martes, 19 de junio de 2018

Infinita ternura

Me precio de cumplir siempre mis promesas. Y de pagar mis deudas. Esto último lo tengo más difícil contigo porque sé que aunque intente poner la cuenta a cero, siempre que me sonrías volveré a deberte mucho. Pero te prometí que te diría por escrito lo que no puedo decirte con palabras. No porque no sepa expresarme, sino porque por escrito me siento mucho más cómodo y no me trabo, vocalizo bien e incluso se entienden mis erres.
Perdona, cariño, pero voy a hacer trampas. Voy a dejar que Calle 13 y Silvio te canten por mi una canción a la altura de tu alma y tu espíritu de mujer valiente, tierna, luchadora y sacrificada.Y una vez hayas escuchado esta canción que te compusieron sin conocerte, pero que estoy seguro de que es para ti, podrás leer mi texto. Un texto que es una carta de amor, pero no de ese amor que nos confunde y nos lleva al precipicio de la equivocación, sino de ese amor que no es otra cosa que la máxima expresión del cariño, de la amistad, de querer de verdad. Querer tal y como nos explicó la rosa de El principito, que es un sentimiento que no implica posesión ni necesita de reciprocidad. Y eso se llama amor. Te amo porque te quiero tuya, libre, feliz y consecuente con tus actos y con tus principios. Te amo porque eres una buena amiga y eso me lleva a quererte por encima de todo lo banal y lo superfluo, de todo lo confuso y lo egoísta, de todo lo irreal y lo mezquino. Te amo porque te siento junto a mi y porque sé que me quieres junto a ti. Y porque  por difíciles que puedan ponerse las cosas, siempre podré apoyar la cabeza en tu hombro y tu siempre podrás encontrar cobijo en mi pecho. Y pelearemos juntos. Y mi fuerza sera tuya y tu coraje será mi aliento. Y mi ejemplo.
Me despiertas una infinita ternura, porque conozco tu lucha y lo difícil del combate que entablaste hace ya unos cuantos años y, en el que a veces han llegado a derribarte, pero siempre te levantas y vuelves a la pelea. Envidio  tu valentía y la sonrisa que enarbolas como bandera en el campo de batalla y ante la que cualquier enemigo cae deslumbrado y desde el suelo, no le queda otro remedio que pedir refuerzos. Y tú, cuando escuchas el sonido de su cuerno que reclama tropas de refresco, lejos de asustarte bajas la visera del yelmo, alzas la espada desafiante y resistes cada nueva carga.
Peleas por la rectitud de unos valores  que nunca traicionaras y por el fruto de tus entrañas que necesita de ti y de la victoria  con la que cada noche le regalas un sueño tranquilo y la esperanza de un nuevo día sin preocupaciones y sin nubes que oculten el sol de tus ojos.
Y así, a groso modo, esto es lo que quería decirte. Que te amo. Y que estoy feliz de que seas mi amiga. Y de ser tu amigo. y que mataría por ti y moriría gustoso si al hacerlo, aceptasen el trueque y el destino pudiese regalarte otro motivo para que nunca borres la sonrisa de tus labios. 
 

No hay comentarios: