Esta cosita tan linda es Sasha.
Sasha ya no está aquí, físicamente al menos.Sé que nadie se va del todo, de alguna manera su esencia, su energía y su recuerdo vivirá para siempre junto a las personas que la querían.
Esta perrita estaba en la flor de la vida pero siempre hay algún desgraciado que se permite el lujo de ir arrancando flores de jardines donde no debería siquiera poner un pie.
Desde su prepotencia (algo por desgracia inherente a su condición humana) este personaje decidió envenenar a Sasha, envenenando de paso la vida de dos personas que la echarán siempre de menos.
Creo firmemente en la justicia poética o en la justicia divina, llámese como se prefiera.
Estoy convencido de que a todo cerdo le llegará su San Martín de una forma o de otra así que lo siento amigo pero probarás tu propia medicina y terminarás sufriendo, no obligatoriamente por un veneno(espero que sea algo mucho más lento y doloroso) la vida elegirá sus propias armas con las que pagarte hazañas como esta.
Los animales no son ni juguetes ni mercancía ni mucho menos objetos de los que uno se puede desprender a voluntad.
Ya de por si el término "mascota" me resulta algo peyorativo.
Lo he escrito alguna vez: "Gatete" no es mi gato, más bien podría decirse que yo soy su humano.
Los animales son excelentes compañeros de vida porque aunque todos tienen sus cositas (como nosotros. El que no sea un poco "friki" que levante su espada láser) de lo único que carecen es de esa prepotencia mediante la que el Ser Humano ha llegado a convencerse de que es la mejor especie y de que tiene derecho de nacimiento para esquilmar seres vivos, recursos naturales y todo cuanto se le antoje.
Según la Biblia Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, pero permitidme que discrepe un poco.Aunque soy cristiano creo que Dios podría perfectamete tener aspecto de Cocker o de Gran Danés, incluso de gato persa. Soy un ferviente seguidor del "gatolicismo".
He tenido la inmensa fortuna de convivir con animales desde que era un nño pequeño y desgraciadamente he llorado la muerte de muchos de ellos pero al menos eran lágrimas de pena y no de rabia contenida.
Si viviésemos en el salvaje oeste, la edad media o en la California actual, este tipo de acciones seguramente provocarían que aquellos que compartían su día a día con el animal asesinado, tirasen de pistola o de M16 y le dieran al "superheroe urbano" un poquito de lo que se merece para encima terminar de joderse la vida y acabar en prisión o con la conciencia reventada, pues quitar una vida no es algo baladí, incluso la de alguien que merece desaparecer del mundo.
Desde aquí condeno las acciones de este tipo, acciones que considero repulsivas y deleznables.
Los animales merecen todo nuestro respeto y deberíamos aprender mucho de ellos y de su conducta pues superando el instinto natural que los lleva a tratar de alimentarse a toda costa por si llegan vacas flacas y de aparearse para perpetuar sus genes, no tienen la codicia, la falsedad, la envidia y otras de esas lindezas que tenemos que ir sorteando a diario.
Su cariño suele ser sincero e incondicional y vale, hay algunos perros agresivos y peligrosos pero eso puede ser por que sus "amos" no han sabido tratarlos correctamente, educarlos para vivir en sociedad o quererlos cuando necesitaban sentirse parte de una manada o un grupo familiar.
Estoy absolutamente convencido también de que Sasha ha sido una perra muy feliz y de que se habrá llevado unos recuerdos tan buenos como los que ha dejado.
Tras un parón necesario en el blog, hoy vuelvo con una entrada muy diferente a lo que acostumbro a escribir pero tan necesaria como este paréntesis que me he visto obligado a hacer por necesidades específicas.
Desde aquí todo mi apoyo y mi cariño a Laura y a Ginés, quienes convivieron con Sasha y se esforzaron en darla todo el amor y los cuidados que la perrina necesitara.
Todo mi desprecio a la persona que decidió envenenar animales como demostración de su superioridad o por el motivo que haya sido, que desde aquí digo que no está justificado de ninguna manera.
domingo, 9 de agosto de 2015
miércoles, 29 de julio de 2015
No es un adíos, es solo un hasta luego.
Necesito de toda mi energía literaria para volver a enfrentarme con "Temporada de setas" esa novela que verá la luz en poco más de un par de meses.
Releyéndola desde una perspectiva nueva, que me han mostrado dos de las pocas personas que la han leído, cuyas críticas ( siempre constructivas) sé que me van a servir de mucho, me he dado cuenta de que no he dotado a los personajes de toda la humanidad y el sentimiento que acostumbro a imprimir a los protagonistas de mis textos, así como de que he caido en el error de frivolizar excesivamente con algunos de los sucesos y de las personas que describo.
El personaje principal, un policia de permiso, se queda en algo estereotípico y carente del alma que quería que le definiese, aunque por otro lado le haya dotado de muchos de mis defectos para convertirlo en un alter-ego, enamoradizo, inseguro y con placa.
Al margen de los típicos fallos formales o de estilo, que siempre se descubren al pasar el filtro editorial (si realmente tu editor o editora se preocupa por tu trabajo) he caído en la cuenta de que aún estoy a tiempo de tratar de que sea algo más que la novela que me demostró que estaba recobrándome cerebralmente de mi lesión.
Vale, es cojonudo haber podido terminar una novela cuando hace un año no se sabía si tan siquiera iba a ser capaz de hablar, leer o muchísimo menos escribir.
Ese subidón emocional ya lo he disfrutado y por física pura, todo lo que sube tiene que bajar y ha llegado el momento de agradecer de verdad esta oportunidad que se me ha dado y solo podré hacerlo trabajando sin parar hasta que esté realmente orgulloso del producto final.
No quiero parecer arrogante ni presumido pero de alguna manera sé que tengo cierto talento y no voy a dejar que las prisas por publicar a toda costa y las endorfinas producidas por la superación personal echen por tierra una historia que incluso estas críticas recibidas me han confirmado que es buena, interesante y atractiva.
Desde hace unos meses estoy trabajando también en "Colgado de la cuerda oportuna", la que será mi segunda novela pero al igual que con el blog, voy a hacer un pequeño paréntesis para dedicarle todas las ganas, la ilusión y el esfuerzo a "Temporada de setas".
No creo que vaya a salirme de los plazos establecidos.
He reconocido docenas de veces que para mi, escribir es una necesidad vital pero más allá del alimento existencial, quiero que escribir sea también un trabajo en toda regla y sin sacrificio no hay beneficio.
Puede que en ocasiones al ganar algún certamen literario, mi ego y mi vanidad hayan recibido el premio por mí pero os juro que ese no es el fin que persigo, para nada.
No es que vaya a borrar lo escrito ni mucho menos, solamente trataré de mejorar las páginas de la novela aportando cosas que me he dejado dentro y se que son necesarias para que quizás el día de mañana alguien se la recomiende a sus amigos o incluso a sus alumnos.
Nunca seré García Marquez, Umberto Eco ni Miguel Delibes, tan solo quisiera que no se me colocara en la lista de los "quiero y no puedo".
Además por el hecho de haberse concluido en un momento como el que he pasado, quiero que sea especial y quiero que allí donde esté, mi padre, incansable y exigente lector, pueda sentirse al fin orgulloso de mi.
Hasta luego, espero volver con la satisfacción del deber cumplido.
.
sábado, 25 de julio de 2015
Siempre la distancia
Imagino que se trata de una distancia de seguridad para evitar la segura colisión que podría terminar con víctimas mortales.
"Tan lejos, tan cerca, dos labios que no se llegan a unir".
Llevo años soportando las coñitas cariñosas de mis amigos sobre mi fijación con este artista pero Macaco es mucho más que un cantante cojonudo, es pura filosofía, es el rapsoda de mi vida.
"Sentir a kilómetros que te quería a centímetros de mi, pero no logro llegar a ti"
Parece ser que efectivamente va a haber una continuación de aquellas "Canciones para una noche en vela" con el piano de mi amigo Oscar Lobete y me va a ser muy difícil no escribir sobre las letras de este muchacho que suena en mi cabeza durante el 90% de mis noches en vela.
Lo bonito de este espectáculo es la sinceridad con la que abordamos todos los temas seleccionados y creo que eso es lo que más atrajo al público en aquellas funciones de hace ya mas de dos años.
Oscar con su piano y yo con mis textos quisimos trasladar al público lo que realmente significan determinadas canciones para nosotros.
Hace ya tiempo que cogí la costumbre de acompañar las entradas de este blog con temas musicales que de alguna manera me removían las entrañas y se convertían en la música de fondo de mi día a día.
Lo que viene siendo el videoclip más real, que nunca llegará a rodarse.
Que nadie se confunda, no me dedico a escuchar una y otra vez cada canción para ver que me inspira, eso es absolutamente innecesario ya que cada día mi estado anímico es el DJ que pincha en el equipo de música de mi casa y a veces se marca unas sesiones realmente sorprendentes.
Estoy contento, ayer cumplí un añito más y veo que me he convertido en un tipo de 41 años que se pasa el día a la gresca con su Peter Pan interior para ver quien controla realmente su vida.
Generalmente gana él, pero en días como hoy consigo imponerme y mandarle a darse una vuelta por Nunca Jamás a ver si se liga un hadita o una sirena, puesto que Campanilla ha encontrado a un niño perdido que la necesita mucho más que Peter.
Por eso en estos días donde tomo plena conciencia de la realidad de los acontecimientos puedo sonar algo más triste pero para nada, es solo que al librarme durante un rato de esa inmadurez y esa despreocupación, caigo en que echo de menos alguna cosas y busco la manera de recuperarlas.
Soy un tipo muy afortunado rodeado de gente maravillosa que me hace sentir alguien especial y eso me llena el alma de satisfacción, de responsabilidad y de orgullo.
Puede que jamás vuelva a besar los labios que me descubrieron el verdadero sentido de la vida pero sé que llegarán otros que me van a descubrir muchas cosas interesantes y los espero con ilusión y sin prisa ninguna.
Las prisas son malas consejeras, lo sé por experiencia.
domingo, 19 de julio de 2015
Debo confesar que todavía creo.
.
Como otras muchas canciones que he utilizado en el blog, me hubiera gustado ser el autor de la letra por lo mucho que me identifico con ellas.
Vale, soy un ñoño o cualquier otra cosa que me quieran llamar mis detractores por escribir desde el corazón pero lo siento, no se escribir de otra forma y considero escribir como un acto de sinceridad total.
Puede que esta canción sea la respuesta a ese texto que escribí no hace demasiado y que lleva por título "¿Qué nos pasó?" .
He de reconocer que si, hablo inglés porque además de estudiarlo en el cole, viví y trabajé unos meses en Inglaterra, pero no soy bilingÜe ni de lejos, si lo fuese hace años que habría descubierto que era lo que me hacía escucharla con especial interés y aunque pillaba frases y palabras determinantes, me perdía en el contexto.
Un buen día buscando versiones en el Youtube, di con esta versión con subtítulos en español y entonces comprendí.
Parece que hablara de nosotros, de todo el amor que he sentido y siento por ti y de que "si no estoy contigo, pierdo la razón".
Te lo canta Travis por mi:
"Mi soledad me está matando y yo debo confesar que sigo creyendo, todavía creo".
Puede que a alguien, leer esto le resulte deprimente o negativo pero no es ni una cosa ni otra.
La parte positiva es que me has enseñado lo que es el verdadero amor y de acuerdo, te fuiste, pero ya se diferenciarlo de todo lo demás y no volveré a equivocarme.
Este es un texto tan especial para mi, que la canción sobre la que está inspirado se llama "Hiereme una vez más" y creo que no hay nada más hermoso que desear volver a sufrir por el amor de una persona a la que has querido tantísimo,aunque pueda resultar estúpido, enfermizo o contraproducente pero regresar a ello, implica que aunque puede que te vuelva a hacer daño su ausencia, podrás volver a reflejarte en sus ojos y a respirar su aroma junto a ti al amanecer.
La nuestra es una historia de amor harto complicada, me da igual, ahora se que ha sido una verdadera historia de amor y que me has querido y mucho.
Para nada sueño con volver a compartir mi vida contigo, solo voy a aprovechar lo aprendido y si no eres tu, sera otra a la que entregaré mi corazón, siempre y cuando encuentre en ella aquello que me mostraste en cada uno de tus besos y de tus caricias.
Me he prometido a mi mismo que no volveré a caer en una relación por necesidad de estar acompañado o por mero deseo carnal. No soy un primate, ni el macho alfa de una manada de leones.
Prefiero que vuelvas a herirme una vez más, o que me hiera otra mujer si esas heridas nacen de un amor como el que tú y yo compartimos en su momento.
Que me pongan el "San Benito" de romanticote, ñoño o lo que sea. Perdonadme la vulgaridad pero me la suda.
Tengo algunos objetivos en mi vida, unos profesionales y otros existenciales.
Conseguir la felicidad es algo que todos perseguimos y yo se de qué manera podré alcanzarla, el resto de objetivos llegarán o no, contigo pan y cebolla.
Hit me baby one more time.
Si me decidiera a montar una segunda parte de "Canciones para una noche en vela" junto
a ese gran pianista que es mi amigo Oscar Lobete, esta canción
formaría parte de la selección y como él revisaba desde su interpretación las partituras y yo escribía textos inspirados en
las letras, para ofrecer nuestra visión particular de las canciones que
de alguna manera han marcado nuestras vidas, esta llevaría tu nombre.
Creo
que la versión original es de Britney Spears pero me desarma escucharla
en la voz de este escocés, que a mi me transmite mucha más sinceridad al cantarla.Como otras muchas canciones que he utilizado en el blog, me hubiera gustado ser el autor de la letra por lo mucho que me identifico con ellas.
Vale, soy un ñoño o cualquier otra cosa que me quieran llamar mis detractores por escribir desde el corazón pero lo siento, no se escribir de otra forma y considero escribir como un acto de sinceridad total.
Puede que esta canción sea la respuesta a ese texto que escribí no hace demasiado y que lleva por título "¿Qué nos pasó?" .
He de reconocer que si, hablo inglés porque además de estudiarlo en el cole, viví y trabajé unos meses en Inglaterra, pero no soy bilingÜe ni de lejos, si lo fuese hace años que habría descubierto que era lo que me hacía escucharla con especial interés y aunque pillaba frases y palabras determinantes, me perdía en el contexto.
Un buen día buscando versiones en el Youtube, di con esta versión con subtítulos en español y entonces comprendí.
Parece que hablara de nosotros, de todo el amor que he sentido y siento por ti y de que "si no estoy contigo, pierdo la razón".
Te lo canta Travis por mi:
"Mi soledad me está matando y yo debo confesar que sigo creyendo, todavía creo".
Puede que a alguien, leer esto le resulte deprimente o negativo pero no es ni una cosa ni otra.
La parte positiva es que me has enseñado lo que es el verdadero amor y de acuerdo, te fuiste, pero ya se diferenciarlo de todo lo demás y no volveré a equivocarme.
Este es un texto tan especial para mi, que la canción sobre la que está inspirado se llama "Hiereme una vez más" y creo que no hay nada más hermoso que desear volver a sufrir por el amor de una persona a la que has querido tantísimo,aunque pueda resultar estúpido, enfermizo o contraproducente pero regresar a ello, implica que aunque puede que te vuelva a hacer daño su ausencia, podrás volver a reflejarte en sus ojos y a respirar su aroma junto a ti al amanecer.
La nuestra es una historia de amor harto complicada, me da igual, ahora se que ha sido una verdadera historia de amor y que me has querido y mucho.
Para nada sueño con volver a compartir mi vida contigo, solo voy a aprovechar lo aprendido y si no eres tu, sera otra a la que entregaré mi corazón, siempre y cuando encuentre en ella aquello que me mostraste en cada uno de tus besos y de tus caricias.
Me he prometido a mi mismo que no volveré a caer en una relación por necesidad de estar acompañado o por mero deseo carnal. No soy un primate, ni el macho alfa de una manada de leones.
Prefiero que vuelvas a herirme una vez más, o que me hiera otra mujer si esas heridas nacen de un amor como el que tú y yo compartimos en su momento.
Que me pongan el "San Benito" de romanticote, ñoño o lo que sea. Perdonadme la vulgaridad pero me la suda.
Tengo algunos objetivos en mi vida, unos profesionales y otros existenciales.
Conseguir la felicidad es algo que todos perseguimos y yo se de qué manera podré alcanzarla, el resto de objetivos llegarán o no, contigo pan y cebolla.
Hit me baby one more time.
sábado, 18 de julio de 2015
No fuiste lo suficientemente rápido esta vez
Y al final te alcanzó la muerte.
Durante meses estuve pendiente de si serías capaz de superar tu lesión o si por el contrario no habría sitio para ti en el podio de la vida.
No te voy a mentir, jamás he sido seguidor de las pruebas de fórmula uno.
Digamos que el ruido de los motores me hastía, tanto el de los coches como el de las motos y cuando al hacer zapping me encuentro con una de esas competiciones, instantáneamente cambio de canal.
Mi interés por tu salud, surgió a raíz de saber que fuimos alcanzados por la misma munición con la que nos disparó la vida, pero no se porque, yo me repuse rápidamente y abandone los brazos de la pálida señora en unos días y tu has bailado con ella durante nueve meses hasta que te ha convencido para acompañarla para siempre.
Hoy, al conocer la noticia de tu muerte, me ha dado un vuelco el corazón.
Confiaba en que si yo, que soy un pobre don nadie, había podido superar la maldita Difusa Axonal, tú, que eras un deportista de élite en la flor de la vida, no tendrías problema en salir de esto.
Desde hace años juego a ser escritor y además de trabajar en los denominados "proyectos serios" como libros y novelas, alimento abundantemente este blog, que se ha convertido en una suerte de cuaderno de bitácora donde reflejo entre otras cosas, los capítulos más importantes de mi vida.
Hoy al sentarme al teclado del ordenador y abrir el archivo de la novela en la que estoy trabajando, las musas no se han presentado (supongo que porque estarán en tu funeral) y he decidido darme unos minutos de sosiego en busca de la famosa y caprichosísima inspiración, escribiéndote aquí un texto de homenaje.
Igual es que me siento culpable, no lo se.
Igual es que he repasado mis méritos para haber sido agraciado con un "sigue jugando" y me he descubierto carente de cualidades que tu no hubieras perfeccionado con trabajo y esfuerzo diario.
Soy un tipo de lo más normalito, no destaco por nada y nunca daré las alegrías que tu has dado a tus seguidores.
No entiendo porque yo he pasado a formar parte de ese 10% que sobrevive a esta lesión en vez de engrosar las filas de ese 90% al que te acabas de incorporar.
Jodidas matemáticas, siempre las he odiado.
Sé que no me lo reprocharás y que no me guardas rencor, si me hubieran dado a elegir, puede que hubiera pedido que permanecieses tú en mi lugar, pese a haber entristecido a muchos familiares y amigos pero nunca he sido un tipo egoísta y el premio me queda grande.
Te prometo que trataré de vivir por los dos y de disfrutar de todo aquello que siempre se me antojó superfluo, como las carreras que ofrecen por televisión.
Cuando llegues a donde sea que llegan las personas especiales, busca a mi padre, aunque creo que el mismo tratará de localizarte para agradecerte que me cedieses tu plaza.
Un abrazo compañero, nos veremos algún día si consigo llevar una vida digna, de todas formas ya no tengo prisa para nada, así que ya llegaré.
Durante meses estuve pendiente de si serías capaz de superar tu lesión o si por el contrario no habría sitio para ti en el podio de la vida.
No te voy a mentir, jamás he sido seguidor de las pruebas de fórmula uno.
Digamos que el ruido de los motores me hastía, tanto el de los coches como el de las motos y cuando al hacer zapping me encuentro con una de esas competiciones, instantáneamente cambio de canal.
Mi interés por tu salud, surgió a raíz de saber que fuimos alcanzados por la misma munición con la que nos disparó la vida, pero no se porque, yo me repuse rápidamente y abandone los brazos de la pálida señora en unos días y tu has bailado con ella durante nueve meses hasta que te ha convencido para acompañarla para siempre.
Hoy, al conocer la noticia de tu muerte, me ha dado un vuelco el corazón.
Confiaba en que si yo, que soy un pobre don nadie, había podido superar la maldita Difusa Axonal, tú, que eras un deportista de élite en la flor de la vida, no tendrías problema en salir de esto.
Desde hace años juego a ser escritor y además de trabajar en los denominados "proyectos serios" como libros y novelas, alimento abundantemente este blog, que se ha convertido en una suerte de cuaderno de bitácora donde reflejo entre otras cosas, los capítulos más importantes de mi vida.
Hoy al sentarme al teclado del ordenador y abrir el archivo de la novela en la que estoy trabajando, las musas no se han presentado (supongo que porque estarán en tu funeral) y he decidido darme unos minutos de sosiego en busca de la famosa y caprichosísima inspiración, escribiéndote aquí un texto de homenaje.
Igual es que me siento culpable, no lo se.
Igual es que he repasado mis méritos para haber sido agraciado con un "sigue jugando" y me he descubierto carente de cualidades que tu no hubieras perfeccionado con trabajo y esfuerzo diario.
Soy un tipo de lo más normalito, no destaco por nada y nunca daré las alegrías que tu has dado a tus seguidores.
No entiendo porque yo he pasado a formar parte de ese 10% que sobrevive a esta lesión en vez de engrosar las filas de ese 90% al que te acabas de incorporar.
Jodidas matemáticas, siempre las he odiado.
Sé que no me lo reprocharás y que no me guardas rencor, si me hubieran dado a elegir, puede que hubiera pedido que permanecieses tú en mi lugar, pese a haber entristecido a muchos familiares y amigos pero nunca he sido un tipo egoísta y el premio me queda grande.
Te prometo que trataré de vivir por los dos y de disfrutar de todo aquello que siempre se me antojó superfluo, como las carreras que ofrecen por televisión.
Cuando llegues a donde sea que llegan las personas especiales, busca a mi padre, aunque creo que el mismo tratará de localizarte para agradecerte que me cedieses tu plaza.
Un abrazo compañero, nos veremos algún día si consigo llevar una vida digna, de todas formas ya no tengo prisa para nada, así que ya llegaré.
jueves, 16 de julio de 2015
Títulos (literarios, no nobiliarios)
Tenía la absoluta certeza de que aquello era la "Crónica de una muerte anunciada".
Tuvo que escoger entre "La escritura y la vida" como Semprún y se decantó por escribir.
Sabía que la temática natural sería la que rodeara el romanticismo porque llevaba entregado al amor desde que supo manejar un ordenador y aunque ahora escribía sobre "El amor en los tiempos del cólera" no dejaba de ser amor. El médico le confirmó que no era cólera, si no algo más llevadero.
Para poder permanecer tranquilo en "La honorable sociedad" debía encontrar "El camino" pues lo perdió durante "La conjura de los necios" en que se vio envuelto y prescindió de aquellas caricias equivocadas que ella le entregaba con sus "Garras de astracán".
No tenía muy clara su posición en la vida, a veces se sentía como "El guardián entre el centeno" y a veces como "La huella del hombre pisado".
De todas maneras se armó de valor y pensó "Consumatum est", todo está consumado.
Prefería unirse a la manada de "Perros verdes" y abandonar la "Khimera" emocional que se había fabricado a medida en la que escribir le conduciría directo hasta "La isla del tesoro".
Valoró las consecuencias de su decisión y supuso que el alto tribunal existencial le podría condenar a "Cien años de soledad" por haberse apartado de la senda trazada pero aun así prefirió continuar su "Viaje a ninguna parte" y consultó decenas de mapas y "La carta esférica" para ver si llegaría hasta esa tierra prometida por R.L Stevenson o se perdería "De la tierra a la luna".
Bostezó, se dio la vuelta en la cama y supo que aquella era otra de sus "Historias para según qué días".
Se estaba empezando a cansar de tantos "Cuentos inconclusos" y por un momento pensó si había elegido la opción adecuada.
Decidió que cuando se levantara y se pegase una ducha se iría a buscar una buena máquina de escribir en "La tienda de antigüedades" para tratar de dotar a los textos de algo de clase, más allá de "La insoportable levedad del ser" con la que siempre terminan empañándose.
Ya que estaba en esas, cuando llegó a la tienda terminó comprándose también "El tambor de hojalata" que adornaba el escaparate con la sana intención de desfogarse a golpe de baqueta y vaciarse las entrañas de una forma que no fuese a base de llenar folios.
También se compró una carabina de esas de aire comprimido con la que mataría a "Las ratas" que siempre se acercan a olisquearle los pies cuando se sienta a escribir.
Pensando en otro amigos escritores con los que compartía algo más que afición pensó en crear una asociación a la que llamaría " El club Dumas" o "Los santos inocentes", dependiendo de lo que quisiera la mayoría.
Encendió un pitillo, se preparó un café y al sentarse frente a la máquina fumando una calada tras otra se sintió por un momento "El señor de los anillos".
Solo había pasado un día más dentro de "La historia interminable" en la que se había convertido su vida.
Como en aquella película, pensó que siempre le quedaría París, puede que porque "París era una fiesta" o porque le era más agradable vivir entre los recuerdos amables.
Sonrió al detectar movimiento en la "Cuna de gato" que había instalado para su animal de compañía en el salón y comenzó un nuevo texto.
Aquí lo dejo, si no me controlo puedo estar escribiendo títulos de libros que he leído a lo largo de mi vida hasta que llegue "El apocalipsis"
Tuvo que escoger entre "La escritura y la vida" como Semprún y se decantó por escribir.
Sabía que la temática natural sería la que rodeara el romanticismo porque llevaba entregado al amor desde que supo manejar un ordenador y aunque ahora escribía sobre "El amor en los tiempos del cólera" no dejaba de ser amor. El médico le confirmó que no era cólera, si no algo más llevadero.
Para poder permanecer tranquilo en "La honorable sociedad" debía encontrar "El camino" pues lo perdió durante "La conjura de los necios" en que se vio envuelto y prescindió de aquellas caricias equivocadas que ella le entregaba con sus "Garras de astracán".
No tenía muy clara su posición en la vida, a veces se sentía como "El guardián entre el centeno" y a veces como "La huella del hombre pisado".
De todas maneras se armó de valor y pensó "Consumatum est", todo está consumado.
Prefería unirse a la manada de "Perros verdes" y abandonar la "Khimera" emocional que se había fabricado a medida en la que escribir le conduciría directo hasta "La isla del tesoro".
Valoró las consecuencias de su decisión y supuso que el alto tribunal existencial le podría condenar a "Cien años de soledad" por haberse apartado de la senda trazada pero aun así prefirió continuar su "Viaje a ninguna parte" y consultó decenas de mapas y "La carta esférica" para ver si llegaría hasta esa tierra prometida por R.L Stevenson o se perdería "De la tierra a la luna".
Bostezó, se dio la vuelta en la cama y supo que aquella era otra de sus "Historias para según qué días".
Se estaba empezando a cansar de tantos "Cuentos inconclusos" y por un momento pensó si había elegido la opción adecuada.
Decidió que cuando se levantara y se pegase una ducha se iría a buscar una buena máquina de escribir en "La tienda de antigüedades" para tratar de dotar a los textos de algo de clase, más allá de "La insoportable levedad del ser" con la que siempre terminan empañándose.
Ya que estaba en esas, cuando llegó a la tienda terminó comprándose también "El tambor de hojalata" que adornaba el escaparate con la sana intención de desfogarse a golpe de baqueta y vaciarse las entrañas de una forma que no fuese a base de llenar folios.
También se compró una carabina de esas de aire comprimido con la que mataría a "Las ratas" que siempre se acercan a olisquearle los pies cuando se sienta a escribir.
Pensando en otro amigos escritores con los que compartía algo más que afición pensó en crear una asociación a la que llamaría " El club Dumas" o "Los santos inocentes", dependiendo de lo que quisiera la mayoría.
Encendió un pitillo, se preparó un café y al sentarse frente a la máquina fumando una calada tras otra se sintió por un momento "El señor de los anillos".
Solo había pasado un día más dentro de "La historia interminable" en la que se había convertido su vida.
Como en aquella película, pensó que siempre le quedaría París, puede que porque "París era una fiesta" o porque le era más agradable vivir entre los recuerdos amables.
Sonrió al detectar movimiento en la "Cuna de gato" que había instalado para su animal de compañía en el salón y comenzó un nuevo texto.
Aquí lo dejo, si no me controlo puedo estar escribiendo títulos de libros que he leído a lo largo de mi vida hasta que llegue "El apocalipsis"
martes, 14 de julio de 2015
Escapando del escaparate
Aquella mañana al despertar, la agente del cuerpo nacional de policía, Elena Ayuso, supo que el día sería particularmente activo.
Estaba a punto de solucionar un caso en el que llevaba meses trabajando.
Desde que la destinaron a la brigada de antivicio de aquella provincia castellana la investigadora intuyó que tendría que demostrar a sus rancios compañeros que ella no estaba allí por su cara bonita, si no que tras salir de la academia había trabajado duro para medrar y el ser mujer seguía siendo casi un lastre hoy en día.
No solo había tenido que esforzarse más que sus compañeros varones, si no que además se pasaba el día ignorando las insinuaciones y los comentarios y actitudes machistas de muchos compañeros.
De un tiempo a esta parte se habían intensificado los robos con fuerza, los asaltos a establecimientos y el menudeo de drogas en el entorno de la Calle Varillas.
Ayuso dedujo que la crisis había derivado en que muchas personas honradas tuvieran que intentar salir adelante al precio que fuera y que además, los delincuentes de toda la vida aprovechaban las circunstancias para escudarse en la falta de oficio de los nuevos en el equipo.
Eligió con cuidado la ropa con la que saldría a tratar de cerrar el caso esa noche. En días como aquel añoraba aquellos tiempos de agente uniformada, el uniforme ya de por si es un elemento disuasorio.
Introdujo la Gl Glok de 9mm en su bolso tras comprobar que estaba municionada correctamente y se encaminó hacia la brigada.
Tras un día tenso y particularmente caluroso en el que tuvo que realizar la parte más tediosa de su trabajo ( escribir informes, solicitar ordenes de registro al juzgado, comprobar las fichas de los sospechosos) llegó el momento de echarse a la calle.
Según su informante, esa noche habría una importante transacción de cocaina para el menudeo entre el jefe del clan merchero de la zona y el líder de una pandilla de delincuentes juveniles que escudada tras señas de identidad neo-fascistas aprovechaban el miedo que despertaban entre la población para hacer de las calles su propia red de distribución al por menor.
Apoyada sobre el escaparate de uno de esos comercios de proximidad en los que podías encontrar de todo, la agente Ayuso vio llegar a los dos traficantes o como se decía ahora pese a tener pruebas más que válidas y concluyentes "presuntos traficantes".
El joven neofascista intuyó algo en la forma de mirar de aquella rubia de vestido negro, a la que habría tirado los tejos en circunstancias normales pero algo le olía a podrido en su pertinaz fijación.
Shackespeare hubiera escrito "algo huele a podrido en Salamanca" pero no es el caso, así que me ceñiré a la realidad de los hechos.
El "hermano ario" desenfundó un revolver Astra del 38 y encañonó directamete a la agente Ayuso quien al percatarse de las aviesas intenciones de aquel muchachote rubio de cabeza rapada tuvo tiempo de sacar su arma y tirarse al suelo antes de que le alcanzara la primera bala del 38.
El merchero también saco su arma, una escopeta de cañones recortados y en cuestión de segundos se desató un infierno en la calle.
Los cartuchazos del merchero reventaron el cristal del escaparate, ofreciendo a la agente Ayuso una vía de escape de la situación y tras saltar hacia dentro del local mientras disparaba su Glok, aún pudo escuchar el estruendo de las sirenas de los coches patrulla que prevenidos se acercaban a toda velocidad.
Una vez se sintió cubierta del fuego y a salvo, Ayuso busco un lugar desde donde responder al fuego sin demasiado riesgo y cuando tuvo al merchero en el punto de mira disparó.
Aquella noche el trabajo policial terminó con dos "presuntos narcotraficntes" muertos por arma de fuego, un agente de policía herido y una valiente defensora del orden público propuesta para condecoración.
Cuando llegó a casa la agente Ayuso pensó que aquel vestido que había elegido era bastante mono, pero altamente incómodo para participar en un tiroteo aunque le había servido para escapar de aquel escaparate con cierta dignidad al llegar la prensa.
Estaba a punto de solucionar un caso en el que llevaba meses trabajando.
Desde que la destinaron a la brigada de antivicio de aquella provincia castellana la investigadora intuyó que tendría que demostrar a sus rancios compañeros que ella no estaba allí por su cara bonita, si no que tras salir de la academia había trabajado duro para medrar y el ser mujer seguía siendo casi un lastre hoy en día.
No solo había tenido que esforzarse más que sus compañeros varones, si no que además se pasaba el día ignorando las insinuaciones y los comentarios y actitudes machistas de muchos compañeros.
De un tiempo a esta parte se habían intensificado los robos con fuerza, los asaltos a establecimientos y el menudeo de drogas en el entorno de la Calle Varillas.
Ayuso dedujo que la crisis había derivado en que muchas personas honradas tuvieran que intentar salir adelante al precio que fuera y que además, los delincuentes de toda la vida aprovechaban las circunstancias para escudarse en la falta de oficio de los nuevos en el equipo.
Eligió con cuidado la ropa con la que saldría a tratar de cerrar el caso esa noche. En días como aquel añoraba aquellos tiempos de agente uniformada, el uniforme ya de por si es un elemento disuasorio.
Introdujo la Gl Glok de 9mm en su bolso tras comprobar que estaba municionada correctamente y se encaminó hacia la brigada.
Tras un día tenso y particularmente caluroso en el que tuvo que realizar la parte más tediosa de su trabajo ( escribir informes, solicitar ordenes de registro al juzgado, comprobar las fichas de los sospechosos) llegó el momento de echarse a la calle.
Según su informante, esa noche habría una importante transacción de cocaina para el menudeo entre el jefe del clan merchero de la zona y el líder de una pandilla de delincuentes juveniles que escudada tras señas de identidad neo-fascistas aprovechaban el miedo que despertaban entre la población para hacer de las calles su propia red de distribución al por menor.
Apoyada sobre el escaparate de uno de esos comercios de proximidad en los que podías encontrar de todo, la agente Ayuso vio llegar a los dos traficantes o como se decía ahora pese a tener pruebas más que válidas y concluyentes "presuntos traficantes".
El joven neofascista intuyó algo en la forma de mirar de aquella rubia de vestido negro, a la que habría tirado los tejos en circunstancias normales pero algo le olía a podrido en su pertinaz fijación.
Shackespeare hubiera escrito "algo huele a podrido en Salamanca" pero no es el caso, así que me ceñiré a la realidad de los hechos.
El "hermano ario" desenfundó un revolver Astra del 38 y encañonó directamete a la agente Ayuso quien al percatarse de las aviesas intenciones de aquel muchachote rubio de cabeza rapada tuvo tiempo de sacar su arma y tirarse al suelo antes de que le alcanzara la primera bala del 38.
El merchero también saco su arma, una escopeta de cañones recortados y en cuestión de segundos se desató un infierno en la calle.
Los cartuchazos del merchero reventaron el cristal del escaparate, ofreciendo a la agente Ayuso una vía de escape de la situación y tras saltar hacia dentro del local mientras disparaba su Glok, aún pudo escuchar el estruendo de las sirenas de los coches patrulla que prevenidos se acercaban a toda velocidad.
Una vez se sintió cubierta del fuego y a salvo, Ayuso busco un lugar desde donde responder al fuego sin demasiado riesgo y cuando tuvo al merchero en el punto de mira disparó.
Aquella noche el trabajo policial terminó con dos "presuntos narcotraficntes" muertos por arma de fuego, un agente de policía herido y una valiente defensora del orden público propuesta para condecoración.
Cuando llegó a casa la agente Ayuso pensó que aquel vestido que había elegido era bastante mono, pero altamente incómodo para participar en un tiroteo aunque le había servido para escapar de aquel escaparate con cierta dignidad al llegar la prensa.
lunes, 13 de julio de 2015
Siempre que llueve, escampa...o casi siempre.
El joven escritor no pudo contener una lágrima pensando en las ironías de la vida.
Durante mucho tiempo la quiso, la quiso tanto que terminó perdiendo la razón e imaginando situaciones de lo más diversas, donde lograba conquistar su corazón, celebrando despues un hermoso matrimonió a la luz de la luna.
Disfrutaba imaginando que acudía a recogerla al establecimiento donde trabajaba y al esperarla entre los clientes de último momento, uno de ellos sacaba un arma del bolsillo de la cazadora y exigía la recaudación de la jornada apuntándola fijamente entre sus dos hermosos ojos, entonces él, que era un tipo más bien pacífico y tímido se abalanzaba sobre el atracador y trataba de arrebatarle el arma, recibiendo un balazo en el intento.
El delincuente salía corriendo y una de las empleadas del comercio llamaba a la policía y a una ambulancia mientras ella se arrodillaba junto a él y le agarraba de la mano entre sollozos, conmovida por su acto de heroísmo.
Entonces moría desangrado y al hacerlo encontraba en ella el amor que siempre había ansiado.
En otras ocasiones fantaseaba con enfermedades de todo tipo e incluso llegó a escribir un cuento en el que ella fumaba como cada día en la puerta del trabajo y comenzaba a llover.
Él salía con prisa de la oficina temiendo llegar tarde a buscarla y caminaba por la ciudad a paso de marcha, apurando un pitillo tras otro para sobrellevar mejor los nervios del camino.
A apenas diez pasos de donde ella esperaba fumando bajo la lluvia, un intenso dolor en el pecho y un extraño calambre en el brazo izquierdo lo postraban a sus pies y al poco, el médico del Samur certificaba el infarto y lo trasladaban en una UVI móvil.
Al despertar en la cama del hospital, sondado, monitorizado y aturdido la encontraba junto a él preocupada y asustada por lo que pudiera pasarle, apretándole con fuerza la mano y besando con cariño su rostro rígido y casi frío por la falta de una normal circulación.
Al recuperarse y abandonar el centro hospitalario ella le acompañaba porque se había dado cuenta de que había estado tan cerca de perderlo que ya no querría dejarlo nunca.
Aquel cuento lo selecciono para el compendio de cuentos y relatos que publicó unos años antes pues para él era mucho más de lo que los lectores podrían adivinar, era una fantasía con la que pasaba horas y horas reviviendo el imaginario ataque al corazón y todo lo que rodeaba aquel momento, hasta que vencía la resistencia de su alma y terminaban siendo felices y comiendo perdices.
Se conoce que la perdiz ya debe de estar en peligro de extinción y la han retirado de los mostradores de todas las carnicerías y de las cartas de todos los restaurantes.
La vida es una bromista de muy mal gusto y como dice el proverbio "ten cuidado con lo que deseas, porque puede llegar a cumplirse".
Cierta noche camino de casa y con prisa, tras encender el último pitillo de la segunda cajetilla de aquel día, sintió un agudo pinchazo en el corazón y solo recuerda haberse llevado la mano al pecho y haber maldecido que no lloviese y que ella no estuviera allí esperándolo.
Después perdió el conocimiento.
Un día despertó en una cama de hospital, sondado, monitorizado y aturdido y como lo había imaginado cientos de veces, ella estaba junto a su cama y le sujetaba la mano con fuerza con unas lágrimas asomando de sus esmeraldas.
No hubo más similitudes con sus enfermizas fantasías y cuando dejo el centro, ella no le acompañaba, las perdices seguían siendo unas aves fáciles de conseguir en cualquier parte y la felicidad se seguía escondiendo detrás de la puerta o debajo del sofá del salón.
De aquello solo ganó un prolongado y merecido descanso, que le sirvió entre otras cosas para ser consciente de la realidad de la vida y de la importancia de otras muchas que nunca había valorado,como el ser merecedor de su incondicional amistad.
Conoció a otras mujeres con las que se volvió a sentir vivo y descartó conseguirla y mucho menos de una forma tan absurda y patética.
El joven escritor se arrepintió de haber deseado pasar por semejante experiencia y maldijo haber escrito aquel cuento en el que sufría un infarto y conmovía a una persona a la que a raíz de todo aquello, descubrió que nunca, nunca, querría ver sufrir.
Aprendió a desearla toda la felicidad y una vida plena sin artificios de ningún tipo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, ya escribirá otro.
Durante mucho tiempo la quiso, la quiso tanto que terminó perdiendo la razón e imaginando situaciones de lo más diversas, donde lograba conquistar su corazón, celebrando despues un hermoso matrimonió a la luz de la luna.
Disfrutaba imaginando que acudía a recogerla al establecimiento donde trabajaba y al esperarla entre los clientes de último momento, uno de ellos sacaba un arma del bolsillo de la cazadora y exigía la recaudación de la jornada apuntándola fijamente entre sus dos hermosos ojos, entonces él, que era un tipo más bien pacífico y tímido se abalanzaba sobre el atracador y trataba de arrebatarle el arma, recibiendo un balazo en el intento.
El delincuente salía corriendo y una de las empleadas del comercio llamaba a la policía y a una ambulancia mientras ella se arrodillaba junto a él y le agarraba de la mano entre sollozos, conmovida por su acto de heroísmo.
Entonces moría desangrado y al hacerlo encontraba en ella el amor que siempre había ansiado.
En otras ocasiones fantaseaba con enfermedades de todo tipo e incluso llegó a escribir un cuento en el que ella fumaba como cada día en la puerta del trabajo y comenzaba a llover.
Él salía con prisa de la oficina temiendo llegar tarde a buscarla y caminaba por la ciudad a paso de marcha, apurando un pitillo tras otro para sobrellevar mejor los nervios del camino.
A apenas diez pasos de donde ella esperaba fumando bajo la lluvia, un intenso dolor en el pecho y un extraño calambre en el brazo izquierdo lo postraban a sus pies y al poco, el médico del Samur certificaba el infarto y lo trasladaban en una UVI móvil.
Al despertar en la cama del hospital, sondado, monitorizado y aturdido la encontraba junto a él preocupada y asustada por lo que pudiera pasarle, apretándole con fuerza la mano y besando con cariño su rostro rígido y casi frío por la falta de una normal circulación.
Al recuperarse y abandonar el centro hospitalario ella le acompañaba porque se había dado cuenta de que había estado tan cerca de perderlo que ya no querría dejarlo nunca.
Aquel cuento lo selecciono para el compendio de cuentos y relatos que publicó unos años antes pues para él era mucho más de lo que los lectores podrían adivinar, era una fantasía con la que pasaba horas y horas reviviendo el imaginario ataque al corazón y todo lo que rodeaba aquel momento, hasta que vencía la resistencia de su alma y terminaban siendo felices y comiendo perdices.
Se conoce que la perdiz ya debe de estar en peligro de extinción y la han retirado de los mostradores de todas las carnicerías y de las cartas de todos los restaurantes.
La vida es una bromista de muy mal gusto y como dice el proverbio "ten cuidado con lo que deseas, porque puede llegar a cumplirse".
Cierta noche camino de casa y con prisa, tras encender el último pitillo de la segunda cajetilla de aquel día, sintió un agudo pinchazo en el corazón y solo recuerda haberse llevado la mano al pecho y haber maldecido que no lloviese y que ella no estuviera allí esperándolo.
Después perdió el conocimiento.
Un día despertó en una cama de hospital, sondado, monitorizado y aturdido y como lo había imaginado cientos de veces, ella estaba junto a su cama y le sujetaba la mano con fuerza con unas lágrimas asomando de sus esmeraldas.
No hubo más similitudes con sus enfermizas fantasías y cuando dejo el centro, ella no le acompañaba, las perdices seguían siendo unas aves fáciles de conseguir en cualquier parte y la felicidad se seguía escondiendo detrás de la puerta o debajo del sofá del salón.
De aquello solo ganó un prolongado y merecido descanso, que le sirvió entre otras cosas para ser consciente de la realidad de la vida y de la importancia de otras muchas que nunca había valorado,como el ser merecedor de su incondicional amistad.
Conoció a otras mujeres con las que se volvió a sentir vivo y descartó conseguirla y mucho menos de una forma tan absurda y patética.
El joven escritor se arrepintió de haber deseado pasar por semejante experiencia y maldijo haber escrito aquel cuento en el que sufría un infarto y conmovía a una persona a la que a raíz de todo aquello, descubrió que nunca, nunca, querría ver sufrir.
Aprendió a desearla toda la felicidad y una vida plena sin artificios de ningún tipo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, ya escribirá otro.
sábado, 11 de julio de 2015
Batallitas
Dentro de la novela que estoy escribiendo ahora "Colgado de la cuerda oportuna", ambientada durante la guerra de secesión estdounidense, el protagonista, un teniente confederado enamoradizo y opuesto a muchas de las prácticas de su tierra natal, acude con el regimiento en el que sirve a la que será la madre de todas las batallas: Gettysburg.
En aquella batalla murieron más de 50.000 soldados entre yankis y confederados y fue la confrontación que cambiaría el curso de la guerra declinando la suerte a favor de la Unión.
Tengo la costumbre de inspirar los personajes de mis textos en personas reales y de mi entorno más cercano, por lo que al igual que en la novela que publicaré en breve (Dios mediante y si el tiempo lo permite) "Temporada de setas", permito que mueran muchas de las personas que querría borrar de mi vida, por unos motivos u otros, en esta apretaré el nudo de la soga en el cuello de quien querría colgar en el mundo real..
Al uniformarlos y enviarlos al frente, como es este caso, en ocasiones me doy el gusto figurado de que un yanki clave la bayoneta en las entrañas del combatiente escogido para tal fin.
En "Temporada de setas" era un enigmático asesino en serie el que iba matando por mi a aquellas que me mataron en vida, con lo que se puede considerar un acto de justicia poética o de repugnante venganza literaria, según como se mire.
Adoptar un "alter ego" es sencillamente estupendo pues trasladas tus circunstancias y vicisitudes allí donde eres Dios, juez y verdugo y la ley nunca podrá tocarte.
En la vida real soy un tipo pacífico que detesta la violencia y que jamás se enfrentaría a no ser que alguien lograra despertar la bestia (cosa harto difícil) por lo que muchas personas se confunden y creen que trago con todo y que se me puede vapulear sin ningún tipo de repercusión. Gran error, lo que no sufran en este mundo lo sufrirán en el mio y ahora es cuando me río mientras acaricio la cabeza de mi gato, como los malos de las pelis. Mi venganza será terrible y no solo yo, muchos se entretendrán leyendo como estos personajes mueren envenenados, degollados, ahorcados o disparados.
No pasa nada. Al igual que escribir sobre el amor (jodido leit-motiv) no hace que aquella a quien amo me ame, escribir sobre sucesos trágicos o dantescos no hará que quien quiero que muera, fallezca.
Creo que soy carne de psicólogo o de psiquiatra.
Lo que seguramente soy y seré es carne de la crítica.
No sabéis hasta que punto es bueno esto de escribir.
lunes, 6 de julio de 2015
Va y viene, como la falsa moneda.
No suelo tener días tan difíciles cuando me siento al teclado. Cada día, uno tras otro, dedico el tiempo que puedo a garabatear en la pantalla de mi ordenador con todo lo que me bulle en la cabeza, a veces coherente, a veces menos pero siempre las ideas acuden a mi silbidito, como si fuesen un ejército de "pepitos grillo".
Puede que dada la temática habitual de mis textos, necesite estar algo triste para ser productivo o excesivamente feliz para resultar divertido, lo que está claro es que los términos medios en esto de la literatura son menos concurridos que los extremos.
Un vez escribí que los términos medios son los lugares más visitados pero si es cierto que siempre se encontrarán las puertas abiertas, poco puedes llevarte de allí.
Resulta más sencillo escribir en medio de una angustia profunda, un enamoramiento febril o durante el mayor de los cabreos y aunque podría agarrarme a algunos recuerdos y abusar del pasado en cualquiera de esos estados que he mencionado para atraer la inspiración, de un tiempo a esta parte he decidido ser absolutamente sincero con mis textos y más comedido con la exteriorización de mis sentimientos.
Estoy en un buen momento, con motivos suficientes tanto para sentirme feliz y afortunado por lo que tengo y lo que me rodea y escribir sobre ello, como para poder darme el gusto ocasional de sacar los demonios fuera y convertirlos en metáforas y exorcizarlos.
Quizás es porque me he propuesto no remover el dedo en las heridas del ayer que ya se van cerrando y claro, si sangran es más sencillo encontrar las palabras adecuadas pero no quiero depender del dolor para escribir.
Como nunca he jugado a ser un escritor maldito, otra de las cosas que me niego en redondo a hacer, es el buscar la inspiración en el fondo de una botella, en sustancias que alteren mi razón o en el hada verde que vive en la absenta.
Lo siento pero eso lo considero hacer trampas y frente al teclado y en el juego se conoce al caballero.
Hay momentos en los que uno se siente vivo en el sentido más amplio de la palabra y me hayo inmerso en una vida plena a todos los niveles; tengo mis miedos y mis problemas como todo perropicha pero eso también forma parte de sentirse vivo.
Supongo que la parte de escribir que se considera trabajo, radica en buscar y buscar hasta dar con ellas si por el motivo que sea han decidido permanecer ocultas en el fondo del cerebro, o del alma, ya que yo me surto de ideas que brotan en ambos lugares.
Ahí están, desperezándose legañosas y despeinadas pero ya han decidido acudir a la llamada.
Os dejo que me voy con ellas de viaje a la guerra de secesión americana donde se desarrolla la novela en la que me estoy vaciando desde hace unos meses.
Espero que al igual que "Temporada de setas", novela que ya tengo revisada, completa y en manos de la editorial, "Colgado de la cuerda oportuna" consiga ver la luz.
Todo se andará pero de momento voy a ensillar el caballo para el protagonista que debe formar junto a su regimiento para cabalgar hasta donde aguarda el general Lee. Que Dios le asista hoy, creo que van a caer muchos personajes y debo protegerle, su prometida le aguarda para contraer matrimonio.
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