jueves, 7 de marzo de 2019

Canciones

Siempre me ha gustado encabezar cada texto de este blog con una canción, quizás porque hace ya mucho que descubrí que una canción puede hablar de lo que uno siente, aunque el autor del tema no tenga nada que ver contigo ni conozca tus vivencias.
Hace no tanto descubrí que hay muchos recuerdos perdidos que se recuperan con una melodía, con un olor, con un sabor o con una caricia.
Es cierto que tiendo al romanticismo y que escribo mucho sobre el amor y sobre todos los sentimientos que me ha despertado la mujer desde que comencé a jugar las cartas que me otorgó Cupido porque las flechas que me signó este angelote (como escribió Machado en su Autorretrato) comenzaron a hacer blanco siendo yo muy pequeño y he creído estar enamorado en demasiadas ocasiones, al confundir emociones, sentimientos y necesidades físicas.
Pero un día, de repente y sin apenas darte cuenta, descubres que has encontrado a una persona que se apropia de las letras de todas las canciones de amor y de la que realmente hablan todas esas canciones.
Esta naturaleza mía tan romántica y tan sentimental, me ha generado muchas críticas e incluso algunos me han denominado "ñoño" o "exhibicionista emocional" dado que la combinación del romanticismo y la necesidad de ponerlo todo por escrito, convirtiendo el sentimiento en textos, siempre termina pasando factura.
Lo único que sé y que no temo reconocer, es que "la prefiero compartida antes que vaciar mi vida" es una frase muy bonita y muy poética, pero un embuste como la copa de un pino.
Me considero un tipo generoso, pero la vida me ha enseñado que hay cosas que no se comparten, porque al hacerlo las estás perdiendo y ya he perdido demasiado.
El destino ha puesto en mi camino a una mujer maravillosa a la que no quiero perder bajo ningún concepto y por la que tendré que empezar a espabilar para no ceder a mi natural impulso de que todo es de todos.
Desde luego no pretenderé bajo ningún concepto restringir ni dosfificar el amor que ella quiera repartir entre los suyos. Pese a mi experiencia, sigo sin ser celoso y entiendo perfectamente lo que es el amor de amiga, de madre y el generoso amor que distribuyen esas personas que se vuelcan en su trabajo cuando ese trabajo implica hacerse cargo de la tutela, del cuidado y de la educación de seres desvalidos y con necesidades especiales.
Me hago mayor y la vida es un continuo aprendizaje. He aprendido a discernir y a valorar lo que realmente merece la pena y también he aprendido que hay cosas que no se pueden tratar de retener a toda costa, porque si lo intentas, se te escurrirá entre las manos como una pastilla de jabón.
Y ella merece la pena.
Puede que todo lo que he tenido que pasar hasta aquí, haya sido para estar listo para ella.
Espero ser lo que ella necsita. Tengo mucho amor que dar. (y ahora el que quiera que me llame ñoño exibicionista emocional y lo que se les ocurra, que me la pela de gordo).

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