Hay túneles muy largos y muy oscuros. Hay túneles en los que entras sin darte cuenta y de los que crees que no podrás salir nunca, pero hazme caso, todo llega. Incluso lo bueno. Solo hay que tener paciencia, armarse de valor, ser fuerte para resistir ese angustioso camino a oscuras y no perder la esperanza.
Esto comienza a sonar a texto de auto ayuda, de esos que tanto se han puesto de moda, pero nada más lejos de mi intención. De hecho los tengo bastante manía. Yo no voy a decirte lo de que pienses en positivo y no voy a recomendarte ningún tratamiento, aparte de cariño en elevadas dosis.
Eso si que es medicina natural. Un abrazo y un beso a tiempo curan mucho más que la jodida química que nos meten con embudo a la menor oportunidad. Y por si alguien no lo sabe, el orgasmo es el mejor ansiolítico y cada orgasmo equivale a un Valium 10. ¡Mira tú por donde! de esos que me receten cuantos quieran. Y si algún día tienen que retirarme esta medicación que sea de forma pautada hasta el extremo. Es decir, que me quiten uno al mes durante los primeros 15 años y luego ya les dejaré retirarme alguno más, pero de momento los necesito todos. Y creo que tú también.
Pero ahora centrémonos. Ahora estamos dentro del puto túnel y aquí está muy oscuro. Acojona bastante.
Si te fijas, allí al fondo (pero cada vez más cerca) se aprecia una luz que indica la salida. Cómo decían en la película, "ven hacía la luz". Coge mi mano fuerte, no voy a soltarte. Yo también necesito salir de esta mierda de sitio en el que hemos terminado los dos, cada uno por sus circunstancias. Y ya ha empezado la cuenta atrás. Cada vez estamos más cerca de la salida. A ver si ahora nos va a asustar dejar atrás las sombras.
Hasta para superar la infelicidad hay que ser valientes. Confío en tu valor y empiezo a confiar en el mio. Puede que en vidas pasadas fuésemos un par de cabronazos y ahora estemos pagando el Karma ese.Sinceramente no creo que hayamos sido tan malos. Fijo que en otras reencarnaciones éramos por lo menos tan ingenuos como hemos sido en esta y al parecer la ingenuidad también se paga cara.
De todas maneras, vamos. Intentemos pensar en positivo, respirar y todo eso. Gritemos lo que tengamos que gritar y no nos detengamos hasta que salgamos de aquí. Ya ajustaremos cuentas con el destino y ya nos explicarán los hados porqué nos ha tocado sufrir así. Por lo menos esto podremos enfrentarlo juntos. Y que sea lo qué Dios quiera. Si es posible que sea lo que queramos nosotros. Yo quiero verte feliz, no lo dudes. Claro, también me gustaría serlo yo.
Hagamos un último esfuerzo. Rendirse no es una opción.