martes, 13 de octubre de 2015

Los blogueros somos aliados, no competencia.

Igual que me he hartado de repetir que el teatro aficionado es un aliado del teatro profesional y seguramente una buena cantera donde formarse los futuros profesionales de la escena, los blogueros literarios o simplemente aquellos blogueros que utilizan la tecnología blogger para compartir sus aventuras literarias son compañeros de trinchera de los escritores reconocidos puesto que con sus relatos, cuentos, poemas, artículos, ensayos y demás, están facilitando a los usuarios de la red el que la afición por la lectura llegué también o se consolide si acaso, a través de la pantalla de un ordenador, de una tablet o incluso de un teléfono móvil.
Durante años he formado parte del encuentro de blogueros de la Feria del libro de Valladolid, donde además de vivir grandes experiencias, he conocido a otros blogueros y blogueras que me han reafirmado en la idea de que la pasión por escribir y por que el público pueda acceder a lo que escribes es algo universal y se aleja de la idea de que uno es algo "rarito" por necesitar escribir y alimentar su blog.
Desmitifiquemos ese concepto tan arcaico del joven escritor como un ratón de biblioteca, tímido y retraído o bien como un alocado vividor que poseido por el camino del exceso, termina siendo la semilla del tan supravalorado "escritor maldito", estereotipo del que siempre he huido y que más que despreciar, temo.
Conozco a blogueras y blogueros que ya han publicado o que están a punto de publicar sus propios libros. Gracias al cielo me puedo incluir entre ellos puesto que todos los que escribimos utilizando las nuevas tecnologías, somos grandes amantes del libro impreso y perseguimos de alguna manera transcender a través del negro sobre blanco en una o varias ediciones.
Admiro a todo aquel que es capaz de escribir sus sueños, sus deseos, sus vivencias, sus errores o los productos de su imaginación y de su mente, del mismo modo que admiro y respeto a todo aquel que se atreve a salir a un escenario, por muy mal que pueda llegar a hacerlo después. Lo importante y lo valorable es atreverse a dar ese primer paso que te coloca ante un público que puede encumbrarte o destrozarte por completo.
Hay muchos escritores reconocidos que sabedores del éxito de algunos blogs, han abierto los suyos propios donde además de contarnos sus citas con los medios de comunicación o donde podremos encontrarles firmando ejemplares, a veces se deciden a regalarnos unas lineas de proyectos  y futuras publicaciones.
Desde aquí y como es lógico van mis mejores deseos y todo mi apoyo  para aquellos que han decidido abrirse un blog donde lanzarse al fabuloso pero sumamente duro mundo de la literatura.
Sé que es practicamente imposible que llegue el día en que pueda vivir de mis textos, pero el hecho de escribir ya de por si me mantiene vivo.
Escritores de prestigio, amigos y compañeros blogueros, caminemos juntos.
 

sábado, 10 de octubre de 2015

Nunca estuviste varada.

De un extremo la argolla y del otro tu corazón pero en cualquier caso da igual, el caso es que he echado el ancla a babor hace ya mucho.
Has vuelto al mar y cuando el cielo parecía no escuchar, se me ha dado otra oportunidad para que trate de esquivar mejor las pesadillas en este laberinto de incertidumbres,
Creo que lo que te alejó de mi fue el miedo a traspasar la frontera.
Ayer crucé los ojos contigo y se levantó un temporal en mi alma con olas de más de doce metros.
Volverte a ver siempre se señaliza con muchas rayas en el mapa de mi corazón, donde se alerta a la tripulación de la inminente fuerte marejada.
Llevo años navegando y he sufrido diversos motines, deserciones, e incluso alguna vez he encontrado polizones escondidas en la bodega junto al pecho pero hace ya tiempo que decidí izar la bandera de cuarentena y colocarla en el mástil junto a la nacional, pues aunque mi nave es española, he amarrado en tantos puertos por todo el mundo que ahora prefiero que se sepa que hay una misteriosa y desconocida enfermedad a bordo antes de fondear en cualquier costa y poder contagiar a sus habitantes.
Fuiste la sirena más hermosa con la que me he topado y la más dulce.
Tu canto consiguió confundirme y enamorarme y al seguir tu voz mi velero se estrelló contra los arrecifes encallando primero y, luego y por el tamaño de la impresionante vía de lágrimas que se abrió en la quilla, terminó hundiéndose.
Me convertí en un naufrago de ti. Nadé pero eres una sirena y no estuve nunca a la altura en el agua, tu elemento. Al final agotado y triste opté por consentir que me arrastrara la corriente y aún pude ver como te alejabas más y más con poderosos movimientos de cola.
La vida me llevó a una isla habitada por una indígena maravillosa que me ayudó a construir una nueva embarcación con la que echarme  a la mar y tras haber encontrado un enorme tesoro gracias al mapa que me regaló mi padre, he vuelto a ser el capitán de un poderoso buque.
Ayer al cruzar la vista contigo pude reconocer en tus ojos todo lo que escuché en tus canciones. En la lista de éxitos de mi cabeza siempre serás número uno.
No he dejado de quererte y aunque lo intenté a base de grog, las penas no se ahogan, nadan mucho mejor que yo.
Sigues siendo la sirena más bonita y la más dulce, por ende la más peligrosa.


lunes, 5 de octubre de 2015

Ampliando mi espacio.

Voy a considerar el bucear en nuevos géneros donde no suelo prodigarme, como una ampliación del espacio literario donde tratar de desenvolverme para evitar llegar a sentir la claustrofobia de estar atrapado entre los cuatro cristales de aquellos géneros y temáticas en los que acostumbro a pasear.
Aquí la gravedad es muy parecida a la que rige el espacio de mi zona de trabajo habitualmente y ni tengo que anclarme al sillón para evitar flotar, ni tengo que conectarme a un aparato que me permita respirar con normalidad ese oxígeno que me alimenta los pulmones y que acostumbro a viciar con nicotina y alquitrán, entre otras sustancias cancerígenas.
Estoy escribiendo un relato para presentar al certamen de relatos de ciencia ficción que convoca la Universidad del País Vasco pero aunque está siendo algo divertido para mi, por lo inusual de la temática en mis textos, no puedo evitar incorporar a la historia muchos sucesos vividos en mis propias carnes como suelo hacer, pues aunque intente la abstracción, me resulta muy difícil alejarme de mi mismo.
Será que pese a todo me caigo bien o puede que me asuste perder mi esencia, no lo sé.
Casualmente en este relato, un extraterrestre enviado a la tierra para estudiar las costumbres de los terrícolas y como han sido capaces de degradar así su entorno natural, adopta la apariencia física de un gato casero, un minino de compañía que termina por dejar que aflore su verdadero yo, para asombro y terror del humano con el que vive.
Al igual que he hecho en alguna ocasión, cuando se falle el premio del certamen colgaré el texto en el blog, ya que debe ser inédito y el haberlo colgado en un blog para su lectura se considera algo así como una autoedición y lo importante es que no se haya difundido previamente al certamen.
Yo, que soy un tipo que gusta de escribir historias románticas o al menos historias en las que las emociones se reflejen constantemente, llegando a haber sido considerado el "superñoño" hecho carne (aquel personaje de "Muchachada Nui" marcó mi vida, en efecto) llevo ya mucho tiempo trabajando la novela negra, la novela histórica y de un tiempo a esta parte el cuento clásico, de esos de  "y fueron felices y comieron perdices" y ahora la ciencia ficción.
Por supuesto uno está muy influenciado por lo que ha leído, ha visto en el cine o incluso ha vivido y no es casual que haya pasado de "Love story" a "Alien".
Las circunstancias personales influyen y mucho a la hora de escribir y creo que para considerarme un buen escritor debería trabajar la capacidad de abstracción pero digamos que mi vida se ha visto sacudida por un sunami espantoso de un tiempo a esta parte.
Imagino que volveré a los orígenes, nunca he renunciado a ellos y de hecho me gustan pero hoy por hoy quiero aprovechar esa inestabilidad emocional y ese aprendizaje de nuevos conocimientos para tratar de sacarlos partido desde mi necesidad de escribir. No he podido evitar deslizar en este relato una historia de amor también pero prometo que el gato y otros animales que en ella aparecen no sufren ningún acoso por parte del protagonista ni de otros humanos.
Creo que aunque pueda resultar algo forzada le aporta un toquecito diferente a los relatos habituales de ciencia ficción. Igual hasta gusta.
Todo se andará.
Cuando pase el tiempo y pueda hacerlo, este relato lo colgaré aquí bajo el título de "Tan felino" que es el que le adjudiqué al comenzar el texto.



lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Cuentos de hadas?

Tras vencer al dragón que custodiaba la entrada del palacio donde residía la malvada bruja, el guerrero gris espoleó su caballo hacia la puerta principal donde la guardia de orcos cerraba filas para defender a su soberana.
Recibió muchas heridas en el combate que entabló con ellos pero pudo derrotar a aquellas fuerzas maléficas pues su voluntad era más fuerte que el miedo y el cansancio.
Con la armadura completamente abollada y llena de sangre, el guerrero gris comenzó a subir las escaleras hacia el salón del trono, donde encontró a la bruja enfrascada en la elaboración de un hechizo de protección pues temía que aquel formidable guerrero hubiera entrado en sus dominios para acabar con ella.
El guerrero gris envainó su espada y se acercó hasta ella mostrando las manos desnudas  en señal de paz.
La bruja, sorprendida por aquella actitud incompresible, abandonó la preparación del hechizo, dejando de repetir el conjuro que podría convertir a su enemigo en un miserable ratoncito y le preguntó directamente y mirándole a los ojos que era lo que le había llevado hasta allí.
El guerrero tras aclarase la voz con un trago de vino que bebió de una jarra que se encontraba en la mesa junto al trono, dijo así:
-Oh poderosa bruja,hace unos años no dudes que habría venido a este infernal palacio a separarte la cabeza del cuello pero hoy vengo solamente en busca de algo que sé que únicamente puedo conseguir de ti.
He leído una serie de relatos sobre el efecto que produce en los seres humanos cierta fruta que cultivas. Quiero una de tus rojas manzanas porque deseo caer en ese estado de sueño en el que ni envejeceré ni moriré hasta que me despierte un beso de amor verdadero.-
-¿Tan miserable y desgraciada es tu vida, guerrero gris, que quieres esconderte así de aquello a lo que todos los humanos se agarran de cualquier manera en el último momento?-
-Te aseguro señora del mal, que si mis circunstancias fueran otras no sería el guerrero gris, seguiría siendo aquel guerrero azul  que combatió durante decenas de años la injusticia y la barbarie por diferentes tierras de este mundo. Hoy solo quiero dormir y abandonar por el momento mis sueños de felicidad absoluta y mi absurda credibilidad y confianza en la condición humana.
Los humanos son egoístas desalmados que han aprendido a disfrazar la maldad con mentiras, con falso amor y promesas imposibles de cumplir. Apenas queda nada de todo por lo que he derramado y he vertido sangre.
Quiero dormir, quiero estar completamente ausente de tanta mentira, tanto odio y tanta deslealtad. Prefiero pasar por los siglos venideros con los ojos cerrados y despertar únicamente cuando alguna princesa de corazón inmaculado, me demuestre con su beso que en efecto, somos una especie digna de considerarnos superiores y garantes de la supervivencia de los valores por los que estaría dispuesto a morir en vida, a dormir para el mundo, a hacer desaparecer mis propios anhelos.

Ya no creo en aquello en lo que he creído siempre, he aprendido a leer el mensaje que la historia ha ido grabando a fuego en las noches sin estrellar, en la tierra yerma y en los silenciosos y superpoblados cementerios. Ese mensaje me confirma que seremos los causantes de nuestra propia destrucción y no quiero ser consciente del final que se avecina. Solamente guardo una esperanza en mi corazón, la de que el día de mañana mi raza haya aprendido de sus errores y haya llegado a concebir una princesa capaz de sacarme de mi letargo.-
La bruja tomo una hermosa manzana de un color rojizo muy intenso y sonriendo, se acercó para entregársela al guerrero, sabedora de que tras el primer mordisco que diera a la pieza de fruta, no despertaría ya de su cobarde sueño.
En el momento en el que la bruja se acercó hasta él confiada y convencida de la historia que el guerrero había estado preparando y ensayando durante meses, para conseguir confundir a aquella temible criatura, la agarro por el cuello y con rapidez y maestría sacó una daga forjada por los frailes del reino de la vaina que pendía de su costado y la atravesó el corazón.
La bruja cayó de rodillas sin apenas llegar a darse cuenta de que aquello había sido una treta y expiró a los pies del guerrero.
El guerrero gris se desprendió de la armadura dejando al descubierto unos hermosos y alegres ropajes azules.
Puede que un día recibiese el beso de amor verdadero con el que siempre había soñado, pero prefería seguir soñando depierto y seguir buscando ese beso por sus propios medios, de labios de aquella que se le antojase la princesa perfecta para él.
Ciertamente el ser humano puede llegar a mentir, traicionar y abusar de la confianza de alguien desprevenido pero en ocasiones el fin justifica los medios...solo en ocasiones.
Y colorín colorado o mejor azulín, azul, morado, este cuento se ha acabado.



lunes, 21 de septiembre de 2015

"Corcelia" ¿princesa de cuento?

Hace puede que no demasiado "mucho mucho tiempo" y en un lugar no muy lejano habitó una princesa llamada Corcelia.
Corcelia era la princesa de Establia, un reino donde los jinetes y las amazonas que lo habitaban destacaban por el amor con el que trataban a los caballos de la hermosa raza equina que criaban desde hacia siglos y que eran el orgullo y el corazón del  reino.
Establia vivía en paz con sus vecinos y nadie osaba invadir su territorio pues la caballería de Establia era conocida en todo el planeta por su bravura y valentía.
Corcelia, princesa por derecho de nacimiento, era una hermosa jovencita de rubios cabellos y dulce sonrisa, que desde muy pequeña había pasado días enteros, entre los potrillos nacidos en las cuadras de palacio.
Las princesas de los reinos vecinos eran educadas en la música, la danza,  las buenas maneras y el protocolo pero ella huyendo de sus amas de cría y sus institutrices, disfrutaba acariciando y  peinando las crines de un potrillo llamado Avispa, con quien se sentía unida más incluso que a su propio hermano Lotar, futuro rey de Establia.
Avispa era un ejemplar perfecto de la raza propia de su reino, la denominada "raza clásica", una raza que nació de la mezcla de los caballos de arabía y los hispanos y que fue perfeccionándose con el tiempo tomando los mejores genes de sementales lusos y británicos.
Las proporciones físicas de Avispa eran envidiables y resultaba muy tierno ver como al crecer y hacerse un animal fuerte y rápido, ponía todo el cuidado del mundo cuando Corcelia lo montaba.
Avispa era un potro de color negro azabache, con una marca blanca en la frente y sendas marcas blancas que como calcetines adornaban sus patas delanteras o "manos".
Cuando Corcelia galopaba sobre él, se sentía la mujer más feliz del mundo y la más afortunada por contar con un amigo así.
A su paso los habitantes de Establia se inclinaban respetuosamente, sonriendo al ver la bella estampa que presentaba su princesa al galope por los prados que rodeaban el palacio.
Una tarde al cabalgar sobre Avispa, Corcelia reparó en un joven campesino que aunque se inclino a su pasó, no dejó de clavar sus ojos en los de ella.
Corcelia detuvo el ritmo de su montura y se acercó al paso, manteniendo la mirada de aquel muchacho hasta llegar a su lado. El joven enrojeció de vergüenza cuando ella le saludó y le preguntó su nombre antes de que la guardia que la escoltaba llegase a su altura.
El joven tragó saliva, tomó aire y respondió con voz firme : "Princesa, mi nombre lo dejo a vuestra elección pues desde que os he visto a lomos de este hermoso animal me he dado cuenta de que vuestro soy y vuestro seré siempre, he comprendido que he nacido para amaros y moriré a vuestro lado o moriré solo si no he de conseguir desposarme con vos. Solo soy un campesino pero os prometo que hoy mismo partiré en busca de fama y fortuna para mereceros y aunque me vaya la vida en ello, conseguiré que vuestro padre el rey, acceda a entregarme vuestra mano, pues sois lo más maravilloso que he visto en mi vida y sé que jamás veré nada igual. A veces el destino cruza a dos personas que nada tienen en común pero que al encontrarse saben de inmediato que siempre estarán juntos y no sé vos, alteza, pero yo he sentido algo realmente intenso en mi alma y, mi corazón ya nunca volverá a latir como antaño, ahora siempre latirá por y para vos",
Corcelia quedó impresionada ante las palabras del joven pero más la impresionó aun que Avispa restregase su cabeza contra el hombro de aquel muchacho en un gesto de cariño y confianza.
Pasaron más de tres años y una tarde llegó a palacio la solicitud de audiencia por parte del conquistador de Ibernia, un reino habitado por la raza más dura y peligrosa que había entre la humanidad. Se decía de ellos que comían los cuerpos de sus enemigos tras abatirlos en combate y todas las caravanas evitavan incluir territorio ibernio en sus rutas, pues despertaban un inmenso pavor a lo largo del mundo conocido.
El rey recibió a aquel guerrero que había conseguido conquistar Ibernia y llamó a sus hijos para que se sentasen junto al trono durante la audiencia pues Lotar debería ir aprendiendo a reconocer a los hombres por sus gestos y sus modos y Corcelía ya estaba en edad casadera y quizás aquel poderoso guerrero hubiese reparado en ella y habría viajado hasta allí desde el que ahora es su reino por derecho para pedir la mano de la princesa, pues no concebía otra finalidad para aquella audiencia, aunque no sentía interés alguno por perder la compaía de su adorable hija.
Al caer el sol se abrieron las puertas del salón del trono y la guardia permitió el acceso a un guerrero de capa purpura, cabellos claros y ojos del mismo color que la capa que cubría su reluciente armadura.
Corcelía reconoció en el acto al joven que la había dedicado tan hermosas palabras años atrás y supo que su corazón sería siempre para aquel hombre.
Y colorín colorado, ponedle el final vosotros porque creo que en Establía la perdiz es un objeto de lujo de precio casi obsceno pero que se casan fijo y que son felices casi que también. Lo que coman ya es otra historia, no se porque tienen que ser perdices con lo rico que está el arroz.



domingo, 20 de septiembre de 2015

Puede que a ti te importe y por eso escribo esto.

"Me mantendré firme en mis convicciones, reforzare mis posiciones. Mi destino es el que yo decido, el que yo elijo para mi."
Ya sabéis que me gusta mucho buscar la inspiración en las letras de algunas canciones que he escuchado cientos de veces pero que en ocasiones no me he parado a escuchar con el corazón, más allá de los oídos.
Puede que mis circunstancias insulten a alguien no lo sé, aunque me consta que me odian y no termino de entenderlo porque he tratado de comportarme de acuerdo a los valores morales que me inculcaron mis padres desde pequeño. De todas formas sé que estoy francamente lejos de la perfección y ni tan siquiera aspiro a ella; conozco mis limitaciones y ya no tengo afán ninguno por perseguir cosas inalcanzables. Solo quiero vivir con la mayor dignidad posible y sin perjudicar a los que me rodean, aunque he aprendido que no es fácil y que involuntariamente puedes llegar a hacer daño con un mínimo descuido.
Me ayudaron a aprender a canalizar mis sentimientos en forma de relatos y a escribir sensaciones y sentimientos y tengo muy claro que sin la tinta de la sinceridad absoluta, las palabras no se fijan al  folio en blanco y aunque haya días en los que escribir duele y te hace sufrir e incluso llegas a llorar, creo que es lo mejor que he aprendido de mi padre, quien era muy ducho en el arte de expresarse por escrito.
Puede que me exceda. Lo cierto es que de un tiempo a esta parte tengo una brutal necesidad de escribir y de transmitir lo que quiere abrirse paso a través de mi pecho, como la famosa criatura de la película "Alien".
Esa necesidad abarca todos los soportes y no sé escribir un mensaje de texto, un wasap o un correo electrónico sin imprimirle lo que algunos considerarán como un toque estrafalario, llamativo o incluso pedante o redicho pero os prometo que desde hace poco más de un año soy incapaz de controlarlo.
En el blog se puede apreciar que me he vuelto muy prolífico y no paro de colgar una entrada tras otra.
He cambiado mi concepto de ocio y he sustituido un gran porcentaje de mis juergas y salidas con los amigos por horas ante el teclado, bien en el blog o bien trabajando en mis novelas.
Me paso el día disculpándome con personas que me acaban de conocer,que no me conocían antes  y que no conocen mis circunstancias, por temor a asustar, a incomodar o a generar rechazo pero ya está bien.
"Yo soy así, así seguiré, nunca cambiaré".
No puedo vivir disculpándome y desde aquí aprovecho también para declarar que jamás utilizaré las palabras buscando hacer daño, a no ser que sea para defenderme de un ataque previo, que nunca serán un arma de seducción si no las acompaño con el corazón y que a veces el problema está más en lo que se quiere leer que en lo que se lee.
No soy un depredador o un merodeador que caza en las redes sociales, buscando víctimas entre los contactos que alguien decidió en su momento denominar como "amigos" o "seguidores", dependiendo de la red.
Sé quienes son mis amigos, e intuyo quien podría llegar a sentirse tan interesado por lo que puedo aportar como para seguirme.
No tengo 1045 amigos en el Facebook , tengo ese número de contactos entre los que en efecto, hay un buen número de amigos pero no soy tan estúpido como para creer que todos lo son o pueden llegar a serlo.
Las redes sociales están bien y dan mucho juego acercándote a aquellos que por la distancia física real echas de menos pero también, las redes sociales son un púlpito donde muchos se suben a lanzar soflamas incendiarias y a vomitar sus frustraciones, sus miedos o sus ansias de pelea disfrazadas de cualquier otra cosa.
Tengo un gran problema a la hora de controlar mis textos porque sé que pueden llegar a confundir a mucha gente y sobre todo a muchas mujeres que o bien me leen aquí o con las que simplemente mantengo correspondencia virtual o telefónica.
Me he vuelto muy tímido y no pretendo poner a nadie en un compromiso cuando escribo según que cosas, os juro que es mi forma de expresarme pero sobre todo y como ya he escrito en varias ocasiones, no soy de los que pretenden coger flores en jardín ajeno, por muy bonitas que estas sean.
He dicho que no puedo pasarme la vida entre disculpas y este texto ya va pareciendo una larga disculpa epistolar que arrojar al mar dentro de una botella.
"¿A quién le importa lo que yo diga?" Sobre todo como lo diga.
"A mi me importa un bledo". Me gustaría aseverar esta afirmación pero lo cierto es que si que me importa.
Parafraseando al señor de los impresionantes abdominales y el bigote mutante: "Estamos trabajandou en ellou".
No quiero cambiar, digamos que estoy depurando errores y a trabajando la prudencia pero ya está y si he de cambiar que sea a mejor y para irme a la cama satisfecho y que aquellos a los que amo se puedan llegar a sentir orgullosos de mi.






lunes, 14 de septiembre de 2015

Nunca lo hubiesen imaginado.

El agente de la Guardia civil le ayudo a entrar en la parte trasera del vehículo donde aún con las muñecas esposadas, sería trasladado hasta los juzgados.
Era un tipo tímido y callado, podría decirse que incluso hasta algo asustadizo.
Los vecinos repetían constantemente ante las diversas cámaras de televisones locales y nacionales aparecidas como por arte de magia, que nunca lo habrían imaginado.
Nadie podía esperarse algo así de aquel artesano que se había instalado dos años antes en el tercero con sus gatos y sus útiles de trabajo.
klaus era un alemán de edad madura que llegó a aquella población costera huyendo del frío de su tierra natal y buscando calor tanto meteorológico como humano.
En Barcelona solía hacer una buena temperatura, aunque no era la provincia más cálida de España. Lo único que le fastidiaba a Klaus era la frecuencia con la que las lluvias arruinaban los días de playa pero en cuanto a calor humano aquella ciudad era de las más cálidas de España.
Sus calles rebosaban gente casi todas las noches del año y había muchísimos turistas de todas partes del mundo, con lo que no llegaba a sentir una excesiva nostalgia de su país.Solo tenía que acudir a beberse una jarra de cerveza a determinados bares de las ramblas y podía llegar a sentirse como en casa, sobre todo si el Barsa jugaba un partido contra algún equipo alemán y los hinchas teutones se calentaban para el encuentro.
Precisamente todo comenzó una noche de competición europea, cuando conoció a dos ultras de Berlín.
Hicieron amistad en un local lleno de ultras y tras cambiarse los teléfonos volvieron a quedar tras el pitido final del árbitro.
Salieron de copas por el barrio gótico y Klaus los invitó a hacer noche en su casa y de esa manera se ahorrarían el hotel.
Subieron a las tantas de la mañana y en pésimas condiciones dado el exceso de cubatas.
Klaus les preparó el sofá cama de salón y se retiró a dormir la mona y en ello estaba cuando le despertaron unos gritos y unos maullidos lastimeros.
Al parecer Mathias, uno de los dos ultras que había alojado con la mejor intención fue despertado por Misifú ,su gato más curioso, que le estaba olisqueando el rostro barbudo y pintado con los colores de su club.
Mathias debió asustarse y se despertó algo enojado y muy temperamental y agarró a Misifú por la cola y sin dudarlo un segundo lo reventó a golpes contra la pared.
Su amigo Herman al despertarse aún ebrio y ver aquello agarró a Karla, una pequeña gatita de angora de más de diez años, tranquila y cariñosa y entre risas la rompió el cuello con una llave de presa.
Klaus al ver aquello  enloqueció de rabia y sin parar siquiera a tomar aliento o a tratar de calmarse se hizo con una barra de hierro con la que trabajaba algunos materiales excesivamente duros y la emprendió a golpes con aquellos dos gaticidas.
Los vecinos al escuchar aquel estruendo llamaron a la benemérita pero cuando los agentes llegaron los sesos de ambos violentos y borrachuzos ultras germanos resbalaban por las paredes y los muebles del salón.
Klaus se cebó especialmente con Herman a quien siguió golpeando después de muerto hasta convertir su cráneo en una masa sanguinolenta que le recordó al puré de patata que hacía su abuela, con algo de salsa de tomate y trocitos de salchichas rojas.
Nadie hubiese imaginado aquello, ni él mismo pero nunca hay que llevar a una persona hasta aquel extremo, el Ser Humano no deja de haber sido un primate que evolucionó algo más que sus congéneres pero aquella noche los tres hombres demostraron por que se le sigue considerando por la ciencia como una especie animal.
El gobierno alemán ha solicitado su extradición para juzgarle allí pero Klaus ya sabe que ha sido condenado y sufrirá el peor de los castigos, la ausencia de sus gatos, sus compañeros y amigos, la mitad de su vida.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Vacío



 Se sentó ante la máquina de escribir preocupado por lo vacío de sus últimos textos.
Arrancaba páginas en las que solo llegaba a escribir uno o dos párrafos y enseguida desechaba el trabajo por estar carente de todo, de emoción, de belleza, de credibilidad...pero sobre todo de alma.
Edmundo descubrió que había abusado de sus sentimientos durante mucho tiempo y que ahora ya casi no le quedaba nada con lo que dotar de vida a los nuevos personajes,
Recordó con tristeza lo desgarrador de alguno de sus primeros relatos y la emoción que despertaban en sus lectores, llegando incluso a haber hecho llorar a más de uno.
Hoy de llorar alguien, solo lloraría él y, lloraría al darle la vuelta a sus entrañas y encontrar que ya no había nada.
Abusó del amor hasta el punto en que olvidó amar. Abusó de lo más hermoso de la condición humana hasta volverse una réplica en plomo de si mismo, eso si, casi idéntica.
Los personajes de sus nuevas obras eran muñecos de arcilla, bien cincelados y pintados con los más bellos colores pero carentes del hálito de vida que se les había insuflado a los protagonistas de aquellos relatos del pasado.
Ya no era el dios de su universo, ya solo podía crear criaturas que aunque recibían el regalo del libre albedrío, no sabían como conducirse y lógicamente terminaban adorando a becerros de oro y a toda clase de ídolos que nunca llegaban a parecérselo.
Edmundo se preparó un café bien cargado, quería despertar de aquella sin razón fuera como fuera.
Pensó por un instante en entregarse a los brazos de Baco a través de un elixir de fuerte graduación alcohólica pero renunció a ello en el acto. Embotarse el cerebro no le ayudaría ni a encontrar la explicación, ni la solución oportuna.
Pensó también en tirar la toalla y matar sus esperanzas.
Desde que era muy pequeño había descubierto la paz y el consuelo a través de sus escritos y creyó que aquel universo que se había creado, sería eterno pero todo tiene su ocaso y los mundos también se agostan, como las plantas sin agua y con exceso de sol.
Las musas son esas perras caprichosas que hoy te abrazan y te besan en los labios y mañana se juegan tus despojos a los dados.
Sus musas hace tiempo que habían decidido hacer la maleta y marcharse bien lejos.
Edmundo tomó un abrecartas del escritorio y lo apretó contra su pecho, sintiendo como la punta de aquella hoja podría llegar a abrirse camino hasta su corazón con la presión adecuada.
Morir, abandonar todo aquello, escapar de aquel dolor.
El peor de los sufrimientos es la falta de inspiración y de humanidad en lo escrito y no se atrevía a continuar con esa farsa.
"Escritor". Son tres sílabas que conforman la palabra más veces pronunciada en sus oraciones.
No le habían bendecido con ese don y Edmundo ya no deseaba vivir, todo carecía de sentido para él.
Por un momento escribió mentalmente su epitafio y de repente encontró algo hermoso en lo imaginado y dejó caer el abrecartas al suelo para abalanzarse sobre la vieja máquina de escribir.
Lo tenía, lo había encontrado.
Sonriendo y en pleno éxtasis comenzó a escribir la primera frase de su nuevo relato:

Se sentó ante la máquina de escribir, preocupado por lo vacío de sus últimos textos...

 

lunes, 7 de septiembre de 2015

Canciones para una noche en vela.

Este fue el cartel de aquel espectáculo que realizamos mi amigo y pianista Oscar Lobete y yo hace un par de años y que estrenamos durante las fiestas de Valladolid en el escenario instalado en la C/Cascajares en pleno centro de la city y volvimos a llevar a escena en "Labienpagá" una maravillosa sala alternativa gestionada por grandes amigos de la farándula.
La foto de Danimantis para el cartel promocional, juega un poco al despiste pues yo luzco una serie de vinilos y Oscar los textos para el show, cuando Oscar fue quien al piano transmitió a las partituras originales de las canciones seleccionadas sus sentimientos en forma de arreglos y variaciones y yo me permití el atrevimiento de hacer lo mismo con las letras de esa selección de temas que de alguna manera han marcado nuestras vidas y nos han acompañado en muchas noches en vela, en demasiadas quizás.
Algunos de los que leéis este blog vinisteis a ver el espectáculo pero otros muchos no pudisteis, bien por la distancia, por impedimentos de la vida cotidiana o por falta de ganas, cosa esta muy respetable.
Voy a dejaros en este vuestro blog los textos que leí mientras Oscar tocaba y siento horrores no poder colgar una grabación de aquel espectáculo.
Estamos jugando con una segunda parte de esta locura que nos dio en su momento pero Oscar y yo nos entendemos tan bien que para mi fue sencillísimo trabajar con él y será maravilloso y muy cuerdo volver a hacerlo.

Antes de rasgaros las vestiduras al leer alguno de los textos sabed que respeto sobremanera las letras originales y esto no era algo tan prepotente ni vomitivo como pretender mejorarlas, si no tan solo transmitir lo que entendíamos al escucharlas y con cuales de nuestras vivencias las relaccionábamos.




Me quedo contigo.

No me des a elegir, entre tu y mis ideas, porque yo sin ellas, soy un niño perdido.
Si me das a elegir, me quedo contigo.
No las necesito
Ni la gloria, no la quiero.
Si me das a elegir entre tu y ese cielo, me subiré al punto más alto de este jodido planeta para gritar a los cuatro vientos que mi único cielo es el que descubro en tu cuerpo desnudo, donde libre es vuelo para llegar al olvido.
Porque me he enamorado, ya ves y te quiero y te quiero y solo deseo estar a tu lado.
Y te vuelvo a querer y te seguiré queriendo hasta que decidas que llegó el momento de dejar de soñar con tus ojos, de poner una barrera de distancia feroz entre tus labios y los míos
No me des a elegir, entre tu y mi memoria, porque estoy dispuesto a vagar de un lado a otro sin saber quien soy, y sin saber en que momento decidí anularme en pos de la grandeza de la herida que me has abierto en el pecho.
Porque me he enamorado, ya ves y te quiero y te quiero y solo deseo, morir a tu lado.

El hombre del piano.

Esta es la historia de un sábado, o de cualquier día de estos últimos años en cualquier viejo café, no importa la barra, son todas iguales.
La historia de esa tabla de naufrago con sabor a barrica a madera a derrota a miel a cualquier cosa que me ayude a soportar tu ausencia y a la que me agarro para no ahogarme en este océano de lágrimas donde sigo lanzando bengalas del color de tus ojos, pero nunca vienes a rescatarme.
Y cada vez que el espejo de la pared me devuelve más joven la piel, arrojo mi vaso contra el cristal.
Tu siempre temiste echar raíces, yo no supe retenerte a mi lado.
Yo…que fui el más joven maestro al piano, hoy vomito la tristeza que  me sobra sobre el piano cubierto de polvo y telarañas.
A veces toco, hace que me sienta bien, porque las canciones que saben a tu recuerdo matan el resto de los sabores.
Pero siempre hay otros borrachos, con otras babas que se mezclan con las mías sobre la barra, recordándome que una vez me amaste y no vas a volver.
Yo…que fui el más joven maestro al piano…vencido por una mujer.
Algunos me han visto llorar.
Es tan triste la noche como nuestra canción y el micrófono apesta a cerveza, el calor se puede cortar y la emoción, empapada en alcohol me recuerda que aún no ha salido el sol…y que estoy muy cansado.

Mediterráneo

Que fue de mi niñez…¿Y de tu playa?
Donde cojones dormirá ahora mi primer amor, tras que cañas se esconderá hoy, que sigo llevando su olor y su luz por donde quiera que vaya y, amontonado en su arena he dejado tirados de cualquier manera los juegos, el amor y las penas.
Yo que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno y el de todos y cada uno de los besos con los que recorriste hasta el último centímetro de mi cuerpo.
¿Quien pintará a hora de azul mis largas noches de invierno? Esas largas noches de invierno en las que recordar que a fuerza de desventuras, mi alma es profunda y oscura.
Ya no hay atardeceres rojos…ya no hay nada.
Que le voy a hacer, si yo nací en el mediterráneo.
Soy cantor, tengo alma de marinero, soy lo que una vez quisiste que fuera y te fuiste pensando en volver, con tu perfume de brea, pero Algeciras, Estambul, cualquier lugar lejos de mi se convirtió en el mejor de los lugares.
Ya solo vendrá a buscarme la parca y empujará el mar mi barca y llegará un temporal de nostalgia para desguazarlo todo, la barca, mis pequeñas alas blancas y tu memoria.
Enterradme donde queráis, pero si puedo elegir, que sea en la ladera de un monte, el más alto, que quiero que mi alma tenga la mejor vista para seguir oteando en la muerte el horizonte de tu regreso.

Corazón loco.

Dices que no me puedes comprender y que ellas tan poco.
Trata de hacerlo, al menos tú, que eres mi amigo
Porque las amo, a las dos.
Se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco, pero mereces una explicación, al menos eso.
Una es el amor sagrado compañera de mi vida, esposa y madre a la vez y la otra es el amor prohibido, complemento de mis ansias a quien no renunciaré.
Que quieres que te diga, las necesito a ambas.
Porque mi vida no tiene sentido si me quitas a una de ellas.
Puede que tengas razón, puede que sea un corazón loco, yo que se, pero ¿no es acaso mayor la locura de renunciar a lo irrenunciable?
No es imposible seguir con las dos, no lo es, te lo aseguro.
Te agradezco tu preocupación, pero créeme, estoy más cuerdo y más vivo que nunca.
Loco me volvería si tuviese que cerrar los ojos y dejarlas partir.



Frente a frente


Queda, que poco queda de nuestro amor.
Como hemos consentido esto, apenas queda nada.
Solo el silencio en la noche fría y larga en la noche que no acaba, en la noche que me destroza el alma y me viste de fría oscuridad y me cala los huesos con lágrimas dulces y espesas.
Frente a frente bajamos la mirada, pues ya no queda nada de que hablar, pero te juro que hay tanto que quisiera decirte…y no me atrevo.
Queda Algo más que las ganas de llorar al ver que nuestro amor se aleja, pero ten un gesto amable, uno de esos tan tuyos, de los de antes, de los que me hacían la vida soportable.
A cambio prometo ayudarte a buscar lo que quede, que siempre que se ha amado como nos hemos amado nosotros, queda algo, te lo aseguro.
Quedará algo de ternura, la justa para la locura de un beso, aunque sea a la fuerza, por Dios…haz el esfuerzo.
No vuelvas a decir que solo quedan las ganas de llorar, no quiero oírlo, no quiero oír como te rindes a la pena.
Te quiero, y me quieres, lo se.
No te vayas.


El jinete

La quería más que a su vida y la perdió para siempre, por eso lleva una herida, por eso busca la muerte.
La muerte, tan bella a sus ojos como la noche.
Cabalga sin descanso, no duerme apenas, llora, maldice su vida y le pide a Dios que se lo lleve con ella, pero Dios tiene asuntos más importantes que tratar y él se va consumiendo a lomos de su caballo.
La silueta del jinete se recorta en la cima de una montaña y aquellos con lo que se cruza en el camino, desvían la vista tratando de no reconocerse en la amargura de sus ojos.
Porque todos, todos sin excepción, hemos deseado alguna vez cabalgar junto a él.
La quería más que a su vida y la perdió para siempre, y el precio a pagar es excesivo, aunque el corazón no entiende de medidas y el amor, cuando no puede alimentarse de amor, se nutre de llanto.
El jinete vaga solo por el mundo, pero son legión los que cabalgarían a su lado, los que desean la muerte, los que tumbados al raso contemplando las estrellas, imploran que llegue pronto el final.
Y el final, es tan solo el principio de un día más sin ella.
La quería más que a su vida y la perdió para siempre.


Ruido

No te bastó con que pusiera a tu nombre todas las olas del mar.
No fue suficiente llevarte al fin del mundo.
Ni que te amara y tú me amaras, eso no sirvió para nada.
Tú quisiste barcos y yo, yo que me mareo con las olas de tu cuerpo, no supe que pescar.
Al final tiene que llegar ineludiblemente el final, y con el final siempre, siempre llega el ruido.
Los besos perdieron su sabor y los barcos se oxidaron en el muelle del adiós.
Solo hubo ruido.
Tanto ruido.
Ruido de abogados, ruido compartido, ruido envenenado, demasiado ruido.
Las fotos, las postales, los gemidos, las mentiras, el pasado de los dos.
Hasta hubo ruido en el silencio y el silencio hizo tanto, tanto ruido.
Desandamos lo andado, pisando las pisadas y cuando la epidemia de tristeza terminó pudriendo todas las manzanas, y el mazo del juez golpeó la mesa con su sentencia de olvido, en la sala, solo hubo ruido.
Ruido insatisfecho, ruido como sables, ruido enloquecido.
Ruido, ruido, ruido.

Volver.

Las noches a lo lejos, alumbrando con su pálido reflejo el dolor, van marcando mi retorno.
Y aunque las estrellas se burlarán de mí, he decidido volver.
Porque dicen que la vida es un soplo, pero vivirla sin ti hace que ese soplo se convierta en un aire gélido que me hace tiritar y que cubre mis sienes de escarcha.
Aunque nunca quise el regreso, siempre supe que habría de volver al primer amor.
Veinte años no es nada, bueno…es un largo periodo para errar por la sombra ausente de ti, buscando lo que queda de nuestro pasado.
Tengo miedo de las noches pobladas de recuerdos, por eso he decidido dejar de huir y enfrentarme al olvido que armado de cuchillas afiladas con la piedra del destierro, trata de matar la vieja ilusión.
Volver, a ti, a lo que fuimos, a la vieja calle donde el eco dijo tuyo es su querer.
Volver, con la frente marchita como el jardín de abrazos que hoy yace yermo y abandonado.
Volver, para regarlo con la esperanza humilde, que hoy por hoy, es toda la fortuna de mi corazón, por eso he decidido volver, volver para saber si aún estarás ahí, o si tan solo son las ilusiones de un hombre que no aprendió nunca a mirar hacia delante.



Ojala

Que no puedas convertir en cristal la sonrisa de mis hijos.
Ojala que la luna pueda salir sin ti, o al menos lejos de donde puedas contemplarla.
Ojala que se te borre pronto esa sonrisa perfecta con la que desafías al pueblo que se arroja a las calles en contra de tus palabra precisas pero falsas.
Que el deseo que te embarga, en tu viejo gobierno de difuntos y flores, te reviente las entrañas.
Que la tierra deje de besarte los pasos, que las plazas se vuelvan a llenar y que el clamor de los míos te persiga en todos los segundos, en todas las visiones y que podamos arrancarte la piel a tiras en cada una de mis canciones.
Que la aurora deje de de gritar en mi espalda y que una luz cegadora abrase tus ojos de hiena ansiosa de todo lo que no te pertenece.
Y un pelotón de madres con los pechos secos de leche con la que amamantar el futuro, te fusilen con sus disparos de repulsa fría como la nieve.
Y entonces la lluvia dejará de ser milagro que baja por tu cuerpo y volverá a ser un sendero de vida, de trabajo, de felicidad.
Porque nos estás arrebatando lo único que nos quedaba pero seguiremos hasta derribar las paredes, hasta que tu nombre se le olvide a la voz del pueblo y ya no sepamos a quien maldijimos, porque solo serás el reflejo de una pesadilla.


Sound Of silence

Buenas noches oscuridad, vieja amiga.
Aquí me tienes, fiel a la cita.
Sigo sin poder dormir, sigo sin saber cómo ponerle freno a este dolor que no deja de manar.
Puede que en estas horas que permanezcas a mi lado, encuentre sentido a esa visión que se repite una y otra vez en mi cerebro.
Sigo conversando sin hablar, mirando sin mirar y llorando sin cesar.
Quizás puedas ayudarme, enseñarme a discernir la verdadera razón de entre el amplio catálogo de razones que con el sol, alguien dejará en mi buzón, animándome a seguir vivo, porque ninguna me parece suficiente para continuar aquí.
Y solo encuentro algo de paz cuando me detengo a escuchar el sonido del silencio.
Y es que en el silencio, creo escuchar a lo lejos, muy bajito, su voz.


Every Breath you Take.


Te estaré contemplando, desde la distancia del que una vez fue todo y hoy no es más que un recuerdo en el corcho de tu vida.
Cada respiración, cada movimiento, cada paso que des.
Cada día que vivas sin mí y en cada palabra que pronuncie esa boca que hasta ayer me colmó, cada suspiro que se te escape.
Ahí estaré yo.
Pero tú no lo sabrás, no me verás, no podrás siquiera sentirme.
No entenderás como me duele este corazón que se ha roto en millones de pedacitos minúsculos, tan minúsculos que ni sangran.
Estaré también en cada promesa que olvides, en cada juego al que juegues, en cada baile que bailes con otro, que no te querrá ni una cuarta parte de lo que yo te he querido.
Allí, también estaré.
En cada sonrisa que finjas y que ya no será para mí.
En cada peldaño que escales y en la cima y cuando caigas.
No olvides que te pertenezco y que estés donde estés, allí estaré yo.




Espero que os hayan gustado, no me odiéis por esto.









 
 


domingo, 6 de septiembre de 2015

Hasta que baje el telón por última vez.

Trató de enjugar sus lágrimas al tomar la firme decisión de que el espectáculo debería continuar.
Sabia que iba a serle muy difícil lograr devolver la sonrisa a su expresión pero su público se lo merecía.
Aquella mujer fue durante décadas su perfecta compañera de reparto, la actriz que le daba sentido a la obra, la madre de sus hijos y la abuela de sus nietos.
No concebía salir a escena sin ella. Durante demasiadas temporadas habían sido las estrellas de aquel teatro peleando por mantener la función en cartel contra viento y marea, superando crisis, reformas estructurales y el maldito IVA cultural. 
Al llevársela  de repente aquella enfermedad que siempre fue una espada de Damocles (pues ambos sabían que en cualquier momento el acomodador echaría el cierre a la sala) aquel actor sintió que su mundo se derrumbaba y hubiera querido acompañarla para formar parte de la troupe del más allá pero aún no era su momento y aunque se había tenido que presentar a varios castings, siempre le habían rechazado.
El libreto de su espectáculo dificilmente podría adaptarlo para sacarlo en solitario y aunque el público fiel y los críticos le dijeron que podría conseguir tantos éxitos como con ella, no se atrevía a volver a pisar el escenario.
Al ver como sus hijos arreglaban a los nietos para acudir a por las entradas de aquella noche, decidió tomar la decisión de seguir adelante.
Habían construido aquella obra juntos y ahora era su responsabilidad el que no decayese la calidad y mantener al equipo técnico que dependía por completo de su esfuerzo.
Planchó con esmero el chaqué, lustro los negros zapatos y seleccionó un sombrero para la función.
Al llegar a camerinos sintió que su vida se había ido con ella pero sabedor de que tuvo la inmersa fortuna de que expirara en sus brazos y diciendo su nombre, el actor hizo de tripas corazón y sacó fuerzas de flaqueza.
Malditas las ganas de cantar y bailar las suyas pero debería hacer el titánico esfuerzo de cantar sin el acompañamiento de su voz (magistral en los coros) y claquear el doble de rápido para evitar los silencios.
Se habían querido tanto que ahora todo estaba vació sin ella.
Nunca dejaría de amarla y sabía que allí donde estuviera, estaría pendiente de su actuación y haría de "cla" iniciado los aplausos y la ovación al finalizar cada pase.
Al término de la función de aquella noche sonrió a sus familiares y saludó con una lágrima asomando desobediente e incontrolable.
The show must go on.