lunes, 3 de noviembre de 2014

Perdiendo el miedo a volver a despertar.

Lo cierto que en algún momento de la noche me he despertado algo asustado por miedo a hacerlo otra vez del coma en el hospital y que no estuvieras en la cama abrazada a mi.
Era un miedo lógico dado que aún me estoy preguntando como ha sido posible que una mujer como tu se decidiera a dormir conmigo esta noche y a ser "la primera" de esta nueva vida.
Algo tenía muy claro y es que en esta "segunda temporada" cuando llegará el momento de "entregar mi flor" (manda cojones, con cuarenta tacos y volviendo de esta forma a lo mejor de los diecisiete) lo haría con alguien que me aportara algo mucho más allá del sexo puro y duro, a estas alturas me descubro como una quinceañera, tímida y recatada, celosa de su integridad y prudente con los temas de corazón, pero sobre todo valorando lo especial de esa "primera vez".
En estos meses de recuperación, no nos vamos a engañar, he fantaseado con este momento en numerosas ocasiones (no dejo de ser un tío)y cierto que jamás supuse que serias tú la protagonista, dado que al entenderlo de esta nueva forma, atribuía el momento a alguna de las chicas de las que he estado tan enamorado, cosa que no quiere decir ni mucho menos que no me vaya a enamorar de ti, lo que pasa es que si que tenía muy claro que no sucedería de cualquier forma.
Y así ha sido. Lo cierto es que como escribí en mi dedicatoria del ejemplar firmado que te regalé, lo entregaba "al mito erótico de mi juventud". Siempre me habías atraído mucho y aquello sucedía desde el mayor de los respetos, dado que te consideré desde el primer momento una chica lejos de mis posibilidades.
Creo que esto ha sido parte del lote de regalos que alguien ha decidido por alguna extraña razón que merecía, como la vida y la nueva percepción de todo.
Ahora me siento como un niño el día de Reyes, maravillado y dando botes de alegría con las cosas que "me han traído".
Ya escuchar de tu boca que te encantaba desde hacia tiempo se me antojó como un indicador de que todo aquello debía de ser parte de un sueño, pero lo guay es que no.
Eres real y muy bonita y esta noche ha sido sencillamente fantástica y casi tan bonita como tú.
Estoy hecho un lio, no se si el hecho de que se me haya concedido esta segunda oportunidad tiene algo que ver con todo esto, o eres solo parte de lo que la vida me muestra para explicarme lo genial que es seguir vivo.
Y es genial, ha sido genial.
Eres un motivo más para convencerme de que el tiempo aquí merece la pena mucho más de lo que soy capaz de explicar con palabras.
De todas formas es curioso como se desenvuelven los acontecimientos, pero creo que ya puedo dejar de pellizcarme y de buscar al doctor encargado de la Uci, esto no forma parte de ningún sueño, es tan real como la sonrisa que tengo ahora.
Solo puedo estarle agradecido a la vida, a mi suerte, al que maneja el cotarro y a ti.
Así me siento.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Como un cachorrito

La verdad es que es del todo metafórico, ya que de repente me he convertido en un cuarentón, y yo con estos pelos.
Pero me enseñaron que es de bien nacidos ser agradecidos y como este blog sirve también para transmitir lo que a veces no se decir de mejor forma y además se que eres lectora asidua, te has ganado por derecho tu hueco en la Espinilla, "Teté".
Nos conocemos desde hace años y sabía de tus habilidades como fisioterapeuta, dado que rescataste al bueno de Isidoro de las secuelas de aquel ictus y nada hay que decir de los progresos del bueno de mi amigo Curi, a la vista están, por eso cuando te presentaste en casa de mis padres para hacerte cargo de mi recuperación, mi alegrón fue doble, ya que sabía que no podían haber elegido mejor y además, esa sonrisa tuya lo ilumina todo.
Al principio me sentía como un potrillo recién nacido en el jardín del chalet, tratando de no perder el equilibrio y caer dando mis primeras carreras, pero allí estaba a mi lado la yegua más bonita del mundo, vigilando mis movimientos y enseñándome a galopar de nuevo.
Corrías a mi lado y me pedias que comenzara una y otra vez recordándome a Clint Eastwood en "Million Dollar Baby", pero en terriblemente atractiva.
Luego comenzaste a darme caña en la piscina y cuando estábamos en el agua, yo me sentía como una pequeña gacelita cruzando el Nilo detrás de su mamá, tratando de llegar rápido a la otra orilla sin que me devoraran los cocodrilos.
Suena a chorrada, pero aquellos ejercicios en la piscina se me presentan como otra metáfora de la vida, ya que el peligro acecha por todas partes y hay que ser lo bastante ágil para esquivarlo y sobrevivir que en esta piscina de la vida los cocodrilos campan a sus anchas por doquier.
Con el mayor de mis respetos a todos los escritores del mundo, yo por encima de cualquier otra cosa me siento escritor y aquella maldita hemiplejia que me provocó el accidente me dejo muy tocado el lado izquierdo por lo que me desesperaba pensar que nunca recuperaría las habilidades en el teclado y ahí también estuviste estupenda, haciéndome ejercitar brazo y mano con pesas y ejercicios para vencer aquello.
Lo cierto es que desde que he podido volver a escribir, se que en gran parte te lo debo a ti.
También me ayudaste con este cerebrito mío, poniéndome ejercicios y haciéndome currar más allá de gimnasio y piscina y hay algo que  me hace feliz por encima de todo lo demás, el que mi padre antes de dejarnos, me viera nadando un largo tras otro con peso en ambas manos, así que se que se fue tranquilo por mi.
El hecho de que ayer nos viésemos lejos de ejercicios, bicicletas estáticas y demás, y pudiésemos compartir unas birras (aunque de momento las mías sin alcohol) fue cerrar el ciclo que comenzó a cerrarse hace pocos días, cuando en el hospital me dieron el alta definitiva de las secuelas físicas.
Además de alegrarme el día me diste un buen consejo. Cuando te conté que ahora me he vuelto más tímido y me da incluso miedo hablarle a aquella que me vuelve loco, me abriste los ojos con algo que por la noche me confirmó mi gran amigo Luis: deja que lleguen las cosas y todo llegará.
Ya no tengo prisa ninguna y soy un tipo bastante feliz, aún con ciertas penas que me van a acompañar durante toda esta nueva vida, pero gracias a ti, vuelvo al cuadrilátero y estoy preparado para el combate.
Yo era un cachorrito cuando me desperté con tu presencia y ahora vuelvo a ser un felino grande y rápido con ganas de reinar en la selva.
Es muy difícil no quererte mucho, "Teté".

sábado, 1 de noviembre de 2014

Te he asesinado y lo siento mucho, florecilla

 

Pues si, es lo que tiene esto de escribir, que no puedo evitar que en la novela en la que ando enfrascado el personaje de la mujer de la que se enamoran hasta la saciedad tanto el "bueno" como el "malo" lo haya inspirado en tu persona dado que era muy sencillo escribir sobre ciertos sentimientos si directamente abría la espita del recuerdo y dejaba que fluyera.
Lo malo es que en esta novela he comenzado a bucear en un género me encanta, el policiaco y claro, mi alter ego se ve envuelto en una serie de crímenes. No os cuento más que si no luego no va a tener gracia ni interés alguno.
El caso es que al escribir sobre tu muerte, todo lo sencillo que me resultaba escribir sobre quererte ha dado un giro tremendo y aunque yo soy de los que escriben casi sin levantar las manos del teclado ni un segundo (excepto para fumar) hoy me he descubierto deteniéndome y meditando las palabras, porque me daba mucha pena acabar con tu vida de forma imaginaria, espero no sobrevivirte en la vida real, me daría mucha pena  (fíjate, casi lo consigo)
Ha sido duro, muy duro y he tratado de que no sufrieras lo más mínimo, pero he tenido que enfrentarme a una agonía dolorosa y tremenda, dadas las circunstancias de tu muerte y si pretendo que mi novela sea fiel a la realidad, no puedo escaquearme de ciertos datos porque si no, no tendría credibilidad ninguna.
En cualquier caso prometo escribirte vivita y coleando en futuros textos, feliz, sana y con la vida resuelta que es lo que te mereces y te deseo desde el corazón.
Creo que voy a aprovechar este momento de ira literaria para ahogar la frustración y la pena cepillándome con mi 38 a otro de los personajes, un tiro en la cabeza le va a venir fenomenal y además que coño, a mi me vendrá casi mejor.
Esto es un poco chorrada, pedirte perdón por darte muerte figuradamente, pero mi sentimiento de culpa y mi tristeza son reales y como dice la canción que he colgado arriba, "solo quedan las ganas de llorar, al ver que nuestro amor se acaba".
Mira tu por donde me aficioné a este tema hace unos pocos años en plena crisis sentimental.
 Una vez escribí que cuando quiero hacerme daño hago introspección. Ahora cuando quiero sufrir me pongo esta canción y dejo que fluya.
De todas formas esto es algo puntual, que ahora mismo estoy muy contento y de muy buen rollo, disfrutando de todo lo que se me presenta, así que a ver si salto de capítulo ya  y me deleito con cosas más agradables que no impliquen matar a ninguno de mis amores.
Podría escribir sobre mi pequeñita y que cada capítulo sirva una vez más de homenaje a su belleza,
Voy a recargar el arma.
Besos.

viernes, 31 de octubre de 2014

Estelas

Lo que más agradezco de hablar italiano es poder entender la letra de canciones como esta, que son una preciosidad y seguramente este tema pase a formar parte de mi repertorio para el próximo espectáculo que montaré con mi pianista de confianza, el genial Oscar Lobete.
En esta canción he encontrado frases muy similares a las que podían haber salido de mi boca en más de una ocasión, entrecortadas, cuando la inminencia del adiós era algo muy doloroso.
Supongo que lo más hermoso termina por quedarse dentro y con suerte puede inspirarte una letra como esta, un cuadro, e incluso un relato escrito con el corazón.
El ser tan enamoradizo implica que por un lado, me volveré a ilusionar y por otro volveré a sufrir, pero en cualquier caso ese sufrimiento al despedirme será compensado por el resto de momentos en común.
Como dice la letra, " puedes olvidar todos los malentendidos y todos los porques que mataron nuestra felicidad" .
"seré la sombra de tu sombra, de tu mano, la sombra de tu perro".
Hay que joderse, habiendo amor de por medio hasta sufrir por el, es bonito.
Una vez en una peli escuché una frase chorras que se me grabó, pero con la que no estoy muy de acuerdo: "Todo termina mal, si no, no terminaría".
Imagino que el guión no lo escribió ningún filósofo griego, pero me resultó de lo más nihilista y yo que soy de naturaleza hedonista y positiva, la recibí como un bofetón de esos "a rodabrazo" que diría Ernesto Sevilla.
En cualquier caso los que me lleváis tiempo leyendo sabéis que cada nueva historia de amor me inspira los textos más chulos e incluso al terminar desapareciendo dejan una estela de lo más poética.
Vale que soy más romanticote que una obra de Goethe, pero joer, he jugado al Rugby, me he metido en muchas broncas como todos los chicos de mi generación e incluso hice la "mili" voluntario y en la Policía Militar. Todo eso más que demostrar que soy un tipo duro, demuestra que no soy el más listo, ni mucho menos.
Ahora solo peleo con mis recuerdos cuando siento que podía haber dado más de lo que di o haber sido la persona que ella necesitaba.
No obstante ya me conocéis, no pierdo la esperanza y se que llegará la persona adecuada, de hecho estoy en ello :)
Sirva este texto como de costumbre, de homenaje a su belleza.

lunes, 27 de octubre de 2014

Mitológicamente siempre tuyo.

No os preocupéis, no me ha dado por creerme Hércules ni Jasón, pero como siempre me ha gustado la mitología griega más que una modelo de ropa interior, hoy no he podido evitar encontrar ciertas similitudes con una de las leyendas que más me han apasionado siempre: La de Orfeo.
Vale, yo no soy un cantor como él, capaz de detener el curso de un río o de que incluso le escucharan emocionadas las rocas, a  mi como mucho cuando me pongo a cantar, me tiran unas cuantas piedras.
El caso es que en la mitología griega Orfeo quería tantísimo a su esposa, Eurídice, que cuando esta fallece, presa del desconsuelo realiza un viaje en su busca al inframundo y apiadándose de él, Hades y Perséfone al oír su voz, le permiten que se la lleve de vuelta con la única condición de que no podrá mirarla hasta haber salido de allí y claro, Orfeo cantaba de mimo pero no dejaba de ser un hombre y dice la leyenda que al fijar su vista en ella (no dice en que parte de su anatomía, pero me hago una idea) Eurídice desaparece de nuevo y se queda más solo que la una.
A ver, mi analogía es a la inversa, el que se fue en busca de un ramito de asfódelos (la flor de los muertos para los griegos) fui yo, que aunque soy más de ir a setas, el hecho de regalar flores siempre me gustó y mi Eurídice particular se merece cualquier cosa.
Fue ella quien se dio un pirulo por mi inframundo adosado y con vistas al mar, apretando mi mano mientras yacía en coma en la cama del hospital y aunque tuvo la delicadeza de no cantar (será porque ponerse a cantar coplas en la habitación del hospital como que no quedaba bien) si que me hablaba constantemente y fue el sonido de su voz lo que hizo que se apiadasen de ella aquellos que parten el bacalao y la permitieron traerme de vuelta.
Obviamente  no fijó su mirada en mi anatomía, cosa absolutamente comprensible dado lo ridículo del camisón que me pusieron allí, que me pasaba el día con el culo pajarero y está claro que era mucho más agradable mirar a cualquier otra parte.
El caso es que desperté junto a ella y heme aquí, dispuesto a disfrutar lo que pueda y más de esta segunda temporada. Además resulta que te dejas un dineral en los peajes del inframundo, porque lo del Caronte ese es un robo, pero como tiene el monopolio pues nada, no te queda otra que aflojar la pasta.
Luego está lo del perrito ese de tres cabezas, el "can Cerbero" ese, que tiene nombre de portero de futbol en buena época, aunque este más que parar balones lo que hace es vigilar la entrada al inframundo, que claro, muy bien pensado lo del animalico este, con tres cabezas, me lo imagino chuperreteándote la cara, oliéndote el culo o mordiéndote los tobillos, no sabían nada los griegos estos.
La pena es que Eurídice tiene su propio club de fans y una vida más ajetreada que la Pantoja, siempre de sarao en sarao.
Yo de todas formas la estoy muy agradecido y la he pedido que me grabe unas cintas con su voz para llevar siempre encima por si las moscas, que mola mucho más darle al play en un "loro", que tiren de desfibrilador de esos, que menudo numerito más desagradable.
El caso es que Eurídice se ha debido de liar con Julián Muñoz, así que nada, yo dientes dientes, que les jode.
Ahora ando tratando de conquistar a mi nueva Eurídice, pequeñita y hermosa.
Sirva esta paranoia mía de homenaje a su belleza y como se que es lectora de este blog, aprovecharé para decirla que bien sabe que yo iría a cualquier lugar detrás de ella, incluso sería capaz de hacerme todo el camino cantando.

jueves, 23 de octubre de 2014

Alquimia de interior en la frecuencia adecuada

No se que será lo que tiene la radio, pero ejerce una influencia fenomenal en la gente que trabaja al micro.
Ya cuando conocí a mi queridísima Eva Moreno en Cadena SER, me di cuenta de que era una mujer excepcional y con el tiempo se convirtió en una gran amiga, de hecho para mi es una hermana, ya que con ella he compartido un montón de cosas y la quiero tanto que desde que ha emigrado con el bueno de Borja a Costa Rica, noto un vacío en mi interior.
El caso es que por avatares de la vida he ido a parar a Castilla y León es. Radio y allí he conocido a Bea, otra periodista de las ondas, que al igual que Eva, es una mujer muy inteligente, hermosa a rabiar y un ángel conmigo.
He ido atando cabos y creo que es la emisión de ondas lo que ejerce esa especie de alquimia que convierte en oro el corazón de las personas, ya que Eva y Bea lo demuestran solo con sonreír, pero si me fijo bien, veo que incluso las colaboradoras del programa acusan el mismo efecto, ya que Laura, mi querida mediadora, es también una chica para quitarse el sombrero en todos los aspectos, tierna, sensible, inteligente, buena y muy guapa.
Mi amiga Sonia, amiga y psicóloga también es una mujer fantástica, increíblemente sagaz y hábil en lo suyo  y ha hecho mucho por mi y siempre la estaré agradecido.
Lo mejor de esta alquimia modulada es que con tan solo encender la radio y ajustar la frecuencia, todas ellas entran en mi casa a través de las ondas y sus voces forman parte del hogar.
Imagino que para que esto funcione la materia prima ya era estupenda de por si, y el hecho de conectar con miles de oyentes a través de la emisora es lo que hace de unas grandes personas unas personas increíbles.
Solo espero que produzca en mi un efecto similar y he de decir que ya voy notando algunos cambios dentro de mi interior, va desapareciendo el plomo de mi corazón.
Ahora me descubro constantemente emocionado con todo y siento que las cosas buenas de la vida, como la amistad o el amor se reciben de una forma más intensa e inundan mi ser.
Espero también que este sea un efecto doble y que lo que yo pueda dar a los demás también se multiplique, ya que me siento tan agradecido por todo y tan feliz de estar aquí y de poder disfrutar de los míos que haría lo imposible por tratar de aportar algo de felicidad a las vidas de mi gente.
Puede que me haya vuelto demasiado ñoño, pero hay experiencias que te cambian la visión de todo y aprendes a valorar lo que realmente importa.
Lo que más agradezco es el hecho de poder sentarme al teclado y escribir fluidamente como en los viejos tiempos, de hecho ahora mi tiempo libre, cuando no estoy liado con el curro lo dedico a esto casi por entero, con mi gato sobre el regazo y un buen disco sonando en el estéreo.
Vaya usted a saber si Marconi no era algo nigromante o si todos aquellos que han intervenido en la evolución de la Radio no realizaban sortilegios o rituales para dotar a todo este tinglado de algo más allá que la comunicación pura y dura.
En cualquier caso, lo que me llevo de este mundillos son un montón de personas con una humanidad desbordante y amistades de esas que van a durarme para siempre, se encuentre donde se encuentre el The End de mi" para siempre".
Llegue  cuando llegue ya no tengo miedo a irme, se que al partir alguien muy querido me irá a recoger a la terminal de llegadas y podré seguir disfrutando, aunque en otro lugar.
De todas formas no tengo el menor interés por marcharme de nuevo, menos mal que en mi ultimo viaje solo tenia un billete de cercanías y en seguida estaba aquí de vuelta.
No quiero dejaros, no quiero alejarme de ella y quisiera terminar mi novela antes, bueno, igual podría escribir unas cuantas, y que sirvan de homenaje todas ellas a mis pequeñas florecillas.
Os prometo que en la novela en la que ando liado hay un crimen y algo de mal rollito, aunque también y como no podía ser menos se me ha colado una historia de amor.
Sorry.




miércoles, 22 de octubre de 2014

Mis monstruos

Hoy por sugerencia de mi amigo Carlos, escritor y bloguero, autor del blog "mismediasmentiras" cambio el tamaño de la letra en este blog.
Si así resulta más fácil leer las entradas yo encantado, aunque el fondo de las mismas y la calidad de los textos ya es otro cantar, para eso no hay una herramienta en el ordenador, pero bueno, gracias a Dios aún no me han sugerido que cambie mi estilo.
Hoy voy a hablaros de algo que me ha sucedido esta noche al despertarme a eso de las cinco de la mañana.
Me han despertado unos ruiditos dentro del armario, como si algo arañase la puerta por dentro, yo, pensando que en un despiste me había dejado al gato encerrado dentro, me he levantado a abrirle la puerta y para mi sorpresa al hacerlo lo que he encontrado dentro nada tenía que ver con mi querido minino compañero.
Unos seres monstruosos de reducido tamaño pero fiera apariencia, me miraban fijamente a los ojos, como en actitud de reproche.
Obviamente me he asustado una barbaridad y  adoptando la postura de defensa aprendida en mis tiempos de artes marciales, he preguntado balbuceante y en voz bajita -¿quienes sois, que queréis?
Uno de aquellos seres peludos, contrahechos y de afilados colmillos, al parecer el jefe del grupo me contesto y al hacerlo pude identificar algo de bondad, incluso de cierta pena en su voz
-Has escrito mucho sobre nosotros Juan, somos los monstruos que vivimos en tu armario. Sabemos que a raíz del accidente perdistes la memoria, pero no pensamos que te fueras a olvidar de nosotros tan fácilmente.
-Pero si no nos conocíamos (exclamé con  un hilillo de voz) Cierto es que he escrito hablando de vosotros, pero nunca os mostrasteis, sabia que en ocasiones andabais por ahí, pero excepto por la ropa descolocada y algún pelo, jamás tuve pruebas de vuestra existencia.
- Bien sabes que desde hace unos años convivimos contigo, nos alimentamos de tus desgracias, de tu tristeza y de tus miedos, aunque últimamente nos tienes preocupados. De hecho hubo casi una semana durante la que temimos que tendríamos que buscarnos otro hogar, ya que no despertabas de tu sueño allá en el hospital donde te llevaron.
Además ahora no tienes miedo y excepto por lo de tu padre, apenas estás triste. Nos estamos quedando en los huesos y mira chico, hemos pensado que lo mejor que nos puede pasar es que te vuelvas a enamorar, así cuando te lleves uno de los palos que sueles llevarte nos daremos un atracón de lágrimas y de suspiros.
- Pero si he pasado un miedo horroroso (refunfuñé mosqueado) no podéis ni imaginaros lo que ha sido esto, además como me dijo hace unos días una mujer a la que siempre querré "para ti, es necesario estar enamorado. No sabes vivir sin estarlo", así que chicos, lo siento pero creo que ese es mi estado natural.
-Pues ponte a ello de una vez( gritó un monstruo muy delgadito y de ojos claros, oculto bajo una de mis americanas) ya estás tardando que tengo un hambre espantosa.
-Bueno, no te preocupes chiquitín porque creo que en breve te vas a poner las botas, un poquito de paciencia por favor.
He conocido a una chica maravillosa aunque creo que me llevaré uno de mis "palos" como decís vosotros, ya que creo que una vez más no estoy a la altura de ellas. Al principio las hago gracia y resulto hasta interesante, pero con el tiempo se terminan cansando de mi necesidad de cariño y de tanta sociabilidad.
O doy de una vez por todas con aquella que esta hecha para mi y que me querrá siempre, o seréis carne de endocrino y os vais a dejar el sueldo en consultas y productos dietéticos.
- Bueno bueno, que nosotros no tenemos cánones estéticos y preferimos comer hasta hartarnos aunque luego nos sobren unos kilitos. Para eso los humanos sois muy ridículos con vuestros complejos.
-Pues ni preocuparse chiquillos, que fijo que en menos de lo que pensáis os vais a dar un buen atracón, así que un poco de calma y os cierro que me vuelvo a la cama. Adiós buenas noches y dejadme dormir por favor, que si no descanso mañana me faltará valor para llamarla o ir a verla.
- Buenas noches, descansa (canturrearon jocosamente a coro)

Y ya veis queridos amigos, lo absurdo que puede llegar a ser mi cerebro y aunque llevo un pastillero colgado del cuello con medicación para casos como este, en los que puedo llegar a participar activamente de los sueños, he decidido no tomarme la pirula por no olvidar lo sucedido y poder escribirlo al levantarme.
Y aquí os lo dejo, en forma de cuento prácticamente.
La vida es un cuento, a veces con final feliz y otras tan parecido a la cruda realidad, que no sabes donde empieza una cosa y termina la otra.


Bueno pequeñita, sirva este cuento de homenaje a tu belleza, que ya podía haber aprendido a pintar en vez de a escribir, para hacerte un retrato de esos rollo "la maja desnuda".
Con mucho cariño y un beso muy grande.

martes, 14 de octubre de 2014

Cuando todo era bonito

Es triste que alguien te hable así de su relación y creo que lo más triste es asociarla a muchas de las que he vivido, que en sus primeras fases eran el no va más de la perfección en la pareja y con el tiempo se deterioraron hasta terminar convirtiéndose en pasado.
Me resulta llamativo que una amiga como esta cuya historia ha dado lugar a este texto, recuerde tiempos relativamente cercanos, como "la fiesta del amor".
A mi me han invitado a unas cuantas de esas fiestas, e incluso habría acudido gustoso a una en su honor, abrazado a su cuerpo tan joven y tan bonito.
El amor, en su nacimiento es lo más parecido a una celebración, ya que desbordas alegría y satisfacción y yo soy de los que piensa que el amor puede durar para siempre, si consigues dar con la persona adecuada, el resto serán historias muy bonitas en unas ocasiones, muy duras en otras, pero siempre como capítulos de una serie, en los que cada uno guarda relación con los anteriores y aunque estén precedidos por otros y  sean seguidos por algún capítulo más, tienen su identidad propia.
Lo cierto es que el amor muchas veces duele al ir apagándose, como una llama que trata de combustionar oxígeno a toda costa y abrasa todo lo que tiene al rededor.
No hay que perder la esperanza, únicamente escuchar esa voz interior que te avisa mientras te detienes a reflexionar o al irte a dormir, de que algo está comenzando a deteriorarse.
Si hay una solución, pelea por encontrarla, pero no te obceques en mantener el fuego a toda costa, porque en el intento puedes quemar tu vida, e incluso achicharr tu ilusión.
Es cierto que en los primeros estadios del enamoramiento todo es bonito e incluso el amor maquilla muchos desperfectos ya propios o de la persona amada.
El desamor nace al reconocer las carencias que hasta cierto día se atribuían a otro tipo de factores, nunca a la pérdida de esa batalla.
De repente suena la corneta tocando retirada y aunque duele mucho dejar al compañero caído y ponerse a salvo, el Ser humano es un animal y por instinto, va a luchar para sobrevivir.
No hay que martirizarse ni culparse de que aparezcan sentimientos encontrados, el cariño seguirá muy presente en todos los actos y el afecto no se va a marchar así de repente.
Cuando se ha amado, uno siempre se supedita a la persona a la que amaba y de alguna forma trata de absorber todo el impacto del golpe de la separación, porque las separaciones suelen ser así, traumáticas, aún sabiendo que a corto o medio plazo será lo mejor para ambos.
Hay que llorar las pérdidas, del mismo modo que hay que saber que cuando terminen las lágrimas, se abre un futuro de sonrisas y de esperanza.
Lo más duro será contemplar ese inmenso y perfecto arcoíris construido con recuerdos de todos los colores que brillara en lo alto del firmamento durante demasiadas jornadas quizás.
Lo más bonito es haber querido y haberse sentido querido, todo lo demás es parte de la trama y como en una buena novela, el final conlleva las páginas más apasionantes pero al tiempo que disfrutas de la lectura, sufres al ver como disminuye el grosor de lo pendiente y al leer "Fin", te embarga la tristeza.
Muchas veces he tratado de releer mis novelas favoritas, aunque ya conocía el final y carecían de esa emoción con la que me entregaba al deleite del lector satisfecho en la primera ocasión.
De todas formas yo sería capáz de escribir un final diferente y más amable y perfecto para la mayoría de ellas, estoy convencido.

Sirva este texto de abrazo en la distancia y de homenaje a lo que ha de llegar.
Y a tu belleza.

domingo, 12 de octubre de 2014

Baladas

Eso era lo que me había dado por escuchar últimamente, hasta el día de hoy, en el que he decidido tratar de frenar un poco tanto romanticismo y tanta ñoñería, y para ello he puesto en mi equipo el cd con la sesión que se marcó mi amigo Luis Manaya durante la presentación de mi libro hace un par de años.
Musiquita canalla y guerrillera de esa que hace que se te muevan los pies y el alma.
Pero no noto cambio alguno dentro de mi.
Creo que a raíz de despertar del coma tras el accidente he cambiado de forma más o menos radical mi visión sobre la vida.
Ahora en primer lugar, acostumbro a preguntarme por que motivo me he quedado yo, cuando se han ido personas infinitamente más justas, sabias y necesarias para la humanidad. Supongo que algo me espera en el futuro y trato de prepararme para ello, aunque no se muy bien si mi misión será salvar el planeta de una invasión alienígena o batir el record mundial de comer nachos con queso, vaya usted a saber, en cualquier caso me enfrentaré a lo que haya de venir con la mayor dignidad posible.
El caso es que esta tremenda ñoñería que me embarga tiene su lógica. He descubierto que siempre he sido un ferviente admirador de las mujeres, incluso de aquellas que me han dado caña y he tenido la inmensa fortuna de haber compartido todo tipo de experiencias con ellas. Obviamente soy un tipo muy enamoradizo y eso no lo iba a cambiar un accidente de moto, por grave que este fuera.
Ahora mi vida vuelve a cobrar sentido desde que he podido abrazar a la mujer a la que he querido más que a todo y desde que he vuelto a besar algunos de los labios más bonitos y ardientes que se me cruzaron a lo largo del pasado y han vuelto a cruzarse en el momento más oportuno.
He descubierto la ternura y el cariño en mujeres a las que ni tan siquiera me hubiera atrevido a mirar hace unos años y no se de donde he sacado el valor suficiente para hacérselo saber. aún con cierta timidez  y todo ello me afianza en la idea de que el ser tan enamoradizo lejos de destrozarme la vida, me reporta innumerables beneficios, pues cuando se quiere como yo quiero, ya no solo el corazón, si no todo el cuerpo experimenta una increíble cura y recuperación que culmina en el renacer tipo Ave Fénix al darme cuenta de que es recíproco.
Imagino también que la creatividad se alimenta de la inspiración que se recibe con cada sonrisa, con cada palabra amable o con cada gesto de la persona que te atrapa con un guiño de ojos.
Antaño los escritores "malditos" eran aquellos que alimentaban a su inspiración a base de botellas de absenta o de cualquier tipo de licor, así que sinceramente, por mucho que me gusten algunos de los escritos de estos señores, considero que ese tipo de avituallamiento para la inspiración adultera lo creado y lo exonera de una autoría real o sincera.
Casi que me quedo con lo de ser un romanticote empedernido, al día siguiente no te duele la cabeza ni tienes que arrepentirte de haber meado fuera del tiesto constantemente.
Y ya no hablemos del cutis, nada que ver.
Creo  que el amor rejuvenece al que lo padece, le tersa la piel y le ilumina ojos y sonrisa.
Menos cremitas y más cariño, que amen de ser más efectivo, te ahorras un pastizal tremendo.
Me parece a mi que el que nace lechón muere y renace cochino, como en el refrán castellano.
En cualquier caso aprovecho para comunicaros que voy a comenzar una nueva novela, ya que mi primer experimento con ese género terminó en abandono y frustración y ahora me encuentro con fuerzas y ánimo suficiente.
Creo que voy a pasar del argumento original que relataba la apasionante historia de amor entre un zombi antropófago bielorruso y una bailarina de claqué tailandesa y me voy a centrar un poco en algo más cotidiano o por lo menos en algo menos siniestro (si, ya se que el claqué da muy mal rollito)
Os iré contando, porque lo que no pienso abandonar es este blog, eso bajo ningún concepto.
Sirva mi novela de homenaje a todo lo que hubiera querido decirte en su momento y no pude.
Y a tu belleza.

lunes, 6 de octubre de 2014

Vivir para contarla

Así tituló García Márquez al compendio de sus relatos autobiográficos, abriéndonos su universo particular y de paso quedándose con el nombre más chulo que se le puede poner a una autobiografía.
Lo cierto es que leer biografías de personajes ilustres es como invadir su intimidad de alguna forma, aunque también sirve para sentirlos más humanos  y de alguna manera incorporarlos al entorno más cercano, aunque nunca hayamos tomado un café juntos.
Una de las autobiografías que siempre me ha apasionado es la del genial poeta Antonio Machado, en verso y bajo el título de "Retrato", Machado la incluyó en su "Campos de Castilla", regalándonos algunas de las frases autobiográficas más sinceras y descarnadas y consiguiendo un respeto y un cariño aún mayor entre sus admiradores.
Si yo hubiese escrito una autobiografía y la hubiera titulado "Retrato", seguro que me hubiera salido un retrato como el de Dorian Gray que escribió el irlandés Oscar Wilde, y mi biografía hubiera ido envejeciendo mientras yo me obcecaba en seguir siendo el eterno adolescente, hasta que el ordenador hubiera cascado con los años y entonces al perderse mi biografía, me hubiesen devorado los años en el acto.
Ya puestos a citar a autores, otro de los títulos que no me importaría plagiar para una autobiografía sería el de Jorge Semprún "La escritura o la vida", ya que solo en el título uno puede darse cuenta de lo terriblemente importante que es para el autor la expresión mediante la literatura.
Creo que para mi, el hecho de sentarme cada día a escribir se ha convertido más que en una rutina en una especie de suerte o de bendición, ya que ante un folio (o en mi caso una pantalla) en blanco, no hay distinciones de ningún tipo, todos somos igual de libres para escribir aquello que necesitemos o queramos escribir.
Cierto es que la autobiografía ha de ser el género literario más honesto y menos imaginativo, porque si dependiese de mi imaginación o de mis deseos, y no tuviera que ceñirse a la verdad, escribiría sin dudarlo que un día te diste cuenta de que me amabas con locura y tras casarte conmigo, me diste una vida de felicidad plena y envejeciste a mi lado hasta que llegó el ocaso que por fuerza ha de llegar.
También omitiría escribir sobre mis fracasos, mis errores o los momentos más tristes de mi vida, reconvirtiendo el desastre en una abrumadora victoria y la definitiva ausencia de mis seres queridos en una escapadita de fin de semana.
Pero entonces ya no solo estaría engañando a los posibles lectores de mis memorias, también me engañaría a mi mismo, ya que lo que dota de identidad a una vida no son solo los aciertos, también y en gran medida los fallos.
Quizás el libro biográfico que más me gusta es el "Maus" de Art Spiegelman, quien en forma de comic o novela gráfica (como más os guste) escribió sobre las vivencias de su padre, un judío superviviente de los campos de exterminio.
Es impresionante como te puede llegar a lo más hondo una historia como esa, en la que los personajes son ratones o gatos, dependiendo a quien represente, alemanes o judíos.
De todas formas no me voy a sentar a escribir mi vida aún, ya que por fortuna he vuelto a poner el contador a cero y aunque este verano he cumplido los cuarenta (si...son los nuevos veinte o eso dicen) creo que si tengo relativo cuidado aún daré mucha guerra todavía, en el buen sentido claro, que soy muy poco beligerante.
Además mi vida esta siendo salvo en algunos momentos puntuales, de lo más normalita y aunque he tenido la gran suerte de conocer a personas increíbles y enamorarme de alguna de ellas, por lo demás nunca he participado en ninguna expedición como Amundsen o Scot, no he inventado el submarino ni he desarrollado ninguna vacuna, soy más de cositas cotidianas y carentes de proyección histórica ni repercusión mediática.
No cambiaría ningún premio Nobel por uno solo de tus besos, eso seguro, ni renunciaría a una noche contigo a cambio de poner mi nombre en un trozo de tierra, un rio o un asteroide.

Este es mi particular homenaje a algunos de mis escritores favoritos.
A la vida.
Y a tu belleza.

jueves, 2 de octubre de 2014

El mañana nunca muere


Eso lo he aprendido con los años.
El mañana inevitablemente, terminará llegando y eso es digno de celebrar, aunque ya mañana  no seré solo para sus ojos.
Hace mucho tiempo que la espía que me amó, dejó de enviarme cartas con olor a perfume francés desde Rusia con amor y aunque era una agente con licencia para matar, se conformó con destrozarme el corazón.
Se supone que estoy al servicio de su majestad, pero no es cierto. Estoy al servicio de cada historia de amor que se me cruza en el camino, pero nada es para siempre, ni siquiera los diamantes son para la eternidad.
El mundo, sobre todo este mundo sin ella, nunca es suficiente y que os voy a contar, esta fue una historia de amor muy especial. Nació entre los dos una atracción maravillosa que derivó en  alta tensión y claro, en cuanto me acarició el cuello con la punta de su lengua no pude evitarlo y me puse de lo más octopuss,( para que hablar de ello) no voy a presumir de ser el hombre de la pistola de oro, pero otra de las cosas que me ha enseñado la vida es que solo se vive dos veces, así que me dije: "muere otro día" y sin poder remediarlo y a lo felino, gasté una de mis vidas aferrado a su cintura.
Ella que tenía la misión de neutralizarme, en cuanto divisó aquel panorama para matar lo vio todo demasiado fácil y decidió neutralizarme de la forma más femenina y cruel, pero eficaz, abandonándome cuando más la quería.
Me he dejado una fortuna entre lo perdido en el casino Royale y lo que me ha soplado por sesión mi psiquiatra, el Doctor No, con lo que ahora, además de estar completamente solo, me he quedado sin un céntimo.
Creo que ella bautizó a esta operación como operación trueno y en efecto, sufrí tanto al perderla que me recuerdo llorando y deseando la muerte, hasta tal punto que en mi desazón me tatué el antebrazo con una frase en su honor: "vive y deja morir" resumiendo lo que siento desde el día en el que descubrí su juego, ya que no la deseo ningún mal, todo lo contrario, espero que viva feliz muchos años, pero a mi me gustaría irme ya porque una vida sin ella a mi lado no me interesa lo más mínimo.
Ahora mismo estoy deseando que caiga la noche, porque una noche cerrada es lo más parecido a la muerte en vida, con su oscuridad sepulcral y su silencio, pero madre mía, aún quedan horas porque cuanto sol hace.

Este es mi homenaje a las novelas de Ian Fleming que se adaptaron al cine acompañándome durante casi toda la vida.
Y a tu belleza.


miércoles, 1 de octubre de 2014

Mi historia interminable.

De repente la nada llegó a la tierra de fantasía y todo iba desapareciendo al ser devorado por esa sin razón que trataba de atraparme.
Yo corría desesperado y la nada se tragó la sonrisa más bonita del mundo, las manos más hábiles que estaban a punto de confeccionarme una felicidad a medida y ahora acechaba  golosamente a la mirada más tierna.
En mi carrera sorprendí a Atreyu tratando de rescatar a su caballo Artax del pantano de la desesperación y al intentar ayudar, perdí pié y caí en la ciénaga.
La tristeza no me permitía regresar a tierra firme y cuanto más hacia por mantenerme a flote, más me hundía tragando penas constantemente al abrir la boca intentando respirar.
Para mi fortuna unos cuantos guerreros a lomos de unos caballos muy extraños y culones, aparecieron de repente y me lanzaron una cuerda a la que me agarré en último extremo y conseguí volver a tierra firme.
Encontré a la gran tortuga Vestusta Morla, quien me cantó la solución a los problemas y puse rumbo al palacio de la emperatriz de Fantasía, a quien yo llamaba princesa esmeralda, por el color de sus ojos.
Si la regalaba un nuevo nombre, la nada desaparecería como llegó y todo seguiría igual.
La nada se originó de los restos de mis historias de amor y se nutria de ellas, por lo que o solucionaba el tema o devoraría a toda a quien amase.
Con el tema de los jodios recortes tuve que volar a lomos de un gatete blanco y negro, ya que no alcanzaba para dragones con el presupuesto, pero el gatete se esforzó y me acercó a mi destino.
Por el camino, superé la prueba de las esfinges y vencí al lobo que trató de arrancarme la vida a dentelladas.
Todo parecía ir bien hasta que esa pequeña rubita se cruzó en mi destino.
No quise enamorarme, pero era mi destino y nada pude hacer.
La nada trató de engullirla al instante y ni tan siquiera mis queridos gigantes de piedra pudieron apartarla de su presa.
Segundos antes de desaparecer entre la nada, la pequeña rubita se volvió y me llamó por mi nombre, consiguiendo que de un salto, la rescatara de allí y la subiera a la grupa de gatete.
Encontramos a la princesa esmeralda, digo a la emperatriz de fantasía en su torre de marfil y rápidamente la bauticé con su nuevo nombre, nacido de mi corazón: "Quin".
La nada desapareció gracias al poder del alma de la emperatriz y yo comprendí que si quería ser feliz, tendría que abandonarla en los brazos del príncipe que ella escogiera y centrarme en mi pequeña rubita, que desprendía cariño a raudales.
Si la nada volvía, solo engulliría mi corazón y al menos dejaría tranquilo el resto del reino.
De momento, no temo otro final triste, ya que esta historia ni tan siquiera ha comenzado, y cuando comience, llamaré al bueno de Michael Ende y le pediré el favor de que me regalé un final de los suyos, más acorde a lo que siempre he soñado..
Si no se presta a ello, tengo una lista tremenda de escritores de confianza a los que puedo suplicar unos cuantos "y fueron felices y comieron perdices". Digo yo que alguno se apiadará de mi y si no volaré junto a mi siempre fiel Peter Pan, quien ahora me llama a diario, ya que Campanilla se le ha marchado con uno de tantos niños perdidos.
No pasa nada, la vida es un libro en blanco y se que puedo llenar sus páginas con la historia que siempre he querido protagonizar. Ahora tengo una nueva oportunidad para sentarme a escribir.

Este es mi homenaje a uno de los libros que marcó mi infancia.
Y a tu belleza.

.

lunes, 29 de septiembre de 2014

Mi Casablanca particular.

Es curioso, comencé a enamorarme de ti justo después de abandonar el hospital donde pasé unas semanas tras derribar mi caza los alemanes.
Ilsa terminó marchándose con Lazslo en ese avión que me juré no cogería, y ahí estaba yo, con mi amigo el gendarme en la pista del aeropuerto disertando sobre la amistad y conteniendo las lágrimas por la mujer que volaba lejos de mi.
Siempre nos quedará Paris.
Sin darme cuenta, me hice un asiduo del café de Rick, ya que el señor Blaine me resulta muy simpático, al ser un amante del desierto de reducida estatura, como yo, una gran ironía y un valor desmesurado camuflado bajo su chaqueta impoluta.
No está Sam para cantar nuestra canción al piano, que sin su presencia acumula polvo en silencio,  pero el bar destila buena música por los cuatro costados y eso me gusta, así que he tratado de no perderme un solo concierto, en los que el público amaga constantemente con arrancarse a cantar "la marsellesa" por encima de otros himnos más beligerantes.
Eres la princesa de la barra y verte atender tus dominios con esa eterna sonrisa es francamente alentador, uno recupera la ilusión y las ganas de volver a pilotar, aunque aún tengo miedo, porque no puedo evitar recordar constantemente ese fatídico momento en el que el paracaídas de oferta decidió no abrirse.
En la cama del hospital, pensé que quizás no volviera a besar a una mujer y gracias a Dios me equivocaba, ya que no hace mucho volví a besar a una muchachita encantadora.
Que sensación más agradable.
Yo era un tipo muy osado, siempre voluntario para las misiones más arriesgadas y peligrosas, ahora me tiemblan las piernas solo de pensar en acudir a recogerte a la salida de tu turno.
Creo, por el nombre, que debes de ser italiana, ya que en el café de Rick se da cobijo a personas de todas partes del mundo, que llegan hasta allí  huyendo del pasado e inventando una nueva vida lejos de los sinsabores de la realidad.
Se que al menos te resulto simpático , ya que me atiendes con un encanto muy particular e incluso he notado cierta ternura a la hora de encender mis cigarrillos solícitamente.
Me riñes por seguir fumando al mismo tiempo que con una delicadeza tremenda, recoges mi bastón del suelo.
Es inevitable que despiertes en mi sentimientos que pensé volaban camino del olvido con Ilsa y Lazslo.
En mi regimiento me llamaban "poeta" los compañeros de forma cariñosa e incluso algo condescendiente, dadas mis aficiones literarias. He escrito muchas cartas para las novias de los soldados a cambio de munición, botas, raciones de campaña...pero la carta más bonita es la que aún no me he atrevido a escribirte.
Supongo que el primer trago me devolverá un poco del valor perdido y cuando escuche el cornetín en mi cabeza me lanzaré a pecho descubierto a tratar de conquistar tus labios, unos labios que prometen la mayor de las dulzuras lejos de mi trinchera.
Puede que por el camino me abata una bala perdida o puede que tome tu posición, no lo sabré hasta que me lance a ello, porque la guerra es así, no hay batallas ganadas de antemano.
No obstante me da igual si vuelvo a caer, la misión merece el riesgo y te aseguro que no busco la gloria ni medallas, tan solo abandonarme entre tus brazos.
Espero que esta vez alguien tenga la delicadeza de dispararme el tiro de gracia. No soportaría volver al hospital de campaña con el corazón colgando de un hilito.
Este es mi personal homenaje a Casablanca.
Y a tu belleza.


sábado, 20 de septiembre de 2014

Historias de amor

Este título me suena a canción malucha de los años noventa, que movida.
El caso es que siempre he sido muy aficionado a las historias de amor y así me he pasado la vida, enamorándome, desenamorándome, sufriendo, contentándome y persiguiendo el amor verdadero cual galgo tras la liebre, pero en este terreno uno más bien se siente como un galgo fondón tras una liebre apolínea.
Lo cierto es que luego todo esto da mucho juego a la hora de escribir, porque siempre he pensado que los poemas más hermosos que se han escrito son producto del amor no correspondido.
Aunque claro, lo del amor no correspondido para escribir poemas guay, pero ya está. Para el resto de las cosas mola más bien poco.
Desde luego no me voy a quejar, he tenido la oportunidad de que muchas mujeres se terminaran hartando de mi y eso quiere decir que para hartarse han tenido que pasar un tiempo conmigo, que tampoco soy tan insoportable como para que me larguen a los diez minutos.
Me siento francamente afortunado y algo tontico, porque he gozado del amor en todos sus aspectos (a ver chicos, no hagáis bromas soeces con la frase anterior) y aunque esas historias se terminaron acabando, con lo que eso conlleva de dolor y malestar, no he cejado en mi empeño y he seguido intentándolo.
Será que soy el eterno enamoradizo o que pertenezco a otra época, puesto que disfruto más del cortejo y de los suspiros que del " aquí te pillo, aquí te mato".
Creo que regalar flores es genial, siempre y cuando no des con una alérgica al polen, ni termines aburriendo a la amada.
Una vez paseando con una chiquita encantadora por  el campo, me incline para arrancar unas margaritas y regalárselas en plan "que chico más majo soy" y al alargar la mano para coger las flores una abeja que estaba libando tan ricamente se asustó y en defensa propia (eso argumentó su abogado) me clavó el aguijón en el pulgar , causándome un dolor tan horroroso que me hizo gritar como una quinceañera en un concierto de los One direction esos.
Como podréis imaginar se fue al carajo el momento romántico, llevándose mi masculinidad de paso, pues fue ella quien me agarró de la mano y me limpió las lágrimas tratando de consolarme.
A la abeja la condenaron a muerte, sentencia que fue ejecutada en el acto.
Y no os cuento ya lo terriblemente jodido que es tratar de conservar una pareja siendo el Peter Pan de mi calle, ya que como dicen por ahí el "peterpanismo" a partir de los 30 es un símbolo de inmadurez.
Me va a tocar vender por internet el modelito de Peter Pan, gorrito con pluma incluido, a ver si saco al menos para tabaco, que es mucho más dañino que ser inmaduro, pero al menos aporta algo de virilidad a la imagen de uno.
Lo único que me ha servido de algo siempre es el sentido del humor, porque a las chicas les encanta reírse y si consigues que sea contigo y no de ti, la cosa va bien.
Ahora, tampoco hay que hacer un monólogo de esos de " El club de la comedia" cada vez que tienes algo que decir, porque entonces no te van a tomar nunca en serio y tampoco se trata de eso, que ser simpático si, pero un chapas ni hablar.
Ir de durete tiene lo suyo con las chicas, pero hasta un punto, sobre todo si no eres bajito y sentimental, porque entonces se te nota que estás adoptando un rol que no te pertenece. Para ser un duro en condiciones te tiene que acompañar el físico y debes tratar de evitar llorar en el cine y bailar en cuanto pones un pie en la discoteca.
Creo que fue Norman Mailer el que escribió "Los tipos duros no bailan".
Supongo que mascar tabaco y escupir no es tampoco muy seductor, así que abandono ese estereotipo.
Es muy fácil ser un durete de metro noventa y con músculos hasta en los músculos pero con 1,68 y el bigote bicolor es mucho más complicado.
Yo casi que seguiré a lo mío, enamorándome como una colegiala e imaginando con alas de hada al amor de mi vida, a ver si hay suerte y me echa sus polvos de hada, aunque sea solo con la intención de ayudarme a volar.
Supongo que esta entrada no me ha quedado ni muy poética ni muy romántica, pero es que estoy en una fase de redescubrirme como persona y de sopesar que es lo que debo conservar del pasado y que es lo que me convendría ir aparcando.
No obstante contra lo que no se puede luchar es contra los sentimientos y yo soy muy de querer con todas las ganas, así que nada, seguiré tratando de que aquella de la que estoy enamorado, sienta lo mismo que yo. Eso o me apunto a un gimnasio y me someto a  un tratamiento de hormonas del crecimiento


domingo, 7 de septiembre de 2014

Borrón y cuenta nueva o "Segunda temporada"

Ayer hablando con mi amiga Jimena, comenté que estaba planteándome incluso el preparar un nuevo libro para contar de forma amena todo lo que he aprendido en estos meses pasados y sobre todo lo sensacional del cariño recibido por tanta y tanta gente.
Recuerdo que el día de la presentación de aquel Historias para según qué días, ilustrado por ese genial y creativo angelito que es Estela Labajo, mi querida amiga Eva Moreno llevó un libro en blanco para que los asistentes escribieran sus dedicatorias, y vaya si lo hicieron, estos días he releído esos textos, unos más jocosos que otros y entre ellos he encontrado el que escribió mi padre, quien rubricó: "Escribir es una forma de fijar el pensamiento, no lo dejes nunca. Enhorabuena por tener tantos amigos"
No voy a dejarlo nunca, porque para mi escribir es una manera muy especial de abrir el corazón y comunicarme con la humanidad y a veces incluso cuento cosas interesantes y divertidas, otras doy mucho el coñazo quizás, ya lo siento.
Lo cierto es que pensé que lo de los amigos lo escribía mi padre por la cantidad de gente que aquel día acudió a acompañarme en la presentación de mi primer retoñito de papel, pero ahora he comprendido lo que quiso decir con esas palabras.
Y es que llevo una temporada en la que me paso el día con las emociones a flor de piel, tal es el inmenso cariño que se me está transmitiendo.
Yo no me he considerado nunca un tipo fuera de lo normal, bajito si, y con un sentido del humor algo omnipresente, pero nada más, como digo ahora, jamás he rescatado un niño de un incendio ni tan siquiera he bajado un gatito de un árbol (a ver...no llego a las ramas) por lo que no pensé ser merecedor de tanta buena energía y tanto afecto de tantísima gente.
Lo cierto es que salgo a la calle y me siento algo "osito de peluche" dada la cantidad de abrazos que recibo, pero eso mola mucho, y como hablé con el médico, mi recuperación se debe en parte a todo lo que se me ha transmitido desde tantos lugares.
Desde el cariño de amigos músicos que tuvieron detalles increíbles en conciertos, como Snti Iglesias o Los Pichas rondilleros, el cariño de mis amigos actores que me emocionan al verles en escena y transmitirme su alegría de encontrarme entre el público (esto lo viví ayer en el Shock&Show) el cariño de tanta y tanta gente dedicada a todo tipo de cosas, hosteleros, comerciantes, funcionarios, técnicos, gente de la cultura, militares...
Vamos que vivo en tal subidón de azúcar que ¿cómo no me voy a recuperar completamente? si hasta mis queridos artesanos de Da Silva me van a acabar utilizando de materia prima, de lo dulce que me he vuelto. Yo que siempre soñé con ser un durete estilo Indiana Jones.
Ahora estoy en pleno borrón y cuenta nueva y trato de enmendar errores del pasado, como la disculpa moral que le debo al gran Joaquín Sabina, al que seguramente por envidia nunca le otorgué el lugar que le correspondía, hasta que mi amigo y compañero de espectáculo, el genial pianista Oscar Lobete tuvo el gran acierto de seleccionar la canción Ruido, de Sabina, para nuestro show "Canciones para una noche en vela".
Ahí pude redescubrir al Sabina que me gustaba de pequeño antes de que me creyese un escritor y me entrara envidia de aquellos que escribían mejor que yo.
Tengo otras cosas que ir solucionando del pasado y mucho que enmendar, pero gracias a Dios, a mi gente  y a los médicos, vuelvo a tener una vida por delante.
Mucho de este cariño que me ha alimentado llega desde mis queridos "Vesperdidos", compañeros del club de Vespa y a quienes ahora les doy la paliza con que tengan cuidado, que las motos son peligrosas.
No hablemos del recibido por parte de la familia, que ha sido inmenso y de la mejor calidad.
Y ya no digamos nada del que me han transmitido mis chicas, tantas y tantas amigas, ex novias y romances frustrados, que me aportaron felicidad durante su tiempo y aún me siguen aportando millones de cosas, ignorando mis defectillos que mandaron al traste las relaciones.
Desde la chica con la sonrisa más bonita del mundo, a mi florecilla preciosa pasando por la siempre presente y amada "Campanilla".
Todas me colmáis.
No pienso obviar a mi gente de radio y televisión, quienes han sido también un bálsamo en estos días.
Sinceramente, no se si merezco tanto, que también tengo mis cositas y a veces soy un poco pelelón.
En cualquier caso desde aquí, os mando un abrazo inmenso a todos y todas ("todas" no os preocupéis, que este va sin segundas intenciones)
Esta segunda temporada voy a esforzarme por mejorar como persona para hacerme merecedor de todo lo que se me ha entregado y devolver cuanto pueda (aquí van incluidos Hacienda y Seguridad Social  :) , porque si no me pusiera en paz con todos no sería una segunda temporada digna )
Estoy recuperado, sigo con mi 1,68, sin pronunciar la r al hablar y con cierta afición por la pasta italiana.
He vuelto, así que borrón y cuenta nueva.
Sobre todo muchas, muchísimas gracias a todos.
Me habéis hecho ver la vida de otra forma y valorar de verdad lo hermoso de la amistad.
A mi gente que tengo lejos, os llevo en el corazón a todos, lo sabéis y eso es lo importante.
Voy a tener que ir al IKEA  a encargar un corazón más grande, empotrado también, que no me caben muchos más amigos a los que querer.
Mis colegas de "la vieja guardia" los de toda la vida, los que me sufren desde pequeñito, sois mis órganos vitales.
En fin, como podréis ver, mi sentido del humor sigue aquí, así que vuelvo con todo el poder.
Esto...también sigo siendo muy enamoradizo, pero no preocuparse, que ahora estoy muy tranquilito y sin ánimo de complicarle las cosas a nadie.
Lo dicho, a partir de aquí cierro capítulo.
Se os quiere.

viernes, 29 de agosto de 2014

Lo que os hace tan importantes.

Creo que esa importancia vuestra radica en la capacidad de resumirlo todo en un beso, en una mirada o en una sonrisa tierna.
Muchas veces me pregunto el por que de esa importancia de vuestra presencia en mi vida, e incluso a veces me planteo en si la vida tendría sentido sin la presencia de una mujer a la que amar y que me ame y he llegado a la conclusión de que en efecto, tiene sentido, aunque es mucho más insulsa.
Estar enamorado es genial, aunque no es nada fácil. Al estarlo de verdad, supeditas muchas cosas al bienestar de la persona que ejerce en ese momento como tu pareja y claro, eso es peligroso porque ese tipo de acto de generosidad ha de ser completamente sincero y nacer del corazón, si no, estás perdido.
La verdad es que lo que una mujer me puede aportar, me ha hecho convertirme en un  verdadero devoto de las féminas y aunque ha habido muchas relaciones, unas más exitosas que otras, cuando ha sido recíproco y  me he sentido amado ha sido francamente genial.
Uno de los momentos más hermosos de la vida es aquel en el que te despiertas junto a la persona amada y la observas respirar a tu lado y llegas a creer que sigues soñando, tal es el estado de felicidad que te provoca.
A ver, que no todo va a ser así de guay, a mi personalmente me ha llevado mucho trabajo y muchas parejas el aprender a distinguir lo realmente especial de una relación y he de reconocer que en demasiadas ocasiones he metido la pata o me he dejado llevar por el ego, la inmadurez, el egoísmo o simplemente he elaborado pésimamente mi lista de preferencias existenciales.
Ahora bien, juro que estoy aprendiendo y trato de no seguir cometiendo errores del pasado.
Bueno, tampoco me voy a cargar yo con todas las culpas de los distintos fracasos, que esto son siempre juegos de dos y unas veces mete la pata uno y otras la otra parte.
Cuando una relación se termina lo pasas fatal y te sientes completamente desvalido, ya que renuncias a tu propia identidad y no te vuelves a identificar como un ente individual, pero eso es algo que hay que superar rápidamente o se sufre más de lo debido.
El respeto es una parte muy importante de toda relación, el respeto por la pareja y el respeto por ti mismo, si ese respeto no existe es casi imposible que la cosa funcione.
Vale que la atracción física es fundamental también, si tu pareja no te atrae te has metido en un buen charco, y si no la atraes tu, eres carne de cañón.
El cariño y la comunicación son otros ingredientes muy importantes para que todo funcione, si no hay cariño o no hay una buena comunicación entre los dos, es la crónica de una muerte anunciada.
La verdad es que son muchos los factores que influyen para que algo funcione y los que somos tremendamente enamoradizos como es mi caso, debemos respirar profundamente y sopesarlo todo antes de dar un paso que o bien nos puede hacer desgraciados a nosotros, o a la persona de la que nos hemos enamorado.
Durante muchos años traté de suplir las carencias con sentido del humor, pero eso no es más que pan para hoy y hambre para mañana.
El humor es también importante, para que negarlo, pero siempre y cuando sea algo que nazca entre los dos, no vas a mantener una relación pasándote el día imitando a Chiquito de la calzada o contando chistes de Lepe.
Esta es una verdad universal: siempre hay alguien más guapo, más listo, más chulo o más gracioso que tu. Cuanto antes asumamos esto mucho mejor.
Poquito a poco voy haciéndome con una especie de manual mental sobre lo que viene siendo enamorarse y aunque no voy a osar comparar el empezar una relación con montar un armario del IKEA, si es cierto que no viene nada mal conocer ciertas instrucciones elementales para que todo vaya tomando cuerpo.
Mira, sobre lo de "tomar cuerpo" en otro contexto podría escribir largo y tendido, pero me voy a dejar de cosas soeces y de chascarrillos cutres, y en cuanto a lo carnal, también tiene su importancia, pero cada persona es un mundo. Lo que si que puedo decir es que en lo carnal también tienen su peso importante el respeto, el cariño, la buena comunicación e incluso el humor.
En fin, que aquí me ando desempolvando mi traje de Peter Pan y buscando mi gorrito, ya que he vuelto y sigo siendo un adorador de la florecilla más hermosa.
Os seguiré contando.




martes, 19 de agosto de 2014

Mejor decir las cosas, más aún si las sientes.

"Segunda temporada"
Así me gusta llamar a esta nueva etapa de mi vida, o a esta nueva vida, que para el caso es lo mismo.
Atrás quedaron los meses de recuperación, sesiones de fisioterapia y demás, ahora el ejercicio diario es vivir y lo cierto es que cuando le has visto tan de cerca las orejas al lobo, como ha sido mi caso, lo de vivir se entiende de otra forma, más completa quizás.
Es cierto que no puedo quejarme de mi vida hasta la fecha. Ha tenido momentos buenos, (los más) y momentos malos (los menos) pero ha sido una vida apacible y plena, aunque puede que ocasiones la viviera demasiado rápido y sin reparar apenas en todo lo que tenía alrededor que era mucho y bueno.
A veces nos obcecamos en detenernos solo ante cosas superficiales o carentes de transcendencia y ahí está uno de los errores más comunes.
Ahora he aprendido a valorar algunas de las cosas más importantes de la vida, como por ejemplo, el valor del cariño de la familia y los amigos, sin el que todo se vuelve vacío y absurdo.
Para mi, ha sido como si cada uno de los miembros de mi familia o de mis buenos amigos me hubieran donado un poquito de su esencia para permitirme seguir respirando¡¡ y vive Dios que lo he notado!!
Como dice el refranero popular, las desgracias nunca vienen solas y al fatídico accidente de moto que sufrí, tuve que añadir la pérdida repentina del que ha sido mi modelo y ejemplo: mi padre.
Pero esto es también la vida, somos finitos y lo que perdura y es imborrable es el recuerdo que dejas.
Doy fe de que el que ha dejado mi padre en todos, es maravilloso. y la mejor forma de honrarle por mi parte es esforzándome en salir adelante y tratar de ser feliz.
Y en ello estoy, me vais a perdonar que me ponga un poco ñoño, pero esto será puntual, no os preocupéis porque volverá en breve mi sorna habitual.
Bien es cierto que hoy me siento al teclado con la sana intención de agradecer a todo el mundo su cariño, su interés por mi y su ayuda.
Ni que decir tiene que el agradecimiento más inmenso y lleno por completo de amor, es para todos y cada uno de los miembros de mi familia, quienes me han dado una auténtica lección sobre lo que la palabra familia significa.
También va mi agradecimiento para esos amigos que han estado ahí, que han puesto de su parte para que todo cobrara sentido de nuevo y para que me rehiciera.
Un lujo contar con gente así.
También quiero demostrar mi agradecimiento a aquellas personas a las que no me une un gran lazo de amistad, pero que aún solo siendo "conocidos" o "amigos de amigos" han demostrado una gran valía humana, aportando ánimos y buenos deseos.
Esta ha sido una gran lección de vida y espero haberla aprendido, aunque como decían antaño: ""la letra con sangre entra" y vaya si ha entrado.
Bueno, que no quiero ponerme pesado ni regodearme en la desgracia, tan solo comunicaros que a partir de mañana, volveré a mi viejo estilo literario y que hoy, aunque emocionado aún por las circunstancias, ya sonrío.
Que quiero a la gente que quiero y no me importa decirlo.
A todos los que me han apoyado, gracias de corazón.
Mañana o cuando vuelva a sacar un ratito espinillero, escribiré sobre mi tema preferido: las mujeres y las hadas.
Un beso muy grande, queridos lectores.

lunes, 7 de julio de 2014

Vuelo rasante

Un vuelo rasante es bien chulo, aunque también algo peligroso.
Me había espolvoreado un buen puñado de polvo de hadas de Campanilla y me lancé a a la aventura, aunque la velocidad y yo nunca hemos sido buenos compañeros.
Si bien es cierto que en un picado puedes apreciar matices que en un vuelo normal no aprecias, si no tienes cuidado y se te cruza un pirata o un niño perdido lo llevas de colores.
En pleno vuelo retomando altura me la di contra el mástil del barco de mi querido Garfio, hay que ver, con la de años que llevamos jugando a pillar y al final ha tenido que ser así.
De todas formas estoy en pleno proceso de recomponerme el traje e iniciar de nuevo el cacareo, que hay cosas que no se pierden por una mala caída.
Cierto es que he estado algo pachucho a raíz del golpe, pero mis queridas sirenas y mis princesas indias no se han librado de mi tan facilmente, tampoco esa hadita que me hace tan feliz, aunque ser intrépido y rápido no es sinónimo de ser el más listo o el mas querido.
A veces me digo,"Peter, eres un niño, grande, pero un niño" y aunque me río yo solo al decírmelo luego me doy cuenta de que es una reflexión interesante, ya que el no crecer, ha sido una opción personal como la de pasearme cada noche por los tejados de Londres.
Puede que me deje una temporadita de tejados y me centre más en aprender de las experiencias vividas, porque las ha habido de todo tipo y las experiencias son las que te hacen madurar.
Aprender de la vida es tan importante como necesario.
Supongo que puedo ir desarrollando mi personaje y dotarlo de alguna peculiaridad más, aparte de la plumita en el gorro, que mola pero no va mucho más allá.
Alguien dijo una vez que la inmadurez a partir de cierta edad es un síntoma de egoísmo y yo no me considero egoísta, tan solo he vivido experimentado la vida al máximo.
Ha llegado el momento de echar un poco el freno y disfrutar de otras cosas también muy importantes, lo cual no quiere decir que no me vaya a seguir dando por rescatar princesas o ayudar a los niños perdidos.
Eso también es parte de mi esencia y todo junto hace de mi quien soy.
A lo que no voy a renunciar nunca es a transmitiros mis emociones y mis vivencias a través de este blog, contad con ello, aquí seguiré, que uno puede ponerse más reflexivo o más lúcido, pero no traicionar sus principios.
Me queda mucho por hacer y por amar. Pienso seguir aprendiendo a hacer las cosas lo mejor posible y a querer en condiciones. He tenido estupendas maestras de las que he aprendido un montón.




sábado, 7 de junio de 2014

La vida

Viene como viene, al igual que un vinilo de jazz de alguien que no sueles escuchar.
Parece que de un tiempo a esta parte, la vida está haciendo sonar una "cara b" plagada de momentos difíciles.
Primero fue aquel dichoso accidente que me mando en coma al hospital y del que poco a poco y con mucho esfuerzo me estoy recuperando.
Por suerte toda mi familia y los amigos se han volcado conmigo y me han ayudado a salir del agujero.
Cuando estaba casi recuperado, resulta que fallece mi padre, con lo que me ha inscrito en otra lección de vida.
Supongo que está algo de más ponerme a hablar de como fue mi padre, aquellos que le conocieron lo saben perfectamente.
Para mi fue un verdadero faro que siempre iluminó mi vida. Una piedra angular, un maestro en todos los sentidos y una persona excepcional.
Esto me ha pillado algo débil de fuerzas y emocionalmente, pero su ejemplo fue tal, y su forma de vivir la vida fue tan coherente y tan plagada de aciertos, que ahora tengo que esforzarme por recuperarme completamente, acompañar  y ayudar a mi madre y tratar de honrar el recuerdo del que para mi ha sido el guia y el orientador en todos los aspectos importantes de mi vida. Además era un tipo excepcional con una agudeza mental fuera de lo común.
Ahora solo me queda superar esta pérdida y gracias a la ayuda de mis seres queridos, mi florecilla entre ellos, podré irlo haciendo.
Adiós papá, eras un lector muy ávido y seguías este blog así que no me cabe la menor duda de que leerás también esta entrada.
Te voy a echar mucho de menos.

lunes, 2 de junio de 2014

Segunda Temporada

Eso es lo que hay desde el fatídico 12 de abril, día en que tuve un accidente con la moto que asi no cuento.
Ahora estoy recuperándome , en las mejores manos
La familia y los amigos verdaderos han sido casi tan importantes para mi recuperación como los neurólogos, fisioterapeutas y demás.
Lo importante es que ya estoy aquí de nuevo.
Gracias a todos. Volveré a escribir como antes, gracias también a mi florecilla, por aportar el cariño de una mujer bonita, que ayuda mucho, pero mucho.
Besos para todos.

miércoles, 9 de abril de 2014

Caótica amante

Como un haz de luz penetrando en los rincones más oscuros de mi interior, poniendo en evidencia los desconchones que jalonan las paredes del alma.
Como un torbellino elevando hasta el techo de la habitación los papeles donde trato de plasmar lo que me gustaría escuchar de tu boca.
No quiero más paz que la del día de la despedida, ese día en el que uno no se atreve a romper el silencio con palabras, porque se pueden escuchar a kilómetros de distancia los gritos mudos de desesperación que emiten dos pares de ojos vidriosos.
Ya he perdido la cuenta de las veces en que nos hemos dicho adiós y volveremos a hacerlo al menos en una cantidad absurda de ocasiones más.
Al fin y al cabo no sabemos hacer otra cosa que tratar de alejarnos.
De esa manera se supone que quedamos libres de todo sufrimiento.
Más líbrame del mal, amén.
Pero se que pasará el tiempo y volveré a comulgar en ti, porque uno ha nacido para comer tu carne y beber tu sangre, en diferentes cuerpos, en distintos labios, pero siempre tú.
Tú, con infinidad de nombres, con miles de variantes en la sonrisa,  en el color de los cabellos y en la forma de gemir cuando estás a puntito de arquear la espalda por última vez antes de derrumbarte extenuada.
Tú, con miles de excusas acertadas para firmar la orden de ejecución y yo, que sigo esperando como un gilipollas la llamada del gobernador del estado mientras le pido al sacerdote que se largue por donde ha venido.
Tú que me has traicionado con otros, que me has abandonado en pos del futuro del fruto de tus entrañas, que me has supeditado a tu trabajo, te has ido del país, te has enamorado de un imbécil o simplemente, no encontraste el neceser donde guardabas el polvo de hadas.
Siempre hay un motivo, siempre hay un billete que te saca de mi vida.
Siempre hay una estación en ruinas cubierta de hiedra y musgo, donde tumbarme desnudo a contemplar como arrastras la maleta sin darte la vuelta, sin ocasión para retenerte al menos por otra noche.
De nuevo ha comenzado la partida y en breve habrá otro jaque a la reina, que se despojará de los pantalones en mi dormitorio y me jurará que jamás ha querido así, aunque ambos sabremos que es mentira porque nos llevamos queriendo así, toda la vida.
Nuestro bucle particular, donde por mucho que te disfraces termino siempre por reconocerte.
Y cuando todo sea perfecto, desaparecerás.
Entonces volveré a seguir tu rastro y te descubriré y te reconquistaré y te amaré y todo seguirá el orden establecido hasta que decidas que ya no más.
Por los siglos de los siglos.











domingo, 6 de abril de 2014

Azules


Abro los ojos y en cuestión de segundos las sienes me hacen el listado de las consumiciones de anoche.
Cada punzada de dolor es un chupito de whisky que me podía haber ahorrado.
De repente los recuerdos comienzan a llamar a la puerta, llegan borrosos y maltrechos, pero terminan llegando.
Giro la cabeza y no estás, en tu lugar, el gato me contempla socarrón.
Te has ido en silencio, mientras dormía.
Las mujeres de hoy en día sois tan prudentes como discretas.
Enciendo un cigarro y me arrastro hasta la cocina, buscando agua fría desesperadamente. Vacío la botella en cuestión de segundos, mientras me pregunto como coño llegamos a casa y si estuve a la altura.
Imagino que no, a tenor de la resaca, pero conseguir que te decidieras a acostarte conmigo en semejantes circunstancias, es ya un mérito lo suficientemente grande como para sentirme satisfecho.
Aunque bueno...tu también ibas bonita, no se quien se llevó a la cama a quien, imagino que fue un acuerdo tácito que establecimos en silencio, a la tercera copa.
Ahora que me doy cuenta, ni tan siquiera tengo tu número, pero supongo que eso no es casual.
No valgo para este tipo de cosas, la verdad. Yo soy más de enamorarme como un quinceañero y escribir poemas, lo de las noches de pasión sin compromiso me queda grande.
Siguen llegando recuerdos, ahora algo más nítidos.
Se me mezclan con otros recuerdos similares, no acierto a descifrar cuales de ellos dibujan la realidad de tu cuerpo desnudo y cuales pertenecen a otras noches, otros momentos, otras mujeres.
Consigo a duras penas prepararme un café y el primer trago me recuerda que anoche no cené nada, que son las tres de la tarde y que en cuestión de segundos, mi estómago me va a pasar la cuenta de lo de ayer y en el mejor de los casos, vomitaré hasta la primera papilla.
Acabo de recordar tu nombre y el color de tus ojos. Son bonitos, azules. Más azules que los míos.
No hay ningún mensaje escrito con carmín en el espejo del baño, debo de dejar de ver películas de Sandra Bulloc, o como coño se escriba.
Media hora exacta debajo del chorro de agua, que voy alternando de caliente a frío, de helada a hirviendo.
Trato de hacer mis ejercicios diarios y estoy a punto de romperme la cabeza al caer de la barra de dominadas que instalé en el marco de la puerta.
Hoy como mucho, flexiones desde el el sofá.
Bueno, supongo que debería estar contento, esto era lo que quería, lo que me recomendó todo el mundo, hasta mi psicóloga:  "matar la esperanza" se llama, o en argot de la calle "volver al mercado" u "olvidarme de ella".
El caso es que de alguna manera, hoy me siento mucho más solo que ayer.
No he matado la esperanza, con suerte la he infligido una herida superficial, aunque si lo analizo mejor, a mi es que lo de matar lo que sea, no me va demasiado.
A lo mejor es que no soy ese tipo de persona. Follar está genial, pero aporta más bien poco.
Seguramente más de un amigo ponga el grito en el cielo cuando comparta estas reflexiones, pero chicos, que se le va a hacer, os juro que lo intento, pero de esta forma no siento nada.
El sexo mola, es un desahogo físico cojonudo y además sirve para favorecer el ego, ya que sentirse deseado es estupendo y aumenta la secreción de endorfinas y todo eso. Mi problema es que aún no le he cogido el punto a los intercambios fugaces.Yo necesito amar.
Poco a poco voy construyendo la película de anoche y comienzo a recordar detalles más concretos.
Me caes bien, eres una mujer interesante y te agradezco el rato que me regalaste ayer, de verdad, me siento en deuda.
Prometo hacerme con tu número y llamarte a ver como estás y si regresaste a tu casa sin problema.
De momento, hoy me quedaré aquí con mi soledad y mis recuerdos y trataré de entender que cojones me pasa en la cabeza y por qué me siento así de vacío, cuando debería estar contento.
Creo que añoro despertar y encontrarme con una sonrisa, con una caricia, con algo de conversación.
Igual es que ya estoy demasiado mayor para seguir jugando al eterno adolescente, o que soy un caso perdido.
Igual, es que prefiero lamerme las heridas a matar esperanzas.
Igual es que no quiero sacar de mi vida a más personas maravillosas que hoy te adoran y mañana no te responden los wasaps y me da pánico que me vuelva a pasar.
Cada momento tiene su canción y rebusco entre mis discos hasta que doy con el LP indicado.
Kurt Cobain canta desde la tumba "tell me where do you sleep last night", mi gato le hace los coros y yo me quedo mirando fijamente el techo.
Azules, más azules que los míos.











martes, 1 de abril de 2014

Con las manos en los bolsillos

de los tejanos y la cremallera de la chupa de cuero subida hasta arriba.
La brisa despeinando este cabello mio que crece como se le pone entre las susodichas y unas docenas de gotas insolentes cayendo de cualquier forma y en cualquier parte.
Nubes grises y barrigonas, el mar amenazando con perder los nervios y la luz del día escapándose por la última esquina de una playa de Barcelona.
Me quedé ahí plantado un rato, con la mirada fija en las olas que rompían bien cerquita, muriendo una y otra vez y volviendo a nacer una y otra vez. Esas olas que se empeñan en embestir aún a sabiendas de que con cada golpe de espuma se les va la vida.
Pero no les importa una mierda.
La arena artificial, traída de cualquiera de las graveras cercanas, se fue acumulando en mis botas,esculpiendo pedestal, invitándome a permanecer allí.
Supongo que cuando uno necesita plantearse las preguntas adecuadas, o encontrar las respuestas oportunas, busca un espacio donde la naturaleza deje de ser un ente abstracto para presentarse como la proyección real de la conmoción interior.
Playas, acantilados, montañas, cuevas, cañones...cada uno se acerca a lo que más le representa en cada momento, para tratar de vivir una comunión de sensaciones en la que el intercambio de belleza salvaje por dudas y miedos, pueda darse en igualdad de condiciones.
Así que allí estábamos los dos, el mar y yo.
Recurro mucho al mar, quizás por que soy de secano y la grandiosa presencia marina, llena de misterios y peligros, pero también de belleza y serena destrucción, me atrae como atrae un enchufe a los dedos de un niño.
-¿Y ahora qué? - Le pregunté al mar.
Obviamente no escuché ninguna voz, ni interior ni exterior, que me dijera :"mira majo, ahora tira por aquí".
Simplemente me recreé observando las olas que cogían velocidad para estrellarse una y otra vez contra el mismo punto, sin conseguir otra cosa  que terminar desapareciendo.
Quizás era esta la metáfora que me estaba regalando el mar, la respuesta a mi pregunta delante mismo de mis narices.
"Cómo una ola" que cantaba la tonadillera. Soy como una de esas olas, que se van volviendo cada vez más fuertes, mas altas, más llenas de espuma, hasta que terminan reventándose en la escollera.
Cuando se han desintegrado, vuelven de nuevo a coger impulso, se levantan otra vez y cargan como un husar de caballería, inclinando el cuerpo sobre el cuello del caballo, con el sable curvo por delante, gritando y blasfemando, buscando sangre.
Si te desmonta una bala enemiga, buscas una montura sin jinete, te encaramas y sigues galopando hacia adelante.
Si te estrellas contra la escollera, te repliegas, coges fuerzas y te apoyas en el resto del agua para volver a embestir.
Si descubres que todo se ha terminado, no es más que la corneta llamando a reagruparse para cargar de nuevo.
Así que cuando el salitre terminó de secar la última lágrima, me pareció que había llegado el momento de limpiar la sangre, abrocharme de nuevo la casaca y buscar una montura sin jinete.
Mis vivencias a veces, son vestigios del pasado, herencia de Balaklava que recogió aquél Lord y poeta británico, maravillado ante la gesta de una brigada de héroes.

"Hacia el valle de la muerte,
cabalgaban los seiscientos (...)
Cabalgaron con bravura,
hacia las fauces de la muerte,
hacia la boca del infierno,
cabalgaron los seiscientos."

Imagino que no se puede matar el amor, o más bien las ganas de amar. Simplemente cuando hiere, te levantas, y cargas de nuevo.











lunes, 24 de marzo de 2014

Desde Arriba.

Todo se ve diferente.
Me observo desde el techo de la habitación, con la espalda pegada a las molduras de escayola.
Ahí abajo estoy yo, tirado en el sofá del salón.
No he tenido siquiera la delicadeza de quitarme las zapatillas de deporte y me tengo que estar destrozando las cervicales en esa postura, con el cuello retorcido como no queriendo ver más allá de los grandes cojines blancos.
Sobre el pecho, una manta naranja llena de pelos de gato y sobre la manta, un gato blanco y negro que me lame los nudillos y aprovecha para seguir regalandole pelos a la manta.
Me he quedado dormido con un cd sonando en el equipo y con la lamparita de lectura encendida, se nota que esta ha sido una noche dura, en una semana dura de un mes duro.
Debería cortarme el pelo, cuando me levante no va a haber quien lo devuelva a su posición natural.
Tengo ojeras, se me juntan con las arruguillas de los ojos.
Imagino que el cenicero lleno de colillas tiene algo que ver con los ronquidos que acompañan la música, despuntando en los espacios en blanco, entre canción y canción.
Tomo nota: cortarme el pelo, comprar contorno de ojos y dejar de fumar de una puta vez.
No se como coño soy capaz de estar aquí arriba y allí abajo al mismo tiempo, pero tampoco me preocupa demasiado, es una sensación algo extraña pero para nada me está resultando desagradable.
Es cuando menos estimulante, me permite observar lo que los demás ven cuando me miran, lejos de esas imágenes ideales que todos nos formamos sobre nosotros mismos.
Ya voy peinando canas, aunque lo de ser rubio es una ventaja en estos casos.
Es gracioso como se aprecia de lejos la simetría perfecta del bigote bicolor. Es como lo de las dos Españas, conviviendo, pero tan diferentes. Y la una sin la otra no tienen sentido alguno.
"Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón", que escribió el poeta.
Imagino que esa ausencia de pigmentación en el bigote es mi mayor sello de identidad, eso, y los ojos tristes de perrito pachón que se ha pasado la vida lamiendo rostros y meneando el rabo y que aunque le muelan a palos, se empeña en tumbarse al lado de la persona equivocada.
Vaya, si que estoy adelgazando deprisa. Mira que estupendo, no hay mal que por bien no venga.
Durante toda mi vida, las depresiones me han despertado el apetito y ahora no se por que, pero no me apetece demasiado comer. Sera porque siento que la comida me alimenta, pero no me satisface.
Como el resto de las cosas.
Respiro, pero no vivo.
Camino, pero no llego.
Hablo pero no converso, escribo pero no transmito, abrazo pero no siento.
El gato se ha cansado de mi estado inerte, de los nudillos y de los ronquidos y ha decidido que es mucho más divertido mordisquear el cable del cargador del móvil, condenado a cumplir cadena perpetua en el enchufe de la pared.
Que cabroncete, ahora me explico muchas cosas.
Un gesto brusco de mi "yo durmiente" está apunto de hacerme caer de las alturas.
Una pesadilla supongo, últimamente tengo muchas, imagino que por estar en un momento convulso en el que decidí enfrentarme de una vez por todas a esas cosas de la vida que no terminan de solucionarse.
Y por todo lo demás.
Vale que no ahora mismo no estoy para ir al Carranza, a cantar tanguillos de Cadiz, pero hay momentos, en los que hay que ponerse serios.
Las chirigotas volverán, los carnavales volverán y volverán también los días de vino y rosas.
Me están entrando unas ganas horrorosas de bajar y darme un par de ostias, para que nos vamos a engañar.
La movida es que este "yo etéreo" es incorpóreo y no iba a conseguir gran cosa.
No obstante este paseito fuera de mi me ha venido estupendamente para darme cuenta de algunos detalles que hasta la fecha desconocía.
Como por ejemplo que estoy vivo.
Que a un día siempre le sigue otro y hay que tener cojones para aceptar que unos nos gustarán más y algunos bastante menos, pero son muescas en la culata todos ellos.
Que soy un tipo afortunado, aún rumiando las desgracias y revolcándome en el dolor.
Si duele, es que sigues en la brecha.
A los cobardes no les duele nunca nada, excepto su cobardía.
Voy a ver si me realojo en este cuerpo mio que ha tenido a bien desahuciarme por unos minutos.
Espero recordar todo esto con la primera luz de la mañana.








.








jueves, 20 de marzo de 2014

Primavera

Precisamente tenías que llegar hoy.
No estoy preparado aún, no puedo recibirte como mereces, lo siento.
Dentro de mi es invierno, y nieva, y hace mucho frío y está muy oscuro otra vez.
Así que vamos a esperar un poco para tomarnos la primera caña juntos, tu, con tu vestido de sol y de flores y la sonrisa perfecta de pajaritos cantando, gatas en celo y muchachas con minifalda. Yo con el depósito de ilusión a cero, tratando de repostar, buscando una estación de servicio donde alguien me de crédito.
Te aseguro que lo estoy intentando con todas mis fuerzas, pero creo que de momento no te voy a abrir la puerta, no quiero que me veas así.
Soy más de sonreír, ya me conoces, y ahora mismo se me ha corrido el rimel y tengo unas ojeras espantosas y me estoy quedando muy flaco.
No creas que no quiero verte, al revés, lo estoy deseando, pero no te voy a amargar tu fiesta de pastores y campesinos bailando, sacrificando hímenes y corderos y bebiendo a tu salud.
Dame un poco de tiempo.
En cuanto reúna las fuerzas necesarias saldré a buscarte.

martes, 18 de marzo de 2014

Despacito.

Mi madre ha dicho toda la vida, que las prisas son malas compañeras.
Hay que ver, las madres...siempre lo clavan.
Desde que era un renacuajo me han perdido las prisas.
Supongo que es mi naturaleza inquieta, o simplemente esa pulsión del "aquí y ahora", tan inmadura y que tantos problemas acarrea.
Y lo cierto es que eso de tener prisa es un coñazo, cada vez que empezaba un libro que me apasionaba, leía compulsivamente con el único fin de alcanzar lo antes posible el desenlace, y en más de una lectura, hice trampas y llegué a saltarme algún capítulo.
En más de una relación también me he saltado algún capítulo, en vez de sentarme tranquilamente a disfrutar de cada una de las páginas.
La vida se me antoja a cámara lenta, pienso rápido, actuó rápido y la termino cagando casi siempre.
Creo que estoy en pleno proceso de frenado, aunque he de hacerlo con mucho cuidado, reduciendo velocidades y no pisando el pedal hasta el fondo, porque si no, derraparé y terminaré dando una barbaridad de vueltas de campana.
No es un ejercicio fácil, de verdad.
Cuando se ha vivido tan deprisa como he vivido yo, cuando tu trabajo te obliga a estar alerta constantemente y en· todos los  "fregaos", cuando confundes calma con tedio o relax con angustia, no es fácil.
Pero vive Dios que me lo estoy currando.
Y se puede, cuesta, pero se puede.
El problema aparece cuando al reducir, no consigues detener la inercia de forma inmediata y como siempre he sido un jodido agonías, tengo prisa hasta para frenar.
Voy aprendiendo.
Creo que de manera sorprendente, mi mente y mi corazón se han puesto a cero y han comenzado a contar de nuevo desde el pasado domingo y la vida me ha presentado una nueva oportunidad para ser plenamente feliz, a raíz de una conversación tan deliciosa como transcendental.
Así que aquí estoy. Me he puesto el cinturón de seguridad y estoy agarrando el volante con todas mis fuerzas, porque tengo la sensación, de que si no consigo frenar, pasaré junto a la mujer más increíble que he conocido nunca y la dejaré atrás y no tengo la más mínima intención, porque la quiero con toda mi alma.
Espero saber detenerme justo a su lado, abrir la puerta del copiloto e invitarla a subir.
Y conduciré despacito, que despacito, también se llega al destino, pero disfrutas más del paisaje.





domingo, 16 de marzo de 2014

Revelaciones con gaseosa y una corteza de naranja.

La temperatura perfecta para charlar con un tinto de verano en la mano y una mujer bonita en la silla de enfrente.
El puente romano muy cerquita, recordando que cuando la estructura es sólida, el tiempo no puede dañar nada.
Ciclistas de domingo, caminantes de domingo, parejas de domingo.
Es curioso, porque hasta hoy los domingos siempre me han parecido días de saldo, de esos que no valen para nada, que nadie quiere.
Un día para pasar resacas, ir a misa o graparte el mando del televisor a la muñeca y reconcomerte por dentro, jurándole a la virgen que no vas a volver a beber, no vas a volver a acercarte a las mujeres malas, las sustancias malas y a las malas novelas.
Cualquiera de esas cosas te pueden arruinar la vida.
Pero este domingo se ha convertido en un sábado sorpresa.
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una mañana de sol.
He de decir que mi gato ha tenido la culpa, porque de no ser por él, ni sol, ni tinto, ni mujer bonita.
El caso es que hemos estado charlando durante horas, y la conversación se ha ido adentrando en temas cada vez más profundos, hasta llegar a la puerta blindada que da acceso al almacén de recuerdos que me asustan.
Pero he aquí que ella ha sacado la llave, ha abierto la puerta y ha encendido todas las luces, como si hubiera entrado ahí setecientas veces, como si supiera en que estantería y en que balda están colocadas todas esas cosas que decidí guardar por miedo a que me destruyeran.
Con mucho cuidado ha bajado alguna de las cajas y ha vaciado delante de mi su contenido.
Al principio yo no quería mirar (me daba miedo, para que voy a engañaros) pero ella hace que me sienta seguro y he abierto los ojos.
Ahí estaban, esparcidos sobre el césped, como juguetes viejos, libros sin tapa, con el lomo reventado por la humedad y las páginas mordisqueadas por las polillas.
Capítulos de mi vida que decidí arrojar a la oscuridad.
Me propuse volver a escribirlos, pero con el tiempo, cada vez que empezaba a hacerlo, descubría que los reescribía exactos, palabra por palabra.
No se si es que perdí la inspiración, o simplemente me rendí.
Si de verdad quieres crecer, me ha dicho, debes comenzar trabajando de dentro a fuera.
Esa ha sido la primera revelación.
Acostumbro a vivir de fuera hacia adentro, absorbo experiencias, y me nutro de ellas, pero no genero demasiados contenidos, por miedo a que no sea lo que se espera de mi.
Quiérete, querer a los demás es estupendo, pero si no te quieres a ti mismo, el amor que ofreces nunca será completo.
Segunda revelación.
Siempre he dicho que tengo mucho amor que dar, y me he esforzado por envolverlo con el papel adecuado y ponerle un lacito para que resulte más atractivo, para que todos me pidan una, dos o catorce unidades.
Hoy he descubierto que necesito que me quieran, porque hace tiempo que deje de quererme.
Alguno dirá: ¡¡pero si tienes más ego que Cristiano Ronaldo!!
Error.
De un tiempo a esta parte me he creado la necesidad de recibir la constante aprobación de todo el mundo.
Supongo que eso viene de la inseguridad que me generó alguno de esos capítulos del pasado.
Soy un tipo con mucha energía, con ciertas habilidades sociales y con desparpajo, cualidades estas que suplen a la perfección la falta de seguridad en mi mismo.
Por eso, cuando veo tambalearse una situación, me obceco en tratar a toda costa de solucionarlo, porque me aterra no haber estado a la altura y que todo se venga abajo por mis carencias.
Error también, las cosas son siempre mucho más sencillas, si algo tiene que morir, morirá y no será más culpa mía que de cualquier otro, a no ser que yo haya tratado de asesinarlo conscientemente.
La tercera revelación nacida de esta conversación, es aquella que más me está haciendo pensar, pero que más luz ha aportado a esta cabecita mía, que se empeña en pasarse la vida dando vueltas, como los pollos asados del Hipercor.
Si no perdonas a los demás, nunca podrás perdonarte a ti mismo.
Hasta la fecha, he pasado por muchos estados a la hora de mirar hacia atrás y recordar los episodios más duros de mi vida.
 Es cierto que hay  personas a las que nunca les he perdonado el daño que me hicieron.
Por su culpa, me convertí en pequeñito, en "el niño rubio que llora" de mis relatos.
Por su culpa me sigo despertando en medio de la noche con un volquete de pena y angustia aparcado en el medio del pecho.
Jamás me he planteado siquiera perdonar aquello. Ignorarlo, olvidarlo, vengarlo...pero jamás perdonarlo.
Puede que haya llegado el momento, si realmente quiero avanzar, de plantearme el perdón como la vía para alcanzar la verdadera felicidad.
Y eso no quiere decir ni con mucho, que apruebe sus actos, simplemente me despojaré de la carga emocional que supone arrastrar una mochila llena de reproches y de odio.
Ha llegado el momento de andar más ligero.
Tranquilos, no me va a dar por escribir un puto libro de autoayuda.
Cada uno tenemos nuestras miserias, nuestros problemas y nuestras taras y desde luego, nadie maneja las soluciones perfectas para las vidas ajenas, a veces ni siquiera para la propia.
Pasa, que el día menos pensado te pides un tinto de verano, con poco tinto y mucho verano, y una rodaja de naranja y te sientas a hablar con alguien a quien quieres y que te quiere y te planteas muchas, muchas cosas.
Como por ejemplo que quiero volver a dormir del tirón, a perderme en sus ojos y a pasear con ella por la ribera del Duero.
Eso si, más ligero.