viernes, 17 de enero de 2025

Yo no pedí esto


 Y no creo que nadie en su sano juicio pidiese algo así. 

A veces siento tan intenso, tan fuerte, tan potente, tan dolorosamente, que me quema dentro del pecho, sufro hasta lo insoportable y parece que se me va a resquebrajar el alma, y que el corazón va a implosionar estallando en millones de pedacitos. Menos mal que he aprendido a reconocer y a controlar las crisis de ansiedad y a no dejarme llevar por el pánico, porque en muchas ocasiones sentía que me  iba a morir, que me iba a dar un infarto o algo similar, que sentir como siento podría matarme, pues si llegaba a somatizar como parecía que iba a hacerlo, tras  las taquicardias, los sudores fríos y los mareos, vendría la muerte. Y después la nada.

Por eso me empeño en reír cuando puedo y en llorar cuando lo necesito. Y no estoy loco ni soy diferente, tan solo tengo un exceso de sensibilidad y las cosas me afectan como pueden afectar a otros muchos, pero multiplicadas por cien. He aprendido a llorar, y ya no me importa el desprecio del idiota de turno si no puedo contener la emoción y lo termino haciendo en público. Ya no me importa, de verdad. El que se atreva a juzgarme por sentir como siento que lo haga públicamente, pues yo mismo ostentare mi defensa y os aseguro que tengo argumentos y precedentes a los que agarrarme para salir airoso y evitar la condena social.

Y en cuanto al placer, me sucede tres cuartos de lo mismo. He aprendido a decir que quiero a la gente que quiero y cuando digo que quiero a alguien, no lo hago buscando nada a cambio, es un amor verdadero, el más inmenso de los cariño y la más tierna de las emociones. Y no digamos ya cuando amo en la más romántica de las acepciones. Creo que, las pocas mujeres a las que he sentido amar con semejante intensidad, realmente no llegaron a entenderlo ni a creerlo, no llegaron a comprender que eso de "mataría o moriría por ti" era mucho más que una frase hecha. Creo que aprendí a escribir con la única intención de poder explicarle a Ella cómo la he amado, como la amo y como la amaré en todas y cada una de mis vidas.

Y ahora el que quiera, que me llame ñoño, marica, nenaza o cualquiera de esos alardes de ingenio. Por mi parte les deseo que sean muy felices, pero muy lejos de mi.

Ahora solo quiero que alguien me haga sentir bien, que algo me haga sonreír, que me lleve al orgasmo y que me cubra de caricias el alma. Y lo demás no importa.

Yo no pedí ser como soy, pero estás son las cartas que se han repartido y seguiré jugando con ellas una reencarnación tras otra. Así hasta que un día salte al banca del destino y consiga ser feliz.

A por esta mano.

domingo, 12 de enero de 2025

Porciones de cada uno


 El pasado 2024 y junto a mi buena amiga y compañera en Pequeño asteroide, la actriz, directora teatral y fotógrafa artística, Luisa Valares, presenté al Ayuntamiento de Simancas una propuesta cultural algo atrevida, en la que ofrecíamos la posibilidad de mediante sesiones de trabajo  semanales en un espacio municipal, ofrecer a los vecinos del pueblo que así lo desearan la posibilidad de escribir con mi ayuda, y de interpretar con la ayuda de Luisa, su propia obra de teatro.

En Simancas hay una verdadero interés por la cultura y sus vecinos son gente muy participativa y muy inquieta, por lo que rápidamente y con el beneplácito y el apoyo de la corporación municipal, se formó un grupo de lo más heterogéneo y absolutamente adorable.

Durante las primeras sesiones semanales les animé a trabajar la escritura creativa, descubriendo para mi sorpresa un verdadero caudal de creatividad y de energía, y disfrutando de todas y cada una de esas sesiones de escritura en las que en más de una ocasión, al compartir con el grupo sus creaciones leyéndolas en voz alta, la emoción se adueñó del aula y compartimos también lágrimas, suspiros, carcajadas y guiños. Luisa los hizo trabajar distintas dinámicas para potenciar los recursos actorales y ayudarlos a aprender la forma de saltar a las tablas de un escenario sin miedo y compartiendo su talento y su afán de disfrutar de la vida exprimiendo cuanta ocasión se les presenta para ello. Poco a poco nos fuimos introduciendo en la escritura de dramaturgia, y entre todos y aportando multitud de ideas originales y realmente acertadas, conseguimos construir una obra de teatro para un numeroso elenco de actrices y actores de un amplio abanico de edades y de personalidades muy diversas. La cosa fue tomando forma de la mejor de las maneras y nació Porciones de cada uno, comedia de enredo y de intriga, que al llegar a manos de Luisa se terminó de perfilar y se convirtió en el mayor de los éxitos el pasado 8 de enero, día de sus estreno.

El teatro de La Vaguada se llenó de vecinos, familiares y amigos del elenco, así como de miembros de la corporación municipal con su alcalde a la cabeza, que asistieron asombrados y entusiasmados a la representación del grupo que bajo el nombre de Simanquince nos dio a  todos una lección de pundonor y de saber estar, demostrando que cuando se tiene ilusión por algo, y uno pone alma, corazón y esfuerzo en ello, no hay nada imposible.  Alberto, alcalde de la villa, y Nina, concejala de Cultura aceptaron nuestra invitación a subir al escenario para posar y compartir los aplausos y los parabienes, pues realmente los merecen, ya que desde el primero momento apostaron por ofrecer a sus vecinos al posibilidad de participar en un proyecto de este calado y de transcender el en el tiempo, pues no me cabe duda de que dentro de unos años, en algún lugar del planeta se pondrá en escena Porciones de cada uno, o se visualizará en el canal de YouTube de Félix, (virtuoso de la cámara y amante esposo de una de las actrices del elenco), que recogió la obra completa desde su presentación a los aplausos y que os dejo en el siguiente enlace, por si os ha picado la curiosidad.

https://youtu.be/ODEwS5TdcNY?si=VSt8FuQxlwUPkJza

Tened en cuenta que los integrantes del elenco son absolutamente amateurs, que han tenido que vencer el desafío de salir a escena por primera vez en un teatro de envergadura y abarrotado de gente, y que además y por desgracia, varios de ellos han sufrido las pérdidas de seres tan queridos como madres, hermanas, abuelas o suegras durante los ensayos, y aún así y todo han querido brindarle al cielo sus interpretaciones y los aplausos recibidos. 

Tanto luisa como yo nos sumamos al público puesto en pie y  agradecemos su trabajo y su cariño con nuestros aplausos y una gran ovación.

Y es que todo termina llegando, incluso lo bueno.



viernes, 3 de enero de 2025

Aprender a ganar


 Es tan importante como saber perder. O incluso más.

Puede que celebrar una victoria sea un acto moralmente tolerable siempre y cuando no te vanaglories de  tu triunfo ante el enemigo vencido. Lo que sí que podemos calificar como el mayor de los errores es celebrar el éxito antes de conseguirlo, fundamentando la celebración tan solo en las expectativas creadas, en las promesas de quien puede cambiar de parecer, o en indicadores sujetos al azar o la fortuna.

Al aceptar una derrota aceptas también las consecuencias de los actos erróneos que te llevaron a ella, y al celebrar un triunfo celebras el haber sabido tomar las decisiones acertadas que te llevaron a él.

Mi propósito de año nuevo es vivir con los pies en el suelo. Esto no quiere decir que vaya renunciar a ilusiones y sueños (si lo hiciera, no sería yo), pero si que evitaré dar un triunfo por conseguido antes de haberlo alcanzado, celebrar una victoria antes de comprobar la derrota o la rendición del adversario y proclamarme vencedor basándome en lo que debería suceder y no en lo que sucede.

Puede que esto sea un nuevo síntoma de madurez que sumar a los que para mi sorpresa voy incorporando a mi condición, o simplemente una nueva pieza de la armadura que he decidido vestir para proteger mi corazón y mi alma, que ya no soportarían más heridas y que no tienen espacio para añadir más cicatrices.

He aprendido que el tiempo hizo de mi el continuo derrotado en las lides amorosas y que en más de una ocasión estúpidamente llegué a creer que había salido victorioso del encuentro con unas perfectas caderas, con unos ojos del color del sol o con la más hermosa de las sonrisas, pero el destino se ocupó de abrirme los ojos , de mostrarme la más cruda realidad y de confirmarme que si hay un terreno en el que por mucho que lo intente nunca conseguiré celebrar una victoria, ese es el amor. Y es que tras muchas noches en vela, tras muchas horas de lectura, tras muchos versos y muchos párrafos escritos y tras docenas de angustiosas tardes de lluvia entregado a la introspección, al fin aprendí que en el amor no hay vencedores ni vencidos, que nadie gana, que todos pierden y que  todos consiguen alzarse con un trofeo. 

Y tampoco hay tablas. Siempre que te entregas a ese  emocional combate que es el amor, llegará el momento en el que sentirás  que tus lágrimas saben como Ella, que tus silencios más tristes se conjugan con su nombre y que con uno solo de sus besos cuando menos lo esperas, es capaz de levantarte del suelo y llevarte a lo más alto del podio. Y pedirás clemencia, bendecirás su piel y descorcharás una botella para saborearla a su lado. Y suplicarás a los hados que el tiempo se detenga y que nunca, nunca, se termine ese momento.

O no. O yo que sé.



martes, 31 de diciembre de 2024

Ira y fuego


 Segundas partes nunca fueron buenas (excepto en El Padrino, que podría decirse que fue incluso mejor que la primera), pero lo que viví ayer en el cine viendo Gladiator II fue mucho más que una absoluta decepción, una triste desilusión y un imperdonable insulto a mi inteligencia. Fue la ratificación de que incluso los grandes directores como Ridley Scott, son capaces de ponerle precio a su alma y a su talento.

Si el general Máximo Décimo Meridio (más conocido como El Hispano) levantara la cabeza rodarían muchas en los despachos de Hollywood.

Más allá de que la población númida la conformaran ciudadanos mauritanos y libios en su mayoría, y algunos mestizos de las mezclas con cartagineses y fenicios, el que apenas puedan verse durante la batalla con las huestes romanas uno o dos guerreros de raza africana, ya indica un poquito el rigor documental de la película. Mejor no hablar de los datos históricos, de la organización política y militar de Roma y de otras cosas que los creadores de esta cinta se han pasado por el forro de las gónadas porque sino nos vamos a poner pedantes y no procede.

Mejor no entremos en los artilugios bélicos que despliega la armada romana durante el asalto a la ciudad númida porque sino nos va a dar la risa. La risa me dio en la sala de proyección cuándo un plano general de la aldea númida donde ocultan al sobrino de Cómodo, muestra a un grupo de niños jugando al futbol (deporte africano por excelencia que ya se practicaba en el siglo I D.C.).

La estupidez de la cinta roza la ciencia ficción cuando los prisioneros de guerra son obligados a enfrentarse en la arena del circo con monos mutantes venidos de alguna galaxia muy muy lejana, o cuando salta a ala arena un temible campeón a lomos de un rinoceronte.

Y no hablemos de las Naumaquias (batallas navales) que el gran Julio Cesar llevó al coliseo a fuerza de crear un lago artificial junto al monumental edificio dedicado a los juegos, que alimentándose de las aguas del Tíber, inundaba la arena por medio de un inteligente sistema de ingeniería . En esta ocasión, el señor Scott nos regala además de la batalla naval el ataque de diversos escualos que debieron crecer y desarrollarse en las aguas del Tíber para la ocasión, y que se dieron un banquete con los gladiadores que cayeron por la borda.

En cuanto al guion, carente de la menor dignidad, nos presenta una ridícula trama cogida con alfileres para conseguir una mínima relación con la película que dio origen a esta nefasta secuela.

Creo que sin duda esta ha sido la peor película que he visto en los últimos 20 años ( y mira que he visto joyas como Karate a muerte en Torremolinos y algún que otro título para frikis) y que con la de gente pasando necesidades y gatitos que necesitan de cuidados, invertir casi 15€ en ver esta peli con tu pareja es un atetado contra la amoral.

Por mi, quemaría todas las copias. A mi señal, ira y fuego.


domingo, 29 de diciembre de 2024

Ni tan siquiera un baile


 Y es que de alguna manera podría decirse que concedí tantos bailes a parejas equivocadas que tengo los pies destrozados, y un corazón que  al estar tan pisoteado como los pies, ya no quiere bailar.

Mi problema es que soy un amante del baile y sé que aunque intente no escuchar la música y desviar la atención a otra parte, sentiré el ritmo en el interior de mi pecho y no podré evitar dejarme llevar, comenzaré a seguir el compas involuntariamente y volveré a saltar a la pista agarrado a unas caderas que seguramente sean mi perdición.

Pero por favor, por favor (porfa, porfa, porfa), ya no sé cómo pedirlo (y es que no soy de pedir), llévame con dulzura, haz que al girar no tropiece, que al cruzarnos no choquemos y que cada paso sea el acertado, el adecuado y el más delicioso. O lo que viene a ser lo mismo...quiéreme bien.

Adoro los tangos y desde pequeño me hubiera encantado saber bailarlos como un porteño elegante, chulesco, aunque  respetable, pero, la única pareja que me propuso que nos apuntásemos a clases de tango, no tardo demasiado en encontrar otra pareja de baile y todo quedó en una de esas ilusiones que acostumbro a perder. Lo que está claro es que me muero por bailar con Ella, pero ni merezco volver a sufrir durante la pieza, ni terminar asociando la música con dolor.

Sé que no hay manual ni libro de instrucciones, que no hay tutoriales ni trucos de ningún tipo, que amar es lanzarse al vació sin red, sin casco ni arnés, y confiar en que la persona amada impida que te destroces el alma contra el suelo.

Tengo vértigo emocional y no me importa reconocer que tengo  miedo, mucho miedo, cuando me asomo a contemplar las increíbles vistas de una sonrisa espectacular desde la cornisa del terrible  precipicio que es el amor no correspondido, y me niego a perrear el vulgar y rítmico aunque anodino reguetón que es el amor de saldo.

Si hay que bailar, se baila, pero en verdad hay quien no merece intentar ese último tango.

Lo que tenga que ser será.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

¿Fácil de querer?

A veces me sorprendo a mi mismo pues me descubro disfrutando de lo hermoso de la vida, desterrando miedos y angustias, rozando la felicidad e intuyendo que no necesito escaparme.

 No hace mucho una de las artistas de esta curiosa formación musical de indiscutible sonido cuki-punk, que nació de las inquietudes musicales de algunos miembros de la sanidad pública de mi ciudad , me dijo algo francamente bonito en medio de una improvisada cena, "tu no eres una persona difícil de querer".

Partamos de la base de que aunque ya me siento orgulloso y afortunado de poder llamarlo amiga, no hace más que unos meses que nos conocimos por medio de un gran amigo en común, y al ser yo de la teoría de que la gente se une por afinidad, y además mi amigo Pablo ya me había contado maravillas de ella, no me sorprendió lo más mínimo que tanto con ella como con la vocalista del grupo, haya nacido una amistad que seguramente durará el resto de mis vidas.

El que una mujer a la vista inteligente y con amplia experiencia vital (además de ser artista cuki punk, es enfermera de la UCI de un hospital vallisoletano) de apariencia algo tajante, o incluso dura (pero como se ha demostrado de adorable interior, esponjoso y dulce) me sorprendiera con algo así de repente, me ha hecho pensar mucho.

Si bien es cierto que me harto de decir que quiero mucho a la gente que quiero, que soy jodidamente emocional y que a la hora  de escribir, siempre lo hago mojando la pluma en el tintero del alma, me ha sorprendido que quien apenas me conozca pueda pensar algo tan bonito de mi.

Nunca escondo que se me diagnosticó como persona de alta sensibilidad, aunque seguramente debería hacerlo, pues para mi lo de la etiqueta de PAS es casi hasta contraproducente, ya que me he encontrado con mujeres y hombres que confunden sensibilidad con debilidad, y que han tratado  de destrozarme la vida o de vampirizar mi energía, mis recursos, mis sueños y mis sentimientos. Pero yo soy como soy y eso es algo que por muchos golpes que me de en la cabeza, por mucho que mi cerebro y mi corazón se duerman para despertar asustados contra todo pronóstico, y por mucho que pueda llorar al ser consciente de algunas realidades de mi vida, no va a hacer que deje de ser el tipo peleón y dispuesto a seguir luchando hasta el final que siempre he sido. Y es que eso lo llevo en los genes. No me rendiré jamás. Podré caer derrotado, pero rendirme nunca será una opción, y si esta decisión existencial contribuye en algo a que las personas (y los gatos) de mi entorno crean que soy digno de su simpatía, de su cariño e incluso de su amor, pues adelante, lo celebro y me ratifica que mal del todo no lo debo hacer. 

En estas fechas en las que todo el mundo se desea felicidad casi por obligación o por compromiso, yo acostumbro a decir a quienes aprecio que les deseo toda a felicidad del mundo siempre, Navidades y año nuevo incluido.

Y es cierto....moriría sin dudarlo por ver felices a quienes amo, y eso no me hace una mejor persona, pues entiendo que debe de ser algo universal, solamente me posiciona como persona enamorada del amor, de las buenas personas que me rodean, de Ella, y de aquello que hace que quiera ser el mejor Juan que pueda llegar a ser.

Lo dicho. Feliz vida, Navidad y año nuevo incluido.

 

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Por los amores imPOSIBLES.


 Sí...soy un romántico empedernido, un soñador sin remedio, un esperanzado y ferviente adorador de Cupido, de Afrodita y de Eros, y un incorregible iluso.

Si hay algo que me guste más que los libros o los gatos, no es otra cosa que el impresionante sentimiento que te embarga y domina tus actos cuando encuentras a esa persona que el destino eligió para confundir tus sentidos, y tu razón. He tenido la inmensa fortuna o la fatal desgracia de vivir  historias de amor tan impresionantes que los mismos amantes de Teruel envidiarían, romances que harían sonrojarse a la propia Melibea y, relaciones que convertirían a Romeo y a Julieta en unos aprendices en las artes amatorias.

Y sigo amando a quien amé, recordando a quien jamás olvidaré y maldiciendo en todas mis lágrimas a quien pisoteó mis ilusiones convirtiéndolas en destrozados fragmentos del corazón que un día se rindió a sus falsas promesas, a sus  impostadas palabras de amor  y a sus embusteras caricias.

Pero de todo lo sufrido, lo experimentado, lo perdido y lo sangrado, aquello que realmente me llevó a creer en el amor por encima de todas las cosas, fueron esos sueños compartidos a los que se bautizó como amores imposibles.

Para identificar un amor imposible, creí que tan solo debía fijarme en aquello que lo alimenta en mi literatura, que no es otra cosa que los versos más hermosos, las metáforas más acertadas y los párrafos más deliciosos, y aquello que lo define en la realidad cotidiana, las promesas por cumplir y lo proyectos en común que jamás se llevan a cabo. Pero por desgracia, todo esto que alimenta los amores imposibles sirve también como el combustible que aviva las llamas de los amores que creemos poder alcanzar. Y quizás lo imposible no es el amor, quizás lo imposible es hacer que tus oraciones sean escuchadas, sobre todo cuando sabes que Ella te ama y cuando tu sabes perfectamente cuanto la amas a Ella. Lo único imposible entonces, es conseguir que los astros terminen de alinearse y que los hados sean propicios a las historias que nacieron condenadas a la más increíble de las pasiones, al más abrasador de los fuegos y a la mas amarga de las hieles. 

En cualquier caso el amor lleva implícitos en su ADN la molécula de la esperanza y el gen de la perseverancia. Hay personas a las que se nos condenó a amar cada segundo de nuestras vidas, y a quienes en un momento de debilidad y de clemencia, los dioses permitieron que no llegásemos a enloquecer por completo. Quizás eso más que clemencia es tan solo crueldad, pues ha habido momentos en los que al no poder despertar a su lado, o al despertar junto a quien no debía hacerlo nunca, he preferido estar muerto o decididamente loco.

Por eso y solo por eso, porque vivo y aún se me puede considerar un hambre cuerdo, creo que todos los amores son imPOSIBLES.

Y de nuevo y pese a todo,  brindo por ellos, por todos ellos.



viernes, 13 de diciembre de 2024

Todo arde


 Y es un fuego capaz de incinerar cada día sin Ella, y de congelar todos los besos que un día se fueron y no han de volver.

El tiempo pasa, pero nunca amanecerá para mi si Ella no duerme a mi lado, si su sonrisa no ilumina mi mañana y si con los ojos no cuestiona cada una de mis palabras de amor, clavando fijamente sus pupilas en mis poemas y negando la evidencia. Y es que llevo siglos tratando de explicar que cada vida que me regalan los hados es para amarla a Ella, para morir por Ella y para escribirle las palabras más hermosas.

Es un hada, es una sombra en la roca desnuda, una voz en el viento, un horizonte feliz, una pradera de suspiros y un ramillete de caricias.

Ella es todos y cada uno de mis sueños, todos y cada uno de mis deseos, todas y cada una de mis derrotas y también la mayor de mis victorias.

Ella me enseñó lo que significa hacer el amor, y no aspiro a aprender una lección más sublime , deliciosa e intensa a lo largo de mis vidas. 

Arde la tierra, arde la luna en el cielo y arde este amor que bebe de su humedad, respira su esencia y baila el ritmo de sus caderas.

Y con cada llamarada me siento más humano. Y más desprovisto de todo.

domingo, 1 de diciembre de 2024

De casta le viene a la galga


 Para mí es un verdadero orgullo presentaros la novela, Ni contigo,  de mi amiga y editora Eva Melgar.

Hace aproximadamente seis años que por avatares de la vida y en uno de los más literarios espacios de Valladolid, la Casa/Museo de José Zorrilla, conocí a esta gran persona, acertada escritora y mejor amiga.

Fue durante un encuentro de relatistas organizado por su prima, la también editora y amiga, Paz Altés, directora de la casa/museo del poeta. Durante aquel encuentro se leyeron los relatos seleccionados para comentar y corregir públicamente, entre los que se encontraba el que yo había presentado, pero fue el que se leyó de esta hasta entonces desconocida para mí el que me cautivó el alma y me robó el corazón, pues era de una inquietante belleza nacida de las más duras circunstancias relatadas con tal acierto, sensibilidad y destreza, que de inmediato quise conocer a la autora. Y al término del encuentro Paz me la presentó.

Eva acababa de llegar de Euskadi, abandonando su vida allí, para instalarse con su padre, el genial periodista y ampliamente galardonado con premios nacionales e internacionales de televisión, Luis Tomás Melgar, quien fue un vallisoletano de pro que quiso regalar sus últimos años de vida a la ciudad en la que se hizo un hombre, y comenzó su camino, convirtiéndose con el tiempo en un intelectual que por encima de todo y de todos amó la literatura, a la que aportó casi una veintena de publicaciones de diversa índole y a la que en breve obsequiará con una una obra póstuma, que verá la luz de la mano de Suseya ediciones, el sello vallisoletano que ha publicado mi trilogía de novela negra,  #crimenesdetemporada.

Para mí fue un verdadero placer servir de Cicerone a esta madrileña de nacimiento y vasca de corazón,  a quien guié por las calles de Valladolid compartiendo con ella vinos de nuestras cinco distintas D.O y apasionantes conversaciones sobre autores y obras de todos los géneros y estilos literarios. Y sobre una vida que a veces se nos presenta demasiado cruel y complicada.

Al igual que su padre, su prima Paz, su hermano Luis, su tío Fernando Altés y otros miembros de esta singular y muy culta familia, la literatura es parte del alimento vital que permite vivir a Eva melgar, bien como la ecléctica e insaciable lectora que siempre ha sido, como una  exigente, muy profesional y excelente editora, o bien como la brillante escritora que ha demostrado ser.

Curiosamente Eva está desprovista del ego de autor que viste a todos cuantos nos enfrentamos a un folio en blanco, y jamás quiso aceptar que más que talento, tiene un don, y aunque se negaba a participar en concursos, a publicar sus manuscritos o a compartir sus textos, estos últimos años junto a su padre en el pueblo vallisoletano de Mojados le han servido para superar sus reticencias, e influenciada por el consejo, el orgullo y el cariño de su padre, por fin aceptó presentarse a un certamen internacional de novela negra, cosechando el primer premio con esta realmente interesante Ni contigo, que hoy os presento en el blog que ella prefiere no leer, pues como amiga y como editora, me pide que trate de contener ese caudal de emociones que me llevan a sincerarme en la red, y a desnudar mi alma frente a quienes igual utilizan mis confesiones únicamente como armas con las que lacerar mi cuerpo. Pero lo siento mucho, Eva, hoy no te voy a hacer caso (bueno, mejor dicho hoy tampoco te lo hare, sorry).

En cuestión de semanas se presentará públicamente esta novela, aunque sé que ya se pueden comprar ejemplares en la web de la editorial Cosecha negra, y en las librerías de toda España en las que este sello distribuye las obras de sus autores.

Debo mucho a Eva como escritor, pero también como persona, pues con su amistad carente de cualquier otra cosa que no sea un sincero cariño, una confianza plena y una idéntica pasión literaria, me está ayudando a crecer como ser humano, y como autor.

Dicen que los amigos son la familia que uno elige, y me siento muy afortunado al poder considerarme miembro de la familia de Eva y contar con Eva entre los miembros de la mía, aunque no compartamos apellidos, sangre ni el menor parecido físico. Eva al igual que su queridísima Ona, es una galga delgada y harto espigada, tranquilona, friolera y cariñosa con quienes no pretenden intimidarla ni invadir su espacio.

Hace poco más de un año lloré junto a Eva la muerte de su padre, a quien también pude considerar mi amigo y mi familia, y junto a Eva disfruto de las visitas de sus hijos y de sus nietas, con quienes siempre es buen momento para celebrar con un brindis que el destino haya querido cruzarnos en la dura estepa castellana.

Si estimáis en algo mi criterio literario, hacedme caso, leed esta novela, porque sé que me agradeceréis la recomendación.

sábado, 23 de noviembre de 2024

Il aqua. ¿Dove e il aqua?


 Ciao se utiliza en Italia tanto para decir hola, como adiós. Ella acostumbra a besar en italiano. Él maldijo no hablar ese idioma.