martes, 22 de diciembre de 2015

Feliz todo, incluida la navidad.

Me he tomado la licencia de volver a utilizar el vídeo de este villancico que interpretan mis amigos Mario y David, de Cosmic Birds  y que ya elegí para una entrada del blog en diciembre del año pasado(lo cierto es que me encanta todo lo que hacen, pero este tema es muy apropiado).
Hoy me voy a dejar de terapias, ejercicios literarios, pruebas de estilo y demás historias, para desearos a todos, queridos lectores, felices fiestas y un año nuevo cargadito de buenas noticias. 
En estas fechas es lo suyo, aunque no veo porque no podemos desearnos felicidad en cualquier día del año, en cualquier estación, en cualquier momento.
Parece que la navidad nos hace sentirnos mejores personas y nos purga de todo lo malo.
Esta noche me acostaré con la misma triste cantidad en mi cuenta corriente, las mismas deudas y los mismos agobios. No me ha tocado la lotería.El premio gordo ya me tocó el 14 de abril de 2014 y al parecer ya no optó a más premios, con ese debería tener suficiente.
Cómo dicen por ahí, hablar de dinero empobrece las conversaciones y hay personas tan pobres que solo tienen dinero, así que enhorabuena a los que compraron el décimo acertado y, a los demás, sabed que la esperanza es lo último que se pierde y a veces y sin venir a que, la vida nos sonríe con un "sigue jugando".
Sé que debo considerarme muy afortunado y que no puedo ni debo quejarme, aunque haciendo mi particular balance de pérdidas, este año ha sido un verdadero desastre ¡¡¡Que empiece ya el 2016 por favor!!! 
Hoy me decía una buena amiga que en mi cazuela tengo todos los ingredientes para cocinarme una vida genial, que solo tengo que encender el fuego y ponerme a ello.
Sé que tengo la suerte de contar con muchos y muy buenos amigos, con una familia maravillosa, con un gatete adorable y con ciertas habilidades para luchar por mi porvenir.
Aquellos que se fueron simplemente tenían que irse, es ley de vida y a todos nos llegará el momento, aunque lo que sí que podemos hacer en su memoria, es tratar de llenar ese vacío que han dejado y no permitir que nos pueda la tristeza, ellos querrían vernos felices.
Mi nueva vida está llena de sorpresas, la primera y la más grande es haber conocido a la persona en la que me he convertido y que aunque no me cae del todo mal, me cuesta un poco adaptarme (el chico es majete pero demasiado reservado y melancólico, nada que ver con el Juan de antes).
Dentro de mi balance de pérdidas he de contabilizar también la pérdida de mi natural disposición a buscar el amor y a vivir en pareja. Creo que ahora trataré de hacer las cosas mejor y no volveré a engañarme ni a confundirme, ni a engañar ni a confundir, aún con la mejor intención y sin ánimo de fastidiar a nadie, mucho menos a ellas.
También tengo un balance de ganancias (como cualquier empresa) y he ganado un montón de cosas, empezando por un cambio salvaje de la visión de la vida que me lleva a comprender las cosas desde otro punto de vista y con algo más de criterio.
Ahora le concedo la importancia que merecen a palabras como familia o amistad, a verbos como soñar, recordar, compartir, acertar o escribir ; a sentimientos como el cariño, la alegría y la confianza y a las demostraciones sinceras en forma de sonrisas,  abrazos, lágrimas y  besos. 
Durante este 2015 que está a puntito de largarse por donde ha venido, he aprendido un montón de cosas. Alguna de estas cosas me ha confundido y descolocado sobremanera, pero no por ello quiere decir que hayan sido malas o negativas, simplemente que tenía que pasar por ellas aunque no estuviese aún preparado para adquirir esos conocimientos.
No soy ni mejor ni peor persona, creo que únicamente soy diferente y en cuanto me acostumbre a quien soy ahora, trataré de dar lo mejor de mi mismo.
Tengo muchos retos y muchas responsabilidades por delante y prometo dejarme la piel en conseguir hacer de esta "segunda temporada", la mejor de la serie. 
Lo dicho queridos lectores, seáis quienes seáis y estéis donde estéis: Feliz todo, incluida la navidad.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Sigue enseñándome a vivir, please.

No voy a mentirte querida amiga. Según me has contado lo sucedido, he disfrutado imaginando el momento en el que clavaba mi cuchillo botero en su cráneo de un golpe seco y rápido, para hundir toda la hoja en su cerebro librando a la humanidad de otra alimaña.
No lo entiendo, no entiendo que siendo tú una persona tan dulce y tan especial, que desprende amor en cada gesto, en cada movimiento, hayas encontrado semejante castigo.
Sé que vas a volver a vivir tu vida, que te levantarás de este mazazo y cual ave fénix  resurgirás de tus cenizas para convertirte de nuevo en esa potente yegua que un día me ayudó a volver a galopar y a saltar los obstáculos más peligrosos.
Si hay tantas personas que como yo, solo te podemos querer en la distancia, no me entra en la cabeza que los privilegiados que te pueden amar de tú a tú, se permitan el lujo de hacerte daño y traicionar tu confianza.
Una vez cayera al suelo, extraería el cuchillo de su cráneo y me entretendría arrancándole el corazón muy despacito, fijando mi mirada en la suya hasta que se le apagase el brillo de la vida y sonriéndole irónicamente.
Me importaría un carajo ponerlo todo perdido de sangre y tener que pasar horas de rodillas fregando el parquet a conciencia, te juro que disfrutaría quitándole la vida.
Me conoces y sabes que nunca he sido así, pero de un tiempo a esta parte algo esta cambiando en mi y me arde el pecho cuando veo a mis seres querido sufriendo injustamente.
No soy un ángel vengador,  ni siquiera soy un ángel. No tengo una espada de fuego, no es mi misión impartir justicia y no sabes cuanto lo siento. 
Me informaré bien y si por lo que sea doy con la convocatoria de oposiciones para ángel vengador, me las prepararé a conciencia y sacaré la plaza por muchos candidatos que haya.
Que venga el encargado que quiero el libro de reclamaciones, quiero presentar una queja.
No concibo que se te haga sufrir así por las buenas y sin que la justicia divina, poética, o llámala como prefieras, intervenga para castigar al infractor de las reglas morales más elementales.
Cuando tuviese su corazón en la mano, lo aplastaría entre mis dedos sin dudar (como él intentó aplastar el tuyo) y arrojaría los despojos sobre su cadáver.
Estoy convencido de que por muchas veces que te haya mirado a los ojos, no habrá sido capaz de apreciar esa luz y la profundidad de tu mirada. 
No hay peor ciego que el que no quiere ver, bueno sí, el que pretende destruir aquello que le deslumbra.
Mientras afilo la hoja de mi cuchillo con una piedra especial, silbo un tema de Nacho Vegas que me trae muchos recuerdos, demasiados por desgracia.
Por ti iría a la cárcel, que es una forma sencilla de decirte que por ti iría al fin del mundo.
Si me necesitas llámame, yo lo hice y viniste a rescatarme, así que no te de ningún reparo, te debo una, te lo debo todo.
Puede que estos pensamientos tenebrosos nazcan en la fosa abisal que surgió en mi alma tras la fragmentación de mi mundo interior. Puede que haya descubierto el infierno y ese infierno lo habiten los monstruos que se conjuran para  hacernos daño.
Soy el dueño del universo que he creado al escribir recordando aquellos días en los que fuiste mi sanadora y en ese universo ni él, ni nadie como él, tiene cabida. En ese universo tu luz y tu energía marcan las estaciones y controlan las mareas. En ese universo vengaré cada sonrisa que te hizo perder y cada lágrima que derramaste.
No hace falta que te diga lo muchísimo que te quiero y lo dispuesto que estoy a cambiar la pluma por la espada, aún sabiendo que nunca será tan poderosa.
Sonríe, vive, galopa de nuevo junto a nosotros.





sábado, 19 de diciembre de 2015

Vueltas y vueltas. Génesis de un personaje.

A todo lo que pasa por mi cabeza. A mi presente y a mi futuro pero sobre todo a mi pasado; no paro de darle vueltas y vueltas.
Hay muchas cosas, demasiadas que podía haber hecho mejor, demasiadas.
Identifico un error tras otro, un fracaso tras otro y una larga lista de cosas a medio hacer.
Hay que ver, con que facilidad el Ser humano abandona aquello que emprende, sobre todo si le supone  el más mínimo esfuerzo, ya sea mental, físico o emocional.
No nos damos cuenta de que será más que difícil terminar lo comenzado en el futuro. El día que decidamos concluir lo que una vez emprendimos y terminamos aparcando como un carrito de la compra en el super tras haber, completado la lista y descargado las bolsas en el maletero del coche, nos encontraremos con un sinfín de dificultades.
Abandonar es sencillo y demasiado tentador, lo verdaderamente jodido es concluir bien lo que se empieza.
La juventud es tan atrevida como la ignorancia y tendemos a creer que siempre habrá tiempo para todo, pero oh, mierda, resulta que no lo hay. 
Tenemos el tiempo medido y podemos malgastar el justo. Un día te encuentras con que te ha pillado el toro, que la policía te pisa los talones y que poco podrás hacer ya para apañar los desaguisados de tu vida y los parches que te obligaron a poner aquellos que hicieron un siete tras otro en el tejido de tu existencia.
También descubres que por uno u otro motivo, te has olvidado de dar demasiados besos y demasiados navajazos.
Tienes que aprender a perdonar, te dicen, si perdonas te sentirás mucho mejor y alcanzarás la felicidad
Una mierda. Lo siento, pero yo más que perdonar, al ignorar las afrentas lo que he hecho ha sido librarme de la cárcel o de un jurado popular que me enviaría directo al corredor de la muerte.
Repasando mi particular lista de abandonos, además de metas y aspiraciones, he abandonado demasiados principios.
Detesto la violencia y juro que nunca haría daño a nadie gratuitamente pero a base de poner la otra mejilla resulta que tengo demasiadas cicatrices ocultas por la barba.
Hoy estoy buceando demasiado en mi interior y acojona, porque lo hago a pulmón y como no tire de bombona me voy a quedar sin oxígeno, esto es mucho más profundo de lo que pensaba, además aquí abajo está muy oscuro.
Siempre he creído que era un tipo muy dulce, un romántico empedernido, buen chaval e incluso cursi  pero  estoy encontrando una parte desconocida de mi que me asusta  y que he tenido recluida demasiado tiempo, tanto que ha renunciado a su libertad y ahora me intimida su imagen al aflorar.
-No pasa nada - me digo tratando de convencerme pero si nunca se me ha dado bien engañar a los demás, dificilmente podré engañarme a mi mismo. 
Si pasa. Caminas arrastrando una mochila llena de fracasos y de rendiciones y llega un día en el que pesa demasiado, así que he decidido no rendirme de nuevo y si he de fracasar, fracasaré pero al menos no abandonaré a la primera de cambio. Ya no, no pienso volver a rendirme, voy a dejar salir todo lo que llevo dentro, todo.
Esto no quiere decir que me vaya a dedicar a repartir puñaladas en el abdomen o a rajarle la yugular a todo aquel que me haga daño pero desde luego se acabó eso de poner un cafetito, la cama y el aire acondicionado para que los que vengan a joder, se encuentren lo más cómodos posible.
No creo que vaya a salir a la calle siempre con un cuchillo en la bota. Simplemente dejaré de mirar hacia otro lado y de dar las gracias mientras me meten un dedo en el ojo, me escupen en la cara, me joden la vida o me orinan encima.
Sigo declarándome no beligerante, como Suiza en la segunda guerra mundial.
No me gusta la polémica y odio discutir pero cuando eres tan taimado y tan prudente, mucha gente lo interpreta como una señal de debilidad y se aprovecha de ello.
Una cosa es que sea tímido y otra es que sea gilipollas y que me vaya a dejar humillar por el primero que lo considere oportuno.
Se van a terminar los miedos ¿Qué me puede pasar en el peor de los casos, que me metan en la trena o que me lleguen a matar? Pues al carajo, ya no me da miedo, no me asusta.
Desde esta misma noche serán otros los que tengan que estar prevenidos, los que miren atrás de vez en cuando al caminar por calles oscuras y los que midan todas y cada una de sus palabras al vomitarlas frente a mi.
Desde esta misma noche sé que me van a preguntar por cada uno de mis conocidos que aparezca muerto entre los contenedores de basura, con el corazón atravesado por una daga certera.
Que tiemblen los miserables, los mezquinos y los que tengan como fin último romperme los esquemas.
A partir de este momento algunos moribundos tratarán de escribir mi nombre en el suelo con la sangre que les mana de sus cabezas abiertas a botellazos, pero no permitiré que lleguen siquiera a dar forma a la primera consonante.
La  corrompida sociedad crea tantos monstruos como la razón y alguno de ellos habitará entre nosotros sin llamar lo más mínimo la atención y sin ser descubierto jamás.
Yo no quería, de verdad, las circunstancias me han obligado y aunque me pese, esto acaba de empezar. 




 

 
 
 

jueves, 17 de diciembre de 2015

Querido fantasma


 No pude terminar aquella carta que comencé días atrás, no encontré las palabras adecuadas y no quise caer en lo superficial.
Lo cierto es que no hay cosa que más rabia me dé, ya que en mi soberbia me creo sobradamente capacitado para escribir cualquier texto, más aún un texto epistolar y sobre todo siendo una carta de amor.
Amor, que habrá sido de él, donde cojones se habrá escondido y porqué se disfraza de cualquier cosa con tal de confundirme.
No voy a escribirte un "te quiero"  de 800 lineas con más de 1000 adjetivos calificativos que pretendan ser por lo menos tan acertados como originales, ni me voy a perder entre metáforas y demás recursos literarios.
Lo siento, no soy capaz de escribir lo que siento, para mi desgracia.
¿Cómo escribir que la vida sin ti no tiene el más mínimo interés para mí? Está demasiado visto, aunque creí que era cierto.¿Cómo decirte que no me considero digno de habitar bajo el mismo cielo que tú? Tampoco es nada original,ni se acerca a la exactitud de lo que sentía al compararme con la grandeza de tu persona.
Durante mucho tiempo adopté diferentes personalidades en mis textos para tratar de acercarme a ti, pero ahora mismo solo me he vestido de quien soy en realidad y he vuelto a  mi cansado y confuso personaje, sin otra intención que dejarme de imposturas y ofrecerte lo único que tengo, mi ser.
Todo lo que comienza debe terminar, incluso esta absurda obcecación y puede que esta carta inconclusa haya marcado un antes y un después dentro de mi pecho.
Durante años me he empeñado en dotarlo todo de un sentido pero he aprendido que no tiene por que funcionar así.
Esto, tu indiferencia, mi vida... Nada tiene sentido.
Creo que si no soy capaz de escribirte lo que siento es porque desgraciadamente no sé lo que siento en realidad.
Desde luego bajo ningún concepto voy a engañarte ni a camuflar las emociones, será por eso por lo que mis manos no obedecen las órdenes de mi cerebro y de alguna manera se resisten a seguir escribiendo.
Mis fracasos más contundentes han nacido de tratar de modelar los sentimientos y adecuarlos a lo que se esperaba o a lo que era moral o socialmente correcto, pero lógicamente aquello siempre terminaba reventando, entre silencios y lágrimas.
Digamos que ahora comienzo a ver la realidad. He limpiado la lente y le he añadido los aumentos necesarios para no quedarme en lo superficial.
Es triste aprender según que lecciones pero necesario y me maldigo por reconocer al fin, que no estamos hechos el uno para el otro. 
Dejaré de confundir el cariño y el deseo con conceptos más elevados y trataré de contener el caudal de emociones para evitar la erosión en el alma.
Supongo que cuando leas esta misiva entenderás mi silencio y la ausencia de novedades en tu buzón desde hace tiempo ya. Perdona mi falta de resolución, aunque creo que te liberará de responsabilidad y angustias.
De alguna manera ( aunque te aseguro que no de la que hubiera querido) siempre tuyo:

                                      Damocles.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Pues eso.



Vamos, esta es la excusa perfecta para darme toda la caña del mundo, os lo he puesto demasiado fácil quizás pero no pienso borrar ni una palabra.
Digamos que mi puto subconsciente me la tenia guardada y en cuanto ha tenido ocasión me lo ha soltado todo en forma de sueño.
Cómo eres un sueño, ni puedo enfadarme ni puedo sentirme ofendido, al fin y al cabo no has sido tú, he sido yo mismo el que ha dicho todo lo que tenía que decirme. Creo que en efecto, soy carne de psiquiatra y puede que al final sea productivo para alguien.
¿Qué más da que piense que el beso que te reservo sea cien millones de veces más sabroso y ardiente en la realidad que en esa pantalla jigante de cinemascope de mi imaginación?
Vale, soy un ñoño o como prefieran definirme algunos lectores pero que se le va a hacer, el que nace lechón muere cochino y renace más lechón que nunca.
Toda mi vida he jugado a ser Indiana Jones tratando de encontrar el amor verdadero pero además de trampas de todo tipo, criptogramas indescifrables y pasadizos que no llevaban a ningún sitio, poco más he encontrado.
Me han atravesado el corazón con demasiadas flechas envenenadas y en más de una ocasión he estado a puntito de caer en las manos de sacerdotisas que tan solo querían sacrificarme  en rituales tan atávicos como maléficos.
Parezco una seta cuando me pongo sombrero, me han sacudido con mi propio látigo,claramente  no valgo para héroe e incluso la barbita de tres días comienza a ser algo ridícula, ya que lleva lleva mi particular seña de identidad pues es bicolor y me hace de todo menos duro. 
En mi sueño invocabas a la deidad de turno mientras me mirabas fijamente a los ojos y jugueteabas con un cuchillo tan grande como mi lujuria, que diseña el vestuario que luces en todas tus apariciones estelares y se conoce que en mi subconsciente ya ha debido de llegar el verano porque estabas poco abrigada (vamos a decirlo así) preciosa pero poco abrigada.
Cuando traté de besarte intentando callar tus invocaciones, me hundiste el cuchillo en el estómago y en ese momento supe que debía tratarse de amor porque dolía de cojones pero no quería estar en ningún otro lugar del mundo, ni real ni imaginario.
No sé porqué pero he reconocido lo que sentí cuando me clavaste la hoja hasta la empuñadura.
Creo que no es la primera vez que me atraviesas de lado a lado, ni será la última.
El acero de tu distancia,el que tomó forma de cuchillo en mi sueño es frío, tan frío como la indiferencia de la persona a la que se ama. 
No es el primer sueño en el que me descubro mendigando una mirada o una palabra amable como si fuera un cachorrito de cocker pero si es el primero en el que me quedo con ganas de besarte y paso a la fase REM de vacío, tan carente de tus labios como en la vida real.
Manda cojones, que siendo mi sueño ya podía permitirme algún homenaje pero creo que te respeto incluso en lo onírico.
Me parece a mi que si quiero que lo nuestro funcione, tendré que escribirlo, de momento ya tengo el final y estás más que hermosa vestida de blanco.



viernes, 11 de diciembre de 2015

El verdadero sentido





No termino de encontrárselo a todo lo que estoy viviendo en este último periodo de mi vida en el que he experimentado la verdadera fuerza de la gravedad y lo que conlleva enfrentarse a ella y tratar de tirar adelante sorteando obstáculos.

A veces las cosas se presentan terriblemente convulsas y uno intenta obviar lo desagradable y sobrevivir a toda costa pero no hay truco que valga, tan solo esforzarse, coger aire y luchar.

Las circunstancias vienen como vienen y  golpean como golpean.

A veces golpean con excesiva dureza y sientes cómo la lona se levanta rápidamente hacia a ti pero eso es una ilusión, eres tu quien cae a la lona y lo descubres al saborear lo dulzón de la sangre que mana de tu ceja abierta y llega cálida y espesa a tus labios.

Alguien cuenta despacio pero avanzando inexorablemente y en un alarde de valentía consigues ponerte en pie antes de que llegue al diez.

No hay juego de piernas que te permita esquivar los ataques que te llevan hasta las cuerdas, ahí solo puedes tratar de cubrirte y encajar los derechazos cómo mejor te sea posible.

Ya he encontrado aquello que me permitirá aguantar en pie hasta el último asalto y no consiste precisamente en devolver los golpes con rabia si no en aceptar que no eres más que algo parecido a un sparring y centrarte en tu misión en el cuadrilátero, que no es otra que la de permitir que el campeón perfeccione su técnica.

A veces uno equivoca la categoría donde calzarse los guantes pero la federación internacional de la vida ya se ocupa de devolverte a tu peso.

Citando a un boxeador de película: “Nada termina hasta que tú sientes que termina”.

Aún quedan muchos asaltos y trataré de hacerlo lo mejor posible, tuve un excelente entrenador.

Hay que ver, la de metáforas que he encontrado en esto del boxeo y mira que soy un tipo pacífico pero al mismo tiempo he decidido aceptar el combate más duro sin pestañear y sobre todo y por encima de todo, resistiré. 
Tengo un gran equipo en mi rincón dispuesto a curarme los cortes, a ofrecerme con qué refrescarme, a masajear mis hombros y a animarme constantemente, les debo la mejor pelea que sea capaz de ofrecer, aun sabiendo que todos, absolutamente todos, perderemos a los puntos.




martes, 8 de diciembre de 2015

JUANTIERASMUS



 Primicia:

Hoy voy a dejaros aquí uno de los "capítulos" de ese libro de relatos que nació durante mi experiencia Erasmus en Italia, donde aterricé como un estudiante con treinta añitos recién cumplidos, novia, que al estudiar lo mismo que yo viajó conmigo con su propia beca y al ser un tipo independiente del presupuesto familiar, tuve que trabajar allí para pagarme vicios y caprichos ya que el importe de la beca era absolutamente irrisorioo.Al no tener aún mi blog (ni saber todavía lo que era eso de los blogs) escribia emails semanales a mis familiares y amigos contando a modo de crónicas periodísticas, cuentos y relatos cortos, mis vivencias en Italia pasadas por mi particular estilo literario que ya entonces apuntaba maneras.

Por los motivos que he explicado antes, me puse como nombre de guerra para pinchar en diferentes garitos DJ Juantierasmus, pues era lo opuesto a los Erasmus que pululaban allí.

Por avatares de la vida parece que este libro pueda tener salida y llegue a ver la luz, así que comparto hoy este texto para que juzguéis vosotros mismos si tiene o no interés o si resulta ameno.

Espero que os guste. 

 

GASOLINERAS ITALIANAS



Hola a todos y todas!!!!

Aquí esta de nuevo el corresponsal más dicharachero (nota:no intentar escribir esta palabra después de haber fumado un pitillito de la alegría) del mundo entero, emitiendo para toda la galaxia desde Cassino, Italia.

En uno de los reportajes mas arriesgado de la historia del periodismo, vuestro fiel informador pasa a hablaros sobre .....GASOLINERAS ITALIANAS.
  
  CHAN CHAN....CHAN CHAN

Sábado mañana, Laura ha partido rumbo a Londres, y mis compañeros parten hacia su pueblo dejándome sumido en la mas gris de las incertidumbres..... ¿Qué coño hago solo?

Durante una fracción de segundo negras ideas rondan por mi cabeza.
El desasosiego es tal, que incluso barajo la idea de PONERME A ESTUDIAR.
Gracias a Dios en ese mismo instante me rescata una llamada telefónica.
¿"Pronto"?respondo( no pronto respondo, que no es lo mismo)-hum, si, aha si, aha, claro.- 
Sin problema, se habían confundido.
Ahí estaba yo, solo, recibiendo llamadas misteriosas, deprimido y triste como un cachorrito que no ha pasado el casting de escotex.
Necesitaba algo fuerte, y pronto.
Dos horas después , tras haber visto "Roque tres",me dirigí a la ducha, pues era sábado

Esta parte es para adultos.


La toalla resbaló entre mis lorzas hasta estrellarse contra los azulejos blancos, con pelos negros y muy largos.
-Que hermosura-(pensé para mi)y era lógico, pues tras varios meses me iba asemejado poco a poco a un autentico animal salvaje.
El pelo a lo Mufasa, las uñas , fuertes y oscuras, como las de un halcón culebrero, y claro esta, ese rabito corto y enrollado, como el de Babe, quizás una de las criaturas mas astutas de la naturaleza.
El agua caía calda*(*cálida, en italiano original) y muy mojada sobre mi piel, morena...amarilla....blanca.
El agua caía calda y muy mojada sobre mi piel.
Después, mientras me secaba con vigor, se me escapó un pedo.
Es curioso comprobar el efecto que un buen traje ejerce sobre las personas, aquella mañana mi vecino estaba esplendido (cómo pude comprobar al encontrarlo en el rellano).
Tras saludarlo y salir a la calle, la luz del sol abraso mis ojos sin clemencia, rebelando al mundo la cruel realidad... ESTOY SOLO, TENGO MIEDO POR
LA NOCHE, Y HE LLORADO PORQUE NADIE ME HACE CASO.
Autocompadeciéndome estaba, cuando un claxon me devolvió a la realidad.
-EY-
-eY-(contestó mi amigo) Sin mediar una palabra más (pues es sordomudo) subí a su coche, y por señas, me indicó que tenia que repostar, así que nos dirigimos hacia el bar mas cercano.
Tras 3 o4 birras cada uno, me dijo que el coche tenia que repostar, y algo sobre un oso, o una corista(aun no controlo a la perfección el lenguaje de signos).
Aquel viejo panda del 84 era una buena maquina,sobria austera, como la celda de un franciscano, con sus pegatinas de tías en tetas y todo, incluso había un rollo de papel del cul...
Que simpático es el mudo, tenias que verle hablar por señas mientras conduce, ¡¡¡tiene una gracia!!!
Creo que es italiano y, digo creo porque no tiene mucho acento, o yo, profano aun en el mundo de la lengua de signos, apenas se lo he notado.
Y bien, aquella maravilla de la automoción, haciendo gala de la ingeniería de vanguardia, fre de sesenta km/h a cero en apenas cuatrocientos metros, justo justo al lado del surtidor.
Aquí empieza el horror.
Un extraño ser ataviado con una camiseta ¡¡¡DEL BETIS!!!sal de lo que parecía su guarida, y se dirigió hacia el distribuidor.
Estaba contemplando la maravillosa perfección de su falta de incisivos y caninos, cuando un extraño gesto me hizo reaccionar:
¿Pues no nos estaba echando la gasolina el muy cabrón, con un puro en la mano?
Mediante señas, la indique a mi amigo aquel revelador y peligroso detalle, y el rápidamente, me respondió que no, y que le devolviera los otros cincuenta.
Que cachondo es el mudito, aunque si te digo la verdad, hubiera preferido a gruñón, que aunque se queje, al menos se de que está hablando.
En fin amigos, tras darle lo suyo al gasolinero, él ,  nos dió la vuelta.
Salimos de allí con rumbo desconocido,en dirección al bar que hay bajo mi casa, y después de unas copas de Lambrusco, pensé para mi, Juan, aquí hay reportaje.
Esto es todo por el momento
Muchos besos para todas y todos y tú, Laura, donde quiera que estés, si lees esto¿donde están mis calzoncillos de la rana Gustavo?, sabes que son los que mas me pongo.
Te quiero Laura, un beso.


domingo, 6 de diciembre de 2015

Adicto

a poner por escrito cuanto me remueve el alma. Al subidón de reflejar en negro sobre blanco aquello a lo que no le encuentro el verdadero sentido en un principio pero que termino comprendiendo con la jeringuilla del ordenador detenido en standby frente a mi.
Me emborracho con figuras literarias destiladas en un alambique de emociones y vomito el exceso de tragos a escondidas.
Sufro una sobredosis de metáforas tal, que soy practicamente incapaz de llamar a las cosas por su nombre y aunque a veces me chuto con cualquier metáfora "impura", cuando me hago con un cargamento de metáforas "puras" me desato y organizo un tremendo fiestón alegórico en mi cabeza.
Con mucho cuidado quemo cada dosis sobre el albal de mis textos o en una cucharilla donde las mezclo con lágrimas para potenciar su efecto y al apretar la goma en mi brazo buscando identificar lo antes posible la vena adecuada, sé que la droga llegará a mi alma por un torrente sanguíneo intoxicado al completo por todo lo que hubiera querido decir en su momento y no supe y por tanto que he callado, que se pudrió en mi interior corrompiendo la calidad de mis escritos y llevándome a la perdida de la razón que es el "viaje" más siniestro.
En pleno éxtasis olvido la importancia de puntos y comas para evitar desbocarme cómo un potro  y en demasiadas ocasiones, al estar drogado con términos irreales que se confunden con los reales, corro el riesgo de ahogarme en cada frase.
He tratado de ponerme a salvo, de limpiar mi mente, de salir de esto.
El sudor y los mareos me han acompañado durante el síndrome de abstinencia y ya me he demostrado que esta adicción es muy poderosa y por supuesto mucho más fuerte que yo.
He probado con la metadona de algunos autores que debería contener mi ansía pero por el contrario leer cómo sustituto de otras sustancias, lejos de ayudarme, casi me destruye.
He esnifado aliteraciones y me he inyectado hipérbaton cuando he tenido la ocasión, pensando que podrían aliviar el sufrimiento pero no ha servido de nada.
Necesito escribir y ahora que estoy en tratamiento y me he puesto en manos de profesionales, sé que seré el eterno yonki de la literatura.
Bendita adicción.
El mejor producto se puede encontrar en muy diversos estilos y hay poemas que te dan el mismo subidón que un buen ensayo o las mejores novelas pero ya me han explicado mis terapeutas que a lo que soy verdaderamente adicto es a crear mis propias historias, aunque no sean de una pureza ni con mucho tan elevada como las que escriben otros.
Estoy trabajando muy duro en una nueva novela donde trato de volcar lo que me desborda pero aún así, cuando tras guardar los cambios y progresos,cierro el archivo y me concedo un descanso, a los pocos minutos debo prepararme otro chute en forma de entrada de este blog.
No puedo curarme, no concibo una vida sin ello y si existe esa vida, no quiero vivirla.
Quiero conseguir el mejor producto, ese en el que pueda  decirle con las más hermosas palabras a la persona que quiero, lo terriblemente insoportable de ese amor no correspondido y lo absurdamente necesario de su cotidiana indiferencia.
Quiero aprender a abstraerme de mi mismo durante cada "cuelgue" y, como los fumadores de opio, tumbarme sobre un mullido lecho donde poder sonreír con la mirada perdida y soñar que las cosas van a salir siempre como yo quiero, consiguiendo el entramado perfecto entre sucesos y personajes para la obra cumbre que llevo años persiguiendo y que corre mucho más que yo.
No me importa si esa obra cumbre es una novela póstuma, el caso es que algún día quisiera alcanzarla aunque sea en la antesala de la muerte.




 



jueves, 3 de diciembre de 2015

Te recuerdo costantemente, Blancanieves

Yo no tengo que pensar ni siquiera un segundo si tu recuerdo me hace bien o me hace mal. Evocar tu sonrisa y la dulzura de tu expresión siempre me hará bien.
No sé donde estás exactamente, si aquí o allí y no sé si el que te lean estos textos junto a tu cama del hospital, podrá ayudarte a encontrar el camino de vuelta pero si fuera así no sabes lo infinitamente feliz que me haría saberlo.
Cómo dice esta canción, debes estar "atrapada entre los besos y el adiós" pero aún no te vayas por favor, aún hay muchas cosas que tenemos que hacer juntos, hay mucho que ver y mucho que disfrutar.
De aquellos días que pasé en coma hace ya más de un año, no recuerdo absolutamente nada. Solo sé que no sufrí lo más mínimo durante el estado comatoso y que a mi no me dieron entradas para el famoso túnel, ni había ninguna luz al fondo, iluminando el final del camino (tan solo el brillo de mi buena estrella) por lo que al menos tengo la absoluta certeza de que no sufres y no te enfrentas a nada malo.
No quiero que te vayas aún Blancanieves, estoy dispuesto a buscar otros seis enanitos para compartir piso y hacerte un hueco en casa, prometo incluso cocinar para todos pero por favor, quédate.
Estoy dispuesto a lo que haga falta, incluso a renunciar a todos mis sueños ahora mismo si con ello puedo compensar tu pesadilla y mañana abres los ojos.
Aunque me pese (y le pese a quien le pese) comienzo a entender que por encima de cualquier otra cosa en este mundo, quiero ser escritor y esta es mi manera de tratar de llegar hasta ti.
Podría haber sido el mejor médico del mundo (seguro que habría sido mucho más útil en esta ocasión) pero mi única vocación ha sido siempre la de juntar letras para contar cosas en negro sobre blanco. 
"Voy a poner una velita a todos mis santos" voy a intentar llegar a un acuerdo con el presidente de esta empresa y voy a ofrecer cualquier cosa que pueda interesarle a cambio de que no te trasladen ahí arriba de momento, aún es muy pronto Blancanieves y aquí dejarías demasiadas almas destrozadas por tu ausencia.
Tienes una familia que te adora, viviendo la terrible incertidumbre de no saber que va a ser de ti y tienes a muchas amigas y amigos que no paramos de preguntarnos de que manera ser útiles para que te liberes de tu sueño. 
Puede que de alguna manera te llegue algo, no lo se, no recuerdo cómo funcionaba aquello, yo regresé sin memoria pero estoy convencido de que dentro de mi cabeza y de mi pecho, mi alma,mi esencia o mi energía (llámalo como prefieras) se dejó guiar por las voces amigas que me pedían que me quedase y sintió cada beso y cada caricia de los que velaron mi sueño.
Si vuelves hazlo tranquila, seremos muchos a luchar para intentar que seas feliz.
Y si al final no consigues hacerte con un billete de vuelta, te prometo que en cuanto me toque ir para allá  (después de localizar y saludar a mi padre) te buscaré y te daré el abrazo que quisiera darte a cada momento desde hace demasiadas semanas ya.
Es por eso por lo que tengo más que claro que tu recuerdo me hace bien.


 


 


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Sin red

En una entrada que publiqué en octubre de 2012 con el título "Frío" y que más tarde  trasladé a mi libro de relatos "Historias para según qué días" con el mismo título y acompañada por una ilustración de ese genio pequeñito que es Estela Labajo Duque, escribí: "Soy el equilibrista de nieve que camina sin red por la cuerda floja de todo lo que no quiero y de tantas cosas que querría decirle y no puedo."
El funambulismo es una de las expresiones artísticas que mejor expresan de forma metafórica las emociones de la vida y la forma de afrontar cada momento.
Hablando con la artista Cristina Calleja, a quien podemos ver en la foto que encabeza la entrada y de quien me llena de orgullo el que forme parte de mi entorno social y personal, he tratado de explicarla que verla en acción me despierta muchas sensaciones y me inspira infinidad de textos.
Es sorprendente ver a alguien en apariencia tan frágil y delicado, sortear el peligro y vencer a la ley de la gravedad sin el menor problema.
Es una lección de vida.
Cuando piensas que puedes caer al vacío, que no vas a tener la fuerza suficiente para agarrarte a la salvación y cuando al mirar hacia abajo y ver que no hay red te desesperas, recuerdas a Cristina en el trapecio o agarrada a las telas y encuentras el estímulo que te hace intentar ese movimiento que te permitirá sostenerte y mantenerte a salvo.
Todo tiene sus procesos y hay que saber que para poder alcanzar ese grado de supervivencia tan elegante y hermoso hay que practicar mucho y sobre todo hay que decidirse a perder el miedo o al menos a ignorarlo y no permitir que te atenace los músculos ni el alma.
Yo trato de emular a Cristina cada vez que me siento ante un teclado dispuesto a vaciarme las entrañas y a bucear en los rincones más oscuros de mi alma. 
Al escribir según qué textos, trepo hasta un trapecio situado a miles de metros sobre el suelo y a simple vista no hay red pero si me fijo bien veo que hay una red segura y mullida, tejida con los brazos y el cariño de tanta gente dispuesta a detener mi caída que no puedo evitar emocionarme.
Si consiguiese trasladar esa seguridad a mi día a día las cosas serían muy diferentes pero prometo intentar hacerlo y como Cristina y las artistas de su disciplina, conseguiré superarme trabajando duro, aunque cueste y dé miedo.