Donde está nuestro error sin solución

Ayer mientras cenaba en casa, hice un poco de zapping, más que nada por ver como anda el nivel de las televisiones en este país, ya que hace tiempo que decidí ver mis películas y series favoritas directamente en el ordenador.
Asustado, me topé de morros con algo parecido a una muñeca hinchable vestida de fulana arrastrándose por un escenario.
Era Belén Esteban bailando.
Lógicamente cambie rápido de canal y fui paseando por diversas series de policías científicos, expertos asesinos, una película aburrida y gris, dos o tres programas de tertulianos ignorantes y prepotentes y así hasta que di con un programa de esos que se dedican a ponerte los dientes largos: ESPAÑOLES POR EL MUNDO.
Ayer, nos llevaron de viaje a Bali, Indonesia.
Casi se me atraganta el salmón asado cuando veo a un muchacho de treinta y cuatro años, sanote, con sus rastas y sus tatuajes, contándole al reportero que su última adquisición, ha sido una isla privada.
Por suspuesto, despertó mi interés de inmediato.
El muchacho, un catalán avispado, salio de su casa hace unos años aburrido de una vida convencional, con un trabajo esclavizador donde cobraba una miseria trabajando diez horas al día. Se marchó de un barrio de tercera categoría pese a la oposición de sus familia y amigos, con la sana intención de irse a un paraíso en la tierra a buscarse la vida.
Mochila a la espalda, se pateó Sumatra, Borneo e Indonesia, hasta que se instaló en Bali y comenzó a medrar.
Encontró un par de socios que creyeron en el y se metió de lleno en el mundo de los negocios turístico-inmobiliarios.
Ahora tiene una empresa que genera pingues beneficios, tres casas en Bali (dos de ellas en la playa) y una isla privada con cuatro playas de escándalo que le ha venido a costar unos veinticinco millones de euros.
Hace diez años no tenia ni veinticinco euros en la cartera los fines de semana.
Encima el chaval, pretende construir un resort de lujo, con energías renovables y absolutamente ecológico.
OLE SUS COJONES!!!
Acto seguido veo a un matrimonio compuesto por un marido, que abandonó el camión con el que se partía el lomo en España y cogío a su señora, una sencilla agente de viajes, para buscarse la vida en Bali.
Ahora poseen un complejo de lujo, restaurante con terrazas y escenario para números musicales, una mansión de quedarte gilipollas y una vida plena y feliz.
El reportero, que no debía ser de los más listos, hacia a todos ellos la misma pregunta: ¿piensas volver a vivir a España?
Vamos a ver, chaval, ¿tu eres imbécil?
A España van a volver cuando los sapos bailen break-dance, no te jode...
Van a cambiar una vida cojonuda, con un entorno maravilloso, en una sociedad practica mente sin adulterar para ir a soportar mangantes, sinvergüenzas, terroristas, políticos de mierda y demás escoria.
Van a volver a un país donde la gente válida de verdad, como ellos, con dos cojones e iniciativa, se pudren en unas vidas grises y anodinas, porque en esta mierda de país en que han convertido España, uno solo vale lo que tiene.
Mientras tanto dejamos escapar a científicos, ingenieros, empresarios, intelectuales, a otros países donde realmente se los valora y donde desarrollan toda su creatividad, generando una gran riqueza para sus anfitriones.
Aquí solo medran los "cachulis" y las busconas, los "bigotes", la mierda que vende a su madre por un plato de caracoles.
La solución no está en irse, sino en echar a toda esta gentuza.