No hace mucho publiqué en el blog una entrada que llevaba por título "Mejor decir las cosas, más aún si las sientes" que según las estadísticas de blogger es de las más leídas de Laespinilla y sinceramente, se ha convertido en algo que trato de llevar a rajatabla como parte de mi código moral.
Y en ello estoy.
Ayer mi hermana Elena sufrió una seria lesión jugando al rugby, el deporte en el que ha descubierto la felicidad y una nueva pasión. Sufrió una severa fractura de tibia y peroné que la mantendrá alejada del campo puede que de por vida porque para su desgracia ya no tiene veinte años y estas lesiones son de las que no puedes obviar y si yo he aprendido algo en esta vida es que no se puede mirar hacia otro lado ante las cosas importantes y duras. Si lo haces te la terminas pegando.
Elena se ha lesionado porque estaba jugando, si no juegas no te lesionas. Si no vives no sufres ni te haces daño, pero tampoco disfrutas o amas.
Elena se entrega en todo lo que hace y eso la supone correr riesgos pero también llevarse inmensas alegrías y cosechar cariño y admiración en todos los que compartimos nuestra vida con ella.
Siempre ha sido un poco cabra loca y siempre ha antepuesto sus ganas de vivir y disfrutar a todo lo demás pero ha llegado el momento de sentar la cabecita y creo que está recibiendo una señal detrás de otra. Ahora toca echar un poco el freno porque ante todo es una madre feliz y una amantísima esposa.
Puede que al ser todo corazón, no tenga espacio físico en su cuerpo para demasiado sentido común pero se le perdona todo.
Elena vale su peso en oro y cualquiera que la haya tratado lo sabe.
Yo tengo la inmensa fortuna de ser su hermano pero además he sido su jefe, su compañero de curro, su compañero de reparto y su socio en muchos proyectos.
Cuando la vida se ocupó de ayudarme a frenar en mi vorágine, ella me sujeto fuerte la mano y no dudó en demostrarme lo que significa la palabra familia, una palabra que simboliza algo mucho más fuerte y hermoso de lo que podemos imaginar porque damos muchas cosas por sentadas.
En los momentos difíciles es cuando aprendemos a valorar las cosas en su justa medida.
Elena es valiente y muy sacrificada y muchas veces ha antepuesto la felicidad de los demás a la suya propia pero el destino la recompensó con un marido a su medida, con una persona válida y dispuesta a apoyar a su mujer en todo lo que acomete, aun no compartiendo algunas de las inconscientes empresas de mi hermana. El santo Job es un mierda al lado de mi cuñado en cuanto a paciencia y consideración.
Para mi fue un orgullo saber que mi hermana había recibido el premio del certamen de cuentos de igualdad de género convocado por el Ayuntamiento de Valladolid y, que ese cuento al ser publicado se convirtió en el top-ventas de la última edición de la Feria del libro de Valladolid, agotándose los ejemplares editados y puestos a la venta.
Escribe como hace todo lo que emprende, con corazón, valentía, mucho arte y puede que con exceso de energía, ella es así.
Está trabajando en otros proyectos literarios y hace unos meses formó parte del elenco que estrenó la que quizás haya sido su mejor obra teatral, cosechando un gran éxito de crítica y público.
No lo voy a negar ni a intentar disimular, la quiero mucho y aunque a veces le daría una collejita por su exceso de ímpetu, me hace sentir muy orgulloso y muy feliz. Soy un tipo muy afortunado, en el reparto me han tocado unas hermanas maravillosas, cada cual a su estilo y tengo la suerte de disfrutar de ellas y de compartir con ellas mis proyectos vitales.
Ahora tan solo puedo estar a su lado apoyando y ayudando en lo que necesite y lejos de hacerlo como una obligación, lo haré como un placer.
Mañana la operan, tendremos que estar al loro porque como se descuiden fijo que se hace con el bisturí y por no molestar se termina operando ella.
domingo, 13 de marzo de 2016
sábado, 12 de marzo de 2016
Nada está escrito.
La vida se ha encargado de demostrármelo y soy de los que cree en el destino, pero principalmente en que nosotros escribimos nuestro propio destino y a todos nos llegará el momento y será cuando tenga que ser y no cuando lo digan las estadísticas.
Todo llega, todo. Lo bueno y lo malo siempre terminan llegando y aunque lo bueno acostumbra a remolonear, cuando se decide a presentarse inunda la vida de esperanza y de ilusión y le da sentido a todo. Lo malo es el invitado sorpresa que se cuela en nuestra fiesta aprovechando una puerta abierta por descuido. Es nuestra responsabilidad preocuparnos de que no pase pero aunque cerremos con candado y pongamos la alarma, encontrará un resquicio en la ventana del desván o imitando a Papá Noel, se dejará caer por la chimenea.
Debemos ser cuidadosos al repartir las invitaciones porque lo malo es un experto en el disfraz y como el T1000 de la famosa película de Swartzeneeger adopta todo tipo de identidades.
Yo estoy aprendiendo a escribir mi destino y a repartir con cuidado las invitaciones a mi fiesta.
Lo mejor de todo es que desde hace unas semanas ya es una celebración conjunta con lo mejor que me podía suceder, que ha adoptado una identidad perfecta y pelirroja. A nuestra fiesta solo invitaremos buenas noticias y sumaremos esfuerzos para que sea la fiesta del siglo.
Viva con moderación, es su responsabilidad.
Las prisas no son buenas consejeras, los excesos nunca serán nuestros amigos y la cobardía, el miedo, el dolor y la tristeza tendrán que hacer un grupo de wasap aparte, Juan ha abandonado el grupo.
jueves, 10 de marzo de 2016
La carta por escribir
Para acompañar la inspiración necesaria, el equipo de música del salón comenzó a reproducir un cd de Carlos Gardel, quizás uno de los mejores cronistas del amor y el desamor.
Encabecé la misiva como me enseñaron en el colegio, con mi nombre y apellidos y la fecha del día y me lancé a ello:
Valladolid 10/03/2016 Juan Pizarro Nogués
La noche que me quieras,
todas las estrellas del cielo celosas, nos mirarán pasar y comentarán cuchicheando entre ellas que jamás han visto a un hombre tan enamorado.
El día que me quieras lo marcaré en mi calendario como el día más feliz de mi historia y no lo olvidaré nunca porque señalará un antes y un despues en mi vida.
Aún a pesar de todo lo vivido creo en el amor, creo en ti y creo en las huellas que tus labios han dejado sobre mi piel. Creo en el amor epistolar, que supera cualquier distancia y no se arredra ante la dificultad de los kilómetros que nos separan.
La rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor color pero no conseguira estar tan hermosa como tu. No habrá más que armonia, será clara la auror...
De un manotazo arrojo los restos del café sobre el folio al lanzar la taza contra la pared. Me levanto enfurecido y comprendo que lo que estoy haciendo es plagiar la letra de la canción de aquel famoso rápsoda, que acompañado por la voz de Nacha Guevara, se estaba adueñando de mi cerebro con cada compás.
Horrorizado descubro que estoy quemando de uno en uno todos los folios del paquete, que llevo más de seis horas tratando de decirte lo muchísimo que te quiero y que no soy capaz de transcribirlo al papel.
Desesperado por tamaña frustración, amartillo el revólver que me coloco en la sien presa de la histeria pero entonces sucede el miagro y suena el timbre de la puerta. Guardo el arma en el cajón de la mesa de donde no debía de haber salido nunca y me dispongo a abrir preguntándome quien osará molestarme un domingo a mediodia y al tirar hacia a mi del picaporte con una palabra de reproche en los labios con la que recibir al inoportuno visitante, me encuentro de frente con tu sonrisa y con tus ojos llenos de ilusión.
Tu inesperada visita me ha salvado del desatre una vez más y sé que cuando tras marcharte dentro de unos días, vuelva a sentarme ante un folio en blanco, comenzaré la carta con un sencillo "a ti, que te debo la vida"
miércoles, 9 de marzo de 2016
Cobarde hasta el adiós
Al final resultó que lejos de comportarme como el héroe que creía ser, corrí a esconderme llorando cuando se presentaron los primeros problemas.
Permití que rompiera la hucha de nuestro amor contra la pared y malgastase en brazos de otro lo ahorrado con tanto sacrificio.
Ahora de todos los sueños comunes y de nuestros proyectos de futuro, tan solo conservo una alcancía vacía y una hermosa cornamenta para lucir en las fiestas.
Puede que mi cobardía de este amor por ella se convirtiese en un arma de doble filo; se lo puse tan fácil a ese asqueroso ladrón que solo tuvo que hacerse con el arma al rebuscar entre las cosas de mi mesilla de noche y hundírmela en el corazón mientras hacia el amor con ella.
No sé de quien fue la idea de llamar "hacer el amor" al apareamiento animal y lascivo pero algo me dice que fuese quien fuese el que acuñó el termino, jamás amó. Quizás soy yo el que confundió los nombres y el amor es tan solo eso, penetrar, empujar y sudar, gozando hasta el desfallecimiento.
He sido un asqueroso cobarde pero al menos no he terminado de arruinar mi vida. La justicia no entiende de honor y en su balanza pesa lo mismo un kilo de sufrimiento que un kilo de embustes.
Lo que peor llevo es el recuerdo del único momento en el que conseguí reunir el valor suficiente para enfrentarme a la verdad y me senté junto a ella para abrir la espita de mi tristeza y dejar que manara un torrente de lágrimas formando un enorme charco a los pies de la traidora.
Lejos de apiadarse entró en "modo irónico on" y cuando cesaron mis sollozos dando paso a un enorme suspiro que llenó con su "ayyyyy" el silencio de la habitación, me miró fijamente a los ojos y sonriendo con sus labios embusteros me dijo:-"pues guarda para cuando no haya".
Nunca más seré cobarde. De todo se aprende y la vida me enseñó a disparar primero, a blindarme el corazón y a esconder la alcancía en lugar seguro. Aquella alcancía rescatada del armagedón está volviendo a llenarse con una fortuna que en forma de besos, caricias y noches perfectas, deposita a diario y con maravillosa generosidad la nueva reina de corazones que destaca entre los naipes.
El banco de mi corazón ha vuelto a conceder crédito y el departamento de riesgos ha aprobado esta operación sin necesidad de aval alguno. Sé que todo el amor que conceda me será devuelto con un interés moderado pero suficiente,lo considero más que justo, siempre he condenado la usura.
martes, 8 de marzo de 2016
Dulces sueños.
Echo de menos nuestra conversaciones, nuestros descafeinados con leche y nuestras sesiones de peli-pizza en el salón de casa. Echo de menos tu sonrisa angelical y tu compañía en las salas de exposiciones.
Ahora eres la protagonista de un cuento verdaderamente duro y me duele la impotencia de no poder entrar en él para matar al dragón que te mantiene encerrada o a la bruja que te hechizó al envidiar tu belleza.
Recuerdo perfectamente que tu me acompañaste en aquel cuento que protagonicé hace unos años, al desposarme creyéndome un príncipe azul y mi princesa resultó ser una bruja disfrazada de mujer enamorada, que trató de arrancarme el corazón con la ayuda del capitán de la guardia, pero tu presencia me sostuvo y todos mis amigos cerrasteis filas en torno a mi y no lo permitisteis.
Despierta cariño, te gustará ver que por fin he encontrado a aquella que siempre soñé y seréis muy buenas amigas.
Despierta cuando hayas descansado y te encuentres bien para volver a afrontarlo todo pero despierta por favor, es muy difícil vivir sin ti.
Mi espada siempre estará a tu disposición para defenderte de cualquier cosa que te atemorice y cuando lo desees podrás subir a la grupa de mi caballo para llegar a donde tu quieras sin cansarte.
Tu pueblo te espera, te garantizo que se organizarán las mejores fiestas de la historia del reino para celebrar que por fin has abierto los ojos.
Despierta.
domingo, 6 de marzo de 2016
Sin ti mi cama es ancha
He dormido y he despertado tantas y tantas veces que debería haber interiorizado ya esa sensación tan alucinante que se experimenta al abrir los ojos y recuperar la consciencia pero aunque creía haberlo comprendido hace menos de dos años, cuando desperté del sueño más profundo y más peligroso y fijé la vista en los mios y en la oportunidad que se me brindaba, ahora si despierto y no veo tu sonrisa junto a mi se me vuelven a presentar algunas de las dudas del pasado.
Puede que de aquel sueño intenso despertase para conocerte, puede que sin saberlo haya estado dormido durante toda mi vida y ahora realmente sea capaz de entender de una vez por todas.
La vida es aprendizaje y de todo, absolutamente de todo se aprende, aunque algunas lecciones sean más duras que otras.
Gatete apenas ocupa espacio cuando se acuesta junto a mi cada noche pero aún compartiendo lecho con él, sin ti mi cama siempre será ancha.
Espero que Pikolin, Flex o quien sea, haya acondicionado mi pecho con el colchón más mullido y cómodo porque cada día podrás tumbarte apoyando la cabecita en la almohada de plumas de mi corazón.
No te preocupes, sé que eres friolera y aunque yo viva en Invernalia, colocaré un edredón de sentimientos y varias sábanas de emociones calentitas con las que taparte hasta los ojos.
Soy un romántico, lo sé, pero al ser ese uno de mis mayores defectos, como ya escribí antes de todo se aprende y me esforzaré en dosificar el amor para que no se te indigeste ni te produzca ardores de estómago, reacciones alérgicas, diabetes por el exceso de azúcar o úlceras sangrantes cuando sea demasiado impetuoso.
Todo pasa porque tiene que pasar y yo creo más en la causalidad que en la casualidad así que me resultó extremadamente sencillo identificarte entre el resto de hadas con las que acostumbro a sobrevolar los tejados de mi ciudad. Es un verdadero placer volar a tu lado y sé que ahora ni me desorientaré jamás, ni chocaré contra ningún obstáculo imprevisto.
Seré inteligente y aprenderé a aprovechar las corrientes de aire para que me lleven junto al mediterraneo y junto a ti.
sábado, 27 de febrero de 2016
Que dificil es pedir perdón
Lo que está claro es que ni tu ni nadie puede cambiarme y que en mi corazón llevan demasiado tiempo repicando mil campanas con un ruido ensordecedor tal, que si no cesa de una puta vez terminará volviéndome loco.
Como dice esta canción atormentarse después es muy fácil y pedir perdón es muy difícil.
He tenido relaciones que yo creía maravillososas y he amado siempre idealizando lo que más me gustaba de cada mujer que ocupaba mi corazón pero me he encontrado con que en demasiadas ocasiones tras exprimirlo hasta el final, terminaban arrancándomelo y arrojándolo al contenedor de basura más cercano, sin importar si era de orgánico, vidrio o papel.
He tenido que escribirme renaciendo de las cenizas una y otra vez. He aprendido el valor de un beso, de una caricia y de una noche de pasión y quizás he llegado a pagar demasiado por cualquiera de estas cosas porque hubo quien se empeñó en elevar mi tensión y en aplastar mi ambición y a fuerza de buscar el origen de ese error sin solución, llegué a la conclusión de que yo mismo terminaba precipitando los acontecimientos así que no voy a ser tan miserable como para achacar todos mis fracasos a la persona amada por error.
Es cierto que ha habido de todo y algunos íncubos trataron de apuntarse mi alma en sus listas de victorias pero también he amado y me han amado mujeres realmente increíbles y no he sabido o no he podido estar a la altura.
Un día de repente y sin buscarlo resulta que das con la persona adecuada y sientes que el pasado no ha sido más que el aprendizaje correcto para llegar hasta ella y para saber y poder estar a la altura de una vez por todas.
Siento horrores haber sufrido tanto pero sobre todo siento mucho más el haber hecho sufrir a alguna mujer, que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, arroje al fuego la primera alianza y llame al encargado.
A mi no me cuesta tanto pedir perdón y sirva esto como mi más sincera disculpa hacia aquellas florecillas que ayudé a marchitar, aquellas hadas que perdieron su polvo confundiendo el vuelo y a aquellas sonrisas perfectas que terminaron desapareciendo.
miércoles, 24 de febrero de 2016
Ha vuelto.
Ha vuelto para saldar cuentas con el pasado, para enfrentarse de nuevo a la vida con su mente y su revolver como únicos aliados y para besar a la chica en el Saloon, despertando de nuevo la envidia de los hados, que intentarán que vuelva a caerse del caballo o que se le trabe el Colt en la cartuchera en el momento más inoportuno.
El pistolero ha llegado a la ciudad. Aunque sé que algunos lo intentarán, no le podrán parar, no acabarán con él.
Viste siempre chaleco, botas y sombrero negro, como sus recuerdos y su pasado pero ayer le vi y me sorprendió un detalle de su atuendo, ya que anudado al cuello lucia un pañuelo verde, el color de la esperanza
Era el más rápido hasta que las circunstancias y su continua y apresurada huida vital lo desmontaron del caballo dando con sus huesos contra las piedras y alejándolo de tabernas, partidas de poker y duelos en la calle principal.
Ha recuperado el brillo de sus ojos, al fin. Su sonrisa ha vuelto a ser cínica y permanente.
Mantiene la costumbre de encenderse los fósforos en la mejilla derecha y de disparar con la mano izquierda, rápido y mortal, como una serpiente de cascabel.
Mantiene la costumbre de compartir sus días y sus noches con una mujer, aunque está vez le acompaña una dama del sur, una reina del algodón que le ha debido ayudar a encontrar el camino de vuelta y se nota en cada gesto que entre ellos hay amor verdadero.
Nadie volverá a beberse sus sueños, arrojando luego la botella vacía contra el árbol donde ahorcamos a los cuatreros, nadie volverá a arrebatarle lo que más quiere para convertirlo en barro.
Es bueno con el cuchillo de su lengua, sus afiladas palabras se te hunden en el pecho sin que apenas te des cuenta.
Escogió la vida de pistolero porque simplemente nació para ella.
Ha vuelto.
domingo, 21 de febrero de 2016
Cabellos de gena.
Goza como
mujer, lo que no supiste gozar como hombre.
Mañana
acompañaré a sus majestades a la firma de las capitulaciones de Boabdil en
Santa Fe, un pueblecito de Granada.
Llevo meses
acampado con mis tropas junto a las murallas de la ciudad y lo cierto es que entiendo perfectamente el que
los moros no quieran marcharse, Granada es un paraíso.
Cada semana
tomo diez hombres y unas acémilas de mulas y me interno en el barrio del Albaizyn
a requisar provisiones para la mesnada. Los habitantes saben que si no las
entregan por las buenas mis soldados se las arrebatarán y hemos llegado a un
acuerdo tácito, ellos nos aguardan con hortalizas, frutas, carne, leche y
huevos y nosotros a cambio respetamos sus propiedades y a sus familias.
Una de las
moritas que nos entrega grandes sacos de
verduras acostumbra a esperar a que sea yo el que se acerque a recoger los
sacos que acarrea y creo que por lo rubio de mi cabello y lo azul de mis ojos,
se queda mirándome fijamente con la sonrisa en la boca y unos ojos oscuros que
transmiten cosas que no se describir, pero que me despiertan muchas sensaciones
hermosas.
Mañana
Granada volverá a la cristiandad y pasará a formar parte del reino católico y
si ella accede le pediré que me acompañe a Castilla cuando sus majestades
autoricen mi regreso.
Es cierto
que al llegar aquí lo hice como guerrero y mi mandoble se empapó con la sangre
de los suyos pero creo que soy un buen hombre…y que me he enamorado de sus
ojos, su sonrisa y sus caderas. He vivido mucho tiempo al galope, he dejado
muchas horas en las tabernas y en los campos de batalla pero no sé qué ha
cambiado dentro de mí, ahora solo quiero construir un futuro junto a ella, uno
tan sólido como las murallas de la Alhambra. Sé que ella debe de sentir algo
parecido a lo que siento yo pues aunque somos de culturas muy diferentes y
deberíamos ser enemigos naturales, la expresión de su mirada y la curva de sus
labios me dicen lo contrario.
En nuestro
último encuentro escuché a uno de mis maceros proferir ciertas chanzas sobre lo
que le haría a mi morita cuando conquistásemos la ciudad y juro ante Dios que
el que se atreva a ponerla una mano encima, probará el filo de mi espada.
El amor
existe y no entiende de culturas ni de creencias. El amor puede teñir su
cabello de gena y tatuar sus antebrazos, sus manos y sus pies con lunas, soles
y símbolos musulmanes.
Ahora rezo
para que mañana todo salga bien y cesen las hostilidades. Al fin podré gozar
como mujer lo que no se nos enseña a gozar como hombres.
Quiero a esa
granadina en mi vida, de hecho mi vida ya no me pertenece solo a mí, también es
suya.
viernes, 19 de febrero de 2016
El paseo de los tristes.
Tuve la increíble suerte de vivir una hermosa época de mi vida en una casita desde cuyo balcón al asomarme contemplaba el famoso paseo.
Aquellos fueron buenos tiempos para la lírica. Yo era joven y estaba lleno de ilusión y la ciudad de Granada era un estupendo caldo de cultivo para los corazones ilusionados y las almas culturalmente inquietas.
Durante los casi dos años que pasé en Granada, escribí, toqué y actué como si la sola visión de la Alhambra hubiese abierto la espita de mi creatividad y el caudal de emociones se derramase allí en forma de versos, partituras e interpretaciones.
El Arco de Elvira me contempló pasar a la carrera y pletórico de ganas de todo, principalmente de vivir, en el sentido más amplio de la palabra.
A fuerza de recorrerlos hasta la saciedad, los barrios del Albaizyn y del Sacromonte me descubrieron todos sus encantos y recuerdo con cariño y nostalgia aquellos paseos hasta las cuevas junto a las murallas de la ciudad.
Pude tocar mi barroca tenor y mis whistles en una improvisada formación musical compuesta de estudiantes y músicos profesionales procedentes de muchos países del mundo, desde Argentina a Bélgica pasando por Italia, Francia y España con los que llegué a tocar incluso el "contracubo", un instrumento artesanal que construyó un amigo y que sonaba y se tocaba como un contrabajo. De todos ellos aprendí muchas cosas, muchos ritmos y muchas verdades, como la de que la amistad habla un idioma universal.
Pude ponerme en paz con mi alma contemplando el atardecer desde el mirador de San Nicolás y apuré mi cantimplora de errores en Plaza Nueva, inclinando la cabeza hacia atrás y permitiendo que todos ellos resbalasen por mi garganta hasta alojarse en un rinconcito de mi pecho donde permanecieron ocultos al resto de la humanidad hasta no hace demasiado tiempo, cuando se abrieron camino a dentelladas por mi pecho y terminaron asomando la cabeza al exterior, desafiando a mis rutinas y a mis esperanzas.
Hace menos de dos años volví por allí para comprobar con satisfacción que Granada no había cambiado, tan solo había cambiado yo y habían cambiado mis circunstancias y Granada se convirtió entonces y para mi desgracia en la tumba de un amor muy especial, que quedó allí sepultado bajo un montón de ilusiones y de proyectos que nunca se llevarían a cabo..Pero el destino es caprichoso y Granada se me ha vuelto a presentar bajo la apariencia de una mujer de mirada franca y palabra sincera.
Ahora mis recuerdos extraviados vuelven al son de la guitarra y el cajón y permiten que las imágenes más tristes y grises los acompañen con palmas y jaleos.
Tierra soñada por mi, cuando soñar era algo hermoso porque aún no tenía miedo a las pesadillas y a las noches en vela. Ahora sueño con los ojos abiertos y dedico las noches en vela a escribir lo que me atenaza el corazón.
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