Lo nuestro es algo más que pura química. O quizás no. En cualquier caso al fusionarse las moléculas de nuestras almas, se ha creado un compuesto pleno de tal belleza que eclipsa a lo descrito por rapsodas y poetas.
Quizás es un compuesto volátil y al ser tan sumamente potente puede abrasar aquello con lo que experimente contacto. O quizás sea la fórmula de la felicidad y la vida y no debemos dejarlo escapar bajo ningún concepto porque puede ser eso que hemos estado buscando en silencio durante todas nuestras vidas. No lo sé. Solo sé que esto no es en absoluto normal y que reacciona con cada caricia, con cada beso, con cada mirada y con cada palabra que cruzamos.
Puede que realmente el amor nazca en ese laboratorio que todos albergamos en el pecho donde se experimenta con emociones de todo tipo y donde se crean las fórmulas de aquello que condicionará nuestras vidas. Los aciertos, los errores, los sentimientos más intensos y las reacciones más salvajes. puede que desde ese laboratorio surja la presión que origina el incontenible chorro del surtidor del geiser del corazón que en ocasiones expulsa lágrimas de felicidad y en otras de tristeza.
En cualquier caso me da igual. Si es química o no la verdad es que me importa lo justo, porque lo que sí que sé es que no lo estoy soñando, que existes, que eres preciosa, que me colmas y que mataría y moriría por conseguir hacerte feliz.
Puede que leas este texto y te sonrojes en silencio de esa forma tan adorable que tienes de hacerlo, o puede que nunca lo leas y mis palabras se hundan entre las arenas movedizas de la red. Me da igual, necesitaba sacármelo de dentro y ya lo he hecho. Porque para mi escribir es una necesaria catarsis vital y creo que con cada entrada de este blog lo he demostrado.
Estés donde estés, te quiero. Y sé que soy suficiente.
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