viernes, 19 de enero de 2024
En la salud y en la enfermedad
lunes, 15 de enero de 2024
Cuentos
Este cuentecito nació anoche como post en mi muro de Facebook. Podría decirse que se escribió solo, porque apenas le dediqué un par de minutos. Simplemente sentí la necesidad de abrir en el teléfono esta red social y de escribir un post inspirado por aquello que me golpea a diario el alma: el recuerdo de aquel gato que marcó mi vida y del de la mujer que me enseñó lo que era el amor. A veces y como ya he dicho en más de una ocasión, escribir es una necesidad vital.
Gatete era un gato muy especial a muchos y muy distintos niveles. Eterno adolescente, enamoradizo y golfo en igualdad de proporciones, muy sentimental y excesivamente emocional, adorable compañero y fiel amigo, amante de las letras e incondicional de la literatura. Lo que viene siendo un adorable minino.
No hace mucho, preocupado por ver a su humano de compañía sufrir por la pérdida que le marcó a fuego el corazón, pensó cómo podría ayudarlo y al encontrar la forma, trazó un plan y se puso patas a ello.
Recordaba perfectamente haberlo leído en uno de los muchos libros que el humano que lo acogió de cachorro almacenaba en el desván, y durante semanas cada noche se entregó a la incansable lectura desesperado por no encontrar en cual lo hizo.
Con cada amanecer sentía que se le desprendía un trozo de alma y que no conseguiría encontrarlo a tiempo.Una noche fría y tormentosa, cuando todo parecía perdido, la luz de los relámpagos iluminó al fin la verdad que daba sentido a todo, y que devolvería la ilusión y la sonrisa a aquel que le regaló una vida feliz cuando su madre murió, su padre lo abandonó y nadie lo quiso: "solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos".
Arrastró con los dientes el libro abierto por la página donde esa frase destacaba entre todas y lo llevó hasta los pies de la cama en la que su humano de compañía intentaba inútilmente conciliar el sueño una noche más, con el corazón roto y los ojos vidriosos. Al escuchar ruido en la habitación, este encendió la luz de la mesilla y cuando vio el libro abierto en el suelo se levantó a recogerlo y leyó la frase que su gato había subrayado con las uñas. Entonces comprendió que solo si aprendía a mirar con el corazón, encontraría sentido a su vida.
Observando todo agazapado bajo la mesilla de noche, el gato sonrió al ver que había funcionado, y no pudo evitar que un pequeño maullido de felicidad delatase su posición.
El humano dejó "El principito" sobre la cama, se agachó muy despacio y tras tomar con delicadeza al adorable minino con el que compartía el hogar, lo estrechó entre sus brazos y lo besó en la frente.
El ronroneo del animal se convirtió en la banda sonora de la primera noche en la que el peculiar humano de bigote bicolor pudo dormir sin que el recuerdo de aquella de quien el destino decidió que se despidiese para siempre le despertara angustiado.
domingo, 14 de enero de 2024
Demasiadas cicatrices
Me despertó lo que creí una extraña presión en el pecho y un gélido aliento sobre mi rostro. Miré el reloj y las agujas indicaban que eran poco más de las cuatro de la mañana. Demasiado pronto para levantarme incluso para mi, por lo que me di la vuelta, introduje los brazos bajo la almohada y busqué la postura perfecta para volver a entregarme a Morfeo. Pero no iba a ser tan fácil.
—Haz el favor de escucharme un momento—resonó alto y claro en mi cabeza—.Creo que me he ganado al menos el poder exponer mis argumentos.
Rápidamente realicé un barrido de los recuerdos del día anterior y de lo que hice antes de acostarme. No había bebido más que dos copas de verdejo, y ambos durante una deliciosa cena completamente vegetariana y ligera en buena compañía. No hubo posterior vaso de whisky ni mucho menos sustancias tanto legales como ilegales que hubieran podido confundir mi psique. Aquello estaba pasando de verdad.
—Pues tu dirás—dije en voz alta pensando que nadie me contestaría—,pero haz el favor de decirme primero quien se ha tomado la libertad de despertarme a estas horas.
—Me llamo Iván Pinacho—contestó una nítida voz en el interior de mi cabeza—soy inspector del grupo de homicidios de la policía de Valladolid, me creaste hace más de cuatro años y desde entonces te he acompañado en diferentes relatos, en un par de novelas publicadas y en la que estás a punto de terminar y publicaras en tres meses.
Buenos bien, pensé para mi. Lo que me faltaba. Se conoce que la crema de setas con la que aliñaron las berenjenas a la plancha debía de llevar trazas de algún hongo sicotrópico que me estaba pasando factura.
—Y aunque yo si que lo sea, esta conversación no es producto de tu imaginación—insistió la voz—, así que haz el favor de explicarme porqué coño has decidido matarme en la página 270.
—Te has pasado de listo, Pinacho, ni he decidido aún terminar contigo ni mucho menos el número de la página en la que lo haré. Esto no funciona así—dije realmente enfadado— Si bien mi primera editora me enseñó a levantar andamios en la construcción de una novela, tan solo se refería a esquemas de personajes, de trama y de giros de guion, no a marcar por adelantado el número de la página en la que sucedería esto o aquello. Por si no lo sabes yo escribo a golpes de inspiración.
—Y a golpes has decidido terminar con mi carrera profesional, con mis ilusiones y con mi vida en tu universo paralelo.—contestó Pinacho indignado y visiblemente ofendido—. Manda cojones, Pizarro, que me has permitido resolver casos, enfrentarme a las situaciones más complejas y peligrosas y salir airoso de ellas, conocer a distintas mujeres de las que hiciste que me enamorase como un gilipollas y tras romperme el corazón, ahora simplemente has decidido que ya está, que ya sobro, que ya no tengo sentido ni continuidad en tu obra y me vas a pegar dos tiros en el pecho, concediéndome eso si, la gracia de fallecer en brazos de aquella que creí que podría ser mi eterna compañera. ¿Qué coño te habría costado escribirme un final feliz y permitirme besarla?—preguntó el imaginario inspector de homicidios realmente enfadado —ya no te digo que me escribas el más impresionante orgasmo a su lado, ni la sensación que se experimenta al saber que verdaderamente estás haciendo el amor, y no gimnasia, pero por lo menos permíteme que en nuestra realidad paralela, pueda cortejarla, conquistarla y regalarle una eternidad de amor, de respeto y de proyectos comunes.
—A ver, listillo —me enfadé yo también—esa sensación de la que hablas me supuso demasiadas horas de "gimnasia" como tu dices, de mentiras de confusiones y de desengaños, y la verdad es que creo que aún no he sabido describirla en negro sobre blanco, simplemente late y perdura en mi corazón, y con su recuerdo restituye el tejido dañado en mi alma y elimina todas las cicatrices que otras mujeres dejaron.
Y en cuanto a lo de que te voy a pegar dos tiros en el pecho, pues mira, si te soy sincero lo pensé la semana pasada, pero ya sabes que siempre escribo mojando la pluma en el tintero del alma, y en ese momento estaba muy descolocado y realmente triste, por lo que no se me ocurría un mejor final para ti.
—Vete a tomar por el culo—gritó en mi cabeza Pinacho—si tienes problemas en tu vida no es cosa mía. ¿No eres tan peleón?¿No te cansas de escribir que rendirse no es una opción? pues soluciónalos, deja de lloriquear y no lo pagues conmigo. No es justo—zanjó con rotundidad.
Y lo peor es que no le faltaba razón. De alguna manera Pinacho se convirtió desde el principio en mi alter ego y en él deposité mis ilusiones, mis esperanzas, mis valores y mis anhelos. Y me lo iba a cargar porque en estos años, desde que lo creé, he perdido demasiadas ilusiones y he sufrido los desengaños más duros. Pero es verdad, él no tiene la culpa.
—Muy bien, rubio—dije con cierto cariño—déjame que le de una vuelta al final de la novela que cierra esta trilogía, pero no te prometo nada. Ya se verá. Y ahora déjame dormir, anda, que esta semana va a ser muy completita y tengo mucho que hacer.
—Muy bien, Pizarro. Me voy —anunció con voz más tenue—. Pero a ver si es verdad eso que dices de que todo termina llegando, incluso lo bueno.
Y os prometo que así ha sido, y hace menos de una hora que me he levantado recordándolo todo con detalle. Igual estoy loco, igual no. Igual aquella lesión cerebral que me llevó a unos minutos de muerte clínica y a casi una semana en coma, me ha dejado secuelas que la ciencia no es capaz de comprender. Igual mis personajes viven en mi, como el amor, como mis emociones más intensas, como ELLA.
lunes, 8 de enero de 2024
¿Mañana?
Pues si...el mañana llega hoy.
Y ya puestos a tirar de obviedades, de frases hechas y de clichés, voy a jugar con el manido, "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
En esta ocasión no voy a correr y no voy a vivir acelerado, pues ya sé lo que pasa cuando no sabes frenar o no puedes hacerlo: la vida te frena, y lo hará de la forma que sea. Y seguramente esa frenada radical no conlleve nada bueno, como ya pude apreciar en el pasado, cuando el destino me frenó en seco haciéndome morder el asfalto.
Son tiempos de hacerse buenos propósitos y, más allá del consabido recuperar la forma física chupando lechuga y dejándome las lumbares entre abdominales y flexiones, he decidido empezar a cuidar de mi también en lo emocional, y a tratar de elegir bien a aquellas personas que formarán parte de mi manada, de mi presente y de mi futuro, y a condenar al definitivo olvido a esas que me confundieron y me destrozaron por dentro. Y debería ser algo más sencillo de lo que pienso, ya que sinceramente me atraen mucho más las personas que son bonitas por dentro, las que son hermosas como seres humanos y he aprendido a valorar esa belleza interior por encima de otras muchas cosas. Las que son bonitas únicamente por fuera y tan solo pueden ofrecer un físico llamativo, a la larga terminan quitándose el maquillaje y descubres lo espantoso de su verdadero ser. Y ojo, que soy terriblemente humano y nunca me amargó un dulce, por lo que muy a menudo me he dejado llevar por unas sugerentes caderas, una convincente caidita de ojos o unos irresistibles labios. Pero bueno...las cicatrices que decoran mi corazón y mi alma dan fe de lo poco acertado de mis elecciones, y de lo peligroso de mis caprichos.
Y cuidar de mi emocionalmente va mucho más allá de ser cauto a la hora de compartir la oscuridad de un portal, las sombras de un callejón mal iluminado, el lado más cálido de la cama, o un proyecto de futuro. También habla de intentar cubrir las necesidades personales, escucharme, atenderme, mimarme y protegerme, como si lo estuviera haciendo de una de esas personas por las que daría la vida sin dudarlo, y a las que no voy a abandonar bajo ningún concepto, pero que deberán comprender que yo también me necesito.
Siempre querré a la gente que quiero y jamás cortaré ese bendito hilo rojo que une las almas, pero he decidido atenderme y mirar también por mi felicidad.
Ha llegado el momento de dejar de llorar a escondidas cuando el pecho duele tanto que no puedo soportarlo más, de abandonar las inseguridades que nacen del "¿Y si?" y del "quizás". Es la hora de agarrarme a lo que he cultivado durante tantos años, a lo que he aprendido con esfuerzo y sacrificio, y muchas veces a base de golpes, pues la letra con sangre entra. Es la hora de optimizar recursos y de hacer valer este continuo aprendizaje, pues la vida pasa y pesa, y te enseña mucho por el camino, a veces cosas que quisieras no haber tenido que aprender.
Voy a enviar mis tropas a cumplir una fundamental misión, que sé que me reportará la necesaria victoria: la peligrosa operación "¿Qué hay de lo mío?".
Y comienza hoy. Espero no tener que lamentar excesivas bajas.
sábado, 23 de diciembre de 2023
Sombras
domingo, 17 de diciembre de 2023
África
Grandes felinosViajó a África para cumplir un sueño. Durante muchos años se formó en la universidad y en centros especializados para poder trabajar con los grandes felinos que habitan el continente africano. Consiguió una beca que supo le cambiaria la vida. Y vaya si se la cambió.La embajada española en Sudáfrica repatrió el cadáver del joven e inconsciente zoólogo que cometió la imprudencia de creer que los leones de la reserva no eran otra cosa que gatos grandes.
Un diamante es para siempreO al menos para treinta años y un día, que fue la condena que el tribunal internacional que juzgó sus delitos decidió aplicarle tras probarse con hechos fehacientes y testigos de cargo que aquel reo de la justicia había asesinado a un exportador de diamantes de Namibia, y le había arrebatado más de quince ejemplares de la mayor calidad.No se han encontrado aún las piezas sustraídas, y el preso sabe que no las encontraran nunca. Solo tiene que esperar, pero la espera merece la pena.
Diosa de ébanoAquella preciosidad de El Congo que le robó el corazón, llego a España apenas un año antes de que sus ojos se cruzaran con los suyos en aquel mercadillo de artesanía instalado en la plaza mayor del pueblo durante las fiestas patronales.La belleza de ébano que lo cautivó con su impresionante sonrisa y su mirada arrogante exponía piezas talladas en hueso. Eran casi tan bonitas como ella. Compró dos collares y una pulsera y le entregó sin dudarlo los treinta y cinco euros que ella le reclamó. Y su corazón.Cada mañana al despertar a su lado y verla dormir abrazada a él, da gracias a su dios, a los dioses a los que ella adora, y a quien quiera que sea el que maneja los hilos desde el mismo cielo que cubre África y Europa, por haberle concedido esa bendición hecha mujer.
domingo, 10 de diciembre de 2023
Tragicomedia
De entre las muchas cosas interesantes que se pueden hacer al visitar Salamanca, una de ellas es darse una vuelta por el huerto de Calisto y Melibea, a menos de diez minutos de la catedral, visita obligada también.
La celestina título por el que se conoce la tragicomedia de Calisto y Melibea, es una obra de Fernando de Rojas, quien estudió en la universidad de Salamanca, escrita a finales del siglo XV y que anuncia con fuerza la llegada del humanismo a España.
En su obra, el autor le da un protagonismo especial al huerto donde se reúnen los protagonistas para declararse su amor. El huerto es también la tumba de Calisto, pues en la intensidad de su amor por Melibea fallece al precipitarse al vacío desde lo alto de la escalera por la que trepaba para acudir al encuentro de la mujer que suponía su única razón de ser.
Para mi, lector insaciable y curioso, apasionado de las obras que tratan de explicarnos hasta que punto el amor condiciona nuestras vidas, amante de la naturaleza y esperanzado creyente en el poder de un corazón enamorado, este lugar simboliza demasiadas cosas.
Calisto declara en un momento de la obra algo que yo ratifico cambiando el nombre de quien para él simboliza el amor verdadero, por el de aquella que es mi ideal de mujer, y que me ha descubierto el verdadero significado del verbo amar (por discreción la llamaré Ella), hasta el punto de afirmar sin tapujos: "Ello soy, en Ella creo, a Ella amo".
Y es que el amor romántico, más allá del amor que sientes por familiares o amigos, es algo que todos los seres humanos deberíamos conocer para comprender hasta que punto el creador es infinitamente sabio, infinitamente bueno e infinitamente generoso. Y que en verdad existe y se lo pasa muy bien con nosotros.
El amor puede mover el mundo, darte la vida o llevarte a la muerte.
Desde la intensidad que me caracteriza y desde esa forma mía tan intensa de sentir y de vivir, no dudo ni un segundo que podría llegar a morir de amor, y que podría llegar a vivir mil vidas y perderlas todas para regresar una y otra vez junto a Ella, en distintos siglos, con distintos nombres y en distintos cuerpos, pero siempre con la misma luz en el alma que me guiará hasta ella, y con el mismo sentimiento en el corazón que hará que al llegar a su lado pueda reconocerla.
Imagino que más de uno pensará que soy un iluso, que no estoy muy allá de la cabeza o que simplemente soy un idiota, pero bueno....en el fondo lejos de molestarme que algunos puedan pensar así, los compadezco pues con tan solo uno de los besos que establecieron el sendero desde sus sonrientes labios hasta mi alma, ya se me vacunó contra la desesperación, la tristeza y el eterno vacío de una vida sin Ella.
Y eso es todo, amigos.
Si tenéis ocasión leed La Celestina igual me entenderéis un poco mejor. Y luego visitad el huerto de Calisto y Melibea, Merece la pena.
lunes, 4 de diciembre de 2023
Bicho raro
Hace poco tuve el placer de conocer al escritor y actor Sergio Villanueva, y charlar con él un buen rato para confirmar que son muchos los escritores que como yo, escriben mojando la pluma en el tintero del alma.
En el taller de orientación literaria que imparto semanalmente, dedico una de las sesiones a la literatura en la música, y con la ayuda de músicos de diferentes estilos con discos en el mercado y directos contundentes, les explico a los alumnos que la literatura está muy presente en las canciones que acompañan su día a día, y que esas letras que tararean haciendo los coros al equipo de música, la radio del coche o el teléfono móvil, habitualmente nacen de las emociones que embargan a los autores que las escriben acompañándolas de una linea melódica.
Aquí os deja un tema de Miguel Campello, cantante y compositor en El Bicho, un tema que cada vez que lo escucho me ayuda a abandonar la idea de que soy un bicho raro, porque perfectamente podía haberlo escrito yo, una de esas mañanas en las que amanezco y me doy cuenta de que ELLA no está.
Y se mueren de pena mis penas, porque como canta Miguel, al levantarme mancho las hojas de letras sin sentido, letras de lastima y pena, letras de olvido. Y en cada hoja emborronada de emociones formando palabras escritas la mañana deja de ser tan oscura como la noche, y ya no me duele la soledad, porque en esas hojas ya no estoy solo, la magia de la literatura la trae hasta mi y me permite abrazarla y besarle las sienes. Y los labios.
No creo que se me pueda tildar de bicho raro por amar en negro sobre blanco, porque a lo largo de la historia han sido, somos y seremos muchos los amantes que ofrecemos los sentimientos más hermosos en un poema, en una novela, en un relato, en una obra de teatro, en unas líneas que saben como la persona amada, huele como ella y sonríe como ella. En unas líneas en las que no existe la palabra adiós, en las que no hay despedidas, discusiones, mentiras ni abandonos. En unas líneas en las que se nos permite ser felices juntos y nuestro Dios bendice el amor que compartimos, lo permite, y nos otorga herramientas para hacer de la vida un lugar mejor, un lugar en el que sentirte vivo y renunciar a la muerte que es una vida sin ELLA. Y al leer esas líneas la persona amada está leyendo una traducción de ese idioma universal en el que se escribe el amor y sintiendo como esa emoción que ha desbordado el pecho de quien las escribe, consigue llegar hasta las puertas de su corazón y pedir asilo.
Alguien dijo una vez que si un escritor se enamora de ti nunca morirás, a lo que yo añado que si eres capaz de leer el amor en sus letras, nunca permitirás que él muera.
sábado, 25 de noviembre de 2023
Telón
En camerinos, el actor que huye de aplausos y gloria se sienta frente al espejo, y extrae de un compartimento de la maleta que utiliza en las giras una afilada daga y la foto de aquella mujer a la que no solo entregó su corazón, sino también el alma, el futuro y la ilusión. Y con su traición sintió rompérsele el alma y lo perdió todo. Todo. La maldice en cada una de las lágrimas que corren por sus mejillas y en un último gesto de amor verdadero, se atraviesa el corazón de parte a parte muriendo en el acto.
lunes, 20 de noviembre de 2023
No lo es en absoluto
Tengo muchos defectos, muchas debilidades y muchas limitaciones, pero el egoísmo nunca formó parte de la lista de mis imperfecciones.
Y no presumo de generosidad, en todo caso de estupidez, pues muchas veces esa ausencia de egoísmo ha ido asociada a la pérdida, al permitir que se saquearan mis reservas de felicidad, de alegría y de cariño. No voy a entrar en el saqueo económico, que también lo consentí, porque al fin y al cabo lo material me importa menos que lo emocional y muchísimo menos que lo esencial, que es invisible a los ojos. Duele mucho más que te vacíen el alma que la cuenta corriente,
No sé porqué desde muy jovencito decidí que debía darme a los demás sin reservas, que entregarme por completo era la forma de pagar el cariño ajeno, la aceptación de mi entorno y la aprobación de la mayoría.
Y esa mal entendida generosidad fue el más absoluto de los errores, la peor de las decisiones y el desgaste más tremendo.
Al no haber entendido bien que debía abrirme sí, pero no vaciarme, permití el abuso y la rapiña, el robo manifiesto y el saqueo.
Siento que al introducir las manos en los bolsillos de mi espíritu apenas encuentro unas monedas de esperanza, que no quedan ya ilusiones, y que tan solo conservo los sueños más pequeños, los más insignificantes. Y me aterra llegar a perder la creatividad, la inspiración que se convirtió en el motor de mi vida, en la fuerza que me hacía avanzar enfrentando vendavales, en la energía que me ayudaba a levantarme de la lona antes de que el arbitro contase hasta diez, y me devolvía al combate dispuesto a todo. Tengo que pelear, aunque duelan los golpes, aunque la sangre me impida ver con claridad. Rendirse no puede ser nunca opción, aunque a veces resulte demasiado tentador.
Ayer escribí en mi estado de wasap:
Muy cerca de B612 hay un asteroide donde residen las ilusiones perdidas. Al principio era muy pequeño, como el mío, pero crece a diario, y es triste ver como su sol se oscurece, su luna sangra y en él, siempre hace frio y solo llueven lágrimas.
En ocasiones me acerco para cuidar los jardines de metáforas que crecen salvajes, abonarlos con versos y regarlos con desengaños. Allí también hay volcanes y a veces entran en erupción expulsando ríos de angustia que abrasan toda esperanza. Lo bautizaron tristeza, y orbita peligrosamente sobre nuestros sueños.
y al releer hoy el estado he recordado no solo El principito, que sin lugar a dudas influye constantemente en mi vida, sino también ese demoledor pasaje de La historia interminable, en el que Atreyu llega al pantano de la tristeza y Artax, su caballo y fiel amigo, se hunde en ella y perece al abandonarse a su suerte y no querer salir.´
Cuando he vuelto a leer lo escrito ayer en mi estado de wasap, me he dado cuenta de que esa costumbre de no mirar por donde piso me ha llevado a dar un mal paso, y he caído en las aguas cenagosas de ese peligroso pantano. Y voy a luchar por alcanzar tierra firme y salir de ellas. Voy a cuidarme, a escucharme, a intentar perdonarme y a mirar por mi; a hacerme caso y a permitirme reír cuando pueda y llorar cuando lo necesite. Y voy a regalarme aquello que he derrochado siempre con quien no lo merecía. Se acabó ser y estar únicamente para quien pueda necesitar de mi esencia y mi presencia, porque yo también me necesito. Y mucho.
No es egoísmo. No lo es en absoluto. Es supervivencia.
Y pese a que siempre habrá quien no lo considere así, y no sepa valorarme, soy suficiente. Puede que en cualquier caso no sea "bastante" para cubrir las necesidades ajenas, sobre todo las de quienes reclaman mucho más de lo que dan, pero voy a convencerme de que llegaré a ser suficiente para cubrir las mías.