No obstante, al escuchar la letra de este tango, he comprendido que en la noche de reyes pueden suceder demasiadas cosas y no todas buenas, ni asociadas a la ilusión de los niños. Aunque yo soy de aquellos que aún habiendo perdido la inocencia, sigo escribiendo mi carta y soñando con que llegará el día en el que al levantarme, encontraré junto a los zapatos eso con lo que llevo soñando todas mis vidas. Y no me refiero a venganza, ni a la reparación del orgullo mancillado ni del corazón roto. Hablo de esa persona que no solo me quiera mucho, sino que sepa quererme bien. En su defecto y si les resulta demasiado complicado por problemas de transporte (aunque siempre he hablado de mi "pequeñita") pueden al menos dejarme el kit de "Kent perfectas declaraciones". Este kit comprende además del muñeco vestido de novio, un librito con las palabras oportunas con las que sedujo a Barbie, el libro de los "Mil trucos para la autoestima y la confianza en mi mismo" (escrito por el propio Kent) y unas gafas de sol para protegerme del brillo de los ojos y de la sonrisa de la persona que espero llegar a tener a mi lado con la ayuda de ustedes.
He sido muy bueno, tanto, que sigo creyendo en ustedes. He sido tan bueno que he tragado con demasiada mierda y he aguantado lo inaguantable, lo que muy pocos pueden aguantar sin dar lugar a miles de tangos como el que encabeza esta carta.
A pesar de todo y de todas y todos, sigo creyendo en el amor.
Si por lo que sea, han encontrado la vacuna para la estupidez, no me vendría nada mal que me dejasen cien mil o doscientas mil dosis.Ya me las iré pinchando poco a poco y a diario. Todo es ponerse, como dicen los yonkis.
Puestos a pedir, me gustaría volver a ver a mi padre, aunque fuese en sueños. Le debo una disculpa.
Y para finalizar esta carta voy a ejercer de candidata a Ms Universo y les voy a pedir la paz en el mundo y el cese de todo tipo de violencia, que aunque sé que es tan utópico como el justo reparto de los recursos naturales, queda fenomenal. Sin pretender abusar y sin que les resulte un compromiso, si pueden terminar con la violencia de genero, prometo quedarles muy agradecido y ser este año más bueno aún si cabe.
Siempre de ustedes (aunque la propiedad intelectual de los textos, incluida esta carta, es mía. Y sino hablen con los abogados de la SGAE)
Juan o Lacantudo o como ustedes prefieran. Soy ese tipo rubio bajito con el bigote bicolor y un asombroso parecido con Brad Pit (pero en guapo) que no puede ni quiere dejar de escribir y que no ceja en su empeño de encontrar a la persona adecuada.
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