jueves, 27 de septiembre de 2018

Conjugar declaraciones( de amor y de intenciones).

Hace poco más de un año, alguien a quien consideraba un amigo, pero que me demostró no serlo con cientos de palabras llenas de rabia, odio, inquina y fuego, me dijo entre otras muchas cosas que escupió sin medirse lo más mínimo,que no quería volver a leer que me había enamorado. Pues "querido amigo", arráncate los ojos o simplemente no me leas. Casi prefiero la primera opción con el sincero deseo de que no puedan cortar la hemorragía a tiempo y mueras desangrado. Sí, soy muy tierno y muy "ñoño", pero cuando me tocan los cojones y me hacen daño, también sé ponerme desagradable, aunque no he olvidado la educación de mi padre y no sería de caballeros el mencionarte en este texto ni el dedicarte directamente a ti, con tu nombre y apellidos, tan hermosas letras.
No sé que otra cosa puedo hacer dada mi condición de eterno enamoradizo. Bueno, si lo sé...no compartirlo con nadie, pero soy de los que piensan que las cosas bonitas están para compartirlas y jamás he encontrado tanta belleza como en el amor que he sentido por una mujer.
Este blog está plagado de textos románticos, de sinceras declaraciones y de relatos y poemas nacidos de la angustia y la agonía al haberme roto el corazón. Pero hace ya mucho que encontré un pegamento de contacto, de milagrosa efectividad y una vez tras otra, consigo encolar todos los trocitos de mi corazón roto y remendado.
No hace mucho, escribí en mi muro de Facebook, un texto nacido de lo más profundo de mi alma, como casi todo lo que escribo (por no decir todo) y al parecer, dada la cantidad de "likes" y lo amable de los comentarios que recibí de las personas que tras haberlo leído quisieron opinar al respecto, debió gustar mucho.
El texto decía exactamente lo siguiente (bendito "corta-pega"):


Te amo
como solo sabe amar un escritor.
Y te hago el amor en negro sobre blanco en las páginas de una libreta y en el teclado de mi ordenador. Te deseo tanto que me quedo sin tinta en la pluma y sin batería en el portátil, pero tu mirada y tu sonrisa, tu cuerpo y tus caricias, recargan ambas cosas. Nací para escribir con pasión cada segundo que me regalas y para convertir en textos y en versos la esperanza de una vida en común. Donde no necesite escribirte, solo leer cada episodio impreso en tu piel. Me da igual quien haya escrito el prólogo de tu vida y los hombres de los anteriores capítulos. No me importa compartir páginas con otro del que sabrás despedirte. Escribiremos juntos el final y firmaremos juntos cada ejemplar. Y se lo dedicaremos al destino. Por habernos hecho coincidir otra vez.
Si un escritor se enamora de ti, nunca morirás.
Ahora venga, adelante. Quien quiera demostrarme lo jodidamente macho que es,o lo lo muy harta que está de estas cosas, que aproveche la coyuntura para llamarme de todo. Que me diga que soy un "ñoño"(hermosa y sugerente rima tiene este apelativo) un cursi(esta rima es menos divertida) o un pesadito con el tema.
En serio, más me jode a mi sentir de esta forma y tener la necesidad de ponerlo por escrito.
La mujer a la que van dedicadas esas lineas me dijo en una de nuestras primeras conversaciones, que a ella primero tienen que seducirle el alma y la mente, que sino, por muy bueno que esté el fulano de turno(y yo me considero un tipo del montón en cuanto a belleza física al menos) no se comerá nada.
Puede que Dios (Supergato para los creyentes de la verdadera fe) en su infinita sabiduría, compensó los fallos de diseño en mi creación (aunque si me hizo a su imagen y semejanza, celebro no ser el único tipo bajito con el bigote bicolor) con el manejo adecuado de la palabra y una labia tal, que he tenido la suerte de amar y ser amado (o al menos eso me juraban al principio) por unas cuantas mujeres cuando menos interesantes.
Aunque suene a tópico, a mi lo del físico en una mujer me importa lo justo. Vamos a ver, me tiene que atraer, pero si...lo primero en lo que me fijo es en su sonrisa. Eso en lo que se fijan la mayoría (lo del culo y las tetas) obviamente también me gusta, pero en mi vida ha habido mujeres de la talla 32 y de la talla 48 y de los dos tipos me han vuelto loco. Las ha habido con curvas de escándalo, simplemente con curvas e incluso sin ellas, pero a mi, solamente la sonrisa agradable, una conversación inteligente, una mirada limpia y un corazón sincero son las cosas que más me atraen y que más me ponen(puestos a ser vulgar, para que obviar este verbo).
Nunca fui el más alto de mi clase, nunca tuve un cuerpo perfecto y por mucho que lo diga de coña, nunca trabajé como doble en las escenas de riesgo de las pelis de Brad Pitt. Soy un tipo físicamente normal (aunque para mis abuelas era muy mono) y aunque padezco un exagerado síndrome de Peter Pan, por muchos tatuajes que me haga y muchos pendientes que me ponga, por muchos chalecos  a juego con las zapatillas de deporte y los fulares con que me vista, no dejo de ser un cuarentón. Vale que tengo un abundante pelazo rubio y los ojitos azules ( a mi edad ya afectados de presbicia, lo que me obliga a usar gafas para leer y para escribir) pero por mucha campaña que hicieran mis abuelas y por mucho que se atribuyan estas características a los príncipes de los cuentos, no tenéis más que ver la foto que tengo de perfil en el blog. 
Lo que he descubierto que no se puede inmortalizar mediante una foto, una radiografía o un escaner, es el alma. Y esa no debe estar tan mal, pues al abrirme el pecho cual gabardina y mostrársela a una mujer, como un exibicionista de manual, me ha permitido conseguir a aquellas que inspiraron el 99% de los textos de este blog (con Angelina Jolie al final no conseguí nada, pero casi mejor, me han dicho que tiene muy mal despertar y hasta el segundo café no es persona).
En resumen: que si, que me han vuelto a tocar el corazón y a llenarme el estómago de mariposas (espero que no engorden)  y que le joda a quien le joda, no voy a dejar de escribir aquello que me inspire la mujer a la que ame. 
Espero no aburrir a nadie, pero sinceramente, no me voy a cortar de sentir como lo hago y compartirlo cuando lo necesito por no cabrear a alguien a quien seguramente si conociese por la calle, me importaría lo que viene siendo una puta mierda. 
A la mayoría de los lectores, respetuosos e incluso amables, no quisiera perderos, solo me da igual perder a los que en vez de aportar, me restan.
Ya está. Ya me he quedado a gusto.
Unos besos.

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