lunes, 22 de noviembre de 2021

Con v de Verona


 Los asiduos a este blog no necesitáis que os recuerde que siempre me he declarado shakesperiano y que  desde hace muchos años me entregué por completo a la obra del bardo inmortal. Para mi, Hamlet sea seguramente el mejor ejemplo de perfección literaria, pero claro, para gustos los colores y siempre habrá quien pretenda encontrarle fallos a este texto que considero absolutamente perfecto en su complejidad, en su trama y en la impresionante elaboración y definición de los personajes.

Shakespeare me parece el mejor escritor de la historia y aunque en ocasiones he encontrado alguna dificultad al leer su dramaturgia más densa, sin embargo me he sentido arropado y mecido entre sus brazos al enfrentarme a la lectura de La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta , que es el título original del impresionante drama conocido comúnmente como Romeo y Julieta.

Shakespeare bebió de la tradición de los grandes romances trágicos escritos ya en la antigua Grecia muchos siglos antes y a fuerza de leer y documentarse para su obra, llegó a ciertos cuentos italianos en los que podemos encontrar no solo los inconfundibles nombres de los amantes, la ciudad donde se ubica la tragedia o los apellidos de las dos grandes familias, sino elementos narrativos como la boda secreta, el veneno, el fraile bondadoso y otros muchos andamios con los que Shakespeare edificó su obra.

Pues bien, me he propuesto escribir un texto que rivalice en belleza y en sentimiento con los versos más conocidos de esta tragedia, y que pueda incluso superar en romántico sentir y en descarnada verdad a la declaración de Romeo de su amor por Julieta, Por supuesto no sueño en rivalizar con Mister William en calidad literaria (no se me ha ido la cabeza del todo...aún), pero sí creo poder sostener el pulso en cuanto a dar forma escrita a todo lo que la persona amada despierta en el corazón y es capaz de inspirar, porque a mis 47 primaveras el destino ha querido bendecirme con la llegada de la más adorable musa capaz de inspirar en mi las palabras más acertadas. Y puede que su venida tuviese este sentido, el dotarme de la fuerza, el deseo y la inspiración suficiente para convertir en un texto que me transcienda, todo lo que me colma el corazón y el alma desde que descubrí sus ojos del color del sol.

Y si al terminar ese texto debo enfrentarme a  lo imposible de una vida sin ella, en la que no podré compartir futuro, amor y felicidad, sabré escoger con acierto entre el veneno que me retire del sufrimiento al asumir el fracaso, o la hoja de la daga que me atraviese este corazón rendido a la belleza de su sonrisa, a lo cálido de sus besos y a la magia de sus caricias.

Y es que todo termina llegando...incluso lo bueno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es por joder, pero lo llevas un poquito chungo para ponerte a su nivel. No lo haces mal, pero apuntas demasiado alto.

lacantudo dijo...

No me jode tu comentario, de hecho lo agradezco porque me estimula el poder demostrarte que aunque apunto demasiado alto, sabré dar en el blanco.
Obviamente soy consciente de mis limitaciones y de que aún no puedo ponerme al nivel de mi autor favorito, pero soy tenaz y no me rendiré hasta que lo consiga, en esta vida o en otra.