jueves, 25 de febrero de 2021

Descoser la sombra


 Peter escapó del jardín de Kensington donde aquel soñador escocés le dio la vida y lo maldijo a ser un eterno adolescente.

Esta cantante asegura que Peter voló buscando un mundo de poesía en el que instalarse, renunciando a lo sórdido del mundo en el que nació, pero me ha costado cuarenta y seis años llegar a la certeza de que no existe un mundo de poesía. Tan solo existe la poesía para en ocasiones hacer de este un mundo mejor. O Intentarlo al menos. O morir en el intento.

La poesía no es otra cosa que el vehículo de expresión de aquello que brota sin freno desde lo más profundo de un alma torturada, de un corazón pleno unas veces, roto y vacío otras, o de una mente difusa, confusa y rebelde, que se resiste a asumir que la realidad terminará siempre imponiéndose a los sueños, por hermosos que estos sean.

Puede que por eso haya terminado por renunciar a Peter como el alter ego en mis textos, en mis poemas y en mis relatos. Puede que consiguiese expulsarlo de mi particular "Nunca jamás" cuando me decidí a que se convirtiese en "Siempre pese a todo".

Hacerse mayor y abandonar al adolescente que pretende adueñarse de tu futuro y tomar las decisiones por ti, es eso a lo que llamamos madurar, y no duele. Pensé que dolería pero no duele. Sin embargo lo que sí es realmente doloroso es obcecarse en ser el niño eterno cuando todo se pone en tu contra, cuando descubres que detrás de la luz se ocultan siempre las sombras y que para llegar a tu destino has de saber elegir entre un montón de senderos tortuosos el camino que te conducirá hasta él. No hay señalización, no hay miguitas de pan a las que seguir, no hay arcoíris ni baldosas amarillas. 

A veces añoro a Peter, pero no me concedo la libertad de pedirle que venga en mi ayuda. Hace más de seis años que me vi obligado a descoser la sombra hilvanadas a las suelas de mis zapatos, y ya no soy capaz de volar, porque siempre que pienso en algo encantador la realidad termina por oscurecer las imágenes más bellas. Y pese a todo me empeño en ser feliz y busco los medios para acostarme cada noche sonriendo y con la conciencia tranquila, sin acusarme de traicionar la ilusión y sin reprenderme por haber aceptado que el tiempo debe discurrir en mi, junto a mi, a través de mi.

Aún así y todo muchas veces me atrevo a escribir poesías y nunca he dejado de leerlas. Sé que cuando me llegue la hora seré juzgado en versos de arte mayor y rima asonante en los pares, y esta vez no tendré escapatoria, pero me enfrentaré al destino con estrofas construidas sobre una vida de superación en la que rendirme nunca fue una opción.

Y por eso escribo y no sé vivir sin hacerlo.

2 comentarios:

Unknown dijo...


Que se prepare el destino porque vas volando muy bonito..
Un besazo

lacantudo dijo...

Mi naturaleza deductiva me ha llevado a sumar dos más dos, llegando a a conclusión de que siguen siendo cuatro y a la hipótesis de que aunque firmes el comentario como desconocida, la verdad es que te conozco bastante. Creo que este comentario pertenece a la misma mujer que me envió por wasap la canción que me inspiró el texto.
En cualquier caso gracias por tu positividad, seas quien seas. No renuncio a volar y me gusta hacerlo, pero para conseguir elevarme tengo que soltar demasiado lastre emocional. Nos encontraremos en las alturas.
Biquiños.