Estoy ultimando gestiones para hacer de la de Incluso lo bueno, la mejor de las presentaciones literarias que he realizado hasta la fecha.
Vuelvo a contar con la inestimable ayuda y la desinteresada entrega de la editorial Suseya, cuyo director, José Luis, siempre creyó en mi y apoyó mis proyectos, publicando la trilogía completa Crímenes de temporada y habiéndome mostrado su satisfacción al leer el manuscrito de Incluso lo bueno. Esta novela que publicaré también bajo su sello editorial y que presentaremos el próximo mes de septiembre en un lugar emblemático de Valladolid que forma parte de la trama, es una trepidante historia de amor y guerra, ambientada en EEUU durante la fratricida contienda de americana.
Y os estaréis preguntando, ¿Qué pinta Valladolid en esta historia? Pues muy bien, os invito a que os leáis la novela cuando salga a la venta. No os voy a hacer spoiler de ese.
Mi amiga y editora, Eva Melgar, quien también me ha ayudado en su corrección y desarrollo, me ha dicho que es la mejor novela que he escrito hasta el momento. Una mujer del criterio y conocimiento literario de Paz Altés, también editora profesional y además directora del departamento de publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, me ha dado la enhorabuena tras leer el manuscrito, y a aquellos lectores de confianza a los que pido lean mis obras antes de presentarlas a la editorial, al parecer les ha gustado bastante.
No quiero generar expectativas que luego no puedan cumplirse ni mucho menos darme auto bombo, pues por mucho que pueda gustar algo de lo que escriba, nunca dejaré de considerarme el eterno aprendiz de escritor, ni de trabajar para conseguir llegar a ser el escritor que quisiera llegar a ser. Tan solo parece que he encontrado mi estilo, mi sitio, mi camino, Parece que escribir sobre este tipo de historias (que deduzco habré protagonizado en vidas pasadas dada la nitidez con las que las visualizo en mi mente, y en mi corazón), me ayuda a forjar con más acierto el acero de mi pluma.
No es necesario que recuerde lo que me apasiona la historia, lo que me gustaron siempre los valores castrenses y la milicia, y, que el amor es quizás el sentimiento que más ha marcado y definido mis vidas y al que me he entregado siempre por completo. Si pongo una parte de cada uno de estos ingredientes en una coctelera junto a una buena medida de ilusión, dos de esfuerzo y otra de esperanza y lo agito con soltura en negro sobre blanco, la mezcla seguramente resulte del agrado de muchos lectores. Y eso es lo que sinceramente espero y deseo.
Os iré contando según se acerque la fecha, pero si no se tuercen las cosas, además de con las intervenciones de editores y autor contaremos en la presentación con música en directo, actuaciones teatrales y otras sorpresas que enriquecerán el evento, el momento y mis vidas. Y es que ya lo decían en La bola de cristal, "solo no puedes, con amigos, si".
Cruzo los dedos para que todo termine llegando, incluso lo bueno.
Mientras toso esto acontece, seguiré regresando a la Judea del año 0 , para continuar con las vicisitudes del ya decurión de las legiones de Roma, Lucio Galvano.
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