orientarle, lo deleitó con la belleza de todo lo que permanecía a su alrededor, ahora perfectamente reconocible, cercano y cotidiano.  Y descubrió el placer en el camino. Ya no temía andar, ya no temía poner un pie delante del otro y vivir. Ya no  temía a los peligros reales o imaginarios que le acechasen a lo largo del sendero. El mundo se presentaba repleto de arco iris, de cielos estrellados, de puestas de sol sobre el océano y de amaneceres que no eran otra cosa que la perfecta metáfora de toda una vida por delante. Su vida, la vida que solo él podría vivir, que solo él podría conquistar y que solo él podría convertir en el perfecto volumen de  relatos de aventuras con final feliz. O en la historia de amor que siempre había soñado escribir y para la que no había conseguido encontrar la protagonista adecuada que llenase junto a él las páginas de días y noches llenas de felicidad, de cariño y de pasión.
Un suave brisa le acarició el rostro mientras al son del tema que interpretaba el orondo cantante hawayano, volvió a sentirse feliz y agradecido por ser y estar. 
Por ser y estar. Cuantas veces había dedicado ese agradecimiento a personas que le llenaron el alma."Gracias por ser y estar". "Bendito verbo To be". Siempre le gustó jugar con las palabras y descubrir en ellas el perfecto aliado para enfrentar el sufrimiento. Ahora aquella luz que lo trajo de vuelta, le iluminó también muchas certezas, entre ellas, que las palabras servían también para expresar la alegría de un corazón contento y no solo para llenar páginas con dolor.
El mundo es suyo. El mundo le pertenece y lo está esperando con los brazos abiertos para que en tanto de rosa y azucena se muestre la color en su gesto y en tanto su mirar, ardiente, enhiesto lo acompañé en el camino, pueda alcanzar cuantas metas se proponga. Y celebrar todos y cada uno de sus triunfos, concederse las medallas necesarias y conseguidas con tesón y, escribir con letras de oro su nombre en la portada del tomo que le  reservó el destino para ser impreso en calidades de lujo.
Al terminar la canción sonrió, encendió un pitillo y con un brillo en los ojos que denotaba la más sincera alegría, volvió a poner la misma pista del cd se levantó con un dedo las gafas de sol y miró fijamente a la luz del faro que lo alumbraba. Calculó las jornadas de camino que lo distanciaban de él y pletórico de fuerzas y henchido de versos en el pecho, continuó la marcha.

domingo, 11 de febrero de 2018

La metafunción.

Tras realizar los ejercicios de respiración y expresión que aprendió en la escuela de arte dramático cuando estudió el método, Sebastián Lanzas, el actor de moda entre los críticos internacionales, cogió el texto de la función que se estrenaría aquella misma noche en el Teatro Real de Madrid y se dispuso a darle una última vuelta. Cuando lo llamaron para ofrecerle el papel y leyó la obra, supo que ese personaje lo habían escrito para él y a pesar de lo que le supondría darle vida, aceptó sin dudarlo ni un segundo.
Decidió repasar una de las escenas que más le sobrecogieron el alma cuando interiorizó su papel, porque parecía la transcripción fiel de un episodio reciente de su vida.
Se plantó en medio del escenario de la sala de ensayos, miró fijamente al vacío y comenzó a pasar el texto.
 
Y si, aún recuerdo aquel ayer, cuando estabas junto a mi. Tu me hablabas del amor y de otras muchas mentiras que se te daban genial llevar a escena, interpretando con increíble maestría cada uno de los actos. Incluso los más carnales. Y tus monólogos cargados de sentimiento y de pasión. ¡Que gran actriz! No sé como es posible que todavía no hayas viajado a Hollywood. Allí tienes el futuro asegurado. A los americanos les encanta vivir las mentiras.  Siguen convencidos de que son los dueños del mundo. Tan convencidos de ello como lo estabas tú de tenerme completamente a tus pies. Y así fue durante un tiempo, hasta que conseguí levantarme y mirarte a los ojos. 
Sin maquillaje, sin el vestuario para cada escena  y sin el atrezzo con el que conseguiste adornar el escenario donde cosechabas aplausos y grandes ovaciones de un más que confundido público, no eras más que alguien encasillado en el eterno personaje de frívola, embustera y traidora.
Si realmente vas a irte hazlo ya, No me amenaces más con ello. Si crees que él será quien llenará tus días y alegrará tus noches, no lo dejes escapar. No insistas en conservar lo nuestro. porque ya no es solo nuestro. Ahora es también suyo y no estoy dispuesto a compartirlo con él. No finjas quererme, no pretendas convencerme de que lo que sientes por mi es amor. No lo es. Es lástima y prefiero darte asco que darte pena. Te lo pondré fácil. Voy a ayudarte a abandonarme, ya que veo que no eres capaz de hacerlo, que esta vez no sabes cuando tiene que bajar el telón. Te odio, te deseo que la vida te pague como te mereces, Y que ya que has nacido para vivir el Teatro, que cada día sea la reposición del drama más doloroso que puedas interpretar. y que te coma por dentro. Que el personaje más desgraciado se adueñe de todo tu ser y que sienta y respire en ti. 
Y que él comprenda que no habrá libreto en el que ambos consigáis ser felices. Simplemente alcanzaréis migajas de verdad entre bambalinas y tendréis que racionároslas porque esas verdades mínimas y caducas, no os llegarán para alimentaros, tan solo para manteneros vivos en vuestra mentira.

Cuando Sebastián terminó de ensayar la escena de la despedida, buscó en la agenda el teléfono del autor y lo llamó mientras encendía un cigarrillo.
-Si, dígame- Contestó una voz juvenil al otro lado del teléfono.
-Hola Arturo, buenos días. Soy Sebastián Lanzas.
-Hola Sebastián, buenos días. Ya me ha llamado el director del teatro. Hemos quedado allí una hora antes de que se abran las puertas al público, para organizar como será el coctel de después.
-Muy bien, Arturo, pero no te llamo por eso.-dijo Sebastián con algo de enojo- Lo que quería era preguntarte algo que llevo mucho tiempo queriendo saber. ¿Alguien te contó mi vida y mi divorcio de Marisa? Además de lo que ha salido en las revistas y en los programas del corazón ¿Te han contado la verdadera razón de nuestro divorcio? Creo que no has jugado limpio, Arturo. Creo que has manejado mucha información sobre mi vida y has convertido lo más doloroso de ella, en una obra de teatro.
-La vida es puro teatro, Sebastián- dijo Arturo con cierta ironía-Tu ego de artista no te permite ver que la trama de esta obra, es la más antigua del mundo. Se ha escrito y se ha escenificado millones de veces a lo largo de la historia de la humanidad y por todo el planeta. Si te sientes representado en el personaje que vas a llevar a escena, enhorabuena. Así conseguirás un nuevo premio Max y te encargarán que lo representes en la futura versión cinematográfica. Haz de tu desgracia y de tu dolor la inspiración necesaria para levantar al público de sus butacas.
-No pienso prostituir mi alma, Arturo. Llama al teatro y suspende el estreno. Búscate a otro que esté dispuesto vender su corazón por una buena crítica, un premio y unos cuantos ceros en su cuenta corriente.
En vez de colgar, Sebastián arrojó con fuerza el teléfono contra la pared, destrozándolo con el golpe.
Antes de saltar por la ventana y estrellarse contra el suelo, encendió otro cigarrillo. Total, en su afán de matarse lentamente tan solo había conseguido que se estropease un poco el cutis. nada que no pudiese solucionar con la crema adecuada o con el cirujano plástico oportuno.
Los titulares de todos los medios que se hicieron eco de la noticia, coincidieron en que aquel fue un suicidio por desamor. Nunca supieron que realmente aquello fue un crimen pasional. Los recuerdos dolorosos empujaron a Sebastián por la ventana.

lunes, 5 de febrero de 2018

Y lo demás son chorradas

O cuentos. Y sé que no crees en los cuentos, aunque escribas el tuyo cada día al despertarte para ir a trabajar con una sonrisa en el rostro. Pero no por sonreír crees ser una princesa a la que el príncipe azul terminará persiguiendo con un zapatito de cristal en la mano. ¡Que turra, por Dios! ¡Pero si esta desparejado y además ni te sirve, ni te gusta! Tú eres más de calzado cómodo para ir a currar y de llamar a las cosas por su nombre y no disfrazarte de lo que no eres, para asistir a un baile y camelarte al más guapo. El físico te da más o menos igual (a ver, que no es lo principal pero también ayuda, que tonta no eres) y lo que te pone realmente, es la limpieza de corazón, el buen uso de la cabeza y el que un hombre, príncipe o no,  sea capaz de conseguir sus objetivos con esfuerzo y sacrificio. Y no creerse alguien especial por ello. Al fin y al cabo eso es lo que llevas haciendo tú toda la vida sin colgarte medallitas ni toisones de oro.
Hermanastras celosas y rabiosas las hay por todas partes pero en el fondo no es culpa suya, sino de aquellos que las convencieron de que lo merecían todo por derecho de nacimiento. Por eso cuando ven a una mujer como tú, se sienten atacadas al saber que el verdadero derecho a ser feliz es tuyo, que te lo llevas currando mucho tiempo y has puesto los medios, aunque la vida te haya sacudido una y otra vez. Has descubierto que el amor, como canta Macaco, es el único camino. Y es un camino que igual ahora mismo ya no pensabas volver a recorrer, por haberte encontrado en él con dragones, ogros, hechiceros y demás subproductos de la fantasía. Pero también te has encontrado conmigo, que sé que este es el veredero camino. El que hay que recorrer en presente y no en pasado ni en futuro, simplemente colocando un pie delante del otro  apartando la maleza, esquivando a las serpientes y mandando a tomar por el culo a las fieras que pretendan arrancarnos la vida a mordiscos.
El amor es algo maravilloso pero hay que tener mucho cuidado, porque se ha convertido en un producto gourmet al que le han salido muchas imitaciones de baja calidad de esas que se venden en el todo a cien. Prefiero ahorrar o pedirle un crédito a mi alma. Si quieres estaría genial que avalases ese crédito y si lo necesitas, yo avalaré el tuyo. Aunque creo que tú vas sobrada de efectivo emocional y te puedes dar el capricho de adquirir el amor más exclusivo, el de denominación de origen, el de pata negra.
Y lo demás son chorradas, o cuentos. 
Había una vez no hace tanto ni en un país tan lejano, una hermosa mujer que decidió echarle coraje a la vida y que despidió a su hada madrina. Y un trovador que se había estancando en cantarle a las penas y a las mujeres equivocadas.
Y fueron felices y se hartaron de chuletillas y de pan tumaca, maridado todo ello eso sí, con el tinto oportuno.
Continuará (el the end es un rollo)

miércoles, 31 de enero de 2018

Inconsciente

Esta entrada no es más que al ampliación de un muy necesario microrrelato que escribí y colgué en mi página de Facebook(Juan Pizarro new) el pasado día 26 de enero.
El relato habla metafóricamente de la ejecución de un reo que voluntaria e inconscientemente se coloca ante los fusiles del pelotón y, que consiente una vez más en vendarse los ojos. Está metáfora explica que al beber y ponerte al volante habiendo ingerido alcohol , tu mismo te estás colocando la venda que cegará tu visión y te llevará a estrellarte contra ese paredón repleto de agujeros de bala que es la carretera.
El protagonista fue ejecutado pero por avatares de la vida, por suerte o porque no era su momento, no recibió el tiro de gracia y consiguió recuperarse y volver a la lucha.
El que tenga oídos para escuchar, que escuche.
 De todo se aprende y si la experiencia y la inconsciencia del protagonista de este texto puede aportaros una lección de vida, aprovechadla. Las cosas pasan. No solo les pasan a los demás.

Inconsciente

 Antes de ser ejecutado saludó uno a uno a los miembros del pelotón con quienes había compartido las últimas copas de vino. Permitió que se le colocase la venda de efluvios alcohólicos y de forma chulesca, casi teatral, se enfrentó al momento y con solo cinco palabras pronunciadas entre risas, firmó su sentencia de muerte: "No os preocupeís,voy bien".
El motor rompió el silencio de la noche con sus detonaciones
Para su fortuna, no le quitaron el casco, olvidando darle el tiro de gracia. El ofical que mandaba el pelotón se apiadó de él y apartó el cañón de su sien, perimitiéndolo vivir. 

Y contra todo pronóstico, vive.


La canción que encabeza la entrada, habla de caminar con un fantasma. Por suerte el reo del micorrelato volvió literalmente de la muerte y se materializó de nuevo, con todos sus defectos y sus escasas virtudes. Pero las segundas oportunidades nunca son gratuitas y sabe que como parte de la deuda contraída, tiene la obligación de dar ejemplo y asumir sus responsabilidades, aunque hacerlo a veces cueste mucho y requiera de valor y sacrificio. Tiene la inmensa fortuna de contar con mucha gente a su lado dispuesta a ayudarlo. Y eso no se paga con dinero. Ni con sangre.
 

domingo, 28 de enero de 2018

Natación emocional

Acostumbro a perderme entre los razonamientos y entre los argumentos que segrega mi cerebro cuando trata de imponer la razón de la evidencia al insistente y poco consciente deseo del corazón.
Y no. No sé que hago aquí, en esta oscura salita de pensar que se haya dentro de mi, a medio camino entre la realidad de mi psique y la laguna de metáforas que se oculta tras mi pecho torturado, donde apenas hago pie y constantemente nado desesperado, tratando de alcanzar la orilla,la salvación,la tierra firme de una amor correspondido y carente de artificios. Pero ese amor se distancia más y más y con cada brazada que doy, nervioso y deseoso de llegar a él,me alejo.
Las aguas de la laguna y su fondo arenoso y turbio, esconden los cadáveres de todas las historias de amor que creí serían eternas y maravillosas y no eran otra cosa que sospechósamente hermosos lodazales poblados por caimanes que devoraron mi ilusión y mi esperanza, mutilando mi cariño entre sus enormes y despiadadas fauces. Y no los culpo. Tienen que alimentarse para sobrevivir y la culpa fue tan solo mía por creer que podría nadar entre ellos sin resultar herido.
Me he perdido y una corriente traicionera me ha devuelto a aguas profundas, Pero he encontrado una tabla a la que agarrarme, un oportuno salvavidas que me librará de que se encharquen mis pulmones y pierda el conocimiento entre labios embusteros y traidores.  Me he agarrado fuerte a mi deseo de ser feliz y de cuidar de mi mismo. y ahora me mantengo a flote y no tengo miedo, porque no volverán a tirar de mis pies hacia el fondo, ni a arrancarme la carne a bocados Ya no.
A lo lejos, mientras nadaba perdido, vislumbré la luz de un faro que me llamaba a la vida y a la plenitud emocional y  respiré tranquilo, cambié mi rumbo y nadé hacía la luz. Según me acerco a la orilla de Ítaca, las aguas se tornan cristalinas y transparentes, cálidas y seguras. No hay criaturas que pretendan saciar su apetito conmigo ni pecios hundidos vestidos de algas, moluscos y coral. Los restos del pasado más sombrío y desagradable se han transformado en juguetones delfines que nadan junto a mi. No tengo miedo. La luz me guia y se  refleja en mis empapados cabellos y en mi piel arrugada por el agua, convirtiendo la desorientación y la angustia en necesario y útil aprendizaje. De todo se aprende y todo sirve, incluso lo más doloroso.Precisamente las experiencias negativas son las que más te fortalecen cuando consigues superarlas y relegarlas al cofre de lo que no ha de volver.
¿Te apetece un bañito?

lunes, 22 de enero de 2018

Turno de oficio

En esta imagen puede verse al presunto culpable de haber desaprovechado todas las oportunidades que le ofreció la vida, en compañía de sus abogados: su padre y su hermana Alejandra.
Estos formidables y concienciudos letrados han conseguido evitar una y otra vez que el jurado popular reunido por el tribunal eterno, emitiese un veredicto de culpabilidad, sostenido por las evidencias presentadas por el ministerio fiscal que además de aportar pruebas de todo tipo, consiguió el testimonio de muchos y muy variados testigos presenciales.
La defensa que preparó su padre como letrado con más experiencia en la abogacía y el derecho paternal, se fundamentaba no solo en la extensa jurisprudencia a la que agarrarse, también en todos y cada uno de los eximentes que si no eran suficientes para exonerar de toda culpa a su cliente e hijo, si al menos conseguirían ablandar los corazones de los miembros del jurado.
Este ha sido el último pleito que llevó y ganó su padre, tras haber rebatido y desmontado los argumentos y las pruebas de la fiscalía y además, haber presentado un alegato final digno del más soberbio y hábil leguleyo. Tras la sentencia del divino tribunal en el que se ponía en libertad al reo, condenándolo no obstante a la realización de trabajos para la comunidad, su padre apenas pudo disfrutar de la victoria pues  reclamaron su presencia en las más altas instancias y lo nombraron asesor de la sala número uno del tribunal apocalíptico, final y universal.
Antes de presentarse en su nuevo puesto, desde donde abogar e interceder por cuanto inocente solicitase  ayuda, se ocupó de transmitir a su pupila e hija los conocimientos adquiridos en su larga vida llevando la toga y su templanza, su saber estar y sus adecuados e intraicionables valores morales, su ética profesional y personal y su código deontológico grabado en el alma con letras capitales.
El ya liberado del implacable peso de la justicia, a la que todos tendremos que rendir cuentas en algún momento, sabe que puede respirar tranquilo, pues en su hermana y abogada, reconoce incluso con los ojos cerrados, la dulce paciencia de su padre y encuentra en ella la seguridad que tanto ansia para llevar una vida digna y libre de sobresaltos, demandas y pleitos.
Juicios tengas y los ganes, dice la maldición popular.

sábado, 20 de enero de 2018

"Hoy llego más puro que el agua mineral"

Y dentro de esa pureza que me has ayudado a conseguir, saneando el lodazal en que se estaba convirtiendo mi pecho torturado, he encontrado alguna explicación a preguntas eternas, con respuestas obsoletas o terriblemente confusas y dispersas.
Hay que tener un cuidado extremo para no permitir que algún desaprensivo, convierta tu alma en ese pantano de la desesperación en el que Atreyu estuvo a punto de perder a Artax y donde uno puede sumergirse entre angustias y penas, sin aferrar la cuerda que te lanzan las personas que te quieren.
¿Qué es el amor? preguntas clavando tu pupila en mi pupila azul. Princesa...amor eres tu.
Amor es todos y cada uno de esas gestos cómplices que unen a dos personas con un lazo invisible pero fuerte y resistente. Amor es la sonrisa que despierta una llamada de teléfono o un simple mensaje, cuando todo parece perdido. El amor del que yo hablo, nada tiene que ver con los culebrones que parecen rodarse tan solo para ayudarte a dormir la siesta en el sofá del salón, al término del telediario.
En una de mis últimas relecturas de esa impresionante obra filosófica y atemporal, que es "El principito" me deleité sobre manera con la diferencia entre querer y amar que nos presenta la conversación que mantiene el joven príncipe con una de las rosas.
El amor brota cuando descubres que darías cualquier cosa y harías cualquier cosa por alguien a quien deseas ver feliz por encima de todo. Un hijo, una madre, un hermano, un amigo o una pareja. Da igual. El amor implica respeto, sacrificio y una siempre disponible voluntad de ayudar a respirar a quien necesita aire porque su vida comienza a ahogarlo.
No dudes ni un solo segundo en que en el momento en el que alguien antepone su ego, sus necesidades y sus deseos a los de la persona amada, ha dejado de amarla para quererla. Y además quererla mal.
Cuando sientes dentro de ti que lo que te va  a hacer realmente feliz, es ver a la persona amada cumpliendo sus objetivos, ganando sus batallas y sonriéndole al destino, solo entonces comprenderás que has comenzado a amar de verdad. Y eso no hay que traducirlo en noches de pasión o en contacto de ningún tipo. A veces eso sobra por completo. Por supuesto enriquece y alimenta, pero no es una condición obligatoria.
Moriría de nuevo por verte completamente feliz y renacería otra vez en el paraíso de tu plenitud y tu sonrisa. 
Sin vergüenza, sin pudor, sin pretensiones, puedo afirmar con certeza que te amo. Y lo más hermoso de todo es que el amor verdadero, ese del que han escrito millones de versos los espíritus atormentados conocido como poetas, no necesita ser correspondido. Pero si tu también me amas, a mi, me estarás confirmando que además de que la vida tiene un sentido, Dios existe.

jueves, 18 de enero de 2018

El beso perfecto

Tras varias horas acostado en su cama, consiguió conciliar el sueño dándole vueltas a algo que le tenía muy intrigado desde hacia tiempo. Cierto problema en su memoria a largo plazo le impedía recordar los primeros labios que besó. Se supone que el primer beso no se olvida nunca, pero él tenía serías dificultades para recuperar y ordenar recuerdos. Vuelta tras vuelta, pitillo tras pitillo, bostezo tras bostezo, consiguió devolver a su cabeza y a su corazón, los recuerdos de muchos y muy distintos labios de mujer. Desde los tímidos y casi culpables labios de una adolescente en las playas de Málaga,hace ya demasiados años, hasta los carnosos y apasionados labios de una preciosa mujer recién divorciada, quien había atesorado años de pasión contenida por no entregarla a quien no la merecía. Pasando claro está, por algunos labios esquivos que en contra de toda posibilidad, había conseguido alcanzar.
Y entre estos recuerdos, rescató los de docenas y docenas de mujeres de todas las edades que habían acompañado sus besos con cariñosas caricias, intensos abrazos, sonrisas lascivas, promesas de amor eterno y otros tipos de mentiras oportunas.
Hubo un tiempo en el que alcanzar tan preciado, húmedo y dulce regalo de una muer, era casi una obsesión y con cada ruptura, con cada abandono,con cada herida infligida a su habitualmente indefenso y desnudo corazón, descubría que al menos el destino le reservaba la posibilidad de descubrir otra boca, otro tacto, otra oportunidad para encontrar el oxígeno necesario en esa común y sumamente infravalorada demostración  de cercanía entre dos almas.
Al despertarse a la mañana siguiente y encender aún entre tinieblas uno de los pitillos que lo terminarían quitando de en medio, trató de hacer un repaso y de encontrar las respuestas a las preguntas que llevaban semanas atormentándolo: ¿Quien? ¿Cuando?  ¿Donde?¿Cómo? pero sobre todo y por encima de todo, ¿Porqué?
Lo que tenía más que claro es que aquel primer beso, lejos de ser un hermoso regalo del amor adolescente, había sido la primera dosis de una droga que lo estaba matando muy lentamente y para la que no existía cura, antídoto, ni forma de desintoxicación. Y además, no quería dejarla, estaba agradecido por haberse enganchado y sabía que siempre habría alguien dispuesto a aliviarle el mono, aunque fuese con una dosis adulterada o de mala calidad. El síndrome de abstinencia tenía fácil remedio y consistía en hacer la llamada oportuna y en  estar dispuesto a agachar la cabeza, renegar de sus principios y romper una promesa hecha a sí mismo en un reciente pasado doloroso, donde se juro no volver a entregar sus labios a quien no los valorase.
Lo más duro para él, era saber que aún no había degustado el beso perfecto, el roce de los labios con los que sueña y para los que todavía cree no estar capacitado y no ser merecedor. Puede que ese beso no sea más que una leyenda, mitología carnal, fe y esperanza. Puede que aunque ya está plenamente seguro de los labios donde nacerá, lo que realmente le asuste sea no disfrutar jamás de esa miel que se le antoja ambrosía de los dioses. Pero aún así, reza cada noche con soñar que lo consigue, que la besa, que acaricia su nuca y sus mejillas mientras se pierde en su boca, se sumerge en ese océano de aguas cálidas y seguras que es su alma y pierde el conocimiento con el roce de su lengua.
Todo llegará, todo termina llegando y no solo lo bueno, también lo perfecto.

viernes, 12 de enero de 2018

Vivir en un sueño

Vivir en un sueño no siempre es lo que te cuentan en las películas de Disney. A veces las serpientes de los sueños que canta Silvio Rodriguez consiguen escapar de su onírico terrario y tratan de engullirte en el mundo real, convirtiendo tu vida en una pesadilla espantosa. Ahí es cuando decimos eso de "estoy viviendo una pesadilla". Pero de todo se despierta, incluso de los sueños más horrorosos. Y todo se puede alcanzar, incluso el más hermoso de los sueños.
La vida es tan curiosa y el destino tan caprichoso que, cuando menos te lo esperas, descubres estar inmerso en un sueño del que no quisieras despertar nunca, porque de repente ha aparecido alguien que colma tu pecho, alegra tu espíritu y alimenta tu alma. Y ahí es cuando decimos eso de "me parece estar viviendo un sueño".
Una muy acertada pluma escribió hace varios siglos que la vida es sueño y hoy descubro que como Segismundo, apurar cielos pretendo ya que me tratan así. ¿Qué delito cometí, contra vosotros naciendo?. Aunque si nací, ya entiendo que delito he cometido. Oh...mísero de mi, oh infeliz.
Pero ya está. Se acabó. He devuelto a las serpientes al terrario del que escaparon, he podido abrazar al onírico ángel que me acompaña y he recuperado mis fuerzas y mis ganas de vivir. Y de soñar.
Los sueños se cazan con cebo de ilusión, cartuchos de esperanza y podencos portugueses o felinos amaestrados.
Todo radica en localizar la presa, asegurarte de que no vas a derribar la equivocada y no cejar en el empeño de cobrar el sueño ansiado.
La fuerza de voluntad, el espíritu de lucha y el sacrificio continuo, son las mejores y más precisas armas con las que salir de montería.
Os invito a una partida de caza en el coto privado al que se llega cerrando los ojos tras una dura jornada en el mundo real. Merecerá la pena, os lo garantizo.
 

miércoles, 3 de enero de 2018

Oculto en un silencio

Hay silencios que son gritos hacia adentro. Hay silencios que si se midieran en los decibelios que aturden el alma, reventarían el sonómetro.
Tanto tiempo sin abrir la boca. Tanto tiempo sin llegar a pronunciar las palabras correctas, las preguntas acertadas. Tanto tiempo sin conseguir aullar lo que le estaba devorando por dentro. Y sin embargo llegó el momento.
Todo termina llegando, incluso lo bueno. Y al fin puede levantar la voz.
El chorro de agua fría que mana del grifo a presión de su conciencia lo despeja y lo devuelve a la realidad de una existencia olvidada. Hoy vuelve a sentirse vivo, pase lo que pase y le pese a quien le pese. 
Ha dejado de ocultarse en el silencio y en las sombras de un pasado atormentado. Vuelve a salir a la luz, vuelve a expresarse sin miedo, vuelve a donde le corresponde estar y de donde fue expulsado sin motivo aparente y no se atrevió a protestar aceptando su destierro y alimentándose de quejas y reproches que no pudo o no quiso presentarle a nadie. Pero hoy le ha prometido a sus sueños que va a pelear por cumplirlos, que se terminó lo de vivir entre lágrimas, que ya está bien de agachar la cabecita y asentir balbuceando innecesarias disculpas.
La vida da muchas vueltas, demasiadas quizás, pero ahora toca reivindicar su ilusión y combatir sus temores. 
Encontró la luz, descubrió un resquicio entre las tinieblas que lo envolvieron de repente y no le permitieron hallar el camino, el verdadero camino, pero lo identificó y a través de él, escapó de la peor de las condenas.
Alguien dijo una vez que el infierno es la imposibilidad de la razón y la razón rige su decisión. Y por primera vez el destino está de su lado y ya ha comprendido que todo es posible.
Escribe con el dedo sobre la arena de la playa del olvido una declaración de intenciones donde como desafío, ratifica en verso sus demandas.
Se asegura de tener abundante munición de palabras del calibre de su corazón y, tras comprobarlo, aguarda sin miedo al enemigo que antes lo asustaba como a un niño abandonado en el bosque  y al que ahora espera con la impaciencia de un tiburón que ha olido sangre cercana.
Para todo hay un antes y un después y en este momento se encuentra disfrutando de saber que su después se ha convertido en ahora y ya nadie podrá volver a hacerlo callar. El antes ya no importa.
Ha dejado de ocultarse en el silencio. No volverá a esconderse nunca más, ni volverá a girar el rostro, ni a bajar la mirada.
El valor siempre estuvo ahí. Se autoconvenció de que solo tenía que creerlo y tomar cuanto necesitaba y cuanto le correspondía por derecho.  Y así lo hizo.
Ha vuelto.