—Supongo que estarás un poquito más tranquilo después de lo de Aldemayor Golf, ¿no? pregunta Ulises directamente al escuchar al inspector Pinacho descolgar el teléfono.
—Hola, Ulises—contesta Iván sin dejarse provocar por la directora de la organización secreta que da cobertura a muchos de los asuntos de interés nacional que deben gestionarse de forma clandestina— Ya sabes, para servir y proteger. La inspectora Nogueira y yo estamos y estaremos siempre al servicio de España, aunque eso suponga que en ocasiones debamos quitar una vida, o jugarnos las nuestras.
—Madre mía—se burla Ulises—si parece que me he confundido de inspector y he llamado a Jose Luis Torrente, el de las pelis.
—Las comparaciones son odiosas—gruñe Iván—aunque mira tu por donde, me parece que Santiago Segura acertó con muchas de las críticas que esconden los guiones de sus pelis tras ese humor zafio y chabacano.
—Bueno, Pinacho, otro día nos tomamos un vino y hablamos de cine. Hoy tengo algo más importante que contarte. Acabo de recibir un aviso de Salome.
—Joder, con la señorita de inteligencia—apunta Iván realmente sorprendido—creo que se gana hasta el último céntimo de su sueldo. Espero que tengáis la decencia de premiar con incentivos a vuestros agentes secretos.
—A ver, Pinacho...ya—le corta Ulises—Salome ha confirmado con Charly y con Alma una serie de movimientos sospechosos entre los técnicos de una de las compañías de internet y telefonía móvil con las que trabajan en Castilla y León. Casualmente están recibiendo avisos para la instalación de fibra óptica en poblaciones que en la actualidad se hayan confinadas perimetralmente por los incendios que asolan la comunidad. Con acierto fingimos un control de tráfico y una de nuestros hombres al mando de un control de la Benemérita detuvo uno de los coches rotulados de la compañía tecnológica y con una peregrina excusa ordeno el registro del vehículo, encontrando bajo la rueda de repuesto Efecincoina por valor de medio millón de euros si se distribuye en el mercado negro.
—Joder...Efecincoina,ni más ni menos—se preocupa realmente Iván—.Esa droga es demoledora. Quien la consume sufre tal subidón descontrolado que cree que de pronto se han solucionado todos los problemas y se han superado todas sus limitaciones en su vida por arte de magia. Hasta ahí todo suena guay, pero es muy peligroso porque inhibe cerebralmente el control de la realidad y ha habido casos de consumidores que han saltado desde un quinto piso convencidos de poder vencer el vacío, e incluso de quien en pleno viaje ha entrado al interior de la jaula de los tigres del Zoo de Madrid para jugar con los gatitos.
—Conozco aquel dantesco episodio, Pinacho, aún recuerdo la imagen de aquel macho de Bengala masticando una pierna del adicto antes de que los guardias de seguridad pudieran dormirlo con un dardo tranquilizador.
—Desde luego los delincuentes de este país saben aprovechar el momento. Todo aquello que pueda distraer la atención general por causas de fuerza mayor o de interés nacional, como la espantosa Dana de Valencia, el reciente apagón nacional, la final de la Copa de Europa, el victoriosos discursito de Puigdemont y su posterior huida y tomadura de pelo, la detención del ex ministro de transportes, la imputación del hermano o de la mujer del presidente del gobierno...en fin...todo lo que pueda apartar la atención de los delitos comunes...no desperdician una estos hijos de puta.
—¿Cómo dices?—le afea Ulises
—Nada...que me gusta la fruta.
—Así me gusta, Pinacho. Menos vinitos y menos tapas de autor y más dieta equilibrada, que te estás echando a perder.
—Bueno, venga...a lo que estamos. ¿Qué quieres de nosotros?
—Charly y Salomé se van a reunir con el responsable de comunicación de esta empresa tapadera, con la excusa de diseñar nuevos protocolos para facilitar la labor de los tramitadores. Como no los conocen físicamente, la inspectora Nogueira y tu ocuparéis su lugar en esa reunión y aprovecharéis para averiguar cuanto podáis sobre su actividad paralela.
—Muy bien, Ulises—acepta Iván—Entiendo que mientras sigan los incendios activos van a distribuir cuanta efecincoina puedan a los miembros de su red en lugares seguros y ellos se ocuparán de aprovechar el caos en la comunidad para hacer negocios sin miedo y repartir la droga en dosis entre sus camellos lista para la venta en las calles de las ciudades.
—Si detrás de esa carita de inocente y esos ojitos azules de niño tímido al que una vez rompieron el corazón se esconde un tipo inteligente. Salomé os contactará en breve y os citará en SVAE para explicaros como proceder de cara a la reunión y facilitaros la información necesaria y documentación con el sello de la empresa. Estad atentos.
Tras colgar, Pinacho enciende un pitillo, se sirve una copa de Jesús Yllera y se arregla para acudir a una cena en el Vayco, que espera termine con un postre a al altura de las exquisiteces que le ofrecen Pablo y Almu, pero en su casa y lejos de miradas indiscretas.
Sonríe y antes de salir comprueba que su arma está debidamente municionada y tiene el seguro puesto.
Mañana será otro día.
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