Ella no fumaba pero era absolutamente transigente con todos sus vicios. Con todos. Su tierna y amorosa complicidad, habían ganado el corazón del poeta desde el día en que la conoció en la presentación de uno de sus poemarios. Al reparar en su enorme y sugerente sonrisa, supo que de alguna manera aquella rubia de mirada pícara, llenaría muchas de las páginas en blanco de su futuro.
Esta noche, al hacer el amor, ella ratificó cabalgando sobre él,la impresión que tuvo al verla en la cola para la firma de ejemplares. Sexualmente era una autentica diosa, Conocía todos los resortes para convertir el acto sexual en un placer del Olimpo tal, que inmediatamente comprendió aquello que escribió Fernando De Rojas siglos atrás: "Melibeo soy, en Melibea creo y a Melibea amo".
El primer beso se convirtió en la antesala de la experiencia más placentera que había vivido en sus cuarenta y dos años y había disfrutado de muchas y muy diferentes noches de placer.
Mientras se despojaban de la ropa junto al lecho, sintió que el corazón le iba a estallar. Ella no dejó de sonreír en ningún momento, ni tan siquiera cuando comenzó a besar con dulce maestría su glande, antes de introducírselo en la boca. él correspondió el regalo de aquella felación con una glotona incursión entre sus piernas, que levantó gemidos y jadeos en do, sol y re mayor y, para su sorpresa, una espontánea y risueña carcajada, cuyo significado no era otro que la forma con la que aquella encantadora mujer expresaba su placer más intenso. Despues de jugar con sus lenguas, él se hizo fuerte sobre ella y la penetró con una inusual mezcla de ansia y delicadeza, maridando con los más pasionales besos cada uno de los movimientos. Ella era profundamente húmeda y cálida y él tuvo que controlarse para que aquello no terminase demasiado pronto. Entonces ella tomo las riendas de la situación y decidió que domaría aquel potro desbocado y controlaría su encabritado galope.
Al tenerla a horcajadas como una hermosa amazona, la boca se le fue sola en busca de los rosados y duros pezones. Aquello era un verdadero menú degustación, de un chef celestial condecorado con toda una galaxia Michelín. La galopada cesó en el momento en el que ella desmontó para ofrecerle su sexo en la más oferente de las posturas y él acudió solícito a la llamada, poseyéndola mientras acariciaba su nuca con los labios y la punta de la lengua. Poco mas pudo contenerse y tras casi una hora del sexo más glorioso, eyaculó perdiendo el conocimiento casi al instante.
Mientras recordaba aquello, el cigarro se consumió entre sus labios y una poderosa erección le indicó que jamás podría desengancharse de la potente droga que ella le había suministrado, siempre sonriendo. Apagó el pitillo, justo cuando ella se volvió hacia él y le acarició el miembro, deseosa de un segundo round. Sonriendo también, la besó de nuevo y la prometió que volvería al ring tantas veces como ella estuviese dispuesta a pelear por el título.
En la actualidad, ella suma más de doscientas victorias por KO y setenta y dos a los puntos y él es el eterno aspirante al cinturón de la federación internacional del amor.
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