Siempre he odiado Twiter porque a mi 140 caracteres no me permitían expresarme, hasta descubrir el maravilloso mundo de los microrrelatos y los nanorrelatos. Llegué a ganar un previo provincial de nanorrelatos y me divierte concentrar en el menor número de palabras lo que quiero hacer llegar a mis lectores. Entonces un día escribí un relato de tres palabras, título incluido que me pareció expresar tantos sentimientos que llegó a asustarme. Decía: Terminal. Diagnóstico, tu. Comencé a darle vueltas y creo que lo voy a dejar así: Terminal: diagnostico,tu. Procedí a extirparte en un juzgado.Sin anestesia. Espero que os guste tanto como a mi me ha dolido escribir algo así.
Me precio de cumplir siempre mis promesas. Y de pagar mis deudas. Esto último lo tengo más difícil contigo porque sé que aunque intente poner la cuenta a cero, siempre que me sonrías volveré a deberte mucho. Pero te prometí que te diría por escrito lo que no puedo decirte con palabras. No porque no sepa expresarme, sino porque por escrito me siento mucho más cómodo y no me trabo, vocalizo bien e incluso se entienden mis erres. Perdona, cariño, pero voy a hacer trampas. Voy a dejar que Calle 13 y Silvio te canten por mi una canción a la altura de tu alma y tu espíritu de mujer valiente, tierna, luchadora y sacrificada.Y una vez hayas escuchado esta canción que te compusieron sin conocerte, pero que estoy seguro de que es para ti, podrás leer mi texto. Un texto que es una carta de amor, pero no de ese amor que nos confunde y nos lleva al precipicio de la equivocación, sino de ese amor que no es otra cosa que la máxima expresión del cariño, de la amistad, de querer de verdad. Querer tal y como nos explicó la rosa de El principito, que es un sentimiento que no implica posesión ni necesita de reciprocidad. Y eso se llama amor. Te amo porque te quiero tuya, libre, feliz y consecuente con tus actos y con tus principios. Te amo porque eres una buena amiga y eso me lleva a quererte por encima de todo lo banal y lo superfluo, de todo lo confuso y lo egoísta, de todo lo irreal y lo mezquino. Te amo porque te siento junto a mi y porque sé que me quieres junto a ti. Y porque por difíciles que puedan ponerse las cosas, siempre podré apoyar la cabeza en tu hombro y tu siempre podrás encontrar cobijo en mi pecho. Y pelearemos juntos. Y mi fuerza sera tuya y tu coraje será mi aliento. Y mi ejemplo. Me despiertas una infinita ternura, porque conozco tu lucha y lo difícil del combate que entablaste hace ya unos cuantos años y, en el que a veces han llegado a derribarte, pero siempre te levantas y vuelves a la pelea. Envidio tu valentía y la sonrisa que enarbolas como bandera en el campo de batalla y ante la que cualquier enemigo cae deslumbrado y desde el suelo, no le queda otro remedio que pedir refuerzos. Y tú, cuando escuchas el sonido de su cuerno que reclama tropas de refresco, lejos de asustarte bajas la visera del yelmo, alzas la espada desafiante y resistes cada nueva carga. Peleas por la rectitud de unos valores que nunca traicionaras y por el fruto de tus entrañas que necesita de ti y de la victoria con la que cada noche le regalas un sueño tranquilo y la esperanza de un nuevo día sin preocupaciones y sin nubes que oculten el sol de tus ojos. Y así, a groso modo, esto es lo que quería decirte. Que te amo. Y que estoy feliz de que seas mi amiga. Y de ser tu amigo. y que mataría por ti y moriría gustoso si al hacerlo, aceptasen el trueque y el destino pudiese regalarte otro motivo para que nunca borres la sonrisa de tus labios.
Esos son todos en los que puedo estar contigo, desde la montaña más alta y escarpada al parque urbano más concurrido, pasando por un local donde acompañan las consumiciones con música de jazz.Incluso en el interior de un coche estacionado junto al esqueleto de un edificio que nunca terminaron de construir, pero en el que me instalaría contigo mañana mismo para pasar junto a ti el resto de mis vidas. En todos ellos he disfrutado de la magia de tu cariño, del contacto de tu piel y del increíble placer de besarte. Supongo que bajo el arco iris, tus ojos y tu cabello cambiarían de color, pero me seguirían gustando y, la hierba mojada sería el lecho más agradable donde demostrarnos tantas y tantas cosas que no se pueden decir con palabras, ni escribir con acierto, pero que ya hemos sido capaces de transmitirnos piel con piel, labio sobre labio. Hay que tener cuidado para no romper la magia que se crea en cada instante que compartimos. Tu ya has demostrado lo excepcional de tus encantamientos y un eficaz y experimentado manejo de la varita. Yo tan solo he demostrado que al igual que el eterno aprendiz de escritor, siempre seré un inexperto aprendiz de brujo con tendencia a meter la pata al pronunciar los conjuros y romper la magia de los momentos más íntimos. Y no sabes cuanto me duele el fracasar y devolver a mis actos la apariencia cotidiana, mundana e incluso vulgar. Quiero ser el hechicero que llene tu vida de rayos de sol, de melodías armoniosas y de animales fantásticos. Quiero ser el gran mago blanco que saque del sombrero las horas más felices, la solución a cada problema y la disculpa acertada que devuelva la sonrisa a tu rostro y consiga redimirme de todos y cada uno de mis pecados.Quiero dejar de cometer errores, sobre todo aquellos que te puedan afectar y te desilusionen al ratificar que por mucho que finja y juegue a serlo, no soy perfecto. Pero querría serlo para ti, porque no mereces otra cosa y con cada fallo, descubro que va borrándose la tinta de la página del libro oculto a los mortales donde encontré el hechizo por el que al pronunciar en voz alta las palabras escritas en ella, llegaste a mi desde el mágico reino de Fantasía cuando ya todo parecía perdido. Mi dispiace tantisimo non essere quello che voglio essere per te, ma a la fine tuto arriva, pure gli cose buone.
Pelusa es una gata a la que siempre le ha gustado el sol, por eso ha decidió ir en su busca. Tiene algo más de quince años y eso para una felina, ya es una edad avanzada y hay que empezar a cuidarse y darse merecidos caprichitos. Supuestamente Pelusa pertenece a la raza "Gato común europeo", pero ella es de todo menos común. Podríamos decir que Pelusa es una gata hedonista. Nunca quiso pasar ningún tipo de privación ni restricción, por lo que con los años y los placeres de la vida, ha ido perdiendo la linea.Mas que perderla, la ha redondeado. Pero desde luego, "que le quiten lo bailau". Como ya no tiene edad ni interés ninguno por lucirse en bikini ni pavonearse con un modelito ajustado, el haber cogido unos kilos de más sinceramente le preocupa lo justo. Es decir, nada. Sin embargo disfruta de las buenas comidas, de las largas sobremesas y de las siestas en el regazo de su humana de compañía, una hermosa morena de gran corazón que responde al nombre de Reyes. Todo sería idílico para ella, sino fuese por el clima vallisoletano. A Pelusa le encanta tumbarse al sol a hacer la digestión y puede pasarse horas bajo las reconfortantes caricias de los rayos del astro rey. Pero Valladolid no es conocida precisamente por su agradable temperatura media anual. Hay un refrán sobre Valladolid que define su clima como nueve meses de invierno y tres de infierno. Lo del término medio climatológico brilla por su ausencia. Y a Pelusa se le han terminado hinchando los...bigotes. Ayer mismo decidió irse sin hacer ruido y, sin grandes ni lacrimógenas despedidas, hizo su maletita y compró un billete a Almeria, solo de ida. Ya estaba harta de pasar frío al tumbarse al sol en la terraza de su casa, de octubre a Junio. Y harta también de suplicar a Reyes la compra de un enorme bote de crema de protección solar factor cincuenta, que vaciaba entre julio, agosto y septiembre. Así no hay quien pueda. Conoce Almeria de tiempos pasados y allí el clima es mucho más agradable, por lo que tras sopesar pros y contras, al final decidió volver a nstalarse junto al mar y tomar el sol en las mejores condiciones durante todo el año. Como una reina. Aprovechó que Reyes se había ido a pasar el fin de semana fuera para pedirle a Belen,la cochorrita de su humana de compañía,que le ayudase a preparar las cosas y a elegir el regalo de despedida para Reyes y, aunque las echará mucho de menos, no duda en que dentro de un tiempo volverán a encontrarse. Reyes, Belén y sus parejas,José Luis y Víctor, son ahora su manada y los humanos que le han devuelto la fe en una especie que aunque se cree superior a las demás, deja bastante que desear. Puede que en el sur encuentre más humanos que merezcan la pena, pero sinceramente, no cree que de con otros especímenes como los que la acogieron en Valladolid. Incluso un pintoresco primo de Reyes que ocasionalmente ocupa el sofá del salón para descansar de sus juergas nocturnas por la ciudad y de sus mil compromisos sociales, le resulta simpático. Ahora Pelusa es plenamente feliz, disfruta de la temperatura adecuada y de pescadito fresco en la lonja. Lo que cualquier gata del Imserso firmaría sin dudarlo ni un segundo.
Esta preciosidad que posa para mi objetivo cual dama de la escena antes de recoger un Oscar se llama Bora. Bora es una cocker spaniel canela que en enero cumplira ocho años y tras una intervención para extirparla algún tumor que se había presentado por sorpresa con el consiguiente susto para todos los que la queremos, está estupenda. Llegó a este hogar una mañana de Reyes como regalo para mi madre,dentro de una enorme caja con respiraderos. Y con un lacito rojo al cuello. Mi madre enloqueció de contenta al verla y se emocionó al cogerla en brazos, pues poco tiempo antes, había tenido entre sus brazos acompañandola en sus últimos latidos a Kora, la cocker spaniel canela que durante 16 años aportó cariño y alegría a la familia en los momentos más duros. Kora llegó a nuestro hogar para llenar el enorme vacío que dejo Bola, otra cocker spaniel canela como todas ellas, que vivió con nosotros durante poco más de trece años y cuyos tumores no pudimos extirpar a tiempo, pero en estos años los veterinarios han perfeccionado los tratamientos para la previsión y la cura del cancer de los perros y gracias al cielo, Bora aún nos acompañará muchos años más. Bora ha sabido ganarse el corazón de todos los que la conocen, tanto humanos como perros, gatos y demás cuadrúpedos. Su clase y su buena educación natural la definen como animal. Es una perrita muy cariñosa y muy especial. Era el ojito derecho de mi padre y aún recuerdo aquellas navidades en las que él me acompañó a buscarla. Desde el primer momento se entendieron fenomenal y supieron que iban a formar parte de la misma manada. Mi padre la educó con el mismo cariño y la misma corrección con los que educó a sus cinco hijos y Bora supo no defraudarle, cosa que yo particularmente no fui capaz de conseguir. Bora lleva cuatro años echando de menos a mi padre cada día, de hecho, la única vez que la hemos visto perder los nervios y enfrentarse ladrando y gruñendo a alguien, fue cuando los operarios de la funeraria vinieron a llevarse el cadaver de mi padre, quien también y como regalo del destino, murió en casa en los brazos de mi madre. Bora comparte nuestro luto y nuestro dolor por su pérdida, pero sé de buena tinta que se ha volcado en cuidar y mimar a mi madre. Y en lamer amorosamente las lágrimas que muchas noches siguen resbalando por sus mejillas. Si me pongo a sumar, aún siendo de letras puras, puedo certificar que llevo treinta y siete años viendo una cocker spaniel canela en casa de mis padres. Y de alguna manera, eso me hace feliz. Muchas veces bromeo con la clonación y la continuidad y cuando la saga Star Wars estrenó el episodio Las guerras clon, yo no pude evitar reírme y pensar en las perras clon y en el inmenso cariño que he recibido de ellas. Aquellos que nunca han convivido con un animal seguramente no sepan de que hablo, pero el cariño que te dan estas supuestas especies inferiores es absolutamente sincero y desinteresado. Ya podíamos aprender nosotros a ser tan puros como ellos.
Cierto. Hay muertes mucho más rápidas y menos dolorosas, pero tampoco las quiero. Que me mate el tiempo aunque sea lentamente, que la arena de mi clepsidra se consuma por completo y que pueda emplear unos cuantos granos en triunfar como me gustaría. Yo también he pensado en dejarlo. También he pensado en buscar un trabajo normal que me haga normal, pero es que no soy normal y por mucho que me disfrace jamás podré mimetizarme con un entorno que me resulta demasiado diferente al que ha diseñado mi cabeza. Mi cabeza. Sigue creando paraísos, felices y sinceras historias de amor, besos en las comisuras de los labios, guerras que se pueden ganar, emociones controladas y monstruos, muchos monstruos a los que llego a temer cuando descubro que se han personificado y me acechan por las calles. Pero no puedo dejar de crear, de escribir esperanzas. Escribo para convertir los sueños que no logro alcanzar en textos que nacen del interior de mi cerebro. Una vez más, mi puta cabeza. Yo no lo pedí, no hice ningún pacto con dioses ni diablos. Yo quería ser un tipo normal, pero se me concedió este don que a veces es más dañino que la picadura de una viuda negra y siento el veneno que irradia mi mente extendiéndose por las venas, para llegar a todos los rincones de mi cuerpo. No sé porqué me empeño en encajar, si yo nací para destacar. Y no quiero que suene como algo prepotente,también se puede destacar por no llegar a alcanzar lo que se anhela y tropiezas una y otra vez al tratar de obtener ese premio al que todos aspiramos y que llamamos felicidad. Pero no voy a dejarlo. Solo sé escribir, solo quiero escribir, solo trato de ser bueno en algo y me esfuerzo cada día en ello. Me desvivo por mejorar y por conseguir un estilo propio.Me dejo la piel en cada metáfora que brota agreste entre mis redes neuronales y va tomando sentido según cae por mis lacrimales. Me dejo la piel en pulir cada argumento para hacer de ellos historias que se conserven en la memoria de quienes las lean y que un día al recordarlas, evoquen el nombre de aquel que quiso compartir con ellos una porción de su locura, de su terror a ser olvidado. No comparto la mayoría de las aspiraciones de mis semejantes. Solo las más comunes: quiero ver felices a los mios, quiero que me ame la mujer a la que amo y quiero ganarme el pan con el sudor de mi frente. Y todo lo demás, lo bueno y lo malo, ya llegará porque todo termina llegando, incluso lo bueno. Me gustaría arrancarme la piel del pecho y las costillas, para ver que es lo que escondo junto al corazón porque no termino de creer que no haya otra cosa que músculos, venas, órganos y sangre. Me gustaría comprar un billete de ida y vuelta al interior de mi psique, para darme una vuelta por todos esos traumas recurrentes y todos esos recuerdos agradables que se niegan a volver. Me gustaría tumbarme a llorar en la arena junto a un mar limpio y libre de naufragios, tesoros ocultos y submarinos nucleares. Quiero construirme mi propio planeta y que tu estés en él, que ellos, todos los que quiero, sean los únicos habitantes. Y los que no merecen la pena,los inmisericordes y los ingratos, que no puedan respirar nuestro oxígeno. Y mueran, o simplemente pillen un vuelo charter al mundo donde no quisiera tener que regresar Se lo cedo a ellos. Se lo regalo. Pero creo que el tiempo me matará despacio antes de haberlo conseguido. Si es así, te aseguro que ha sido un verdadero placer el poder llamarte amigo. Conocerte a ti y conocerlas a ellas, ha compesando todo el dolor.
Hubo un tiempo en el que se atrevía a coger la guitarra y cantar en las fiestas en playas, parques y allí donde se juntaran amigos y novias para acompañar las sonrisas y los besos con un whisky y un cigarrillo aliñado. Hubo un tiempo en el que llevó el pelo tan largo como sus ganas de vivir y en el que decoró su cuerpo con metáforas tatuadas en la piel; adornos estos con los que expresaba su libertad y su felicidad ante una vida que se le presentaba cómoda, interesante y llena de momentos increíbles. Hubo un tiempo en el que amó y creyó ser amado, pero la vida es un proceso de aprendizaje continuo y las lecciones que impartió el destino con cada adiós, con cada traición y con cada herida en el alma, fueron las más duras de aprender. Hoy todo aquello pasó. Dos pendientes y media docena de tatuajes le recuerdan un pasado que no ha de volver y le vaticinan un futuro incierto y dificil, pero al menos un futuro por descubrir. Ya no toca la guitarra. Ya no aliña cigarrillos y ahora acostumbra a cortarse el pelo al estilo recluta. Aunque ya tiene demasiada mili. Es veterano de mil guerras en las que su corazón imploró clemencia a un enemigo inmisericorde. Unos lo llamaron madurez, otros responsabilidad y él lo llamó combate. Sus dedos no pisan fuerte los trastes ni rasguean unas cuerdas que no suenan y parecen atar sus sueños, impidiéndolos volar. Tan solo aclarara la voz para pedir ayuda y para declamar su miedo y su angustia. Aunque hoy, ha decidido volver a subir al escenario, a coger el micro sonriendo al público y a llevar el ritmo con el pie derecho. No hace mucho, descubrió que las mejores canciones que podría componer, no necesitaban de linea melódica ni de acompañamiento musical.Que podría escribirle a sus ángeles canciones directas al pecho y que ellos mismos las pusieran música. No hace mucho descubrió que aún podría llenar estadios de esperanza y de proyectos y que volvería a subir puestos en las listas. No hace mucho, descubrió que hay tanta vida en su sonrisa, como la que siempre buscó en la de una mujer. Y decidió volver a sonreír, pasara lo que pasara y le pesara a quien le pesara. Se hizo acompañar por los mejores y las sonrisas de sus amigas (las únicas verdaderamente sinceras) le sirvieron para coger el tono y afinar. No hace mucho decidió volver a vivir, volver a ser el que fue, pero aplicando lo aprendido, volver a creer en el amor y abandonar de una vez el modo menor de la sinfonía de lamentos. Aquel que recordaba con nostalgia, seguía dentro de él. Nunca se fue del todo.
Relato ganador del segundo premio del certamen Literatura Exprés 2018 de la Fundación municipal de cultura de Valladolid. Motor de creatividad extraído al azar por una mano inocente la noche del certamen ante los participantes: El anti Cid.
¿Polvo, sudor y hierro?
Eylo, por fin, lo ha comprendido y se ha puesto de mi parte. Sé que su padre, mi señor suegro, le ha metido en la cabeza muchos pájaros sobre el valor y la nobleza de los caballeros castellanos. Pero morir por Dios o por mi rey no entra en mis planes, ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo. El tiempo y la experiencia me han enseñado que no todo se arregla repartiendo mandobles. Sé que son muchos los que me envidian y critican. Son demasiados los que no desperdician la oportunidad de manchar mi nombre con cualquier excusa. pero gracias al cielo, tenemos un rey que no presta oídos a las palabras necias, sino a los hechos probados. Hay en Castilla muchos y muy buenos caballeros dispuestos a derramar su sangre en el nombre de la verdadera fe o en el del monarca. Pero no yo. Se me ha encomendado la misión de repoblar esta villa y hacer de ella el orgullo del reino. Y voto a Dios que voy a hacerlo. Eylo ha entendido que la unión hace la fuerza y que cuatro ojos ven más que dos. mi esposa me ha sorprendido con sus acertadas ideas para la mejora y el correcto gobierno de Valladolid. Lejos de suspirar de placer al verme vestir armadura y yelmo, se muestra complaciente con cuanta empresa civil acometo y aunque el hambre y la peste no son enemigos que pueda desmontar con mi lanza en el campo de batalla, las escarapelas de los besos ardientes de Eylo adornan mi escudo y mi cota de malla. Cada hospital, cada iglesia y cada puente construidos son victorias a los ojos de mi dama. Juro ante Dios que no soy un cobarde.Nunca he consentido una afrenta y la hoja de mi espada se ha bañado con la sangre de más de un enemigo. pero guerreros hay muchos y los estadistas denostados por el vulgo necesitado de héroe sabemos que nuestro combate es tan duro y fiero como el que se libra en la dura estepa castellana contra los que mueren en el nombre de Alá. Llagará el día en el que Castilla esté libre de enemigos y , entonces, solo entonces, el pueblo agradecerá mi esfuerzo, mis noches en vela y mis desmayos al intentar hacer de esta villa el mejor de los lugares donde establecerse y medrar. No me importa que en las calles los hombres se mofen de mi. No me preocupa que me señalen con el dedo en la sala del trono. No me asusta que conspiren y se rifen mis despojos, La historia lo pondrá todo en su sitio. los juglares contarán el acierto con el que Pedro Ansúrez y doña Eylo dieron brillo y esplendor a Valladolid, la perla de Castilla. Mi viaje llega a su fin, a lo lejos veo mi estandarte en la torre del castillo donde mi Eylo me aguarda. Ha caído el sol y el frío de la noche vallisoletana se adentra poco a poco por los coseletes y los pliegues de mi capa. Pero aunque llegue aterido y cansado, Eylo me confortará en el lecho. Ardo en deseos de contarle cómo he conseguido al mejor de los maestros artesanos para engalanar la iglesia con la que soñamos desde que nos instalamos aquí y cuya inauguración está ya próxima. Esta iglesia que nació de la necesidad de ofrecerle al Señor la más hermosa morada,será el ejemplo de que la piedra castellana también sirve para dar asilo al perseguido, aliento al cansado y esperanza al que lo ha perdido todo. Las manos de este artesano judío que hoy dormirá en mi hogar, se esforzarán en realizar el más bello de los trabajos para mayor gloria de Dios.
La arqueóloga, antropóloga y gran pedagoga,Maraka Olmiturriarte echó un vistazo por la ventana antes de salir de casa y, aunque vio que el cielo de Valladolid estaba algo nublado, no le dio excesiva importancia pues ella se había criado en el país vasco y allí la lluvia era el pan nuestro de cada día. Lo de la dura estepa castellana era el frío y la niebla. Y el polvo, sudor y hierro con los que cabalgaron los más grandes guerreros del pasado. La lluvia en esa tierra no era tan habitual como en la suya y seguramente se abrieran claros en cuestión de minutos. Tras asegurarse de que su podenca portuguesa tuviese llenos el comedero y el recipiente para el agua, estrechó al animalito entre sus brazos y se despidió con ternura, pues aunque volvería a casa antes de anochecer, estaba acostumbrada a llevarla con ella a todas partes y le sabía muy mal dejarla solita. Con sumo cuidado y extrema delicadeza, se fue colocando el vestido diseñado por ella misma y confeccionado con bolsas de plástico recicladas. Reciclar y reutilizar es algo absolutamente necesario en el siglo XXI si pretendemos conservar el planeta. Tras haber aprobado la oposición pertinente, Maraka trabajaba como profesora de historia del arte en un instituto vallisoletano y a lo largo del último mes había centrado sus clases en el arte contemporáneo y el arte efímero y hoy, iba a sorprender a sus alumnos con la demostración práctica de que con ingenio y trabajo el reciclaje puede ir mucho más allá de utilizar las latas de Coca cola como ceniceros o los tambores de jabón para la lavadora como instrumentos de percusión. Llevaba semanas haciendo acopio de las bolsas de la compra almacenadas por sus amigos y familiares al volver del supermercado. Siguiendo tutoriales de Internet, diseñó el patrón de su espectacular modelito y con la ayuda de una grapadora escolar, unas tijeras y un rollo de alambre, consiguió darle al vestido la forma deseada. Para completar su particular indumentaria, confeccionó unos sencillos cubre calcetines a juego con los que poder andar por la calle sin miedo a resbalar ni a pasar frío. Al haber introducido una faltriquera en el diseño, guardó en ella el teléfono móvil, las llaves, el encendedor y el tabaco y salió a la calle con dirección al instituto del cercano barrio donde le aguardaban sus alumnos. Pero los astros no se alinearon a su favor hoy. Y las cosas se torcieron de repente cuando menos lo esperaba. Al comenzar a recorrer la Calle de la estación, quiso el destino que empezasen a caer unos goterones enormes y el sonido de un trueno le puso sobre aviso de lo que se avecinaba. La fatalidad hizo que en el mismo instante en el que comenzó a llover con fuerza, se cruzase con los cientos de integrantes de una excursión del Imserso que tenía programada la visita a los principales monumentos y los más reconocidos establecimientos hosteleros de la capital castellana. Antes de poder siquiera ponerse a salvo en el interior de un bar o de cualquiera de los comercios de la Calle de la estación, docenas de octogenarias asustadas por lo que el aguacero hiciese de sus peinados se arrojaron sobre Maraka y, le fueron despojando de las bolsas para cubrirse con ellas las cabezas y poder salvar sus permanentes, estilismos y tintes. Maraka consiguió que al menos no le arrancasen las pocas bolsas que cubrían sus pechos y sus partes pudendas.y cual zorro de la campiña inglesa, esquivó a la feroz jauría consiguiendo zafarse de la brutal y salvaje rapiña. Enjugándose las lágrimas, pensó en tratar de llegar a casa y ponerse unos vaqueros y una sudadera, pero Maraka siempre fue una mujer valiente, luchadora y creativa y, lejos de rendirse y tirar la toalla, apretó el paso y llegó hasta el instituto donde ante los asombrados y sonrientes alumnos, desfiló como una modelo de la pasarela Cibeles mostrando el traje de baño que sería la sensación de la costa azul el próximo verano. La profesora Olmiturriarte, tiene claro que rendirse no es una opción y que a grandes males, grandes remedios. Satisfecha con el resultado de lo que podía haber sido una catástrofe, volvió a casa junto a su perrita y se abrió una cerveza para celebrar su victoria y la oportuna lección que les había conseguido dar a sus alumnos a pesar de aquel terrible incidente con las escursionistas. Una cervecita a tiempo siempre le supo a gloria y le hizo mucho bien.
Nunca fue un tipo duro, ni siquiera intentó serlo. Era feliz con su personalidad afable. Pero hubo quienes confundieron cordialidad y amabilidad con debilidad y tantos fueron los confusos que, a fuerza de tratar de aprovecharse de él, de hacerlo tropezar y cebarse en su desgracia, consiguieron crear un monstruo. Eso si, un monstruo de aspecto encantador, inocente mirada y exquisita corrección en las formas. Excepto cuando tomaba la decisión de solucionar las confusiones y explicar algunas cosas. Su modus operandi dejaba clara su postura ante cada crimen. Antes de ajusticiar a sus víctimas, las sometía a un completo proceso judicial en el que él era juez, jurado y verdugo. Pero siempre les daba la oportunidad de acceder al indulto si admitían la falta, confesaban y mostraban arrepentimiento, Una vez dictaba sentencia, ya no había nada que hacer. Era eso si, un tipo tremendamente paritario y jamás hizo distinción entre hombres y mujeres a la hora de aplicar la ley. Su estricto código moral y existencial, perseguía una serie de delitos que consideraba de extrema gravedad y él mismo trataba de conducirse por una máxima universal que debería ser la norma básica de conducta en esta sociedad podrida: vive y deja vivir. Pero por desgracia se vio obligado a hacer una interpretación de la norma y comenzó a aplicar la muerte selectiva. Incansable lector de todo tipo de géneros y autores, con cada libro que añadía a su extensa biblioteca ratificaba la necesidad de erradicar a ciertos tipos de individuos, por el bien de la humanidad. Vive y deja morir, se convirtió en su adaptación de la norma y consiguió convertirla en consuetudinaria, ya que hizo de ella una necesaria costumbre. Sentía gran simpatía y admiración por el antiguo Código de Amurabi y en muchas ocasiones se conducía por aquella arcaica normativa. La sociedad había avanzado, el progreso se había instalado en los hogares y el desarrollo lo había cambiado todo, menos la mezquindad y la infamia y, el ser humano seguía cometiendo los mismos atropeyos. Muchas eran las religiones que habían tipificado estos excesos convirtiéndolos en pecados veniales y mortales a ojos de dioses y hombres. Pero en este momento de la historia, matar, violar, mancillar o destrozar una vida salia excesivamente barato. Y tenía muy claro que era hora de empezar a pagar. Con sangre. Él mismo había sufrido en sus propias carnes y en su maltrecho y dolorido corazón una gran cantidad de afrentas que le habían llevado a maldecir el momento en el que llegó a convencerse de que aún estábamos a tiempo de cambiar. El cambio, la transformación definitiva, solo se logra a través de la muerte. Y transformaría definitivamente a cuantos malvados (y malvadas, por supuesto) trataran de arrebatarle lo único que aún no habían podido llevarse: su dignidad. Preparaba con esmero el lugar y el momento del ajusticiamiento para aquellos que en su soberbia habían renunciado a cualquier tipo de defensa. En muchas ocasiones retrasó las vistas para asegurarse de que los procesados tan solo habían cometido errores puntuales bajo eximentes como el alcohol, la juventud, la ignorancia o el arrebato, pero la gran mayoría reincidían y ya no valía eso de que in dubio pro reo, porque dando una oportunidad tras otra,despejaba cuanta duda se le presentase. Una vez que el reo ( o la rea) era conducida al patíbulo, trataba de que sufriese lo menos posible, de que no sintiese miedo o angustia y de que fuese el final menos cruel posible. Mientras les explicaba lo que iba a suceder con un discurso amable, facilmente comprensible y casi jocoso, extraía su afilado cuchillo del interior de la bota izquierda y antes de atravesarles el corazón de una certera y eficaz puñalada, les guiñaba un ojo sonriendo. Trató de que la mayoría no sufriese, pero así entre nosotros, se deleitó ensañándose con más de uno y con mas de una (como manda la paridad). Desde que se convirtió en el ejecutor que la sociedad pedía a gritos, nunca dejó de dormir del tirón y con la conciencia tranquila. Era una desagradable labor la suya, pero alguien tenía que desempeñar esta función y aunque hubiera preferido no verse obligado a ello, al final le termino cogiendo gusto. Tratad de comportaros correctamente con vuestros prójimos. Nunca le hagáis a nadie lo que no quisierais que os hicieran a vosotros. Y sino...ateneos a las consecuencias.