Recibió muchas heridas en el combate que entabló con ellos pero pudo derrotar a aquellas fuerzas maléficas pues su voluntad era más fuerte que el miedo y el cansancio.
Con la armadura completamente abollada y llena de sangre, el guerrero gris comenzó a subir las escaleras hacia el salón del trono, donde encontró a la bruja enfrascada en la elaboración de un hechizo de protección pues temía que aquel formidable guerrero hubiera entrado en sus dominios para acabar con ella.
El guerrero gris envainó su espada y se acercó hasta ella mostrando las manos desnudas en señal de paz.
La bruja, sorprendida por aquella actitud incompresible, abandonó la preparación del hechizo, dejando de repetir el conjuro que podría convertir a su enemigo en un miserable ratoncito y le preguntó directamente y mirándole a los ojos que era lo que le había llevado hasta allí.
El guerrero tras aclarase la voz con un trago de vino que bebió de una jarra que se encontraba en la mesa junto al trono, dijo así:
-Oh poderosa bruja,hace unos años no dudes que habría venido a este infernal palacio a separarte la cabeza del cuello pero hoy vengo solamente en busca de algo que sé que únicamente puedo conseguir de ti.
He leído una serie de relatos sobre el efecto que produce en los seres humanos cierta fruta que cultivas. Quiero una de tus rojas manzanas porque deseo caer en ese estado de sueño en el que ni envejeceré ni moriré hasta que me despierte un beso de amor verdadero.-
-¿Tan miserable y desgraciada es tu vida, guerrero gris, que quieres esconderte así de aquello a lo que todos los humanos se agarran de cualquier manera en el último momento?-
-Te aseguro señora del mal, que si mis circunstancias fueran otras no sería el guerrero gris, seguiría siendo aquel guerrero azul que combatió durante decenas de años la injusticia y la barbarie por diferentes tierras de este mundo. Hoy solo quiero dormir y abandonar por el momento mis sueños de felicidad absoluta y mi absurda credibilidad y confianza en la condición humana.
Los humanos son egoístas desalmados que han aprendido a disfrazar la maldad con mentiras, con falso amor y promesas imposibles de cumplir. Apenas queda nada de todo por lo que he derramado y he vertido sangre.
Quiero dormir, quiero estar completamente ausente de tanta mentira, tanto odio y tanta deslealtad. Prefiero pasar por los siglos venideros con los ojos cerrados y despertar únicamente cuando alguna princesa de corazón inmaculado, me demuestre con su beso que en efecto, somos una especie digna de considerarnos superiores y garantes de la supervivencia de los valores por los que estaría dispuesto a morir en vida, a dormir para el mundo, a hacer desaparecer mis propios anhelos.
Ya no creo en aquello en lo que he creído siempre, he aprendido a leer el mensaje que la historia ha ido grabando a fuego en las noches sin estrellar, en la tierra yerma y en los silenciosos y superpoblados cementerios. Ese mensaje me confirma que seremos los causantes de nuestra propia destrucción y no quiero ser consciente del final que se avecina. Solamente guardo una esperanza en mi corazón, la de que el día de mañana mi raza haya aprendido de sus errores y haya llegado a concebir una princesa capaz de sacarme de mi letargo.-
La bruja tomo una hermosa manzana de un color rojizo muy intenso y sonriendo, se acercó para entregársela al guerrero, sabedora de que tras el primer mordisco que diera a la pieza de fruta, no despertaría ya de su cobarde sueño.
En el momento en el que la bruja se acercó hasta él confiada y convencida de la historia que el guerrero había estado preparando y ensayando durante meses, para conseguir confundir a aquella temible criatura, la agarro por el cuello y con rapidez y maestría sacó una daga forjada por los frailes del reino de la vaina que pendía de su costado y la atravesó el corazón.
La bruja cayó de rodillas sin apenas llegar a darse cuenta de que aquello había sido una treta y expiró a los pies del guerrero.
El guerrero gris se desprendió de la armadura dejando al descubierto unos hermosos y alegres ropajes azules.
Puede que un día recibiese el beso de amor verdadero con el que siempre había soñado, pero prefería seguir soñando depierto y seguir buscando ese beso por sus propios medios, de labios de aquella que se le antojase la princesa perfecta para él.
Ciertamente el ser humano puede llegar a mentir, traicionar y abusar de la confianza de alguien desprevenido pero en ocasiones el fin justifica los medios...solo en ocasiones.
Y colorín colorado o mejor azulín, azul, morado, este cuento se ha acabado.
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