lunes, 31 de enero de 2022

Las mejor oferta


 

Tras haberlo pensado durante casi cinco minutos fumando un cigarrillo frente a la puerta del comercio, por fin se decidió a entrar.
Una pizpireta empleada del establecimiento lo recibió con la sonrisa más deliciosa que había visto en su vida.
—¿Para llevar o para tomar aquí?– Le preguntó.
—Para tomar aquí, gracias– respondió él sonriendo también–sinceramente, no sé cómo resistiría el trayecto hasta mi casa. Es la primera vez que compro algo así.
La dependienta de ojos vivos y adorable sonrisa, le pidió que esperase un minuto en lo que preparaba el artículo.
Sid Vicius cantaba My Way a través del hilo musical de la tienda. Sin duda, aquella era la canción más bonita del mundo.
Al abandonar el mostrador y situarse frente a él guiñándole un ojo, la amable mujer le dijo con firme dulzura
—Cuando quiera
Él abrió los brazos y se dispuso a recibir su pedido.
La oferta del cartel que atrajo su atención al escaparate de aquella tienda no mentía en absoluto. El abrazo más cálido e intenso del mundo le había costado cinco euros Iva incluido.
Siendo él como es, hizo un rápido cálculo mental y suspiró de placer al haberse dado cuenta de que con el importe de su salario mensual, teniendo en cuenta sus gastos fijos y reduciendo el consumo de tabaco, podría permitirse dos abrazos diarios de lunes a viernes.
—Perdona –le dijo a la dependienta. –¿Abrís los sábados?
Ella no se sorprendió con la pregunta, más bien la estaba esperando.
—Claro que sí caballero. Solo por la mañana, de diez a dos y media. Algo me dice que le ha gustado nuestro producto en oferta. 
—Me ha encantado y no creo que pase nada si le confieso que soy adicto a este tipo de artículos desde hace unos pocos años.
—En efecto no pasa nada. Sois muchos los adictos al abrazo y por eso me decidí a abrir este negocio y a servir abrazos de calidad, a un precio asequible. Ahora ya somos diez personas en plantilla. La sociedad necesita de productos como el que se comercializa aquí.
Con el espíritu renovado y el alma henchida, el torturado y melancólico cliente abandonó el local sonriendo y con una expresión en los ojos que había perdido hacía ya tres años, cuando comenzó la época más difícil de su vida y tuvo que decirle adiós a la única mujer que creyó haber amado de verdad. Lo que no sabía aún, es que el verdadero amor lo estaba aguardando no muy lejos de allí, entre los brazos de la mujer que el destino reservaba para cruzar en su camino, y que con el corazón sanado con esos abrazos de oferta, conseguiría llegar hasta ella purificado y feliz. Y que en breve se encontraría dando gracias a los hados por haberle hecho coincidir con un ser tan especial.
 
 
 
 

No hay comentarios: