Avanzo poco a poco y creo que si sigo esforzándome y trabajando duro, un día llegaré a ser el escritor que quiero llegar a ser. Y es que ser escritor no consiste solamente en ganar premios o en publicar libros, ni tan siquiera en poner por escrito todo lo que te inunda el alma y te desborda por dentro, manando incontenible en negro sobre blanco y tomando forma escrita. Es mucho más y requiere de verdadera dedicación y de muchas, muchas horas de lectura paseando la curiosidad por las obras de autores de todo el planeta y de todas las épocas.
Lei mi primer libro a los cuatro años y escribí mi primer cuento a los siete. Y desde entonces no he dejado de hacer ambas cosas que además de reportarme incontables horas de felicidad, ocio, diversión, evasión y catarsis emocional, consiguieron que mi cerebro estuviese preparado para afrontar las circunstancias más adversas y que milagrosamente se recuperase del golpe más demoledor. Porque es cierto...la literatura salva vidas.
Y este martes día 31 de agosto, en un lugar tan importante para mi como es el jardín romántico de la casa del insigne y laureado poeta vallisoletano, José Zorrilla, presentaré al público mi novela Temporada de sustos, segunda entrega de la trilogía Crímenes de temporada que publicaré con la editorial Suseya. Este será mi quinto libro en solitario en el mercado, aunque como relatista mis textos se encuentran también en diversos volúmenes de relatos. He llegado incluso a atreverme con el verso y en una ocasión incluso logré ser finalista de un certamen poético, cosa que me sorprendió y me hizo feliz, pues considero la poesía un arte reservado solo a unos pocos.
Con Temporada de sustos siento que he crecido como escritor, y no solo por haber sido capaz de escribir una novela de 360 páginas con una trama elaborada, repleta de acción y de giros de guion, y desarrollada en distintos lugares de la geografía española. Siento que he crecido porque al alter ego que escribí como protagonista de esta trilogía, lo acompañan un buen número de trabajados personajes de distinta índole y en los que he querido dibujar diferentes actitudes frente a la vida, contrapuestos valores morales y multitud de vicios y virtudes inherentes a la condición humana.
Mi amiga, la editora y novelista premiada, Eva Melgar, quien me acompañó durante el proceso creativo de las dos primeras entregas de la trilogía que cerraré con la novela que ya está en curso, Temporada de caza, es una incansable lectora y una concienzuda escritora, a quien concedo un especial criterio literario pues además de ser hija, prima y sobrina de escritores, la literatura ha formado y formará siempre parte fundamental de su vida. Eva ha sabido motivarme y aconsejarme para sacar lo mejor del escritor que llevo dentro y que aunque aún se aleja del escritor que me gustaría ser, ya va apuntando maneras. Que Eva se sienta orgullosa de mi y satisfecha con el resultado final de esta novela me ha devuelto la sonrisa perdida en esta última etapa de mi vida, triste y difícil.
Temporada de sustos se ha vestido de gala con las ilustraciones de Pepe Garcia, pintor asturiano que ya ha embellecido distintos libros y cuya acuarela representando Simancas ocupa la cubierta del libro y, con las ilustraciones de su hija, mi también amiga desde hace años, Eva García, que con la magia de sus lápices ha dado forma a distintos personajes de la novela y ha sabido representar con acierto el emblema que aglutina los motivos históricos y el porqué de algo fundamental en la trama de la novela.
El próximo día 31 y ante un aforo limitado a 70 personas debido al protocolo de seguridad frente a la Covid 19, volveré a emocionarme al recordar lo que escribió mi padre en el libro de firmas que se pasó entre el público durante la presentación de mi primer libro, Historias para según qué días y, volveré a agradecerle en silencio que me inculcase su pasión literaria y me ayudara a traducir a palabras aquello que lucha por escapar de mi cuerpo.
Durante el evento, amigos de la talla de Pablo (Blow), Susana y Cesar (Cover Club) y Dario Martín H (Martín H band) aportarán su talento y su arte en forma de canciones, pues estos artistas de Valladolid que tienen presencia en las páginas de mis novelas y en las de mi vida, subirán al escenario a cantar los temas que acompañan las vicisitudes y las peripecias de un inspector del grupo de homicidios de la Policía Nacional de Valladolid, bajito, rubio, con el bigote bicolor y excesivamente enamoradizo y sensible, pero de gatillo fácil y valores forjados sobre las experiencias más devastadoras.
Estoy tan nervioso como emocionado y feliz. Sé que pase lo que pase y le pese a quien le pese (pues no solo me rodean amigos), el martes será un día importante en mi vida.
Con Temporada de caza tengo que dar un paso más y seguir avanzando. Aún me queda mucho camino por recorrer. Rendirse nunca es una opción y recordad...todo termina llegando, incluso lo bueno. Algún día.
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