lunes, 31 de mayo de 2010

Los nuevos Nazis


Que vergüenza, que indignante.
Todos nos hemos emocionado alguna vez, viendo cintas sobre el holocausto y el exterminio que sufrió el pueblo judío a manos de aquellos hijos de puta con licencia para erradicar.
Todos hemos pensado al ver esas proyecciones, que ningún ser humano tiene la potestad para subyugar un pueblo, i en el nombre de una ideología, ni en el de un Dios, ni en el del petróleo tan siquiera.
El gobierno israelí, está consiguiendo con sus actos deleznables, que todos aquellos sentimientos de solidaridad que se germinaban en los cines, se conviertan ahora en el mayor de los desprecios.
Que asco. Es un asco que una unidad de élite aborde una flota civil, cargada de alimentos y de material humanitario. Es un asco que además, se abra fuego con munición de combate contra aquellos activistas de ongs que levantaron sus puños desnudos presa de la rabia y de la indignación.
Es un asco, que el ejercito Israelí opere de esta forma, y además en aguas internacionales, dejando clarísimo que la opinión de la comunidad internacional, y las normas del derecho internacional, tanto público como privado, se la trae al pairo.
Asqueroso también, el que para justificar esta acción injustificable, se inventen escusas tan patéticas como que los pacifistas que viajaban a bordo de las embarcaciones, ocultaran armas de fuego y terroristas.
Me recuerda mucho a la gran jetada de las famosas "armas de destrucción masiva", que sirvieron para darle alas al trio de las Azores para invadir y destruir un país soberano, derrocando a su presidente y ahorcandole más tarde, en el nombre del petróleo, dejando la fría estela de cientos de miles de muertes sin sentido.
Que mierda de mundo el que nos ha tocado vivir, que asco dan aquellos que pasan de la lágrima a la bota pisoteadora de derechos y vidas.
Los judíos, han pasado de denunciar los progroms y los abusos que sufría su pueblo, a limpiarse el culo con la bandera de la paz, mientras se hacen un arrocito con la paloma blanca, bien aliñada con su ramita de olivo.
Se merecen lo peor, y lo peor les deseo.

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