jueves, 21 de abril de 2011

Mi amigo el suicida



No sabia por cual decidirse, cada uno tenia su aquél.
Obviamente, colgarse de una soga era realmente efectivo, y muy visual, pero requería de mucha parafernalia, así que lo descartó.
Con las pastillas no quería repetir. La última vez que lo intentó, lejos de morir, se agarró un melocotonazo tremendo y terminó bailando semidesnudo en la puerta de la catedral, con lo que amén del malestar del lavado de estómago, al despertar sintió un ridículo terrible, porque un fotógrafo de la prensa local que pasaba por la calle lo inmortalizó mientras realizaba el paso conocido como "el robot", con los calzones por los tobillos y la camisa anudada sobre el ombligo.
Que vergüenza.
Tiene una pistola,pero no se decide a usarla.
Una vez vio un documental sobre los suicidios con armas de fuego y allí se contaba que en muchas ocasiones, si se coloca mal el arma, únicamente se dañaban algunas partes del cerebro "no vitales" con lo que además de seguir vivo, te quedas tontito del todo y te pasas el día comiéndote los mocos y haciéndote tus necesidades encima.
Hace unos meses, en su cuarto o quinto intento (la verdad es que ya he perdido la cuenta) mi amigo saltó desde un puente, con tan mala fortuna que fue a caer sobre un camión que transportaba ovejas churras al esquilador.
Fue un aterrizaje ciertamente mullido que solo le deparó alguna contusión (producida por los puñetazos que le propinó el camionero)y un disgusto muy gordo, al ver que en cinco minutos que pasó entre los ovinos se había llenado de garrapatas y de pulgas.
Desde aquella no ha vuelto a comer lechazo.
El muy gilipollas decidió un día abrir la espita del gas de la cocina y encenderse un pitillo y pasó toda la mañana en el trabajo deleitándose con la imagen de la explosión sin recordar que tenia vitrocerámica.
Me reí muchísimo el día que me contó que acudió al circo con la intención de arrojarse a los leones cual cristiano en el coliseo, pero que al saltar a la jaula de las fieras en un descuido del personal, descubrió con horror que todos los felinos estaban a punto de cascarla de viejos, desdentados, sin apetito y sin gana alguna de comerse a nadie. Incluso me contó que un león le lamia el dorso de la mano mientras la cuadrilla de enanos trapecistas lo sacaban de la jaula a base de cabezazos en los cojones.
Más tarde le llegó una denuncia del mismísimo Ángel Cristo, reclamandole judicialmente siete mil euros, porque a uno de los "reyes de la selva" aquella situación le provocó tal estres que murió en el acto fulminado por un infarto de miocardio.
Y es que quitarse la vida es por lo visto casi tan difícil como vivir.
Mi amigo no se corta las venas porque es una persona muy pulcra y las manchas de sangre salen fatal, así que dese el principio descartó cuchillos, navajas y demás objetos cortantes.
No quiere suicidarse en plan romántico, a base de botellas de absenta, porque dice que con su suerte seguro que no se mata y la absenta engorda muchísimo, así que seguiría viviendo y se dejaría un dineral en endocrinos.
Hoy me ha pedido que lo ayudara a morir.
Me ha preparado una coartada estupenda, me ha regalado unos guantes de cuero negros y a su señal, he comenzado a oprimirle la traquea, pero justo cuando empezaba a ponerse morado le ha sonado el móvil y tras pasarse más de una hora discutiendo con una comercial de orange se ha pillado un cabreo tremendo y lo hemos tenido que dejar para otro día.
La verdad es que empiezo a estar harto de mi amigo.
Yo creo que realmente no quiere morirse, solo trata de llamar la atención de la gente que le rodea, pero ya le hemos dicho todos que nos empieza a cansar con tanta depresión y tanta tontería y que lo que tiene que hacer es comprarse un cahorrito y pagarse unas cañas.
En fin, al final a ver por donde nos sale.
Que ustedes lo pasen bien.

lunes, 18 de abril de 2011

Hijos de puta



Pues estoy calentito.
Resulta, que hoy me entero por el telediario, de que a una pareja de etarras, con delitos de sangre, el estado español les esta subvencionando los tratamientos de fertilidad, para que puedan tener cachorritos (imagino, que a alguno de los dos, el veneno que les corre por la sangre habrá envenenado la simiente).
Más de diez mil euros en lo que es el tratamiento en si y otros mil en desplazamientos para las pruebas.
Además, se les va a reubicar en la misma prisión para que puedan criar juntos a su retoño.
¿ESTAMOS TONTOS?
Esto es ya lo último.
Me jode una barbaridad costear con mis impuestos el remedio para la incapacidad de esos escorpiones, de tener larvas.
¿Y qué sucede con los padres sin hijos, los hijos sin padres, los hermanos sin hermanas y todos los destrozos familiares que han provocado esos hijos de puta?
Esto no se puede consentir...semejante bajada de pantalones.
Están en la carcel, cojones, no en la granja de Pin y Pon.
No se adonde vamos a llegar, pero estos desgraciados se aprovechan de los medios del "estado opresor" al que atacan, y aquí seguimos poniendo el culo, para lo que gusten.
Me avergúenzo horrores del gobierno y de las leyes que nos rigen.
No quiero ni imaginar lo que estarán pensando las viudas y los huerfanos de las víctimas de ETA.
Es absolutamente indignante que tengan que pasar por semejante pitorreo.
A esta cerda asesina, deberían esterilizarla, y por caridad cristiana y misericordia (palabra que ellos desconocen) se le permite vivir, presa, pero con unas condiciones más que dignas.
Los presos de ETA chupan de la teta de España con todo el descaro, con glotonería.
Estudian carreras con becas estatales (a las que muchos jóvenes españoles no pueden acceder)y de esta manera, además de labrarse un futuro, redimen pena, saliendo antes de la cárcel para seguir haciendo de las suyas.
No soy ningún fascista, ni ningún radical, pero gestos como estos claman al cielo.
Y no me da apuro ninguno repetir, que estos "papis" con las manos llenas de sangre, son unos hijos de puta.

domingo, 17 de abril de 2011

Cartas de amor



Hace tiempo,mucho tiempo quizás, que no te escribo cartas de amor.
Y el amor es como un animalito que si no lo alimentas y lo tratas con dulzura se termina muriendo.
Ya son unos cuantos años, compartiendo tantas cosas...
Me conoces, conoces mis virtudes y mis defectos, conoces mis carencias y mis excesos, mis miserias y mis miedos.
Conoces todos los juanes que viven en mi.
La vida es un juego sin reglas donde todo vale y en ocasiones se comporta de forma caprichosa.
Yo he escogido amarte con todas las consecuencias.
He elegido amarte por las mañanas, cuando te tapas la cabeza con la nórdica y reniegas del astro sol.
He elegido amarte mientras dibujas, cuando discutes con la teleoperadora de Orange y cuando te empeñas en que la perra no se suba al sofá.
He elegido amarte cuando me amas e incluso te amo cuando dejas de quererme y lloras...y yo lloro también.
Te quiero cuando me besas, cuando me acaricias y cuando me reprochas mis faltas.
Te quiero cuando estás cansada de todo, cuando estás cansada de mi.
Quererte en ocasiones es casi tan difícil como dejar de hacerlo, pero eso es porque quererme a mi mismo es mucho más complicado.
A veces estoy lleno de amor, a veces estoy lleno de dudas, a veces estoy tan lleno de ti que soy mejor persona y en ocasiones estoy tan vació que soy tan solo yo.
Muchas noches me siento como un niño pequeño que se soltó de la mano de su madre en un centro comercial, y llora al pie de la escalera mecánica. Y entonces te abrazas a mi y siento tu calor inundándolo todo.
Trato de ser lo mejor para ti pero todo me sale mal y solo puedo ofrecerte un corazón lleno de tiritas y de gasas.
Lucho por hacerte feliz pero me siento como el payaso que no hace reír a nadie y se vuela la cabeza en su rulot.
Se que en ocasiones he sido ingrato, te he fallado y te he desilusionado y me arde el alma pensando que ha habido momentos en los que te has sentido sola.
Siempre he sido el sombrero que dibuja la serpiente tras tragarse al elefante, aunque quisiera por un día ser el niño con las respuestas adecuadas, el cabello rizado y un planeta que regar.
Tu sin embargo eres el reflejo de una estrella muy lejana, que ilumina todo lo que tiene alrededor y que brilla tan hermosa que hace daño a los ojos.
Te quiero y no me avergüenza escribirlo y que todo el mundo lo lea porque habría que ser un estúpido para avergonzarse de amarte.
Nunca me separaré de ti, aunque se fusione el núcleo y la luna se llene de chalés adosados con parcela y garaje para dos coches.
Estaré aquí, contigo, el día que decidas que es suficiente y la noche en la que todo se torne oscuro.
Estaré a tu lado mientras te vayas porque aunque quizás yo me marche antes, siempre estaré donde estés tu.
Estaré en tus cuadros y en el bombín de las funciones, en la nariz de clown y en las sandalias que siempre olvidas en el coche.
Estaré muy calladito, apartándote el pelo de la frente mientras observas el mar, con los pies semienterrados en la arena y las manos en las caderas, orgullosa de estar viva.
Y lo demás...quien sabe.

miércoles, 13 de abril de 2011

Algo positivo



Hoy me han pedido que escriba algo positivo.
Supongo que debería ser algo sencillo, pero llevo aquí sentado media hora y solo se me han ocurrido siete maneras "positivas" de empalar a una persona.
Imagino que para el empalado no sera demasiado positiva ninguna de ellas, pero tendrá que reconocer que al menos, tiene el honor de ser el protagonista y con un poco de suerte, si consigo no afectar ningún órgano vital, puede que me acepten la creación en ARCO y podamos exponer la "instalación" durante el tiempo en que tarde en desangrarse.
Ya estoy viendo a los peleles de turno debatiendo al respecto y preguntándole a las masas si no es una sublime y fatalista demostración de lo efímero del arte.
Para mear y no echar gota.
En este momento, mientras escribo suena un disco de música "de raíz" donde un muchacho al que conozco, está dejándose los carrillos en una larguísima pieza para dulzaina.
No se porque me he retrotraído a las antiguas novelas de piratas..ya ves, que tendrá que ver, donde tras pasar meses en alta mar, los marineros enfermaban de escorbuto y pillaban un colorcete "yonki" de lo más sano, empezaban a perder las piezas dentales y terminaban volviéndose locos.
Joder...esto tampoco apunta hacia el positivismo.
Necesito que alguien me practique un enema king-size.
A ver...voy a tratar de reconducirme.
La vida es preciosa, ha salido un sol espléndido y los pajaritos cantan.
Las muchachas comienzan a lucir cacha y ombligo y los novios y maridos caminan a su lado, mirando a todas partes a la vez, buscando cruzar la mirada con la del salido que no le quita ojo a sus chicas.
El aire huele a testosterona y a lubricante anal, a crema para acelerar el bronceado y a chicle de sandía.
La primavera en su máximo esplendor.
Miro por la ventana y observo al vecino del chalé de enfrente, un octogenario con gorra de "caja rural" que riega orgulloso las flores de su jardín.
Laura está aquí al lado, enfrascada en la pintura de un oleo y cuando pinta no se la puede molestar.
Es lo que tienen los artistas.
A mi me da igual que me molesten, en parte porque no soy un artista y en parte porque en el fondo busco cualquier excusa para sacar la cabeza del agua y coger aire.
Ahora bien, como me vuelva a llamar la pesada de telefónica voy a poner una bomba en la sede central que riete tu de Muroroa.
Me concentro y rebusco motivos para escribir algo positivo.
Veamos: mi empresa se ha ido a la mierda y jamás conseguiré cobrar los impagos, aún con sentencias judiciales a mi favor.
Simplemente me han jodido.
Los amigos.
Los amigos están ahí, vale.
Algunos te quieren aunque no les cuentes chistes, otros te quieren aunque los chistes que les cuentes no tengan ni puta gracia y otros están esperando que tropieces para pisarte la cabeza y claro...a esos no les cuento chistes por que no me sale de los cojones.
La familia.
Quiero a mi familia y se que mi familia me quiere a mi, por eso hoy, los voy a dejar al margen.
El amor.
El amor se alimenta de vida, de cruces de miradas y de tapas por el centro.
Hoy te quiero, hoy me quieres, mañana te quiero y tu no me quieres y pasado te quiero, pero ya es demasiado tarde.
El futuro.
El futuro está lleno de proyectos futuros, y de sueños futuros y de ilusiones futuras y de momentos futuros, pero entonces llega el monstruo peludo del presente y comienza a escupir fuego y tras su paso, solo quedan restos carbonizados convertidos en pasado.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se me está ocurriendo una historia divertidísima.
Me acaba de venir a la memoria una escena de la película "Gátaca" (no se si la habréis visto) en la que el protagonista, obsesionado con no dejar rastros de su ADN en el trabajo, se cepilla compulsivamente el traje y se exfolia de forma salvaje en la ducha, antes de salir de casa.
Me gustaría saber si uno puede frotarse muy fuerte, lo suficientemente fuerte como para volver a ser el de antes.
Frotar y frotar y dejar que caigan todas las células muertas; las células de rabia y las de tristeza, las de enfermedad y las de insomnio, las de errores y tropiezos y que se te quede el cuerpecico nuevo, como el de un bebé de treinta y seis años y empezar a vivir otra vez.
Seguro que aun no ha venido nadie del futuro para presentarnos semejante poder de limpieza y desinfección.
Mierda de publicidad.
A lo que iba...algo positivo.
Pues mira tu por donde voy a terminar encontrando algo positivo: si adelantas el reloj anochece más tarde.
Esto que parece una estupidez, puede salvar muchas vidas, creerme.
Me estoy planteando convertirme en un nuevo tipo de superheroe, uno que se esconde en las taquillas de los gimnasios y adelanta los relojes, que despista a los taxistas y aprovecha para modificar el reloj del coche.
El superheroe que se sube a la torre de todos los ayuntamientos y mueve las manecillas en las esferas: "Capitán luz solar".
Ya tengo una misión en la vida.
Atención señoras y señores, niños y niñas, si se os adelanta el reloj no penséis que está estropeado,no, seguramente habrá sido que he pasado muy cerquita y sin que os diérais cuenta os he concedido más día y menos noche.
Porque la noche está llena de lobos y de falsos profetas y de gente con las manos bonitas y la mirada huidiza.
Pero no os preocupeis, que aquí estoy yo, para protegeros.

martes, 12 de abril de 2011

Asco de mundo



Hoy me he desayunado con una noticia que me ha roto el corazón.
No me refiero a que la lista del paro en España se haya engrosado con unos cuantos miles de parados más, hasta llegar ya a los cuatro millones novecientos mil, no.
Tampoco tiene que ver con que hayan adjudicado a Japón la misma categoría de desastre nuclear que a Chernobil, tampoco.
Nada que ver con la guerra civil de Libia, con los desmanes de los presidentes africanos ni con el retroceso en la lucha contra el terrorismo de las sanguijuelas batasunas.
Esta mañana he llorado, al ver como Banesto, "solo" presentaba unos beneficios anuales de ciento setenta millones de euros.
Se me parte el alma...es tan, tan triste.
No se me va de la cabeza la imagen de los pobres miembros del consejo de administración del banco a punto de saltar desde la azotea del edificio de la sede en Madrid.
Y es que es horrible.
¿Qué van a hacer ahora?
Esperemos que el gobierno del "socialista" Zapatero, salga corriendo al rescate, como el séptimo de caballería y les inyecte un par de cientos de millones de euros.
Total...ya nos los cobrará a nosotros con nuevos gravámenes, o recortando un pelín las pensiones de nuestros abuelos, que al fin y al cabo contemplar las obras desde la verja es gratis y una barra de pan para echar a las palomas del parque tan solo vale tres céntimos...o treinta, o trescientos (hace tanto que no compran pan, ni beben café, ni pagan la factura de la luz, que nuestros políticos no tienen ni puta idea de lo que vale un peine...salvo Anasagasti).
Esta mañana, entre cohiba y cohiba no se hablaba de otra cosa en la primera clase del vuelo a Bruselas.
Nuestros pobres eurodiputados se echaban las manos a la cabeza, desesperados al imaginar semejante sufrimiento para la entidad bancaria.
Menos mal que la azafata ha conseguido las diecisiete botellas de Don Perignom que le solicitaron para pasar el mal trago.
Que asco de mundo.
Lo cojonudo es que al parecer, los beneficios son un diecinueve y pico por ciento menos que el año anterior.
¡¡coño!!
Pero si el año pasado estábamos inmersos en una terrible "crisis financiera" !!!!
Algo no me cuadra.
Si los bancos ganan cientos, miles de millones de euros en medio de esta merienda de negros ¿quien esta sufriendo la supuesta crisis financiera?
Ay Dios...las familias medias.
Que gilipollas soy.
En fin, mañana me acercaré por la sucursal de mi barrio a prestarle mi hombro al director de la oficina, porque seguro que estará llorando a moco tendido y ahí es donde tenemos que estar los buenos ciudadanos, consolando a los banqueros y ofreciendoles nuestras vísceras para que se hagan un souflé.
A mi, si quieren, me pueden ir comiendo la po...

viernes, 8 de abril de 2011

Angel

Quisiera que el alma se me escapará del cuerpo. Me gustaría ser etéreo y flotar, me gustaría ser un ángel de largas alas de plumón blanco. Observar a los hombres desde las nubes y mofarme de sus súplicas y sus lamentos. Me gustaría lanzar una saeta contra aquellos que detesto, una saeta divina, impregnada en curare de Dios, de ese que te atenaza los sentidos y te va dejando morir poco a poco, hasta que te conviertes en nada y esperas la vida en un mundo futuro. Quisiera volar muy rápido, lo suficientemente rápido para estar en todos los sitios a la vez. Acechar junto a la cabecera de la cama del que implora ayuda y susurrarle al oído que se pegue un tiro y luego volar hasta la cúpula de una catedral y observar a las beatas arrodilladas, pasando muy rápido las cuentas de sus rosarios. Me gustaría ser omnisciente, para dejar de tener preguntas, para vender las respuestas y corromper las conciencias. Me gustaría tener una espada de fuego y hundirla en el pecho del malvado, del odioso, del impuro, del ingrato, del cruel, del inmisericorde. Hundirla hasta la empuñadura en las entrañas del avaro, del que ejerce su poder sin conciencia, del que envenena la tierra y el mar. Quisiera ser yo el que castiga, el Ángel de la muerte, la ira de Dios. Y sin embargo camino por la calle escuchando los pensamientos de la gente, sin poder hacer nada. Quisiera ser un Angel negro, porque siempre he tratado de ser un Ángel de amor y eso me ha vuelto débil y ahora agacho la cabeza.

miércoles, 6 de abril de 2011

Y hoy me ha dado por allá.




Julían tiene nueve años, pesa ochenta y cinco kilos y mide más de un metro ochenta.
Al margen de su descomunal tamaño, Julián nació con un cerebro privilegiado, ya que a los tres años, hablaba a la perfección tres idiomas, escribía artículos de opinión en su propio blog y encontró un remedio para solucionar la grave crisis financiera que asolaba su país. Aunque jamás lo compartio con nadie...ya se sabe, a rió revuelto, ganancia de pescadores.
Los padres de Julián, incapaces de asumir tamaño espécimen, terminaron divorciandose.
Su padre quedo muy tocado con la separación y los fines de semana en los que Julian acudía a su casa, aprovechaba la ocasión para asesorar a Julián en cuestiones femeninas, aunque la verdad, con una visión del tema muy particular.
Para el padre de Julián, las mujeres, todas, son seres malvados y egoístas que solo buscan su provecho, aun a costa de destrozar la vida del hombre que este a su lado.
Julián, que es bastante más inteligente que su padre, escucha en silencio y le va rellenando la copa de vino, una y otra vez, sabedor de que a partir de la segunda botella, su padre se irá agotando poco a poco hasta caer inconsciente.
En ese momento Julian toma posesión del hogar paterno y aprovecha para entrar en el ordenador del despacho y transferir pequeñas cantidades de dinero a una de las cuentas que se ha creado a través de internet.
En ocasiones, da rienda suelta a su instinto y tras inmovilizar al pequeño gato persa de su padre, lo somete a un sinfín de pequeñas torturas, eso si, sin dejar ninguna marca que pueda delatar su "diversión".
Y es que Julian, es un pequeño psicópata.
Algunos fines de semana los pasa en casa de su madre y el nuevo novio de esta.
El novio, Castor, es un ser pusilánime y asustadizo que entendió a la perfección quien mandaba el día en que Julián, con una frialdad impropia de un niño de su edad, casi demoniaca, le agarro firme por la nuca y le dijo muy despacito, que si no hacia todo lo que el pidiera, mataría a los dos pequeños de Castor, fruto de un anterior matrimonio.
Al llegar el verano, Julian iba a pasar un par de meses a casa de sus abuelos, en una población costera de Galicia.
Desde los siete años Julian habia entrado en contacto con algunos narcos locales, los que sorprendió con unos sabios consejos que permitio a estos burlar la vigilancia de la Guardia Civil y aumentar considerablemente sus ingresos.
Julian, delante de sus abuelos se comportaba como un niño normal, no quería estropear su tapadera.
Incluso acompañaba a su abuelo a pescar, ya que este conocía a la perfección cada recoveco de la endiablada costa gallega y esa información, era vital para el buen desarrollo de los planes de Julian.
Bien es cierto que tenia que aguantar por el camino las batallitas interminables de su abuelo, pero bueno, era un pequeño precio a pagar.
Una mañana, su abuelo se levantó antes de lo habitual y sorprendió a Julían "divirtiéndose" un poco con el cebo vivo que utilizaban para la pesca.
El abuelo descubrió algo horrible en los ojos glaucos de aquel niño que estaba disfrutando descuartizando a las pequeñas lombrices y observando como se retorcían.
No pudo resistir la impresión y el corazón se le paró allí mismo, y murió.
Mientras la abuela lloraba desconsolada en la ambulancia, preguntándose donde se habría metido su nieto, Julían se dirigía solo hacia una pequeña cala, para controlar el desembarco de más de mil fardos de su propia mercancía.
Y es que Julían, con tan solo nueve años, se había convertido en uno de los mayores traficantes de cannabis del país.
La idea le surgió al ojear aburrido un cuento absurdo e infantil, donde el protagonista plantaba unas semillas mágicas que hacían brotar una planta descomunal.
Encerrado en el garaje que había alquilado con un DNi falso, y que pagaba puntualmente desde una de sus cuentas, Juliánn trabajó duro hasta conseguir mutar una variedad de "Sativa" que produjo la asombrosa cantidad de setenta kilos con tan solo tres macetas.
En la actualidad, Julián disponía de varias naves industriales y la producción global ascendía a más de ocho mil kilos anuales.
Por supuesto, él solo nunca habría podido controlar todo aquello, por lo que creo en la red un complicado entramado de direcciones, links y páginas falsas, a través de las que contrató a un centenar de sicarios rusos y colombianos, que tan solo sabían de su jefe que respondía al alías de "gato negro" y que si le fallabas, estabas muerto.
Al volver a Madrid, tras la muerte de su abuelo y tras haber comprobado que las vías de desembarco eran seguras y que la mercancía sería distribuida correctamente a todos los colegios e institutos de España, Julian se dio un pequeño capricho, entró en un Burguer King y pidió un dople Wooper.
Pero la vida, en ocasiones es cruel.
Al tragar el segundo bocado, algo duro (más tarde se descubrió que se trataba de un diente de rata, un incisivo, para ser más concretos)le obturo la glotis.
Julián no podia respirar y comenzó a revolcarse por el suelo.
Los empleados de la hamburgueseria, le observaron unos segundos y tras llegar a la conclusión de que seria un niño, presa de una pataleta por no poder comer más, siguieron como si nada con sus quehaceres.
Julían murio allí mismo, maldiciendo su negra suerte y deseando que todo el mal que habia hecho en vida, no lo estuviera aguardando al otro lado del tunel.
Por primera vez en su vida, Julián se equivocó.
El médico de guardia solo pudo certificar la defunción del muchacho, aunque hubo algo que le llamó poderosamente la atención. En el rostro frio de aquel niño, el doctor descubrió un rictus, una mueca de espanto como jamas había visto en sus largos años de profesión. Era como si en el último momento, aquel niño hubiera contemplado la faz del diablo.

martes, 5 de abril de 2011

Hoy me ha dado por aquí.




Ondas en el agua

El niño había llegado hasta la playa caminando desde la casa de sus abuelos, a unos dos kilómetros de allí. Conocía bien el camino, ya que cada verano, al llegar las vacaciones estivales, su madre lo enviaba a Galicia con la abuela y el abuelo, y su pequeño perro de aguas, llamado Lupa.


El no decía nada y preparaba su maleta, lo hacía solo, no porque ya fuera muy mayor, sino porque desde que sus padres se separaron, cada fin de semana tenía que escoger la ropa, preparar el neceser, elegir un par de cuentos para leer por la noche y un único peluche que le acompañara, ya que no le permitían llevar más.


Dependiendo en casa de quien le tocara pasar el fin de semana escogía unos cuentos u otros.


Si dormía en casa de su madre, se llevaba el cuento de las habas mágicas, y en silencia, al llegar la noche, lo leía una y otra vez desde el refugio de su cama.


Quisiera tener esas fantásticas semillas, para trepar por la planta hasta llegar más arriba de las nubes, lejos, muy lejos, tan lejos que el novio de su madre no pudiera alcanzarlo con sus insultos y sus bofetadas.


Y es que este niño, cometió el pecado de estar gordito.


El novio de su madre, Castor, tiene dos hijos modélicos. Juegan en el equipo de futbol del colegio y sacan muy buenas notas, sobre todo en Educación física.


Son altos y esbeltos y Castor está muy orgulloso de ellos. Sin embargo a Julián, que es como se llama este pequeño, lo detesta.


Siempre lo está humillando, llamándolo “gordo”, “croqueta”, “bola de sebo” y algunas otras originales lindezas.


Cuando la madre de Julián no está delante, Castor aprovecha cualquier excusa para soltarle un par de bofetadas y si Julián no puede contener las lágrimas, vuelve a abofetearlo, para que aprenda a ser un hombre.


Una vez Julián sorprendió a su madre contemplando una de esas vejaciones desde la puerta de la cocina y al volver sus ojos hacia ella, anhelando una palabra de ayuda, ella aparto los suyos, se giro y desapareció en silencio.


Si dormía en casa de su padre, Julián se llevaba en la maleta un cuento my cortito, llamado “El gato”, que hablaba de un niño huérfano que descubre que puede hablar con los animales y entabla una gran amistad con un gato negro.


Julián quisiera poder hablar con el gato de su padre, un minino persa que soporta a regañadientes sus caricias y preguntarle porque su padre está siempre triste y solo, llorando frente a la foto del día de su boda y bebiéndose las botellas de vino despacito, una detrás de otra, sentado en el sofá del salón.


Castor al menos nota su presencia, su padre ignora que aquel niño es lo único que le queda de su triste matrimonio. O quizás no lo ignora y por eso prefiere olvidarlo en la habitación del fondo, pintada de azul.


Con la llegada del verano, Julián vuelve a sonreír.


Los abuelos le quieren y tratan de hacerle sentir un niño normal. No le pegan, ni le insultan, ni hacen como si no estuviera delante, al contrario.


Cada mañana el abuelo toma un par de antiguas cañas de pescar y prepara el cebo. Julián ha aprendido a desenterrar lombrices para rellenar el bote del cebo y siempre lo tiene rebosante de escurridizos gusanos.


El abuelo y él caminan despacio durante un buen rato, hablando de cosas sin importancia.


En ocasiones el abuelo le cuenta historias de barcos fantasmas y de monstruos marinos y a Julián le gustaría que no terminara nunca.


Pero esta mañana Julián ha ido solo a la playa.


Se sienta en la orilla y comienza a lanzar piedrecitas al mar, haciendo que surjan unas ondas diminutas y concéntricas en la superficie.


Julián hoy se ha despertado con los ladridos de Lupa, unos ladridos nerviosos, casi frenéticos, unos ladridos que anunciaban que algo no iba bien.


Y efectivamente, cuando el abuelo estaba preparando las cañas, como todos los días, su corazón se ha parado de repente y se ha caído al suelo.


Lupa ladraba histérica al equipo del SAMUR que se ha acercado hasta la casa, entre sirenas y luces.


La abuela lloraba desconsolada y sin darse cuenta de que dejaba en la casa un niño de nueve años, solo y asustado, se ha montado en la ambulancia y se ha ido al hospital, sujetando entre lágrimas la mano inerte del abuelo.


Julián arrojó otra piedra y otra más y sin darse cuenta comenzó a llorar.


Julián tiene nueve años, pero ya no quiere vivir, solo quiere desaparecer con su tristeza, que le desgarra las entrañas y le nubla la visión.


La tristeza y la desesperación son unos seres horribles que si se adueñan de ti, te van matando poquito a poco, alimentándose de imágenes grises y de malos recuerdos y cuanto más comen ellos, menos ganas tienes tu de comer.


Cuando alguien está muy triste, comienza a adelgazar un poquito cada día, despacito pero inexorablemente.


Al bajar del autobús que le condujo de vuelta a Madrid, donde lo esperaban su madre y Castor, este gritó sorprendido “vaya, parece que el zampabollos se va a convertir en un niño normal”.


Julián se fue consumiendo poquito a poco, alimentando los monstruos que vivían dentro de él con las pocas fuerzas que le quedaban.


Su madre le llevó al médico, pero este no le encontró ninguna dolencia que diagnosticar así que le recetó un complejo vitamínico y una dieta rica en hidratos y proteínas y le despachó con una palmadita en la espalda.


Pasaron un par de meses y Julián tuvo que ser ingresado. Apenas pesaba veinte kilos y nadie se podía explicar cuál era el mal que se estaba llevando la vida de aquel niño.


Julián no tenía fuerzas para hablar y los pocos ratos que no permanecía sedado o dormido, los pasaba sollozando en voz muy queda.


De vez en cuando algún enfermero trataba sin éxito de hacerle sonreír, pero poco a poco todos empezaron a temer entrar en la habitación de aquel niño triste.


Su padre solo fue a visitarle un día, se quedó frente a él muy serio, sin decir nada y al poco las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro, humedeciendo la larga barba rubia. Entonces se dio la vuelta y se marcho, y no volvió más.


En ese momento Julián noto como los monstruos que le devoraban por dentro, acababan de escoger su próxima presa.


Castor acompañó a su madre en alguna ocasión y al principio se quedaba junto a la cama observándole, casi con lástima o puede que con algo de remordimiento, pero también se cansó de perder el tiempo en aquella habitación y dejó de venir.


Una noche, Julián se despertó sobresaltado por un ruido tremendo, y cuando sus ojos pudieron acostumbrarse a la tenue luz que irradiaban los monitores donde permanecía continuamente conectado, Julián se quedó estupefacto.


A los pies de su cama, destrozando el suelo con las raíces había brotado una planta enorme, que perforando el techo ascendía vertiginosa por encima de las nubes.


Julián se levantó curioso y al acercarse al colosal tallo y observar aquel formidable milagro, escuchó muy nítido un maullido, alzó la vista y arriba, muy arriba, posado plácidamente en una rama, había un gato negro que le observaba atentamente.


“Hola” dijo Julián y para su sorpresa el gato abrió la boca y en perfecto castellano le contestó y le dijo “ven, sube, no tardes, porque tu abuelo te está esperando para ir a pescar, ya va a amanecer y los peces con el sol se vuelven muy precavidos y no asoman a la superficie”.


Julián se puso con cuidado sus zapatillas y comenzó a trepar y trepó y trepó y con cada metro que ascendía por aquella planta mágica sentía como los monstruos que le habían estado devorando durante meses dejaban de morder y sin más, de repente, se fueron.


Julían distinguió entre varias la voz cantarina y amable de su abuelo y entonces comenzó a trepar más rápido y sin darse cuenta, sonrió.


El médico de guardia se acercó a comprobar los monitores, tomó el pulso del pequeño y no pudo hacer otra cosa que certificar la defunción.


Hubo algo que le llamó tremendamente la atención, en el semblante plácido de aquel niño triste, brillaba una enorme sonrisa.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Dentro de mi coco.

Me gustaría viajar al interior de mi cerebro. Darme un paseito por las extensas praderas neuronales, las vacías avenidas del hipotálamo (hasta hace no mucho pensaba que era un animal gordo que vivía en los ríos de África) y tomarme unas cañitas en cualquiera de las tascas de mi cerebelo.
No se porque funciona de la manera en que lo hace, no se si tengo o tuve algún tipo de carencia de oxigeno o de minerales o de whisky de malta. El caso es que estoy deseando tomarme un cafetito con Punset (el tipo simpático que anuncia la Nintendo) y que me explique que cojones anda mal ahí dentro.
Ultimamente estoy haciendo un montón de fatigosos ejercicios de introspección y tras adoptar la postura número uno de relajación de mi libro de yoga, respirar profundamente tipo "pranayama" durante diez minutos y visualizar una caballo blanco, todo se viene abajo y aparece el señor absurdo que conduce mi vida. El caballo blanco, que corría por una playa extensa de arena blanca, comienza a practicar break dance y entra en el mar de espaldas, haciendo el paso lunar. Al tratar de volver a concentrarme de nuevo, se me presentan imágenes tan absurdas como la de un grupo de majorettes con brazaletes fascistas y bates de beisbol persiguiendo a Epi y Blas que tratan de escapar subidos en una Vespa morada o la de Zapatero vestido como un judio ortodoxo bailando "la cumparsita" con "Tinky-winky".
Algo me dice que eso no es muy normal.
El gran error, ha sido buscar información al respecto en internet. En menos de una hora, he llegado a la conclusión de que : A) Tengo síndrome de falta de atención. B) Sufro de obsesiones compulsivas. C) Me traumatice a los cinco años al descubrir que los teleñecos no eran seres vivo y D) Soy una mujer atrapado en el cuerpo de un hombre, que a su vez es un hombre atrapado en el cuerpo de un niño.
Jesús!!!
Lo que me sorprende es como he podido llegar a los treinta y seis años sin haber sido ingresado ni una sola vez. También me sorprende que me hayan concedido el estatus de ciudadano y que se me permita votar. Lo que más me sorprende (puestos a sorprenderme) es que una mujer como la que duerme conmigo se haya fijado en mi e incluso haya llegado a enamorarse. ¿Qué coño pasará por su cabeza al mirarme? ¿será nuestro amor un experimento de la Nasa? ¿Y mis amigos? Hombre...si me pongo a analizar, ahora me doy cuenta de que es algo sospechoso que cuando voy a tomar una copa a casa de un amigo, este guarde al perro y a los niños en la habitación del pánico y tenga siempre el 112 marcado en la pantalla del móvil.
Aún así sigo comprandome la ropa en tiendas para gente normal.
A lo mejor, mis padres eran los líderes de una raza interplanetaria que al ver que su planeta se iba al carajo, me envolvieron con una manta de Ágata Ruíz de la Prada y me enviaron a la Tierra buscando mi salvación. Luego fui recogido por unas adorables monjitas que me llevaron a un hospital de Cadiz donde el pediatra me vendió por siete mil pesetas y dos latas de aceitunas (rellenas) a un matrimonio de Valladolid. Seguro que dentro de unas semanas, este oscuro proceso de transición a la vida adulta que llevo sufriendo desde hace quince días, resulta ser un cambio evolutivo y de repente adopto una postura filosófica más cercana al existencialismo. Puede que tan solo descubra que Raphael canta bien (esto podría acabar conmigo). No se...pero me preocupa mi psique.
He tratado de experimentar con drogas, poniendo a prueba la resistencia de mi cerebro y lo único que he conseguido es balbucear expresiones como "papuchi" o " divino de la muerte" y desarrollar una afición desmesurada por el cine "dogma" de los años noventa.
A mi Lars Von Trier siempre me pareció un petardo prepotente y ridículo y al segundo canuto de marihuana me descubro con una cámara al hombro grabando a mi perra mientras restrega el trasero por el césped del vecino, para después cambiar el plano y registrar el suave vuelo de una solitaria bolsa del Mercadona. NECESITO AYUDA, POR FAVOR.

sábado, 26 de marzo de 2011

Demonio de Tasmania

Tengo un amigo que es un manitas...y le envidio.
El tipo debe de ser una especie de "equipo A" el solito.
Prueba de ello es que le hemos dejado en el garaje de su casa nueva, con unas cuantas herramientas y un cargamento de material y en tres meses (durante los cuales por cierto, siempre venia a tomarse las cañitas con ropa de faena y manchas de todo tipo, pero con una sonrisa de oreja a oreja)se ha fabricado en ese habitáculo una bodega con todo lo necesario para satisfacer nuestras ansias dionisiacas, un taller de trabajo y un pequeño garaje para guardar sus Vespas, que también como no, ha restaurado por completo con sus manitas y sus abalorios.
Además el jodio hizo un niño (esta vez con la ayuda de su señora) y también le salio niquelado.
Que cabrón.
No se si quiero que nos siga invitando a ir a su bodega, porque cada vez que vamos Laura me mira de una forma diferente.
Y es que yo siempre he sido un manazas espantoso.
Soy incapaz de construir nada que dure más de quince segundos.
En unas maniobras, en la "mili", me ordenaron que construyera un puesto de tirador con elementos del entorno.
Ahí estaba yo...en la sierra de Cáceres, rodeado de piedras y arbolitos y con el Leroy Merlín más cercano a setenta kilómetros.
Saqué mi bayoneta y corté unas ramas(de paso me corté media falange del dedo gordo de la mano derecha)cavé con la pala de zapador un agujero en el suelo y me metí dentro con el fusil.
Con las prisas y el dolor del dedo olvidé cubrir la posición con el ramaje y cuando vino el jefe del destacamento se encontró con un fulano sangrando, medio enterrado en el suelo y rodeado de ramitas esparcidas al rededor del agujero.
Se me veía perfectamente, según me comentó, desde la puerta del cuartel.
Lo más humillante es que me llevó con él a ver el trabajo del resto de mis compañeros.
Yo no me podía creer aquello...joder, si hasta el "carapijo" el más cazurro de la compañía había construido un tinglado acojonante, se había hecho un chamizo en la copa de un árbol, que además de estar completamente mimetizado tenia unas vistas preciosas.
Lo cierto es que si me remonto a mi más tierna infancia, me doy cuenta de que siempre fui un inútil.
Mientras el resto de los niños de la guardería hacían perritos y cochecitos con la plastilina, yo siempre hacia la misma puta bola roja y pegajosa, absolutamente irregular.
En los Scouts me mandaron poner la tienda de campaña de mi escuadra el primer día de acampada y esa misma noche sufrí un horrible correctivo físico por parte de mis compañeros al descubrir que tendrían que dormir a la intemperie, porque había rajado la lona de la tienda de lado a lado con uno de los mástiles.
Y lo peor es que creo que me pasa lo mismo en el plano emocional.
Soy bastante patoso, no se escoger las herramientas adecuadas y en muchas ocasiones, creo haber construido una relación de amor o de amistad bien cimentada y férrea y resulta que la construcción es defectuosa y todo se va al carajo.
Entonces me encuentro recogiendo los escombros de todo aquello y preguntándome que coño hice mal.
Quisiera ser un habilidoso felino, un castor...o un pájaro carpintero y no soy más que un pequeño demonio de Tasmania.
Me he tragado todos los capítulos de "Bricomania" he leído todos los libros de Jorge Bucay, me he matriculado en Arquitectura y en la facultad de Psicología, pero mucho me temo, que toda mi vida seguiré siendo el patán que observa asustado como las cosas se vienen a bajo en medio de una gran polvareda y solo puede pedir perdón en voz bajita.
Puede que ahora esté empezando a construir con cabeza y con la argamasa adecuada, no lo se, por si las moscas no se arrimen demasiado.

viernes, 25 de marzo de 2011

Carámbano

Carámbano es un títere de calcetín.
Han tardado en darle forma menos de tres horas.
Carámbano tiene la nariz enorme y roja y los ojos tristes, el pelo azul y largo y un gorrito marinero.
Carámbano, como casi todos nosotros, tiene una misión en la vida.
La suya va a ser irse muy lejos, hasta Nicaragua, para ayudar como pueda en las terapias que allí se realizan con las niñas víctimas de violaciones, abusos sexuales y violencia física y psicológica.
Carámbano tiene cuerpo de nylon, ojos de botones forrados con tela y nariz de metal recubierta de gasa.
Pero su corazón es humano...muy humano.
Su creadora ha donado un poquito de su corazón, para que viaje hasta el otro lado del mundo, y me consta que ha sido un acto generoso, porque en estos momentos su corazoncito está pasando una mala racha.
Os necesitamos, os necesitan.
Aquí sufrimos cuando nos bajan un cinco por ciento del salario, o cuando nos suben tres céntimos el precio del litro de combustible.
Nos enfadamos si un sábado no podemos salir de copas porque "hay que ajustarse el cinturón".
En nuestro mundo, si haces tres comidas ligeras al día es que estas a dieta, y si alguien te levanta lo más mínimo la voz, te sientes maltratado y humillado.
En otros lugares, hay niñas de cinco años que no pueden dormir, porque creen que si cierran los ojos volverá ese monstruo que les arranca la vida y la infancia a través de "esa parte" de sus pequeños cuerpos sin formar.
En otros lugares, hay muchas personas que suspiran por conseguir algo de alimento, por escaso que sea, para llevar a sus hijos.
En otros lugares hay muchos bárbaros que en cuanto se han bebido sus miserias en la taberna, vuelven al "hogar", para "ajustarse el cinturón" sobre la espalda de su mujer, o de su hija, vomitando con cada golpe de correa la rabia que provoca la pobreza y la desesperanza.
En otros lugares, hay algunos sujetos que no dudan en pagar los tres céntimos de más en la gasolina, y después rocían con ella un cuerpo frágil y asustado, y arrojan una cerilla.

Podéis entrar, si os apetece, en el blog: www.titeresenruta.blogspot.com y pinchar en la ventana "tu títere y tu", allí iremos colgando las fotos que nos envíen aquellas personas que están manufacturando títeres para enviar a Nicaragua.
Os animo a aportar vuestro granito de arena, a informaros de esta iniciativa, que lleva el respaldo y el cariño de muchas personas, y a construir un títere, por sencillo que sea.
Desde aquí, os lo agradezco de corazón.

martes, 22 de marzo de 2011

Remar.


La vida es eso, un continuo remar.
En ocasiones las aguas están mansas y casi no cuesta trabajo. Uno podría tumbarse con la cabeza apoyada en la popa y dejarse llevar, contemplando las ondas que producen las gotas de lluvia al impactar contra el mar.
Así es estupendo, lo malo viene cuando se levanta el temporal.
El mar se revuelve y en la inmensidad de la vida, la pequeña chalupa que es tu persona se torna excesivamente frágil y es practicamente inevitable sentir terror.
Hay dos opciones, la primera es dejarse hundir, a sabiendas de que una vez que te sumerjas va a ser muy difícil volver a tomar aire y la segunda, agarrar con fuerza los remos y dejarte los brazos y las muñecas en cada palada.
Cuanto más te esfuerzas en llevar la barca a la seguridad de la playa, más ímpetu ponen las olas en darle la vuelta a tu existencia y arrastrarte hasta lo más profundo.
Remas y remas y las sienes parecen reventar, pero no te amilanas, porque sabes que por encima de todas las cosas quieres vivir.
Yo quiero vivir.
Ahora mismo estoy remando aferrado a este teclado, empapado y muerto de frío, asustado pero decidido a llegar a tierra.
Mi barca hace aguas, y siento como las corrientes tratan de hacerme perder el rumbo, pero no dejo de remar.
Un esfuerzo y otro y otro más y de nuevo esa ola que rompe contra la quilla haciendo que la embarcación pierda estabilidad, aprieto los dientes y cierro los ojos.
Remar, remar es todo lo que puedo hacer y aunque ya no sienta los brazos tengo que remar.
Al mirar a mi alrededor puedo ver un gran número de embarcaciones de todos los tamaños, esquifes, chalupas, motoras, pesqueros, canoas, petroleros, embarcaciones de recreo de todo tipo, barcos de guerra, cientos, miles, millones.
Algunos abandonan y se hunden, pero yo no, yo no voy a a abandonar, pienso remar mientras me quede coraje para ello.
Y tu...¿qué vas a hacer?

domingo, 20 de marzo de 2011

Amiga lectora


Este es un pequeño reconocimiento a una lectora de este blog.
La amiga Mirinda, tiene parte de culpa de que uno se siente ante el ordenador a vaciarse las entrañas, así que si tenéis que pedir responsabilidades a alguien, buscadla por Madrid.
Me consta, por su forma de escribir y las referencias que suele hacer, que es una persona culta e instruida y eso me aterroriza y me llena de orgullo al mismo tiempo.
El nacimiento de este blog, sucedió como la mayoría de las cosas que ocurren en mi vida, de forma absurda.
Me gusta leer y siempre me hubiera gustado escribir, pero uno es más perro que "Niebla" y jamas me he tomado nada demasiado en serio.
Laura (mi señora esposa) diseña páginas web y blogs para sus clientes y medio de broma le pedí que me hiciera uno, puesto que yo soy un absoluto inútil informático.
La muchacha se tomó su tiempo y desarrolló este espacio, con lo que no me quedó más remedio que empezar a escribir en él.
Rápidamente me enganché, porque entre otras cosas, escribir es una forma maravillosa de ahorrarse un pastón en psicólogos y poco a poco empecé a crearme la necesidad de plasmar lo que sucede en mi mente a través de este blog.
Para mi sorpresa, descubrí que hay personas al otro lado de la pantalla, que de vez en cuando entran y leen mis sandeces.
A algunos les parecen divertidas y algunos otros sencillamente no vuelven a entrar. Solo unos pocos han tenido fiebre alta y visión borrosa.
Mirinda lee y participa asiduamente, comentando muchos de los post y sinceramente se lo agradezco, porque de alguna forma hace que trate de superarme e incluso ha conseguido que en ocasiones pase el corrector ortográfico.
Gracias por estar ahí, espero no decepcionarte y si he conseguido que en algún momento, al leer este blog hayas pasado un rato agradable, me sentiré tremendamente feliz.
Un beso grande y mi más profundo agradecimiento.
Juan.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Haiku

Aunque jamás temió enfrentarse a la muerte, el samurai pensó que le hubiera gustado morir de otra manera, con honor.
Encaramado en el tejado de su modesta vivienda, Hiruto contempló en silencio la desolación que se extendía a su alrededor.
Todo estaba completamente arrasado.
Recuerdos de su infancia afloraron rápidamente, aquella gran explosión, los campos de arroz, la cosecha perdida, su aldea destruida, los millares de cadáveres calcinados y mutilados.
No había podido ayudar a su esposa. La gran ola llegó con asombrosa velocidad y no dio tiempo más que a cruzar una mirada, mientras el empuje del mar arrastraba a la anciana. Segundos después desapareció bajo el agua y tan solo tuvo tiempo para aferrar su katana y trepar a la parte más alta de su hogar.
Aquella espada había pertenecido a sus antepasados por generaciones, simbolizando el honor y el orgullo de una larga estirpe de Samurais.
El padre de Hiruto murió combatiendo a los duros guerrilleros vietnamitas, su abuelo cayó ante las tropas rusas una fría mañana de enero, cuando la Santa Barbara de su navío fue alcanzada por un obús.
La mayoría de los hombres de su familia había muerto en combate, y aquello le despertaba cierta sensación de impotencia, de rabia e incluso si su férreo código se lo hubiera permitido, de envidia.
De todas formas esto tenia que suceder más tarde o más temprano.
La tierra en Japón acostumbraba a quejarse, sacudiendo de vez en cuando aquello que le arañaba el lomo, pero todo tiene un límite y en la guerra feroz que enfrentaba al hombre contra el planeta, tenían que darse batallas como esta.
Hiruto cerró los ojos y respiró hondo.
Meditó su último Haiku:

"como el recuerdo,
mi vida se empaña,
por la desgracia"

Algo tétrico quizás, pero iba a morir y no estaba la cosa para hablar de pájaros ni de jardines.
Un alarido lo sacó de su ensimismamiento.
Al abrir los ojos aun pudo ver como la mano de un niño trataba de aferrarse al parachoques de un camión que era arrastrado por la fuerza del mar.
Que absurdo, pensó, los niños no deberían morir así, no han tenido tiempo de comprender.
El nivel del agua subía rápidamente y en breve sería engullido completamente por el mar.
Hiruto desenvainó la espada de forma solemne y adoptó la posición de ataque, con la vaina perpendicular a sus ojos y la hoja de la katana dirigida hacia el sol.
Un helicóptero del canal internacional de televisión NBC se aproximó hacia su posición.
El cámara observó impresionado la figura de un anciano que empuñaba una espada desafiante mientras el mar lo cubría por completo.
No se movió un ápice, no cambió un milímetro el rictus de su rostro.
Tan solo, desapareció.
El reportero quedo sobrecogido ante aquella demostración de valor, o de resignación ante el fin.
Pocos segundos después el tsunami había hecho desaparecer por completo aquella población, arrastrando embarcaciones, viviendas y vehículos en medio de un caos espantoso, pero los ojos de aquel anciano le habían transmitido serenidad.
El japones es un pueblo muy extraño, pensó para si, hizo un gesto al piloto y cambiaron la dirección de la aeronave, poniendo rumbo hacia la capital.
Mientras, una vieja espada samurai transportada por el agua se atoró entre las traviesas del tren y la fuerza del mar rompió su hoja.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Retales del pasado

¡¡Atiende que sujeto!!
Este señor, es el Padre Loring, Jesuita, predicador y autor de un Best seller que ha vendido más de un millón de ejemplares en sus cinco ediciones.
Es famoso por sus sermones en Youtube y por las polémicas apariciones en diferentes cadenas de televisión.
La primera vez que lo vi en acción, el pánico impidió el natural control de mis esfínteres y me oriné en los pantalones.
Cuando era pequeño, mis padres en su afán por darme la mejor educación posible, me matricularon en un colegio privado de jesuitas, donde pasé muchos años de mi infancia y adolescencia, hasta que los curas perdieron la batalla por la salvación de mi alma y claudicaron de la peor de las formas posibles: expulsándome.
Antes de que llegará aquél día, un 12 de septiembre de 1990, se emplearon a fondo conmigo para tratar de "enderezarme".
Podría contar cientos de miles de anécdotas de todo tipo, pero generalmente, yo escribo en este blog para pasarlo bien, y para tratar de que vosotros lo paséis bien.
Hasta octavo de E.G.B (lo que hoy equivaldria en edad a 2º de la E.S.O y en conocimientos a 2º de la L.O.G.S.E) fui un niño bastante normalito, yo diría que incluso "bueno" en el sentido más católico de esta palabra.
No me metía en problemas, aprobaba los cursos, ayudaba a mis papás y acudía a misa dos veces por semana, e incluso una vez al mes, oficiaba de monaguillo en la Eucaristía del colegio.
Además era un niño muy mono, muy educadito y muy limpio (también en el sentido más católico de la palabra).
No se que paso en mi interior al llegar a aquel curso, pero de una forma sorprendente, comencé a alterar mi conducta.
Suspendía, faltaba a clase, robaba a mis padres, me encaraba con los profesores y descubrí el fabuloso placer que ocultaba mi entrepierna.
Encararte con un jesuita de metro noventa y manos como palas, es un acto de heroísmo.
Los guantazos más dolorosos y potentes de mi vida los he recibido de manos de estos siervos de Dios (ciervos de Dios, como a mi me gustaba llamarlos).
En el colegio había al menos una docena de jesuitas navarros, hombres recios y severos, excedentes de la "reserva espiritual de occidente" que consagraron su vida a mantener ideales de un tiempo mejor (para ellos) y retales del pasado.
Fui encerrado, humillado públicamente, golpeado, castigado de todas las formas posibles e incluso, tratado con "mucho cariño" por parte de alguno de estos tipejos, que confundían los sentimientos y castigaban sus poluciones nocturnas a golpe de cilicio.
El encontrarme con los vídeos de este "Padre", ha despertado los fantasmas del pasado, y ahora, con treinta y seis años, el bigote blanco y los co...nes negros (bueno, en mi caso rubios) me gustaría plantarme frente a él y rebatir todos sus argumentos educativos uno por uno.
La letra con sangre solo ha dejado cicatrices imposibles de borrar en muchos de aquellos niños.
No voy a entrar a discutir si una bofetada a tiempo es o no una gran medida didáctica (puedo entender que un padre, en determinadas ocasiones tenga que darla) pero de ahí a que un desconocido, te golpeé hasta que no puedas resistirlo, hay un inmenso trecho.
En una ocasión, mi padre tuvo que acudir al colegio, porque el profesor de dibujo, me golpeo duramente ante toda la clase, por mi incapacidad para dibujar un caballo de su gusto.
Me arrastró de las patillas por el aula y me regaló una docena de aquellos famosos "capones" que tanto les gustaban.
Obviamente ante mi padre se vino abajo (seria porque es abogado) y el claustro presentó sus excusas.
Hoy, envidió la capacidad de mi mujer para dibujar cosas bonitas, a mi me mataron esa habilidad y soy incapaz de coger un lápiz o un pincel.
Espero que ese millón de personas que ha comprado el libro del "Padre Loring" , recapacite antes de poner en práctica sus consejos.
Insisto, no soy de los ñoños que piensan que puedes traumatizar a un niño por decirle que ha hecho algo mal, o por tratar de corregirle y ayudarle. El aprendizaje forma parte de la vida de todo ser humano y en ocasiones ha de ser duro.
Lo que detesto hasta a saciedad, es el abuso de autoridad, la imposición de ideas mediante la violencia y la prepotencia del fuerte sobre el débil.
Y lo peor de todo, es que quieran venderlo encima, como la palabra de Dios.
Ojo, porque primero despertarán sus ideólogos y después, y cuando ya no podamos evitarlo, vendrán de nuevo aquellas mentes confundidas, que te entregaran a la hoguera, te harán beber hierro fundido o te someterán al "potro" por afirmar que "sin embargo...se mueve".

martes, 22 de febrero de 2011

Carolina.

Aquella morena pequeñita de nariz respingona me estaba trastornando completamente, poniéndome el corazón a bailar merengue cada vez que su mirada se cruzaba con la mía.
Coincidimos durante tres semanas en unas clases de expresión corporal y ya desde el primer día, en que el destino nos seleccionó para realizar un ejercicio por parejas, supe que esa sonrisa al tiempo infantil y maligna, cambiaría mi vida.
Y vaya si la cambió.
Fue un viernes por la tarde, al salir del aula sudorosos y extenuados, cuando se acerco a mi pizpireta y terriblemente hermosa, y sin darle importancia alguna a la proposición, como si fuera lo más natural del mundo, me invitó a cenar en su casa esa misma noche.
Corrí hasta casa en una suerte de trance místico-nervioso y mientras me duchaba fantaseé con cientos de situaciones en las que ella me apartaba el pelo del rostro buscando mis labios, acariciaba mi nuca con las uñas en pleno éxtasis o simplemente, se despojaba de la ropa en un erótico baile a ritmo de blues.
Antes de salir de casa, asalté la cava de mi padre y escogí una botella de Moet del ochenta y dos, no porque entendiera de champanes franceses y añadas, simplemente porque ese fue el año de Naranjito y tan simpático personaje no podía asociarse más que a diversión y locura.
A punto estuve de matarme por el camino.
Conduje como un loco, con la Vespa hiper-revolucionada echando humo del esfuerzo, solo quería llegar, estar allí con ella, besarla, apretarla contra mi.
Carolina vivía en un pequeño apartamento en el barrio de Aluche, junto al "Corte Inglés".
Un cuarto piso sin ascensor.
Creo que no hizo falta ni que llamara a la puerta, los latidos de mi corazón se oían hasta en Majadahonda.
Abrió con una sonrisa enorme en el rostro y me pidió que pasara en voz muy bajita, como si me estuviera invitando a entrar en otro lugar, muy muy privado.
Estaba preciosa.
Unos vaqueros ceñidos, de tiro bajo que moldeaban con la precisión de un escultor su impresionante trasero y que permitían de forma "accidental" que asomara unos milímetros el elástico de unas braguitas blancas de algodón.
El color beige de una sencilla camiseta de tirantes realzaba el miel de sus ojos almendrados y no pude evitar lanzar una fugaz mirada a su pecho, donde encontré para mi deleite unas formas pequeñas y desafiantes que parecían querer atravesar a golpe de pezón erecto la licra de la camiseta.
Estaba tan excitado que no podía ni hablar.
Ella lo notó, seguro, y rompió aquel momento contemplativo cogiéndome con suavidad de la mano y pidiéndome que la acompañara a la cocina.
Al mismo infierno la hubiera acompañado.
Estaba cocinando algo especial para mi, me dijo, una receta vegetariana a base de pastel de champiñón y salsa de pepino.
No se si fue mi mente calenturienta, pero aquella manera de pronunciar "pepino", deteniéndose en la "e" con una lujuria fuera de lo normal para una chica de veinte años, hizo que mi cuerpo entrara en un estado de erección permanente, casi febril.
Me estaba poniendo realmente enfermo.
Puso un cd de blues americano, donde un hombre con la voz muy grave acompañado de la guitarra más melancólica del universo, parecía susurrar una advertencia.
Putada grande la de no hablar ingles.
Cenamos a la luz de las velas y poco a poco, entre charla y risas, dimos cuenta de todo el pastel bien cubierto completamente por esa salsa griega llamada "satsiki" (salsuki, según Belén Esteban).
Yo quería ser el comensal perfecto y que ella notara que adoraba todo lo que me ofrecía.
En mala hora.
Ya en los postres, comencé a notar unos extraños movimientos en mi intestino.
Probé a ignorar tan desagradable sensación y traté de concentrarme en el momento que se avecinaba.
Mentalmente preparé la estrategia y propuse tomar una copa de champagne francés en el sofá.
Ella accedió solícita y sirvió el Moet en dos copas alargadas y estrechas.
Probé a besarla y con gran placer descubrí su lengua rozando la mía casi al instante.
Las copas cayeron al suelo derramando aquel líquido acarbonatado de "a cojón de mico" la botella, pero todo daba igual.
Introduje mi mano derecha por debajo de su camiseta y pronto confirme lo que ya sabía: no llevaba sujetador.
Al rozar con la yema de los dedos uno de sus pezones, su cuerpo se estremeció y note como en un movimiento absolutamente instintivo y natural, sus piernas se relajaron, abriéndose lentamente.
Estaba preparada y comenzamos a despojarnos de la ropa.
En ese momento una punzada horrorosa en mi estómago, hizo que me doblara en un gesto de dolor y a duras penas pude controlar una terrible flatulencia.
Esto no podía estar pasando.
De nuevo otra punzada...aún más intensa que la anterior.
Aterrorizado me incorporé disimulando lo mejor que pude y pregunté por el baño.
Ella, entre molesta e impaciente me indico con la cabeza una puertecita que se hallaba justo en frente del sofá donde habíamos comenzado a amarnos.
Rezando porque la música amortiguara el sonido de lo que se avecinaba entre en el excusado y tras cerrar con pestillo, me despojé de pantalones y calzoncillos y caí desolado sobre la taza del wc.
No podía creerlo, el pepino del Sasiki, me estaba arruinando la mejor noche de mi vida.
Una terrible y estruendosa diarrea se apoderó por completo de mi cuerpo y antes de que pudiera a penas controlarlo, mi estomago se descompuso completamente.
Recuerdo que supliqué a Dios que no terminará nunca el Cd, ya que apenas cinco metros separaban aquella taza del sofá donde esperaba incómoda carolina.
Pero los dioses son caprichosos.
Justo en el momento en el que mi cuerpo produjo el segundo estallido anal, la música se detuvo.
Traté de disimular tosiendo estruendosamente, pero lejos de amortiguar la escandalera, solo conseguí maquillarla malamente y que Carolina golpeara la puerta preguntándome si me encontraba bien.
Un hilo de voz respondió por mi asegurando que si, que era cuestión de un segundo.
Entonces ella pronunció una frase que me paralizo el corazón: "por cierto...no hay papel"
En ese momento deseé estar a mil kilómetros de Madrid, en un iglú en el polo o a bordo de una cápsula espacial, girando en la órbita de la tierra.
Con pavor eché un vistazo a aquél desaguisado y a tenor de lo que pude ver, me iba a ser imposible salir de allí con un mínimo de dignidad.
Me temblaban las piernas del esfuerzo y no sabía como escapar de aquella situación.
Mi entrenamiento como Boy -scout afloró repentinamente desde el subconsciente y en un golpe de audacia, me despojé de los gayumbos y tras romperlos en dos mitades, los utilicé para tratar de devolver su antiguo esplendor a mis posaderas.
Tiré de la cadena y tras un buen trabajo de escobilla, me decidí a salir de aquel baño.
Entonces me di cuenta de que no podía dejar allí los dos trozos del calzoncillo salvador.
Gracias a Dios soy de los que utilizan vaqueros anchos, de enormes bolsillos así que doblé aquellos restos impregnados como pude y me los eché a los bolsillos traseros.
Como soy fumador, una cerilla oportuna disolvió sin problemas el aroma del wc y tras lavarme las manos y la cara, salí del baño.
Ella opto por disimular y hacer como si no había oído nada, cosa que le agradeceré eternamente y volvimos al sofá.
Tras un buen rato de besos y caricias, se levantó y tomándome del brazo me condujo hasta el dormitorio.
Nos desnudamos lanzando la ropa sobre una silla junto a la cama y pasamos a la acción.
Cuando me disponía a entrar en ella, en el último momento, me pidió que utilizara un preservativo.
-en mis vaqueros- dije yo y antes siquiera de que me diera tiempo a reaccionar, Carolina se levantó y para mi desgracia introdujo su delicada mano en el bolsillo trasero de mis pantalones, buscando la fastidiosa goma.
Aún recuerdo su grito de horror.
Entro en fase "histeria-inmediata" y entre gritos y lágrimas, no dejaba de mirarse la mano, que había restregado por dentro de uno de los trozos de calzoncillo sucio, impregnándose hasta la muñeca de los restos del pastel de champiñón y del puto Satsiki.
No me quedé a ver como solucionó la situación.
De un salto me lancé sobre los pantalones y la camisa y corrí, corrí como si me persiguiera el mismo diablo y maldiciendo mi mala fortuna abandoné aquel apartamento , dejando allí a la chica más hermosa y más dulce que había besado en mi vida, literalmente, llena de mierda.
Unos meses después, conseguí que mis padres me pagarán la matricula de la facultad en Oslo, y aún no he vuelto por España.
De vez en cuando, sueño con Carolina.
Nunca supe más de ella.
No he vuelto a probar el Satsiki...ni a enamorarme.
Justo en el momento en el que voy a besar a una chica, el pánico se apodera de mi y siento una extraña flojera en el cuerpo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Lo bonito de los sueños.

Lo más hermoso de un sueño, es que se puede hacer realidad.
Diferentes corrientes psicológicas y filosóficas ha profundizado en los sueños a lo largo de la historia del Ser humano.
Yo no voy a entrar en teorías ni corrientes, simplemente me gusta soñar.
Siempre he soñado mucho, la mayoría de las veces despierto.
Desde muy pequeñito, he tenido la suerte de ver como muchos de mis sueños se iban haciendo realidad, incluso en algunas ocasiones, la realidad ha superado al sueño.
En una ocasión soñé que me enamoraba de una chica preciosa, y al despertarme lloré porque no podía recordar su rostro.
Han tenido que pasar más de veinte años para volver a verla y casarme con ella.
Otra noche soñé que conducía una moto que iba muy despacito, y me daba tiempo a fijarme en los colores del campo, en la forma de las nubes y en los pájaros posados en los hilos del teléfono.
Ahora salgo a rodar en mi vespita, con un buen grupo de compañeros que soñaron lo mismo, y que detienen los escuters en cualquier cuneta, para contemplar el paisaje y dedicarte una sonrisa.
Soñar es genial.
Soñé que me hacia mayor y viajaba con mis amigos de siempre y ahí estamos...unos más calvos, otros más gordos o más arrugados, pero todos juntos en el mejor de los viajes, que es la vida.
Soñé que mi perrita se escapaba y no podía encontrarla, por más que corriera parque arriba y parque abajo, y una madrugada mi perrita se escapó dejando su correa y su mantita en el sofá de casa y se marchó a correr por otros campos.
También soñé que un gigante con muchas cabezas me perseguía y trataba de comerme, y aún sigue intentándolo, lanzándome dentelladas con olor a crisis, a paro y a miseria, pero yo corro y corro, y por mucho que me pesen las piernas, no dejaré que me atrape.
En ocasiones me doy la vuelta en la cama y ya despierto, trató de retener todos los detalles del sueño, sumergiendome en el abismo onírico de un salto, y noto como caigo al vacío.
Sueño con mi abuelo que me habla y siento su presencia junto a mi, el sonido hueco de la contrera del bastón golpeando el suelo al caminar y la fragancia de su colonia.
Hay veces que sueño por todos y me duele la cabeza y al despertar me encuentro con alguna noticia en la prensa que me reafirma en los soñado.
Soñé que un grupo de niños se colaban por una rendija abierta en la carpa de un circo, y allá que me fui con mi caravana pintada de rojo, a reírme y a hacer reír.
Los sueños son la carta de ajuste de la vida.
Me gusta soñar, y me gusta que la gente aún tenga sueños.

martes, 15 de febrero de 2011

Apaga y vamonos


El señor Burns quiere amasar otro billón...o algo así.
El caso es que los que deciden que el leer por las noches, sea un artículo de lujo, han vuelto a dar otra vuelta de tuerca.
Sinceramente opino que no son más que unos ladrones, otros ladrones.
Por eso os pido a todos que esta noche quitéis el chivato oportuno, y por un ratito prescindáis de la electricidad de vuestros hogares.
Podéis aprovechar para silbar, para dormir, para sentaros en el rellano de la escalera a echar un pitillito o si tenéis con quien o con que, echar otra cosita, o un par de ellas.
No se si va a ser efectivo o no. No se si va a ser contraproducente o no.
Lo que si se, es que va siendo hora de que nos juntemos para decir basta, y que se escuche bien fuerte, que llegue hasta sus poltronas de cuero.
Que sepan que las cosas están cambiando y que llegará el día en el que no nos dejaremos chulear más.
Haced lo que os dicte vuestra conciencia, pero que sepáis que yo, de diez a diez y media estaré apagado.
Ojo...no vale aprovechar para desvalijarme la casa...cabrones.

lunes, 7 de febrero de 2011

Si la vida es sueño...¿a que hora suena el despertador?

Actuar es una de las cosas que todo el mundo sabe hacer.
Desde que nacemos estamos actuando, bien por el placer de la recompensa en forma de beso o caricia o bien para obtener lo que deseamos.
Todos, absolutamente todos, actuamos a diario.
Actúa el que le da largas al de la cruz roja por la calle, fingiendo tener mucha prisa, o hablar por el móvil.
Actúa el empleando del banco cuando te dice que va a estudiar tu solicitud, a sabiendas de que no te van a dar ni un duro.
Actúas cuando te toca sentarte al lado de una persona que no soportas, en la boda de un primo segundo.
Actúas cuando te pillan mirando el escote de la rubia que está poniendo los cubatas y no quieres que su novio te rompa la cabeza, o que tu mujer te rompa la cabeza, o que la rubia, su novio y su mujer se pongan de acuerdo y te rompan la cabeza.
Actúas cuando llaman de Orange, de Movistar o de Vodafone y te apetece "contestar a una sencilla encuesta" como sentarte en un charco.
Actúas cuando te sometes a un interrogatorio, digo...a una entrevista de trabajo.
En cada gesto cotidiano, sale el actor que llevamos dentro, en mayor o menor medida.
Por supuesto hay gente que es incapaz de actuar, pero son los menos y suelen estar internados.
Yo siempre he dicho que para mi ha sido muy sencillo compaginar mi trabajo en el sector inmobiliario, con el grupo de teatro.
La vida es teatro, continuamente teatro.
Hay grandes funciones, donde puedes llegar a bordar un orgasmo.
Uno de mis papeles preferidos, es el de "tipo que se ríe ante un chiste que ya conoce, o no le hace puta gracia". Ese se me da muy bien.
Para mi actuar es vivir, y vivir es actuar, con lo que cada día que pasa es salir a un escenario, con la única diferencia del número de público asistente.
En ocasiones el aplauso está garantizado.
Animo a todo el mundo a que acuda al teatro siempre que pueda, para formarse y pulir el estilo.
Vamos, no me sean cínicos, no se me rasguen las vestiduras, todos, absolutamente todos, somos personajes en busca de autor.

martes, 1 de febrero de 2011

Adios...Corderos


No soy un revolucionario...faltaría más. Soy demasiado bajito y me falta valor. En cuanto las tropas cargaran sobre nosotros, fingiría un angina de pecho o un parto prematuro, me escondería bajo los cuerpos de la muchedumbre pisoteada o saldría corriendo como el correcaminos.
Los disparos me dan cosica y el olor a pólvora me desagrada más que el de coliflor cocida.
Además...la sangre sale fatal de las ropa blanca, y a mi el blanco me sienta realmente bien.
No obstante, me pido el papel de agitador, que va mucho más acorde con mi personalidad.
Ha llegado el momento.
Lo estamos viendo en Egipto y en Túnez y si además, lo canta Macaco, tiene que ser verdad.
Hay mucha gente cansada de deslomarse y pasar hambre, para que el gobernante de turno (y su familia y amigos, of course) se forren a costa de sus sufrimiento.
Es el momento de que el pueblo le ponga ruedas a todos esos fulanos y los largue del país.
Sin violencia, a ser posible.
Al fin los ejércitos empiezan a cerrar bocas, ya que hoy por hoy, lejos de ser elementos de represión, se están posicionando al lado de sus hermanos para facilitar y asegurar la transición a la democracia.
La de punkis que van a tener que meterse la lengua en el orto.
Y es que es normal, los soldados también tienen madre, hijos, hermanos y mascotas, y a nadie le gusta que los suyos pasen un mal trago.
En Egipto y en Túnez esta sucediendo, quizás es la hora de que el resto de los países que tragan con la misma mierda, se harten de tanta corruptela, de tanto traje a medida, de tanta bajada de pantalones, de tanto subastar deudas, bajar pensiones, cerrar empresas.
Puede que sea la hora de fletar un "Estrella polar" del tamaño del Queen Mary y llenar los camarotes de políticos "sucios", banqueros sin alma y ladrones de sueños, para fletarlo alegremente y hundirlo después en alta mar.
Se iban a poner ciegos los escualos, no iban a tener dinero bastante para comprar Almáx y Omeprazol.
No hace falta poner bombas ni que mar cajeros, no hace falta asaltar palacios, saquear comercios, agredir periodistas.
Es tan sencillo como salir a la calle a gritar "Ya está bien" y demostrar que la unión hace la fuerza.
Somos poderosos porque somos suficientes, bastantes, demasiados.
Hay que aprender de lo que está sucediendo aquí al lado, tomar nota y aprovechar el ejemplo.
Lo único que me da miedo, es que en España solo sale la gente a la calle para celebrar as victorias de Futbol, o para reivindicar el humo en los bares.
Lo demás, parece que nos da igual.
No soy un revolucionario, pero si lo fuera, se iban a enterar.

viernes, 28 de enero de 2011

Hay que ver.

Pues si, hay que ver como siguen tomándonos el pelo, día a día.
Durante un tiempo, hemos vivido acojonaditos, sin saber si lo que nos iba a llevar a la tumba era la "gripe aviar", la "peste porcina", la "gripe amarilla", la "gripe A", el "mal de las vacas locas" o una exposición permanente a la música de Raphael.
Al final, seguramente nos muramos de asco, después de haber terminado de estudiar a los treinta años (entre carrera, master e idiomas, que es lo mínimo que te piden para un curro de mierda)pasemos diez o doce en el paro y luego tratemos de cotizar cuarenta años para cobrar una ridícula pensión.
Nos toman el pelo.
Cuando decidan que ya no pueden meterle más mierda a los cultivos, por que no paren de nacer niños con siete cabezas, tratarán de convencernos de que consumamos exclusivamente productos ecológicos, al módico precio de un riñón.
Nos venderán Internet a todas las familias, con esas ofertas tan suyas que son más un matrimonio eclesiástico que un acuerdo comercial, porque perdura después de la muerte (puedo dar datos reales de viudas destrozadas por el dolor de la pérdida y asoladas por hijosdeputa que impiden las bajas con las compañias telefónicas pertinentes)pero como se nos ocurra hacer un uso "indebido" de las posibilidades de la red, nos perseguirán como a perros rabiosos.
"Hinchese en el Mc Donalds, pero no se le ocurra engordar, que esta sociedad solo quiere cuerpos bonitos".
"Tenga usted un cuerpo bonito, pero ojo, no caiga en la anorexia, porque no van a saber donde esconder su mierda...debajo de la alfombra no les cabe ya nada".
"Compre una vivienda, por el amor de Dios, que tenemos un montón de funcionarios y empleados de banca deseando embargar sus bienes y mandarle a la puta calle".
"Firme aquí...justo aquí, donde dice claramente :tu culo nos pertenece, esclavo".
"Ya está, bienvenido al equipo: tu trabajas como un negro por un salario ridículo y nosotros nos forramos".
Me cago en el equipo.
"Mi niño es un NINI y me chulea", pues claro...si estáis todo el día currando para pagar la hipoteca y el crió necesita a sus padres, no a la tercera temporada de LOST, o a PIKACHU, o a los idiotas de GRAN HERMANO.
"Lea nuestra prensa plural e independiente, financiada por el PSOE, el PP o por la CIA"
Yo ya no se a donde mirar, donde esconderme, a quien pedir ayuda.
Creo que va siendo hora de que nos levantemos del sofá para mandar un mensaje bien claro: IROS TODOS A TOMAR POR EL CULO.
Que nos dejen vivir, que los de siempre dejen de explotarnos, de robarnos, de humillarnos, de lavarnos el cerebro.
Que los de siempre nos permitan ser SERES HUMANOS, que yo no quiero ser millonario, solo quiero disfrutar de la vida.
Que nos dejen viajar donde queramos y como queramos, que nos dejen hablar como queramos y con quien nos de la gana.
Que nos permitan ser LIBRES.
Que nos permitan ser INTELIGENTES, porque hoy por hoy, les interesa que seamos unos simios bípedos.
Que los que llevan años dominando en la sombra, se empapen de la miseria que han generado.
Que los que sufren la miseria, puedan llenarse de esperanza.
Quiero que me permitan creer en Dios, porque hoy por hoy, está la cosa de la fe muy complicada.
Quiero que me permitan creer en mi, porque hoy por hoy, está la cosa muy complicada.
Quiero hablar con alguien al otro lado del teléfono, no con una máquina.
Quiero hacer Kilómetros en Vespa, viendo hermosos paisajes y paisanos felices.
Me gustaría estar orgullosos de todo el mundo.
Mataría por olvidar mis quejas.

miércoles, 19 de enero de 2011

Motauros o el ocaso de una civilizaciión.


No soy yo muy de acudir a concentraciones moteras, ni a concentraciones de ningún tipo la verdad. No soy yo mucho de concentrarme.
Pero para todo hay una primera vez (incluso para el sexo con gaviotas) y mis amigos de Vesperdidos (insigne no-club de vespa de Valladolid) me liaron para acudir a Motauros, famosa concentración motera que se realiza en Tordesillas desde hace muchos, muchos años.
Aquí mi señora, me dijo que no estaba muy por la labor de irse a dormir a una tienda de campaña en pleno mes de Enero, así que con harto dolor de mi corazón, tuve que acudir en la única compañía de un grupo de amigos descerebrados y obsesionados por las motos y el alcohol de importación.
La vida, es así de dura.
No voy a entrar a destripar lo horroroso y chusco que hay en más de diez mil moteros acampados en un pinar, porque me bastaría hacer un corta-pega de cualquier novela histórica que hablara de la primera cruzada, por tierras sarracenas.
Os podéis imaginar.
Pasé bastante miedo, casi tanto como en aquella ocasión en la que por causas ajenas a mi voluntad, la policía turca encontró quince toneladas de heroína en el doble fondo de mi mochila y pasé ocho años encerrado en una prisión de Ankara. Pero eso, es otra historia.
La verdad es que tras el primer impacto, decidí relajarme y disfrutar, como hice aquella vez en la que me secuestró la plantilla al completo de los "Glober- trotters" y poniendo al mal tiempo buena cara, pagué religiosamente mi inscripción y me adentré en Mordor.
Y curiosidades de la vida...hasta el peor de los infiernos puede compararse con el paraíso si estás acompañado de tus amigos.
Hizo frió, olía mal, el pinar estaba tomado por macarras con casco y mono de cuero,cuya única misión en la vida era reventarme los tímpanos, pero pasé veinticuatro horas muy agradables entre gente que se volcó por hacerme sentir bien (sin desabrocharse los pantalones).
Aunque el hambre atacó mi cuerpo y debilitó mi espíritu, ellos estuvieron ahí para alimentarme.
Aunque las fieras me rodearon y trataron de devorarme, ellos estuvieron ahí para ahuyentarlas.
Aunque cientos de mujeres alcoholizadas trataron de arrojarse cobre mi, ellos estuvieron ahí para...¡¡MALDITOS CABRONES!!
Bailamos, bebimos, comimos, fumamos y nos reímos y en ocasiones, la vida te enseña que los prejuicios son absurdos y que las cosas buenas se encuentran en todos los lados.
Bien es cierto que anduve errante por la campa buscando el club de lectura hasta que caí extenuado, pero no se puede tener todo.
Alex, Ricar, Suso, Rebeca y Victor: Iría con vosotros hasta...hasta Cuenca si fuera preciso (y si llevais una botella de Chivas, como la última vez).
Dispuesto a descubrir nuevas emociones y a buscar lo bueno donde no se espera, pienso irme de botellón con León de la Riva.

lunes, 3 de enero de 2011

Al fresco

Pues así hemos comenzado el año.
Soy fumador, para mi desgracia y he sido exfumador durante dos años, para desgracia de los demás.
Me enveneno los pulmones unas veinte veces al día en circunstancias normales y unas cuarenta si salgo de fiesta.
Soy plenamente consciente de que el tabaco es una auténtica mierda, tóxica y dañina, que como no espabile algún día me llevará a la tumba.
El sexo en exceso también puede llevarme a la tumba, aunque me preocupa menos.
Hasta hace no mucho no me daba miedo fumar, ya se sabe..la arrogancia de la juventud, cuando piensas que esas cosas no te pueden pasar a ti y de repente un día empiezas a enterarte de amigos y familiares de amigos con cancer de pulmón, de garganta y demás mierdas mortales.
Una vez que le ves las orejas al lobo, empiezas a pensar que a lo mejor hay que dejar de fumar.
Tengo claro que hay que ponerle remedio a estas cosas, porque igual que no acostumbras a golpearte el pitito con dos ladrillos, ya que sería una estupidez, necrosarte los pulmones a base de pitillos lo es de igual manera.
Hasta ahí todo bien.
Ahora vamos a hablar de la última lindeza de los de arriba.
En este país tolerante y de estupendo talante democrático, donde una niña de catorce años puede decidir entre ponerse un preservativo o abortar directamente, donde un político corrupto y delincuente pede conceder simpáticas entrevistas en programas de la prensa rosa y donde cualquier animal puede saltarse la orden de alejamiento con total impunidad y rajarle el cuello a su señora, empezamos a ponernos límites.
Y no hablo de condenar a cuatro guardias civiles a indemnizar economicamente a dos etarras culpables de la muerte de dos viajeros en el aeropuerto de barajas no.
Tampoco hablo de no echar a la puta calle a cientos de controladores aéreos por haber secuestrado a miles de viajeros de la forma más canalla.
Hablo de prohibir fumar en cualquier espacio público cerrado.
Vamos a ver:
Me parece estupendo que se quira salvaguardar la salud de los fumadores pasivos, pero creo que esta medida es una auténtica estupidez.
Hace unos años se obligo a miles de hosteleros a realizar reformas en sus establecimientos para delimitar zonas de fumadores y no fumadores. También se dio la opción a los propietarios, de elegir si su bar o restaurante era o no espacio libre de humo.
Yo podía decidir si acudía a un garito de fumadores o de no fumadores, lo que más me apeteciera.
No entiendo porque ahora condenan al ostracismo a los fumadores, como si fuésemos apestados.
En Hawai a lo mejor no importa, pero salirte al fresco a fumar un pitillo en Valladolid, en pleno mes de enero y con siete grados bajo cero es unas risas.
Al margen de la cara de idiota que se te queda, en la puerta del bar, fumando el pitillo como si te estuvieses fumando un basuco.
Ahora si, dentro puedes beber hasta pillarte la cirrosis del siglo, que al gobierno se la suda.
Francamente no se cual puede ser la solución para este asunto...quizás crear clubs para fumadores donde puedas envenenarte a gusto mientras te bebes una birra, rollo "made in england".
De todas formas, la mayoría de la gente que ha presentado esta ley y la ha votado, no pisan mucho por los bares, así que a ellos como si nos la pica un pollo.
Pues nada, voy a tener que comprarme unos gayumbos térmicos y unas orejeras, porque ante todo soy un hombre temeroso de Dios y de las multas de la policía.
Espero que los hosteleros de mi ciudad vayan haciendo acopio de bidones de metal, leña y pastillas para el encendido de barbacoa.
Las calles del centro van a parecer el Bronx.
Me surge una duda: no se si a partir de ahora se ligará más en la puerta, o en el interior de un bar.