sábado, 9 de febrero de 2019

Humano de compañia



Y es que si hay algo que tengo más que claro es que mi gato es mucho mejor persona que muchas personas que he conocido.
No me atrevo a decir que Gatete es mi gato, más bien yo soy su humano de compañía. O su discípulo amado. Puede que incluso me haya convertido en su alumno más aventajado. Porque tenemos mucho que aprender de los gatos, muchísimo.
Un refrán árabe dice que Dios inventó al gato para que el hombre pudiese acariciar al león. Y estoy completamente de acuerdo. Me he criado junto a animales y desde que era un niño he vivido con perros en casa. Aun a fecha de hoy convivo con Gatete y con Bora, una perrita cocker. Amo a los perros, pero los gatos tienen una dignidad especial, un algo que los hace diferentes al resto de esas especies que en nuestro desmesurado orgullo, los humanos hemos dedcidido denominar mascotas.
Mascotas por los cojones. Un gato nunca será la mascota de nadie.  Un gato es un felino. De pequeño tamaño, pero un felino al fin y al cabo y creo que los felinos si fueron creados a imagen y semejanza del hacedor de este eterno cabaret que es el mundo.
Los gatos son inteligentes, duros, dignos, soberbios, territoriales y al mismo tiempo seres adorables, pero solo cuando ellos quieren, sin hipocresia, sin maldad, sin prejuicios.
Me ha concedido el honor de ser su humanito de compañía y sé que me quiere. Yo le adoro y juntos somos muy felices. Nos quedan muchos años para compartir este juego que es la vida y sé que tendremos buenos momentos, malos momentos y momentos mejores.
No soy un "animalista al uso". Me apasionan los animales y en mi casa se me enseño a respetarlos y a quererlos. Pero soy un animal omnívoro, como de todo y en ocasiones he tenido que matar insectos dañinos, roedores peligrosos y alguna víbora. Y no me he flagelado pro ello. Los animales también matan cuando se sienten amenazados, para comer y para defender a sus manadas. Y lo hacen eso si, dando la cara y jugándose el tipo, no de lejos , con ayuda de artefactos de muerte o a traición como los seres humanos.
Tenemos muchísimo que aprender de los animales, no seamos tan prepotentes. Como aclaro en el próximo libro que publicaré con la editorial Cuatro y el gato, no somos la especie superior, por mucho que nos guste decirlo.
Recordad lo que canta Drexler, "cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da". Menuda especie superior la nuestra, que destruye su ecosistema y esquilma los recursos naturales, permitiéndose el lujo de erradicar una especie animal tras otra. No en mi nombre.

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