Hay que tener un cuidado extremo para no permitir que algún desaprensivo, convierta tu alma en ese pantano de la desesperación en el que Atreyu estuvo a punto de perder a Artax y donde uno puede sumergirse entre angustias y penas, sin aferrar la cuerda que te lanzan las personas que te quieren.
¿Qué es el amor? preguntas clavando tu pupila en mi pupila azul. Princesa...amor eres tu.
Amor es todos y cada uno de esas gestos cómplices que unen a dos personas con un lazo invisible pero fuerte y resistente. Amor es la sonrisa que despierta una llamada de teléfono o un simple mensaje, cuando todo parece perdido. El amor del que yo hablo, nada tiene que ver con los culebrones que parecen rodarse tan solo para ayudarte a dormir la siesta en el sofá del salón, al término del telediario.
En una de mis últimas relecturas de esa impresionante obra filosófica y atemporal, que es "El principito" me deleité sobre manera con la diferencia entre querer y amar que nos presenta la conversación que mantiene el joven príncipe con una de las rosas.
El amor brota cuando descubres que darías cualquier cosa y harías cualquier cosa por alguien a quien deseas ver feliz por encima de todo. Un hijo, una madre, un hermano, un amigo o una pareja. Da igual. El amor implica respeto, sacrificio y una siempre disponible voluntad de ayudar a respirar a quien necesita aire porque su vida comienza a ahogarlo.
No dudes ni un solo segundo en que en el momento en el que alguien antepone su ego, sus necesidades y sus deseos a los de la persona amada, ha dejado de amarla para quererla. Y además quererla mal.
Cuando sientes dentro de ti que lo que te va a hacer realmente feliz, es ver a la persona amada cumpliendo sus objetivos, ganando sus batallas y sonriéndole al destino, solo entonces comprenderás que has comenzado a amar de verdad. Y eso no hay que traducirlo en noches de pasión o en contacto de ningún tipo. A veces eso sobra por completo. Por supuesto enriquece y alimenta, pero no es una condición obligatoria.
Moriría de nuevo por verte completamente feliz y renacería otra vez en el paraíso de tu plenitud y tu sonrisa.
Sin vergüenza, sin pudor, sin pretensiones, puedo afirmar con certeza que te amo. Y lo más hermoso de todo es que el amor verdadero, ese del que han escrito millones de versos los espíritus atormentados conocido como poetas, no necesita ser correspondido. Pero si tu también me amas, a mi, me estarás confirmando que además de que la vida tiene un sentido, Dios existe.