No mendigo amor, no te confundas. No lo he hecho nunca, si bien es cierto que he escrito sobre el amor hasta la saciedad y lo he disfrutado y sufrido hasta lo indecible. Pero nunca lo he mendigado. Aunque alguno no lo crea, soy de la teoría de que cuando un miembro se engangrena, lo mejor es amputar. Con las relaciones sucede lo mismo. Y además, segundas partes nunca fueran buenas y ese error ya lo he cometido alguna vez en el pasado. Lo de volver, volver. Volver. Está genial para las canciones pero poco más.
Que profunda emoción recordar el ayer y que putada tan gorda recordar según que cosas, hay momentos que es mejor olvidar para siempre. Pero no te preocupes, este año lo he comenzado con el firme propósito de alejarme de los recuerdos dolorosos y de todo aquello que me haga sentir desgraciado. Dejar de fumar lo veo francamente jodido y al gimnasio llevo yendo ya unos meses. Toca un propósito más adecuado y más necesario.
Ya he sufrido un reseteo salvaje que me ha descolocado las carpetas de archivos cerebrales pero aunque me cuesta horrores recuperar algunos recuerdos, todos siguen ahí. Todos parecen recuperables menos la "carpeta X" ,que es quizás lo que más me fastidió haber perdido en el caos de la lesión. Me costó muchos años llenar esa carpeta de archivos e imágenes espectaculares y ahora la tengo practicamente como a los veinte años pero gracias a Dios, a Supergato o a quien sea, los nuevos archivos y las nuevas imágenes no desmerecen las anteriores en absoluto.
Así que no te preocupes si no consigo encontrar las palabras adecuadas para volver al cortejo. No es culpa tuya. Sigues siendo un bellezón y terriblemente encantadora, no lo dudes ni un segundo pero no eres esa mujer que llevo décadas buscando. Puede que nunca llegue a encontrarla, pero no dejaré de buscar. Empirismo puro. Ensayo, error, hasta que de con la adecuada o me termine destrozando el alma en el intento.
He de reconocer que el noventa por ciento de las mujeres que he conocido y conozco, y que he amado y amo, son personas absolutamente adorables y en la mayor parte de las ocasiones, no he sabido estar a la altura.
Pero da igual.
Para vuestra información, deleite y solaz regocijo, aprovecho para anunciar que se terminó esto del ñoño eterno o el eterno enamoradizo. No renuncio al amor, pero voy a dejar de invocarlo y de escribir a Campanillas y a princesas indias.
En demasiadas ocasiones he confundido el conjuro y he invocado a los demonios más crueles y sanguinarios.
Lo que tenga que ser será y si dentro de tres meses o un año, vuelvo a escribir que me he enamorado como un colegial, aceptaré con hombría reproches, insultos e incluso collejas, de mis queridos lectores (y lectoras). Tengo clarísimo que si me vuelvo a enamorar, esta necesidad tan imperiosa e incontrolable de poner por escrito mis sentimientos, me llevará a gritarle al mundo desde este blog lo mucho que la quiero. Pero ya está bien. De momento se acabó.
Ahora toca madurar de una puta vez, crecer (al menos en lo espiritual y en lo emocional) y avanzar en el camino que me lleve hasta el hombre que quiero ser.
Y dicho esto, os abandono.
Volveré, como M`c Arthur.