Ayer los poetas vallisoletanos, auspiciados por la Fundación municipal de cultura de Valladolid, decidieron levantar barricadas con versos y disparar misiles de estrofas contra un enemigo común a toda la humanidad, la guerra.
Cómo escribí en redes sociales al invitar a mis contactos a evento poético pacifista, recé para que el aire que generase la mariposa que asistió al acto al batir sus alas se convirtiera en vendaval que apagase las llamas de las explosiones en Mariupul, refrigerase el generador de la central de Chernóbil y secase las lágrimas de los niños aterrados escondidos en los refugios por toda Ucrania.
Este poema lo escribí para la ocasión y reuní el valor y las fuerzas para recitarlo en público. No me considero poeta, aunque amo la poesía. Mi universo es la prosa, pero decidí alistarme en las tropas de la rima voluntarias por la paz.
Espero que os guste y que entendáis que yo mismo necesito acudir con frecuencia a ponerme a salvo en el refugio de unos ojos, el de un abrazo sincero o el de un beso generoso.
El amor puede salvarnos, la poesía ayudarnos.
En tus ojos me refugio
Comienza la triste
huida,
Vuelve a
gritar la sirena,
Corremos
hacia sótanos, barricadas de lamentos,
muros de
sacos de arena.
Caen misiles
del absurdo,
eliminan
objetivos,
llenan de sangre mis versos impotentes y
caducos,
abren de nuevo
la herida de lo burdo.
En tus ojos
me refugio,
parapeto de otros
daños,
en ellos el
sol se oculta, sobrevive,
resistirá muchos
años.
Ponme a
salvo entre tus brazos,
cúbreme con la
mirada,
protégeme de
explosiones,
devuélveme
la esperanza.
Una guerra miserable,
cercena
miles de vidas,
como todas al
ser odio, fuego y sangre,
repudiadas y
temidas.
En tus ojos
me refugio,
Menos tu
vientre todo es oscuro,
como
escribió quien murió, soñando con el futuro.
Con todo mi cariño al pueblo ucraniano y mi respeto a los amigos poetas.
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