Con el paso del tiempo, la familia creció y primero llegó un cachorrrito humano. Para cerrar el cupo un año después,vino otra cachorrita que tiene tanto de humano como de juguetona e inteligente felina. El perro es su hermano mayor y los ha acompañado en el crecimiento, en los juegos, incluso los llevaba al colegio y nunca faltó a recogerlos a la salida.
Mi primer panegírico para un perro, lo escribí, viviendo en Italia, al saber que había muerto Foxi, el Terrier de mi amigo Paddy. Desde entonces y para mi desgracia, he acompañado con mis palabras la partida de unos cuantos animales más.
Aquellos que jamás han convivido con un animal en casa, no sabe hasta que punto forman parte de la familia, ni hasta que punto,sienten y padecen contigo, lloran contigo y se alegran contigo.
Los animales que nos acompañan se convierten en los mejores amigos y su empatia es increíble.
Es por todos conocida mi simpatía hacia diferentes especies animales y mi ocasional desprecio ante conductas aberrantes de la mía propia, que por no se qué motivo se ha erigido en la especie superior. Imagino que por ser la más ducha en exterminar a otras especies.
Este Labrador del que os hablo, está en fase terminal y mi hermana y los suyos, han decidido que no quieren que sufra lo más mínimo. Ese mal con nombre de cangrejo que se alimenta de los seres vivos, se ha cebado con él, extendiéndose por su interior y devorando diversos órganos vitales. Alea jacta est, la suerte está echada y por fortuna, la eutanasia animal aún no se considera un delito y la medicina permitirá que abandone este mundo con el mejor de los recuerdos, y con aquellos que lo aman junto a él en su último aliento, per sé que el día que se vaya lo hará sin dar un ruido y que ni mi hermaa ni su marido le aplcarán la inyección letal a no se que lo vean sufrir y quieran evitarle una dolorosa agonia.
No voy a entrar por extensión en demagogícos argumentos de corrientes extremistas que hacen del sufrimiento animal su bandera de guerra pero que del mismo modo que son capaces de enfrentarse a garrotazos con el público de una corrida de toros, luego se untan de paté de hígado de oca, todas las tostadas de la cena.
Soy omnívoro, como de todo y de alguna manera colaboro a sufragar mataderos y salas de despiece pero siempre respeto a los animales que no me como.
Como dijo aquél, cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro y para mi desgracia he conocido a demasiados depredadores antropomórficos, a demasiadas perras, demasiados lobos y demasiados tiburones.
El mundo de las metáforas es así de curioso, se puede ser inocente como un corderito y más puta que las gallinas; fuerte como un oso, valiente como un león y traidor como una víbora.
Me encantaría saber como nos llaman ellos a nosotros.
No voy a convertir esto en un discurso absurdo. Estas letras son para despedirme de un amigo noble, bueno y leal, al que se le está vaciando la arena en su clepsidra.
Siempre te recordaremos, te has ganado un hueco en nuestros corazones. Aún estás aquí y sé que tus últimos días estarán al menos, llenos de cariño, de caricias y de besos. A mi me parece un planazo. No todos podrían decir lo mismo de sus últimos días. Eso hay que ganárselo y te los has ganado.
Buen viaje, Sinva ( abreviatura de "sin vacaciones", no nombre de monarca leonino.)volveremos a vernos, pero aún no.