Hola a todos. Me llamo Ari y aquí podéis verme en el momento previo a uno de mis ratitos favoritos, esos en los que Jorge me leía cuentos y relatos mientras me rascaba el lomo sentado junto a mi.
En esta ocasión Jorge había elegido los relatos de un libro que se publicó con el único fin de echar una mano a la asociación Entre huellas y bigotes, pues absolutamente todo el dinero que genere la venta de ejemplares irá destinado a ayudar a los peluditos que esta gente atiende sin más colaboración que la de socios y amigos. Así que genial, porque además de estar de acuerdo con el autor en que la humana no es la especie superior, me lo pasé muy bien escuchando las historias y sabiendo que al comprar este libro, Jorge ha contribuido no solo a mi entretenimiento, sino también a la supervivencia de compañeros de cuatro patitas. Y a la dedicación y el esfuerzo de Esther, una buena amiga de la familia, que se desvive por conseguir que perros y gatos tengamos el trato que merecemos, devolviendo a muchos de mis amigos la fe en la especie humana.
Como dice el autor de este libro, el ser humano es tan arrogante que se atribuyó la condición de especie superior ignorando que la humana es la única especie que destruye su propio ecosistema y que se cree superior por saberse matar mucho y desde muy lejos. Nosotros a lo primero lo llamamos estupidez y a lo segundo lo llamamos cobardía.
Soy la perrita resultante de la apasionante y tórrida historia de amor acaecida entre un seductor Foxterrier y una hermosísima Teckel hace más de catorce años.
Y digo soy, no era. A ojos de la humanidad he fallecido, pero los humanos aún no son capaces de entender que lo que ellos denominan como "vida", no es otra cosa que la escuela preparatoria para que cuando nos licenciemos en ella, pasemos al lugar diseñado por los hados para que nos reencontremos con aquellos que forjaron nuestros destinos.
En mi caso, además de volver a ver a mis papis, que se siguen queriendo tanto como antes, me he reencontrado con Rafael, aquel humano que decidió que compartiríamos espacio y tiempo en su hogar, aunque por desgracia el tiempo fue bastante limitado, pues él ya estaba a punto de graduarse y al poco de llegar yo, lo hizo con honores. Pero me dejó en muy buenas manos y su hijo Jorge se hizo cargo de mi cuidado.
Es majete el Jorge este. Enseguida me di cuenta de que era el perfecto humano de compañía y primero repartió su cariño entre mi hermanastro Pol y yo y, cuando Pol obtuvo su diploma tras dieciocho años de escuela, Jorge trajo a Sasha, la compi con la que poso en esta foto
La verdad es que hemos sido una familia muy feliz y mentiría si dijera que no me ha dado un poquito de pena terminar mis estudios, pero ahora con Rafael vuelvo a estar bien y a sentirme querida. Y sé que dentro de un tiempo, Sasha y Jorge conseguirán adquirir los conocimientos suficientes y las horas de prácticas necesarias para que los creadores de todo les entreguen sus títulos y los permitan reunirse con aquellos que disfrutamos de su compañía en la escuela elemental. Mientras tanto yo estaré pendiente desde aquí arriba y cuidaré de que sean lo más felices que puedan llegar a ser.
2 comentarios:
Muchísimas gracias Juan, tienes un gran corazón y has tocado el mío con todo lo que has escrito porque como bien has dicho me has sacado una sonrisa,mil gracias de nuevo y tambien a Esther,Ari estaría orgullosa de esto como lo estoy yo,un saludo y un abrazo enorme,mil gracias de nuevo
Nada que agradecer, Jorge. Desde que desperté del coma hace ya más de seis años, supe que esta nueva oportunidad no era gratuita y que a cambio solo debería hacer lo posible para ayudar en lo que pudiera a la gente de mi entorno, ya sea este real o virtual.
Me alegro mucho de que te haya gustado y ten por seguro de que Ari está orgullosa. Que solo ha cambiado de plano y está en un lugar mucho mejor y con aquellos que la quisieron y la quieren.
Un abrazo muy grande. Y enhorabuena por tener amigos como Esther. Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da. Todo se transforma. Y que Esther se preocupe por ti y quiera ayudarte a pasar el dolor de la pérdida, quiere decir que tú también te portas con ella como un buen amigo, de ahí la reciprocidad.
Vamos, Jorge...fuerza y honor. Nadie dijo que vivir iba a ser fácil, pero la vida tiene momentos maravillosos.
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