y de la que se va, se lleva con esta que escribo hoy, un total de 115 entradas. Sin duda ha sido mi año más prolífico desde que abrí este blog en el 2008.
Hoy voy a utilizar este blog para desear a todos sus lectores el mejor 2016 posible.
Puede que el 2015 haya sido un año perfecto para algunos de vosotros, cosa que celebro aunque no pueda decir lo mismo.
El año donde sucedieron los grandes cataclismos que fragmentaron mi existencia fue el pasado 2014 pero en el 2015 no solo terminó de afianzarse mi nefasta rachita, también y por encima de cualquier otra cosa, he tomado conciencia plena de todo lo sucedido y he abandonado esa ignorancia vital que me hacia creer que tan solo eran espejismos o pesadillas. No han sido malos sueños ni efectos ópticos, han sido experiencias desgraciadamente reales.
De todas formas paso de ponerme en "modo plañidera on". No voy a volver a quejarme, no puedo ni debo hacerlo, al contrario, voy a recuperar mi alegría natural y mi optimismo porque tengo muchos motivos por los que sentirme afortunado y estar agradecido pero me voy a conceder la licencia de comenzar a hacerlo a partir de las doce de esta noche, entrando ya en el nuevo año.
He aprendido que quiero mucho a la gente que quiero y que tengo mucho dentro que pelea por salir, ya sea en mis textos o en forma de lágrimas. Como les comentaba a unos buenos amigos hoy, esas lágrimas son tan solo las emociones a presión luchando por salir. Puede que la famosa "labilidad" que se me diagnosticó tras despertar del coma en el que entré a raíz del accidente, tan solo sea el nombre médico para ese enorme caudal de emociones que me inunda y al que me cuesta poner límites.
En cualquier caso estoy aprendiendo mucho y aunque mi querida Blancanieves siga dormidita en su cama del hospital,el día en el que vuelva a hablar con ella la diré que incluso de los sucesos más duros se pueden extraer diamantes y con el más grande y el más hermoso de los muchos diamantes que he sacado de todo lo vivido, encargaré que le hagan un collar, porque no tendría ningún sentido regalarle un anillo, ese tipo de accesorios sirven popularmente para sellar cosas que van más allá de la pura amistad y que incluso en ocasiones la destruye.
Volveré, como dijo el general Mc Arthur al abandonar el pacífico en la segunda guerra mundial.
Recuperaré mi esencia y mi personalidad aunque ya estarán acompañadas de lo aprendido en este tiempo.
Conseguiré con esfuerzo y toda la ilusión ser un digno hijo de mi padre, el mejor ejemplo que he tenido jamás.
Trataré de compensar la confianza de tantos y tantos amigos y de tantas personas que apostaron por mi, sin conocerme apenas.
El año va a arrancar con ciertas dificultades para mí pero no pienso rendirme nunca.
Os lo iré contando a través de este blog pero voy a tratar también de darle el uso más conveniente, que es el de ejercitar mi estilo al escribir y plasmar en él mis experimentos literarios.
Muy feliz año para todos, tan feliz como nos lo permitan los hados.
jueves, 31 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
Por mí que no quede.
Eso es poco más o menos lo que se me grabó a fuego en el subconsciente de mi conversación con la poseedora de la sonrisa más bonita del mundo conocido y seguramente del mundo por conocer.
Y tuvo tantísima razón en todo lo que me dijo que he recordado esta canción en la que me aseguran que aunque encuentre 3000 razones para llorar, hay al menos 1000 razones para reír (que no está nada mal) y la principal es como dice la letra de este tema, que resurgí de mis cenizas cuando me dieron por muerto y cada vez debería importarme menos si soy grande o soy pequeño.
Por mi que no quede.
Este va a ser mi nuevo grito de guerra y me va a servir para mucho, en primer lugar para levantarme de cada una de las bofetadas que me vuelva a dar la vida y sobre todo para tratar de no derrumbarme ante todo lo difícil que aún tiene que presentarse.
Nadie dijo que fuera a ser fácil y en efecto, no lo está siendo, al revés, está siendo muy duro y muy difícil, pero que coño, no tengo el monopolio de la tristeza ni del sufrimiento y lo mínimo es esforzarme con todas las ganas para dejarme ya de tanto miedito y tanta vaina, que vale que es duro pero al menos tengo la oportunidad de intentar superar todo esto y demostrar a mi gente y demostrarme a mi mismo que ha merecido la pena.
Como he escrito unas cuantas veces ya, prefiero dar asco que dar pena. A ser posible no quisiera dar ninguna de las dos cosas.
Junto a mi amiga disfruté de una impresionante muestra de sonrisas enormes y preciosas además de muy terapéuticas, tanto, que como le dije a ella, esas sonrisas deberían ser patrimonio de la humanidad o al menos estar catalogadas por la OMS como vacuna contra la depresión.
A veces me siento incómodo con esta nueva personalidad donde prima lo emocional por encima de todo lo demás pero hablando con mi amiga lejos de agobiarme ante el aluvión de recuerdos y de emociones que acompañaban sus sonrisas, sus abrazos y su mirada franca y sincera, gocé como un niño en los autos de choque. Cada colisión contra el pasado, formó parte de lo chulo del momento y lejos de esquivar esos choques frontales contra el ayer, dirigí el vehículo de mi memoria contra él, ayudado por la presencia de esta excepcional persona.
De entre todos los cambios que estoy experimentando me quedo con el de tomar conciencia plena de la realidad de cada momento que vivo, cosa que antes apenas hacia por lo acelerado de mi vida y en esa nueva percepción incluyo algo tan impresionante como esa especie de rayos x emocionales que disparo con el alma y que me permite escanear el interior de la persona que tengo enfrente y admirar lo hermoso de su aura. Cuando conecto con este tipo de Seres humanos, me entran unas ganas locas de ser mejor persona o al menos todo lo buena persona que pueda ser si trabajo duro mis valores.
No puedo evitarlo, me dejo llevar y necesito escribir lo que siento en momentos como el que estoy tratando de reflejar ahora pero creo que aún no se han inventado las palabras adecuadas y si ya existen, no soy capaz de dar con ellas, seguro que me quedan grandes.
Por mí que no quede, me levantaré las veces que haga falta, me esforzaré en dar todo lo que tengo dentro y aprenderé a hacerlo de la mejor de las maneras.
Esto y dejar de fumar no está nada mal como propósitos de año nuevo y de vida nueva.
Puede que trabajando con más ganas consiga en primer lugar pasar página a este capitulo en el que parece que me he quedado estancado y seguir escribiendo mi vida, estoy deseando que comiencen los capítulos donde el prota es feliz.
Desde luego por escribir que no quede tampoco.
domingo, 27 de diciembre de 2015
Debí arrojar el puto anillo
Yo creo que va a ser eso.
Si me hubiese deshecho del anillo en su momento, ahora no tendría a este vouyer dando la paliza en cuanto me quedo dormido.
Supongo que será el todopoderoso señor del mal o algo de eso, pero su vida tiene que ser de lo más coñazo ya que necesita que le demos la más mínima excusa para disfrutar del reality.
El anillo lo encontré de la forma más absurda, como se encuentran las cosas que nos pueden destrozar la vida y en cuanto me lo pongo, aunque sea una metáfora, este ente tan plasta me tiene controlado.
Cae la noche, mi gato me hace un hueco en la cama y tras cerrar el libro de turno y apagar la luz, Sauron se viene arriba.
A veces me siento como un concursante de gran hermano y eso es lo que he vivido esta noche.
Áragon y Frodo me han nominado para abandonar el monte del destino y Légolas que parecía un tipo enrrollado, se ha pasado tres horas en el confesionario poniéndome a parir sin saber que algo parecido a Mercedes Milá me había dado permiso para verlo todo por un agujerito y cuando le he preguntado que porqué me había dado tanta caña. él, sin saber que yo lo había visto todo, me lo ha negado; en élfico, eso sí.
Resulta que creo que esto viene de una vez en la que una chica monísima me dijo que la recordaba a un personaje de el señor de los anillos.
Yo me vine arriba y la pregunté si a Légolas (en aquellos tiempos yo llevaba el pelo largo y al ser Áragón moreno y yo rubio como el elfo del arquito, supuse que sería a aquél) pero sin cortarse un pelo se me escojonó en la cara y me dijo que no, que era clavadito al amigo de Frodo, el hobbit chapas que le acompaña en su viaje.
Antes muerto que confundido con Sam.
Creo que me marcó mucho entonces, obviamente no me enrollé con ella (no por falta de ganas, claro) y jamás la volví a ver, debe de estar tejiendo su tela en el fondo de alguna gruta dispuesta a atrapar a alguien a quien chuparle la sangre (como poco).
El caso es que un par de orcos de la organización me fueron a recoger al salón de la gruta y gracias a Dios mi inconsciente me ha privado del edredoning con ellos.
Recogí mi hacha, mi maleta y mi cota de mallas de cuerpo entero y me llevaron en limusina al plató donde se celebraba el debate de "gran enano vip".
La audiencia (que es un pelín hijadeputa) había decidido largarme de allí a patadas y de paso cerrar las fronteras a los refugiados sirios.
No sé que me pasa en la cabeza pero he despertado justo cuando un gato gigante se abalanzaba sobre Jorge Javier Vazquéz.
Juro que no veo ni Gran Hermano ni Sálvame pero me parece que su veneno inyectado en los pocos segundos de zapeo en los que me cruzo con ambos programas me ha emponzoñado la cabeza.
La OMS debería hacer algo al respecto.
Trataré de aplicarme un antídoto a base de la última novela de John Banville.
Espero que esta noche no se me presente Gandalf vestido de cobrador del frac.
Por cierto, vendo anillo. Es guay, pone que es un anillo para dominarlos a todos y no sé qué publicidad más.
Si me hubiese deshecho del anillo en su momento, ahora no tendría a este vouyer dando la paliza en cuanto me quedo dormido.
Supongo que será el todopoderoso señor del mal o algo de eso, pero su vida tiene que ser de lo más coñazo ya que necesita que le demos la más mínima excusa para disfrutar del reality.
El anillo lo encontré de la forma más absurda, como se encuentran las cosas que nos pueden destrozar la vida y en cuanto me lo pongo, aunque sea una metáfora, este ente tan plasta me tiene controlado.
Cae la noche, mi gato me hace un hueco en la cama y tras cerrar el libro de turno y apagar la luz, Sauron se viene arriba.
A veces me siento como un concursante de gran hermano y eso es lo que he vivido esta noche.
Áragon y Frodo me han nominado para abandonar el monte del destino y Légolas que parecía un tipo enrrollado, se ha pasado tres horas en el confesionario poniéndome a parir sin saber que algo parecido a Mercedes Milá me había dado permiso para verlo todo por un agujerito y cuando le he preguntado que porqué me había dado tanta caña. él, sin saber que yo lo había visto todo, me lo ha negado; en élfico, eso sí.
Resulta que creo que esto viene de una vez en la que una chica monísima me dijo que la recordaba a un personaje de el señor de los anillos.
Yo me vine arriba y la pregunté si a Légolas (en aquellos tiempos yo llevaba el pelo largo y al ser Áragón moreno y yo rubio como el elfo del arquito, supuse que sería a aquél) pero sin cortarse un pelo se me escojonó en la cara y me dijo que no, que era clavadito al amigo de Frodo, el hobbit chapas que le acompaña en su viaje.
Antes muerto que confundido con Sam.
Creo que me marcó mucho entonces, obviamente no me enrollé con ella (no por falta de ganas, claro) y jamás la volví a ver, debe de estar tejiendo su tela en el fondo de alguna gruta dispuesta a atrapar a alguien a quien chuparle la sangre (como poco).
El caso es que un par de orcos de la organización me fueron a recoger al salón de la gruta y gracias a Dios mi inconsciente me ha privado del edredoning con ellos.
Recogí mi hacha, mi maleta y mi cota de mallas de cuerpo entero y me llevaron en limusina al plató donde se celebraba el debate de "gran enano vip".
La audiencia (que es un pelín hijadeputa) había decidido largarme de allí a patadas y de paso cerrar las fronteras a los refugiados sirios.
No sé que me pasa en la cabeza pero he despertado justo cuando un gato gigante se abalanzaba sobre Jorge Javier Vazquéz.
Juro que no veo ni Gran Hermano ni Sálvame pero me parece que su veneno inyectado en los pocos segundos de zapeo en los que me cruzo con ambos programas me ha emponzoñado la cabeza.
La OMS debería hacer algo al respecto.
Trataré de aplicarme un antídoto a base de la última novela de John Banville.
Espero que esta noche no se me presente Gandalf vestido de cobrador del frac.
Por cierto, vendo anillo. Es guay, pone que es un anillo para dominarlos a todos y no sé qué publicidad más.
jueves, 24 de diciembre de 2015
Piensa en algo encantador
Dudó entre apagarlo en el suelo junto a él, o apagárselo en el antebrazo para que al menos durante unos segundos algo le doliese más que eso que le estaba destrozando por dentro. Se decidió por la segunda opción y el cigarrillo (apurado entre ataques de tos tras haber sido previamente sustraido de la pitillera semioculta en el gran bolso de su tía de Murcia) al ser aplastado en su antebrazo izquierdo cumplió de la manera más efectiva su misión, traspasando sobradamente el umbral del dolor al abrasar piel y carne.
Apretó los dientes y trató de contener las lágrimas que acudieron raudas a sus ojos pero no pudo evitar que una de ellas, la más grande quizás, llegase a resbalar por su rostro terminando la fuga en caída libre desde el mentón, tras haber empapado su mejilla.
No pasa nada, llorar no es de niñas, también es de niños, eso se llama paridad y se lo acaban de enseñar en el cole y además en esta ocasión tiene una excusa aceptable, no como el resto de ocasiones en que sin quemaduras, golpes, ni heridas de ningún tipo se entrega al llanto en la intimidad de su habitación, con el rostro entre las manos y completamente desolado.
Hacerse mayor lo está matando, perder la inocencia y descubrir que todo es una farsa le ha llevado a la desesperación.
Ningún roedor con caprichos odontológicos le cambiará las piezas defectuosas por monedas, ningún nórdico con sobrepeso vestido de ultra del Liverpool, se descolgará por su chimenea ( a no ser que se trate de un pedófilo alcoholizado, allanando la morada familiar) y no concibe a tres monarcas con poderes sobrenaturales a lo Harry Potter, repartiendo unidades del último grito en juguetes, colonias, juegos de la play y demás caprichos por las viviendas de todo el planeta, con la que está cayendo. Con las fronteras de media Europa cerradas y reforzadas por unidades especiales del ejército, con cazabombarderos rusos derribando todo aquello que sobrevuele su espacio aéreo y con los océanos infestados de submarinos nucleares de la OTAN dispuestos a fijar el objetivo en cualquier sospechoso con turbante.
Los peces en el río han dejado de beber afixiados por los vertidos tóxicos y la navidad ya no es blanca, ahora viste de negro, de luto lo llaman.
Hacerse mayor implica aceptar las reglas del juego y aprender que todos tienen que morirse y que un día de repente sus seres más queridos le abandonarán para ocupar su lugar en una caja de pino o en un bote con aspecto de termo de café.
Hacerse mayor es descubrir que los mayores también lloran cuando creen que no les ve nadie y que también tienen miedo, mucho miedo, aunque no a lo que se esconde en el armario o debajo de la cama, sino a lo que les llega en forma de correo certificado, de burofax o de llamada del departamento de recursos humanos de la empresa.
Si el amor verdadero existe, no entiende porqué los padres de su mejor amigo se han divorciado y porqué hay tantas canciones y tantas películas que hablan de mentiras y de traiciones, incluso de violencia entre los supuestamente enamorados.
Una vez escuchó a un adulto decir con irónica sonrisa; "poderoso caballero es Don dinero" y le pareció una frase muy divertida, como sacada de un chiste. Ahora ya conoce los superpoderes del supuesto caballero y la habilidad con la que puede convertir un día tranquilo y feliz en la antesala de la desesperación.
Piensa que eso no es lo que le han contado desde pequeño. ¿Dónde están los valientes caballeros que siempre vencen al mal, ganan todos los combates y se terminan casando con las princesas más hermosas?
¿Dónde coño están las alfombras voladoras? Puede que en el IKEA entre otros miles de alfombras aunque no vienen en el catálogo.
Pero sobre todo ¿Dónde están los finales felices?
Ahora que se está haciendo mayor descubre que los finales felices no existen y que siempre, siempre va a tener un motivo para llorar y, el final se escribirá con una placa o con un cincel en el mármol y eso la verdad es que feliz, lo que se dice feliz, no parece.
Acaricia la idea de no crecer y de buscar billete a Nunca Jamás, a ver si con alguna compañía low cost de esas puede llegar hasta allí ,porque no es capaz de volar ni habiendo conseguido "pensar en algo encantador" cómo dice la canción de la peli de Disney. Igual es porque ese pensamiento encantador le ha durado lo que un pedo en la mano y enseguida ha llegado la imagen del coche fúnebre trasladando el cadáver de su padre.
Da igual, si los billetes son muy caros se pondrá a currar en lo que sea o robará el dinero a alguien, el caso es largarse de aquí y no crecer. No quiere crecer y le importa una mierda que los niños que ya fuman a diario y tienen novias con las que se dan morreos, se rían de él.El que ríe el último ríe mejor.
No sabe porqué le han castigado a ser mayor si él no ha hecho nada, ha sido bueno, muy bueno y no se merece esto.
-La vida es injusta (exclama en voz alta tras apuntarlo en su libreta mental) soy mayor porque ya lo he comprendido y no quiero hacerme mayor.-
Tras enjugarse las lágrimas se levanta buscando una fuente donde sumergir su dolorido y enrojecido antebrazo.
En lo que consigue llegar a Nunca Jamás intentará resistir. Solo espera que no le hayan engañado también con eso y Nunca Jamás sea otra mentira.
Piensa que ahora que es mayor ya se puede cagar en la puta y decir todo tipo de palabrotas y borderías en voz alta sin que nadie le de una colleja por ello. Sonríe por primera vez en mucho tiempo.
martes, 22 de diciembre de 2015
Feliz todo, incluida la navidad.
Hoy me voy a dejar de terapias, ejercicios literarios, pruebas de estilo y demás historias, para desearos a todos, queridos lectores, felices fiestas y un año nuevo cargadito de buenas noticias.
En estas fechas es lo suyo, aunque no veo porque no podemos desearnos felicidad en cualquier día del año, en cualquier estación, en cualquier momento.
Parece que la navidad nos hace sentirnos mejores personas y nos purga de todo lo malo.
Esta noche me acostaré con la misma triste cantidad en mi cuenta corriente, las mismas deudas y los mismos agobios. No me ha tocado la lotería.El premio gordo ya me tocó el 14 de abril de 2014 y al parecer ya no optó a más premios, con ese debería tener suficiente.
Cómo dicen por ahí, hablar de dinero empobrece las conversaciones y hay personas tan pobres que solo tienen dinero, así que enhorabuena a los que compraron el décimo acertado y, a los demás, sabed que la esperanza es lo último que se pierde y a veces y sin venir a que, la vida nos sonríe con un "sigue jugando".
Sé que debo considerarme muy afortunado y que no puedo ni debo quejarme, aunque haciendo mi particular balance de pérdidas, este año ha sido un verdadero desastre ¡¡¡Que empiece ya el 2016 por favor!!!
Hoy me decía una buena amiga que en mi cazuela tengo todos los ingredientes para cocinarme una vida genial, que solo tengo que encender el fuego y ponerme a ello.
Sé que tengo la suerte de contar con muchos y muy buenos amigos, con una familia maravillosa, con un gatete adorable y con ciertas habilidades para luchar por mi porvenir.
Aquellos que se fueron simplemente tenían que irse, es ley de vida y a todos nos llegará el momento, aunque lo que sí que podemos hacer en su memoria, es tratar de llenar ese vacío que han dejado y no permitir que nos pueda la tristeza, ellos querrían vernos felices.
Mi nueva vida está llena de sorpresas, la primera y la más grande es haber conocido a la persona en la que me he convertido y que aunque no me cae del todo mal, me cuesta un poco adaptarme (el chico es majete pero demasiado reservado y melancólico, nada que ver con el Juan de antes).
Dentro de mi balance de pérdidas he de contabilizar también la pérdida de mi natural disposición a buscar el amor y a vivir en pareja. Creo que ahora trataré de hacer las cosas mejor y no volveré a engañarme ni a confundirme, ni a engañar ni a confundir, aún con la mejor intención y sin ánimo de fastidiar a nadie, mucho menos a ellas.
También tengo un balance de ganancias (como cualquier empresa) y he ganado un montón de cosas, empezando por un cambio salvaje de la visión de la vida que me lleva a comprender las cosas desde otro punto de vista y con algo más de criterio.
Ahora le concedo la importancia que merecen a palabras como familia o amistad, a verbos como soñar, recordar, compartir, acertar o escribir ; a sentimientos como el cariño, la alegría y la confianza y a las demostraciones sinceras en forma de sonrisas, abrazos, lágrimas y besos.
Durante este 2015 que está a puntito de largarse por donde ha venido, he aprendido un montón de cosas. Alguna de estas cosas me ha confundido y descolocado sobremanera, pero no por ello quiere decir que hayan sido malas o negativas, simplemente que tenía que pasar por ellas aunque no estuviese aún preparado para adquirir esos conocimientos.
No soy ni mejor ni peor persona, creo que únicamente soy diferente y en cuanto me acostumbre a quien soy ahora, trataré de dar lo mejor de mi mismo.
Tengo muchos retos y muchas responsabilidades por delante y prometo dejarme la piel en conseguir hacer de esta "segunda temporada", la mejor de la serie.
Lo dicho queridos lectores, seáis quienes seáis y estéis donde estéis: Feliz todo, incluida la navidad.
domingo, 20 de diciembre de 2015
Sigue enseñándome a vivir, please.
No lo entiendo, no entiendo que siendo tú una persona tan dulce y tan especial, que desprende amor en cada gesto, en cada movimiento, hayas encontrado semejante castigo.
Sé que vas a volver a vivir tu vida, que te levantarás de este mazazo y cual ave fénix resurgirás de tus cenizas para convertirte de nuevo en esa potente yegua que un día me ayudó a volver a galopar y a saltar los obstáculos más peligrosos.
Si hay tantas personas que como yo, solo te podemos querer en la distancia, no me entra en la cabeza que los privilegiados que te pueden amar de tú a tú, se permitan el lujo de hacerte daño y traicionar tu confianza.
Una vez cayera al suelo, extraería el cuchillo de su cráneo y me entretendría arrancándole el corazón muy despacito, fijando mi mirada en la suya hasta que se le apagase el brillo de la vida y sonriéndole irónicamente.
Me importaría un carajo ponerlo todo perdido de sangre y tener que pasar horas de rodillas fregando el parquet a conciencia, te juro que disfrutaría quitándole la vida.
Me conoces y sabes que nunca he sido así, pero de un tiempo a esta parte algo esta cambiando en mi y me arde el pecho cuando veo a mis seres querido sufriendo injustamente.
No soy un ángel vengador, ni siquiera soy un ángel. No tengo una espada de fuego, no es mi misión impartir justicia y no sabes cuanto lo siento.
Me informaré bien y si por lo que sea doy con la convocatoria de oposiciones para ángel vengador, me las prepararé a conciencia y sacaré la plaza por muchos candidatos que haya.
Que venga el encargado que quiero el libro de reclamaciones, quiero presentar una queja.
No concibo que se te haga sufrir así por las buenas y sin que la justicia divina, poética, o llámala como prefieras, intervenga para castigar al infractor de las reglas morales más elementales.
Cuando tuviese su corazón en la mano, lo aplastaría entre mis dedos sin dudar (como él intentó aplastar el tuyo) y arrojaría los despojos sobre su cadáver.
Estoy convencido de que por muchas veces que te haya mirado a los ojos, no habrá sido capaz de apreciar esa luz y la profundidad de tu mirada.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, bueno sí, el que pretende destruir aquello que le deslumbra.
Mientras afilo la hoja de mi cuchillo con una piedra especial, silbo un tema de Nacho Vegas que me trae muchos recuerdos, demasiados por desgracia.
Por ti iría a la cárcel, que es una forma sencilla de decirte que por ti iría al fin del mundo.
Si me necesitas llámame, yo lo hice y viniste a rescatarme, así que no te de ningún reparo, te debo una, te lo debo todo.
Puede que estos pensamientos tenebrosos nazcan en la fosa abisal que surgió en mi alma tras la fragmentación de mi mundo interior. Puede que haya descubierto el infierno y ese infierno lo habiten los monstruos que se conjuran para hacernos daño.
Soy el dueño del universo que he creado al escribir recordando aquellos días en los que fuiste mi sanadora y en ese universo ni él, ni nadie como él, tiene cabida. En ese universo tu luz y tu energía marcan las estaciones y controlan las mareas. En ese universo vengaré cada sonrisa que te hizo perder y cada lágrima que derramaste.
No hace falta que te diga lo muchísimo que te quiero y lo dispuesto que estoy a cambiar la pluma por la espada, aún sabiendo que nunca será tan poderosa.
Sonríe, vive, galopa de nuevo junto a nosotros.
sábado, 19 de diciembre de 2015
Vueltas y vueltas. Génesis de un personaje.
Hay muchas cosas, demasiadas que podía haber hecho mejor, demasiadas.
Identifico un error tras otro, un fracaso tras otro y una larga lista de cosas a medio hacer.
Hay que ver, con que facilidad el Ser humano abandona aquello que emprende, sobre todo si le supone el más mínimo esfuerzo, ya sea mental, físico o emocional.
No nos damos cuenta de que será más que difícil terminar lo comenzado en el futuro. El día que decidamos concluir lo que una vez emprendimos y terminamos aparcando como un carrito de la compra en el super tras haber, completado la lista y descargado las bolsas en el maletero del coche, nos encontraremos con un sinfín de dificultades.
Abandonar es sencillo y demasiado tentador, lo verdaderamente jodido es concluir bien lo que se empieza.
La juventud es tan atrevida como la ignorancia y tendemos a creer que siempre habrá tiempo para todo, pero oh, mierda, resulta que no lo hay.
Tenemos el tiempo medido y podemos malgastar el justo. Un día te encuentras con que te ha pillado el toro, que la policía te pisa los talones y que poco podrás hacer ya para apañar los desaguisados de tu vida y los parches que te obligaron a poner aquellos que hicieron un siete tras otro en el tejido de tu existencia.
También descubres que por uno u otro motivo, te has olvidado de dar demasiados besos y demasiados navajazos.
Tienes que aprender a perdonar, te dicen, si perdonas te sentirás mucho mejor y alcanzarás la felicidad
Una mierda. Lo siento, pero yo más que perdonar, al ignorar las afrentas lo que he hecho ha sido librarme de la cárcel o de un jurado popular que me enviaría directo al corredor de la muerte.
Repasando mi particular lista de abandonos, además de metas y aspiraciones, he abandonado demasiados principios.
Detesto la violencia y juro que nunca haría daño a nadie gratuitamente pero a base de poner la otra mejilla resulta que tengo demasiadas cicatrices ocultas por la barba.
Hoy estoy buceando demasiado en mi interior y acojona, porque lo hago a pulmón y como no tire de bombona me voy a quedar sin oxígeno, esto es mucho más profundo de lo que pensaba, además aquí abajo está muy oscuro.
Siempre he creído que era un tipo muy dulce, un romántico empedernido, buen chaval e incluso cursi pero estoy encontrando una parte desconocida de mi que me asusta y que he tenido recluida demasiado tiempo, tanto que ha renunciado a su libertad y ahora me intimida su imagen al aflorar.
-No pasa nada - me digo tratando de convencerme pero si nunca se me ha dado bien engañar a los demás, dificilmente podré engañarme a mi mismo.
Si pasa. Caminas arrastrando una mochila llena de fracasos y de rendiciones y llega un día en el que pesa demasiado, así que he decidido no rendirme de nuevo y si he de fracasar, fracasaré pero al menos no abandonaré a la primera de cambio. Ya no, no pienso volver a rendirme, voy a dejar salir todo lo que llevo dentro, todo.
Esto no quiere decir que me vaya a dedicar a repartir puñaladas en el abdomen o a rajarle la yugular a todo aquel que me haga daño pero desde luego se acabó eso de poner un cafetito, la cama y el aire acondicionado para que los que vengan a joder, se encuentren lo más cómodos posible.
No creo que vaya a salir a la calle siempre con un cuchillo en la bota. Simplemente dejaré de mirar hacia otro lado y de dar las gracias mientras me meten un dedo en el ojo, me escupen en la cara, me joden la vida o me orinan encima.
Sigo declarándome no beligerante, como Suiza en la segunda guerra mundial.
No me gusta la polémica y odio discutir pero cuando eres tan taimado y tan prudente, mucha gente lo interpreta como una señal de debilidad y se aprovecha de ello.
Una cosa es que sea tímido y otra es que sea gilipollas y que me vaya a dejar humillar por el primero que lo considere oportuno.
Se van a terminar los miedos ¿Qué me puede pasar en el peor de los casos, que me metan en la trena o que me lleguen a matar? Pues al carajo, ya no me da miedo, no me asusta.
Desde esta misma noche serán otros los que tengan que estar prevenidos, los que miren atrás de vez en cuando al caminar por calles oscuras y los que midan todas y cada una de sus palabras al vomitarlas frente a mi.
Desde esta misma noche sé que me van a preguntar por cada uno de mis conocidos que aparezca muerto entre los contenedores de basura, con el corazón atravesado por una daga certera.
Que tiemblen los miserables, los mezquinos y los que tengan como fin último romperme los esquemas.
A partir de este momento algunos moribundos tratarán de escribir mi nombre en el suelo con la sangre que les mana de sus cabezas abiertas a botellazos, pero no permitiré que lleguen siquiera a dar forma a la primera consonante.
La corrompida sociedad crea tantos monstruos como la razón y alguno de ellos habitará entre nosotros sin llamar lo más mínimo la atención y sin ser descubierto jamás.
Yo no quería, de verdad, las circunstancias me han obligado y aunque me pese, esto acaba de empezar.
jueves, 17 de diciembre de 2015
Querido fantasma
No pude terminar aquella carta que comencé días atrás, no encontré las palabras adecuadas y no quise caer en lo superficial.
Lo cierto es que no hay cosa que más rabia me dé, ya que en mi soberbia me creo sobradamente capacitado para escribir cualquier texto, más aún un texto epistolar y sobre todo siendo una carta de amor.
Amor, que habrá sido de él, donde cojones se habrá escondido y porqué se disfraza de cualquier cosa con tal de confundirme.
No voy a escribirte un "te quiero" de 800 lineas con más de 1000 adjetivos calificativos que pretendan ser por lo menos tan acertados como originales, ni me voy a perder entre metáforas y demás recursos literarios.
Lo siento, no soy capaz de escribir lo que siento, para mi desgracia.
¿Cómo escribir que la vida sin ti no tiene el más mínimo interés para mí? Está demasiado visto, aunque creí que era cierto.¿Cómo decirte que no me considero digno de habitar bajo el mismo cielo que tú? Tampoco es nada original,ni se acerca a la exactitud de lo que sentía al compararme con la grandeza de tu persona.
Durante mucho tiempo adopté diferentes personalidades en mis textos para tratar de acercarme a ti, pero ahora mismo solo me he vestido de quien soy en realidad y he vuelto a mi cansado y confuso personaje, sin otra intención que dejarme de imposturas y ofrecerte lo único que tengo, mi ser.
Todo lo que comienza debe terminar, incluso esta absurda obcecación y puede que esta carta inconclusa haya marcado un antes y un después dentro de mi pecho.
Durante años me he empeñado en dotarlo todo de un sentido pero he aprendido que no tiene por que funcionar así.
Esto, tu indiferencia, mi vida... Nada tiene sentido.
Creo que si no soy capaz de escribirte lo que siento es porque desgraciadamente no sé lo que siento en realidad.
Desde luego bajo ningún concepto voy a engañarte ni a camuflar las emociones, será por eso por lo que mis manos no obedecen las órdenes de mi cerebro y de alguna manera se resisten a seguir escribiendo.
Mis fracasos más contundentes han nacido de tratar de modelar los sentimientos y adecuarlos a lo que se esperaba o a lo que era moral o socialmente correcto, pero lógicamente aquello siempre terminaba reventando, entre silencios y lágrimas.
Digamos que ahora comienzo a ver la realidad. He limpiado la lente y le he añadido los aumentos necesarios para no quedarme en lo superficial.
Es triste aprender según que lecciones pero necesario y me maldigo por reconocer al fin, que no estamos hechos el uno para el otro.
Dejaré de confundir el cariño y el deseo con conceptos más elevados y trataré de contener el caudal de emociones para evitar la erosión en el alma.
Supongo que cuando leas esta misiva entenderás mi silencio y la ausencia de novedades en tu buzón desde hace tiempo ya. Perdona mi falta de resolución, aunque creo que te liberará de responsabilidad y angustias.
De alguna manera ( aunque te aseguro que no de la que hubiera querido) siempre tuyo:
Damocles.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Pues eso.
Vamos, esta es la excusa perfecta para darme toda la caña del mundo, os lo he puesto demasiado fácil quizás pero no pienso borrar ni una palabra.
Digamos que mi puto subconsciente me la tenia guardada y en cuanto ha tenido ocasión me lo ha soltado todo en forma de sueño.
Cómo eres un sueño, ni puedo enfadarme ni puedo sentirme ofendido, al fin y al cabo no has sido tú, he sido yo mismo el que ha dicho todo lo que tenía que decirme. Creo que en efecto, soy carne de psiquiatra y puede que al final sea productivo para alguien.
¿Qué más da que piense que el beso que te reservo sea cien millones de veces más sabroso y ardiente en la realidad que en esa pantalla jigante de cinemascope de mi imaginación?
Vale, soy un ñoño o como prefieran definirme algunos lectores pero que se le va a hacer, el que nace lechón muere cochino y renace más lechón que nunca.
Toda mi vida he jugado a ser Indiana Jones tratando de encontrar el amor verdadero pero además de trampas de todo tipo, criptogramas indescifrables y pasadizos que no llevaban a ningún sitio, poco más he encontrado.
Me han atravesado el corazón con demasiadas flechas envenenadas y en más de una ocasión he estado a puntito de caer en las manos de sacerdotisas que tan solo querían sacrificarme en rituales tan atávicos como maléficos.
Parezco una seta cuando me pongo sombrero, me han sacudido con mi propio látigo,claramente no valgo para héroe e incluso la barbita de tres días comienza a ser algo ridícula, ya que lleva lleva mi particular seña de identidad pues es bicolor y me hace de todo menos duro.
En mi sueño invocabas a la deidad de turno mientras me mirabas fijamente a los ojos y jugueteabas con un cuchillo tan grande como mi lujuria, que diseña el vestuario que luces en todas tus apariciones estelares y se conoce que en mi subconsciente ya ha debido de llegar el verano porque estabas poco abrigada (vamos a decirlo así) preciosa pero poco abrigada.
Cuando traté de besarte intentando callar tus invocaciones, me hundiste el cuchillo en el estómago y en ese momento supe que debía tratarse de amor porque dolía de cojones pero no quería estar en ningún otro lugar del mundo, ni real ni imaginario.
No sé porqué pero he reconocido lo que sentí cuando me clavaste la hoja hasta la empuñadura.
Creo que no es la primera vez que me atraviesas de lado a lado, ni será la última.
El acero de tu distancia,el que tomó forma de cuchillo en mi sueño es frío, tan frío como la indiferencia de la persona a la que se ama.
No es el primer sueño en el que me descubro mendigando una mirada o una palabra amable como si fuera un cachorrito de cocker pero si es el primero en el que me quedo con ganas de besarte y paso a la fase REM de vacío, tan carente de tus labios como en la vida real.
Manda cojones, que siendo mi sueño ya podía permitirme algún homenaje pero creo que te respeto incluso en lo onírico.
Me parece a mi que si quiero que lo nuestro funcione, tendré que escribirlo, de momento ya tengo el final y estás más que hermosa vestida de blanco.
viernes, 11 de diciembre de 2015
El verdadero sentido
No termino de encontrárselo a todo lo que estoy viviendo en
este último periodo de mi vida en el que he experimentado la verdadera fuerza
de la gravedad y lo que conlleva enfrentarse a ella y tratar de tirar adelante
sorteando obstáculos.
A veces las cosas se presentan terriblemente convulsas y uno
intenta obviar lo desagradable y sobrevivir a toda costa pero no hay truco que
valga, tan solo esforzarse, coger aire y luchar.
Las circunstancias vienen como vienen y golpean como golpean.
A veces golpean con excesiva dureza y sientes cómo la lona
se levanta rápidamente hacia a ti pero eso es una ilusión, eres tu quien cae a
la lona y lo descubres al saborear lo dulzón de la sangre que mana de tu
ceja abierta y llega cálida y espesa a tus labios.
Alguien cuenta despacio pero avanzando inexorablemente y en
un alarde de valentía consigues ponerte en pie antes de que llegue al diez.
No hay juego de piernas que te permita esquivar los ataques
que te llevan hasta las cuerdas, ahí solo puedes tratar de cubrirte y encajar
los derechazos cómo mejor te sea posible.
Ya he encontrado aquello que me permitirá aguantar en pie
hasta el último asalto y no consiste precisamente en devolver los golpes con
rabia si no en aceptar que no eres más que algo parecido a un sparring y centrarte en tu misión
en el cuadrilátero, que no es otra que la de permitir que el campeón
perfeccione su técnica.
A veces uno equivoca la categoría donde calzarse los guantes
pero la federación internacional de la vida ya se ocupa de devolverte a tu
peso.
Citando a un boxeador de película: “Nada termina hasta que
tú sientes que termina”.
Aún quedan muchos asaltos y trataré de hacerlo lo mejor
posible, tuve un excelente entrenador.
Hay que ver, la de metáforas que he encontrado en esto del
boxeo y mira que soy un tipo pacífico pero al mismo tiempo he decidido aceptar
el combate más duro sin pestañear y sobre todo y por encima de todo, resistiré.
Tengo un gran equipo en mi rincón dispuesto a curarme los cortes, a ofrecerme
con qué refrescarme, a masajear mis hombros y a animarme constantemente, les debo la mejor pelea que sea capaz de ofrecer, aun sabiendo que todos, absolutamente todos, perderemos a los puntos.
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