Como cada domingo, Kiara se atusó un poco el pelo, se lamió las patas hasta dejarlas bien limpitas y fue a despertar a Raquel, que remoloneaba en la cama junto a Oscar, el humano con el que convivian ambas. Raquel es profesora y aunque Kiara es una perra muy bien educada, no puede llevarla con ella al colegio donde imparte clases de literatura, así que como Oscar también trabaja, Kiara aprovecha los ratos a solas para curiosear los libros de su humana y poner algún disco de su humano en el toca discos vintage donde los vinilos suenan tan bien.
No hace mucho descubrió un libro de García Marquez y se sorprendió al reconocer la historia que contaba. Entonces ató cabos y respiró tranquila, conocía perfectamente a ese autor, pero en el mundo animal, todos lo conocen como Gabo. A su humana también le gusta el autor de Cien años de soledad y le hace gracia que denominen la verdad de los textos de Gabo como realismo mágico.
Lame con delicadeza el dorso de la mano de Raquel y cuando consigue que por fin se levante, Kiara salta juguetona sobre las piernas de Oscar, despertándolo también y consiguiendo su objetivo: pronto los sacará de vermut. Lo cierto es que le apetece un buen Ribera de Duero en alguno de esos establecimientos con la denominación de Dog friendly.
Sus humanos se toman un café al ritmo del último trabajo de los Vetusta Morla. Oscar hace tostadas y en lo que Raquel se pega una ducha rápida, aprovecha para consentirla dándole trocitos de pan con mermelada. Kiara comienza con la fase dos de su plan y se sienta junto a la correa gimiendo lastimosamente. Raquel se calza las zapatillas de deporte y se pone una camiseta que resalta sus bellos ojos azules, Oscar toma el relevo en la ducha y en menos de quince minutos, los humanos de su manada están listos para bajar a la calle.
Hoy el día no es del todo desagradable y antes de ir a por el primer vino, pasean un rato por la plaza de la circular, en cuyos jardines, Kiara relaja los esfínteres y saluda a algunos conocidos que también necesitaban usar el excusado.
A lo lejos se acerca un Carlino con el que coincide de vez en cuando y que le cae fatal. No le apetece lo más mínimo saludarlo y permitir que la olisqué sus partes, por lo que ladra airadamente enseñando los colmillos, señal que Raquel comprende de forma inmediata y después de apagar el cigarrillo en el suelo pisándolo bien, convence a Oscar para acercarse al Colmao de San Andrés a por un vino y una tapita. Oscar es muy fácil de convencer tratándose de estos menesteres y en menos de diez minutos, ya están saboreando caldos de una buena añada.
En algunos sitios donde admiten perros, los camareros suelen poner un recipiente con agua para los animales, pero Juan, el dueño del Colmao, conoce sus gustos y le pone un cuenco con tinto de la ribera y unas patatas fritas para empaparlo y que no le siente mal.
El tiempo pasa muy rápido cuando todo es tan agradable y recuerda algo que leyó en un libro de Raquel, sobre la teoría de la relatividad o algo así. El tal Einstein no era muy buen escritor , pero un rato listo si que era. Dio en el clavo con esa teoría, aunque el libro era una turra espantosa. De hecho lo dejó a la mitad y se pasó a un ejemplar de Historias para según qué días, que había en el salón. Mucho mejor...donde va a parar. Aquel humano que lo escribió debía ser un tipo majo, a tenor de lo que cuenta en sus relatos. Muy sensiblote eso si. pero de todo tiene que haber.
Se acerca la hora de comer y Oscar las sorprende anunciando su intención de invitarlas a un cocido vegano en el Circular, un local cercano donde sus propietarios también reciben con cariño a los animales y de hecho, Miguel, el miembro masculino del tándem que lo regenta, acaba de publicar un libro en el que habla de animales y del respeto que merecen. Le cae bien aquel tipo. Si es que los humanos no son tan asquerosos como parecen. Se lo tienen muy creído con lo de que son la especie superior, pero al margen de ese ego tan enorme, hay de todo, como en botica.
Kiara es una hembra de Border Collie de cinco años de edad y, confirma con creces, la creencia popular de que su raza, es la más inteligente de las caninas.
Un domingo más de vermut, cariño y literatura. Otro maravilloso día de vino y rosas en compañía de sus humanos. Ella lo tiene muy claro, jamás comprará un humano, siempre adoptará.
2 comentarios:
Y el Colmao y el Circular existen? o es parte del realismo mágico?
Me flipa el Surrealismo mágico.
Zeroide
(Bona nit zzZZzzzZZZ Caballero eres)
Ambos establecimientos existen y de hecho soy cliente asiduo de los dos, porque forman parte de mis "lugares seguros" donde sé que solo voy a pasar buenos momentos y en compañía de buenas personas y mejores animales.
Si vienes por pucela, te los recomiendo. Y solo recomiendo cosas que merecen la pena.
Buen despertar. (Ya me expicarás porqué lo de caballero)
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