sábado, 3 de enero de 2015

Cuentos

La vida sigue en Nunca jamás.
Peter no deja que pase un día sin sentarse con las rodillas cruzadas a escribir en su agenda las experiencias del día en forma de cuentecito o de relato, se ha acostumbrado a hacerlo y disfruta cambiando los finales a la realidad de su vida.
La fantasía se extiende por toda aquella tierra mágica y lógicamente se refleja en los textos de Peter.
Lia le ha invitado a dar un paseo porque ya se encuentra mejor y se levantó de la cama esta mañana.
Cuando Findi, el hada que le transmitió el mensaje de Lia le comunicó aquello, Peter no cabía en si de gozo.De hecho habían quedado en que Peter la recogeria en su casa al caer el sol, pero aún n había oscurecido aún y Peter llamó a la puerta de la joven hadita rubia.
Para sorpresa de Peter, Lia se encontraba atareada en un cuento, puesto que como le explico en el acto, ella escribía desde hacía muchos años y de hecho era el motivo de su existencia, ya que debía escribir cada semana un cuento para que los niños no dejaran de soñar con un mundo más hermoso y donde todo fuera posible.
Peter ocultó que él escribía desde hacía relativamente poco y además todo lo que escribía estaba fundamentado en sus propias experiencias, por lo que no creía que los niños allá abajo pudieran tener el más mínimo interés por sus textos.
Lia le permitió leer el cuento al terminarlo y Peter se quedó impresionado por la belleza de aquel texto y por la imaginación que Lia había empleado en escribir la historia de un niño que tras perder a sus padres, encuentra la felicidad y el amor en una manada de lobos del bosque cercano a su casa.
Aquella muchachita no dejaba de sorprenderle y Peter se sintió aún más pequeñito frente a ella.
Ese hada era perfecta, un compendio de los deseos de muchos niños y niñas que soñaban esas cualidades y habilidades, ser tan hermosa y tan lista, poder volar y escribir así de bien, era lo que había heredado Lia de los sueños de muchos pequeñines allá en el mundo real.
Una bella melodía comenzó a sonar en el momento en el que terminó su lectura y aunque buscó el equipo de música, se percató de que sentada al piano que había en el salón contiguo, otro hada tocaba con mucho sentimiento.
Aquella era el hada Amel, el hada de la música, un hada que siempre amenizaba las fiestas de cumpleaños de los niños perdidos, incluso de los cumpleaños de los piratas de la tripulación del barco de Garfio.
Entonces Lia le tomó de la mano y juntos abandonaron la casa y comenzaron a volar.
No tenían un destino fijo, pero Peter sabía que iría al fin del mundo con ella, incluso la acompañaría a una vida normal.
Por suerte para él no hizo falta llegar a tanto, Lia se detuvo junto al poblado indio y se sentó a contemplar la danza de la tribu en torno a la hoguera central del campamento.
Es genial vivir en Nunca Jamás, pensó Peter y sintió como le sonreía el corazón.

viernes, 2 de enero de 2015

Cuidar de Lia

Puede que fuera ese vuelo por entre las grutas de los acantilados, la humedad, el frío o la emoción del momento, pero al regresar a su casa Lia ya se encontraba algo pachucha y tras beberse un vaso de leche calentita se acostó en la cama con algo de fiebre.
Seguro que suena a poco problemático, pero las hadas son muy vulnerables durante los estados febriles ya que su energía disminuye mucho y son incapaces casi hasta de volar, mover las alas a la velocidad necesaria para despegar requiere de mucho esfuerzo.
Durante días Peter no supo de ella y preocupado, se acercó al refugio de Lia a interesarse por ella, pues en el trayecto de vuelta desde aquella cueva ya la encontró algo desmejorada.
Lia agradeció su visita y tras charlar un rato con ella, Peter la dejó descansar y se retiró para que el hadita pudiese dormir y recuperar fuerzas.
Esa tarde Peter se quedó muy preocupado, más que por la fiebre de Lia, por la sensación de que por mucho que quisiera hacerlo, no podría cuidar de ella como realmente quería.
Prepararla una infusión de hierbas curativas, acomodarla en el lecho, leer en voz alta junto a su lecho, lo que fuera para hacer que su convalecencia fuese más cómoda y agradable.
No tiene sentido, si se acaban de conocer como quien dice y ambos saben de las carencias de Peter.
Un tipo tan terriblemente inmaduro que apenas puede cuidar de si mismo, cuidando de aquella hada.
No obstante era eso lo que le preocupaba, no sabía como demostrar a Lia que algo en su corazón le pedía que estuviera pendiente de la joven hadita, pero Lia no era un hada cualquiera y mucho menos un hada débil o indefensa.
Aquel hermoso fragmento de magia y fantasía estaba más que curtido en la vida adulta y responsable y bien lo sabía Peter, quien entabló gran amistad con ella precisamente a raíz de haberla solicitado ayuda y consejo.
Peter no se sentía a la altura de sus pretensiones y una cosa es pelear contra piratas o guerreros indios y otra muy distinta conquistar el corazón de una mujer.
Campanilla misma se había quejado en más de una ocasión de que no se involucrara lo suficientemente en la vida de pareja y aunque lo quería muchísimo, terminó por buscar el amor en otro lado.
Peter había decidido también comenzar a pescar en otras aguas, pero aquello había surgido de repente, sin buscarlo, sin preparar siquiera la caña con el cebo adecuado.
Aquello nada tenía que ver con las artes de pesca, simplemente se presentó así por las buenas, sin avisar y agarró a Peter desprevenido.
Quizá había llegado ya la hora de comenzar a crecer, quizá era el momento de cambiar, pero Peter sabía que siempre sería un niño para muchas cosas y aunque se planteó beber unos tragos de poción de madurez, hecha con reducción de "muelas del juicio" y materia gris, abandonó la tentación ante la idea de convertirse en aquel del que llevaba muchos años escapando.
Si Lia lo amaba, sería porque podría amar todo de él, sin reservas y sin pedirle que se transformara en otro.
El amor es un sentimiento muy poderoso, más aún que los hechizos de los más antiguos nigromantes y Peter decidió relajarse, salir a volar un ratito y tratar de aprender a ser paciente.
La paciencia es algo que siempre guardaba debajo de la alfombra, como la calma, pero había llegado el momento de sacar algunas cositas de sus escondrijos y hacer uso de ellas.
Levantó el vuelo y escuchó a través de sus auriculares esta canción de Radiohead.

jueves, 1 de enero de 2015

De ojos verdes y copitas de Jerez.



 No he podido evitar trabajar sobre este relato que publiqué hará poco más de dos años bajo el título de "Cantando por diversos palos"
Creo que no ha perdido fuerza con el tiempo, al contrario, casi me gusta más ahora que antaño, pero necesitaba algunos retoques.
Ahí os lo dejo, a ver si os gusta tanto como a mi o me he excedido con la "remasterización".


Sentado en la mesa más apartada, en el rincón más oscuro de la taberna más ajada de la ciudad, no pudo evitar recordar sus preciosos ojos verdes al apurar la copa.
Es consciente de que esta es la única manera de rescatarla del pasado, de compartir con su recuerdo un último beso, un brandy, media docena de palabras de amor y otra copa de Jerez.
Y es que el tiempo pasa tan deprisa como el resto de las cosas buenas de la vida, cercenando las ilusiones con su guadaña mellada de días perdidos, de noches que malgastó con otras mujeres, de dolor y de tardes de oro y grana.
Cincuenta años atrás, ella se casó con otro, destrozando por completo el corazón de aquel joven torero .
Desde aquél día decidió arrimarse más que nunca a las astas de los morlacos suplicando una  pronta muerte en el albero, pero ni Dios ni el toro le concedieron el alivio de la sangre.
Hoy, la guitarra sigue sonando flamenca, por peteneras de alcohol y llanto.
Su voz, quebrada por el exceso de vino y la amargura, hace de él, el espontáneo más triste y nostálgico del cante jondo.
Hoy vuelve a brindar por ella como cada noche, y entre las cicatrices que adornan el cuerpo del torero, sangra aún y más que nunca, la que aquella mujer le dejó al partir.
Esta cicatriz dibuja perfectamente la trayectoria de la herida, que ocupa todo su pecho, de lado a lado..

martes, 30 de diciembre de 2014

Bajo el prisma de tu mirada

Ya no te podré dar un paseo en Vespa, con lo guay que era ver las cosas desde la moto y con el encanto que cobraba todo desde una Vespa.
De todas formas eso me importa poco, lo que dota a todo de verdadero encanto es tu presencia y la vida a tu lado debe de ser absolutamente hermosa, casi tanto como tu.
No obstante me he vuelto un tipo muy conformista y ya te he dicho que conozco mis limitaciones,así que aunque no pierda la ilusión, viviré con lo que tengo a mi alcance, que es mucho, aunque tu aún estés fuera de mis posibilidades.
¿Sabes? creo con sinceridad que  al someterlo al prisma de tu mirada, todo cobra un color especial y una dimensión muy distinta de la real, más bonita y elegante.
Supongo que ya sin conocerte te hubiera imaginado como la protagonista de muchas de mis historias pero ahora que te conozco, tengo que hacer un esfuerzo para no situarte en todo lo que escribo.
Tu espíritu impregna de paz y delicadeza aquello que toca y eso es genial, pero quizá le resta naturalidad y fuerza a mis textos, ya que al tenerte continuamente en mente, soy incapaz de escribir cosas que se alejen de los sentimientos, pequeñita.
Por otro lado me viene bien por que eres también un filtro que limpia todo aquello que sale sucio de mi alma, bien por unas circunstancias u otras, pero en cualquier caso se somete a la limpieza del contacto espiritual contigo y mejora.
Haces que escriba más y con más ganas y al sentarme al teclado del ordenador siento como si me sentara a tu lado y pudiese ver la pantalla a través de esos dos ojos tan bellos.
El cielo siempre estará estrellado para mi si imagino tu rostro en él al caer la noche y por las mañanas quisiera que fueras la única nube que se interpusiera entre el astro sol y mi piel.
Igual sería una protección factor "lo que haga falta" y de esa forma no me quemaría al exponerme demasiado a sus rayos.
En cualquier caso que fantástico es sentirte como parte de mi vida aunque no sea de continuo, pero ya hace un tiempo que apareciste y espero que sigas aquí hasta el fin de mis días.
Puede que nos besemos o puede que no, en cualquier caso tranquila porque no me concederé esa licencia poética y no escribiré una historia en que mi boca se adueñe de la tuya durante un rato, sería practicamente como invadir a traición una propiedad privada y soy un tipo respetuoso del código legal...y moral.
Ya sabes que mi corazón siempre será tuyo, aunque lo intente no puedo disimularlo.
Como dice la oración que aprendimos de pequeños "tuyo es, mio no, tómalo"
Tómalo cuando quieras hacerlo, no tiene por que ser ahora, te aseguro que estaré más que dispuesto a desprenderme de él para que te lo coloques en torno al cuello con una cadenita y seré yo quien te aparte el cabello  para que lo luzcas a tu antojo.
También tu cabello es precioso, pero bueno, es que me gusta todo de ti. Todo.
Hay tantas cosas que querría someter al prisma de tu mirada que de momento las iré bajando al trastero porque el día que pasen por ti, recuperarán el esplendor que pudieran haber perdido en ese cuartito lóbrego y apartado de todo.
Se que aún no tengo la habilidad suficiente, pero espero que llegue el día en el que pueda escribir un texto que esté a tu altura.
De momento seguiré practicando.
Tuyo para siempre:
     Juan.

 







lunes, 29 de diciembre de 2014

Mis días por el mundo



Claro, no encontraba mejor presentación para esta entrada que este tema de Vetusta Morla, uno de mis grupos favoritos ya que me gustan tanto sus melodías como sus letras, que son muy muy directas y sinceras.
No se la de veces que he hablado de la gran labor terapéutica que ejerce en mi la literatura, pero escribir obviamente no es lo único que me cura o que me ayuda a pasar cada día de la mejor forma posible.
Puede que habiendo cumplido ya los cuarenta debería de comenzar a plantearme el porque de esa necesidad mía de transcribir todos mis miedos y mis deseos.
He encontrado un chollo en plasmar aquello que me conmueve en mi alter ego, además es cierto que al escribirle viviendo mi día a día, puedo cambiar el final de cada aventura y adecuarlo al como me gustaría que hubieran salido las cosas.
Alimento a ese alter ego con todo el cariño que recibo de mi familia y de mis amigos, este combustible de cariño y confianza es muy importante y el único que no estropea el motor.
Combustiona limpiamente y no contamina,  en vez de expulsar humos nocivos y sucios, crea textos y se puede seguir el rastro de mis vivencias a partir de ese humo blanco.
Por descontado el mejor catalizador que complementa a ese combustible lo he encontrado en besar a la persona adecuada y ojo, no vale cualquier beso de cualquier persona, solamente llegaré al equilibrio perfecto cuando acaricie la nuca de la chica en cuyos ojos quisiera perderme para siempre mientras descubro en su boca la materialización en vida del paraíso celestial.
Comprendo perfectamente que debo acostumbrarme a que en ocasiones me quedaré sin combustible y deberé estacionar en el arcén y caminar hasta una estación de servicio cercana donde adquirir todo lo necesario para volver a poner en marcha este vehículo tan susceptible a las averías que soy yo.
Estoy tratando de asegurarme a todo riesgo, pero me sale por un ojo de la cara y no hay seguro que cubra ciertos daños.
Es más factible que te cambien las lunas gratis a que te consigan el recuerdo perdido de aquella luna de verano bajo la que hiciste el amor por primera vez con ella, extasiado de emoción.
No se cuantos años o kilómetros tengo de garantía de la casa, pero ni quiero saberlo, ya he pasado en un par de ocasiones por talleres y todo lo que sea chapa y pintura me preocupa lo justito, o sea nada.
Me da más miedo tener algún problema de ingeniería y terminar en un desguace sin haber podido realizarme por completo, por eso lucho a diario y vivo tan intensamente.
Puede que estos últimos meses circule mucho más despacio, ahora he descubierto el verdadero placer de conducir. 
Hacer kilómetros disfrutando del paisaje está fenomenal. La vida está llena de colores y a veces he circulado tan rápido que de alguna forma veía todo en blanco y negro y me perdía los parajes más impresionantes donde detenerse a fumar un cigarrillo y disfrutar de la vistas.
También se que me he dejado a alguna autoestopista que de haber subido al coche, me habría cambiado la vida. Si no las recogí fue más por miedo que por cualquier otra cosa.
Llegará el día en que me adapte a las exijencias del mercado y me convierta en un coche familiar con varias sillitas para niño y pantallas de dvd en el respaldo de los asientos, donde proyectar la película de dibujos de Peter Pan, espero que les guste a mis hijos.
De momento como dicen los Vetusta, "pago la jaula al domador". 
Lo bueno es que ni soy una fiera ni un deportivo con volante de competición.
Creo que soy un clásico y aunque en ocasiones pienso que soy un tipo de coche que ya no se lleva, me gusta cerciorarme de que hay modelos que nunca pasarán de moda.
Buf...no se ni como me ha dado hoy por escribir con metáforas de automoción, yo, que ni tengo carné de conducir, tenía la licencia para poder llevar la vespita, pero ahora ya solo tiro de bono bus.
En cualquier caso puedo escribir a doscientos por hora, que en este tramo no hay límite de velocidad ni radares.
Echaré de menos a mi profesor de autoescuela y seguridad vital, digo vial.





En un tintero

Una vez más la genial ilustradora Estela Labajo captó a la perfección el estado en que se encontraba Peter y lo plasmó en este dibujo.
Peter está encerrado en un tintero, dada su desmesurada afición por la literatura,y su falta de contención, terminó sintiéndose encerrado en un tintero y ahora os contaré como sucedió.
Tras despedirse de Campanilla, Peter se obcecó en encontrar la manera de acercarse más a Lia, el hada que conoció unos meses antes y que le cautivó completamente.
No consiguió averiguar cuales eran los sueños de esta hadita tan especial y al preguntarla por ellos, Lia le dijo que era una chica normal, con unos gustos y sueños normales.
Lejos de leer entre lineas y darse cuenta de que al ser un chico tan diferente a la normalidad, no entraba en los gustos de Lia, Peter se esforzó aún más en descubrir como podría alegrarla el corazón.
Volando junto a ella, se percató de que Lia siempre llevaba consigo algún libro y pasaba gran parte del tiempo leyendo con avidez un tomo tras otro.
Entonces se le iluminó una bombillita en la cabeza y una tarde primaveral de esas tan especiales y agradables en Nunca Jamás, Peter la tomó de la mano y la pidió que le acompañara volando a un lugar que seguro habría de gustarla.
Lia accedió, no sin reparos, porque aunque aquel muchacho le caía bien, tampoco quería implicarse en exceso con un ser tan lleno de inseguridades y tan aferrado a sus necesidades de cariño, a su entender, aquello no era más que miedo a crecer, cosa que le hacia a un tiempo muy especial y muy preocupante.
Volaron durante horas, dieron la vuelta casi completa a Nunca Jamás y tras sobrevolar muchos lugares inexplorados por Lia, llegaron a unas grutas en los acantilados junto a la playa de las sirenas donde ella no se había aventurado nunca.
Peter la guió por dentro de una de las grutas y cuando llegaron al final, Lia no pudo creer lo que vio allí.
Ordenados por orden alfabético y protegidos de cualquier tipo de inclemencia, Peter le mostró todos los ejemplares de la famosa biblioteca de Alejandría.
Hacia cientos y cientos de años, una sirena evitó que se perdieran durante el incendio que asoló la ciudad y con mucho esfuerzo consiguió ponerlos a salvo en aquella gruta de Nunca Jamás.
Aquello era el paraíso, Lia se emocionó tanto que sin darse cuenta siquiera, comenzó a elevarse muy deprisa y a punto estuvo de golpearse contra el techo.
Peter evitó aquel golpe interponiéndose entre la rubia cabecita del hada y el techo y cuando Lia iba a golpearse, él, la puso a salvo y aprovechando la confusión del momento, depositó en sus labios un delicado beso.
Lia se enojó y tras darle las gracias por haberla revelado aquel lugar, se marchó de vuelta a su casa.
Entonces Peter se dio cuenta de que en su romántico arrebato, había roto aquel momento tan bello y maldijo su suerte y aquel formidable tesoro.
Las maldiciones son caprichosas y siempre peligrosas y de repente, el maleficio cobró forma de tintero atrapando a Peter en su interior.
A partir de ese momento Peter sintió que siempre tendría la necesidad vital de escribir su historia y desde aquel día, no podía pasar ni una jornada sin sentarse en solitario a poner sus aventuras por escrito.
A fecha de hoy las cosas no han cambiado y aunque Peter sigue disfrutando de su vida, cada atardecer medita un rato sobre lo que va a escribir y como va a hacerlo.
Con suerte quizá un día escriba una historia tan hermosa que conquiste el corazón de Lia.
Peter no ha perdido la esperanza, es un niño que nunca creció y eso le hace ser tremendamente optimista y valiente ante la adversidad.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Peter Pan conoce a "Lia".

Esta ilustración de Estela Labajo define a la perfección el estado actual de Peter, que necesita volver a levantar el vuelo y aún le da miedo ser otra vez aquél que fue hasta no hace mucho.
Campanilla lo está rociando con su polvo de hadas y lo anima a volar, pero realmente lo que quiere es que vuele bien lejos de ella y ambos lo saben.
Son una pareja encantadora, pero mal que le pese, Peter se siente cada día más niño perdido que otra cosa.
Ya no cacarea, ya no busca bronca con Garfio y el día que Campanilla le dijo que quería alejarse de él, no pudo evitar llorar.
Contactaron con un hada abogado, que además de abogada, era mediadora en conflictos matrimoniales y aunque Campanilla y Peter nunca se dieron un "si quiero" formal ambos sabían que necesitaban la ayuda de un profesional en el tema.
Lo de Wendy fue una gilipollez, nunca llegó a pasar nada y Peter tenía la conciencia muy tranquila, aunque Campanilla se había cansado de todo aquello, no de que no creciera, si no de que Peter no quisiera crecer.
Tuvieron varías reuniones con esa hadita rubia y guapa que se animó a echarles un cable.
En esas reuniones Peter se encontraba muy incómodo, porque no era capaz de negar las evidencias. Lo suyo con Campanilla siempre había sido algo complicado, se querían muchísimo, pero no habían nacido para ser el uno para el otro.
No bastaba con quererla con todo el corazón, no bastaba con renunciar a las aventuras que se le cruzaban en el camino.
Ella también tenía que vivir sus propias aventuras y Peter sabía que Campanilla siempre se había sentido responsable de él y eso la condicionaba la vida.
Campanilla vomitó todas sus frustraciones en aquellas reuniones y Peter no la llevó la contraria en ningún momento, simplemente asentía y escondía la cabeza entre las rodillas.
El hadita rubia le trató con mucho cariño y Peter descubrió que seguramente aquella si que podría ser la persona adecuada.
Intentó con todas sus fuerzas que no sucediera, pero no pudo evitarlo y siendo como era, terminó enamorado hasta las cejas.
Sabía que aquello podía reventarle en la cara, sabía que volvería a perder su sombra, que para volar debería pensar en algo encantador y hasta la fecha se había agarrado al recuerdo de los preciosos ojos de Campanilla, pero aquello estaba cobrando una dimensión demasiado extraña.
Hacía relativamente poco tiempo, Peter no pudo evitar un pensamiento triste y su vuelo se interrumpió de repente yendo a caer desde mucha altura y dándose el consiguiente golpe que casi le deja en el sitio.
¿Cómo iba a volar ahora si perdía al amor de su vida? Seguro que no podría ni levantarse unos pocos metros sobre las copas de los árboles.
Aquella hadita rubia e inteligente hizo que de repente se le pasaran todos los miedos y que las inseguridades se convirtieran en ilusión. Era preciosa, pero lo que más le gustaba de ella, es que cuando estaba en su presencia sentía la necesidad de ser algo más que un niño grande.
No renunciaría nunca al niño que llevaba dentro, pero tampoco al hombre que estaba empezando a ser.
"Vuela" le decía Campanilla con todo su cariño y Peter decidió volar. Siempre la echaría de menos, pero renunciando a aquella paradoja en que se había convertido su relación, ambos se concederían el don de una vida nueva.
Claro que volaría, quizá el aire en el rostro le secara rápidamente las lágrimas y quizá podría llegar a volar de la mano de "Lia" que era aquella hadita que le había sanado por dentro devolviéndole sus ganas de recuperar su ser.
Tenía ante él una vida nueva y  repleta de incertidumbre, pero también de sueños y de amor, de mucho, muchísimo amor.
Peter al terminar la última reunión, se levantó del suelo, se ajustó con decisión el gorrito en la cabeza y pensando en aquello que podría llegar, comenzó a elevarse. En unos pocos segundos acarició la primera nube y mirando hacia abajo descubrió la silueta del barco de Garfio anclado en la bahía.
Igual bajaba a ver como llevaba Garfio sus lecciones de esgrima y si había mejorado algo.
Igual se apuntaba a tomar unos rones añejos con la tripulación.
Peter recuperó su poder y su alegría.



 

martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad en la prisión.

Las navidades aquí son muy diferentes a como son fuera.
No voy a mentiros, me he ganado yo solito cada día de condena y la verdad es que debería haber escuchado a mi padre cuando me decía que la violencia solo genera violencia y no lleva a nada bueno.Si hubiese hecho caso de sus consejos, aquel hombre no habría muerto, yo no estaría aquí hasta dentro de tanto tiempo, mi vida no se habría arruinado por un mal golpe y seguramente estaría buscando muérdago para besar bajo él a la chica a la que siempre he querido y que ahora estará en brazos de otro y tratando se ser feliz.
Si hubiera seguido  los consejos de mi padre, seguramente ahora disfrutaría de una vida normal, con una familia normal y un futuro tan normal como el que aguarda a todos ahí fuera, incierto, pero normal.
Los funcionarios de prisiones hoy se han puesto gorritos de Papá Noel y están pasando por las celdas a preguntar a los internos si han escrito sus cartas a los Reyes Magos.
Deberían haberse dado cuenta de que hay un conflicto de competencias, por que que yo sepa, Papá Noel y los Reyes Magos tienen intereses encontrados y son instituciones opuestas.
En cualquier caso, su espíritu navideño es más que bienvenido aquí y ha sido un detallazo lo de forrar las porras con espumillón, seguro que así hasta da gustito que te sacudan un par de ostias.
Otra de las cosas que extraño de mi padre, además de sus excelentes consejos, es su pasión por los libros.
En mi celda solo puedo tener uno y cada quince días pasa el carrito de la biblioteca para los cambios. Ya me he leído las obras completas de Shakespeare y creo que me voy a animar con "En busca del tiempo perdido" de Marcel Prous. Me gustaría saber donde estará todo el tiempo que he perdido ya y a donde se llevarán el que voy a perder.
En días como este, uno no puede evitar cerrar los ojos y tratar de imaginar como hubiera sido todo, si en vez de golpear la cabeza de aquel hijo de puta con una botella, hubiera salido del bar evitando la confrontación.
Imagino que aquellos coches de policía nunca se habrían presentado en la puerta de mi trabajo, los agentes no me hubieran esposado y no habría visto la cara de decepción y tristeza de mi padre en el juzgado.
Sueño con una vida en la que eso nunca sucedió, dediqué mi tiempo libre a leer y comencé a escribir, como lo hacia mi padre, dotando de vida y sueños a todos los personajes que se le ocurrían y que casualmente eran iguales que mis hermanos y que yo.
Seguramente de haber tenido tiempo para insistir lo suficiente, ella se habría casado conmigo y ahora estaríamos como todo hijo de vecino, pagando una hipoteca y tratando de perpetuar nuestros genes.
Lío un cigarrillo y lo enciendo con ansia y un sabor extraño en la boca. Descubro que son lágrimas que me están empapando el rostro y mojando los labios, ya puedo detener todo esto, porque si alguno de los internos me viera llorando hoy sería carne de cañón.
Mi aspecto aniñado y la llantina no es que hagan de mi el tipo más duro de mi galería precisamente.
En ese momento llegó el funcionario a preguntarme si había escrito mi carta a los Reyes Magos.
Traté de explicarle que no soy demasiado monárquico, pero lejos de entender la broma, el funcionario se lo tomó como si me cachondeara de él y me pregunto lacónicamente -¿Vas a pedir un regalo o no?
Apagué el cigarrillo y sonriendo aproveché para pedir  lo único que realmente me haría feliz en ese momento y lo único se que nunca conseguiré, ya que al poco más de un año de estar encerrado, me llamaron para comunicarme el fallecimiento repentino de mi padre.
-quiero que me traigáis a mi padre- dije yo y el funcionario que me conocía de pasar a cambiarme los libros y a veces me preguntaba por mi estancia allí y era sabedor de mis circunstancias, escupió en el suelo y mirándome con una expresión a caballo entre la rabia y la pena, me dijo con absoluto desprecio- Deberías evitar las drogas, capullo, no te vienen nada bien y no es cierto que hagan la condena más llevadera, al revés, luego necesitaras más y más y entrarás en una espiral destructiva de cien pares de cojones.
Tras decir esto se marchó empujando su carrito y yo me quedé allí, recordando las navidades de mi infancia y maldiciendo mi desgraciada fortuna y  a mi mismo por no haber escuchado mejor a mi padre.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Sueños futuristas

Tienes unos ojos tan bonitos, debajo de esas dos cejas, que aún sigo maldiciendo mi sueño de esta noche.
En ese sueño de mierda, absolutamente futurista pero con tintes muy reales, la cosa había avanzado tanto con lo de las redes sociales que ya para tener una relación con una chica, había que enviar una solicitud en abierto, acompañada de un privado que no excediera de 500 caracteres.
Soñando casi muero de horror al ver que en tu muro del caralibro había cientos de solicitudes y algunas de ellas, de personajes famosos: actores, futbolistas, tenistas e incluso había alguna de personajes políticos,incluso una de Ángela Merkel (los sueños son así de cachondos) vamos, que solo faltaba la del pequeño Nicolás.
Ante tal aluvión de propuestas consideré que la mía pasaría totalmente desapercibida, ya que no soy nadie especial y desde luego nada podría hacer ante Gasól o Vigo Mortensen, por poner un ejemplo.
Lo peor llegó al intentar resumir en 500 caracteres todo lo que quería decirte, que eso está muy bien para una cosa comercial, pero no para abrir el corazón y tratar de explicarte que simplemente quiero ser tuyo y que seas mía.
Quiero envejecer y morir a tu lado y despertarme cada mañana para mirarme en esos dos ojos tan bonitos, malagueña salerosa.
Quiero cuidarte siempre y que me cuides, matar y morir si es necesario por tu felicidad y sacrificar todos y cada uno de mis sueños en pos de conseguir que tu cumplas los tuyos porque mi sueño más grande es verte completamente feliz.
Como escribir en 500 caracteres que te quiero mucho más que a mi vida y que pienso y siento que haberte conocido no tiene sentido si no es para terminar formando parte de ti.
Quiero ser el padre de tus hijos, el abuelo de tus nietos y el tipo que baje al parque a tu perro y le ponga la comida a diario al gato,si a ti te mola, porque gatete va en el lote, ya no se vivir sin él.
Quiero que las noches de angustia se conviertan en un `primaveral paseo por el parque agarrado a tu mano y que los miedos se transformen en confetis de colores o en un cuadro muy alegre que poner de cabecero sobre nuestra cama
Quiero que me enseñes a ser dos.
Quiero que al igual que ahora sonríes al verme, llegue el momento de que sonrías al pensar en mi, al recordar una conversación, un baile o un momento de cariño.
Esto no se trata de un "con este anillo, yo te desposo" no necesito "que me firmes cien papeles grises para amar" como dice la canción, solo necesito que me beses y me abraces y con eso daré por sellado esta unión, a los ojos de Dios, de los hombres y de los niños perdidos y los piratas.
A ver quien es el chulo que condensa esto en 500 caracteres, porque yo no era capaz ni en sueños, ya que no quiero eliminar ni una sola palabra, no quiero dejarme nada en el tintero.
Lo bueno de todo esto es que he despertado y he respirado al saber que continuaba siendo todo más o menos normal y que aunque no estemos juntos, no tendré que tratar de declararme en 500 caracteres.
Las redes sociales molan, pero a veces son demasiado tiranas.
Creo que fue Saramago el que dijo algo así como que las lágrimas no pueden borrar la tinta de un email.
Muchos menos cambiar un "estado" del caralibro. 
¿En qué estoy pensando? Si te importa mucho amigo facebook, pienso en que es linda y hechicera como el candor de una rosa.



jueves, 18 de diciembre de 2014

El misterio de todo esto

Igual el truco está en dejar de hacerse preguntas y disfrutar más de las cosas.
Igual todo funcionará mejor el día que me decida a interiorizar todo lo bueno que encuentro.
Lo voy haciendo, este vídeo que he colgado es de un grupo que me descubrió anoche un buen amigo y creo que ha pasado a formar parte de la argamasa que sustentará mi vida a partir de ahora.
Se que lo que no cambia ni cambiara es esa necesidad tan fuerte de sentarme a diario ante el teclado del ordenador para escribir, mejor o peor, pero lo necesito y aunque me he vuelto muy tímido necesito compartir con todo aquel que esté dispuesto a leerlo, todo lo que se me pasa por el alma.
Como en el libro que publiqué hace un par de años, necesitaría unas "tost-caras" o de unos emoticonos, para avisar del estado de ánimo por el que paso al escribir cada texto.
Supongo que al mundo le importa poco de que ánimo esté, pero sería más que nada por evitar malentendidos ya que es cierto que para cada texto, necesito relajarme y dejarme llevar por las emociones, casi siempre el buen humor, en muchas ocasiones el amor o el desamor y en algún caso incluso la ira.Muy de vez en cuando escribo "tremendamente sujeto a mis pasiones" como decía aquel personaje de la genial "Amanece que no es poco" y la lujuria teclea por mi.
En cualquier caso me gustaría descubrir el misterio de todo esto, pero supongo que no hay un manual para entenderlo todo y mucho menos para entenderse a uno mismo.
Me he escudado demasiado en ese "alter ego" que he encontrado en ese personaje tan ambiguo que es Peter Pan.
Que  veces me sienta un poco como él, no me excusa ante nadie de mis tremendas cagadas, además Peter es un eterno adolescente porque no permite crecer al niño que vive en él y yo ya me he dado cuenta de que muy a pesar mio, ese niño se hace mayor.
En cualquier caso estoy muy contento por muchas cosas, tengo más motivos para ser feliz que para estar triste y sentirme desgraciado. Sería una terrible falta de respeto para con el resto de la humanidad.
Y no me siento triste, quizá me angustia un poco no saber escribir mejor pero os juro que me esfuerzo a diario por aprender lo necesario para plasmar de forma cuando menos correcta mis ideas en los textos.
No se si se nace con una habilidad especial para esto, imagino que esa habilidad se adquiere con los años y el esfuerzo, como todo en esta vida.
Conozco a algunos escritores fantásticos y por lo bajito envidio la capacidad que tienen para transmitir emociones y para crear historias interesantes y al mismo tiempo cargadas de sensibilidad y realismo.
Todo llegará y por mucho que escriba que quiero que se me desvele el misterio de todo esto, seguirá siendo un secreto hasta que me gane con mis actos el derecho  a descubrir el secreto.
Mientras tanto prometo seguir intentándolo y hacer un esfuerzo para no aburriros con mis cosas.
Este no deja de ser un blog literario y no porque considere literatura  lo que escribo, si no porque en el se habla mucho de lo que significa escribir y como afecta el acto de sentarse a un teclado ya no a un escritor o a un literato (madre mía, sería muy pretencioso por mi parte considerarme alguna de las dos cosas) si no a un tipo normal que ha encontrado en la escritura la forma de dar rienda suelta a su mente y a su alma.
Escribir es una gran terapia y he perdido la cuenta de las veces que he dicho que para mi este blog es mi diván de psiquiatra particular.
A mi me hace mucho bien y animo a los demás a probar esta terapia al menos en alguna ocasión.
Te vacías y te limpias e incluso puedes convertir lo que te atormenta en algo que disfrutar.
¡¡¡Si al final escribir va a ser algo de lo más hedonista!!! Involuntariamente buscamos el placer y por muy negativo que sea mi estado de ánimo, al final tras un ratito al teclado comienzo a disfrutar y vale que nunca he llegado al orgasmo escribiendo, pero tampoco saboreando un plato exquisito o deleitándome con un tinto sensacional.
Digamos que aún así cuando termino un texto que me gusta y me ha servido de catarsis, experimento una sensación parecida (aunque menos intensa y placentera, of course) al orgasmo.
En fin...creo que voy a seguir con mi novela que al menos ahí no aprovecho para vomitar mis miedos y mis rayadas, simplemente trazo una linea argumental y unos personajes y le doy candela.