
Pues eso, que a esta panda de cabrones, les mandaba yo al paro, a rascarse las entretelas "salvajemente".
Es indignante, que unos trabajadores preparen semejante motín y salgan impunes de el.
Entiendo, que cuando nos tocan el bolsillo todos saltemos hechos una furia, es lo que tiene el dinero, que rápidamente te haces a vivir con más, pero es muy jodido asumir recortes.
Lo que no se puede tolerar, es que estando en una posición privilegiada como ellos (sus recortes salariales serán inferiores a los del resto del funcionariado) se permitan el lujazo de colapsar Madrid y perjudicar alegremente a millones de personas, que han tenido que pasar las de Caín para acudir a sus puestos de trabajo, llevar los niños a la guardería, ir a urgencias, a un sex-shop o a donde cojones les apetezca ir, coño, que para eso esto es un país libre, como dirían los yankis.
Vamos a ver, peleles...¿y si al personal médico de un hospital le da por hacer una huelga "salvaje" y no respetar los servicios mínimos?.
Sería precioso que llevaras a tu madre a urgencias, con un hueso de pollo atravesado en el gaznate y te saliera el ATS de turno, diciendo que a el plim, que la va a dejar morir porque Zapatero es un gilipollas y un chapuzas (que no se lo discuto, ojo, pero no son maneras).
No se pueden hacer así las cosas, señores mios.
El apartado de los derechos y las obligaciones es como una peli porno, por norma, uno solo ve lo que le interesa y lo demás lo pasa con el mando.
Ojito con los liberados sindicales, que ponen el cazo y se rascan la tripa en el nombre del trabajador.
Me parece fenomenal que protestéis contra este gobierno errático, yo de hecho, no me voy a cortar las uñas hasta que se solucione la situación económica de España, pero tened mucho cuidad con los amotinamientos, no vaya a ser que al contramaestre se le hinchen las pelotas y empecéis a salir todos por la borda, en pie con el puño en alto, como la chavala de "Bailando con lobos".
Ahora que será lo siguiente...
A mi me viene bien una huelga salvaje de policía y guardia civil, que le tengo yo echado el ojo a un relog precioso, y no me alcanza.