viernes, 13 de agosto de 2021

Dulces sueños


Porque soñar es gratis y no cotiza. Tampoco desgrava, pero al fin y al cabo eso me importa lo que viene siendo una mi...tad de nada  (que tu eres de ciencias y sabes que la mitad de nada es nada).
Así que déjame esta noche soñar contigo. 
Prometo no hacerlo público, reservarlo para mi, y estarte eternamente agradecido.
Si algún día diera con la manera de hacerte mía, no solo te amaría cada día como si fuera siempre ese día, sino que sabes que me dejaría la piel en hacerte tan feliz como me fuera posible y no pararía de pedir una copa tras otra de tu veneno, que a mi se me antoja la más celestial ambrosia.
Déjame que me crea que te vuelvo loca,(cosa que entre tu y yo, me hace particular ilusión). Lo de ser yo quien te quite la ropa, ya es algo que o sale de ti, o  mejor me muerdo la lengua y me evito pedirlo. Nunca reclamo amor ni mendigo cariño. Creo que valgo lo suficiente para que podamos presumir el uno del otro y nos sintamos afortunados de habernos encontrado. Permíteme eso sí, que te coma con los ojos, porque desde luego y por ahora, me conformo con lo que me provocas. Pero si te soy sincero sé que me puedes provocar incluso cosas más intensas y más hermosas. Démosle tiempo al tiempo, pero de momento por favor, déjame soñar contigo.
Es curioso, pero por alguna absurda razón he pasado una larga y muy melancólica temporada tratando de convencerme de que el cielo iba a permanecer nublado mucho tiempo más, y de que las nubes solo se abrirían para que los dioses pudieran seguir riéndose de nosotros mortales, y cebándose en mi desgracia. Ya ves...a raíz de compartir un café contigo he descubierto que las cosas serán tan horribles como yo me empeñe en verlas. Y quiero verlas tan bonitas como tu.
Ya no soy un niño ni un atolondrado chaval que confunde sentimientos y emociones y se deja llevar por las hormonas, y por arrebatos disfrazados de enamoramiento. Para mi desgracia o para mi suerte (¿chi lo sa?) todas y cada una de las mujeres que me han regalado días maravillosos y noches deliciosas, y también aquellas que me han cubierto corazón y alma de cicatrices, y memoria de recuerdos espantosos, me han ayudado a discernir lo superfluo de lo profundo, lo banal de lo transcendental y lo estéril de lo fecundo. Todas mis relaciones, las que fueron dichosas y las que no, me han servido para llegar hasta ti y aspirar al menos a soñar esta noche contigo.  Ahora veremos si realmente la vida tiene sentido, si todo está escrito y si cada acto conlleva su consecuencia.
De momento y aunque solo sea por haberme devuelto la ilusión, acepta mi más sincero agradecimiento. Ya se verá que más estás dispuesta a aceptar de mi, pero quiero que sepas que lo que te ofrezca y lo que te entregue, lo haré desde lo más profundo del interior de mi pecho. 
Vale...puedes pensar que mi vena literaria magnifica la realidad, la distorsiona y la transforma en la trama de una apasionada novela, pero es que yo no sé sentir de otra manera ni expresarlo de otra forma. En cualquier caso no te preocupes, porque toda mi valentía ante el teclado de un ordenador o ante un folio en blanco, desaparece cuando me enfrento en directo a una sonrisa como la tuya, y seguramente nunca llegue a decirte nada de esto. Pero si me dejas soñar contigo, puede que mañana cuando te despiertes, sientas sin saber porqué la imperiosa necesidad de agarrar el teléfono y llamarme, o el irrefrenable impulso de enviarme un wasap.
Te estaré esperando. por lo menos hasta que habrá los ojos y regrese a lo anodino de una realidad sin ti.
Como te dije una vez, mi teléfono siempre tendrá cobertura y batería para ti.


 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues díselo no seas tonto. Sea quien sea ella seguro que le gusta oír algo así.

lacantudo dijo...

No sé si llegará el momento de decirlo de viva voz, puede que entonces consiga reunir el valor, puede que no, pero tiendo a callarme estas cosas,bien por timidez,bien por falta de valor o bien por miedo a no ser correspondido y haber descubierto mis cartas sin necesidad. En la eterna partida del amor, acostumbro a cometer errores,a comerme los faroles de las jugadoras de la mesa y a perder una mano tras otra.