Creía haber estado enamorada en pasadas ocasiones...y no pocas veces, pero Cristina descubrió sensaciones totalmente desconocidas para ella, al mantener fugazmente la mirada de Iker, la noche en que lo conoció.
Esto que siente, debe de ser amor verdadero pero no está bien. Iker es el prometido de su prima Begoña y Begoña está completamente enamorada de él y feliz por haberlo encontrado. Desde que su prima comenzó a salir con Iker, Cristina supo que debía de ser un hombre excepcional y se alegró hasta el infinito por ella.
Todo comenzó la noche en que Begoña acudió con su flamante nuevo novio a cenar a casa de Cristina y los presentó oficialmente.
Sobra decir que Iker es guapo, bueno, más que guapo, es terriblemente atractivo y sus ojos y su sonrisa transmiten al tiempo sinceridad y alegría. Eso no fue lo que comenzó a confundir a Cristina. Ella siempre ha tenido cierto éxito entre los hombres y ha mantenido romances con todo tipo de varones; muy agraciados la mayoría. Pero siempre busca algo más interesante que el atractivo físico en sus parejas y el novio de Begoña destila atracción por los cuatro costados. Cristina sabe que no debe fantasear con que Iker y ella tienen la oportunidad de conocerse mejor y que aquello deriva en la historia de amor más intensa y especial del mundo. La felicidad de Begoña está por encima incluso de la suya propia, ya que Begoña merece un hombre como Iker. Pero en el fondo Cristina la envidia y, le da mucha rabia ver que al fin ha encontrado al hombre con el que lleva soñando toda a vida y resulta ser la pareja de su prima. Encima desde el primer minuto, Iker y ella encontraron un punto de complicidad muy elevado y sintieron una poco frecuente conexión al hablar y disfrutar de la cena y del posterior whisky en el saloncito de casa.
Volvieron a verse al día siguiente, pues Iker vive y trabaja en Pamplona y estaba en Burgos, ciudad donde residen ambas primas, porque Begoña y él aprovechan cualquier oportunidad para pasar unos días juntos, sea donde sea, en Burgos o en Pamplona. Como en todas las relaciones a distancia, la ocasión la pintan calva y ambos se pasan el tiempo de un lado para otro, con la maleta siempre dispuesta y el teléfono echando humo, de llamadas y mensajes en los que dejar constancia de lo que se quieren y se echan de menos.
Obviamente Cristina nunca bebería de ese manantial, a no ser que Begoña ya hubiese saciado su sed y le dejará vía libre para sumergirse en sus aguas y recibirlo y disfrutarlo a través de todos los poros de su piel. Eso es lo que le roba el sueño a Cristina cada noche, la necesidad de demostrarle su amor a Iker, de poder decirle al menos que siempre ha soñado con encontrarlo y que ahora que lo ha encontrado, debe dejarlo pasar de largo por fidelidad y amor a su prima.
A veces la vida no es justa. Cristina maldice el momento en el que cruzó su mirada con la de Iker y supo que siempre lo amaría, aunque fuese en secreto. Al fin Cristina, sabe en que consiste eso del amor platónico y lo que es peor, ha comenzado a componer preciosas melodías fruto del amor no correspondido, que interpreta con su violín.El violín es el instrumento que lleva muchos años tocando y con el que al fin puede ganarse a vida dando clases, tras haber recibido diversos reconocimientos públicos por su virtuosa interpretación. Siempre que puede , Cristina se encierra a tocar hasta que le duelen los dedos. Tocar es su forma de expresar todo lo que le inunda el pecho y convierte las alegrías y las penas en pegadizas y armoniosas melodías.
Mientras observa como Begoña besa a Iker, las notas de una triste romanza comienzan a venirle a la cabeza. Tararea en voz muy baja y se aparta un poco de la acaramelada pareja, para que no descubran que su corazón se acaba de romper y de que una enorme lágrima ha empezado a resbalar por su mejilla.
4 comentarios:
Mi intención era el de escribir el texto desde la óptica de la mujer que relata los sucesos. Si no lo he conseguido, es cuestión de trabajar más y más este tipo de textos para ver si consigo abstraerme de mi propio yo y soy capaz de dotar de identidad propia a los personajes que quiero crear. Todo es cuestión de trabajo. Es empirismo puro: Ensayo , error.
Mi intención era la de, no el de. A veces me arrepiento de ser tan impulsivo escribiendo.
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