martes, 22 de agosto de 2017

Gol de oro

Lo prometido es deuda y siempre trato de cumplir mis promesas. Mi padre me enseñó la importancia de la palabra empeñada.
Este es el relato que nació antes de ayer jugando a escribir según las imágenes que salieron en los dados que utilizamos para ello, mis amigos relatistas y yo y, que he reflejado en la foto que colgué en la entrada anterior a esta, en la que os hablaba de ello. No he corregido ni una coma. Esto es lo que escribí en los 20 minutos que nos pusimos para crear el relato. 


No fue el mejor partido de su vida pero si el que le reportó las mayores satisfaciones. Y no solo en el terreno de juego, precisamente.
Su equipo ganó por tres goles a dos al club rival más odiado por la afición local, por lo que la muchedumbre que abarrotó el estadio esa noche celebró el triunfo como si el mediocre "Deportivo Altramuz" hubiese ganado al final de la Copa de Europa.
Estaba concluyendo la segunda vuelta de honor al campo, cuando reparó en ella. Era una adorable pelirroja de no más de veinte años que lucia la elástica del club, ceñida sobre unas formas perfectas. Agitaba la bufanda del Altramuz como un neo nazi la bandera preconstitucional un veinte de noviembre en el Valle de los caídos. Tanta pasión por sus colores y tanta alegría desbordada contenida en un rostro tan bello,  hizo que apartase por completo la vista del terreno de juego y no pudiera evitar tropezar con el portero titular quien poco acostumbrado a correr largas distancias, remoloneaba el paso, bajando el ritmo de la heroica alineación de aquel día.Avergonzado, se levantó del suelo buscando a  aquel bellezón de ígneos cabellos entre los enfervorizados hinchas pero ya no estaba como antes, agarrada a la verja que separaba a la afición del campo.
Tras ducharse y ponerse unos pantalones pitillo, una camiseta blanca de pico y uno de los chalecos oscuros que siempre completaban su atuendo, salió cabizbajo en busca del coche aparcado en las inmediaciones. Al llegar al vehículo encontró una nota manuscrita sujeta a la luna delantera con el limpia parabrisas donde bajo un nombre de mujer, había un número de teléfono. Guiado por el imperioso deseo de que fuera el teléfono de aquella diosa de la grada, llamó. Una voz juvenil contestó en el acto y le explicó que era una aficionada, prima del lateral izquierdo, quien le había dicho donde estaba aparcado el coche del rubio y patoso delantero centro que había llamado su atención y no por su juego, sino por los azules ojos tristes y la expresión de estar ausente del mundo. Charlaron durante unos minutos y acordaron verse para cenar aquella misma noche. él propuso diversos restaurantes de comida exótica, japonesa, india, tailandesa...pero ella consiguió convencerlo para cenar en un escocés y quedaron poco más de una hora después en el Mc Donalds más cercano.
La cena a su gusto gourmet y sibarita, fue una puta mierda pero volvería a cenar allí cada día del resto de sus vidas, si lo hiciera junto a ella.
Una cosa llevó a la otra y después de media docena de escoceses con hielo y cola light, acabaron en su apartamento.
El pequeño piso que había alquilado al ser fichado por el club extremeño carecía del encanto necesario para seducir a una mujer tan joven como ella, ya acostumbrada a ver en televisión y en películas de Hollywood como vivían los deportistas famosos. Pero no hizo falta siquiera dar las luces de casa al abrir la puerta de entrada. Ella se dejó guiar a oscuras por el pasillo mientras él le arrancaba la ropa camino del dormitorio. 
Hoy son los afortunados padres de una joven promesa del Real Madrid Siguen juntos y tan enamorados como el primer día.

lunes, 21 de agosto de 2017

Relatistas

Cada día lo tengo más claro, las personas se unen por afinidades. Ayer pase una tarde increíblemente buena junto a dos amigos escritores, Gustavo y Esperanza, ambos premiados en diferentes certámenes literarios y con quien he compartido formación en distintos cursos de escritura creativa.
Ayer decidimos juntarnos en mi casa para hacer lo que más nos gusta, escribir. Pasamos un día muy agradable, disfrutando de un domingo de agosto en el que tampoco faltaron los baños en la piscina, la carne en la barbacoa, el Ribera del Duero y las cervezas artesanas de Valladolid.
Utilizamos para crear temáticas aleatorias, el juego de dados de la foto que me regalaron con muy buen criterio y por mi tercer nuevo cumpleaños, mi primo Andrés y su chica. Cada dado tiene una serie de imágenes y al tirar dos dados cada uno,  las imágenes que aparecían en la cara superior de cada dado, tenía que formar parte de la temática de un relato que debíamos escribir en no más de veinte minutos y de una extensión no inferior a la cara de un folio y no superior a dos folios por las dos caras. 
Fue genial, porque salieron tres textos muy diferentes entre si, ambientados en diferentes épocas y curiosamente, cada imagen generó muy distintas ideas en nosotros, convirtiéndose en orientación pero no en imposición. Es decir, el dado del balón, por ejemplo, podía hacer referencia a cualquier deporte de pelota, a un partido de fútbol, al juego en la calle de los chavales de un vecindario o de un pueblo....orientaba pero no imponía.
Después de este primer relato y tras haberlos leído en voz alta y comentado con una taza de café y un escocés con hielo, nos vinimos arriba y nos pasamos a los microrrelatos, respetando las normas de este género y para rizar el rizo, nos dejamos llevar al nanorrelato o relato hiper breve.
Algo de música de fondo para acompañar el momento, un pitillo tras otro (los tres relatistas somos fumadores) y un muy agradable charla sobre nuestros diferentes proyectos literarios, próximas publicaciones y forma de ver la vida a través de la literatura.
Puede que me esté haciendo mayor. Puede que las experiencias vividas me hayan vuelto un tipo mucho más tranquilo o simplemente, puede que haya comenzado a madurar porque ayer y aún teniendo a mano absolutamente todo lo necesario para darse un paseito por el camino del exceso, me comporté como Dios o Supergato mandan y de lo único de lo que me embriagué, fue del espíritu literario que se adueñó del ambiente.
Pensamos repetir y habrá nuevas incorporaciones porque somos unos cuantos los relatistas y poetas vallisoletanos que mantenemos buena relación y que preferimos pasar una tarde así que mezclando vino y coca cola en una bolsa de plástico a la orilla del Pisuerga.
Ayer me sentí comprendido en lo que a veces se me presenta como una rareza a mi mismo y di rienda suelta a mi incontinencia literaria junto a personas con las que sé que puedo expresarme con total y absoluta libertad.
Por unas horas me sentí completamente feliz y comprendí que la felicidad está mucho más cerca de lo que pensamos y nada tiene que ver con que te toque la primitiva o con llevarte a la cama a una super modelo de escasas curvas.
Puede que mañana transcriba ese relato, creado con los seis dados que aparecen en la imagen y os deje juzgar a vosotros mismos si fue malgastar tiempo y vino o si por el contrario, mereció la pena.

domingo, 20 de agosto de 2017

Pecho blasonado.

Fueron tiempos de noches bandoleras, tiempos en los que tu y yo encontramos la forma de ir siempre al compás. Pero aquellos tiempos pasaron y ahora, son otras las palmas que te ponen a bailar.
Pero me da igual, porque era algo que siempre tuvimos muy claro los dos, yo no era el elegido para hacerte feliz y no sabes cuanto me alegro de tu buen ojo y tu acierto para encontrar al afortunado.
Y cada vez que te veo me regalas una sonrisa, un abrazo y, un recuerdo de aquellos tiempos donde "Los delincuentes" acompañaban nuestras andanzas y nuestras ganas de comernos la vida sin necesidad de protector gástrico alguno; en todo caso de un gin tonic digestivo y refrescante.
Siempre nos quedará Valladolid y siempre recordaré aquella semana del Teatro y las artes de calle en la que descubrimos que seríamos amigos el resto de nuestras vidas.
Tu eras preciosa, casi tan bonita como en la actualidad y yo era joven, casi tan joven como quisiera ser hoy. Recorrímos la ciudad de un lado a otro disfrutando de cuanto espectáculo encontramos a nuestro paso y participamos de ellos en la medida de lo posible.
Cientos de artistas llenaban las calles de esta ciudad condenada a vivir el eterno tópico de la frialdad y los extremos pero la nota de color más hermosa, la ponían las decenas de miles de personas que durante esa semana olvidaron que Valladolid era en realidad una ciudad de provincias en Castilla la vieja y, la convirtieron en la mezcla perfecta entre Granada y Barcelona, haciendo de la miscelánea y la fusión, un estandarte bajo el que desafiar a las huestes enemigas que siempre señalan con el dedo.
Yo tocaba el djembe, el cajón flamenco y la darbuka, sobre cualquier barra donde hacernos con una caña fresquita e incluso con un "cachi" de cerveza, con el que apagar el fuego del cansancio y engañar a las secuelas de más de una noche sin dormir.
Nos divertíamos de forma amable e inocente, haciendo de la música una seña de identidad y de la ilusión, la prenda con la que protegernos del sol de mayo que en esa ocasión, llegó más florido y hermoso que ningún otro año. Fuiste, eres y serás, la rosa más bonita y delicada que aromatiza los días grises con su fragancia.
Bailamos, reímos y bebimos hasta que el estómago nos advirtió de que debíamos arrojar algo al depósito, sino queríamos quedarnos tirados en medio del trayecto. Y entonces tuve la lucidez para generar sinergias entre tu y la mujer de los ojos más verdes que me han mirado nunca. Y nos invitó a comer con ella. Y durante unos minutos maravillosos, compartí mesa, delicias y cariño con dos de las almas que sé que siempre me enriqecerán, aportando cariño y fortaleza a la mía.
Con el café de media tarde tuve que decirte hasta luego, porque jamás te diré adiós. Me abrazaste y me besaste y en tus preciosos ojos azules pude descifrar el secreto para estar siempre juntos aunque nos separasen cientos de kilómetros, de circunstancias insalvables y de promesas de amor  eterno  entregadas a terceras personas.Era algo tan obvio que por unos segundos me maldije por no haberlo sabido ver a tiempo. Me querías y te quería, me quieres y te quiero pero de esa forma que nada tiene que ver con lo que abarrota salas de cine o páginas de novelas rosas. El nuestro es un amor que bebe de la fuente de la amistad más sincera. Han pasado más de quince años desde aquel T.A.C, muchas mujeres y demasiadas mentiras y decepciones pero tu y el afortunado hombre al que entregaste la porción más grande de tu corazón, habéis permanecido junto a mi en el interior de mi alma y, en esa especie de cajón de sastre en el que se ha convertido mi dañado cerebro. Os ganasteis vuestro lugar allí por derecho y cada vez que volvemos a cruzar las miradas, me obsequias con un recuerdo de aquellos divinos tiempos pasados.
Por eso tengo cada vez más claro que hay imágenes que no se pierden nunca, porque se graban a fuego con el hierro del sentimiento más profundo.
Dentro de mi pecho, llevo el escudo con vuestras iniciales blasonado con un sol en esmalte dorado sobre banda  verde esperanza.

viernes, 18 de agosto de 2017

A las cinco en punto de la tarde

Esta entrada se la dedico con todo el cariño y con el abrazo más grande y cálido posible desde la distancia a Elena, Zeroide, Olga, Isaac y todos las personas que me leen desde Barcelona.
Fuerza y honor.

El agosto en Barcelona es mucho más soportable que en otros lugares donde Khaled ha vivido. Aquí corre una brisa mediterranea que atenúa las temperaturas estivales y que hacen que su trabajo en el puerto resulte incluso agradable.
Khaled lleva menos de un año viviendo en la ciudad condal y llegó a ella como otros tantos, huyendo de la barbarie de los que dicen actuar en nombre de un Dios y una religión que nada tienen que ver con sus atroces acciones.
Llegar no fue fácil en absoluto y Khaled perdió demasiado por el camino, incluso a su hija de tres años, que no pudo agarrarse bien a sus hermano mayor, cuando una ola sacudió con fuerza la patera en alta mar. El Mediterráno se ha convertido en una inmensa y poblada fosa común donde de vez en cuando algún apesadumbrado refugiado se acerca a arrojar flores y lágrimas en memoria de los suyos.
Cuando consiguió llegar a Barcelona, los miembros de una ONG le ayudaron a instalarse junto a su mujer y su hijo Yusuf, de siete años. También le consiguieron un trabajo temporal en el puerto de la ciudad, colaborando en las tareas de limpieza de los pantalanes donde atracan las embarcaciones de recreo. Lo que iba a ser un contrato de pocas semanas, se ha convertido en un contrato indefinido, dada la satisfacción de los jefes con su esfuerzo diario y al fin ha conseguido alquilar un pequeño piso destartalado en un barrio de la ciudad y ha instalado a su familia en él. Yusuf ha sido escolarizado por los servicios sociales de la Generalitat y este mismo septiembre comenzará el curso en un colegio público cerca del nuevo hogar.
La vida parece sonreirlos al fin, después de tanta angustia y tanta muerte.
Abandonaron Siria al ver que cada día aumentaba la locura y la sinrazón y que se comenzaba a ajusticiar a pacíficos ciudadanos acusados por los radicales de las estupideces más injustificables.
Khaled dejó allí la casa que heredó de sus padres y su profesión como profesor de formación profesional en la rama de electricidad. También dejó sus amigos, sus recuerdos y sus ilusiones de un futuro feliz junto a su amada esposa y sus hijos. Pero en Barcelona había recibido una segunda oportunidad y pensaba aprovecharla.
A as cinco en punto de la tarde, sonó la sirena que anunciaba el fin de la jornada laboral y se apresuró a salir en busca del bus urbano que lo dejaría en la rambla de Cataluña, donde habría quedado con Ruth y con Yusuf para dar un paseo y tomar un helado.
Eran las cinco y veinte cuando divisó entre la multitud de turistas a su mujer que llevaba a Yusuf cogido de la mano para evitar que se extraviase entre el gentío que pululaba por las ramblas como cada tarde de verano.
Khaled se encaminó hacía a ellos sonriendo y pensando en lo bonita que está Ruth vestida de blanco. En el instante en el que se detuvo frente a un semáforo, vio venir una furgoneta blanca a velocidad excesiva que hizo caso omiso de las señales. Entonces comenzó la pesadilla.

lunes, 14 de agosto de 2017

Una yegua para el último viaje.

Cuando Megara extrajo el acero del vientre del legionario romano a quien acababa de atravesar de parte a parte, defendiendo a su pueblo del asedio de las tropas que envió Pompeyo, no pudo esquivar  la jabalina que arrojó con fuerza y excelente puntería un decurión de sangre cartaginesa,  alcanzándolo en el pecho y  traspasando su delgada coraza de cuero para terminar taladrándole el corazón.
El caudillo numantino cayó de espaldas sobre los centenares de cuerpos que se apilaban en los nevados campos que rodeaban la hasta ahora inexpugnable ciudad.
Al término de la refriega, cuatro guerreros  recogieron su cadaver del suelo y lo transportaron sobre un escudo hasta la orilla del Tera, donde se celebraría la ceremonia de despedida y todos entonarían cánticos sobre sus azañas.
Pero aún no había llegado su hora. Una vez lo hubieron depositado en el suelo, junto a la pila funeraria, Megara se percató de la presencia de una hermosa yegua que pastaba junto a él y antes de que nadie se diese cuenta, abandonó el lecho mortuorio y agarrándose a las crines del noble animal lo montó de un salto y lo puso al galope.  
La yegua lo sacó de su propio funeral y lo llevó hasta un lugar donde todo parecía en paz. Era un valle de verde vegetación situado entre un río y un macizo montañoso. Al llegar junto al frondoso sauce que se levantaba en medio de la era central de aquel bucólico paraje, la yegua se arrodilló para que desmontase con comodidad.
Megara se percató de que en el musculoso cuello de la yegua, alguien había marcado un nombre a fuego, Epona.
Megara lo entendió en el acto. Como rezaba la creencia de su pueblo,la yegua Epona lo había trasladado hasta el paraíso que le tenían reservado los dioses para que viviese para siempre.
El congelado aire íbero hizo que recordase que tan solo lo cubría una túnica blanca y sintió frío. Entonces se percató del humo de lo que debía de ser una hoguera y en efecto, tras andar unos cuantos pasos y adentrarse en aquel paraje, descubrió a un grupo de hombres y de mujeres que se calentaban junto al fuego y que estaban asando tiras de carne sobre las brasas reservadas de la hoguera para tal fin. Aquellos que antes que él, se habían ganado el paraíso, lo recibieron con cariño y respeto y en el acto se sintió uno más de aquella pequeña y selecta comunidad. La bella y simpática mujer que hacia las veces de líder, le presentó rápidamente a todos, comenzando por su propio esposo,un amable numantino que se esmeraba en que la carne para la cena estuviese en su punto. Megara saludo cortesmente, llevándose la mano al lugar donde otrora latiese su corazón e inclinando al cabeza en señal de obediencia y respeto a los designios de la diosa Ataecina y de Vaelico y el resto de los dioses.
Aquella comunidad, estaba compuesta por miembros de diferentes núcleos familiares entre los que pudo apreciar que los hombres debían de haber sido guerreros de gran valentía y, las mujeres hermosas doncellas de corazón resuelto y caracter fuerte. Había también un bardo vikingo que debió llegar hasta el río que delimitaba el lado norte del paraje, equivocando la travesía hasta su walhala y recayó allí permitiéndosele  vivir junto a los demás, en el interior del castro construido por los bravos numantinos. Estos  respetaron una hegemonía constructiva, en la que la piedra y la madera, eran los únicos materiales con los que levantaron las viviendas.
Sin duda un lugar tan especial, tan hermoso y tan bien provisto de todo lo que un hombre necesitaba para ser feliz, era el paraíso prometido por los sacerdotes y las sacerdotisas antes de entrar en combate.
Tres  amables y acogedoras hermanas, tan hermosas como distintas entres si, que habían llegado allí junto a su madre siguiendo  la senda que marcó su padre, le explicaron que todos consideraban ese castro como un espejo de sus vidas pasadas. Este nuevo hogar era un espejo limpio y bruñido, carente de desgracia y de tristeza, de envidia y de odio,  por lo que la comunidad había decidido llamar al castro, Specchio Tero. 
Megara supo que sería eternamente feliz y aceptando el cuerno con vino de su propia cosecha, que le ofreció un numantino de larga y poblada barba, bebió un trago que le calentó y le alegró el espíritu y el alma.


miércoles, 9 de agosto de 2017

Pirómano practicante

Necesito un pecho ignífugo para albergar este condenado músculo  incandescente, que no cesa de acumular grados centígrados y de quemar lo que me queda de alma. Estoy harto de vivir abrasando el entorno con la lava de mis lágrimas y cubriendo de cenizas los recuerdos de viejas historias de amor, de mujeres que me juré no olvidar nunca y de noches de pasión que se convirtieron en una noche más.
Siento algo dentro que me quema y me da miedo pero no es ninguna amante de fuego; es este puto corazón defectuoso, que experimenta la más salvaje combustión espontánea, cada vez que una mujer me susurra al oído que me quiere, mientras me acaricia la nuca o el pecho.
Y lo peor de todo es cuando siento que ya no hace calor dentro de mi. Cuando ni tan siquiera necesito quitarme la chupa de cuero al reconocer su rostro entre la muchedumbre, cuando todas las sonrisas con las que me cruzo me dejan helado. Está claro que de alguna manera, necesito que el volcán de mis sentimientos entre en erupción y sufrir lo indecible y sonreir al ver como la piel se va llenando de ampollas y de quemaduras de amor de tercer grado.
Igual es que soy algo más que un apasionado de lo vivido contigo. Igual soy algún tipo de enfermo o de monstruo que necesita, disfruta y se alimenta de las llamas.
En cualquier caso no lo entiendo, no me entiendo, no  lo entienden, no me entienden.
¿Y ahora qué? Ahora volveré a llenar folios con versos y textos altamente inflamables y  potencialmente peligrosos.
No sé porqué coño tuviste que mostrarme lo que era esto. Porqué tuviste que descubrirme lo que se experimenta al amar de verdad y al sentirse amado. No sé porqué al tomarte por primera vez, sentí que besaba a Dios en los labios, convirtiéndome en un adepto a tu doctrina y a tus enseñanzas, en un devoto de tu cuerpo desnudo, en un convencido creyente de la única verdad que le daba sentido a mi vida.  No sé porqué coño me bautizaste en tus húmedos recovecos, para luego marcharte y hacerme renegar de ti.
Pero te me apareces una y otra vez en el cuerpo y en la boca de otras mujeres, devolviéndome la fe.
Te amo y te odio. Te echo de menos y no quiero volver a verte nunca. 
Añoro tu magma. Añoro alcanzar el punto de ebullición y convertirme en vapor de ti mientras te desnudo.
Por favor, no dejes que se me congele el pecho.

sábado, 5 de agosto de 2017

Señales

La agente Muñóz puso un folio con membrete oficial en la máquina de escribir y se dispuso a tomar declaración a la denunciante. Nunca le gustaron los ordenadores  aunque sabe que la suerte de su vieja Olivetti es la crónica de una muerte anunciada.
Para quitarle frialdad y dureza al momento, extrajo un smint de menta del envase y se lo ofreció a la nerviosa mujer que se sentaba frente a ella tratando de contener las lágrimas. La agente Muñoz no tenía aún demasiado claro si ese llanto inminente se debía a la situación, o al dolor que le producían las heridas que seguramente le dejarían señales de por vida en el rostro. Y en el alma.
-Cuando usted quiera, señora Brontecha. No tenemos ninguna prisa. Tómese su tiempo y procure no olvidar ningún detalle, por nimio que le parezca. Tenga en cuenta que está será su declaración oficial a efectos legales. Pero no se preocupe. Estad usted a salvo y entre amigos y a partir de ahora, nadie volverá a hacerle daño. Empiece por el principio.-
La señora Brontecha pidió permiso para fumar y al serle concedido, encendió un cigarrillo, evidenciando aun más su estado de nervios con el temblor de las manos y del pitillo entre los labios,
-No es la primera vez que me pega pero nunca se le había ido tanto la mano y además siempre se había disculpado en el acto, rompiendo a llorar de inmediato y jurándome que no lo volvería a hacer, que no sabía lo que le había pasado para llegar a golpearme y todo eso.-
-Claro, claro. Típico- dijo la agente Muñóz.
-Mi marido nunca fue de los malos, simplemente la vida no se portó bien con él.-
- La vida no es fácil para nadie, señora Brontecha. Eso no es excusa para hacer daño a la persona que supuestamente se ama. Si todos los hombres que pierden el empleo, que no consiguen sus aspiraciones, que fracasan en los negocios o que tienen que despedirse de seres queridos pegasen a sus parejas, no habría espacio en las cárceles para tantos presos.-
-Ya, eso es verdad- balbuceó la demandante- pero mi César siempre me quiso, de eso no me cabe duda. Lo que pasa es que tiene un problema con los canutos y a veces fuma tantos que pierde el control. Unas veces le da por reírse de todo y por ver la vida de color de rosa y otras, cada vez más, se pone como un histérico y le encuentra lo malo a todo.-
-¿Habia fumado cannabis o bebido alcohol esta mañana antes de los hechos?-
-Si, como todas las mañanas. Cuando se despierta y mientras sale el café, se prepara su primer porro.-
-Haremos constar que estaba bajo los efectos del cannabis y que es consumidor habitual. Lo que me preocupa es que si encuentra un buen abogado, intentarán utilizar esto como eximente. Pero cuando el juez o la jueza que lleve el caso, vea los informes médicos, no creo que vaya a ser demasiado clemente con él. Los puñetazos y bofetones son una cosa despreciable de por si pero el haberle pateado la tripa en su estado y jugando con la vida del feto, lo presenta como el monstruo que es. Gracias a Dios los vecinos nos llamaron a tiempo y el doctor que le ha realizado las exploraciones y las pruebas de todo tipo en urgencias, ha descartado ningún mal en el niño. Es usted una mujer muy valiente y muy dura. Esa fractura de las dos primeras falanges del dedo meñique en la mano derecha, es el resultado de haber tratado de proteger a su hijo intentando detener las patadas.- La agente Muñóz, con disimulo,  se fijó un poco mejor en la señora Brontecha. Era una mujer realmente atractiva y de apariencia frágil pero con los redaños suficientes para haber hecho frente a su maltratador y para no dudar en interponer la denuncia. Esto último por desgracia no es muy habitual y al final, tanto va el cántaro a la fuente... Cada día aparece una nueva víctima de violencia de género en España y el maltrato se ha convertido en la pandemia del sigo XXI.
-Cuando le dije que mis padres querían que el pequeño naciese allí, en León, casi le da un ataque. Comenzó a insultarme y a insultar a mi familia,que siempre lo ha tratado como a uno más y arremetió con todos, uno por uno. Cuando le tocó el turno a mi hermana gemela y comenzó a decir que era una puta, lo mandé callar y entonces me pegó el primer puñetazo. Mi error fue devolvérselo con tanta rabia que le hice perder el equilibrio durante un segundo y eso fue la gota que colmó el vaso.-
-Entre usted y yo, señora Brontecha, ojala le hubiese roto el tabique y le hubiese marcado de por vida también a él.- La agente Muñóz se dió cuenta en el acto de que debía guardarse esas opiniones para si misma pero se justificó interiormente pensando que era nueva en este destino y que ella provenía de una unidad operativa en el barrio más chungo de su Sevilla natal, donde las mujeres han tenido que aprender a pelear con las manos, con objetos contundentes y con armas blancas para que sus maridos, sus chulos o sus camellos y clientes, no terminen rajándolas a la primera de cambio.
-En cuanto recobró el equilibrio los gritos, los insultos y los golpes subieron de intensidad y al caer del cabezazo que me dió en la ceja, tuve que hacerme una bola en el suelo para que no me reventase la tripa a patadas. Estuvo golpeándome hasta que sus compañeros llamaron a la puerta y por lo histérico de mis gritos y mis lloros, sé que sino llega a abrirlos, hubiesen echado la puerta abajo.-
-No lo dude, señora Brontecha. Ni una más. Basta ya. En el cuerpo tenemos muy claro que se van a acabar las contemplaciones y que a todos esos que matan a sus parejas y luego se suicidan, les ofreceremos la posibilidad de que se suiciden antes de asesinar a nadie. Vamos a ver si entre todos, policías, jueces, políticos, periodistas y demás, conseguimos de una vez que esta barbarie comience a remitir.-
La agente Muñóz fechó , selló y firmó la declaración de la señora Brontecha, le pidió que estampase su rúbrica bajo a su nombre competo y su número  de D.N.I y tras comprobar que todo estaba correcto, hizo tres copias y le entrego una.
Al despedirse de la señora Brontecha, tuvo que afinar a la hora de darle los dos besos de rigor en las mejillas, pues entre vendajes y puntos de sutura en cejas, nariz, labios y pómulos, la pobre parecía el Ecce Homo de Borja, después de la famosa y tan bien intencionada como desafortunada restauración.
Al poner la denuncia, la mujer que prestaba declaración se había ido envalentonando y había tomado conciencia real de los hechos y de su derecho a ser feliz y a no soportar los golpes de nadie. Un día más, la agente Muñóz se fue a casa con la satisfacción del deber cumplido.

miércoles, 2 de agosto de 2017

La entrada a tu historia

La rubia y elegante mujer que llegó a la taberna del puerto de Barcelona acompañada de un hombre de mirada huidiza y esquiva, se acercó a la barra y pidió una botella de vino del Penedés y dos vasos. Cuando la tabernera sirvió lo que le había pedido, pagó con una moneda de plata que sacó del minúsculo bolso que llevaba colgado del brazo y, con un gesto de elegancia, encendió un  cigarrillo americano con filtro y aspiró con delicadeza y clase una primera calada tan profunda e intensa como su mirada.
El hombre que había entrado con ella se encargó de servir el vino en los vasos y cuando ella exhaló el humo, le entregó uno de ellos y alzó el que había tomado él, en un brindis silencioso al aire. Ella imitó su gesto manteniendo su mirada y antes de llevarse el vaso a los labios, le dedicó la más tierna y cariñosa sonrisa.
-Sabes que te quiero más que a mi vida, Elena. Y mi corazón no soporta escucharte llorar por las noches, cuando la nostalgia te atrapa y te transporta hasta la mansión de tu familia en Cantabría.-
-Mi casa estará siempre donde estés tu y  aunque a veces al caer la noche, la memoria me traiga el olor de la hiedra de la fachada del caserón  y del salitre del cercano Cantábrico, esos olores ya no me evocan los años felices y despreocupados de mi infancia,sino el día en el que mi padre decidió que no podía  amarte por haber nacido en un hogar humilde. Ese humilde hogar tuyo distaba mucho del mio, con cuadras, enormes salones con chimeneas y con amplios escalones hasta una puerta de entrada, que lejos de hacerte entrar en mi familia, se convirtieron en mi huida del hogar y en la entrada a tu historia. El único sentido de mi vida eres tu y lo mejor que he hecho a lo largo de mi existencia, ha sido renunciar a que mi felicidad y mi amor, se midan en posesiones terrenales y en nobles apellidos.-
El hasta ese momento hombre de tímido y reservado aspecto, pareció experimentar una transformación motivada por el arrebato de sinceridad de su pareja y tomándola de la mano, se arrodilló frente a ella y clavando en el bello rostro femenino, sus azules pupilas, le dijo entre suspiros,
-Elena. Aunque tu familia termine dando con nosotros y llevándome ante la justicia con cualquier pretexto, no me arredraré ante el apellido Busquets y si quieres hacerme el hombre más feliz de esta España convulsa y peligrosa,  cásate conmigo y comparte para siempre mi suerte, mi ilusión y mi corazón, que es tuyo desde el primer momento en el que cruce la mirada contigo.-
La rubia belleza de noble origen, se arrodilló frente a él y lo besó apasionadamente, entregando de esta forma su consentimiento y consiguiendo al hacerlo, que el corazón del otrora tímido enamorado, latiese desaforadamente.
En ese momento, el puerto se llenó de alboroto y ruidos de trifulca, pues una vez más, las dos Españas ocultas bajo nuevas siglas, volvían a medir fuerzas junto al Mediterraneo.

lunes, 31 de julio de 2017

Dias de hidromiel y rosas.

El nuevo jefe de los guerreros del norte tensó el arco, apuntó con esmeró y cuando creyó tener el blanco fijado, hizo un gesto con la cabeza a su lugarteniente y este prendió la flecha que iba a ser disparada. La saeta en llamas trazó un dibujo perfecto en el cielo de la noche de tierra de Campos y cayó sobre la pequeña embarcación que haría las veces de pira funeraria para entregar a Odin las cenizas del valiente guerrero muerto en combate la noche anterior.
Johansen había caído bajo el hacha de una de las diabólicas guerreras vándalas que acompañaban siempre a sus hombres a la batalla. El guerrero del norte, movido por sus principios bajó la espada ante su asesina al ver que era una mujer, negándose a derramar  sangre femenina pero ese error fatal,motivado por sus escrúpulos, le terminó costando la vida.
La hoguera que devoró rápidamente su cadáver y se adueñó de la nave que flotaba en aquel río a su paso por la región bética denominada "Tierra de campos", cumplió su cometido como medio de transporte y entregó el alma de Johansen en las puertas del Walhalla, donde Nuria, la más hermosa de entre las Valkirias, lo recibió para comprobar si era digno de ser llevado ante  Odín.
Cuando Johansen se percató de la presencia de Nuria y del lugar donde se hallaba, rodeado de las más curiosas flores bajo un inmenso cielo azul, de primeras achacó todo aquello al exceso de hidromiel junto a sus compañeros de armas pero entonces recordó la batalla y a aquella guerrera escuálida y morena que no dudó en aprovechar su condición para propinarle un hachazo en mitad del pecho, alcanzando su corazón y rompiéndolo en dos. Había muerto y aquella mujer de impresionante hermosura, no debía ser otra que una de las hijas de Odín, una Valkiria. Ella le sonrió y apoyando la mano derecha en la empuñadura de la espada que llevaba colgada de las caderas más perfectas que Johansen había visto a lo largo de su vida, le dijo: -Bienvenido, guerrero. Aquí empieza tu verdadera vida junto a mi padre, mis hermanas y todos lo mortales que como tu, cayeron con honor. Tan solo hay un requisito para que flanquees las puertas del paraíso. No tendrás que medirte conmigo en singular combate, no te preocupes pues yo soy la fuerza del brazo de Odín y tu no eres más que un capricho de mi padre para poblar una de sus creaciones.-
-Entonces, bella Valkiria- dijo Johansen con el renovado corazón a punto de salirse del pecho.- ¿Qué debo hacer? Pide y sea lo que sea, lo haré en el acto o moriré de nuevo en el empeño.-
La Valkiria sonrió sabedora de la determinación del rubio guerrero y desde su femenina condición, barajó diversas pruebas a cual más arriesgada, pero entonces decidió que lo que le permitiría el paso a la eternidad de gloria y felicidad, no sería su bravura en el combate ni la habilidad con el acero. Clavando su mirada en los azules ojos del sonriente guerrero, le dijo -Johansen, no dudo de tu valor en combate y larga es la lista de tus probadas hazañas pero en este lugar hay que ser también ágil con otras armas además de con la espada. La palabra es un arma afilada y de mortífero efecto si no se emplea adecuadamente. Tendrás que recitar un cantar que hable de la belleza del Wahalla y de la gloria de mi padre, Odín.-
Entonces Johansen pensó unos segundos, se fijo en lo increíblemente bello del rostro de Nuria y comenzó así:
"El nuevo jefe de los guerreros del norte tensó el arco, apuntó con esmeró y cuando creyó tener el blanco fijado, hizo un gesto con la cabeza a su lugarteniente y este prendió la flecha que iba a ser disparada..."

domingo, 30 de julio de 2017

Entreabierta

Se abrochó la cazadora hasta arriba, comprobó que se había puesto bien el caso, giró la llave de contacto de la moto, aceleró unos segundos en parado y cuando consideró que era el momento, salió de allí como alma que llevaba el diablo. Una vez más, había escapado corriendo. Una vez más se había vuelto a equivocar de mujer y una vez más, esa nueva mantis religiosa, mimetizada bajo una forma voluptuosa y excesivamente atractiva con la que había pasado la noche, se  había frotado las patitas ante el suculento desayuno que encendió un cigarrillo en ayunas junto a ella, sin saber que en breve lo devoraría por completo.Pero en esta ocasión él fue capaz de intuirlo y cuando advirtió aquel brillo maligno en su mirada y aquella exploración golosa en sus caricias, apagó el cigarrillo, saltó de la cama, se puso los vaqueros y la camiseta a toda prisa y, con el resto de sus pertenencias bajo el brazo, se despidió con un "ya coincidiremos por ahí" y abandonó la madriguera del lujurioso monstruo.
Mandaba cojones ser el eterno enamoradizo y no dejar de confundir las cosas una y otra vez, atesorando fracasos y disgustos en el cofre herrumbroso y desvencijado en el que se había convertido su pecho. 
Debieron haberlo maldito a los quince años, cuando probó los primeros labios de mujer y descubrió en ellos esa promesa de vida eterna, ese paraíso hecho realidad en la tierra. Obviamente comenzó errando. Confundió el infierno con el paraíso y con cada mujer de la que se enamoró perdidamente, recorrió uno de los círculos que describió Dante en "La divina comedia". Pero así y todo, con el corazón partido y el alma llena de parches, no renunció al amor y siguió buscando la luz en los ojos de una mujer. Craso error. La única luz que podría alumbrar su camino y ayudarlo en la búsqueda, era la de sus propios ojos cuando se retirase el vendaje que los cubría desde aquel primer beso en la adolescencia.
Mientras bajaba a la carrera los escalones de los cinco pisos que lo separaban de su medio de escape, Iván terminó de concederse la oportunidad de no volver a errar. Entendió al fin que para conseguir encontrar a aquella con la que llevaba soñando toda la vida, lo único que tenía que hacer era dejar de buscarla y comenzar a buscarse a si mismo, dado que hacía ya mucho tiempo que se había perdido.
Satisfecho de su nuevo objetivo en la vida, que no era otro que aprender a amarse sin reservas, apuró el giro en una rotonda y tumbó la moto, llegando a rozar el suelo con la rodilla, como los pilotos de los  campeonatos que veía de vez en cuando por televisión. 
Había perdido el miedo. El miedo a la muerte, el miedo a las mujeres, el miedo al amor, el miedo a conocerse, el miedo a estar solo. Se acabaron los miedos.
Cuando aparcó la moto en el garaje de su casa y accedió a la vivienda por la puerta trasera, entreabierta como su herido corazoncito, su gato se acercó a recibirlo adoptando el rol de compañero vital.
-¿Sabes una cosa Gatete?- dijo mientras le acariciaba el lomo.- Creo que vamos a ser muy felices tu y yo. Ya no tendrás que compartir la cama con ninguna otra humana, al menos de momento. Y el día que tengas que hacerlo, será para el resto de nuestras vidas. De las siete.-
Arrojó el casco y la chupa sobre el sofá del salón, se preparó un café con leche, poniéndole a su gato un poco de ese blanco néctar en un cuenco, eligió un libro de una estantería abarrotada de ejemplares, entre los que se encontraban un par de ellos de su propia cosecha, conectó el aparato de música donde sonó el disco del grupo de un amigo y empezó a ser feliz. Y a quererse.

jueves, 27 de julio de 2017

Mejor, del tiempo.

Había escuchado mil veces la frasecita esa de que la venganza es un plato que se come frío. Pero como nunca fui de los que tienen paciencia, decidí que sabría mucho mejor del tiempo, así que opté por seguirlo con disimulo hasta la casa baja en las afueras, donde se oculta del mundo y una vez que comprobé que no había moros en la costa, me colé por una ventana mal cerrada y lo encontré en la cocina, preparándose un café.
Cuando se volvió sorprendido al notar mi presencia, su cara fue un poema y hubiese pagado lo que fuera por haber podido grabar la expresión de sus ojos. Tenía miedo. Sabía que iba a morir. Él, que jamás dudó ni le tembló la mano para cometer sus infamias, se puso a temblar como una rata acorralada por una pitón.
No sé de donde coño sacó el valor para arrojarme a los ojos el humeante contenido de la taza pero lejos de conseguir su objetivo, tan solo me manchó la chupa de cuero y las gafas de sol. Fue entonces cuando le asesté la primera puñalada en el pecho. No voy a negarlo, disfruté al hacerlo. Fue un éxtasis emocional, una catarsis de dolor acumulado, un desahogo salvaje. Cayó de rodillas y balbuceó algo parecido a una súplica. Pero me conocía bien y sabía que a diferencia de él, yo soy un hombre de palabra y cuando tomo una decisión, nadie puede hacerme cambiar de parecer. Por eso le asesté otra puñalada en la mano que había levantado suplicante y, al atravesarla, debí seccionar alguna vena, porque comenzó a sangrar como un cochino en día de matanza. y gritaba igual, así que le rajé un poco la garganta para que no pudiese hacerse oír por nadie. Pero no quería que muriese ni que perdiese el conocimiento.No todavía. Utilicé lo aprendido en los cursos de primeros auxilios y le hice un vendaje de urgencia con un trapo de cocina. De esta forma, no se desangraría rápidamente y podría disfrutar un poco más de mi venganza. La ocasión lo merecía.
Me incliné sobre su cuerpo caído y até sus brazos con el mantel sucio y arrugado que cubría la mesa junto a la puerta de la despensa. Una vez lo tuve inmovilizado, me ensañé con mucha calma y precisión cirujana.
Lo primero que hice fue rajarle las comisuras de los labios y las aletas de la nariz. Me deleité con las sonidos guturales que pretendían ser gritos de dolor y de pánico. Con mucha delicadeza y no cierta repulsión, le extraje el escroto bajándole el pantalón y lo seccione de un único tajo, como el que castra a un becerro. Asegurándome de que podía ver lo que hacía, introduje sus partes en una cazuela con restos de sopa que encontré sobre la vitrocerámica y las puse a cocer. Recé para que no perdiese el conocimiento y poder hacerle beber un par de tragos.
Lloraba a mares. No merecía otra cosa. Más había llorado yo cuando me destrozó la vida y me arrebató todos mis sueños y todo lo que amaba. 
Durante un par de semanas había intentado perdonarlo e incluso había asistido a terapia y a grupos de meditación y de oración. pero a la mierda con todo eso. Acción, reacción. Acto, consecuencia. Si él se había portado como un asqueroso e insensible hijo de puta, yo no podía poner la otra mejilla. Ya no me quedaba espacio donde recibir golpes. 
Fabriqué un embudo con media docena de páginas del periódico que había sobre un estante y comprobé que el agua donde cocían sus testículos había comenzado a hervir. Así sería más doloroso incluso, pensé sonriendo. Le introduje un extremo del artesanal embudo en la boca y vertí por el otro parte del caldo de la cocción.
Su cuerpo se estremecía presa de las convulsiones y del sufrimiento Ciertamente la venganza es un plato delicioso y maridaba perfectamente con las dos botellas de whisky escocés que me había bebido para que no decayesen los ánimos.
Seguramente le quedaba muy poco de vida, por lo que antes de que se fuese al infierno, procedí a sacarle los ojos en un arrebato de crueldad desmedida. No pude hacer nada para evitar el desmayo ni para devolverle la consciencia, aunque lo intenté con sales y con agua fría. Al parecer ya estaba muerto. Se terminó la diversión.
Camino de mi habitación en el discreto hotel que contraté por internet con una cuenta de correo falsa,  sopesé las diferentes opciones que tenía por delante después de aquello y me decidí por la más socorrida. Compraría un billete para el país más recóndito al que pudiese llegar con un vuelo barato, sacaría toda la pasta de la cuenta de la empresa, a la que tenía acceso por mi empleo de administrativo de confianza y comenzaría de nuevo en otro lugar, en otra cultura y con otra gente. A diferencia de las películas, en la vida real los buenos no son tan buenos, son más como yo, con sus cosas y sus defectos y si se descuidan, pagan un precio más alto que el que pagan los malos.
Cada uno da lo que recibe. Luego recibe lo que da. Tarareando el "Todo se transforma" de Drexler me pegué una ducha a conciencia y me afeité con esmero.

martes, 25 de julio de 2017

Almas encharcadas

Pide que le sirvan otro whisky escocés y el camarero, en un gesto cómplice con el evidente dolor y la nostalgía del cliente, le llena el vaso hasta el borde y le sonríe al detenerse justo en el límite. Ivan no puede evitar pensar que seguramente vengan tiempos mucho peores aún y que cuando lleguen, lo encontrarán borracho, dormido, o vomitando las penas en el callejón de la trasera del bar de mala muerte, donde se esconde para poner el alma a remojo y para contarle a Paco, el camarero con ínfulas de psicólogo conductual, que la vida ha dejado de tener sentido, que ella se terminó marchando y que en su escala de valores, la sinceridad y la confianza han descendido varios peldaños.
No sabe que coño le ha pasado. No entiende porqué ha dejado de ser el Ivan que consiguió enamorarla con su ingenio y su simpatía y, tampoco alcanza a comprender  porqué ha abandonado de repente el puesto de joven promesa literaria de la ciudad, de gran esperanza blanca del relato y de heredero de las letras castellanas, como lo había denominado la siempre voluble y caprichosa crítica intelectual.
En este antro de toda confianza donde Ivan se sienta solo a beber, lo permiten fumar mientras pide una copa tras otra y por eso se siente como en casa. Enciende un pitillo con su viejo y golpeado mechero de gasolina y comprueba que tan solo quedan dos cigarrillos en el paquete que abrió después de comer. Ha vuelto a fumar demasiado. Antes, el tabaco y el alcohol eran algo meramente social. Fumaba y bebia en actos públicos, en eventos y en encuentros con amigos y con  mujeres  de las que siempre se terminaba enamorando como un colegial pensando que al hacerlo, conseguiría llenar el vació que sentía en el pecho. Pero lo que sucedía siempre, era que al abandonarlo todas como a uno de esos cachorritos que no se consiguen educar y que terminan siendo un estorbo,el vació se iba haciendo cada vez más grande, creciendo como "la nada" de La historia interminable  y arrasando con cuanto quedaba de fantasía e ilusión dentro de él. Hace poco menos de un mes, al despedirse de ella, comprendió al fin que algo no le funcionaba bien en la cabeza. "Exceso de severos traumas acumulados", dictaminó el psiquiatra al que recurrió en su desesperación y el diagnóstico se convirtió en otro de los interrogantes que hacían cola para estacionar en el siempre completo parking de su cerebro. No necesitaba más dudas. Con las que atesoraba desde su adolescencia tenía más que suficiente. No necesitaba sumergirse en nuevos enigmas que terminarían siendo razones añadidas para acabar con todo.
Había perdido las ganas de escribir. No había perdido el talento como comenzaba a rumorearse en su entorno y entre sus lectores habituales, que empezaban a cansarse del abuso de las temáticas tristes y deprimentes en las que culpaba de todos sus  males al amor. Únicamente  el talento se había empapado con las abundantes lágrimas que derramaba a diario y, flotaba prácticamente inservible junto a sus ilusiones y sus sueños por cumplir, en el enorme charco en que se había convertido su alma.
Apuró el vaso de un único, largo y melancólico trago, apagó el cigarrillo sobre su antebrazo derecho, aportando una nueva marca a las que a base de castigarse físicamente cada vez que estaba borracho le cubrían la piel tatuada y se despidió con  el pulgar hacia arriba, como un Cesar magnánimo ante la suerte de los gladiadores.
Al recibir la bofetada en el rostro del frío aire de la dura noche castellana, trató de al menos  respirar a pleno pulmón pero sus pulmones se habían convertido en otras piezas defectuosas de un cuerpo defectuoso y comenzó a toser convulsamente sangre y nicotina en desproporcionada medida. Pero eso ya no le preocupaba lo más mínimo. Habían dejado de asustarlo la enfermedad y la muerte. De hecho, su férrea educación católica y el miedo a defraudar a sus seres queridos y a ensombrecer su recuerdo, le impidieron apretar el gatillo del revolver que le prestó un amigo policía y que se llevaba apoyando en la sien noche tras noche desde hacía dos semanas.
Una vez más, le sonrió su famosa buena estrella y sus deseos se cumplieron de forma causual, que no casual. 
El despistado y aburrido conductor del autobús urbano de la linea uno, hastiado y adormecido por el  anodino trayecto que había realizado más de treinta veces aquel día, no acertó a distinguir a aquel tipo vestido de negro que apareció sin mirar de entre dos coches mal aparcados y sin poder esquivarlo ni frenar a tiempo,  lo atropelló.
La esquelas publicadas por la familia, los antiguos compañeros de trabajo y por su editora en diversos diarios de tirada local, regional e incluso nacional, hablaban de  su fallecimiento víctima de accidente. Ninguna, por bien redactada que estuviera, supo concretar que el verdadero y fatal accidente que terminó con la vida del triste escritor, no había sido otro que vivir.

sábado, 22 de julio de 2017

Alma de tango JPF




No es casualidad que este tango, Volver, formase parte de aquel espectáculo que tuve la suerte de llevar a escena con mi buen amigo, el pianista internacional, Oscar Lobete. Volver fue seleccionada como una de esas canciones para una noche en vela y Oscar revisó la partitura al piano y yo hice lo propio con la letra, de tal manera que utilizamos este hermoso tango para transmitir al público lo que realmente significaba para nosotros y porqué nos acompañaba durante muchas noches sin dormir.
Este formidable artista y yo, somos amigos desde hace poco más de veinticinco años y a lo largo de este cuarto de siglo, hemos compartido muchas alegrías y demasiadas penas, casualmente la mayoría de estas últimas, por amor.
Siempre he creído que la gente se une por afinidad y aunque me encanta el piano y mi formación universitaria es la de maestro de música, realmente lo que más nos ha unido siempre a este caballero y a mi, es la absoluta devoción por la mujer y por todo lo que nos aportan los "te quiero" al despertar junto a la persona amada.
Al final de este vídeo, Oscar me dice que hay que levantarse y que ya está bien de tropezar. Y tiene muchísima razón. Llevamos tropezando toda la vida y equivocando el camino que nos permitirá volver a donde queremos regresar, que no es otro lugar que ese que se encuentra exactamente junto a los labios de la mujer adecuada. Viajaremos juntos y aprovecharemos para tomarnos unos vinos por el camino y para convertir todo lo que nos sacude el alma en música y textos. Puede que un día no muy lejano, volvamos a salir  a escena para contarle al publico,que estaban todos los senderos mal señalizados pero que a base de preguntar y de seguir esa estrella polar que no es otra que la sonrisa de una amiga común, a la que ambos debemos mucho, conseguimos llegar a nuestro destino.
Mientras tanto, no se me ocurre mejor compañero de viaje, así que iré llenado la bota con un vino acorde a los brindis que nos esperan y la mochila de cuantos cigarrillos quepan, para fumar juntos sentados en los recodos de la senda con mejores vistas, porque la vida que a veces nos ha golpeado con dureza, aún tiene que mostrarnos los paisajes mas hermosos.
Quien a buen Olmo se arrima, la mejor sombra le cobija y nosotros nos hemos sentado a compartir el tabaco junto al más hermoso, fuerte y seguro de esos olmos.
Y nos quedan por escribir nuestras mejores canciones juntos. Nos quedan por conocer a las mujeres más especiales y a las que sabremos amar sin reservas, gracias al aprendizaje de dolor que ambos llevamos a las espaldas. Todo tiene un sentido y las cosas nunca pasan porque sí. pasan porque tienen que pasar y de ellas podemos aprender para no repetir errores del pasado y acercarnos más a nuestros objetivos. Cada día los veo más cerca.
Vamos, amigo. Volvamos.

viernes, 21 de julio de 2017

Flores Nika

                                         
Al final y tras mucho insistir, Dios accedió a la petición de Nika, el ángel que llevaba milenios solicitando que se le permitiera abrir una sucursal del paraíso en la tierra y hacer algo para ayudar a aquellos hombres y mujeres que no encontraban sentido a sus vidas.
Nika se decidió por camuflar sus buenas intenciones tras  la inocente apariencia de una floristería y él mismo optó por tomar la forma humana de una mujer.
  Como no podía ser de otra forma, Nika se reencarnó en el cuerpo de una persona especial, educada en una familia donde el amor y los valores que el hacedor quiso otorgar a aquellos que creó a su imagen y semejanza, habían pervivido y alcanzado el grado de calidad suficiente, debido a que muchas generaciones de esa familia se habían esforzado en inculcarlos y mantenerlos con éxito.
En "Flores Nika" todos aquellos que entraban a encargar o comprar flores, se llevaban además la caricia que les abría los ojos, regalándolos una visión clara sobre la vida.
Cuando alguien entraba y con cierta vergüenza e incluso temor, solicitaba un ramo de flores para la persona amada, Nika incorporaba al ramo la cualidad de reconocer el amor verdadero y de comprender que ese amor, era el auténtico motor que haría avanzar los sueños y los proyectos.También aquellos que entraban ocultando las lágrimas tras unas gafas de sol a encargar una corona de difuntos, recibían una caricia de Nika en el alma y sentían el alivio de comprender que la muerte no es el final y que de una forma u otra, volverían a reencontrarse con aquel al que iban a despedir. A Nika le encantaba preparar flores para aquellos que habían comenzado a entender lo que significa la amistad, que no es más que el amor desinteresado e intenso que sienten las personas entre si y que al crecer, se convierte en un sentimiento carente de imperfección. Adornaba el ramo con las flores adecuadas, mucho verde esperanza y una cinta blanca simbolizando pureza e inocencia.
Todos los beneficios que comenzó a  dar la floristería se destinaban a proyectos sociales y a contratar a jóvenes, cuyas vidas no estaban resultando todo lo fáciles que deberían y, que necesitaban que alguien creyese en ellos y les diesen la oportunidad de demostrar que con la motivación adecuada, podrían llegar a donde quisieran.
Nika formó en botánica y floricultura a muchos niños perdidos a los que las circunstancias habían convertido sus vidas en eriales yermos que necesitaban ser regados con ilusión y belleza.
Con su enorme y perenne sonrisa y con las bendiciones ocultas tras las palabras de cada tarjeta que acompañaba a un encargo, Nika consiguió que la  parte de la humanidad que le había sido asignada consiguiera ver la vida en rosa.

martes, 18 de julio de 2017

Leyendas de aprensión

Esta noche es la noche. El ambientador de amapolas y lilas hace su efecto en el salón de casa, despejando del ambiente el olor de los calcetines de la suerte que decidió echar a lavar al despertar de la improvisada siesta de dos horas en el sofá. Los documentales de "pescaitos" de La2 son tan efectivos como tratar de ver el Tour o el Giro en posición horizontal despues de una comida copiosa. Es escuchar la melodiosa voz de  Cousteou y caer sonriente y baebante en los brazos de Morfeo. Introdujo una pastilla de suavizante en el tambor de la lavadora junto a los calcetines que le acompañaron a más de quince entrevistas de trabajo y que quería tener listos para el lunes, día en que haría su entrevista número dieciséis. Estamos saliendo de la crisis, el empleo está cada vez más accesible para un joven licenciado en una ingeniería superior, con tres idiomas, dos masters y siete publicaciones en revistas especializadas.Cuando consiga el empleo y logre independizarse, nadie podra pararlo. En la última entrevista de trabajo, para un puesto de responsabilidad como auxiliar de plancha en el McDonalds, sintió muy buenas vibraciones al ver la atención y el interés con que el encargado leia su cvs a todo color. A los pocos segundos, cuando el encargado encontró las gafas bajo un montón de cvs apilados sobre la mesa y se las puso, notó que el interés fue en aumento y el culmen de la expectación se alcanzó, cuando el encargado le dijo que sus meses de prácticas en los altos hornos de Vizcaya le serían de mucha utilidad. Además de un impresionante salario de ochocientos euros mensuales en doce pagas y con las vacaciones "por errateadas", como le dijo el empleado, le entregarían un uniforme completo, compuesto de calzado adecuado, pantalones y camisa a juego de rabiosa actualidad  y tocado informal pero elegante. También y como si de un agente de la CIA se tratara, le entregarían su tarjeta acreditativa de acceso. De uso personal e intransferible.
Se ducha como le enseñó su madre de pequeño, frotándose bien detrás de las orejas y en las "zonas delicadas". Mientras se seca con vigor, echa un vistazo a su imagen en el espejo y no puede evitar lanzase un piropo y ponerse ojitos. Se gusta. A ver si consigue gustarle a la chavala a la que ha invitado a cenar aprovechando que sus padres se han ido de turismo rural. En realidad se han ido al pueblo a ver a  la abuela pero dicho así suena mucho más sofisticado. El sumun de la sofisticación es decir cuando le preguntan por sus padres que se han ido de viaje a pasar unos días a Cauntry land (tierra de campos).
Se afeita con mucho cuidado para estar suavecito como el culo de un bebé, aunque ha decidido evitar esa expresión en público para que nadie le tome por un pervertido o un pederasta.
Un buen amigo le enseño un truco infalible ( infalible para su amigo que mide metro noventa y tiene los ojos verdes) consistente en después de echarse el desodorante y su colonia habitual, aplicarse unas gotas de "Nenuco" o "De nenes" en el pecho,la ingle y las nalgas, para conseguir enternecer olfativamente a cualquier mujer ante la que se desnude. Una vez haya superado el habitual ataque de risa, claro.
Se pone sus mejores vaqueros (los que no están rotos por los muslos) y una impresionante camiseta de Terminator con la expresión "Sayonara, Bamby"serigrafiada, que le da un toque agresivo pero dulce al mismo tiempo. Pone la mesa en la terraza con la intención de cenar a la luz de las estrellas pero claro, siendo el piso de sus padres  un tercero interior, en vez de disfrutar de las estrellas, disfrutaran de las ventanas iluminadas en el patio de luces de la comunidad. Da igual, la intención es lo que cuenta.
No ha querido jugársela a improvisar platos de cocina minimalista ni nada de eso, esto es una cita romántica, no Master Chef y ha optado por lo seguro. ¿Qué tía no se derrite ante la comida oriental que dice mucho de lo aventurero y viajado de un hombre? El del chino de la esquina le ha dicho que estaría allí en veinte minutos. De no haber llamado hace casi una hora sería todo perfecto.
Llaman al telefonillo. Comprueba que tiene la bragueta subida, pone un disco sugerente en el equipo de música y abre la puerta sonriendo seductor.
El repartidor de Hog Kong pasa de los boleros de Los Panchos y de su sonrisa, le entrega una bolsa de plástico bastante grasienta y tras cobrarle una fortuna por dos rollitos de sobras y una ración de "venerable anciano con aloz" se pira por donde ha venido.
El enamorado e impaciente Iván, se gira y cierra la puerta de una coz, con tan mala fortuna que escucha el "crok" que hace la nariz de Carolina que iba a llamar con los nudillos en ese mismo instante. Mientras le pone un algodón para cortar la hemorragía, aprovecha para que note que además de un avezado karateca, es también un socorrista cualificado. Lo que viene siendo el hombre perfecto.
El chino les ha regalado una botella de sake y la saca a los postres para comenzar un ritual de alcohol y sexo. Y en efecto, cuando Carolina se despide porque tiene que irse a no se qué de su gato o de su hermano pequeño o de su gato pequeño, comienza la película del Canal + así que se bebe la botella de shake, dos chupitos de orujo de hierbas de su abuela y se entrega a la pasión con la única persona que siempre está deseosa y receptiva: el mismo.
Haciendo memoria sobre sus escarceos con Carolina, recuerda aquella ocasión en la que fue a cenar a casa de la preciosa jovencita de sonrisa espectacular y esta le obsequió con un delicioso pastel de pepino de catastróficos efectos. Ha llovido mucho desde entonces pero algo le dice que ella aun recuerda todos los detalles de aquella noche.

domingo, 16 de julio de 2017

Si es que te vas primero

Se ajusta el cinturón de seguridad, comprueba los espejos, quita el freno de mano y gira la llave de contacto. 
Los escasos trescientos metros de la avenida principal del cementerio donde acaban de enterrarla, se le hacen eternos, como la vida en un mundo futuro o lo que sea que le espera después.
Cambia de primera a segunda al acercarse a la puerta de salida y, una vez abandona aquel provinciano camposanto, mete tercera y acelera deseando que al entrar en la autovía, un camión se lo lleve por delante y termine de una vez con ese dolor que le está abrasando el pecho. 
No es capaz de aceptar que se haya tenido que ir antes que él. La fe en Dios y la esperanza de un paraíso donde ella le aguarda, se le escapa entre lágrimas y blasfemias, maldiciendo a quien sea que ha dictado sentencia sin tener en cuenta el dolor que deja su ausencia. Durante unos minutos se siente tentado de convertirse en agnóstico y renunciar a la fe católica impuesta por sus progenitores y, alimentada a lo largo de su vida por los educadores del colegio y la universidad privada, donde cursó sus estudios. No había blasfemado nunca hasta que el doctor se presentó en la sala de espera, con la mirada huidiza, el gesto cambiado y expresión de "aparta de mi este calid".
Al parecer su cuerpecito no había soportado el impacto directo y el traumatismo cráneo encefálico severo le produjo una lesión cerebral irreversible. Sus axones dejaron de coordinar las ordenes neuronales  precisas y sin el director de orquesta, los músicos no supieron armonizar latidos y respiración.
Y así terminó todo. Murió con poco más de cuarenta años, toda la vida por delante, muchos sueños por cumplir y una sonrisa preciosa. Y él no pudo hacer nada, no siquiera matar y arrancarle el corazón al borracho hijo de puta que invadió el sentido contrario, porque el muy cabrón murió en el acto al chocar frontalmente contra el coche de su novia.
La putada es que si renuncia a su fe y al Dios que le tocó en suerte al nacer, pierde también la posibilidad de encontrarla en ese paraíso diseñado como el escaparate final de un concurso de la tele. Y desde luego no va a desaprovechar ningún comodín para volver a besarla. Y si luego es todo mentira y, no hay Dios ni nada y tan solo somos energía que ni se crea ni se destruye, se transforma, ya encontrará la manera de generar una sobrecarga que funda las bombillas de todas las farolas o lo que sea, pegadito a ella.
Por si acaso, reza un "yo confieso" y se disculpa por su debilidad y su falta de entereza y fe.
La quiso tanto; la quiere tanto, tanto, que el pecho le va a estallar y siente las sienes palpitar acompasadas por un corazón que no le pertenece, porque supo que le pertenecía a  ella en el mismo momento en que cruzaron sus miradas por primera vez. 
Y ahora a seguir viviendo, a esperar la muerte, la transición o como coño se llame esto que los separa.
Al conectar la radio del coche y ajustar el dial, la ironía del destino hace que suene a todo meter la voz de Andrés Calamaro, cantando "Espérame en el cielo". Las lágrimas le inundan los ojos impidiéndole ver a tiempo la curva que se avecina y, al entrar en ella a velocidad excesiva, pierde el control y termina impactando contra el muro que rodea una nave industrial, falleciendo en el acto.
Cuando los servicios de emergencias se personan allí, encuentran al difunto con el cuerpo destrozado, los ojos muy abiertos y una  enorme sonrisa en los labios.
 Calamaro no fue consciente nunca de que su voz, acompañó el reencuentro de dos bocas impacientes por besarse.

jueves, 13 de julio de 2017

El cascabel

Como cada mañana, Iván se ducha con el tiempo justo tras haberse excedido en el desayuno, deleítandose con su gran tazón de leche. No obstante consigue acicalarse y vestirse correctamente para acudir al trabajo. Tarda exactamente cinco minutos y medio en llegar a la azotea del  edificio de la redacción del diario donde lleva trabajando más de un año.
En ocasiones se ha encontrado con chavalines que disfrutan con el subidón de adrenalina que despiertan los saltos de edificio a edificio y, el jugarse el pellejo si no calculas bien la potencia de tus piernas y la fuerza de tus brazos. Hasta le han puesto un nombre raro y extranjero a este nuevo deporte pero él lo lleva en la sangre y no lo considera una aventura, sino su medio de transporte.
Zapatillas de cuero oscuras y muy flexibles, que combinan a la perfección con los pantalones de loneta y la camiseta de pico negra y ceñida, bajo el chaleco gris marengo.
Al posarse en la azotea tras su último salto, se sacude la ropa y se recompone el peinado. Poco después está ante la puerta del redactor jefe, quien le hace esperar unos minutos en la sala anexa a la oficina. En ella, un hilo musical monótono y unos ejemplares atrasados de su propio diario, en el que se encuentran publicados los artículos de sucesos escritos por el mismo,que  se supone  tienen que entretener su espera. El aburrimiento hace de aquel ratito el momento perfecto para lamerse el dorso de la mano izquierda y eliminar una mancha de lo más inoportuna obtenida al aferrarse a una  tubería durante el trayecto desde el ático donde vive.
Un moscardón pasa volando lento y escandaloso junto a su oreja, e Iván no puede soportar semejante provocación por lo que lo persigue por la sala hasta derribarlo de un manotazo veloz y efectivo. Aún sigue manteniendo su toque.
-Iván, puedes pasar-escucha ladrar a su jefe. El redactor jefe ha cambiado de colonia, se da cuenta de ello en el acto. Esta no le gusta tanto como la última que debieron regalarle por su cumpleaños. Demasiado cara y demasiado elegante como para que volviera a comprarla él, que es un tipo bastante agarrado.Por eso ha debido de cambiar a esta asquerosa mezcla de cítricos que le repugna. Arrugando la nariz disimuladamente, pasa y se sienta frente al desagradable periodista para el que trabaja directamente.
-Usted me dirá, señor Pastor-
-Preparate para salir de inmediato. Aún no sé como lo haces pero tienes un olfato especial. A menudo me pregunto como puedes localizar los objetivos tan rápidamente pero imagino que eso será secreto profesional. ¿No?-
-La curiosidad mató al gato, señor Pastor y aunque su apellido haga referencia a un tipo de perro, yo quiero que usted viva muchos años para seguir firmando mis nóminas.- La fina ironía de Iván no pareció ser del agrado de su jefe que frunció el ceño y mientras le entregaba una carpeta con documetación, le dijo
-Al parecer hoy van a reunirse un grupo de tránsfugas del partido en la oposición con unos representantes del gobierno y sabemos que será en un restaurante de la ciudad pero no nos han soplado en cual Si puedes localizarlos y ocultar una grabadora, la información consegurá el empuje que necesita nuestro periódico para colocarnos en primera posición de ventas. Te confiamos a ti la responsabilidad. Mucha suerte, Iván. confío en ti.-
Iván se levanta agradecido por poder abandonar el despacho donde el cítrico se ha hecho el amo del irrespirable ambiente.
Minutos después ya se encuentra en los tejados con las orejas bien abiertas, escuchando lo que se rumorea por ellos. A través de una ventana abierta ve a una atractiva  gatita persa jugando con el tirador de una persiana y, reprimiendo sus instintos mas primitivos, se encamina con rapidez al restaurante donde parece que va a celebrarse la clandestina reunión. Es uno de sus favoritos. Algo caro quizás para la que está cayendo pero sin duda el mejor tartar de salmón de la ciudad.
Al llegar al restaurante, encuentra una ventana abierta que han debido dejar así para ventilar el comedor, los empleados de la  limpieza y, de un salto, se introduce a través de ella y oculta una pequeña grabadora tras una maceta, donde aprovecha a dejar su huella. Territorio marcado. Misión cumplida.
Esa misma noche, acude como un cliente más a cenar un delicioso plato de marmitako y, antes de irse, finge buscar algo por el suelo y recoge la grabadora.
A la mañana siguiente le entrega a su jefe la grabación de destacados miembros de la política española prevaricando sin tapujos y ciscándose en las promesas electorales de sus respectivos partidos.
Desde el Cesid, el agente secreto más condecorado del cuerpo, recibe el encargo de investigar quien es el periodista que ha conseguido esa exclusiva y cómo lo ha hecho, puesto que las dos puertas de acceso al restaurante estaban custodiadas por agentes de la Policía Nacional de paisano. Falconez, el agente del Cesid, respira hondo y se prepara para ser otra vez él, el que se rompa los cuernos intentando ponerle el cascabel al gato.

martes, 11 de julio de 2017

Aunque sea andando

Llegaré hasta ti y te pediré un beso de esos, que son el primero, el más bonito y el más tierno. Ese beso que aún teniendo tu boca a tiro de labios y tu mirada clavada en la mía, no me atrevo a darte.
Dentro de mis planes estaba el conducir hasta tu casa pero hoy los astros han decidido no alinearse y en el rasca del destino, he conseguido otro "sigue jugando" así que cambiaré de nuevo los planes y volveré a armarme de valor y a reinventarme.Volveré a pelear por lo que deseo con todas mis ganas:  el papelito que me declara apto para llevarte a una playa donde hacer nuestro el mar o a una montaña desde la que contemplar las vistas más hermosas que siempre me evocarán tu figura  y, uno de esos besos que no acostumbras a darme pero que sé que voy a conseguir y a convertirlo en eterno.
Nunca me rindo, me enseñaron a no rendirme y tendrán que convertir las calles de mi ciudad en un campo minado y llenarlas de barricadas para que no consiga mi objetivo. Y tu tendrás que coserte los labios para que no pueda abrirme paso hasta  tu lengua a través de ellos. Y mientras, seguiremos jugando a  este juego en el que parece que lo nuestro no tiene sentido y que es imposible, cuando ambos sabemos que es algo terriblemente real y que justifica todo lo que nos ha llevado a compartir momentos especiales en los que no te cambiaría por nadie y tu no puedes evitar sentirte a gusto y sonreír ante mis ocurrencias.
Podría tratar de engañarme, convenciéndome de que no pasa nada, que habrá más oportunidades y más mujeres pero desde hace poco más de tres años, he decidió decirme siempre la verdad aunque duela y esa verdad no es otra que no quiero a otra mujer y que no pienso tirar la toalla. He perdido una batalla pero no la guerra. Conseguiré ambos permisos, el de conducir y el que me permitirá el acceso a tu corazón sin que suenen alarmas y suelten a los perros guardianes.
Creo que Dios ha descubierto que encuentro un verdadero placer en lo difícil y que estoy dispuesto a luchar lo que haga falta por lo que considero necesario en mi felicidad. El dichoso permiso de conducción es muy necesario para esa autonomía que tanto añoro, desde que mi Vespa se rompió una pata y tuve que dispararle entre los faros para que no sufriera pero no deja de ser una jodida y ridícula fruslería al lado de una noche junto a ti y a escucharte decirme te quiero al despertar por la mañana. Eso es lo que realmente me va a hacer feliz.Eso es ya lo único que realmente le pido a la vida, que me debe mucho, demasiado y ahora va a empezar a pagar de una puta vez.
Se acabo mendigar y suplicar. Estoy puliéndome y volviendo a forjar mi cuerpo roto y mi alma destrozada y el pasado ya no importa. Ahora estoy en proceso de llegar a ser el que quiero ser, que no es otro que el que creo que mereces, o sea, el mejor entre los mejores. No está resultando fácil pero a aquellos que se han obcecado en ponerme zancadillas y en confundir las señales del camino, no puedo hacer otra cosa que agradecérselo porque cada vez que vuelvo a levantarme y a encontrar de nuevo el sendero, soy más fuerte., más rápido y más astuto. Su maldad me hace más bueno y su infamia más noble.
Y no te quepa duda alguna, un día lo entenderás todo y sabrás que solo podrás darme amor.
Todo en esta vida está relacionado. Todo.


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domingo, 9 de julio de 2017

Un chute de felicidad

Anoche la vida me obsequió con una dosis de felicidad sin adulterar, puede que para compensar con ella mis muchos momentos difíciles vividos desde hace tres años.
Dios (o Diosa, que hay que ser paritario) me regaló un recital directo al corazón y al alma que suturó de inmediato todas mis heridas abiertas y me sucedió algo parecido a cuando me enamoro de verdad, que fue sentir un inmenso deseo de ser mejor persona para ofrecer lo mejor que pueda dar. 
Era un trato justo, porque tanto mi amigo y hermano Oscar lobete, como el impresionante tenor italiano Fabio Armigliato, el  talentosísimo pianista argentino Fabrizio Mocata, el guitarrista flamenco, que destila arte por todos sus poros, Juan Carmona y la elegante y maravillosa cantante flamenca Almaria me aportaron lo mejor de ellos mismos a través de sus voces y de sus dedos.
Si a todo esto le sumamos la danza del matrimonio que bailó tangos en escena y la geniál aportación al recital de nuestra paisana, la actriz May Rios, podréis comprender que la emoción vivida ayer, fuese aumentando con cada minuto de recital.
Y este blog en el que escribo no es solo un campo de pruebas para mis proyectos literarios, es el diván de psiquiatra donde suelto mis emociones, mis miedos, mis alegrías y mis anhelos y donde a través de una catarsis literaria, le saco brillo al interior de mi pecho, tan cubierto de polvo del asfalto y de los cementerios.
Y no solo tuve la suerte de asistir al recital sino que además y por trabajo, pude conocer a todos los artistas y disfrutar de los minutos de entrevistas en primer lugar y luego, de charla y vinos de la Ribera del Duero.
Al concierto me acompañaron algunas de las personas más importantes de mi vida y cuando Fabio entonó los temas que descubrí de pequeño con mi padre y que me recordaban a él, mi hadangel particular me ayudó a enjugar las lágrimas y me acarició la mejilla, reconfortándome con su cariño.
Además tuve la suerte también de compartir fila de butacas con mi profesora de escritura creativa y dos compañeros de talleres literarios y podiums en certámenes.
Además encontré entre el público a aquella mujer con la sonrisa más hermosa del mundo que un día me quiso y que me dedicó una de las más grandes y, un abrazo a la altura de sus sonrisas.
Fue una noche muy completa, me sentí feliz durante más de dos horas y aunque ya ha pasado esta noche, me emociona ver que mantengo el contacto virtual con estas grandes personas a las que respetaré y admiraré siempre.
Cada vez soy más seguidor de la teoría de la compensación, esa que hace que por una sombra, termines encontrando una luz maravillosa.

viernes, 7 de julio de 2017

The Kui xperience V¿ES?

Los "The Kui Xperience" son la sensación musical del momento. Ya han vendido más de veinte millones de copias, ganado tres premios gramy y desbancado del número uno internacional al pasteoso y sobrevalorado  Alvin (con sus ardillas). La movida cobaya está siendo mucho más potente y prueba de ello es la larga lista de conciertos cerrados en los cinco continentes. y el que un director de la talla de E. Spielberg, sea el artífice de los impresionantes video clips de los "The Kui Xesperience".
El galán de la foto es Bowie, compositor de melodías y letras y quizás el miembro con más tirón de la banda.Ya ha recibido diferntes ofertas para grabar películas y series de televisión sobre su vida y Rebeca y Victor, los humanos con los que vive, se han hecho cargo de los contratos y de la gestión de los multimillonarios beneficiós que están aportando sus derechos de imagen. Sus humanos de compañía (a los que considera como de la familai) están muy apenados porque desde que dió aquel concierto para su santidad el Papá Francisco, no ha vuelto a pisar por casa y tan solo se comunican a traves del teléfono o virtualmente.
El resto de la banda también se ha hecho un hueco en ese efímero y caprichoso firmamento reservado a tan solo unos pocos que es la fama. Jagger, el guitarrista, mantiene un idilio con la recientemente divorciada Angelina Jolie (se rumorea que comenzó la relacción con Jagger antes de dejar a Brad Pitt) y Freddy, el bateria, acaba de iniciar su carrera política presentando un nuevo partido que dará mucho que hablar, el E.S.N. (especie superior, nosotras). Todos sabemos que su partido está lleno de buenas intenciones pero quizas peca de populista y como sucede con otros muchos líderes de partidos políticos, Freddy no es "casta" porque aún no ha tenido tiempo. Su ambición desmedida y sus ganas de imponer la superioridad de la raza cobaya, lo llevará a anexionarse Polonia o cualqueir otra de esas estupideces que hacen los grandes megalómanos que confunden su camino.
He tenido la suerte de que al ser amigo de sus humanos y amante de los animales, los "The kui Xperience" me hayan fichado como el escritor de su biografia y su jefe de prensa.
Tan solo espero que pueda reunirlos a todos durante el tiempo que me lleve preparar el libro. Lo llamaré "Kui, Kui, Kui, Kui, Kui, cobaya".  Sueño con que la cola en la frma de ejemplares, consiga superar los dos kilómetros que tuvo la de Belen Estebán. Pero este mundo está muy loco y a veces, suceden cosas increibles con las que hay que vivir.

lunes, 3 de julio de 2017

Tócala otra vez

Amigo, estoy más que convencido de que si la interpretases tu al piano, está canción ganaría mucho. Pero esa es otra de nuestras "Canciones para una noche en vela", que algún día llevaremos a escena. Juntos otra vez tu piano y mis textos.
Siempre nos quedará París. ¡Ah, no! Siempre nos quedará pucela.
Mientras paseamos por la pista de aterrizaje del aeropuerto de Villanubla con las manos en los bolsillos de las gabardinas, no podemos evitar hablar de la de billetes de avión que hemos pagado a multitud de señoritas que decidieron marcharse con otros héroes. Víctor Lazslo se ha materializado en demasiados hombres, en demasiadas circunstancias absurdas y en un buen número de fracasos. Pero nosotros seguiremos sacrificando los recuerdos hermosos y las noches de pasión grabadas a fuego en la piel, por conseguir los salvoconductos para ellas. Hasta que demos con la mujer adecuada de la que no queramos separarnos y que no quiera tomar ningún avión sin nosotros. Ahora con tanta compañía de vuelos baratos se nos han complicado demasiado las cosas. Ya no resulta difícil romper una relación y si antes les suponía muy poco esfuerzo, de un tiempo a esta parte, parece que lo hacen hasta por diversión.
Nosotros tendremos siempre la barra de Labienpagá para sacudirnos un pelotazo mirándonos a los ojos y tratando de explicarnos el uno al otro, que coño estamos haciendo mal. Creo que nuestro problema es el de ser practicantes del amor empírico y andar siempre con la mierda esa del ensayo-error. De momento son todo errores pero seguimos ensayando y lo haremos hasta que por fin, demos con lo que buscamos.
Hace más de veinticinco años que supimos que era el comienzo de una hermosa amistad y desde entonces ¿Cuantos nombres de mujer han monopolizado nuestras conversaciones, empañado nuestros ojos y dañado nuestros hígados?. Demasiados.
Por el camino, tu te has convertido en uno de los mejores pianistas de España, apuntabas maneras y, yo sigo siendo el eterno aspirante a premio Nobel. En cualquier caso ambos hemos encontrado la forma de dar salida a nuestros sentimientos y de hacer del arte, un medio de vida.
Creo que necesitamos apurar un par de whiskies juntos y fumar un cigarrillo hasta el filtro, sonriendo de medio lado y contándonos las cicatrices del alma.
Ahora soy yo el que te pide que no te vuelvas a enamorar,que no creas sus palabras, por  hermosas que sean (las palabras y las mujeres que las pronuncien  susurrándolas en tu oído).
Ahora, soy yo el que después de echar a los soldados alemanes a la puta calle tras cantar la marsellesa o el himno del Atlético, se acercará hasta tu piano y con los ojos cargados de alcohol y lágrimas, el pecho cubierto de heridas y  la automática en la sobaquera, te pedirá sin dudarlo: TOCALA OTRA VEZ, OSCAR.

sábado, 1 de julio de 2017

Acordes a flor de piel

Acaba de terminar su jornada en el bar en el que lleva trabajando desde hace menos de dos meses y al llegar al lugar del concierto, enciende un cigarrillo que le tiembla en los labios por el cansancio, los nervios y la mala leche que le produce el currar como una bestia durante casi diez horas seguidas detrás de la barra. Cuando firmó el contrato con el propietario del establecimiento, este le aviso de que en hostelería, las jornadas completas van mucho más allá de las ocho horas, según esté el día y que eso era parte del acuerdo y condicion sine qua non para cerrar el trato. Emma decidió tragarse su discurso sobre las condiciones laborales, lo ajustadísimo del salario, los derechos de los trabajadores y su inútil titulación universitaria en filología, que tan solo le sirve para que le cierren puertas en muchas entrevistas para puestos que nada tienen que ver con su formación pero que dada la situación del país, son los únicos a los que puede optar.
La banda ya ha comenzado a tocar y el cantante está interpretando uno de sus temas favoritos, "Me levantaré" y pidiendo al público que coree el estribillo con él. Mientras fuma con ansia para tratar de calmarse, sonríe al pensar que ella cantaría sin dudar y a voz en grito, me acostaré, que es lo que su cuerpo le está pidiendo a base de diferentes señales físicas.
Le gusta esta banda. Suenan bien, sin grandes alardes ni poses de estrellitas de esas que están de vuelta de todo. Tienen la honradez de hacer música de verdad, de la que no se vende a la moda ni se fabrica en cadenas de montaje.  Pop, rock, e incluso se atreven con el blues. Las letras son canallas cuando procede y muy intimistas en la mayoría de las ocasiones. El cantante y compositor de las canciones, que además ejerce de letrista, comete el error de todos los escritores noveles, es incapaz de abstraerse de sí mismo y de sus circunstancias pero ha sabido encontrar ese punto en el que los lugares comunes que desgrana con acordes, se hacen atractivos y hospitalarios  por lo bien empleado de las metáforas y las analogías. 
Entre el público se encuentra su esposa, bailando y haciéndole los coros desde lo más profundo de su alma y bebiendo un botellín de cerveza junto a un grupo de amigas y algún que otro amigo. Transmiten muy buen rollo y de forma inconsciente, se acerca hasta ellos. 
Uno de los chicos del grupo, parece ser el típico tío que no sabes si es que es muy tímido, muy arrítmico o  de esos tipos duros que no bailan, como escribió Norman Mailer. Aún así , lo ve mover el piecito costantemente mientras apura su botellín de un trago. 
Es mono. No es precisamente Brad Pitt pero seguro que tiene su público. Los ojos azules transmiten a un tiempo confianza y algo de tristeza, como si hubiese regresado recientemente de una guerra tan lejana como dura. Emma arroja la colilla al suelo y se decide a dar el primer paso.
-Hola, te ahorraré un montón de preguntas para optimizar tiempo y energías. Me llamo Emma, tengo treinta y dos años, soy filóloga, trabajo de camarera en uno de eso bares pijos de moda conocidos como "gastrobar", no tengo novio, ni quiero tenerlo y casualmente, me gustas.-
El sorprendido  e intimidado seguidor de la banda, está a punto de perder el equilibrio ante  el speach de aquella pelirroja de ojos inteligentes y gesto cansado. No estaba acostumbrado a tanta sinceridad y tan rotundamente expuesta.
-Hola, Enma. Me llamo Juan, tengo cuarenta y dos años, soy profesor de música, trabajo como escritor para todos los que así me lo solicitan e incluso para mi mismo, soy un divorciado que es feliz con su gato y huye de los problemas y casualmente me pareces tan atractiva como audaz e inteligente, por lo que no te extrañe que me asuste cada una de tus palabras.-
Enma se acerca hasta ponerse a tiro de labios  y sabedora de su magnético atractivo femenino y de que los ojos de Juan, acaban de pedirle que mueva ficha de nuevo, se deja admirar por el rubio y tímido escritor. por eso es por lo que Juan no baila. Simplemente es tímido.
-Si te van a asustar mis palabras, sera mejor que no hablemos. Espero que mis besos no te asusten.-
-Me asustaría muchísimo más no ser merecedor de al menos uno de ellos.- contesta Juan, sorprendido de su atrevimiento. Y la besa.
En la canción que ha comenzado a sonar, una tal Manhatan baila desnuda y en el dormitorio del piso de Emma, cincuenta y tres minutos después, se desnudan con impaciencia el uno al otro.  Bailan exactamente cinco piezas.