sábado, 7 de septiembre de 2019

Desajustes en el pago.

En efecto, hay que decir más veces te deseo lo que te mereces. Y me harto de citar a Drexler cuando canta que cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da. Que todo se transforma.
Esto me lleva a pensar que he debido de hacer muchas cosas mal. Que igual no soy ni tan majo ni tan bueno como creo y que de alguna manera el destino me está devolviendo el daño que causé en el pasado. Pues mira tú, que guay.
También sopeso la posibilidad de que en las ofcicinas del hacedor alguien haya equivocado mi expediente y por eso se den algunos desajustes en el pago.
A ver, no soy un santo varón. Nunca he bajado a un gatito de un árbol ni he salvado a un niño de un incendio, pero tampoco soy tan hijo de puta como para recibir un bofetón tras otro.
Vale, en el pasado no fui el tipo más fiel del mundo. Engañé a una pareja y para resarcirse y castigarme por ello, el destino decidió que mi pecado se me devolviese con creces. Qué se le va a hacer, lo asumo y lo acepto.
Cómo también cometí errores al establecer amistades con quienes realmente no lo merecían, pues hala... de regalo me llevé unos cuantos amigos tóxicos e intoxicados.
Derroché en el pasado amor,  fortuna y salud, así que venga, una de rupturas encadenadas, un extra de crisis económica y una lesión cerebral.
Creo que me voy a cagar un poco en la madre que parió al destino; o igual me cago en todos sus molares. Se le ha ido de las manos. 
Igual alguien piensa que merezco todo esta serie de catastróficas desdichas,pero así entre nosotros, creo que le han dado a "enviar" como mínimo dos veces.
Y no estoy llorando, que nadie se confunda. Ya paso de vestirme con grises y estoy desempolvando mi ropa de color. Simplemente trato de reirme un poco de esta cruel reprimenda existencial y de la implacable y pese a ello harto falible burocracia divina. He rebuscado en los bolsillos y aún me queda un poco de sentido del humor, así que he optado por buscarle a esto el lado divertido. 
Me jode comprobar que también se cometen errores en el pago a otras buenas personas que conozco. Desde una abnegada y entregadísima madre y, amante esposa, a la que se le ha privado demasido pronto de su compañero de vida, a un adorable músico cuyo mérito no termina de reconocerse  por la falta de palabra y de respeto de aquellos en quienes ha depositado su ilusión y su talento. Anda que...
Creo que si mi amigo Dario y yo nos encontramos al tuerto que nos ha mirado,igual le damos una mano de hostias o seguramente, como no somos violento, lo dejaremos en manos de Gatete para que le opere el ojo malo.O al menos para que le deje el otro igual.
Como conozco bien a este cantante del que os hablo, vamos a ver si en efecto funciona eso de desear lo que alguien merece: amigo...te deseo mucho éxito en la música. Te toca, mira a ver si me deseas algo chulo (con pegar de una vez el estirón, me confrmo).
Tengo mucho que desear a mucha gente. A algunas personas la felicidad que merecen y que la vida se empeña en guardar en el almacen de envios, pendiente de comprobar los pedidos. A otras personas que la vida siemplemente les pague como se merecen y sufran lo mismo que me ha hecho sufrir a mi. Ya veréis como cambia la película e igual se dan cuenta de lo desgraciados ( y desgraciadas, claro) que han sido.
Pero vamos, ¡buen rollito! Que no pasa nada. Mañana será otro día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo!
Soy de las que piensan que las buenas personas también se equivocan en determinados momentos de la vida. A veces, un@ no sabe como pedir perdón.
La mayoría de personas son buenas, creo que sí, quiero creer que sí aunque a veces peco mucho de ingenua...
Bueno, cuídate...
Me gusta pasar por aquí de tanto en tanto a leerte y pienso en alto o por escrito mejor dicho.
Zeroide