Acostumbro a escribir que todo termina llegando, incluso lo bueno. Y con esto no quiero ser presuntuoso y que parezca que ese "incluso lo bueno", se refiera a la calidad de mi nueva novela, eso no soy yo el que debe juzgarlo. Cuando hago referencia a lo bueno que termina por llegar, solamente hablo de que al final, tarde más o tarde menos, aquello en lo que has trabajado duro invirtiendo tiempo, ganas, energía e ilusión, acaba haciéndose realidad.
Esta novela, (segunda entrega de la trilogía Crímenes de temporada, que se edita bajo el sello de la editorial Suseya y a la que precedió Temporada de setas), la escribí durante el confinamiento domiciliario resultante de la pandemia producida por la Covid 19. De hecho es curioso, porque la presentación oficial de Temporada de setas, en la sala Concha Velasco de Valladolid, tuvo lugar el 6 de marzo de 2020 y Eugenia Rico, escritora que prologó la novela con un texto lleno de cariño, no pudo venir porque reside en Venecia y allí el Coronavirus ya campaba a sus anchas, y los venecianos vivían y morían entre restricciones de todo tipo. Durante el evento, alguno de los asistentes se saludaban con el codo o el pie y adelantados a su tiempo, trataban de mantener cierta distancia de seguridad. Mi hermana Elena, también escritora galardonada y actriz, no pudo realizar el monólogo que tenia previsto durante el acto al tener que quedarse en casa con febrícula y dolor muscular. Si sumamos a esos síntomas el que Elena trabajaba entonces como animadora sociocultural en residencias de mayores, creo que todo apunta a lo que apunta.
El día 1 del confinamiento domiciliario al que se sometió a los españoles para intentar minimizar los devastadores efectos de este bichito de nombre regio, comencé a escribir Temporada de sustos y la verdad es que las horas empleadas en documentarme para ser lo más preciso posible y las que emplee en desarrollar la trama durante lo siguientes ocho meses me sirvieron para evadirme en la medida de lo posible de la triste realidad que asolaba mi país y el mundo entero, realidad a la que volvía al abandonar el ordenador y darme cuenta en el acto de que todo había cambiado, que no podía salir de casa e ir a ver a la que entonces era mi pareja y, que por desgracia recibía llamadas y wasaps de familiares y amigos comunicándome ingresos hospitalarios y defunciones. Después llegaron distintas medidas que nos acercaron a la mal llamada "nueva normalidad" y poco a poco la vacunación, el uso de mascarillas, el continuo lavado de manos y el escrupuloso respeto de la distancia social, me permitieron vivir de una forma más natural las distintas vicisitudes que me reservaba el destino.
Entre nosotros, pagaría porque se borrasen todos mis recuerdos de lo vivido y sufrido este último año y medio, pero como siempre he creído en la teoría de la compensación, el ver impresa mi nueva novela y haberle puesto fecha, hora y lugar a su presentación editorial, me ayuda a disfrutar de lo que tengo y a dejar de lamentarme por lo que he perdido, que ha sido mucho.
Como escritor siento que he dado un paso adelante y que he avanzado, pues esta nueva novela se conforma de 360 distópicas paginas llenas de trepidante acción, referencias a la historia de España y a la situación política actual, amistad, enfrentamientos entre el bien y el mal y por supuesto y como no podía ser de otra forma viniendo de mi pluma, una deliciosa historia de amor.
Y ya está aquí.
Una vez más algunos de los artistas que forman la BSO de la trilogía me acompañarán durante la presentación compartiendo con los invitados su talento y su arte.
Eva García y su padre, Pepe García, autores de las ilustraciones de interior y cubierta, también participarán en el evento.
Es de bien nacidos ser agradecidos y debo reconocer y agradecer la importancia y lo fundamental del gran trabajo de mi buena amiga, la editora, correctora, diseñadora gráfica, maquetadora y novelista, Eva Melgar, quien ya me ayudó a darle la forma que quería a Temporada de setas y, con esta nueva aventura literaria se ha lucido aún más.
Estoy satisfecho de esta segunda entrega de la trilogía y, sabedor de que la literatura salva vidas, he comenzado ha escribir Temporada de caza, la última entrega, cuyo manuscrito original va por la página 52. Le debo mucho a la literatura, muchísimo y cada día escribo y leo para fortalecer mi cerebro, sanar mi alma y animar mi corazón.
Sé que no puedo vivir únicamente en negro sobre blanco, pero estoy aprendiendo a compaginar mis dos realidades, la existencial y la literaria.
Poco a poco y trabajando duro y con verdadera ilusión, conseguiré llegar a ser el escritor que quiero llegar a ser.
Espero que leáis esta nueva novela, que os haga pasar unas horas entretenidas, interesantes y placenteras y que os guste. Ese es a fecha de hoy mi mayor deseo, que los lectores disfruten con mi obra.
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