Pero me he jugado todo mi resto.
Soy principiante en esto y prefiero lanzar un "all-in", porque aunque tenga la mano franca estoy convencido de que alguien en la mesa se ma va a dar la vuelta y me voy a marchar a casa más pelado que un marine en día de permiso.
Tu ya estás en la cama.
Yo no se que hacer con todo esto.
Me gustaría estar sentado a los pies de tu "cunita", preguntando que tal va todo y acompasando mi respiración con la tuya, pero hasta eso es jodidamente complicado, por no decir imposible.
Lo cierto es que ni tan siquiera puedo enfadarme porque esto es lo que he firmado y estoy dispuesto a vivir con ello, aunque me gustaría que de vez en cuando el crupier levantara la carta que necesito.
No obstante me resultas increíblemente atractiva.
Todo.
Ahora soy "el bloguero" confundido que lo apuesta todo a un naipe, a una señal, a una jugada.
Me marco el farol inoportuno en la única partida donde admiten jugadores como yo.
Esta bien eso.
De todas formas:
Procura no hacer demasiado ruido el día que decidas reventarme los esquemas; yo abriré el paraguas por si los reproches me empapan el cuello de la camisa.
Si te digo que te quiero... mal; si no te lo digo, peor aún que lo peor que se me pueda venir a la cabeza, porque no solo te lo oculto a ti...seguramente lo termine marchitando.
Y con la de cosas que nos quedan por hacer todavía, sería un absurdo andar dejando que se marchiten las palabras bonitas.
No te vayas, ni te des la vuelta en la cama, ni me digas que el sofá se nos queda pequeño.
Simplemente trata de entenderme.
Y de quererme lo mejor que puedas.
Yo me acercaré a la barra y pediré otra, porque me apetece que sigas bailando. Estas muy guapa cuando bailas.
Como cantan los Extremo: "sigo preso, pero ahora el viento corre alrededor...por mis pecados sigo preso".
Sigue soplando.
Llévate los olores, y los miedos, despeiname y haz que la baraja entera flote muy alto y se desperdigue sobre los tejados de este Valladolid que en ocasiones nos regala un día tan bonito como el de ayer.
Concédeme un poquito de tu brisa, despójame de lo que me quede de ropa, haz que vuele la cama.
Mírame a los ojos.
domingo, 11 de marzo de 2012
miércoles, 7 de marzo de 2012
A un lado de la via
en medio de la nada.
Esperando el tren que me lleve hasta donde llevo años queriendo llegar.
Han pasado tantos...uno detrás de otro.
De todos los tamaños, de todos los colores.
Humeantes y ruidosos, repartiendo cortes de manga de carbonilla.
Y chinazos proyectados contra las vacas que pacen indolentes y tremendas, como espectadoras inertes de cada viaje perdido.
Me siento a un lado de la vía, con mi mochila llena de lo que me han permitido conservar.
Y quiero llegar hasta ti, pero te empeñas en negarme el billete.
Solo lo quiero de ida, de esa forma me aseguro no regresar al punto donde me encuentro, que viene siendo más o menos, una ciénaga espantosa en vaya usted a saber donde.
Si me agacho sobre la traviesa, escucho un ruido intermitente y lejano, y noto en cada latido las vibraciones que me recuerdan lo lejos que te encuentras.
Que jodido es tener las piernas tan cortas y saber que mis zancadas son como chistes al lado de los que se apresuran a tu encuentro.
Quiero que Sam la toque otra vez, porque no me canso de escucharla, pero el amigo pianista ha cogido su sombrero del perchero y se ha marchado contigo.
Y me habéis dejado solito...cabrones.
No me da miedo tratar de encaramarme al vagón del vagabundo.
Cualquier cosa, cualquier metáfora, cualquier oportunidad.
Quiero no perder este tren.
Es el mio, es el que tengo.
Quiero que se abra diez centímetros la puerta corredera y aparezca tu mano tendida y aferrarme a ella y correr y dar un salto y caer entre tus piernas y reírnos y retozar sobre decenas de neumáticos apilados de cualquier forma.
Pero contigo, contigo joder...¿ qué idioma hablas? ¿porqué no me comprendes?
¿Porqué tienes tanto, tanto miedo?
Supongo que será porque la vida puede ser un insecto nauseabundo, que te ha clavado su aguijón y aún te escuece.
Pero yo no voy a hacerte daño.
Solo te voy a querer.
De la mejor forma que pueda, de la mejor forma que sepa.
Aunque sea en la distancia.
Saca la cabeza de la tierra.
Esperando el tren que me lleve hasta donde llevo años queriendo llegar.
Han pasado tantos...uno detrás de otro.
De todos los tamaños, de todos los colores.
Humeantes y ruidosos, repartiendo cortes de manga de carbonilla.
Y chinazos proyectados contra las vacas que pacen indolentes y tremendas, como espectadoras inertes de cada viaje perdido.
Me siento a un lado de la vía, con mi mochila llena de lo que me han permitido conservar.
Y quiero llegar hasta ti, pero te empeñas en negarme el billete.
Solo lo quiero de ida, de esa forma me aseguro no regresar al punto donde me encuentro, que viene siendo más o menos, una ciénaga espantosa en vaya usted a saber donde.
Si me agacho sobre la traviesa, escucho un ruido intermitente y lejano, y noto en cada latido las vibraciones que me recuerdan lo lejos que te encuentras.
Que jodido es tener las piernas tan cortas y saber que mis zancadas son como chistes al lado de los que se apresuran a tu encuentro.
Quiero que Sam la toque otra vez, porque no me canso de escucharla, pero el amigo pianista ha cogido su sombrero del perchero y se ha marchado contigo.
Y me habéis dejado solito...cabrones.
No me da miedo tratar de encaramarme al vagón del vagabundo.
Cualquier cosa, cualquier metáfora, cualquier oportunidad.
Quiero no perder este tren.
Es el mio, es el que tengo.
Quiero que se abra diez centímetros la puerta corredera y aparezca tu mano tendida y aferrarme a ella y correr y dar un salto y caer entre tus piernas y reírnos y retozar sobre decenas de neumáticos apilados de cualquier forma.
Pero contigo, contigo joder...¿ qué idioma hablas? ¿porqué no me comprendes?
¿Porqué tienes tanto, tanto miedo?
Supongo que será porque la vida puede ser un insecto nauseabundo, que te ha clavado su aguijón y aún te escuece.
Pero yo no voy a hacerte daño.
Solo te voy a querer.
De la mejor forma que pueda, de la mejor forma que sepa.
Aunque sea en la distancia.
Saca la cabeza de la tierra.
sábado, 3 de marzo de 2012
Querida Campanilla
te echo mucho de menos.
me enseñaste a volar y, sin tu polvo de hadas mi vuelo es torpe y errático.
Me falta tu luz, como a lo largo de toda nuestra vida.
La tuya es una luz intermitente: hoy me alumbras, mañana no. Pasado mañana volverás a hacerlo.
Es una putada querernos tanto y no querernos lo suficiente.
Anoche volví a emborracharme con Garfio, el lloraba por lo suyo y yo, intenté no derramar ni una lágrima.
Pero es lo que tiene el "Grog" del bucanero...suelta la lengua y el corazón.
Y deja una resaca espantosa.
Esta mañana algo ocultó el sol y levanté la vista al cielo deseando que fueras tú, pero no era más que otra jodida nube.
Me duele la cabeza y me duele tu ausencia.
Me has empujado a ser mayor, pero por mucho que lo intente no soy capaz, porque aunque nos pese a los dos, siempre seré Peter.
Y tu siempre serás un hada.
Mi vida son vasos vacíos y rotos, noches en una cornisa junto al Big Ben, duelos a muerte con espadas de madera.
¿Donde se esconden tus ojos?
Quisiera volver a encontrar en ellos la mirada que tanto miedo me dio una vez.
Me acostumbraré al conformismo del recuerdo.
Sigo atrapado en el interior de un tintero y sigue sonando, una y otra vea, la canción más bonita del mundo.
Tuyo siempre.
Peter Pan.
me enseñaste a volar y, sin tu polvo de hadas mi vuelo es torpe y errático.
Me falta tu luz, como a lo largo de toda nuestra vida.
La tuya es una luz intermitente: hoy me alumbras, mañana no. Pasado mañana volverás a hacerlo.
Es una putada querernos tanto y no querernos lo suficiente.
Anoche volví a emborracharme con Garfio, el lloraba por lo suyo y yo, intenté no derramar ni una lágrima.
Pero es lo que tiene el "Grog" del bucanero...suelta la lengua y el corazón.
Y deja una resaca espantosa.
Esta mañana algo ocultó el sol y levanté la vista al cielo deseando que fueras tú, pero no era más que otra jodida nube.
Me duele la cabeza y me duele tu ausencia.
Me has empujado a ser mayor, pero por mucho que lo intente no soy capaz, porque aunque nos pese a los dos, siempre seré Peter.
Y tu siempre serás un hada.
Mi vida son vasos vacíos y rotos, noches en una cornisa junto al Big Ben, duelos a muerte con espadas de madera.
¿Donde se esconden tus ojos?
Quisiera volver a encontrar en ellos la mirada que tanto miedo me dio una vez.
Me acostumbraré al conformismo del recuerdo.
Sigo atrapado en el interior de un tintero y sigue sonando, una y otra vea, la canción más bonita del mundo.
Tuyo siempre.
Peter Pan.
jueves, 1 de marzo de 2012
Emocionado y agradecido.
Hoy la señorita Estela Labajo (ilustradora) y un seguro servidor de ustedes, presentamos nuestro primer libro: Historias para según qué días.
Para mi este libro, simboliza muchas, muchas cosas.
Representa el caer y levantarme, el dejar de lamerme las heriditas, el correr un "estúpido" velo sobre mis miserias.
Este libro nace con un "Juan" debajo del brazo.
En cada página, en cada relato, hay un trocito de las veces que no supe llorar y para llegar hasta el resultado final he sacrificado mi luto.
Solo hemos colocado una cita, perteneciente a la película "amores perros" y dice así: "Porque también somos lo que hemos perdido".
Y es cierto, pero somos también lo que vamos encontrando.
Yo te he encontrado a ti, a él, a ellos, a ellas, a ella.
Y mi mundo está repleto de personas maravillosas y de amigos sinceros y no puedo evitar emocionarme un poco al escribir este post.
Soy pobre como una rata, mi frigorífico está lleno de nada (de "nada", integral por supuesto, que me cuido) puede que este mes tenga que calentar la casa echando el vaho o a base de cariño.
No me importará leer a la luz de una vela y si quiero éscuchar música pondré a cantar a los monstruos del armario, porque ya no me asustan y los he disfrazado de coro rociero.
No me iré al caribe, ni siquiera a Cuenca, ni quiero irme.
Pero soy rico, inmensamente rico porque no me falta un abrazo, ni una sonrisa, ni una cerveza al sol con mis amigos.
No me falta una palabra de apoyo, ni un empujón oportuno.
Me dais cada día la gasolina para mi ruta por la vida, con mi vespita y un montón de chalados en sus locos cacharros.
Tengo ilusión, toda, toda me la he quedado yo.
Y toneladas de gratitud se agolpan por todos los rincones de mi casa.
Porque lejos de dejarme caer muchos os habéis encadenado conmigo al árbol más frondoso.
Y vuelvo a levantarme sonriendo porque se que os tengo ahí.
Emocionado y agradecido, solamente queda decir...gracias por vivir.
Gracias.
miércoles, 22 de febrero de 2012
El pastor de Ostras.
El pastoreo de ostras es una profesión con futuro, aunque ciertamente carece de toda emoción.
Te sientas con tu cayado en una roca junto a la piscifactoría y observas el silencioso devenir de los bivalvos.
Mi perro se muere del asco, ladrando a las gaviotas y soñando con perseguir carneros briosos y devolverlos al redil.
En ocasiones preparo la onda y practico la puntería contra una boya meteorológica.
No se mueve, ni salta, ni corre agazapado como el lobo, ni clava en los tuyos sus amarillentos ojos, desafiante, como el lobo.
Porque yo soy más de enfrentarme al lobo y sostenerle la mirada, pero eso es precisamente lo que me ha llevado a esta situación.
El lobo es una especie protegida, el pastor no.
Saco un rato la flauta y entono una melodía serena, melancólica, de esas que no hablan de amor.
Me dejaron bien claro los amos de la finca que no hablara de amor a las ostras, porque pueden perder las perlas.
Y es que yo siempre soñé con ser Miguel Hernández, pastor de cabras y poeta.
Y me he convertido en un pastor de ostras, relegado a cantar las excelencias del salitre depurado.
Es muy duro sentarme aquí cada mañana, con el alma llena de todo, con un saco de versos remendados.
Poderoso animal el lobo, que te muerde sin clavarte los dientes y te mata el ganado sin llegar a hacer sangre.
Mis ostras sin embargo, no me dicen nada.
Ni me miran.
No puedo sentir su aliento en la nuca, mientras un escalofrío me recorre el cuerpo preparando cada músculo para el enfrentamiento definitivo.
Abren un poco las valvas y filtran el agua de mar, recubriendo poco a poco sus durezas de nácar.
Yo vigilo solamente que el cielo no se desplome sobre ellas.
Y me guardo los poemas en un bolsillo en el pecho, junto al corazón.
Pero en el fondo no me importa, porque los tengo todos en la cabeza y llegará el día en que pueda recitarlos.
Sin miedo, porque el miedo mata.
Y paraliza.
Este es un oficio como otro cualquiera, aunque más triste.
Da igual...merece la pena.
Te sientas con tu cayado en una roca junto a la piscifactoría y observas el silencioso devenir de los bivalvos.
Mi perro se muere del asco, ladrando a las gaviotas y soñando con perseguir carneros briosos y devolverlos al redil.
En ocasiones preparo la onda y practico la puntería contra una boya meteorológica.
No se mueve, ni salta, ni corre agazapado como el lobo, ni clava en los tuyos sus amarillentos ojos, desafiante, como el lobo.
Porque yo soy más de enfrentarme al lobo y sostenerle la mirada, pero eso es precisamente lo que me ha llevado a esta situación.
El lobo es una especie protegida, el pastor no.
Saco un rato la flauta y entono una melodía serena, melancólica, de esas que no hablan de amor.
Me dejaron bien claro los amos de la finca que no hablara de amor a las ostras, porque pueden perder las perlas.
Y es que yo siempre soñé con ser Miguel Hernández, pastor de cabras y poeta.
Y me he convertido en un pastor de ostras, relegado a cantar las excelencias del salitre depurado.
Es muy duro sentarme aquí cada mañana, con el alma llena de todo, con un saco de versos remendados.
Poderoso animal el lobo, que te muerde sin clavarte los dientes y te mata el ganado sin llegar a hacer sangre.
Mis ostras sin embargo, no me dicen nada.
Ni me miran.
No puedo sentir su aliento en la nuca, mientras un escalofrío me recorre el cuerpo preparando cada músculo para el enfrentamiento definitivo.
Abren un poco las valvas y filtran el agua de mar, recubriendo poco a poco sus durezas de nácar.
Yo vigilo solamente que el cielo no se desplome sobre ellas.
Y me guardo los poemas en un bolsillo en el pecho, junto al corazón.
Pero en el fondo no me importa, porque los tengo todos en la cabeza y llegará el día en que pueda recitarlos.
Sin miedo, porque el miedo mata.
Y paraliza.
Este es un oficio como otro cualquiera, aunque más triste.
Da igual...merece la pena.
martes, 21 de febrero de 2012
Yo te lo escribo.
Si no te gusta tu mundo escribiré uno perfecto para ti.
Solo dame las medidas y los colores; los aromas, los sonidos que te ayudaron a vivir en este.
Si no te gusta tu mundo no te preocupes, crearé uno a tu capricho.
Un mundo a la carta.
Donde seas a un mismo tiempo la más poderosa reina y la más feliz de las campesinas.
Donde haya mil palabras para cada imagen y mil imágenes para cada momento de paz.
Un mundo sin miedo, sin rencores, sin sufrimiento y sin duelo.
Si no te gusta tu mundo lo borramos y aprovechamos la tinta para describir todo lo que siempre has querido ver y aún no has visto.
Y lo llenamos de espacios verdes y de estanques y de noches de verano.
Lo podemos abarrotar de aliteraciones, de hipérboles y onomatopeyas.
De metáforas reales, de dientes que son perlas y rosas que son mejillas.
Cada punto y aparte será un continente, cada paréntesis un océano y cada coma un velero para navegar con el viento a tu favor.
Si no te gusta tu mundo chapotea en mis cuartillas y disfruta del olor del papel mojado.
Túmbate sobra una linea y tápate con un edredón de párrafos, porque de noche refresca y te puedes quedar fría.
Hay un bosque de diéresis, una cordillera de tildes y un maizal de comillas.
Puedo hacerte un collar con las más bellas mayúsculas.
Solo dime que lo llevarás siempre.
Si no te gusta tu mundo, hay vida en cada carga de mi pluma.
Seré el Dios que todo lo escribe y tú mi raza predilecta.
No tendrás que adorarme, solo dejarme observar hasta que punto puede llegar a ser perfecta la creación, o hasta que punto los dioses caen atragantados de ego.
Puedes rezar a la métrica difusa y desfogarte en rituales salvajes.
Y cada vez que cometas un pecado pasaremos el corrector y podrás volver a ser radiante.
De esa forma no habrá mácula y serás siempre sin tacha.
Si no te gusta tu mundo se lo regalaremos a los banqueros y a los políticos, a los que no saben amar, a los miserables y a los que disfrutan con la tragedia.
Y dejaremos participar del texto a quienes sepan leer en calma.
Si no te gusta tu mundo, en él ya no tengo hueco, ni esperanza.
Construiré un arca con cien millones de barras espaciadoras y me ocuparé de embarcar una pareja de cada especie que no se haya corrompido aún.
Porque el mundo que te escriba ha de ser perfecto.
Solo así dejarás de sufrir.
Solo dame las medidas y los colores; los aromas, los sonidos que te ayudaron a vivir en este.
Si no te gusta tu mundo no te preocupes, crearé uno a tu capricho.
Un mundo a la carta.
Donde seas a un mismo tiempo la más poderosa reina y la más feliz de las campesinas.
Donde haya mil palabras para cada imagen y mil imágenes para cada momento de paz.
Un mundo sin miedo, sin rencores, sin sufrimiento y sin duelo.
Si no te gusta tu mundo lo borramos y aprovechamos la tinta para describir todo lo que siempre has querido ver y aún no has visto.
Y lo llenamos de espacios verdes y de estanques y de noches de verano.
Lo podemos abarrotar de aliteraciones, de hipérboles y onomatopeyas.
De metáforas reales, de dientes que son perlas y rosas que son mejillas.
Cada punto y aparte será un continente, cada paréntesis un océano y cada coma un velero para navegar con el viento a tu favor.
Si no te gusta tu mundo chapotea en mis cuartillas y disfruta del olor del papel mojado.
Túmbate sobra una linea y tápate con un edredón de párrafos, porque de noche refresca y te puedes quedar fría.
Hay un bosque de diéresis, una cordillera de tildes y un maizal de comillas.
Puedo hacerte un collar con las más bellas mayúsculas.
Solo dime que lo llevarás siempre.
Si no te gusta tu mundo, hay vida en cada carga de mi pluma.
Seré el Dios que todo lo escribe y tú mi raza predilecta.
No tendrás que adorarme, solo dejarme observar hasta que punto puede llegar a ser perfecta la creación, o hasta que punto los dioses caen atragantados de ego.
Puedes rezar a la métrica difusa y desfogarte en rituales salvajes.
Y cada vez que cometas un pecado pasaremos el corrector y podrás volver a ser radiante.
De esa forma no habrá mácula y serás siempre sin tacha.
Si no te gusta tu mundo se lo regalaremos a los banqueros y a los políticos, a los que no saben amar, a los miserables y a los que disfrutan con la tragedia.
Y dejaremos participar del texto a quienes sepan leer en calma.
Si no te gusta tu mundo, en él ya no tengo hueco, ni esperanza.
Construiré un arca con cien millones de barras espaciadoras y me ocuparé de embarcar una pareja de cada especie que no se haya corrompido aún.
Porque el mundo que te escriba ha de ser perfecto.
Solo así dejarás de sufrir.
domingo, 19 de febrero de 2012
Sale el sol
Y por un momento parece que todo lo demás se esconde.
Se colocan sillas y mesas en las terrazas, los niños toman calles, plazas y parques y comienza una revolución de buen rollo, botellines de cerveza y cáscaras de pipa.
Los abuelos alimentan palomas y recuerdos y rememoran cuando paseaban con el uniforme de bonito en los días de permiso, del brazo de aquella novia.
Los perros se olfatean el culo unos a otros, los policías municipales hacen la vista gorda y sonríe hasta el controlador de la Ora.
Una niña con coletas y la boca llena de berretes llora desconsolada junto al cucurucho caído de un helado de chocolate.
Sale el sol, y yo, y tu, y todos.
Mis amigos cierran filas en la barra, tantos, tan majos, tan dispuestos a todo por mi.
Y yo por ellos.
No tenemos un duro, pero nos sobran sonrisas.
Un artesano confecciona pulseras de cuero en su puestecillo de mimbre, mientras saborea cada calada fragante del tabaco de su pipa.
El gato dormita encaramado en un alero del tejado y la melena de campana de la catedral proyecta su sombra sobre las familias que abarrotan la avenida.
Se esconderá esta tarde dejando paso a la luna, pero hoy ha sido un bálsamo.
Con la noche volverán los monstruos.
Se colocan sillas y mesas en las terrazas, los niños toman calles, plazas y parques y comienza una revolución de buen rollo, botellines de cerveza y cáscaras de pipa.
Los abuelos alimentan palomas y recuerdos y rememoran cuando paseaban con el uniforme de bonito en los días de permiso, del brazo de aquella novia.
Los perros se olfatean el culo unos a otros, los policías municipales hacen la vista gorda y sonríe hasta el controlador de la Ora.
Una niña con coletas y la boca llena de berretes llora desconsolada junto al cucurucho caído de un helado de chocolate.
Sale el sol, y yo, y tu, y todos.
Mis amigos cierran filas en la barra, tantos, tan majos, tan dispuestos a todo por mi.
Y yo por ellos.
No tenemos un duro, pero nos sobran sonrisas.
Un artesano confecciona pulseras de cuero en su puestecillo de mimbre, mientras saborea cada calada fragante del tabaco de su pipa.
El gato dormita encaramado en un alero del tejado y la melena de campana de la catedral proyecta su sombra sobre las familias que abarrotan la avenida.
Se esconderá esta tarde dejando paso a la luna, pero hoy ha sido un bálsamo.
Con la noche volverán los monstruos.
martes, 14 de febrero de 2012
¿Esto será amor?
Un día vas tan tranquilo, paseando por la vida, lamiéndote las heridas y planteándote seriamente no volver a tropezar con la misma piedra, cuando de repente se te cruza alguien con la sonrisa más bonita del mundo.
En ese mismo instante en el que al girarte para mirarla el trasero (porque las sonrisas molan, pero los culos bonitos...)te comes una farola, ella también se vuelve.
Vale que te ha visto hacer el más estrepitoso de los ridículos, pero se ha reído y uno, que sabe lo que vale la risa de una mujer, cae al suelo con la nariz rota por tres sitios, pero feliz.
Ha vuelto a pasar.
El puto alienigena del amor se te ha echado encima y antes de que pudieras decir "crisis", ya te se te ha amorrado al pilón y te está inoculando sus gérmenes alegremente.
Te levantas como "Lobezno", el de la "Patrulla X". Tus heridas han cicatrizado milagrosamente y te brotan unas garras de las de seiscientos euros al mes en afiladores.
La quieres, joder si la quieres.
El resto del universo se diluye como una sacarina en un descafeinado caliente y solo estás tu, su sonrisa, su trasero y la puta farola.
Pero da igual porqué: TE HAS ENAMORADO
Ala...ya la hemos vuelto a liar.
Obviamente no puedes salir de allí sin su número de teléfono, o el de su portal o el de la copa de su sostén.
Aparecen en los tejados miles de pajaritos que cantan y trinan y contienen sus esfínteres.
El sol brilla más de lo normal y el conductor del "8" detiene el autobús para que corras a su encuentro.
Es todo tan jodidamente hermoso que te entra una diabetes súbita del copón, pero nada nada, aún así, apuntando mentalmente comprar gramo y medio de insulina te acercas a la moza.
Y cuando llegas a su lado notas como rejuveneces hasta convertirte en un parvulito tímido y mocosón.
Ella no tiene más que clavarte las pupilas en tu pupila azul;" y que es poesía, me preguntas...poesía es"...¡¡¡es ...es lo que ahora mismo no me viene a la cabeza, coño!!!
Como en una peli de Tarantino, todas las imágenes de mis anteriores relaciones pasan apresuradas, trágicas y absurdas, en la pantalla de mi cerebro.
Rápido...di algo muchacho.
Balbuceo como Woddy Allen puesto de orfidal y de forma misteriosa consigo que vuelva a reírse.
Tras comprobar que llevo la bragueta abotonada, me lanzo a invitarla a un café, o a una caña o siete hijos rubitos con los ojos azules.
A todo si.
¡¡¡OH, My good!!!
Whitney resucita para cantarme al oído la canción del guardaespaldas en el momento en que ella me roza descuidadamente.
-Prométeme que antes de dejarme por otro, tendrás la delicadeza de lobotomizarme al menos.
Vuelve a reírse, lo llevo claro.
El puto "Corte Inglés" ha ganado otro adepto que el día 14 correrá como un poseso por los pasillos surtidos de bombones, flores, colonias, relojes y estampitas de Hello Kity.
Pero me da igual, mientras me siga queriendo.
En ese mismo instante en el que al girarte para mirarla el trasero (porque las sonrisas molan, pero los culos bonitos...)te comes una farola, ella también se vuelve.
Vale que te ha visto hacer el más estrepitoso de los ridículos, pero se ha reído y uno, que sabe lo que vale la risa de una mujer, cae al suelo con la nariz rota por tres sitios, pero feliz.
Ha vuelto a pasar.
El puto alienigena del amor se te ha echado encima y antes de que pudieras decir "crisis", ya te se te ha amorrado al pilón y te está inoculando sus gérmenes alegremente.
Te levantas como "Lobezno", el de la "Patrulla X". Tus heridas han cicatrizado milagrosamente y te brotan unas garras de las de seiscientos euros al mes en afiladores.
La quieres, joder si la quieres.
El resto del universo se diluye como una sacarina en un descafeinado caliente y solo estás tu, su sonrisa, su trasero y la puta farola.
Pero da igual porqué: TE HAS ENAMORADO
Ala...ya la hemos vuelto a liar.
Obviamente no puedes salir de allí sin su número de teléfono, o el de su portal o el de la copa de su sostén.
Aparecen en los tejados miles de pajaritos que cantan y trinan y contienen sus esfínteres.
El sol brilla más de lo normal y el conductor del "8" detiene el autobús para que corras a su encuentro.
Es todo tan jodidamente hermoso que te entra una diabetes súbita del copón, pero nada nada, aún así, apuntando mentalmente comprar gramo y medio de insulina te acercas a la moza.
Y cuando llegas a su lado notas como rejuveneces hasta convertirte en un parvulito tímido y mocosón.
Ella no tiene más que clavarte las pupilas en tu pupila azul;" y que es poesía, me preguntas...poesía es"...¡¡¡es ...es lo que ahora mismo no me viene a la cabeza, coño!!!
Como en una peli de Tarantino, todas las imágenes de mis anteriores relaciones pasan apresuradas, trágicas y absurdas, en la pantalla de mi cerebro.
Rápido...di algo muchacho.
Balbuceo como Woddy Allen puesto de orfidal y de forma misteriosa consigo que vuelva a reírse.
Tras comprobar que llevo la bragueta abotonada, me lanzo a invitarla a un café, o a una caña o siete hijos rubitos con los ojos azules.
A todo si.
¡¡¡OH, My good!!!
Whitney resucita para cantarme al oído la canción del guardaespaldas en el momento en que ella me roza descuidadamente.
-Prométeme que antes de dejarme por otro, tendrás la delicadeza de lobotomizarme al menos.
Vuelve a reírse, lo llevo claro.
El puto "Corte Inglés" ha ganado otro adepto que el día 14 correrá como un poseso por los pasillos surtidos de bombones, flores, colonias, relojes y estampitas de Hello Kity.
Pero me da igual, mientras me siga queriendo.
sábado, 11 de febrero de 2012
Salta la rana
desde un nenúfar próximo y al zambullirse en las aguas del estanque crea infinidad de ondas concéntricas.
Cada onda es un anillo, cada anillo una historia, cada historia un deseo.
Llega a la orilla de juncos donde los renacuajos la esperan sentaditos, con las ancas cruzadas y los ojos muy abiertos.
La ranita de voz serena comienza por el "había una vez", que es la mejor de las formas para comenzar con lo que sea.
Y es que -había una vez, hace mucho, mucho tiempo, tanto que al echar la cuenta apenas me alcanzan los siglos, una hermosa princesa enamorada de un bufón.
La princesa necesitaba reír, el bufón vivía tan solo de sus besos.-
Hace una pausa la ranita y deja que los renacuajos sitúen la acción en un castillo de altas torres adornadas con cientos de pendones y estandartes.
Imaginan rubia a la princesa, con los ojos muy azules, luciendo un hermoso vestido blanco.
Al bufón unos lo piensan pequeñito y desgarbado, otros lo tienen más claro y saben que debajo de los cascabeles y las borlas, se halla un joven muy especial.
Retoma el hilo : -Una mañana, al despuntar las primeras luces del día, la princesa y el bufón ensillaron el corcel más brioso y aprovechando el cambio de guardia, huyeron al galope en busca de un lugar donde ser felices para siempre.-
La renacuaja más chiquitita repite ese "para siempre" muy despacio. Para siempre es una unidad de tiempo que solo manejan los poetas y los enamorados, el resto, medimos las historias de amor en días, meses años y finales.
Un renacuajo cojito, que se sienta siempre apartado del resto, detrás, donde nadie pueda verlo, decide que cuando sea mayor también contará cuentos.
En los cuentos no hay taras ni segundones, tan solo esforzados caballeros, bufones tristes y princesas de larga melena.
-Pero he aquí que el rey, al descubrir la marcha de su única hija, montó en cólera y ordenó a sus mejores hombres que salieran en su busca, y que cuando encontraran a los amantes, los condujeran de vuelta al castillo.
Durante muchos días y muchas noches los soldados cabalgaron por todo el reino, siguiendo las huellas de la princesa y el bufón, que confiados y poco prudentes, iban dejando un rastro de besos y pétalos de amor por dondequiera que pasaban.
Al final, el capitán de la guardia apresó a la pareja y cargados de cadenas los llevó ante el rey.
"¿Cómo osaste desafiarme, hija mía, huyendo con este insignificante bufón?" Preguntó encolerizado el Rey.
"Porque lo que para ti es insignificante, para mi es un universo donde todo cabe, donde los planetas nacen y crecen y se atraen entre si, donde la aurora se funde con la noche y la noche con la aurora. Porque es al bufón a quien he amado desde mucho antes de saber que era el amor."
Pero las palabras de la princesa no apiadaron a su padre y este ordenó que el verdugo cortara la cabeza del bufón y la expusiera clavada en lo alto de una lanza, donde todos los habitantes del reino pudieran contemplarla.
Antes de que el siniestro encapuchado descargara el golpe de hacha, el bufón miro a su amada y con los ojos llenos de esperanza dijo: "allá donde voy, tendré un palacio para ti".
Entonces la princesa se desplomó al tiempo que rodó la cabeza por las piedras del patio, porque el verdugo de un solo golpe cercenó una cabeza y un corazón-
A este punto la ranita hace otra pausa, porque sabe que los renacuajos deben asimilar con prudencia el concepto de muerte, casi con tanta prudencia como el concepto de amor.
A veces se crean confusiones y alguien puede morir de amor, o vivir sin él, que es peor que estar muerto.
Y sin querer también se mata el amor.
Aprended niños, que la vida son suspiros.
Antes de volver al agua, la ranita de los cuentos decide darle un poco de paz al final de su historia.
-La princesa y el bufón despertaron en otro lugar, lejos de cualquier impedimento. Aún siguen amándose como el primer día y aún, cuando cae la noche, se sostienen las miradas junto al fuego de la chimenea.-
Y diciendo esto saltó ágilmente sobre una caña seca y desde allí, se lanzó al agua.
Los renacuajos se levantaron, se pusieron sus abriguitos verdes y aplaudieron.
Este, Diana, es mi "beso de espinilla"
Cada onda es un anillo, cada anillo una historia, cada historia un deseo.
Llega a la orilla de juncos donde los renacuajos la esperan sentaditos, con las ancas cruzadas y los ojos muy abiertos.
La ranita de voz serena comienza por el "había una vez", que es la mejor de las formas para comenzar con lo que sea.
Y es que -había una vez, hace mucho, mucho tiempo, tanto que al echar la cuenta apenas me alcanzan los siglos, una hermosa princesa enamorada de un bufón.
La princesa necesitaba reír, el bufón vivía tan solo de sus besos.-
Hace una pausa la ranita y deja que los renacuajos sitúen la acción en un castillo de altas torres adornadas con cientos de pendones y estandartes.
Imaginan rubia a la princesa, con los ojos muy azules, luciendo un hermoso vestido blanco.
Al bufón unos lo piensan pequeñito y desgarbado, otros lo tienen más claro y saben que debajo de los cascabeles y las borlas, se halla un joven muy especial.
Retoma el hilo : -Una mañana, al despuntar las primeras luces del día, la princesa y el bufón ensillaron el corcel más brioso y aprovechando el cambio de guardia, huyeron al galope en busca de un lugar donde ser felices para siempre.-
La renacuaja más chiquitita repite ese "para siempre" muy despacio. Para siempre es una unidad de tiempo que solo manejan los poetas y los enamorados, el resto, medimos las historias de amor en días, meses años y finales.
Un renacuajo cojito, que se sienta siempre apartado del resto, detrás, donde nadie pueda verlo, decide que cuando sea mayor también contará cuentos.
En los cuentos no hay taras ni segundones, tan solo esforzados caballeros, bufones tristes y princesas de larga melena.
-Pero he aquí que el rey, al descubrir la marcha de su única hija, montó en cólera y ordenó a sus mejores hombres que salieran en su busca, y que cuando encontraran a los amantes, los condujeran de vuelta al castillo.
Durante muchos días y muchas noches los soldados cabalgaron por todo el reino, siguiendo las huellas de la princesa y el bufón, que confiados y poco prudentes, iban dejando un rastro de besos y pétalos de amor por dondequiera que pasaban.
Al final, el capitán de la guardia apresó a la pareja y cargados de cadenas los llevó ante el rey.
"¿Cómo osaste desafiarme, hija mía, huyendo con este insignificante bufón?" Preguntó encolerizado el Rey.
"Porque lo que para ti es insignificante, para mi es un universo donde todo cabe, donde los planetas nacen y crecen y se atraen entre si, donde la aurora se funde con la noche y la noche con la aurora. Porque es al bufón a quien he amado desde mucho antes de saber que era el amor."
Pero las palabras de la princesa no apiadaron a su padre y este ordenó que el verdugo cortara la cabeza del bufón y la expusiera clavada en lo alto de una lanza, donde todos los habitantes del reino pudieran contemplarla.
Antes de que el siniestro encapuchado descargara el golpe de hacha, el bufón miro a su amada y con los ojos llenos de esperanza dijo: "allá donde voy, tendré un palacio para ti".
Entonces la princesa se desplomó al tiempo que rodó la cabeza por las piedras del patio, porque el verdugo de un solo golpe cercenó una cabeza y un corazón-
A este punto la ranita hace otra pausa, porque sabe que los renacuajos deben asimilar con prudencia el concepto de muerte, casi con tanta prudencia como el concepto de amor.
A veces se crean confusiones y alguien puede morir de amor, o vivir sin él, que es peor que estar muerto.
Y sin querer también se mata el amor.
Aprended niños, que la vida son suspiros.
Antes de volver al agua, la ranita de los cuentos decide darle un poco de paz al final de su historia.
-La princesa y el bufón despertaron en otro lugar, lejos de cualquier impedimento. Aún siguen amándose como el primer día y aún, cuando cae la noche, se sostienen las miradas junto al fuego de la chimenea.-
Y diciendo esto saltó ágilmente sobre una caña seca y desde allí, se lanzó al agua.
Los renacuajos se levantaron, se pusieron sus abriguitos verdes y aplaudieron.
Este, Diana, es mi "beso de espinilla"
lunes, 6 de febrero de 2012
Sin rencores.
Yo preferiría quedarme con los buenos recuerdos y despojarme de esos ropajes tan absurdos y tan incómodos.
Pesan mucho más al sumergirte con ellos en las pozas del odio.
Son grises y no nos favorecen a ninguno de los dos; tu estás preciosa de verde y a mi me sienta mejor el azul, o el negro, que aunque es algo fúnebre por lo menos estiliza.
Me quedo con los paseos en la vespa, con las playas de Grecia y con las cenas mirándonos a los ojos.
Lo demás intentaré borrarlo.
No hace mucho escribí que ni perdono, ni olvido.
Sí perdono y el olvido lo estoy trabajando.
Algo bueno te quedará de mi, agárrate a ello. Aunque ahora abrase como un hierro incandescente es mejor dejarse las palmas de las manos que tantos años de amor.
Los dos sabemos que hubo muchas noches de comunión y muchas mañanas de felicidad, quizás es tarde para sacarle brillo al pasado, que se ha ensuciado tanto, pero la vida es así y en ocasiones es mucho más sencillo todo cuando odias.
No tiene por que ser de esta manera, siempre es mejor el destierro que el odio.
Destiérrame, yo alquilaré una cabaña allí en el ostracismo, con vistas a lo perdido y me sentaré a fumar en pipa con el vecino de al lado.
Quien sabe, igual un día nos encontramos paseando por los acantilados.
También te destierro, por mi bien, por el bien de los dos.
Resucita en tu vida que a mi me han aplicado un hermoso desfibrilador.
Suerte.
Adiós.
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