sábado, 30 de agosto de 2025

Incluso lo bueno

 

Se acerca el momento en el que como siempre creí, todo terminará llegando, incluso lo bueno.

Con el título de Incluso lo bueno, he cambiado completamente de tercio y al son de nuevos clarines literarios, he abandonado la novela negra para sumergirme en la novela histórica, en la que me siento realmente a gusto y cómodo.

He saltado de continente y de época, pero como he descubierto un divertido placer en esto de pasear por el tiempo y el espacio, en mi novela, la acción va de Europa a EE.UU, de Valladolid a Carolina del sur y de 1861 a 1809, sin restarle interés, veracidad y acción a la trama.

Si con el inspector Iván Pinacho, protagonista de mi trilogía Crímenes de temporada, fui incapaz de disimular la presencia en él de mi personalidad y de mi realidad cotidiana al crear el personaje, con el capitán de la caballería de Carolina del sur, John Dumas, he sido un poquito más discreto, y mi protagonista  ya no tapea en el Vayco ni en el Pide por esa boquita, escucha a Blow , se deleita con las creaciones de Dasilva gastronomía, ni bebe vinos de Yllera, aunque casualmente sea rubio, tenga los ojos azules y no destaque por su altura.

Digamos que me he construido un alter ego excesivamente real en lo nítido con lo que he visualizado los sucesos que acontecen en las paginas del libro, y sobre todo su desmedido y pasional amor por Rebeca y en lo dispuesto que está a  matar o a morir por la gente que quiere, y por sus valores.

Siempre me he declarado católico convencido, pero de un tiempo a esta parte intento encontrar la explicación al porqué mi dios se lo pasa tan bien jugando con mi existencia, y me lleva de una vida a otra reencarnándome en distintos hombres muy diferentes entre si, pero excesivamente parecidos en lo que les bulle en el interior del pecho. No sé...no estoy demasiado puesto en teología, pero os juro que tengo la certeza de que mucho de lo que cuento tanto en Incluso lo bueno, como en Inocentes, no es tan solo producto de mi imaginación, ya que al ponerlo en negro sobre blanco, lo he sentido, lo he recordado, lo he sufrido.

Os mantendré informados, pero al parecer , Dios mediante y si Putin lo permite, ya hay fecha y lugar para presentar esta bélica historia de amor y muerte.


lunes, 25 de agosto de 2025

El mayor de los míos


 Como canta este poeta urbano al que tanto admiro, y de quien me llevé un ejemplar dedicado de uno de sus poemarios, "prométeme que yo he sido el mejor de tus errores, y que si vamos a irnos es para echarnos en falta entonces".

Soy un tipo muy afortunado en mi en demasiadas ocasiones atormentada vida sentimental, y pese a que he perdido a muchas personas con las que compartí verdaderas historias de amor que darían pie a cientos de poemas y a infinidad de textos, no puedo ni quiero renunciar al recuerdo de la tarde en la que Ella  me descubrió el verdadero significado de la expresión "hacer el amor", ni a la sonrisa que me volvió loco, a los ojos que encerraban un radiante y espléndido sol, a la mujer que me escribió en la pizarra cien veces lo mucho que me quería para luego borrarlo con el trapo de la mentira empapado en otros labios, ni a las caderas que bailaron al son del frenético ritmo de un corazón desbocado.

Sé que si cierro los ojos podría dibujar a carboncillo el rostro que me hizo bautizarme en una religión desconocida y no apta para indecisos ni temerosos del dios que habita en el corazón de la persona amada. 

No soy capaz de olvidar según qué besos, ni de dejar de querer cuando he querido. De hecho cuanto más intento olvidar mejor recuerdo y cuanto más intento recordar más olvido el sabor de su piel, sus caricias y su forma de pronunciar mi nombre mientras se mordía los labios.

El mayor de mis errores fue enamorarme de verdad por primera vez y descubrir las mieles y las hieles del amor. Y creo que por ello siempre estaré agradecido y del mismo modo nunca me lo perdonaré.

Puede que solamente sea un empedernido romántico al que le ha tocado vivir una existencia vertiginosa, puede que solamente viva eternamente confundido, o puede que me autolesione sin remedio al pretender encontrar el sentido de aquello que en realidad no lo tiene, y si lo tiene, no es apto para un corazón extremadamente sensible.

En cualquier caso no reniego de nadie, ni tan siquiera de mi mismo. 

Dudar es tan humano como errar, e incluso mucho más.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Buscar el gremio. Oportunas pavesas y drogas de diseño.


 —Supongo que estarás un poquito más tranquilo después de lo de Aldemayor Golf, ¿no? pregunta Ulises directamente al escuchar al inspector Pinacho descolgar el teléfono.

—Hola, Ulises—contesta Iván sin dejarse provocar por la directora de la organización secreta que da cobertura a muchos de los asuntos de interés nacional que deben gestionarse de forma clandestina— Ya sabes, para servir y proteger. La inspectora Nogueira y yo estamos y estaremos siempre al servicio de España, aunque eso suponga que en ocasiones debamos quitar una vida, o jugarnos las nuestras.

—Madre mía—se burla Ulises—si parece que me he confundido de inspector y he llamado a Jose Luis Torrente, el de las pelis.

—Las comparaciones son odiosas—gruñe Iván—aunque mira tu por donde, me parece que Santiago Segura acertó con muchas de las críticas que esconden los guiones de sus pelis tras ese humor zafio y chabacano.

—Bueno, Pinacho, otro día nos tomamos un vino y hablamos de cine. Hoy tengo algo más importante que contarte. Acabo de recibir un aviso de Salome.

—Joder, con la señorita de inteligencia—apunta Iván realmente sorprendido—creo que se gana hasta el último céntimo de su sueldo. Espero que tengáis la decencia de premiar con incentivos a vuestros agentes secretos.

—A ver, Pinacho...ya—le corta Ulises—Salome ha confirmado con Charly y con Alma una serie de movimientos sospechosos entre los técnicos de una de las compañías de internet y telefonía móvil con las que trabajan en Castilla y León. Casualmente están recibiendo avisos para la instalación de fibra óptica en poblaciones que en la actualidad se hayan confinadas perimetralmente por los incendios que asolan la comunidad. Con acierto fingimos un control de tráfico  y una de nuestros hombres al mando de un control de la Benemérita detuvo uno de los coches rotulados de la compañía tecnológica y con una peregrina excusa ordeno el registro del vehículo, encontrando bajo la rueda de repuesto Efecincoina por valor de medio millón de euros si se distribuye en el mercado negro.

—Joder...Efecincoina,ni más ni menos—se preocupa realmente Iván—.Esa droga es demoledora. Quien la consume sufre tal subidón descontrolado que cree que de pronto se han solucionado todos los problemas y se han superado todas sus limitaciones en su vida por arte de magia. Hasta ahí todo suena guay, pero es muy peligroso porque inhibe cerebralmente el control de la realidad y ha habido casos de consumidores que han saltado desde un quinto piso convencidos de poder vencer el vacío, e incluso de quien en pleno viaje ha entrado al interior de la jaula de los tigres del Zoo de Madrid para jugar con los gatitos. 

—Conozco aquel dantesco episodio, Pinacho, aún recuerdo la imagen de aquel macho de Bengala masticando una pierna del adicto antes de que los guardias de seguridad pudieran dormirlo con un dardo tranquilizador.

—Desde luego los delincuentes de este país saben aprovechar el momento. Todo aquello que pueda distraer la atención general por causas de fuerza mayor o de interés nacional, como  la espantosa Dana de Valencia, el reciente apagón nacional, la final de la Copa de Europa, el victoriosos discursito de Puigdemont y su posterior huida y tomadura de pelo, la detención del ex ministro de transportes, la imputación del hermano o de la mujer del presidente del gobierno...en fin...todo lo que pueda apartar la atención de los delitos comunes...no desperdician una estos hijos de puta.

—¿Cómo dices?—le afea Ulises

—Nada...que me gusta la fruta.

—Así me gusta, Pinacho. Menos vinitos y menos tapas de autor y más dieta equilibrada, que te estás echando a perder.

—Bueno, venga...a lo que estamos. ¿Qué quieres de nosotros?

—Charly y Salomé se van a reunir con el responsable de comunicación de esta empresa tapadera, con la excusa de diseñar nuevos protocolos para facilitar la labor de los tramitadores. Como no los conocen físicamente, la inspectora Nogueira y tu ocuparéis su lugar en esa reunión y aprovecharéis para averiguar cuanto podáis sobre su actividad paralela.

—Muy bien, Ulises—acepta Iván—Entiendo que mientras sigan los incendios activos van a distribuir cuanta efecincoina puedan a los miembros de su red en lugares seguros y ellos se ocuparán de aprovechar el caos en la comunidad para hacer negocios sin miedo y repartir la droga en dosis entre sus camellos lista para la venta en las calles de las ciudades.

—Si detrás de esa carita de inocente y esos ojitos azules de niño tímido al que una vez rompieron el corazón se esconde un tipo inteligente. Salomé os contactará en breve y os citará en SVAE para explicaros como proceder de cara a la reunión y facilitaros la información necesaria y documentación con el sello de la empresa. Estad atentos.

Tras colgar, Pinacho enciende un pitillo, se sirve una copa de Jesús Yllera y se arregla para acudir a una cena en el Vayco, que espera termine con un postre a al altura de las exquisiteces que le ofrecen Pablo y Almu, pero en su casa y lejos de miradas indiscretas. 

Sonríe y antes de salir comprueba que su arma está debidamente municionada y tiene el seguro puesto.

Mañana será otro día.

sábado, 16 de agosto de 2025

Camino errante


 Y como canta este adalid de las canciones románticas y dolorosamente acertadas que siempre parecen haber escrito para ti, el camino errante tiene miles de kilómetros de vía por delante..

Particularmente creo que hay muchas más maneras de decir amor y de darlo, no solo dos. Y mucho me temo que eso de que algunas veces recibes más de lo que ofreces, es la panacea del idealismo del amor romántico.

Dejarse amar con temor es mucho más habitual que hacerlo pase lo que pase, porque todos somos cobardes en esto del amor, todos. 

Partamos de la base de que la mayoría de los sentimientos que  hemos confundido con amor, no son más que sucedáneos de todo tipo, en los que el deseo, el placer, el cariño, la amistad o la empatía, juegan importantes papeles. Pero te das cuenta de que no has sabido lo que es realmente el amor hasta que la persona amada te ha dicho adiós y al escucharla hacerlo, el precio de la vida ha sufrido la mayor de las caídas en el oscilante parqué de tu corazón. Entonces ese adiós, como canta el señor Abraira, puede herir, herir de muerte, y ahí es donde sabes que lo que sentías por esa persona era realmente amor y no cualquier otra cosa.

Decir amor de verdad es tan arriesgado y peligroso como hacerlo en broma y hacer comedia, pues aunque parezca que es una estupenda coartada para disfrazar y ocultar todo tipo de errores, seguramente te terminará estallando en la cara, y si tienes algo de moral y de conciencia te robará el sueño una noche tras otra y te convertirá en el más gris de los seres humanos .

Hacer comedia y dejarse amar a medias es dulcificar una mentira, y no terminar de coger el toro por los cuernos, pero jugarse el todo por el todo implica que seguramente pierdas, y al perder la banca no perdonará ni una de las ilusiones que apostaste y arramblará con todas ellas, vaciando por completo las arcas de tu alma. Por eso la inmensa mayoría de la humanidad prefiere dejarse amar sin arriesgar sus fichas, sosteniendo los naipes con temblorosa mano y encontrando siempre la escusa perfecta para no liarse la manta a la cabeza, despojarse de la armadura y saltar a ese  vacío en el que te pueden recoger los brazos de quien amas evitando el fatal golpe, o simplemente puedes reventarte contra un corazón de piedra esparciendo por todas partes pedacitos de tus destrozadas esperanzas.

También tenemos que aprender que ese O tu o nada de una de las canciones más famosas de este artista,  es otro de los errores más comunes que cometemos las personas idealistas, ingenuas y jodidamente crédulas, o lo que es lo mismo, las personas románticas, porque nunca conjugamos correctamente el pronombre adecuado. El verdadero ultimátum que uno debe darse a si mismo es: o yo o nada, y comenzar entonces a mirar un poco por la dignidad, el amor propio, el orgullo y la felicidad de cada uno.

No obstante tengo que aprender a refrescar la habitación antes de tratar de dormir en estas noches tropicales que vienen cargadas de malos recuerdos, sobre todo del recuerdo del sabor de los labios equivocados, del eco de palabras que nunca debí pronunciar y de terribles incendios que consumieron por completo las hectáreas de inocencia que componían una amplia extensión en el interior de mi pecho.

Pero bueno, qué se le va a hacer. Cada uno es como es y contra eso si que es muy difícil luchar. Creo.

martes, 5 de agosto de 2025

Señales


 Creo que ya va siendo hora de que al arrimar el hombro distintas instituciones, las fuerzas y los cuerpos de seguridad del estado, y todas las personas que conforman la sociedad española, terminemos de una vez con esta espantosa lacra social que es la violencia de género.

Como canta el bueno de Miguel Campello en este tema que encabeza la entrada, nadie se merece que le dejen señales. Nadie. Y es que por desgracia cada día nos encontramos con distintas noticias a cual más triste en los medios de comunicación, en los que se nos cuenta como se han arrebatado vidas y se han destrozado las de multitud de personas que sufren las muertes de familiares, amigos y compañeros de trabajo. Y por desgracia y aunque suene terrible, también las de compañeros de universidad, instituto, colegio e incluso guardería.

El mundo ha perdido el norte y el ser humano la humanidad, y esto no podemos consentirlo. 

Hay que denunciar a la menor muestra de que esto pueda estar sucediendo en nuestro entorno, y no hay que callar, pues ante la violencia de género (venga del género que venga, pues no es patrimonio exclusivo de ningún género en particular) debemos actuar con tolerancia cero.

Nadie "te pega porque te quiere", os lo aseguro, y aunque podemos apreciar a simple vista muchas evidencias físicas de ese amor mal entendido, hay señales que no se muestran en ojos morados, moratones en la piel, o labios rotos.  Hay señales que no se aprecian a simple vista, creedme, doy fe, y  aunque no necesitan de puntos de sutura, analgésicos o vendajes, te marcarán para toda la vida, pues es muy difícil sanar un alma maltratada, y sé de lo que hablo, por desgracia.

Con el verano y las vacaciones, con el calor extremo y los viajes a lugares lejanos del hogar, aparecen muchos nuevos y terribles casos de esta despreciable pero incontrolada violencia entre aquellos que una vez se juraron amor eterno y que con el paso del tiempo, mucho o poco, terminan regalándose dolor y sufrimiento extremo, e incluso la muerte, o lo que es aún peor, la muerte de quienes un día consideraron frutos de ese amor corrompido y desvirtuado.

¡BASTA YA!

Por favor.

Yo nunca volveré a pedir que se me quiera mucho, tan solo que se me quiera bien.


domingo, 3 de agosto de 2025

Llegará


 Estoy ultimando gestiones para hacer de  la de Incluso lo bueno, la mejor de las presentaciones literarias que he realizado hasta la fecha.

Vuelvo a contar con la inestimable ayuda y la desinteresada entrega de la editorial Suseya, cuyo director, José Luis, siempre creyó en mi y apoyó mis proyectos, publicando la trilogía completa Crímenes de temporada y habiéndome mostrado su satisfacción al leer el manuscrito de Incluso lo bueno. Esta novela  que publicaré también bajo su sello editorial y que presentaremos el próximo mes de septiembre en un lugar emblemático de Valladolid que forma parte de la trama, es una trepidante historia de amor y guerra, ambientada en EEUU durante la fratricida contienda americana. 

Y os estaréis preguntando, ¿Qué pinta Valladolid en esta historia? Pues muy bien, os invito a que os leáis la novela cuando salga  a la venta. No os voy a  hacer spoiler de ese. 

Mi amiga y editora, Eva Melgar, quien también me ha ayudado en su corrección y desarrollo, me ha dicho que es la mejor novela que he escrito hasta el momento. Una mujer del criterio y conocimiento literario de Paz Altés, también editora profesional y además directora del departamento de publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, me ha dado la enhorabuena tras leer el manuscrito, y a aquellos lectores de confianza a los que pido lean mis obras antes de presentarlas a la editorial, al parecer les ha gustado bastante.

No quiero generar expectativas que luego no puedan cumplirse ni mucho menos darme auto bombo, pues por mucho que pueda gustar algo de lo que escriba, nunca dejaré de considerarme el eterno aprendiz de escritor, ni de trabajar para conseguir llegar a ser el escritor que quisiera llegar a ser. Tan solo parece que he encontrado mi estilo, mi sitio, mi camino, Parece que escribir sobre este tipo de historias (que deduzco habré protagonizado en vidas pasadas dada la nitidez con las que las visualizo en mi mente, y en mi corazón), me ayuda a forjar con más acierto el acero de mi pluma.

No es necesario que recuerde lo que me apasiona la historia, lo que me gustaron siempre los valores castrenses y  la milicia, y, que el amor es quizás el sentimiento que más ha marcado y definido mis vidas y al que me he entregado siempre por completo. Si pongo una parte de cada uno de estos ingredientes en una coctelera junto a una buena medida de ilusión, dos de esfuerzo y otra de esperanza y lo agito con soltura en negro sobre blanco, la mezcla seguramente resulte del agrado de muchos lectores. Y eso es lo que sinceramente espero y deseo.

Os iré contando según se acerque la fecha, pero si no se tuercen las cosas, además de con las intervenciones de editores y autor contaremos en la presentación con música en directo, actuaciones teatrales y otras sorpresas que enriquecerán el evento, el momento y mis vidas. Y es que ya lo decían en La bola de cristal, "solo no puedes, con amigos, si".

Cruzo los dedos para que todo termine llegando, incluso lo bueno.

Mientras todo esto acontece, seguiré regresando a la Judea del año 0 , para continuar con las vicisitudes del ya decurión de las legiones de Roma, Lucio Galvano.