sábado, 22 de septiembre de 2018

¿Raros?

Hay días en los que amanezco pensativo, confuso y demasiado reflexivo. Hay días en los que todo se hace un mundo y en los que dudo de mi capacidad, de mis posibilidades y de mi normalidad. Esos días que considero raros, son el pan nuestro de cada día para la mayoría de la gente que se considera normal y que la sociedad considera normal.
No soy ningún rarito, no lo he sido nunca. Simplemente soy un tipo que siente y que necesita darle salida a sus sentimientos. Ni siento ni sufro más que nadie. En muchas ocasiones he escrito que en absoluto tengo el monopolio del dolor ni del sufrimiento. Ni lo quiero.
Obviamente me gustaría ser feliz, pero...¿acaso no es algo que queramos todos? Y si muchas personas lo consiguen, yo no tengo porque rendir la espada cuando todavía tengo muchos años y muchas oportunidades por delante. Y lo mejor, es que cuento con el apoyo y con la fuerza de muchas personas que me quieren y que están deseando que salga de este puto bucle de lamento y que alcance mi propósito. Cuento además, con el ejemplo de excelentes personas, algunas ya desaparecidas, pero otras, la mayoría, aún permanecen en mi circulo de familares y amigos y siguen dándome una oportunidad tras otra y regalándome su experiencia y su ejemplo.
Por eso cuando empiezo a rayarme con los días raros, consigo pensar que no son raros, son necesarios y he de dedicarles la atención que merecen y aprender a extraer todo lo positivo de esas reflexiones.
Ya no me duele hacer introspección ni estar solo. Antes me torturaba en exceso con cualquiera de las dos cosas. Ahora he aprendido a disfrutar de los momentos de soledad y a bucear en mi inconsciente.
Y eso es francamente bueno.
De cañas y de buen rollo, con la cartera llena y la pareja esperando, todos somos encantadores y muy sonrientes. Hay que saber sonreír cuando la vida se ha convertido en una batalla y en un compendio de esperanzas y de ilusiones por llegar.
Y todo termina llegando, incluso lo bueno.

jueves, 13 de septiembre de 2018

Historia de un desertor

Cuando André desenvainó su sable y erguido a lomos del corcel entrenado para la batalla ordenó la carga de sus tropas, recibió un disparo en el hombro izquierdo que le hizo perder el equilibrío yendo a caer de bruces contra los adoquines parisinos.
Desde el suelo y mientras recibía atención sanitaria del médico del regimiento, pudo ver que la turba congregada en las barricadas rechazó el primer asalto y que los supuestamente "desarrapados" y "miserables haraganes" que su general, el marqués de Orleans, le había dicho que sucumbirían en el acto al enfrentarse a tropas regulares, en realidad era una multitud de ciudadanos de todas las edades y de toda condición social,que se habían unido contra la injusticia y la represión de un rey que no estaba dispuesto a escuchar las justas reclamaciones del oprimido pueblo.
Una vez le hubieron practicado un vendaje de emergencia, su asistente le alcanzó las bridas de su alazán y le dio el pie para que volviese a montar. 
André consiguió reorganizar a las diezmadas tropas para un segundo asalto, pero antes de dar la orden de carga, pudo reconocer en una de las barricadas a una tiradora que le era excesivamente familiar, Celine.
Celine era una poetisa parisina con la que había compartido muchas noches de versos y vino, de lectura a la luz de la luna y de paseos por los campos elíseos.
Aunque André era un hombre cultivado y amante de la poesía y de todas las artes, su formación militar y su rango de oficial de los dragones del rey, le habían hecho ponerse al frente de los soldados que calada la bayoneta y al son de tambores y cornetas, cargaban contra sus vecinos e incluso contra sus amigos y familiares.
Celine le había comentado en una ocasión mientras degustaban vino de Borgoña y versos de Boileao, que igual que no le dolían prendas en disculparse cuando no tenía la razón, tampoco le supondría ningún esfuerzo tomar un fusil y unirse a aquellos que luchaban con la cabeza alta y el corazón ardiente por la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y desde luego aquellas palabras no fueron producto de los efluvios del mosto envejecido en barrica de roble. Puede que la bala que lo desmontó, hubiese salido del largo cañón del fusil polaco que la poetisa manejaba con acierto.
Ordenó a las tropas restantes formar en cuadro de avanzada con los granaderos al frente y antes de dar la orden, buscó de nuevo con la mirada los hermosos ojos de aquella creadora de sueños en rima asonante y versos dodecasílabos. Mandó detenerse a sus hombres y antes de que nadie pudiese evitarlo, espoleó a  su montura y con los brazos en alto y el pañuelo blanco en la mano en señal de parlamento, cabalgo hacia las trincheras. Cuando llegó, desmontó y de una palmada en la grupa, hizo que el caballo regresase a la formación. Él, ayudado por varias manos amigas, trepo hasta saltar la barricada y ocupó su lugar junto a aquella diosa de la palabra. Desenvainó de nuevo su sable de comandante, amartilló los perrillos de su pistola de fabricación nacional y gritó, "Vive la france".
 Mientras recibían el asalto del que fue su regimiento hasta que la razón le hizo desertar y unirse a quienes debía haber masacrado por orden de la avaricia y de la infamia, sintió un soplo de brisa fresca acariciándole la mejilla y al girarse, los labios de Celine repitieron el beso pero esta vez directamente sobre los labios de Andre´.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Historial creditício

"Otra vez tocando fondo. Otra vez es tarde y pronto. Otra vez se ha vuelto tonto el corazón"
Ahora necesito más que nada ese duro de amor. Ahora necesito más que nunca que un compañero del alma me diga "tranquilo, que nunca pasa nada". Porque si que pasa y a veces te das cuenta de que ya está bien de pasar noches enteras contando goteras y hablando a un farol.
Carezco de aval y de avalistas y eso lo complica todo. Al parecer muchos bancos de amor que yo consideraba de confianza ya no dan crédito. Y es normal. Están a sus operaciones, centrados en el rendimiento de sus inversiones y pendientes del resultado de los balances anuales.
No van a desprenderse de un duro de amor para prestármelo porque el amor ha sufrido una impresionante caída en la bolsa y las cotizaciones de los sentimientos están por los suelos a fecha de hoy, justo cuando más los necesito.
Y no estoy haciendo reproches, eso no va conmigo. Simplemente he entendido las cosas y por eso mismo quiero descargar a la banca de toda culpa. La culpa es solo mía.
Voy a abandonar por un momento la metáfora resultante del tema que acompaña este texto, para decirte que estés tranquila y que no te preocupes por mi. Sé que tienes tu vida, tus circunstancias, tus amores, tus éxitos  y tus fracasos y que ahora tu solvencia emocional está tan limitada que no debes invertir en otra cosa que no sea garantizarte tu felicidad.
La felicidad es un artículo de lujo que cotiza en un mercado a parte. Durante mucho tiempo me creí poseedor de una buena reserva de este bien tan cotizado, pero con la caridad llegó la peste y no solo la dilapidé en mil celebraciones absurdas, sino que la  derroché compartiéndola con quien no la merecía y regalándola a todo aquel que me bailaba el agua y a toda aquella que me decía "ojos azules tienes". Pues como dice San Mateo en el capítulo 5, versículo 29: "si te escandaliza tu ojo, arráncatelo".
Y se acabó. Se acabó tratar de volver a ser ese que cometía un error tras otro.Ahora aspiro a ser una versión mejorada de mi mismo. Se acabó pedir crédito indiscriminadamente en cuanto alguien me despierta algo en el pecho y creo que puede formar parte de mi vida. Se acabó mendigar. Se acabó insistir. Se terminó eso de estar siempre disponible para quien se aleja de mi  a conciencia y se oculta tras el burladero de las más absurdas circunstancias.
Y no es egoísmo, es supervivencia. Si quiero volar he de soltar lastre. ícaro voló solo y si bien aspiró a llegar demasiado alto y eso lo llevó a la muerte por ambicioso, al menos mientras ascendía, debió sentirse un Dios. Pero no es ese mi deseo. Mi deseo es ser un tipo normal, con el que poder compartir momentos cuando juguemos en igualdad de condiciones y dispongamos de un patrimonio emocional en común, en el que ninguno tendrá que invitar al otro ni prestarle duros de amor para gastárselos en tonterías. Mi deseo es que seamos amigos porque así lo sentimos los dos, porque ambos lo necesitamos y lo valoramos en igual medida y porque ambos comprendemos de la misma manera el verdadero significado de la palabra amistad.
No te asustes ni te enfades si dejas de recibir llamadas y mensajes desde mi número. Te quiero, pero no te pienso perseguir. Esto es algo bidireccional y para que dos personas se encuentren en un camino, ambas deben caminar en la misma dirección. Si tu no avanzas hacia mi, no nos cruzaremos nunca. Es fácil cuando alguien da el primer paso y marca la ruta a seguir. Pónmelo fácil. Ahora necesito que me traces el rumbo. Me he perdido. O me estás perdiendo tú. No lo sé. Lo que si que sé es que cuando volvamos a encontrarnos será todo igual de bonito que lo ha sido siempre, porque hay cosas que no debemos permitir que se agosten ni se engangrenen.
Tu tienes tus historias, pero yo también tengo las mías.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Indultado


El gobernador del estado suspendió su ejecución y poco tiempo después salió libre.
Intentó ser el que fue, pero ni sus puños eran los mismos, ni conservaba su seductora sonrisa, ni su cerebro era capaz de diseñar el atraco perfecto. Estaba sonado, ya no volvería a ser el número uno.
Decidió perdonarse por haberse dejado capturar, por haber perdido la forma y por olvidar el manejo de la Thompson.
Pero no era un perdedor, ni lo sería nunca. Se reconstruiría, volvería a estar en forma aunque todos lo hubiesen repudiado. Él aun creía en sus posibilidades.
Entonces la conoció, descubrió que siempre la había amado y tras hacerse con una cuartilla y un bolígrafo, escribió:

"No me importa aquel que fui,
no necesito encontrarme porque me he encontrado en ti
y renuncio a mis victorias y a mis años de placer,
ya solo quiero morirme
y en ti volver a nacer.
No me duele lo perdido,
porque te he reconocido,
no echo de menos a nadie,
ni secuaces ni sirvientes,
ni modelos,
pues tú enriqueces mi aire,
tu alimentas mis desvelos.
Quiereme, sonríeme, perdóname,
permíteme que te ame,
que te regale mi tiempo,
que ya no es mio ahora es tuyo,
y con él mi corazón,
que también te pertenece,
al igual que mi razón.
Si me quieres, he triunfado.
para amarte fui indultado.
La existencia en otro tiempo una carrera,
ahora ha cobrado sentido,
mi amor, mi vida ,
mi compañera."

Deslizó la cuartilla sin firmar en el interior de su bolso y pidió un whisky con mucho hielo y coca cola light en copa de balón.
Se sentó a esperar a que comenzase la música y cuando comenzaron los primeros acordes del My way, la sacó a bailar. Entonces sonó un disparo y con una sonrisa en el rostro, ella le introdujo la cuartilla hecha un rebujo en el agujero que la bala del 45 le hizo en el pecho, a la altura del corazón.
Todo termina llegando. Incluso la justicia.


lunes, 27 de agosto de 2018

Tanto amor que dar

El último estado que he publicado en mi muro de Facebook me ha hecho pensar y eso me ha llevado directamente aquí, porque las redes sociales se quedan cortas para ese caudal de emociones que resquebraja continuamente la presa de mi pecho.
El amor...manda cojones que precisamente haya elegido un tema de Julio Iglesias para encabezar esta entrada, pero es que realmente me parece una letra muy acertada la de esta canción. Vale que él  ha repartido demasiado "amor" entre cientos de mujeres ( igual hasta  me quedo corto), pero yo he aprendido que una cosa es amar y otra hacer deporte o incluso practicar el onanismo sustituyendo la mano por otro cuerpo.
Hoy también he descubierto que eso que me lleva machacando toda la existencia se ha calificado por los expertos como P.A.S. 
Pues muy bien. Mola que le pongan nombre a las cosas. Ahora además de ser un tipo bajito con el bigote bicolor, soy una "Persona de Alta Sensibilidad". Chachi.
A raíz de ciertas catastróficas desdichas, me ha cambiado por completo la visión de la vida y aunque siempre he sido un tipo excesivamente sensible, no sabía canalizar los sentimientos y confundía emociones al creer que el cariño, el interés, la afinidad, la necesidad, la pasión o incluso la lujuria eran amor. Pues no.
Antes le daba demasiada importancia a cosas triviales y absolutamente carentes de ella, como el dinero, la posición, la popularidad, el físico... dejando en un segundo plano lo más importante y lo que realmente define a una persona y la hace ser como es, guste o no.  Y no se puede gustar a todos. Ni se debe.
Pasar por situaciones extremadamente difíciles, por pérdidas desoladoras e irrecuperables y por estados desconocidos para mi como la depresión y la soledad  me han enseñado el verdadero significado de palabras como Familia o Amigo. 
No nos confundamos, de cañas todos somos encantadores y super colegas, pero aquellos por los que moriría o mataría y que morirían o matearían por mi pertenecen por pleno derecho a uno de estos dos grupos que acabo de mencionar: la familia y los amigos.
Y por supuesto amo. 
Amo a mi familia, que siempre ha estado ahí y que ha sufrido conmigo, ha peleado conmigo y ha reído conmigo. A todos mis familiares sin excepción, que han sabido perdonar e incluso amar mis carencias y mis muchos errores.
Amo a mis amigos (que nadie se enfade  por utilizar el masculino para hablar de amigos y amigas, pero no pienso contribuir a destrozar mi idioma). Amo con locura a Gatete y a otros muchos animales de mi tribu. Y desde hace no demasiado amo también de esa forma que solemos encontrar en los culebrones y en las novelas románticas, en los poemas más cursis y en las canciones de Albano y Romina. Y de Los Pecos.
Y ella es una mujer generosa y moral y emocionalmete muy superior a lo que estaba acostumbrado en mi vida de pareja, pues me ha conocido en profundidad y me entiende y comprende lo emocional y lo enamoradizo que soy y, aunque sabe que la amo, es la primera que no se cansa de decirme que si un día descubro que me he enamorado de otra persona, que no sea idiota y que se lo diga, que será la primera en animarme a intentar vivir y disfrutar lo que a ella le resulta demasiado difícil darme ( y por supuesto no es amor, sino tiempo en común y estabilidad).
Tengo mucho amor que dar y eso me lleva destrozando desde que era un niño y haciendome sentir incomprendido y casi desgraciado. A veces, confundido por los estereotipos y los roles impuestos por la sociedad  he llegado incluso a dudar de mi sexualidad, pues tengo amigos a los que adoro y sin los que mi vida estaría vacía y pensé que igual estaba enamorado de ellos y era gay, aunque no me atrajesen físicamente ni me apeteciese tener sexo con ellos. No tiene nada que ver una cosa con la otra. Soy heterosexual, pero amo por igual a mis amigas y a mis amigos. Mi corazón se ensancha del mismo modo cuando oigo la voz de Mónica que cuando oigo la de Chuchi y mi vida me resulta igual de estupenda y  completa cuando veo a María o a Vero que cuando veo a Paddy o a Guille. 
Soy rico en amigos y esa es la única riqueza que no quiero perder nunca. He estado a punto de perder a amigos sin los que no podría avanzar y no hubiese podido salir de los siete infiernos por donde he andado haciendo turismo. Y mis fallos, mi insensatez e incluso mi egoísmo han dinamitado la roca más dura y sólida del mundo, la de la amistad. Pero gracias al cielo no llegué a colocar una carga lo suficientemente grande como para volatilizarla. Y aun podré abrazarme a su intensa presencia, su increíble paciencia y su generoso perdón, incluso en la distancia.
Y el destino a veces se molesta en señalar con neones de colores a aquellas o a aquellos que no debo dejar escapar de mi vida y que con seguridad, ya he compartido mucho en otras existencias pasadas. Y Dios, Supergato, o quien sea el que maneja los hilos, me ha dado la capacidad de poder poner por escrito mis angustias, mis miedos y mis mayores alegrías.
Y estoy feliz por amar y por saberme amado por unos cuantos. Los justos, los necesarios. Mujeres increíbles, hadas diminutas, Indias deliciosas, tipos duros, tipos sensibles en su dureza, perros y gatos incluidos.




jueves, 23 de agosto de 2018

Se veía venir

Cuando Charlie recibió el informe de los compañeros de la comisaria, acompañado del informe forense tras la autopsia a los tres cadáveres, estuvo tentado de volarse la cabeza con su arma reglamentaria. Se veía venir, pero su hija nunca quiso hacerle caso. Bella y su manía de hablar despacio pensar despacio y actuar despacio, poniendo caritas mietras posa incansablemente para el objetivo de la cámara del destino.
Habían encontrado los cuerpos en el interior de una tienda de campaña en la cima del pico más elevado de la cordillera que rodeaba Forks. No sabía porqué coño había tenido que irse de acampada con aquellos dos jovencitos que seguían su rastro constantemente cual animales en celo. El despliegue de hormonas de Bella había atraído a toda la fauna en quinientas millas a la redonda.
Su hija era estupenda y lo sabia. Era guapísima y lo sabia. Y tenía a aquellos dos peleles completamente entregados. Y lo sabia. Pero Charlie nunca hubiese imaginado aquél final para el trio de víctimas del angelote arquero con problemas en las corneas.
Sloan, el agente más joven de la unidad, tuvo que salir a vomitar al adentrarse en la tienda pues la visión de aquellos cuerpos un tiempo hermosos y ahora completamete destrozados pudo con su pueril entrega al deber. "Para servir y proteger" rezaba la inscripción de su placa, pero no decía nada de pasar esos malos ratos.
A Bella le habían seccionado ambos pechos y le habían abierto la garganta de lado a lado. Debió de tardar en morir y sufrió.  Sufrió de una forma inimaginable. Estaba hasta fea, ella...que soñaba con dejar un bonito cadáver.
Edward, que era un muchacho de exquisitas facciones y cuerpo de modelo de pasarela, había recibido tantos golpes que se asemejaba más a los restos de una piñata tras el cumpleaños de un adolescente mexicano borracho de mezcal y tequila reposado.
Lo peor fue lo de Jacob, le caía bien aquel joven nativo americano de malas pulgas que solía rascarse tras las orejas con excesiva frecuencia y mearse en todos los arboles del jardín de su casa. A Jacob le habían arrancado la cabellera y tras abrirse paso a través del cuero cabelludo, alguien le había devorado el pequeño cerebro. El rigor mortis del cuerpo demostraba que los enormes pectorales en tensión y los potentes biceps del chaval, se habían empleado a fondo. El hecho de tener absolutamente todos los nudillos rotos, no dejaba lugar a dudas sobre los golpes recibidos por el mayor de los Cullen.
El informe del departamento forense, indicaba que en el recto de Jacob se encontraron restos de semen de Edward y en el de Edward, restos de semen de Jacob. Lo peor era que encontraron restos de ambos fluidos en los labios de su hija, en su vagina y también en el recto. "Por ahí, ni el pelo de una gamba", le había dicho su madre antes de largarse a vivir con su amante, pero Bella siempre iba a su rollo y sabía que a los tios de ahora lo del sexo anal les hace mucha gracia, sobre todo cuando una chica va de recatada y estrecha.
Aquello no tenía sentido pues en los alrededores de la tienda no se encontraron restos de alcohol ni de drogas de ningún tipo y la sangre de los tres cadáveres dio negativo en alcohol y drogas. Únicamente se demostró que casualmente los tres eran diabéticos. Aquello no sorprendió al desconsolado policía. Las conversaciones entre su hija y aquello niñatos rezumaban tal cantidad de azúcar que sus páncreas se veían sobreforzados a la continua fabricación de insulina y claro, entre las palabras bonitas, las miraditas y los continuos suspiros, una muerte por coma diabético hubiese sido mucho más natural que aquella bacanal de sexo y sangre. Pero desde luego...cualquiera entiende a los jóvenes de ahora.
Lo que si que está claro es que una mujer nunca debería jugar con dos hombres a la vez (cosa que en absoluto justificaría ningún tipo de violencia hacia ella) y que esos dos hombres, enamorados de la misma fémina y deseosos de saciar sus apetitos con ella, nunca podrían ser amigos. En cualquier caso y como mucho, compañeros de borrachera. Pero encima aquellos mojigatos en vez de irse de pedo con los colegas y quedar luego para dare de hostias y arreglar sus diferencias, como los muchachos decentes, se pasaban el día corriendo desnudos por el bosque y subiéndose a los árboles.
Charlie no llegó a comprender aquel espantoso final para el trio más popular del instituto. Interrogó a Sam, el amigo chulo y  bocazas de Jacob, esperando que le explicase algo y con tal intención y un extra de amor paternal, llegó a a excederse un poco en la sala de interrogatorios, pero aunque le arrancó una a una las veinte uñas con unos alicates oxidados y le rajó la espalda con un cuter mellado, no consiguió ninguna explicación convincente, eso sí, confesó haber matado a Kenedy y a Jose Antonio.
Mientras los de asuntos internos trasladaban a Sam a la enfermería y detenían a Charlie, este pudo escuchar como Sam gritaba: "lo que le ha pasado a tu hija bien está, se veía venir, por pedorra y creída, pero lo de mi colega Jacob ha sido una putada. Al Cullen que le jodan, nunca tendría que haberse instalado en este pueblo con los pedantes de sus hermanos, ni haber perseguido a la hembra  de uno de mi manada." Manada...Charlie odiaba el sentido que algunos niñatos gilipollas y prepotentes le daban a ese término.
A Charlie e abrieron expediente y tras despojarle de su placa y su arma, lo echaron del cuerpo.
Ahora trabaja de segurata en un garito del Bronx y se gasta una mala leche que hasta los camellos de Harlem lo llaman " el quemao". Al salir de trabajar, acostumbra a ver películas de esas para adolescentes, que son las únicas que no le hacen pensar ni recordar lo triste de la muerte de su hija. Seguramente porque son todas tan patéticas y tan carentes de sentido que de alguna manera le evitan utilizar su torturado cerebro.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Solo quiero seguir hablando contigo

Ayer noche, en compañía de una amiga poeta, volví a ver esta joya del cine español ganadora de diversos premios y que llevaron a cabo mi amigo el espejeño Alberto Del Campo y el afamado e innovador director Rodrigo Sorogoyen.
Y una vez más me revolvió las entrañas hasta la saciedad y me llevó a tu recuerdo, mi querida y añorada Blancanieves.
Yo me identifico con facilidad con el protagonista masculino, con el que tenía muchas cosas en común hace algunos años, no tantos pero los suficientes para no haber sabido estar a la altura cuando más me necesitaste. A la actriz protagonista me resulta inevitable no identificarla contigo, pues además de que también es preciosa, los ojos tristes y la languidez con la que mira me llevan a algunos momentos junto a ti. Y esas conversaciones que mantienen, y esos besos que se roban el uno al otro. Y ese final.
Te añoro cada día, te recuerdo más de lo que quizás debiera recordarte. Vives en mi y en todos los que te quisimos.
También vivimos nuestra pequeña historia de amor, pero mucho más allá de besos y ratos de cama, el amor que nació entre nosotros se consolidó como la amistad más hermosa. Y te fallé. No supe estar a la altura de tus necesidades y arroparte en tu sufrimiento. No supe ayudarte cuando todo se volvió oscuro y eso me machaca a diario, porque tú me ayudaste mucho en los momentos más espantosos de mi vida.
Creo que te voy a querer siempre y sé que un día volveremos a vernos, pero aún no. Guardarme un sitio a tu lado en la pista de baile. Igual hasta bailo y todo.
Te añoro, te quiero y te llevo dentro, Belén.

domingo, 19 de agosto de 2018

¿Valiente?

A veces ser valiente si que es solo cuestión de suerte.
No soy valiente, creo que no lo he sido nunca, al menos no especialmente. Soy un tipo normal que cada día escoge el disfraz más apropiado de la guardarropía y se lanza a la aventura de vivir, esperando que resulte lo más fácil posible y que no haya problemas.
No digo lo que no digo ni hago lo que no hago, simplemente lo escribo y lo pongo en boca de personajes creados para enfrentar y afrontar aquello que me aterra y esquivo constantemente y, les hago decir lo que no soy capaz de decir. En ocasiones algo superior a mi comprensión y a mi naturaleza  me posee y cuando menos lo espero me hace demostrar que todos escondemos en nuestro interior un superheroe o un duro de película. En ocasiones he sido capaz de no agachar la cabeza, de no apartar la mirada y de no controlar los epítetos ni los puños. Y la verdad es que no me enorgullezco de ello. Odio la violencia, tanto física como verbal y procuro evitar ese tipo de enfrentamientos. Me resulta tan desagradable hacer daño como que me lo hagan. En alguna ocasión he sido capaz de sacar la cara por aquellos por lo que me dejaría matar.  Y eso si que volvería a hacerlo. No es valor, es amor.
También he sido capaz de apartar los labios de una boca traicionera, de abrochar la blusa que dejaba al descubierto las monedas con la que pretendían pagar el orgullo que me habían arrebatado. Y de acompañar hasta la puerta a los ojos más bonitos, las caderas más insinuantes y los "te quiero" más falsos.  Ahí si que creo que fui valiente porque me tuve que medir con el más poderoso y dominante de mis instintos. Y gané por KO técnico.
El verdadero valor lo he descubierto en aquellos que han decidido plantarle cara a unas adversidades que cual plagas bíblicas, se han cebado con ellos sin atender a razones, esfuerzos, cirugías ni medicaciones.
Y sin embargo con cada sonrisa, con cada llamada planteando quedar a tomar un vino, hacer una excursión  o ir a un concierto, me dan una lección de coraje. Ellos quieren VIVIR, así con mayúsculas y aprovechar cada minuto de la aventura que les ha tocado en suerte. Reconozco que envidio su fortaleza y su valor Mucho. Quisiera ser la mitad de la mitad de lo valientes que son algunas personas de mi círculo más cercano.
No tengo miedo a la oscuridad, ni a los espíritus, monstruos o psicópatas de la variada, poco original  y abundante  filmografia de terror.Tengo miedo a la soledad, a pensar demasiado, a darle vueltas a las cosas, a recordar los momentos más duros, más tristes y más difíciles. Tengo miedo a estar a solo a hurgar en cada herida y caer en la tentación de recordar una y otra vez  los momentos más duros, más tristes y más difíciles. Tengo miedo a estar a solas conmigo y a hacer introspección. Por eso en cuanto noto que me rondan las ganas de echar la vista atrás y repasar el listado de aquellos seres queridos que he perdido a lo largo de mis cuarenta y cuatro primaveras, busco el libro adecuado, escribo el texto más visceral o marco el teléfono que me llevará hasta la voz que sabrá decirme que deje de temer.
Tengo miedo a defraudar porque sé que durante años y sin poder evitarlo, no he dejado de hacerlo.
Por encima de todo temo hasta la locura volver a enamorarme de quien se hará unas fajitas con mi corazón y mis sentimientos más intensos. Y eso es una verdadera putada, porque no sé quien decidió hacerme tan jodidamente enamoradizo y tan terriblemente sensible a una sonrísa, una mirada o una palabra bonita (sobre todo si la escriben, la declaman, la interpretan, la dibujan o la cantan).
Tengo mucho, muchísimo que aprender y parece que tendré que tropezar con la misma piedra y con todas las piedras de la puta cantera del alma hasta que vuelva a descalabrarme y está vez ya no haya tiempo ni ganas de desfibrilar o de inyectar insulina directa al corazón; un corazón llenito de agujeros, de cicatrices y de costras.
Y me atemoriza en exceso ver a los mios sufrir. Quiero tanto a la gente que quiero que a veces me asusto al pensar que todos tenemos una fecha de caducidad y que aquí no se va a quedar nadie.
Por favor, que venga el encargado, que traigan la hoja de reclamaciones, que me digan donde puedo poner una queja. Ahora entiendo lo del dichoso valle de lágrimas. Y me jode mogollón porque yo soy más de reírme, de imitar a Chiquito y de monetes vestidos de botones que tocan los platillos. Y de vídeos de gatetes haciendo el canelo. De compartir unas risas con mi madre y mis hermanas y de salir corriendo al baño tras una conversación con los amigos más divertidos, mas vividos, más viajeros y con más anécdotas que contar.
¡Que quiero ser feliz, coño! ¿Donde hay que presentar la solicitud? Me da igual que sea por triplicado y con acuse de recibo, me da igual que tengan que sellarla cinco mil funcionarios celestiales, me da igual que tenga que firmarla en cada página y esmerarme con la rúbrica. Quiero ser feliz y solo podré serlo si veo felices a los mios.
¿A quien tengo que votar? ¿A quien hay que untar?¿A quien rezar?
Me da lo mismo ser valiente o ser el más cobarde, gallina, capitán de las sardinas. Pero por favor y a quien corresponda: permítame ser feliz.

sábado, 11 de agosto de 2018

Llegará

Imagino que echarte de menos es algo natural. Y que por las noches todo sea cambio de posturas y encontrar telarañas en las costuras es parte de todo esto.
Lo que es fundamental es llegar a darse cuenta de lo que uno vale, porque sino el mundo es una tonteria. pero de las gordas.
Tanto tiempo de agachar la cabecita y mirar de reojo, asumir puntuaciones ajenas y enarbolar la bandera de la humildad, solo lleva a un enfermizo deseo de ser una avestruz y esconderse bajo tierra. Pero no. 
Soy un felino y se acabó eso de tenerle miedo a lo que se oculta en las sombras. He encontrado la luz que ilumina hasta los rincones más oscuros y he afilado mis garras.
Te invito a que sonrías al futuro, a que mandes a tomar por el culo las angustias, las humillaciones y a las personas dañinas. Perdona todo el daño que te han hecho pero no consientas que vuelvan a hacértelo. Y si te lo hacen, avisa. Un día pasarán bajo el árbol en cuyas ramas estaré agazapado y dispuesto a saltar sobre sus gargantas para saciarme con su sangre y demostrar que el valiente ha sido valiente hasta que el cobarde ha querido.
No derrames ni una lágrima más. No renuncies a ninguna sonrisa y no prescindas de ninguna palabra bonita.
Te echo de menos y aún no hemos compartido más que instantes y porciones de vida, pero han generado un vínculo tal que el día en el que podamos volar juntos, conseguiré escribir el poema perfecto, ese que me quita el sueño y que llevará tu nombre. Ese que siempre he soñado con escribir porque llevo soñándote todas mis vidas. Y un día de repente te acercaste a mi madriguera y me acariciaste el lomo. Y me gustó.
A veces pienso en ti y ronroneo. A veces creo que todo es posible y me decido a dar otro paso adelante. A veces me erizo y bufo al recordar las circunstancias que nos mantienen separados, pero enseguida se me pasa y recupero la calma, porque todo termina llegando, incluso lo bueno.

martes, 7 de agosto de 2018

Bautismo

Al sumergirte en esta particular zona del río Tera, sientes que tu espíritu emerge limpio y renovado, que la vida te da una nueva oportunidad para ser feliz y que los que te rodean, son verdaderos hermanos en esta fe que solo se fundamenta en la amistad y el cariño.
Nuestra religión no tiene nombre, pero en ella las palabras más importantes se escriben con mayúsculas.  Estas palabras, a modo de mandamientos, son AMISTAD, CARIÑO, RESPETO, HOSPITALIDAD y, algunas otras que configuran el decálogo de la creencia que me hará libre. 
Desde el día en que llegué a Espejo de Tera por primera vez, supe que aquel lugar sería tan especial como importante en mi vida. Y que sus habitantes se convertirían en una nueva familia que siempre estaría a mi lado. Y así ha sido.
Podría hablar durante horas de lo hermoso y de lo fuerte del vínculo que me une a esa pedanía soriana, pero con decir que allí me siento seguro, libre, feliz y querido, creo que es más que suficiente.

La naturaleza creó este regalo para quienes saben apreciarlo y no es una playa del Caribe ni la montaña leonesa, pero estoy seguro de que te encantará conocerlo y valorarás cuanto hay allí, porque todo es increíble.
La música y la creatividad en todas sus expresiones son parte fundamental del abono del que se nutren las raíces de cada árbol y de cada planta, del pasto que alimenta al ganado y al hacer la fotosíntesis, del aire que respiran los vecinos y que ensancha sus pulmones, y engrandece sus corazones. 
Allí todo sabe mejor, queda mejor  y se disfruta más. Allí incluso yo me encuentro guapo e interesante. Allí las penas duelen menos, los recuerdos son solo agradables y el amor y todo lo que me alimenta el alma se magnifica.
He podido compartir mi tiempo allí con diferentes personas de la historia de mi vida, pero cuando consiga hacerlo contigo, se cerrará un ciclo que me hará darle gracias a quien sea que maneja el destino y ha puesto este lugar y a estas gentes en mi camino. 
En esta última y necesaria visita, la buena amiga que me ha acompañado junto a su hija llenando todos y cada uno de los minutos de energía positiva, me ha dado una nueva lección de vida al asegurarme que cuando pueda perdonar a quienes culpo de mi mayor daño, encontraré la felicidad completa en el perdón y que ese perdón no será para ellos, sino para mi. Y necesito perdonarme, sacar la basura del interior de mi pecho y convertirme en la persona que quiero llegar a ser, para poder darme de verdad, para poder ofrecerte el mejor producto que han modelado el aprendizaje y la experiencia, el amor y el dolor, el conocimiento y la duda.
Y Espejo de Tera es el lugar ideal para cursar este master de post grado existencial y conseguir el cum laude.