lunes, 2 de mayo de 2022

Y seguido


 Que difícil es saber conservar aquello que tienes y que no quieres perder. 

Joder...que difícil es hacer bien las cosas, y que difícil es vivir acorde a tus principios y a tus valores cuando sabes que aunque no quieras hacerlo bajo ningún concepto, terminarás haciendo daño a alguien. Y haciéndote daño a ti mismo.

En ocasiones el destino es un ente demoniaco y se entretiene poniéndote en las más duras encrucijadas emocionales. Supongo que le va el morbo y el rollito cruel, pero con cada jugada maquiavélica en la que me obliga a darle la vuelta al alma, consigue que simplemente me entren ganas de mandarlo a la mierda y erigirme en el dueño de ese futuro incierto que supuestamente le pertenece. Y sufro.

Te hace elegir entre aquello que nunca quisieras perder y aquello que encontraste cuando creías haberlo perdido todo. Y al final pierdes de nuevo, si, aunque recuperes lo que habías permitido que se extraviase de la forma más estúpida. Pierdes un trocito de corazón al tener que tomar la decisión más complicada y sabes que ese trocito es irrecuperable y que supone el pago por la tan soñada y deseada felicidad al lado de esa persona que enriquecerá tu vida y hará que todo, hasta lo más complejo, cobre sentido.

Intentas avanzar por el camino de baldosas amarillas y descubres que eres la perfecta argamasa del espantapájaros, el hombre de hojalata y el león cobarde, persiguiendo un beso de Dorothy, mientras Totó te muerde los tobillos y la bruja del oeste se descojona de tus problemas y se prueba unos zapatos de oferta que ha encontrado en las rebajas durante el último aquelarre al que fue con sus amigotas.

¿Hay algo bajo el arcoíris? 

Sí que lo hay, y mira tu por donde, lo que se escondía bajo el arcoíris era un enorme punto y seguido. Llevaba  mucho tiempo buscándolo y en la incesante búsqueda al final casi me pierdo a mi mismo. Menos mal que encontré un sol radiante atrapado en el interior de unos hermosos ojos, y su luz me guía y me ilumina, aunque me perdí durante un pestañeo y me di de bruces contra un precioso y enorme corazón vestido de fiesta y a punto estuve de perderme por completo. Pero lo que tengo lo mantengo a base de amor y fe.

Y de literatura (propia y ajena).

El sentido de mi vida se escondía tras ese sol y esos ojos, y aunque casi lo pierdo aún lo mantengo y creo que sabré mantenerlo siempre. Creo. Desde luego voy a intentarlo con todas mis ganas y ya sabéis...rendirse nunca es una opción.

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