Y como canta este adalid de las canciones románticas y dolorosamente acertadas que siempre parecen haber escrito para ti, el camino errante tiene miles de kilómetros de vía por delante..
Particularmente creo que hay muchas más maneras de decir amor y de darlo, no solo dos. Y mucho me temo que eso de que algunas veces recibes más de lo que ofreces, es la panacea del idealismo del amor romántico.
Dejarse amar con temor es mucho más habitual que hacerlo pase lo que pase, porque todos somos cobardes en esto del amor, todos.
Partamos de la base de que la mayoría de los sentimientos que hemos confundido con amor, no son más que sucedáneos de todo tipo, en los que el deseo, el placer, el cariño, la amistad o la empatía, juegan importantes papeles. Pero te das cuenta de que no has sabido lo que es realmente el amor hasta que la persona amada te ha dicho adiós y al escucharla hacerlo, el precio de la vida ha sufrido la mayor de las caídas en el oscilante parqué de tu corazón. Entonces ese adiós, como canta el señor Abraira, puede herir, herir de muerte, y ahí es donde sabes que lo que sentías por esa persona era realmente amor y no cualquier otra cosa.
Decir amor de verdad es tan arriesgado y peligroso como hacerlo en broma y hacer comedia, pues aunque parezca que es una estupenda coartada para disfrazar y ocultar todo tipo de errores, seguramente te terminará estallando en la cara, y si tienes algo de moral y de conciencia te robará el sueño una noche tras otra y te convertirá en el más gris de los seres humanos .
Hacer comedia y dejarse amar a medias es dulcificar una mentira, y no terminar de coger el toro por los cuernos, pero jugarse el todo por el todo implica que seguramente pierdas, y al perder la banca no perdonará ni una de las ilusiones que apostaste y arramblará con todas ellas, vaciando por completo las arcas de tu alma. Por eso la inmensa mayoría de la humanidad prefiere dejarse amar sin arriesgar sus fichas, sosteniendo los naipes con temblorosa mano y encontrando siempre la escusa perfecta para no liarse la manta a la cabeza, despojarse de la armadura y saltar a ese vacío en el que te pueden recoger los brazos de quien amas evitando el fatal golpe, o simplemente puedes reventarte contra un corazón de piedra esparciendo por todas partes pedacitos de tus destrozadas esperanzas.
También tenemos que aprender que ese O tu o nada de una de las canciones más famosas de este artista, es otro de los errores más comunes que cometemos las personas idealistas, ingenuas y jodidamente crédulas, o lo que es lo mismo, las personas románticas, porque nunca conjugamos correctamente el pronombre adecuado. El verdadero ultimátum que uno debe darse a si mismo es: o yo o nada, y comenzar entonces a mirar un poco por la dignidad, el amor propio, el orgullo y la felicidad de cada uno.
No obstante tengo que aprender a refrescar la habitación antes de tratar de dormir en estas noches tropicales que vienen cargadas de malos recuerdos, sobre todo del recuerdo del sabor de los labios equivocados, del eco de palabras que nunca debí pronunciar y de terribles incendios que consumieron por completo las hectáreas de inocencia que componían una amplia extensión en el interior de mi pecho.
Pero bueno, qué se le va a hacer. Cada uno es como es y contra eso si que es muy difícil luchar. Creo.
Creo que ya va siendo hora de que al arrimar el hombro distintas instituciones, las fuerzas y los cuerpos de seguridad del estado, y todas las personas que conforman la sociedad española, terminemos de una vez con esta espantosa lacra social que es la violencia de género.
Como canta el bueno de Miguel Campello en este tema que encabeza la entrada, nadie se merece que le dejen señales. Nadie. Y es que por desgracia cada día nos encontramos con distintas noticias a cual más triste en los medios de comunicación, en los que se nos cuenta como se han arrebatado vidas y se han destrozado las de multitud de personas que sufren las muertes de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Y por desgracia y aunque suene terrible, también las de compañeros de universidad, instituto, colegio e incluso guardería.
El mundo ha perdido el norte y el ser humano la humanidad, y esto no podemos consentirlo.
Hay que denunciar a la menor muestra de que esto pueda estar sucediendo en nuestro entorno, y no hay que callar, pues ante la violencia de género (venga del género que venga, pues no es patrimonio exclusivo de ningún género en particular) debemos actuar con tolerancia cero.
Nadie "te pega porque te quiere", os lo aseguro, y aunque podemos apreciar a simple vista muchas evidencias físicas de ese amor mal entendido, hay señales que no se muestran en ojos morados, moratones en la piel, o labios rotos. Hay señales que no se aprecian a simple vista, creedme, doy fe, y aunque no necesitan de puntos de sutura, analgésicos o vendajes, te marcarán para toda la vida, pues es muy difícil sanar un alma maltratada, y sé de lo que hablo, por desgracia.
Con el verano y las vacaciones, con el calor extremo y los viajes a lugares lejanos del hogar, aparecen muchos nuevos y terribles casos de esta despreciable pero incontrolada violencia entre aquellos que una vez se juraron amor eterno y que con el paso del tiempo, mucho o poco, terminan regalándose dolor y sufrimiento extremo, e incluso la muerte, o lo que es aún peor, la muerte de quienes un día consideraron frutos de ese amor corrompido y desvirtuado.
¡BASTA YA!
Por favor.
Yo nunca volveré a pedir que se me quiera mucho, tan solo que se me quiera bien.
Estoy ultimando gestiones para hacer de la de Incluso lo bueno, la mejor de las presentaciones literarias que he realizado hasta la fecha.
Vuelvo a contar con la inestimable ayuda y la desinteresada entrega de la editorial Suseya, cuyo director, José Luis, siempre creyó en mi y apoyó mis proyectos, publicando la trilogía completa Crímenes de temporada y habiéndome mostrado su satisfacción al leer el manuscrito de Incluso lo bueno. Esta novelaque publicaré también bajo su sello editorial y que presentaremos el próximo mes de septiembre en un lugar emblemático de Valladolid que forma parte de la trama, es una trepidante historia de amor y guerra, ambientada en EEUU durante la fratricida contienda americana.
Y os estaréis preguntando, ¿Qué pinta Valladolid en esta historia? Pues muy bien, os invito a que os leáis la novela cuando salga a la venta. No os voy a hacer spoiler de ese.
Mi amiga y editora, Eva Melgar, quien también me ha ayudado en su corrección y desarrollo, me ha dicho que es la mejor novela que he escrito hasta el momento. Una mujer del criterio y conocimiento literario de Paz Altés, también editora profesional y además directora del departamento de publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, me ha dado la enhorabuena tras leer el manuscrito, y a aquellos lectores de confianza a los que pido lean mis obras antes de presentarlas a la editorial, al parecer les ha gustado bastante.
No quiero generar expectativas que luego no puedan cumplirse ni mucho menos darme auto bombo, pues por mucho que pueda gustar algo de lo que escriba, nunca dejaré de considerarme el eterno aprendiz de escritor, ni de trabajar para conseguir llegar a ser el escritor que quisiera llegar a ser. Tan solo parece que he encontrado mi estilo, mi sitio, mi camino, Parece que escribir sobre este tipo de historias (que deduzco habré protagonizado en vidas pasadas dada la nitidez con las que las visualizo en mi mente, y en mi corazón), me ayuda a forjar con más acierto el acero de mi pluma.
No es necesario que recuerde lo que me apasiona la historia, lo que me gustaron siempre los valores castrenses y la milicia, y, que el amor es quizás el sentimiento que más ha marcado y definido mis vidas y al que me he entregado siempre por completo. Si pongo una parte de cada uno de estos ingredientes en una coctelera junto a una buena medida de ilusión, dos de esfuerzo y otra de esperanza y lo agito con soltura en negro sobre blanco, la mezcla seguramente resulte del agrado de muchos lectores. Y eso es lo que sinceramente espero y deseo.
Os iré contando según se acerque la fecha, pero si no se tuercen las cosas, además de con las intervenciones de editores y autor contaremos en la presentación con música en directo, actuaciones teatrales y otras sorpresas que enriquecerán el evento, el momento y mis vidas. Y es que ya lo decían en La bola de cristal, "solo no puedes, con amigos, si".
Cruzo los dedos para que todo termine llegando, incluso lo bueno.
Mientras todo esto acontece, seguiré regresando a la Judea del año 0 , para continuar con las vicisitudes del ya decurión de las legiones de Roma, Lucio Galvano.
Iván comprendió que la nueva estrategia de Ulises era ese "que todo cambie para que todo siga igual" que leyó una vez en la novela El Gatopardo, de Lampedusa.
La gente de la organización había informado a Salomé de que se diseñarían nuevos protocolos para todos los trabajadores de la empresa y todos, absolutamente todos, llevarán un arma oculta bajo la ropa o no, deberían aplicarlos evitando pensar al hacerlo, como Charlie se empeñaba en recordarles en cuantas formaciones recibían.
Iván y Clara habían recibido órdenes de mantenerse atentos a las señales que se originasen en SVAE, dado que la actualidad política y social del país estaba alcanzando cotas de delincuencia y corrupción nunca vistas antes y que para el asombro y el bochorno de cuantos honrados ciudadanos aún se resistiesen a reconocerlo, rozaban con el natural transcurrir de la administración en aquellas repúblicas bananeras que tanto habían ridiculizado los largometrajes de los más exquisitos directores americanos y europeos.
—Parece que al seguir uno de los nuevos protocolos atendiendo a una administración de fincas, Alma ha informado a Salomé de un movimientos sospechoso en Aldeamayor golf —dice Clara a Iván tras colgar el teléfono.
—Pues tu me dirás, compañera—responde Iván mientras cierra el archivo del expediente del de Runara que ha redactado en el ordenador de su despacho en comisaria—¿Y qué es lo que se espera de nosotros ahora?—pregunta satisfecho por la redacción del informe que acaba de terminar y que le estaba resultando bastante engorroso dadas las circunstancias del dichoso apagón nacional.
—Pues nos toca irnos a Aldeamayor echando virutas. Alma detectó que tras revisar el nuevo protocolo que utilizó uno de los tramitadores en prácticas, el vecino que llamó conseguiría las llaves de acceso para facilitar el paso al profesional que debía acudir al cuarto de comunicaciones de la urbanización con la excusa de instalar la fibra en un chalé de la nueva fase. Pero sospechó al darse cuenta de que esa nueva fase la lleva otra administración de fincas, no aquella por la que había entrado la llamada.
—Si los amigos de lo ajeno consiguiesen instalar un troyano en la red general, podrían hacerse con la información bancaria de todos los vecinos de la urbanización y desvalijar sus cuentas en cuestión de minutos.
—O acceder a créditos bancarios utilizando los datos personales de aquellos a quienes pudiesen hackear el ordenador.
—Nos han jodido con la ciberdelincuencia de los cojones—bramó Iván mientras comprobaba que su arma llevaba un cargador completo y una bala en la recámara, como acostumbraba cuando salía a atender algún asunto turbio.
—Pero bueno, jefe, no te preocupes—le chincha Clara—Primero tienen que conseguir introducir el virus y si no pillamos tráfico los cogeremos con las manos en la masa.
Y dicho y hecho. En cuestión de poco más de 20 minutos una bala de 9mm disparada por la Pietro Beretta del inspector Iván Pinacho atravesó el cráneo del tirador que trató de hacer lo propio al ver las placas, y extraer un arma del interior de su mono de operario de Orange con extremada pero no suficiente rapidez. El otro delincuente que en ese momento manipulaba un pequeño ordenador portátil conectado a la red, levantó las manos y obedeciendo la tajante orden de Calara, entrelazó los dedos detrás de la cabeza y se arrodilló sumiso, no pudiendo evitar orinarse encima al percatarse de que su socio había desparramado por todo el cuarto trocitos de hueso y restos de masa encefálica.
—Joder...lo he vuelto a poner todo perdido—ironizó Pinacho—vamos a pedir que los de SVAE contacten con alguna de las empresas de limpieza para las que atienden gestiones.
—Deja deja, que a saber a quien nos envían los malos si interceptan la llamada, y solo he traído un cargador—ríe Clara.
—Bueno. Vamos a llamar a los compañeros para que se hagan cargo de este estropicio y del señor Google. Si quiere—pregunta Iván al detenido con tanta sorna como mala leche—pido que le traigan unos dodotis.
El humillado informático que había cometido el error de vender sus habilidades a la persona incorrecta, tragó saliva y logró contener las lágrimas evitando derrumbarse delante de aquella pareja de maderos que le habían jodido el fin de semana y seguramente los próximos cinco años y un día.
Me he propuesto ser feliz, ya veis que tontería, que cosas tengo.
Sé que no va a ser nada fácil, pero soy un tipo muy tenaz cuándo algo se me mete entre ceja y ceja, y esto ya no es porque crea ser merecedor de ello o no, es simplemente porque he descubierto que durante muchos años y un par de vidas, he equivocado los deseos y he despilfarrado oportunidades y medios persiguiendo quimeras y caprichos que realmente no me iban a aportar esa felicidad deseada. Pero ahora he visto la luz, he descubierto mi camino, he comenzado a recorrerlo y he sido capaz de disociar lo que quiero de lo que amo, lo que necesito de lo que me ayuda a resistir y lo que puedo aportar de lo que creía ser capaz de conseguir.
Estoy aprendiendo mucho sobre el famoso y ya algo manido Ikigai, y realmente creo que encontré el mío y comencé el sendero.
También logre interiorizar algunas de las esenciales enseñanzas que todos los lectores debemos se capaces de extraer de El principito. Y además de esforzarme en mirar con el corazón, ya que lo esencial es invisible a los ojos, aprendí a amar a una rosa, no solo a querer las más hermosas flores en mi jardín.
He descubierto que soy capaz de perdonar, y de perdonarme. Que el rencor y el odio tan solo me hacen daño a mi, y he conseguido bajarme de esa escalera de ego que me llevaba a sufrir ante los comentarios y ataques de trolls y haters. De hace un tiempo a esta parte me rio con sus intentos de joderme la moral y la vida, y me descojono de que pierdan el tiempo en intentar arrojarme su inmundicia. Sé que ciertos "desconocidos" enviarán comentarios dañinos a este post, pero ya aprendí a eliminarlos sin leerlos siquiera. Y soy mucho más feliz desde entonces.
Las personas de mi entorno, hombres y mujeres, amigos y amigas, parejas, familiares, compañeros y compañeras de trabajo, educadores y jefes, me están dando tantas lecciones de vida, de amor, de capacidad y de voluntad, que me castigo por haber sido un completo gilipollas y no haberme detenido a aplaudir tantos y tan buenos ejemplos y a tratar de imitarlos. Pero ya está.
Vamos a por ello, a por la vida que un día soñé y decidí escribirme.
No me siento
ni con mucho un delator y aunque sé que “Roma no paga traidores” en esta
ocasión, el único traidor ha sido él. Javi era mi mejor amigo desde primero de
EGB pero hay cosas que un amigo no puede tolerar y creo que aunque ha sido una
medida algo drástica, a la larga me lo va a terminar agradeciendo.
La policía
lo ha detenido hace menos de diez minutos y se lo ha llevado al calabozo,
acusado de un delito de malos tratos y de violencia de género. Javi no ha
opuesto resistencia, él solo debe sentirse “muy hombre” cuando sacude a Marta.
Si soy sincero, creo que lo que más le ha molestado ha sido que se lo llevasen
esposado delante de todo el mundo.
He llamado a
la policía y lo he denunciado porque creo que, si no lo hubiese hecho yo, Marta
no lo habría hecho nunca. Llevan saliendo más de cuatro años, se conocieron en
COU y lo suyo era la crónica de una muerte anunciada. El capitán del equipo del
cole y la estudiante más guapa que además cantaba en el grupo que montaron los
del coro del colegio. Típico de película americana. Al principio las cosas iban
muy bien. Salíamos todos juntos y aunque yo pasaba algo de apuro por esa
costumbre tan suya de comerse los morros a todas horas, lo achaqué a ese amor
de juventud tan lleno de pasión y de hormonas. Los problemas comenzaron al
llegar a la universidad. Los tres nos matriculamos en la misma facultad de
Derecho y Javi empezó a gastarle a Marta bromas despectivas y machistas, como
que se alegraba de que se hubiese decidido por Derecho ya que le vendría muy
bien que alguien le planchase correctamente la toga.
Lo que
comenzó como una serie de bromas de mal gusto, se terminó convirtiendo en el leit motiv de las conversaciones de
Javi, con la silenciosa complicidad de Marta, que prefería restarle importancia
a la humillación pública antes que perder a su chico. Marta se apuntó a un
curso de cooperación con los refugiados, donde se impartían conocimientos
específicos para trabajar con este colectivo, donde la mujer era el sector más débil
y más castigado por las calamidades que acompañaban a la búsqueda de una vida mejor
y de un futuro para sus hijos. Javi se volvió un celoso compulsivo y no
soportaba que los compañeros de Marta, la llamasen por teléfono o la
acompañasen a casa después de las clases. Un lunes, Marta llegó a la facultad
con gafas de sol y al quitárselas en el aula, pude observar que, aun habiéndolo
intentado, el maquillaje no podía ocultar el moratón de la mejilla derecha. Le
pregunté que le había pasado y sin mirarme a los ojos, me dijo con voz
temblorosa que se había dado un golpe contra la mesilla de noche al despertarse
y cambió rápidamente de tema. Luego vino lo del Facebook. Ella siempre había
sido muy activa en las redes sociales, subiendo fotos de sus viajes y sus
fiestas y actualizando constantemente el estado en su muro del Facebook. De
repente dejó de escribir y de compartir fotos. Tenía más de mil contactos o
“amigos”, como se denomina a los contactos en esa red social, pero del día a la
mañana, hizo una limpieza y se quedó tan solo con familiares, amigas y los
pocos chicos que tenían también amistad con Javi. No tardó en volver a
golpearse con la mesilla de noche, en el labio. en la ceja… Las cosas cambiaron
muy deprisa. Ya no salíamos nunca en pandilla y solo quedaban ellos dos para ir
al cine, a cenar y cosas por el estilo, pero en pareja. Eso sí, Javi no se
perdía una juerga y al aparecer él sólo, justificaba la ausencia de Marta
diciendo que tenía que estudiar mucho, porque las chicas, subrayar en colorines
sí, pero entender bien los artículos del código penal ya era otra historia.
Cuando Reyes(la novia de Carlos, el delegado de clase) le afeó el comentario y
le dijo que las mujeres eran tan válidas como los hombres, para estudiar
Derecho o cualquier otra carrera, Javi le contestó de muy malos modos que no
tenía más que buscar en la historia de la humanidad a las mujeres constructoras,
descubridoras, conquistadoras, inventoras y demás. Que su ausencia no era algo
casual. Que tan solo destacaban algunas modistas, cantantes de ópera y
escritoras de novela rosa.
Javi dejó de
caerme bien y eso me dolió muchísimo, ya que desde que éramos niños, nos hemos
querido mogollón.
Esta mañana
se han desencadenado los acontecimientos, al darme cuenta de que me había
dejado el libro de Constitucional en el coche y volver al parking a por él.
Al bajar las
escaleras hacía el segundo sótano, he visto a Javi discutiendo con Marta y
justo cuando me estaba acercando a poner paz, Javi le ha dado un bofetón con el
dorso de la mano con tal fuerza, que Marta ha perdido el equilibrio y ha caído
hacia atrás, golpeándose en la cabeza contra la barandilla de las escaleras. Mi
querido ex amigo la ha dejado allí llorando y se ha ido a la cafetería de la
facultad a tomarse un botijo y a buscar a tres para un mus. Yo he tratado de
convencer a Marta de que lo denunciase, pero ella se ha enfadado mucho y no he
tenido más remedio que seguir mi código moral y mis valores, sacar el móvil y
llamar a la policía nacional.
Marta está
hecha polvo y tiene miedo de la presión social y de que en su entorno la
consideran imbécil o lo que es peor, culpable del trato que recibía por parte
de su novio. En estos años, he aprendido a valorar y a respetar la cálida
amistad de Marta y si no lo hubiese denunciado, no sería su amigo. He tratado de convencerla de que pida ayuda
profesional y de que la dependencia emocional no es positiva, pero me temo que
cree que he vendido a mi amigo y que he traicionado su amistad. No la culpo por
ello, vivía la peor de las mentiras. A veces el silencio es el cómplice
habitual de los maltratadores y hay que aprender a levantar la voz y a gritar
“basta ya”.
Cuando son varias las personas de tu entorno que no cumplen con tus expectativas al resultar no ser como pensabas, y ves que vas de una decepción a otra y que las desilusiones se amontonan en el cofre de tu alma, llega el momento de pensar bien, de analizar la situación, recapacitar y asumir que el problema es únicamente tuyo por haberte entregado en exceso, por haber dado siempre más de lo que se te pedía y por haber creído que al comportarte así, estabas cimentando amistades verdaderas, relaciones sanas y unos vínculos eternos.
Pero no.
Ha llegado el momento de empezar a mirar por uno mismo, a trabajar por conseguir esa felicidad tan ansiada que erróneamente tratabas de obtener para los demás ignorando la propia y llegando incluso a sacrificar cuanto la vida quiso regalarte por compartirlo con quien ni supo agradecerlo ni lo mereció.
Y no es egoísmo, es supervivencia.
Toca hacer un verdadero esfuerzo para cambiar la actitud, pues cuando tu naturaleza es la de castigarte por no conseguir la felicidad ajena te resultará jodidamente difícil alcanzar la tuya. Y con esto no pretendo considerarme mejor persona que nadie, ni tan siquiera una buena persona. Conozco mis limitaciones, mis innumerables defectos y mis recurrentes fallos, pero también sé que si me empeño en ello y me agarro a lo bueno que me enseñaron y me inculcaron mis padres, mi calidad humana mejorará, y solo así desarrollaré el criterio acertado para poder ofrecerme sin reservas y sin fisuras a las personas que realmente lo merezcan. Al resto de las personas con las que la vida me cruzó muy a mi pesar, no les deseo ningún mal, tan solo que sean muy felices, pero muy lejos de mi. Y punto.
Pero bueno...se acercan tiempos en los que el sol iluminará nuevas metas. A por ellas, cueste lo que cueste , pase lo que pase y le pese a quien le pese.
Pablo guarda el arma y organiza a su equipo para que todo quede asépticamente listo para revista. Tras hablar con Ulises, da las pertinentes instrucciones a Salomé, quien se ocupa de los detalles más complejos. Después de asegurarse de que no habrá indicios de sospechas entre los serviciales y eficaces tramitadores de llamadas de SVAE que han asistido atónitos a lo sucedido, deja que sea Txus quien avise a la policía nacional al ver que Pedro ha regresado de aparcar en el lugar convenido del polígono industrial donde se ubica la sede de SVAE. A escasos trescientos metros de la sede de la tapadera de unos cuantos efectivos sagaces y resolutivos servidores públicos, los efectivos del patrulla de la Policía Nacional que recibirá el anónimo aviso encontrará la furgoneta del poco afortunado equipo de agresores, con los cadáveres de todos ellos en el interior, ocultos por los cristales tintados de miradas indiscretas, tal y como ha ordenado Ulises.
Alma realiza una discreta pero exhaustiva ronda de reconocimiento por los alrededores, y siguiendo las instrucciones de Pablo, cuando se cerciora de que no hay ninguna otra amenaza, entra a tomarse un café en el bar restaurante que linda con la vecina estación de gasolina de la nacional Repsol, y saluda sonriente a las camareras como si unos minutos antes no hubieran tenido que erradicar la mortal amenaza que se presentó en el edificio que alberga el servicio virtual de asistencia a empresas.
Mientras saborea el café con leche de soja sin azúcar ni edulcorante alguno, no puede evitar sonreír al recordar la habilidad de Pedro al utilizar la navaja, y lo sorprendente de asistir al descubrimiento de Laertes como eficaz y resuelto pistolero. Pablo, el jefe del operativo, ya le ha hecho una oferta que el rubio y aparentemente tímido Laertes no ha podido rechazar, y desde hace apenas media hora ha pasado a formar parte de la unidad que al servicio de España, opera desde el vallisoletano polígono de San Cristóbal.
En el otro extremo de la piel de toro, Clara e Iván se aseguran de que el disoluto hijo del emir de Runara no haya echado en falta ninguna de sus muchas y formidables pertenencias, ni tan solo uno de los euros de entre esos millones que esa misma noche llevará al casino Nueva Andalucía, en Puerto Banus, para respaldar sus corazonadas sobre el número acertado, rojo, par y falta, que le hará un poquito más asquerosamente rico, si eso es posible.
Pues ya va siendo hora de volver a casa, Bebé—dice Clara cariñosamente haciendo referencia al nombre clave que asignaron a su amigo y compañero los hombres de las fuerzas especiales inspirados en el hoy rasurado bigote color del inspector Pinacho—Al final la gente de Ulises se habría podido apañar perfectamente sin nosotros. No entiendo cómo no nos ordenaron que abortásemos misión y nos diésemos la vuelta.
—Pues te vas a reír, Clarita—le contesta Iván mientras siguiendo el protocolo habitual elimina el recién recibido wasap de audio tras escucharlo—Se acerca la hora de la verdad. En la dura estepa castellana ha habido un choque de fuerzas y eso ha llevado a la gente de inteligencia de la organización a tirar del hilo. Al parecer han encontrado ciertas grabaciones en el smartphone de uno de los sicarios que habían enviado a terminar con nosotros y con nuestra tapadera y las órdenes no las recibía únicamente de una organización criminal. No te vas a creer quien se esconde tras ciertas maniobras de corrupción, chantaje, apropiación indebida y demás lindezas.
—Pues si mi corazonada no falla, creo que los mismos que se ocultan tras la capacidad de poder generar un apagón en toda la península llevando a 0 a la red eléctrica nacional—contesta Clara con rapidez.
—Pues no te equivocas, cielo. Pero se acerca la hora de la verdad, y al parecer alguien mucho más arriba de lo que podríamos habernos imaginado, va a tener que dar muchas explicaciones.
—Bueno....yo tengo mucha imaginación, Jefe—chincha a Iván sabedora de que no le gusta nada que lo llame así—pero la experiencia em dice que ese tipo de gentuza a tan alto nivel , ni da explicaciones, ni asume responsabilidades. Ya veremos que pasa.
Iván abre galantemente la puerta del puesto de copiloto del vehículo para que su compañera se acomode, espera a que lo haga sin prisas y después se dirige al asiento del conductor, donde tras asegurarse de poder salir sin peligro de colisión, arranca, pisa el embrague y mete primera enfilando el coche hacia la tierra del insigne poeta decimonónico que escribió con gran acierto: "Lo falso a lo verdadero, lleva ventaja infinita, la mentira es más bonita y yo siempre la prefiero."
Hace muchos,
muchos años, cuando no había internet ni teléfonos móviles con los que llamar
al 112, y los barcos aún no tenían motores y dependían del viento, navegaba por
los mares del sur un temible pirata conocido como el Capitán bicolor.
Su nombre se
debía a la particularidad del color del bigote que adornaba su cara, pues era
un bigote mitad rubio y mitad blanco y cuentan los marineros en las tabernas, que se le puso medio blanco del susto que le dio un tiburón cuando se tiró al
mar a refrescarse sin darse cuenta de que el enorme devorador de hombres nadaba
junto a su barco. El capitán bicolor siempre tuvo mucha suerte y de todos los
enormes tiburones blancos que infestaban las aguas del pacífico fue a coincidir
justo con el único que se había hecho vegano, pero claro, él no lo supo hasta
que el tiburón pasó a su lado ignorándolo por completo y masticando un chicle
de algas. Se llevó tal susto que su hermoso bigote rubio pasó a ser mitad
rubio, como su pelo, y mitad blanco como las sábanas de las literas de su
camarote.
Pues bien,
una mañana de agosto el Capitán Bicolor y sus hombres avistaron una vela en el
horizonte y al comprobar con el catalejo que era un barco mercante, se lanzaron
en su persecución en busca de riquezas y de una docena de huevos, ya que se les
estaban terminando los de la bodega, porque había sido el cumple del grumete y
el cocinero le hizo una tarta enorme que repartieron entre todos, y ya no
quedaban casi huevos para las tortillas de la cena. Y eso de que hay unos piratas sin huevos, resulta bastante curioso.
Izaron todas
las velas y aprovechando el viento que soplaba de popa salieron corriendo tras
el barco mercante y no tardaron en alcanzarlo.
Bicolor y
sus piratas se lanzaron al abordaje del mercante y con el sable en la mano y
una pistola en la otra, su pequeño cuerpo de rubia melena cayó sobre cubierta
seguido por los más sanguinarios piratas de los mares del sur.
La
tripulación del mercante no ofreció resistencia y se rindió de inmediato,
pidiendo que por favor no los mataran y se llevaran lo que quisieran. Bicolor
que era un gran pirata, pero una buena persona, se apiadó de ellos y les
prometió que, si se sentía satisfecho con lo que pudiera llevarse, les
perdonaría la vida.
En la bodega
encontraron unos cuantos barriles de ron, cerdos y corderos como para darse un
montón de festines y huevos y patatas suficientes para mil tortillas, aunque
nada de oro ni de cofres con tesoros.
No obstante,
Bicolor y los suyos se iban contentos y perdonaron la vida a la tripulación del
barco asaltado.
Estaban a
punto de irse cuando uno de los piratas le dijo a Bicolor que habían encontrado
a una noble dama escondida bajo la cama de un camarote.
La dama en
cuestión iba a las américas a casarse con un virrey español, por lo que Bicolor
decidió que se la llevaría y pediría un buen recate por ella.
Era una
mujer muy hermosa, pero el terror se reflejaba en su rostro y Bicolor le dijo
que no se preocupara que no le haría nada y que no pensaba quedarse con ella,
que en cuanto le pagaran el rescate la liberaría porque las mujeres no servían
para nada y en un barco eran solamente una molestia y un estorbo.
Ella se
enfadó mucho y todos los piratas se rieron al ver como su cara blanca de miedo
había pasado a estar roja de ira por ser capturada por un pirata y además por
uno tan machista.
Bicolor le
dijo al capitán del mercante que avisara al virrey de que la dama estaba en su
poder y de que o le pagaba cinco cofres de oro o la haría pasar por la borda
para que fuera pasto de los tiburones, incluso del vegano que se le comería el
cabello confundiéndolo con algas.
El barco
pirata navegó por los mares del sur esperando a que vinieran a pagar el rescate
y se llevaran a la dama.
Durante unos
cuantos días la dama se aburrió de lo lindo pues los piratas no la dejaban
hacer nada. Para ellos las mujeres no sabían hacer nada y no valían para nada,
hasta que un día estalló una brutal tormenta y paso lo que hizo que cambiaran
de opinión.
El viento
huracanado estaba a punto de hundir el barco y los piratas se esforzaban en
achicar el agua que inundaba la cubierta. Permitieron a la dama que ayudara en cubierta
pues les impresionó y les sorprendió ver con que velocidad achicaba agua y con
que agilidad felina subía por las jarcias para cumplir con las órdenes del
capitán Bicolor, que había ordenado arriar todas las velas menos la mayor,
pensando que así podría aprovechar el fuerte viento si conseguían girar el
timón y enderezar el velero para salir de allí. Pero las cosas se estaban
poniendo muy mal y todos pensaban que iban a morir. Entonces la dama subió al
castillo de popa desde donde el capitán daba las órdenes y se ató al timón para
no ser arrojada al mar por la fuerza de las olas. Con rostro pensativo estudió
la situación y lo vio todo muy claro.
¡Arriad la
mayor! ¡izad las Génovas y los tormentines! Grito con tanta fuerza y tanta
decisión que el capitán bicolor asintió con la cabeza y los piratas la
obedecieron de inmediato. El barco basculó unos segundos, pero para asombro de
todos la astuta maniobra de la dama secuestrada dio resultado y el barco salió
de la tormenta poniendo a salvo al capitán y a todos los piratas.
Al fijarse
en ella el capitán la vio sonreír con alegría y su sonrisa le pareció lo más
bonito que había visto en su vida.
—Perdóname,
noble y hermosa dama –dijo bicolor—estaba equivocado con las mujeres. Pensé que,
aunque también sabéis hacer algunas cosas, valíais menos que los hombres, y de
no ser por ti ahora estaría en el fondo del mar visitando a las almejas y a los
cangrejos. Sé que no es escusa, pero tanto yo como mi tripulación, hemos crecido rodeados de micromachismos y se nos ha educado en que la mujer es tan solo el más hermoso complemento para la vida del hombre. Pero hoy me he dado cuenta de lo confundido que he estado siempre y a partir de este momento, le cambiaré el nombre a mi barco y lo llamaré "Igualdad", en tu honor.
—Te perdono,
capitán Bicolor, pero espero que hayas aprendido la lección y que a partir de
ahora no se te ocurra volver a pensar que las mujeres no valemos para nada.
Y así fue.
El Capitán
Bicolor se enamoró de la dama y cuando llegó el barco que transportaba el
rescate le dijo a su capitán que no la cambiaría ni por un millón de cofres de
oro, pues era la persona más valiente y astuta que había conocido. Y le debía
la vida.
La dama se
emocionó al ver que prefería su compañía a tanta riqueza y entonces se dio
cuenta de que Bicolor no estaba mal y que, aunque no era ni muy alto ni muy
fuerte era un tipo muy majete y tenía unos ojos azules muy bonitos, pero lo que
más le gustaba de él, era el oficio que había elegido desempeñar. Y le dijo al
capitán del barco que llevaba el rescate que no se preocupara, que estaba muy a
gusto con los piratas y que le dijera al virrey que lo sentía mucho, pero que
se quedaría para navegar con el capitán pirata y que había descubierto su
verdadera vocación y también se haría pirata.
Y así fue. La
capitana Gran sonrisa se convirtió en una excelente pirata y convenció al
capitán bicolor para que enrolase mujeres en la tripulación. El Igualdad, que
así llamaron a su barco desde entonces, se convirtió en el más peligroso de los
barcos piratas de los mares del sur, pues al unir sus habilidades los hombres y
las mujeres de abordo, no tenían rival y piratearon hasta el infinito y más
allá. Aún hoy en la isla de la Tortuga y en las tabernas de todos los puertos
se recuerda con simpatía y admiración aquel barco pirata en el que mujeres y
hombres al trabajar juntos se convirtieron en el azote de todas las embarcaciones
que hacían la ruta de las indias.
Me acuso de escribir mojando siempre la pluma en el tintero del alma, y en ocasiones intento darle forma a tanta sensibilidad y a tanta emoción que la prosa no me sirve, y trato de expresarme en verso, aunque ese no es mi terreno y corro el peligro de caer en una poza o de hundirme entre movedizas arenas.
Ruego a mis amigos poetas y a cuantos lectores aman la poesía disculpen mi atrevimiento.
Espero que sepáis interpretar cuanto sentimiento recogen estos versos y al hacerlo perdonéis mi osadía.
No se me
puede llamar poeta.
Mi pasión no sigue métrica alguna, no acepta orden ni
estructura ni está sujeta al estilo que indican los eruditos.
El amor que me inspira una sola de tus sonrisas no hallará
jamás el término exacto para construir la metáfora adecuada.
Ergo no puedo llamarme poeta, no pueden llamarme poeta.
Y no lo necesito, porque siento, luego existo, amo luego
insisto, te pierdo y te gano, te tengo y te alejas, me sangra el cerebro, me
tiembla la mano.
Te busco en cada sombra y te encuentro siempre en la luz.
Eres el sol que es vida y si no me iluminan tus ojos me
siento morir.
Y eso me desespera porque no puedo acusar al destino, ni al
dios que todo lo puede, ni a los caprichosos hados que ni tan siquiera existen
más allá de mis fracasos.
Tan solo conozco una gran verdad, y no es otra que habitas
en cada una de las palabras con las que construyo la más feliz de las historias
que me gustaría vivir junto a ti,
Pero es solamente real en negro sobre blanco.
Entonces igual sí que soy poeta.
Que me llamen como quieran,
yo me llamo como me
nombran tus besos y no deseo seudónimos