martes, 16 de noviembre de 2021

Ingenioso y prudente


Hermes se levanta de la mesa de reunión exhibiendo su encantadora sonrisa y estrecha las manos de los diplomáticos que han participado en el encuentro. Uno a uno los va marcando con el contacto y la mirada y al hacerlo se siente como un Cesar en el coliseo. La intensidad de apretón de manos a cada uno de los que se la tienden le recuerda inconscientemente a aquel que dependiendo de la inclinación de su pulgar decidía entre la vida y la muerte. 

El estado español había vuelto a enviar a su mejor y más completo diplomático a tratar un asunto de vital importancia para la comunidad internacional. Aquel servidor público de rubio cabello recogido en un moño alto, tatuajes en los brazos y piernas ocultos por un ajustado traje negro de Armani, y vacíos agujeros en lóbulos, ternilla, ceja y nariz que en ocasiones cubre con aros de plata o pequeños y solitarios brillantes, es mucho más que el mensajero de los dioses y el negociador del estado.

Hermes consiguió decidir su futuro durante los años de formación en las distintas academias militares y policiales, tras haberse doctorado en Historia y en Filología Hispánica. En un tiempo todo era rápido, todo debía hacerse con prisa, todo era fugaz y ardía con velocidad, pero esa misma aceleración constante que terminó costándole lo que más quería, casi lo lleva a la muerte y al despertar confuso y dolorido en la cama de la UCI de un hospital, decidió frenar y olvidarse de la velocidad como forma de vida. Durante el tiempo que pasó enchufado a distintas máquinas en estado de coma, realizó un interesante viaje interior que lo acercó peligrosamente a los dominios de Hades, pero del que regresó más sabio, más prudente y mucho más ingenioso aún de lo que era de por si. Se le concedió la vuelta, el despertar, el manejo de la palabra y la oportunidad de encontrar aquello que siempre había buscado y que consiguió identificar en los ojos del color del sol que luce la mujer más increíble de cuantas ha conocido jamás. Pero a cambio los dioses le impusieron el castigo de tener que someterse a diario a un férreo dominio de las emociones, al freno de su naturaleza impulsiva y a largos periodos de introspección en los que identificar los errores y las posibles soluciones.

Al reincorporarse a su formación como agente secreto del estado español, concluyó su adoctrinamiento en la unidad de información y relaciones diplomáticas, trabajando la templanza, la paciencia y el ingenio. Fue sin duda el mejor de su promoción y los mandos disfrutaban al ver con que parsimonia podía poner fin a una guerra geo política en el tercer mundo, mientras con un simple guiño de ojos o un apretón de manos decidía que blanco sería eliminado sin compasión para que una vez más el fin justificase los medios. Y todo lo hacía con calma, con cabeza y con corazón.

Hermes se convirtió así en una pieza clave del juego de poder en el que España había recuperado posiciones.

Al abandonar en helicóptero el palacio de congresos del país sudafricano donde Naciones Unidas decidió reunirlos, escucha la tremenda explosión del pequeño misil lanzado por el dron que han enviado los oficiales de inteligencia, quienes al identificar las señales estipuladas por la intensidad de los saludos de despedida al haber podido ver y grabar la reunión gracias a la cámara oculta en las gafas de sol de Hermes sujetas por una patilla del cuello de la impecable camisa blanca, eliminan los objetivos señalados para mantener la paz y la estabilidad en el mundo. Y para defender los intereses de España.

martes, 9 de noviembre de 2021

Mi hogar está entre tus brazos



 He vuelto a disfrutar de un hogar y a asegurar los pies en el suelo porque agarrado a tu mano no volveré a caer.  Mi hogar eres tu, y está allí donde tu estás.

Como canta Mikel Izal, desenvuelvo nuevos recuerdos que aún no tengo, pero que me regalas cada día, cada noche, cada segundo que se me ha concedido en esta segunda temporada para disfrutar de ti y dejo atrás los viejos malos sueños, dejo atrás un pasado turbio, un montón de dolor y de desengaños, de fracasos y de continuos errores, porque eso ya se conjuga en pretérito y ahora solo hablo, vivo y amo en presente y en futuro, el pasado lo he enterrado bajo un túmulo decorado con dientes de león y otras flores pequeñitas y simbólicas.

He encontrado algo mágico pero real al tiempo y al fin puedo abandonarme a vivir lo que siempre soñé porque llevo soñándote todas mis vidas, y el destino permitió que nos encontrásemos un 24 de julio durante el concierto de alguien que solo me aporta belleza y amor, y entre toda esa belleza y todo ese amor tenías que aparecer tu, que eres la personificación de ambas cosas. Y junto a los amigos presentes en el concierto y que me ayudaron a llegar a ti, te hiciste hogar.

Desde aquella noche hemos ido construyendo el más maravilloso de los espacios, porque juntos creamos el lugar donde poder mirarnos a los ojos sin más preocupación que los incómodos parpadeos que interrumpen ese momento de adoración, en el que soy feliz al bañarme en la luz que desprenden tus ojos del color del sol. 

Por primera vez en mis vidas me hinco de rodillas para agradecer a los hados el haber mezclado materia, polvo de estrellas y esencia divina, y haberme asignado una casilla en ese tablero de juego donde los dioses se enfrentan en una eterna partida y que los mortales llamamos existencia.

Me culpo por mi confuso pasado desde las alturas donde ahora se encuentran mi conciencia y mi razón y trato de que todo ese bagaje personal, del que apenas rescato media docena de sonrisas y un centenar de libros, sirva al menos para decorar este hogar donde has plantado tu bandera y donde desde luego eres la reina, la única diosa y la melodía que embellece el silencio de mi espíritu asustado.

Gracias, eterna, gracias por haber llegado, por haberte detenido a mi lado, por haberme acariciado como nadie me acarició jamás y por haberme llevado al límite al posar tus labios sobre los míos. Gracias por inspirarme las frases más hermosas y los más hermosos deseos. Gracias por ser y estar, pese a que creía que nunca conjugaría el verbo to be de esta manera tan especial.

Pongo mi mundo en tus manos y mi ilusión en tus brazos, pero por favor, no te sientas responsable si en algún momento te vence el peso y permites que se caigan, porque estos son los únicos regalos que puedo hacerte ahora para completar y decorar  el estuche forrado de terciopelo negro donde he guardado todo mi amor para que lo dejes sobre tu mesilla de noche y lo abras cuando te apetezca. Y cuando te apetezca lo bebas a sorbitos o de un trago, como prefieras.

Mi hogar está entre tus brazos y allí quiero que entierren las cenizas de esta increíble historia si un día decides que mi literatura no está a la altura de tus sueños.

Pero mientras tanto prometo disfrutar de cada instante compartido, de cada roce, de cada fantasía y de cada realidad.

viernes, 5 de noviembre de 2021

Pese a todo


 Apuró los restos del café con leche largo de café y, al hacerlo, descubrió que debía llevar un largo rato dándole vueltas a la cabeza, pues ese último trago de lo que acababa de beber estaba lo suficientemente frío como para resultarle desagradable.

Tenía que hacerlo ya. No podía perder más tiempo con su filosófica introspección, aquello debía terminar de una u otra forma, pero en este mismo momento. Al final las cosas podrían torcerse y no es descabellado pensar que cualquier rescoldo de bondad o de clemencia le impidiesen apretar el gatillo.

Pero no habría clemencia, solo tuvo que mirar una vez más al despojo humano que solloza sobre el sofá con los labios sellados con esparadrapo y las muñecas y los pies sujetos con bridas. Se conoce que trata de decirle algo, seguramente de implorar por su vida, de pedir perdón y piedad, pero no quiere escuchar ni una sola palabra de su boca traidora y falsa. No se molestaría en arrancarle el esparadrapo para concederle la oportunidad de ablandar su corazón. Hace tan solo unos meses puede que lo hubiera perdonado, pero ya no. Ahora no hay nada que hacer. Que se lo hubiera pensado mejor antes de traicionarlo y destrozar su alma. Si hay algo que Laertes no perdona es la traición. Y precisamente una traición lo ha devuelto a su antigua vida, lo ha liberado de ese nuevo hombre en que había pretendido convertirse. Lo ha rescatado de una vida normal y anodina, de un futuro cómodo y de un día a día intentando borrar de su memoria los rostros de aquellos que ejecutó en los últimos años. 

Pocas horas antes ha desenterrado el contenedor oculto bajo cemento y tierra en un cercano y discreto pinar, y recuperó sus armas y su pasado, todo junto. Dos por uno.

Invitó a aquel que un día consiguió convencerlo de que era su amigo a tomar una copa en casa, sabedor de que aquel indeseable no rechazaría un baso de buen whisky gratis. Y así fue.

Hace años no hizo lo que debía haber hecho y lo permitió vivir, lo indultó pese a su traición y dejó que continuara con su asquerosa existencia. Su hora ha llegado. Laertes se concede un segundo de buen corazón al desear que haya disfrutado de esta prórroga, de este tiempo de descuento. Tras volver a la realidad de su atormentada conciencia se levanta decidido, apoya el cañón del arma con silenciador sobre el pecho de su víctima y efectúa dos disparos con la pistola semi automática de 9 mm. Las dos heridas son mortales de necesidad. Ambas balas han atravesado el corazón de aquel indeseable y lo han reventado por dentro haciéndole sentir por un único segundo lo que Laertes sintió durante muchas noches en vela años atrás, cuando con su traición le reventó el corazón destrozándolo por completo.  La única diferencia es que en la espalda de Laertes no quedó cicatriz de los orificios de salida. Las enormes cicatrices que jamás podrá ocultar son las que le decoran el alma.

Ya está. El rubio asesino de bigote bicolor limpia las pequeñas salpicaduras de sangre que han escapado de la zona de contención y los restos de carne y de hueso del sofá, y envuelve el cadaver con la sábana con la que había cubierto el confortable sillón de piel con la escusa de que el gato se lo llenaba de pelos.  A su gato nunca le ha puesto restricciones ni normas, es libre de hacer lo que le venga en gana. Como ahora vuelve a serlo él.

Laertes ha vuelto y sonríe con una sensación de que todo irá mejor desde ese momento. Pese a todo. 

lunes, 1 de noviembre de 2021

En t`e attendant...


 Al terminar de leer los textos que Anya había inspirado en aquel escritor de pasado melancólico y amartelada sonrisa, Gala y Beatrice se abrazaron sollozando al comprender que nada tenían que hacer al lado de aquella mujer de ojos del color del sol, que había conseguido aportar a un talento en desarrollo la suficiente belleza como para que este terminara de escribir el texto más hermoso de cuantos se habían escrito hasta la fecha, y que lleva su nombre, su olor, su sonrisa y el brillo de su ojos.

Para ello, Anya no tuvo que hacer otra cosa que acariciarle el rostro y besar sus labios, mirarle con esos ojos de vida eterna y decirle que a pesar de sus miedos, sus traumas y sus complejos, era suficiente.

El limerente escritor se entregó por completo a su musa y tanto la aprendió a querer que no necesitó siquiera de corrección en sus textos, pues nacían plenos de cuanto le desbordaba el alma y sujetos al ardor más puro y más sincero.

Durante sus primeros años de creación se había ido haciendo un nombre poco a poco, pues siempre fue de esos autores que mojan la pluma en el tintero de las emociones, pero desde que una noche de verano ella se cruzó en su camino, la literatura cobró un nuevo sentido en él.

Cada segundo junto a ella, cada conversación telefónica, cada mensaje a través de las redes sociales, hacían nacer en negro sobre blanco las más acertada metáforas y las palabras adecuadas para trasladar a un texto, a un poema o a la letra de una canción todo aquello que jamás pensó que mereciera conocer, pero que gracias a Anya se había instalado en su día a día. Y por ello además de un inmenso amor, sentía un eterno agradecimiento.

Anya pasó a formar parte de ese selecto grupo de deidades que habitan entre nosotros y que son capaces de demostrar que los mortales y Dios, a veces se mantienen unidos por un vínculo muy especial.

Anya es eterna, él la querrá el resto de sus vidas y jamás dejará de escribir por y para ella, de respirar por y para ella y de sonreír por y para ella.


sábado, 30 de octubre de 2021

Como gustéis


 Laertes enciende un  pitillo con su viejo mechero de gasolina, sabedor de que será el último que fumará en esta vida. Y no piensa morirse, no. Al menos no de momento. Piensa vivir y disfrutar tanto como pueda de su nueva existencia, que comenzará en el momento en el que cubra por completo y asegurándose de que nadie podrá encontrarlo, el contenedor de aluminio y metal donde ha enterrado sus armas, sus distintos pasaportes, toda la documentación falsa y aquello que podría relacionarlo con su anterior vida. Había pensado conservar su fiel y fiable Pietro Beretta de 9 mm y un par de cargadores por si algún fantasma del pasado lograba localizarlo, pero en esto como en otras muchas cosas decidió cortar por lo sano y de la forma más radical posible. 

Tras asegurarse de que nadie ha podido verlo cavar el agujero donde enterrará un pasado que recibió una herida mortal de necesidad al mirarse en unos ojos del color del sol, introduce el cofre con los restos del Laertes que fue y lo cubre con el cemento que ha terminado de mezclar unos minutos antes.

Ella le ha descubierto que hay una vida más allá de la muerte, que hay futuro lejos del incierto pasado y que el amor es mucho más que compartir fluidos,  soportar embustes y medias verdades, repetir frases manidas,  pagar cenas, y dejar billetes sobre una mesilla de noche.

El rubio asesino de bigote bicolor ha hecho bien las cosas. Antes de tomar la decisión más transcendental de cuantas ha de tomar a lo largo de sus años, supo construirse una nueva realidad con un trabajo digno, unos ingresos aceptables y una discreta identidad . Ella no necesita nada de él ni lo quiere, ni lo ha pedido nunca, pero Laertes piensa ser suficiente para ofrecerle un futuro sin miedo a nada, una existencia placentera y todo el amor que siente en el interior de su alma, alma que creyó haber perdido años atrás cazando en los dominios del angel caído, y que de forma inexplicable ella encontró y le devolvió con el primero de sus besos.

En la cuenta personal del profesional sicario hay más de cuarenta personas, objetivos de todo tipo, entre hombres y mujeres. Nunca aceptó eliminar a niños, de alguna manera trató de ser fiel a sus principios y aunque  nunca quiso aceptar objetivos femeninos, mató previo pago a aquellas mujeres que habían hecho de la traición, la maldad, la avaricia y la crueldad,  su campo de trabajo.

Va a amanecer en unos minutos y todo está listo. Su pasado sepultado bajo cemento, grava y tierra, su mañana esperándolo acurrucada bajo las mantas en un piso de la cercana ciudad  donde lo espera agotada por la jornada laboral, pero dispuesta a regalarle toneladas de esperanza con cada caricia y con cada beso.

Al haber renunciado por completo a aquel que fue, Laertes  siente por primera vez en su vida que es un hombre plenamente feliz. Puede que esta vez las cosas resulten más complicadas de lo que planea, pero le da igual, porque ella merece la pena. La quiere y por amor acaba de enterrar al único hombre al que teme y que podría descerrajarle un tiro en la sien, él mismo.

Que el destino le sea propicio. Lo merece.


jueves, 28 de octubre de 2021

Amartelado


 Trató de atender a razones, de controlar el galope, de sujetar bien las riendas y dominar a la desbocada bestia, pero no hubo manera. Ese caballo salvaje que pasta en el interior de su pecho y que se alimenta de emociones y sentimientos, decidió emprender la más veloz de las carreras persiguiendo un sueño, una sonrisa y una ilusión, cegado por el brillante sol que resplandece en los ojos de la mujer más bonita del mundo.

Al comenzar el poderoso sprint, el amartelado escritor acarició el cuello de la montura que lo ha llevado de un lado a otro a través de las bastas praderas literarias donde quiso instalarse desde que descubrió que la razón le había cedido unos cuantos acres allí, y que aquella extensión de terreno virgen y fértil le permitiría sobrevivir en un mundo donde no acaba de encontrarse a gusto al saberse distinto a todos.

Atrapado en el caos de una brutal limerencia, solo puede respirar para ella, existir para ella y escribir su nombre oculto tras cada frase romántica, tras cada metáfora acertada y tras cada sinónimo de belleza. Ha aprendido a nadar en un océano infestado de mundanos adjetivos calificativos que pretenden devorarlo, y cada vez que se sumerge en las aguas del recuerdo, la fuerza de sus brazos aún lo mantiene a salvo del mordisco fatal. Llegó a sentirse tan débil que pensó en abandonarse a la normalidad y sumergirse sin remedio, pero tras haber tocado fondo y haber inundado sus pulmones lastrando la oportunidad de ser feliz, acertó a descubrir su pelirroja sonrisa entre la bruma, y en un último y desesperado esfuerzo, emergió poderoso y desafiante, y el propio destino se hizo a un lado y lo permitió vivir.

Hoy el rojo alazán pura sangre que golpea las aurículas con sus cascos herrados corre más que nunca  en dirección hacía ella. Sujeto a la silla y apretando bien las rodillas para evitar la caída, él se deja llevar sonriente ignorando el bocado que podría detener aquella frenética marcha y renunciando a la fusta y las espuelas, pues ese salvaje animal que un día trató de ser domado en el picadero de la mentira, no merece sufrir más golpes ni más castigos.

Hoy se sabe suficiente y bienvenido, y el aire que le golpea el rostro al galopar hacia el destino más placentero y necesario, lo despierta a la realidad de un futuro posible, difícil, pero real y maravilloso.

domingo, 24 de octubre de 2021

Feliz


 En la foto que encabeza este texto se aprecia el momento de la presentación inmersiva de mi novela Temporada de sustos, acaecido durante el vino español que se ofreció al término del evento. Mientras estaba dedicando ejemplares a los lectores que abarrotaron la sala de Cultura de Simancas, el escritor Gustavo Gonzalez Gallego y su novia la poeta Ruth Iglesias, protagonizaron una escena teatral sorpresa para terminar de sumergir a los asistentes en las peripecias de mi alter ego, el inspector del Grupo de Homicidios de la policía de Valladolid, Iván Pinacho.

Todo comenzó junto al Archivo General de Simancas donde recibí a  un centenar de personas allí convocadas, y donde tres actores vallisoletanos escenificaron como primera sorpresa de la tarde, una escena de la novela que acontece allí mismo. Los lectores que se acercaron a la presentación comenzaron a entender de que iba eso de una presentación inmersiva.

Desde allí bajamos hasta la comisaría de la Policía Local de Simancas, de vital transcendencia en la novela y donde trabaja mi amigo, el subinspector jefe Ibón Otxoa, quien además de asesorarme en las páginas que allí se desarrollan me facilitó desde la uniformidad completa para uno de los actores, al  acceso y el tránsito por el municipio de cara al transporte de todo lo necesario para la presentación editorial.

Una vez entramos en la Sala de Cultura de Simancas el público se fue acomodando al ritmo de la música de  Cosmic Birds, Jean Blazer, Dieddro y el resto de artistas que componen la BSO de la trilogía Crímenes de temporada, que sonó en la sala hasta que Alberto, el alcalde de Simancas presentó el acto con unas cariñosas palabras que evidenciaron nuestra afinidad en lo cultural y su apoyo sin fisuras a esta iniciativa. 

La editora Eva Melgar y yo hablamos de las dos primeras entregas de la trilogía, Temporada de setas y Temporada de sustos, de la evolución de su protagonista y de la mía propia como escritor. A la charla se sumó durante unos minutos el pintor Pepe García, autor de la acuarela para la cubierta de la novela y padre de la ilustradora Eva García cuyas ilustraciones para Temporada de sustos se fueron proyectando en bucle en una pantalla tras la mesa de presentación.

Todos los presentes disfrutamos de las intervenciones musicales en directo de mis buenos amigos Darío Martín H, Pablo Acebal, Ángel Lévid... quienes fueron intercalando sus actuaciones con nuestra conversación y regalándonos su talento y su arte en las canciones que acompañan al Inspector Pinacho durante las páginas de las distintas novelas.

Una vez terminó el acto de presentación en el interior de la sala, la editorial Suseya ediciones, bajo cuyo sello se publica la trilogía completa, ofreció a los asistentes un delicioso y generoso vino español con los caldos que Pinacho bebe cuando no está de servicio y con las delicatessen que el rubio policía de bigote bicolor disfruta cuando tiene ocasión a lo largo de las aventuras narradas en estas novelas.

Los vino de Bodegas Yllera, Bodegas Valdehermoso y Bodega las tres jotas, y los botellines de cerveza, y agua mineral para quienes no beben alcohol, armonizaron a la perfección las espectaculares creaciones dulces de Dasilva Gastronomía, los increíbles bombones de morcilla con mermelada de vermú rojo y naranja, obra del chef Pablo Scarfone del Vayco Valladolid, y las empanadas y deliciosas tortillas variadas del Vintage 10 Sotoverde.

Durante ese ágape cortesía de la editorial, dediqué docenas y docenas de ejemplares de las dos primeras entregas de mi trilogía y charlé con los lectores aprendiendo de sus críticas constructivas y agradeciendo sus felicitaciones y sus palabras positivas con respecto a mi literatura.

La escena interpretada por mis dos compañeros de trinchera literaria cuya foto encabeza esta entrada puso fin a una presentación tan arriesgada como especial, que fue un éxito absoluto a todos los niveles y en la que además pude contar con la discreta presencia de la musa que inspira mi obra, y cuyos ojos del color del sol han hecho crecer en mi las ganas de avanzar, de afrontar cualquier peligro y de ser la mejor persona que pueda llegar a ser y el mejor escritor que consiga ser, para ofrecerle el mejor Juan que pueda ofrecerle y compartir con ella el resto de mis vidas.

Todo salió mejor que bien, fue una noche preciosa y después de casi ocho años de dolor, miedo y tristeza, esta mañana me he despertado absolutamente feliz y sabedor de que las cosas por fin han comenzado a cambiar. El destino ha decidido que la sonrisa sea un atributo permanente en mi, y no un complemento ocasional o postizo.

Gracias a los hados y a Supergato, conocí a la mujer más maravillosa y más bonita, que es maestra en el ajedrez y en el esgrima dialéctico. Ella me ha enseñado lo que quiere decir la palabra amor. Gracias a ella comienzo a levantarme de nuevo y a sentir que soy suficiente. Gracias a mis amigos, a mis lectores y a todos los que me apoyan, habrá Juan para rato y muchas, muchas páginas llenas de vida. Y de las muertes necesarias. 

miércoles, 20 de octubre de 2021

Con la guardia baja


Laertes presiona el resorte que permite extraer el cargador vació del arma y con rapidez introduce un nuevo cargador completo. El último. 15 proyectiles de 9mm que marcarán la diferencia y harán que esta noche pueda descansar en el nuevo colchón viscoelástico que le llevó ayer mismo un empleado del comercio especializado, en el que se hizo con él a través de la página web, o  que el forense de guardia examine su cadaver y certifique con exactitud la causa de su muerte para escribir el informe que ratificará ante los del Grupo de homicidios de la Nacional que se encarguen del caso.

Está enfadado. Y mucho. Por primera vez en todos los años que lleva dedicándose al noble oficio de eliminar blancos  a cambio de una considerable suma de dinero, lo han pillado con la guardia baja. Imperdonable. Ha cometido el más reprochable de los errores que podía haber cometido. Bajó la guardia, se confió y ese exceso de confianza seguramente le cueste la vida.

Un par de balas del 44 magnum impactan contra la columna del garaje tras las que se ha parapetado y el sonido de los proyectiles al agujerear la estructura de hormigón levantando esquirlas de pintura y cemento le suena a gloria porque es muy diferente del que harían al impactar en su pecho atravesándolo de parte a parte y destrozando costillas, huesos y órganos.

El sicario que han enviado para acabar con él se relame desde su posición al ver como Laertes economiza los disparos. El tipo es un profesional y dos y dos son cuatro de toda la vida, por lo que si su objetivo ha disminuido la intensidad del fuego es porque apenas le queda munición. Como buen cubano exiliado en España calcula rápidamente que porcentaje del pago por eliminar al asesino del bigote bicolor ayudará a traer a España a sus parientes ma´s cercanos. Cuando envié el dinero el ron correrá por la antigua y desvencijada casa familiar de La Habana y los vecinos bailarán con su madre y sus hermanas al son de los ritmos heredados de aquellos primeros esclavos africanos que llegaron en los barcos españoles durante el siglo XVII.

Ensimismado en cómo gastará la suculenta suma que le pagarán por su trabajo y en de qué forma justificará ante su madre semejante ganancia para que no lo lleve de la oreja a la iglesia más cercana a confesar sus pecados y a poner su alma en paz con Dios, el sicario cubano comete el mismo error que Laertes y se permite bajar la guardia durante unos segundos. Los suficientes.

Laertes ha tenido tiempo para sacar del bolsillo las llaves de su mini descapotable, aparcado a escasos metros del lugar desde donde el tirador efectuó el primer disparo que lo alcanzó en el estómago y que lo habría reventado por dentro  de no ser por el chaleco que oculta bajo la negra chaqueta de piel.

Pulsa el botón de abrir las puertas y el sonido y las luces al encenderse distraen al caribeño asesino que se gira con rapidez para mirar hacía atrás y asegurarse que el tal Laertes no cuenta con un ayudante que lo vaya a socorrer  en momentos tan delicados como este, Craso error. Cuando vuelve a mirar en dirección a la columna donde su objetivo se ha parapetado, la punta hueca de una bala de 9mm le entra por el ojo derecho atravesando su cabeza en trayectoria ascendente pues el rubio asesino que tenía acorralado lo dispara desde el suelo a pocos metros de su posición. Ha sido rápido, muy rápido.

Laertes comprueba que el sicario no lleva encima documentación sobre el objetivo ni nada con lo que la policía pueda relacionarlo cuando encuentren el cadaver. Limpia sus huellas de la columna y de toda superficie con la que ha tenido contacto y agradece a Dios y a Supergato que la mayoría de los vecinos se hayan largado de vacaciones durante el puente y los pocos que se han quedado duerman como benditos en sus dormitorios aislados e insonorizados por las primerísimas calidades de sus viviendas de lujo. Le va a joder mucho volver a mudarse, pero esto es lo que hay. Tendrá que buscar un nuevo hogar provisional y esforzarse en no bajar la guardia de nuevo. Eso o prepararse una oposición al cuerpo de Correos. Y sacar plaza.

martes, 19 de octubre de 2021

Suficiente


 Hay ocasiones en las que un suficiente no significa un aprobado raspado, sino la plenitud de  saber que  eres suficiente. Otra cosa es que sabiendo que eres suficiente quieras ir a por nota, y por primera vez en mi vida no estoy dispuesto a conformarme  con menos de una matrícula de honor, porque quiero ir sobrado de calificación para aportar todo lo que pueda a su felicidad y a su plenitud.

Es curioso, me he pasado parte de mis vidas luchando por ser feliz y en este momento daría esta y todas las vidas que me reserve el destino porque ella lo fuera. Pero no soy tan imbécil ni tan soberbio. Sé que su felicidad no depende de mi. Su felicidad depende únicamente de ella, de sus decisiones, de sus ganas de pelear y del coraje que le eche a sus circunstancias para convertirlas en el principio de un resurgir necesario. Yo solamente puedo ofrecerle mi apoyo en su lucha, mi cariño en los momentos difíciles, mis caricias cuando se sienta desfallecer y mi absoluto deseo de verla sonreír cada mañana al abrir esos ojos del color del sol que me han vuelto loco. Y el texto más hermoso que haya escrito nunca porque si soy capaz de plasmar un átomo de su belleza en alguno de mis textos podré rivalizar con los escritores románticos más inspirados. Y es que es tan bonita que a veces hasta me duele mirarla porque me deslumbra su sonrisa y me anula lo intenso y lo profundo de su mirada.

Ahora entiendo todo. 

Ahora entiendo porque se me dio esta nueva oportunidad, porqué se me permitió despertar y porqué sigo siendo capaz de enfrentarme a un folio en blanco y a un nuevo documento en la pantalla del ordenador. Soy escritor porque tengo que escribirla. Estoy vivo porque tengo que vivirla y si siento lo hago para sentirla junto a mi, respiro para respirar su aliento y mi corazón late porque tenía que latir por ella y para ella.

Los músicos componen sus mejores partituras para que un día pueda sacarla a bailar, los cantantes afinan para emocionarla con sus voces, los poetas escriben los versos más tiernos para acariciarla con las rimas y los pintores llenan lienzos con los colores de todas las emociones que despierta en mi, convirtiéndolas en obras de arte.

Y yo me emociono cada vez que hablo con ella, y no dejo de preguntarme que es lo que he he hecho así de bien para merecer el haberla conocido. Y sé que soy suficiente y aún así quiero ser mejor para ella.

Y he abandonado la crueldad de mis textos más duros, los golpes, el dolor gratuito en los archivos de mi ordenador que almacené antes de conocerla y la violencia de algunos párrafos ya impresos en los que vomitaba lo oscuro que aún albergaba en mi alma, para convertirlo todo en una oda a la mujer más maravillosa que el creador decidió que habitara entre nosotros. Y que un día besara mis labios transportándome a ese paraíso que prometen todas las religiones. Y el paraíso, mi único paraíso, es cualquier lugar en el que se encuentre ella. Y si ella no está, todo lo demás no importa y se transforma en un infierno, en una eternidad del dolor más absoluto.

Puede que esto sea amor. Y es algo que me impresiona y me desborda. Y me gusta casi tanto como ella. Porque nada me gusta más.

jueves, 14 de octubre de 2021

Moléculas del alma


 Lo nuestro es algo más que pura química. O quizás no. En cualquier caso al fusionarse las moléculas de nuestras almas, se ha creado un compuesto pleno de tal belleza que eclipsa a lo descrito por rapsodas y poetas.

Quizás es un compuesto volátil y al ser tan sumamente potente puede abrasar aquello con lo que experimente contacto. O quizás sea la fórmula de la felicidad y la vida y no debemos dejarlo escapar bajo ningún concepto porque puede ser eso que hemos estado buscando en silencio durante todas nuestras vidas. No lo sé. Solo sé que esto no es en absoluto normal y que reacciona con cada caricia, con cada beso, con cada mirada y con cada palabra que cruzamos.

Puede que realmente el amor nazca en ese laboratorio que todos albergamos en el pecho donde se experimenta con emociones de todo tipo y donde se crean las fórmulas de aquello que condicionará nuestras vidas. Los aciertos, los errores, los sentimientos más intensos y las reacciones más salvajes. puede que desde ese laboratorio surja la presión que origina el incontenible chorro del surtidor del geiser del corazón que en ocasiones expulsa  lágrimas de felicidad y en otras de tristeza.

En cualquier caso me da igual. Si es química o no la verdad es que me importa lo justo, porque lo que sí que sé es que no lo estoy soñando, que existes, que eres preciosa, que me colmas y que mataría y moriría por conseguir hacerte feliz.

Puede que leas este texto y te sonrojes en silencio de esa forma tan adorable que tienes de hacerlo, o puede que nunca lo leas y mis palabras se hundan entre las arenas movedizas de la red. Me da igual, necesitaba sacármelo de dentro y ya lo he hecho. Porque para mi escribir es una necesaria catarsis vital y creo que con cada entrada de este blog lo he demostrado.

Estés donde estés, te quiero. Y sé que soy suficiente.