domingo, 14 de febrero de 2021

Las comparaciones son odiosas


 Pero en verdad no he encontrado a nadie comparable a ti.

A base de demasiadas indigestiones, aprendí a reconocer lo realmente delicioso, mucho más allá del físico, del atuendo y de la parafernalia con la que puede enmascararse una persona para seducir con el envoltorio, a sabiendas de que el dulce que encuentras al desenvolverlo no es tal, sino algo de sabor complicado en los matices. Y  de corazón adulterado. Un fraude que terminará provocando cólicos, vomitonas y diarreas.

Por eso no puedo compararte con nadie ni con nada. Y no quiero ni necesito hacerlo. Tan solo me detendré a saborearte y a entregarme al placer de la delicia que inunda mi boca, mi corazón y mi alma.

Cada bocado de ilusión  debe armonizarse con un trago de acierto, pues si no cuidas la ingesta y no te detienes a deleitarte el tiempo necesario para  la digestión, puede volverse en tu contra y destrozar el organismo por no haber dedicado lo suficiente al proceso digestivo que conocemos como amor.

Sin embargo, si te tomas la molestia de paladear con cuerpo y alma cada mordisco, el festival de agradables sabores que sacudirá las papilas gustativas se convertirá en la máxima expresión del placer y te convertirá en un adicto al producto.

Por descontado parto de la base de que las materias primas con las que se ha elaborado la receta que te trajo al mundo son las mejores. Y que el resultado es un bocado solo apto para gourmets.

Da igual como te hayan cocinado, el resultado es óptimo, la presentación perfecta y el maridaje oportuno.

Tuve la suerte de encontrarte en uno de mis restaurantes favoritos y el valor de acercarme a ti tras preguntar al metre el nombre del plato del que no podía apartar la vista.

Puede que este no sea el texto más romántico de la historia, pero  al menos creo que a través de esta suerte de metáforas culinarias, he conseguido describir lo maravilloso de tu presencia, de tu olor , de tu sabor y de lo que aportas a mi alimentación, al haberte convertido en el único alimento que en sus distintas variantes y presentaciones  compone la energética y muy completa dieta que estoy dispuesto a seguir.

Porque si tu me faltas, prefiero morir de inanición, y que el resto de los besos que aún no te he dado se pudran conmigo.

La expresión, "te como", es hoy más acertada que nunca.


No hay comentarios: